Artículo: La educación nutricional, la escuela y los juegos didácticos. Autor: M. Sc. Alina S. Rodríguez García, alina@mercadu.co.cu, alina@fmec.ucf.edu.cu Grupo de Nutrición, Departamento de Física Química, Facultad de Mecánica, Universidad de Cienfuegos Carlos Rafael Rodríguez, Cuatro caminos, Cdad. de Cienfuegos RESUMEN La educación nutricional es una actividad priorizada por la FAO y la OMS, que instrumentan programas comunitarios, de adiestramiento, maestrías, etc. en muchos países, sobre todo del tercer mundo; aunque la necesidad del trabajo educativo en nutrición no es privativa de estos países, también los países desarrollados tienen necesidad de educar a su población con respecto a los hábitos alimentarios. La labor educativa en nutrición aprovechando el entorno escolar, tiene grandes perspectivas, pues se trabaja con edades tempranas, lográndose grandes éxitos. Si en este ámbito se utilizan los juegos didácticos los resultados son más gratificantes, estos no tienen que ser obligatoriamente para computadoras y se pueden elaborar con cartulina y otros materiales baratos, vinculando a su elaboración a los propios escolares. Temática: 3. Nuevas Tecnologías y Educación
La educación nutricional, la escuela y los juegos didácticos. La educación nutricional es una actividad priorizada por la FAO y la OMS, que instrumentan programas comunitarios, de adiestramiento, maestrías, etc. en muchos países, sobre todo del tercer mundo; aunque la necesidad del trabajo educativo en nutrición no es privativa de estos países, también los países desarrollados tienen necesidad de educar a su población con respecto a los hábitos alimentarios (1). Educar en nutrición no es una tarea fácil, hay que luchar contra hábitos establecidos, concepciones religiosas, tradiciones culturales y, modificarlos no es siempre posible o requiere tiempo y en algunos casos recursos. Una de las formas más recurridas son las intervenciones de tipo comunitario; en las que la misma población participa en la toma de decisiones y concientemente acepta y realiza modificaciones en sus hábitos alimentarios. Mientras mayor es la edad de la personas objeto de la intervención, más difícil resulta lograr el cambio; pues más afianzadas están las costumbres y hábitos alimentarios en los mismos; es por ello que el trabajo de educación nutricional con niños y adolescentes resulta muy agradecido; pues ellos son los padres del futuro y aquella cultura alimentaria que logren alcanzar e interiorizar, aún pese a que sus padres no la adopten, cuando formen en su adultez sus propias familias, serán capaces de transmitírsela a sus hijos, o serán más receptivos a los mensajes que en este sentido reciban (2). El trabajo de educación nutricional con niños y adolescentes se puede realizar en diferentes entornos: en la comunidad, en la escuela a través de las actividades docentes o extradocentes dirigidas por la misma, mediante la labor de los médicos o activistas de promoción de salud. En el ámbito escolar los métodos a aplicar pueden ser muy diversos: A través de las clases de las diferentes asignaturas, sin necesidad de modificar sus programas docentes, sino aprovechando las potencialidades que estas mismas brindan, como por ejemplo: en aritmética, en los ejercicios y problemas que se realicen, se pueden contar, sumar, restar, hacer operaciones de conjunto, etc. con frutas, vegetales y alimentos en general; en español los ejercicios de redacción se pueden orientar en algunas ocasiones acerca de temas de la nutrición; en química se pueden vincular la composición nutricional de los alimentos y las enfermedades asociadas al déficit de los mismos; con las diferentes sustancias químicas que los constituyen atendiendo al nivel escolar; la biología por sí brinda un campo amplio para trabajar la educación nutricional. Mediante actividades extradocentes como: visitas a fábricas procesadoras de alimentos; a plantaciones agrícolas; haciendas ganaderas; restaurantes en general y vegetarianos en particular; mercados, para enseñar a comprar los alimentos; clubes, círculos de interés, de investigación, sociedades, etc. dedicadas al tema de la nutrición; ludotecas especializadas en esta temática, etc. Estos son sólo algunos ejemplos de lo mucho que se puede hacer en el campo escolar, se requiere sólo querer hacerlo, prepararse para ello, es decir documentarse; ya que motivar a los niños y adolescentes no resulta difícil (3).
Un método muy interesante y aceptado rápidamente por los niños y adolescentes, es el de los juegos didácticos; que pueden ser utilizados tanto en las clases, como fuera de ellas. Los juegos didácticos abarcan un amplio espectro: desde los sofisticados, diseñados para las computadoras, elaborados por centros e instituciones especializadas y que pueden no estar al alcance de todos, además de que él abuso de los mismos puede llevar a un tiempo excesivo de exposición de los niños ante las computadoras, afectando su salud; hasta los muy sencillos, elaborados con cartulina y flamaster o del tipo participativo. Acerca de estos últimos es que quiero hablar más detalladamente. Los juegos didácticos de este tipo, pueden ser creados por el profesor o los propios alumnos; una método sencillo para elaborarlos y que garantiza una gran aceptación por parte de los niños y adolescentes, es tomar como base un juego tradicional, típico del país y adaptar el esquema del juego a los términos y conceptos de la nutrición. Como ejemplo pudiéramos tomar el juego de la solterona; en el cual se combinan cartas iguales y pierde aquel niño que quedó con la única que no tiene pareja, que se denomina solterona; para adaptar este juego con el fin de utilizarlo en la educación nutricional, vamos a explicar la experiencia aplicada por nosotros en algunas escuelas de la Ciudad de Cienfuegos. Al juego lo llamamos la Solterona Nutricional, para mantener un elemento de vinculación con el juego tradicional y el cambio introducido radicó en establecer como criterio de combinación, los grupos básicos alimentarios (sobre la base de tres grupos: constructores reparadores, energéticos y reguladores) y los alimentos que son fuentes de los nutrientes característicos de cada grupo; para jugar lógicamente se requiere de una explicación inicial dada por el profesor y la vigilancia de este durante el juego, pues este sólo se puede jugar si se casan correctamente las cartas. El juego puede ser jugado también por los niños solos, ya que para ello se elaboró un instructivo donde se explican los conceptos fundamentales y se puede comprobar si se casan correctamente las cartas. El juego se diferencia también del tradicional, en que tiene tres tipos de cartas: 1. La solterona, que en este caso en vez de ser una mujer fea, como se hace en el juego original, puede ser un juego de cubiertos, una mesita con mantel, etc., en fin algo alegórico a la alimentación. 2. Las cartas que identifican a los grupos básicos alimentarios, como por ejemplo: los constructores-reparadores pueden ser representados por una pesita, los energéticos por una hoguera y los reguladores por letras y un huesito. Estas cartas se repiten en la cantidad necesaria, para que puedan ser casadas todas las cartas con los alimentos correspondientes a cada grupo. 3. Las cartas que representan a los diferentes alimentos, una para cada uno.
Como ven el juego es fácil de elaborar, puede llevar un número indeterminado de cartas, todo depende de la cantidad de alimentos que se quiera incluir. Resulta entretenido y muy aceptado por los niños y al jugarlo aprenden que: Los alimentos del grupo constructores-reparadores, como son las carnes, leche y sus derivados, granos (leguminosas) y oleaginosas, tienen como aporte principal las proteínas. Los alimentos del grupo energético, como la manteca, el aceite, el tocino, la mantequilla y las salsas tienen como aporte nutricional principal a las grasas y otros como el azúcar, los dulces y helados, los cereales, las raíces feculentas, las pastas, etc., tienen como aporte nutricional fundamental a los carbohidratos. Los alimentos del grupo Reguladores, como son las frutas y hortalizas, tienen como aporte nutricional más importante las vitaminas y los minerales. A los niños les queda claro que este aporte es el principal de estos alimentos, pero no el único, porque se lo explican sus profesores y también aparece en el instructivo. Esta es sólo una muestra de lo que se puede hacer, la experiencia que tenemos es de más de 15 juegos, que se utilizan lo mismo en la ludoteca, en el círculo de interés, o incluso en las clases de asignaturas como la química (4). Este tipo de juegos tienen la virtud de ser muy sencillos de elaborar, pueden confeccionarse lo mismo en un país desarrollado, que en uno subdesarrollado y la práctica nos indica, que mientras más juegos elaboras más fácil son de elaborar los siguientes; es como una reacción en cadena de la creatividad: Los niños y adolescentes pueden participar en la confección de las piezas de los juegos, las cuales son sencillas de realizar y es un trabajo entretenido y que además nos permite educar a los niños en otro sentido, ya que podemos organizar la elaboración como una producción en cadena y así estos pueden emular entre sí, esmerarse para que su trabajo quede lo mejor posible, exigirse mutuamente nivel de responsabilidad, cooperar entre sí prestándose los instrumentos, hacer sugerencias, etc. Son juegos que permiten la interacción directa entre los niños y se podrían enumerar muchas más ventajas. La premisa indispensable es que el profesor quiera hacerlo, quiera estudiar los elementos básicos de la nutrición y sea capaz de desarrollar un mínimo de creatividad.
BIBLIOGRAFIA 1. Guía metodológica de comunicación social en nutrición/ FAO.--Roma: FAO, 1996.- -p. 115. 2. Guía para Proyectos Participativos de Nutrición/FAO.--Roma: Edit. Studio Dickerson, l994.--p.80. 3. Rodríguez García A. S., García Orrí J.J, Lois Guada C.A., Pérez Marchena M.R. Resultados parciales de la aplicación por varios años de una estrategia educativa en nutrición. Revista Cubana de Farmacia. Vol. 34. Suplemento Especial. Cdad. de la Habana: Palacio de las Convenciones, 2000. pp 488 490. 4. artículo estratanuarioucf