Herramientas en mediación. Una secuencia comunicacional Por Silvana Greco Motivada por las experiencias de la práctica docente y la necesidad de ofrecer a los aspirantes a mediadores un proceso didáctico que los acercara al rol, a la práctica de la escucha activa y de la neutralidad, escribí hace unos años acerca de una secuencia comunicacional 1 que tiene el valor de hacer visible un proceso, a modo de herramienta, que permite crear condiciones para la facilitación de la comunicación entre el mediador y las partes así como entre ellas mismas. Aparece necesario que la formación de los mediadores incluya espacios de reconocimiento y de práctica de operatorias, técnicas y herramientas que les permitan ejercer activamente cuando están en campo, la escucha activa y la neutralidad, sabiendo de la incidencia que tienen en el desempeño del rol para la creación de las condiciones que faciliten la comunicación y el diálogo entre las partes. Tanto el mediador como los participantes en mediación operan desde sus subjetividades, de modo que en la interacción que realizan se encuentran comprometidas sus concepciones del mundo, sus valores, ideas, sentimientos y necesidades. La neutralidad ha sido definida a través de aspectos diversos con y desde supuestos teóricos muy diferentes. Encontramos neutralidad como "no involucración", como "imparcialidad", como "equidistancia", como "equidad" 2 como "abstinencia" 3. 1 Greco Silvana (1997). "Herramientas para la mediación, Secuencia Comunicacional". Artículo publicado en la Revista "Libra". Buenos Aires. Primavera 1997. 2 Suarez Marinés (1996) "Mediación, Conducción de Disputas, Comunicación y técnicas". Ed. Paidós 3 Brandoni Florencia (1997). "Apuntes sobre la Neutralidad". Revista "Libra". Buenos Aires.Primavera 1997.
A los fines de este trabajo parto de entender la neutralidad como un estado de actividad cuya única seguridad en el terreno, nos la ofrece la co-exploración y la copresencia en el reconocimiento de los significados que traen los participantes y los nuevos que se desarrollen, en forma simétrica y de modo de no favorecer la tendencia a preferir unos sobre otros. Debemos reconocer que todos participamos de un tipo de identidad de la que no podemos escapar y que lleva a lo correcto, donde en algún momento nos volvemos categóricamente lineales e individuales. Cuando nos apropiamos de esa identidad intolerante y toleramos la de los otros, podremos comenzar a dar cuenta del ejercicio activo de la neutralidad. Cuando estemos en mediación deberemos poner en duda la capacidad explicativa de nuestras diferentes teorías acerca de las cosas y en especial de los conflictos que estamos escuchando. 4 Se torna necesario entonces desarrollar en los mediadores la capacidad de sostener en simultaneo múltiples conversaciones, prescindiendo de la tentación que lleva a realizar intervenciones muy apresuradas en el achicamiento de las diferencias, aún antes de que a través del reconocimiento de esas diferencias se haya podido establecer el campo mismo de negociación entre esas partes. Una secuencia comunicacional: Preguntar, escuchar, mostrar comprensión y pedir reflexión. Una operatoria posible para el entrenamiento en el aula y la práctica en el campo de mediar, está constituida por una "secuencia comunicacional" que resulta de una combinatoria de acciones comunicacionales que conforman un proceso en el que se suceden las actividades de preguntar, escuchar, comprender, mostrar comprensión y estimular la reflexión.
El sentido del "preguntar" en mediación mantiene el ofrecimiento a nuestro interlocutor de una invitación a que explique lo que desea, necesita, siente, valora o prefiere con relación a la situación que lo trajo allí. El sentido de la pregunta debe estar orientado a comprender lo que la persona que habla quiere mostrar como significativo, transformando el preguntar en una actividad compleja. Para que una pregunta abra un diálogo requiere hacer conexión con quien nos habla, ya sea a través del tono, el ritmo, la intención, el tema, el formato y contenido de la pregunta. Algunos indicadores 5 o claves en el discurso de las partes que ofrecen buenas posibilidades para preguntar en mediación, están marcados por la utilización de "generalizaciones" del tipo "todo-nada", "siempre-nunca". Es posible entonces preguntar especificaciones de personas, tiempo, lugar u otros aspectos de modo de ofrecer la posibilidad de que se pueda recuperar también otros tiempos, personas, lugares, en que las cosas no estuvieron abarcadas por el estado negativo actual que refiere el sujeto. Las "repeticiones" o "recurrencias" en el decir, suelen contener ideas o palabras claves que condensan significados con mucho valor para quienes hablan. Muchas veces es oportuno preguntar solicitando se explaye y lo explicite a fin de abrir la conversación a cuestiones significativas para el sujeto que aún no se han hecho visibles. La formulación de enunciados "negativos" del estilo "no quiero que haga", "eso no lo quiero más", tan repetidos por las personas en conflicto, ofrece una oportunidad para preguntar acerca de lo que "sí quiere que haga". Sabemos que la "negación" de 4 Vecchi, Silvia y Greco Silvana (1998).Para profundizar sobre este concepto de neutralidad ver "Mediación familiar. Neutralidad:vínculo y proceso comunicaional". Derecho de Familia.Revista Interdisciplinaria de Doctrina y Jurisprudencia". Abeledo-Perrot. Buenos Aires. 1998. 5 Lederach, John Paul (1986). "La regulación del conflicto social. Un enfoque práctico". Akron. E.E.U.U..1986.
algo existe solamente en el mundo de las ideas y de la lógica, en cambio la formulación "afirmativa" habla de la posibilidad de existencia en el mundo material, concreto y sensible y también conecta con lo posible y con el apoderamiento del sujeto. Lo mismo respecto de enunciados en los que se "pone en boca de otro" algo pertinente respecto de lo que la persona quiere, desea o necesita. Puede preguntarse acerca de lo que él piensa, acerca de ello. El "preguntar" persigue en mediación aumentar la implicación del sujeto a través de la aparición de su palabra, de sus significados, generando un proceso comunicacional tendiente a su apoderamiento y protagonismo. Tanto el apoderamiento -empowerment- como el reconocimiento son consideradas dimensiones del desarrollo moral, del crecimiento personal y han sido entendidas como la capacidad de fortalecer el yo y de relacionarse con otros, conformando elementos importantes de un proceso de mediación y en el abordaje tranformativo 6 sus metas propias. Sabemos que cuando las personas llegan a mediación vienen con una narrativa construída de manera que el conflicto aparece ocasionado por acciones exclusivas del otro, recortando una cadena causal en la que ese otro aparece ubicado negativamente y él víctima de esas acciones. En mediación se valora especialmente la formulación de preguntas que propongan una conversación en que se creen condiciones para aumentar el sentido de fuerza perdido, la asunción del control de las circunstancias, la capacidad organizativa, el poder de decisión y calma de los sujetos implicados. 6 Bush Barusch R.A. y Folberg, J.P (1996) "La promesa de la mediación": Granica.Barcelona. 1996
En la secuencia comunicacional, al "preguntar" le suceden las actividades de "escuchar y comprender" que también son entendidas como actividades complejas que requieren de sucesivas e interconectadas acciones de los que intervienen. Preguntando y escuchando y preguntando tanto como sea necesario para entender los significados de quien nos habla. Cuando queremos "escuchar y comprender" necesitamos evitar la tendencia a completar mentalmente lo que se nos intenta decir, de pensar en otras cosas mientras se nos habla y de ensayar mentalmente nuestras respuestas. Recién cuando estamos en el punto de haber entendido el significado y el sentido que tiene para quien habla, podremos "mostrar comprensión", lo que implica formular una intervención que recoja lo que ella sostiene a través de algún reflejo, sea con un parafraseo, pregunta, comentario u otra intervención. Cuando ésto sucede, el sentido de lo propio, de lo singular del sujeto se hace visible y adquiere particular existencia y valor entre quienes hablan. Se produce entonces el reconocimiento entendido también como dimensión del desarrollo moral, que produce una transformación del sentimiento de amenaza, por la presencia de un otro así como la aceptación de la diferencia sin atribución de intención o rasgo negativo. En general cuando se refleja adecuadamente el significado de la persona, se produce un efecto inmediato ene l interlocutor y en el vínculo entre ambos reconocible a través de índices expresados de distintas maneras y según el contexto esta operación por sí sola a veces podrá producir un cambio que ayude a acercar visiones o generar el surgimiento de alguna opción. En este punto de la secuencia en que se ha preguntado, escuchado, comprendido y mostrado comprensión, se conforma un vínculo entre los que hablan que crea condiciones para pasar al "pedido de reflexión".
A partir de haber mostrado comprensión la persona estará más predispuesta a revisar lo que está sosteniendo como su visión del conflicto, podrá permitirse sin sentirse amenazada la inclusión de la perspectiva del otro, manteniendo la propia. Se habrán creado las condiciones para la utilización de las técnicas destinadas a pedir reflexión, ya sea a través de la introducción de estándares objetivos, de la formulación de agente de la realidad, de revisión del MAAN, mirada al futuro, u otras que el mediador estime pertinentes. Un caso a modo de ejemplo 7 Para clarificar las posibilidades de utilización de la secuencia, un caso puede ser ilustrativo. En una mediación el marido a los dos meses de irse del hogar, pide la determinación de las visitas para con sus dos hijos que viven con su mamá. Afirma que para él la pareja está terminada y que no volverá con ella. La mujer a su vez, se niega a tratar el tema de las visitas. Sostiene que él se fue de la casa intempestivamente y que si tanto le importaban los hijos no se hubiera ido. El mediador interviene intentando poner en el centro de la conversación el interés de los hijos, afirma la importancia de ver al papá, intenta hacerla reflexionar sobre el impacto que su alejamiento causará en ellos, pregunta acerca de las actividades de los niños para así reconocer en qué tiempo el padre los podría ver. Ella, que parece una mujer y madre responsable, contesta de un modo infantil y ligero, rechazando todo intento del mediador en esa línea. Se efectúan otras intervenciones siempre con acento en los intereses del menor sin éxito alguno. Puesta en práctica la secuencia comunicacional, cuando la esposa plantea su oposición a las visitas se le pregunta más acerca de sus razones y del modo cómo ella entiende la situación. 7 Desarrollado en op.cit. en nota 4
Ante este pedido de información dice: quiero que él vuelva, lo nuestro se puede solucionar, él está confundido es una crisis de la edad, no son tan graves los problemas que tenemos, nuestra pareja no está terminada." Esta definición del problema de su parte lleva también y sobre todo el significado que le da a la situación, -es una crisis pasajera y no una que lleve al divorcio- y hace la diferencia con la de él es una situación definitiva e irreversible-. Resulta fundamental reconocer esta diferencia a la hora de crear condiciones para avanzar sin violentar la neutralidad con relación a alguna de las partes. El primero de los mediadores de nuestro ejemplo pasó de hablar del significado de la separación -como proponía la mujer-, a preguntar sobre su impacto en los hijos sin solución de continuidad. El otro mediador en cambio formuló algún tipo de reconocimiento hacia lo dicho por la esposa, y seguidamente exploró como veía ella la ratificación de él sobre no volver porque ya era una decisión definitiva. Preguntó más para comprender. Ella titubeó, manifestó que no lo podía creer, que era una sorpresa. Se conmovió y empezó a llorar. Otra cosa comenzó a pasar a partir de allí. El reconocimiento del mediador al significado que ella daba a la crisis, y a su sentir, produjo el doble efecto de legitimarla y de crear condiciones para que él también pudiera reconocerla. Es este conocer-reconocer el distinto sentido que tienen las cosas para cada uno que permitió ubicarlos simétricamente como protagonistas. Ante la pregunta del mediador acerca de qué decisión querían tomar a partir de ahí, él decidió ofrecer un tiempo antes de seguir avanzando sobre el tema de las visitas y ella se comprometió a revisar el problema en su terapia. Mientras permitiría que el padre viera a los hijos. A veces, como en este caso, mostrar comprensión resultará un arma poderosa para generar el protagonismo y reconocimiento que moverá a las personas al encuentro de soluciones. Otras no será suficiente. Solamente con el arte, la destreza y la subjetividad de cada mediador, la secuencia referida podrá cobrar vida y transformarse en una herramienta útil para crear condiciones
para el uso de otras intervenciones, conformándose en cada caso en un proceso comunicacional único, e impredecible como la singularidad de las personas mismas. En espacios de formación de mediadores, la práctica de cada una de las acciones que la conforman es propuesta a modo de peldaño. Será necesario poner el pié en cada uno para sostenerse en el avance al próximo. La práctica de esta herramienta en el aula, permite al aspirante a mediador, tornar visible el enlace secuencial necesario e insoslayable entre las actividades de preguntar, escuchar, mostrar comprensión para luego recién entonces pedir reflexión, sin violentar los sentidos y concepción del mundo de quienes participan. Habremos puesto en acto el ejercicio activo de la neutralidad.