EL ROL DEL DOCENTE COMO MEDIADOR EN EL AULA DE TECNOLOGÍA AUTORES: Mª de los Ángeles Vilches Amado, DNI: 75744033L Begoña Lainez Sanz, DNI: 31336591B Juana María Álvarez Jiménez, DNI: 32042323B Mª José Palomar Sánchez, DNI: 26970224X Resumen En este artículo se pretenden dar una visión sobre el rol del docente como mediador de conflictos en el aula de Tecnología. Palabras clave Adolescencia. Opciones. Mediador. Cooperación. Alternativas. Habilidades. Diálogo. 1. INTRODUCCIÓN. La adolescencia es una fase de cambio físico y de pensamiento, donde tanto las relaciones interpersonales como los conflictos adquieren una transcendencia vital para los adolescentes. Este alumnado es el que reside en la secundaria y por tanto en el aula de Tecnología. En el aula de Tecnología, al ser esta de cooperación social, dinámica y de trabajo en grupo, es donde pueden aflorar de forma más evidente los
conflictos existentes en el alumnado, los cuales provengan del exterior de esta aula. Por tanto, es muy importante la figura del docente también en su papel de mediador de conflictos, los cual es muy beneficioso y positivo, ya que si éstos se solucionan, también va a repercutir en su vida personal diaria fuera del centro y en las demás materias, beneficiando de esta forma su vida académica. 2. CARACTERÍSTICAS DEL DOCENTE COMO MEDIADOR. El mediador en el aula se ve empujado, continuamente en direcciones extremas, entre las cuales debe intentar mediar. Para ello el docente en su rol de mediador debe se totalmente cooperativo y acomodarse para que el alumnado implicado en el conflicto llegue a un acuerdo justo para ambos o para todos, y limen las diferencias existentes. Algunas de las características que debe tener el docente como mediador de conflictos son: Tener valores sólidos y seguridad en si mismo. Debe ser íntegro con su planteamiento inicial, el cual es el que le va a poner encima de la mesa al alumnado, después de haber escuchado previamente ambas partes. Debe ser prudente y respetuoso con las ideas de ambas partes aunque no las comparta en absoluto. Ser un buen comunicador. Debe de tener tanto una buena fluidez verbal como una gran capacidad de escucha activa. Debe ser un gran observador para percibir todas las pistas que el lenguaje no verbal del alumnado implicado del conflicto pueda darle, para que el haga después una retroalimentación de lo que están hablando por ambas partes junto con los signos que haya percibido del lenguaje no hablado, como pueden ser: o Ira. o Furia. o Rabia. o No diálogo.
o Desprecio. o Inseguridad. o Soberbia. o Pasividad. Ser persuasivo. El docente debe saber adaptar sus argumentos racionales y emocionales a las motivaciones de los dialogantes y debe tener una gran capacidad intuitiva para intentar anticiparse por los nuevos caminos por los que puede ir avanzando la mediación. El es quién debe llevar el peso de la resolución del conflicto, pero sin que el alumnado lo perciba. Ser muy resolutivos ante el conflicto existente y ser capaz de sintetizar y analizar cualquier situación con rapidez. Debe ser un excelente planificador y organizador pero sin perder nunca la capacidad de improvisación, ya que nunca va a saber el trasfondo de cada conflicto. Debe ser competente y gran conocedor de la materia. Debe esta totalmente preparado y capacitado para la mediación, lo cual puede conllevar a formarse previamente en esta materia. Para esto lo puede ayudar el orientador del centro, realizar algún curso de mediación, etcétera. 3. FASES DE LA MEDIACIÓN. La mediación es un proceso complicado y más a la hora de desarrollarlo con adolescentes. Por eso, el mediador, antes de proceder a su desarrollo, debe preparársela concienzudamente, para que ninguna de las partes implicadas salga menos beneficiada de este proceso. Por tanto se puede dividir la mediación en las siguientes fases: a) Fase de Preparación.
La fase da preparación es muy importante. Durante la misma el docente debe tener en cuenta: o Las alternativas que puedan darse tanto por ambas partes, como las que el docente como mediador pueda proponer al alumnado. o Los intereses de ambas partes, si están dispuestos por lo menos a sentarse y escuchar al otro. o La legitimidad, es decir, tanto los criterios y expectativas (siempre que sean razonables), van a ser consideradas, y nunca denegadas. o Las opciones, antes de empezar la mediación es imprescindible analizar la situación con la que el docente se va a encontrar, para poder reunir toda la información clave, organizarla y meditar sobre ella y así elaborar la estrategia a utilizar. Antes de que el docente elija una estrategia por la que dirigir la mediación, debe considerar: Lo que se media o la causa del conflicto. A que fin se quiere llevar (por ejemplo, que se lleven bien, que se hablen que no se peleen, etcétera). Las características de ambas partes del conflicto, es decir, si son conflictivos, dialogantes, activos, pasivos, etcétera. El tiempo que tenernos para la mediación, si se dispone de unas horas, o más días. Que es lo que pueden ganar y/o perder ambas partes. Para que esto se exponga en la mediación. b) Fase de Desarrollo. En este punto el docente deberá elegir un lugar neutro y tranquilo donde se pueda desarrollar la mediación sin interrupciones. Esta es la fase de la mediación en sí misma. En esta fase cobra vital transcendencia la comunicación y la relación interpersonal. Aquí el docente se puede encontrar varias subfases:
De exposición del problema o la causa del conflicto por ambas partes. Habrá un turno de palabra, para que cada uno pueda exponer sin presión o sin que el otro lo interrumpa. Una vez que todas las partes haya expuesto, el docente podrá hacer preguntas por si existen algunos puntos confusos o que no han sido comentados, o que él percibe que las partes implicadas no quieren mencionar. Después de esto, hará una retroalimentación para que ellos escuchen lo que han dicho. De diálogo entre ellos. Todas las partes implicadas en el conflicto podrán hablar, preguntarse entre ellos, es decir, un diálogo multidireccional. El docente en está fase también puede ir formulando preguntas cuando haya tiempos de silencios o incomunicación, de esta forma se podrá ir obteniendo más información tanto del conflicto, como de las posturas adoptadas y a que conclusión o conclusiones se podría llegar con toda la información que se tiene. Otra vez el docente hará retroalimentación y preguntará si puede haber algún acuerdo entre ellos. Si ellos no saben expresarlo o no quieren llegar algún acuerdo, el docente les expondrá varios tipos de acuerdos equilibrados para ambas partes, es decir, todas las partes ganarán y cederán algo. Antes de llegar a este punto, es recomendable que las partes implicadas indiquen si es posible llegar a algún tipo de acuerdo, aunque sea muy egoísta, de esta forma el docente podrá ver el tipo de concesión que las partes están dispuestas a realizar por mínima que sea, y a partir de ahí, ya expondrá que más acuerdos existen o se pueden llevar a cabo. Si se percibe algún tipo de crisis, o que las partes implicadas están cansadas o crispadas, se puede posponer la mediación, para que todas las partes descansen y reflexionen más tranquilamente.
c) Fase de Conclusiones y Acuerdos. Esta fase puede poder realizarse o en el mismo día del inicio de la negociación o en días posteriores. Según como hayan ido transcurriendo las distintas fases anteriores. Lo que si es obvio, es que el docente como mediador debe saber poner unos plazos para que tenga lugar y se desarrolle la fase de acuerdos. En esta fase el docente como mediador debe convocar la reunión, y una vez en ella tiene que tener en cuenta lo siguiente: Haber trabajado previamente en los posibles enfoques de soluciones posibles, por si las partes implicadas no tuvieran ninguna disponible. No hay que olvidar que de esta fase, hay que obtener algún acuerdo, si no la mediación habrá fracasado plenamente. Solicitar a ambas partes que expongan su cesión, y que indiquen hasta que acuerdo son capaces de llegar. EL argumento presentado debe estar suficientemente desarrollado para que la otra parte o partes vean claramente los beneficios que le reportan y lo que el otro cede. Si no está expuesto claramente el docente hará una retroalimentación, para que quede expuesto de forma más clara por todas las partes implicadas en el conflicto. Una vez llegada a una conclusión y a un acuerdo, todas las partes implicadas deben comprometerse a cumplir todos los acuerdos establecidos, y si es posible, plasmarlos por escrito ya que así: o Se resumen todos los puntos acordados y se evitan posteriores malentendidos. o Sirve como comprobante ante cualquier duda o aclaración. O en caso de retrocesos posteriores, el mediador puede reunirlos otra vez, y trabajar desde este acuerdo. Temiendo el documento el docente, podrá trabajar con ellos en lo que dijeron y firmaros, y lo que no han cumplido, o sí lo han realizado. De esta manera se trabajará en la
mediación desde un punto más avanzado y fases más anteriores. no desde o Se firma el documento redactado por todas las partes, a modo simbólico, de acuerdo pleno, consciente y consecuente. Tratar de concluir todos los procesos de la mediación, desde la posición de que todas las partes implicadas se encuentran plenamente satisfechas. Es decir, el docente comentará en voz alta al acuerdo que se ha llegado, para que se vuelvan a dar cuenta, tanto de lo que han ganado como de las cesiones que han realizado. Reflexionar siempre después de cada proceso con el ánimo de aprender nuevas habilidades, fruto de las experiencias tanto positivas como negativas. Es aconsejable, tener anotado lo más importante y relevante de todas las fases, de cara a futuras negociaciones, y de esta manera si ha habido algún error, que por lo menos ese no se vuelva a repetir. 4. CONCLUSIÓN. Con este artículo se ha pretendido dar una visión global sobre el rol del docente como mediación de conflictos, los cuales son cada vez más frecuentes en los centros educativos. Una buena mediación va a favorecer tanto a las partes implicadas en el conflicto, como a los demás compañeros del nivel en el que se encuentren y a los docentes implicados en el proceso enseñanza-aprendizaje. 5. BIBLIOGRAFÍA. Repetto, E. Veláz de Medrano. (1997) Orientación Educativa e Intervención Psicopedagógica: Servicios, Programas y Evaluación. Volumen II. Madrid. UNED-AEOP.
Bisquerra Alzina, R. (1998): Modelos de Orientación e Intervención Psicopedagógica: Editorial Praxis (Barcelona). VV.AA (2005): Estrategia para Abordar el Conflicto. Editorial Grao (Barcelona). TorreMorell Boque, Mª Carmen (2002): Guía de Mediación Escolar. Programa Comprensivo de Actividades de 6 a 16 años. Editorial Octaedro.