Dra. Anahí Copitzy Gómez Fuentes. Profesora e Investigadora. El Colegio de Jalisco.
Cuál es el origen de la Nueva Cultura del Agua? Algunas aclaraciones preliminares sobre la Nueva Cultura del Agua (NCA). La propuesta de la Nueva Cultura del Agua, surgió en España en 1995 a raíz de la movilización ciudadana en contra de la construcción de una gran red de presas en el Pirineo aragonés, y una serie de infraestructuras que tendrían como fin primordial realizar el trasvase del río Ebro hacia las costas del litoral mediterráneo. Surge del movimiento social de afectados por presas y trasvases en Aragón y Cataluña (principalmente) y de la participación de expertos. Un sustento social organizado en la Coordinadora de Afectados por Grandes Embalses y Trasvases (COAGRET). El cual es un movimiento Ibérico que promueve la Nueva Cultura del Agua. Tiene un soporte científico importante con la participación de expertos (ingenieros, hidrólogos, geólogos, economistas, juristas, antropólogos, sociólogos, politólogos) que forman parte de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA), con sede en Zaragoza, España. Desde la FNCA se organiza de forma más sistemática el apoyo hacia los afectados. Se hacen estudios de factibilidad económica de las presas y del trasvase, estudios de impacto ambiental, estudios de riesgos geológicos, así como propuesta técnicas de alternativas a las presas y al trasvase.
Qué plantea la Nueva Cultura del Agua? Principales promotores de la NCA: Javier Martínez Gil, Federico Aguilera Klink y Pedro Arrojo Agudo. Javier Martínez Gil. Necesidad de romper con el modelo tradicional de gestión del agua basado en la idea del desequilibrio hidrológico, entre cuencas excedentarias y deficitarias, a resolver a base de grandes obras hidráulicas y cuestionar la forma tradicional de gestión de aguas. Una forma distinta de comprender el agua y los ríos, aportando un punto de vista más sensible y apegado a las emociones y a los sentimientos. Para Martínez Gil, la NCA es un cambio de pensamiento y de prácticas con mayor apego a los valores y a los principios éticos y morales hacia con la naturaleza y el ser humano. Su planteamiento ahora es más de las emociones, de vivir y recuperar los ríos, el sentido lúdico que proveen los ríos.
Qué plantea la Nueva Cultura del Agua? Federico Aguilera Klink. Vieja Cultura del Agua Nueva Cultura del Agua Más embalses y trasvases Gestión de la demanda Gestión integrada de cuencas en el ciclo del agua Laminación de avenidas Garantizar el suministro Prioridades de agua: riego (80-90%) y uso urbano (10%) (abastecimientosaneamiento) Escasa atención hacia los problemas ambientales El agua es una necesidad básica Escaso conflicto social y escasa participación pública en la toma de decisiones Escasa preocupación por la eficiencia técnica en el uso y la distribución del agua. No hay incentivos Ausencia de estadísticas de usos y consumos. Suministro está garantizado. Avenidas controladas (Atención a las prácticas agrícolas) Las prioridades son cuestionadas. La economía cambia Aumenta percepción social de problemas ambientales El agua es un factor de producción y un activo social Aumentan conflictos sociales y aumenta la participación Preocupación por la eficiencia en el uso y la distribución. Discusión sobre incentivos. Se aplican en algunos casos. Se insiste en la necesidad de trabajos fiables, per sigue sin haber estadísticas y series. No hay gestión del agua sin gestión del territorio. Qué usos son compatibles con la cuencas? Destacado papel de los valores ambientales El agua es un activo ecosocial Importantes conflictos sociales y papel clave de la participación pública Conservación, ahorro son fundamentales. Generalización de incentivos y campañas. Se supone que debería haber estadísticas fiables. Fuente: Aguilera Klink, 2008:51
Qué plantea la Nueva Cultura del Agua? Pedro Arrojo Agudo. Propone hablar de gestión de ríos, lagos, humedales y acuíferos, en lugar de hablar de gestión de aguas. Insiste en que el problema no es propiamente de escasez, sino de insostenibilidad, ineficiencia económica y gobernanza. Explica que el paradigma dominante de gestión de aguas está en crisis y coincide en que los problemas de escasez ya no son físicos, sino que se trata de problemas políticos, económicos y sociales. El modelo de gestión tradicional está en crisis debido a: 1) la ineficiencia económica de dichos modelos, en un contexto de cambios profundos en las estructuras económicas a lo largo del siglo XX, 2) la crisis generalizada de insostenibilidad de los ecosistemas acuáticos, con sus correspondientes impactos socio-económicos y ambientales, 3) la falta de transparencia y participación ciudadana, desde enfoques tecnocráticos bajo intereses de grupos de presión que inducen ineficiencias y problemas de corrupción, tras largas décadas de autoritarismo y falta de libertades.
La participación social y la Nueva Cultura del Agua. Desde la NCA se considera que la participación no debe limitarse a los agricultores, a las compañías hidroeléctricas y a la industria, sino que debe abrirse al conjunto de ciudadanía. Es necesario pasar del tradicional modelo de gestión tecnocrática a nuevos enfoques de gestión participativa. Al hablar de ciudadanía en referencia a los recursos hídricos se trata de usos relacionados con actividades o servicios reconocidos como de interés general para el conjunto de la sociedad (Arrojo, 2006 ). Desde la NCA se impulsa la idea de una ciudadanía proactiva, lo cual exige la publicación de cualquier propuesta de envergadura antes de que se elabore el anteproyecto. De esta forma, los colectivos de ciudadanos que manifiesten su interés sobre el proyecto deben ser integrados sistemáticamente a lo largo de todo el proceso de estudio y decisión. Las instituciones deben poner medios económicos e información a disposición de dichos colectivos ciudadanos, a fin de que puedan elaborar sus propios estudios y participar realmente en el correspondiente debate de propuestas y alternativas.
Reconocimiento de los derechos de los ciudadanos: Derecho a la información. Acceso a la información pública, a cualquier información que esté en poder de las autoridades públicas y que sea de interés general. Derecho a la participación, a la toma de decisiones bajo mecanismos adecuados e incluyentes. Derecho a ser consultados. Derecho a una agua en cantidad y calidad. Derecho a un medio ambiente sano. Derecho a un verdadero desarrollo sustentable.
Qué significa incluir la participación ciudadana en la gestión del agua? Entender que los procesos ciudadanos casi siempre vienen desde abajo, desde las colonias, desde los afectados, desde los sindicatos, etc. Hacer confluir visiones y perspectivas (entre las instituciones y los usuarios y afectados) con acercamiento directo. Conociendo a la gente, sus problemas y comprender realmente cómo funcionan las cosas sobre el terreno, más allá de los problemas técnicos e ingenieriles que significa la gestión del agua. Comprender la sensibilidad y la emocionalidad que significa el uso del agua y la apropiación simbólica del recurso por los ciudadanos. En la práctica cuál es la relación de la gente con el agua? Todos hacemos un uso determinado del recurso. Comprender estos mecanismos y la apropiación de los recursos.
De qué maneras participa la gente? Distintos niveles: Como agentes individuales Como usuarios, es decir, como gente que cumple con pagar su recibo, que cumple con mantener su instalación en buen estado y reporta fugas, etc. Organización por manzanas, por colonias A través del autoabastecimiento A través de ONG, s A través de partidos políticos Como movimientos sociales de afectados por las políticas hidráulicas.
En el tema de participación ciudadana hay dos puntos a considerar: 1) Por un lado están todas aquellas actividades y gestiones que se pueden hacer para promover que los ciudadanos, nos involucremos en la toma de decisiones y en la gestión del agua. Participación ciudadana no está reducida únicamente a la promoción del ahorro del agua. Tomar conciencia de que los mecanismos actuales no están siendo suficientes. Tomar en cuenta la participación ciudadana implicaría tratar a los usuarios del agua, justamente no solo como usuarios, sino como ciudadanos. Esto implicaría gestar o fortalecer dentro de los organismos encargados de la gestión del agua (CONAGUA, CEA, SIAPA) una instancia particularmente encargada en la promoción de la participación ciudadana, con especialistas dedicados a esta labor. Gestionar y contar con un presupuesto particular para promover la participación ciudadana. En cada programa tomar en serio y con rigurosidad todos los aspectos sociales y la participación ciudadana, como un rubro importante del programa o política pública a implementar. La participación de ciudadanos en los actuales Consejos de Cuenca, no es significativamente representativa. Ese tipo de mecanismos no llega a las bases sociales, no llega a los ciudadanos. Son mecanismos que sirven solo para ciertos fines, pero no tienen impacto real en la ciudadanía.
En el tema de participación ciudadana hay dos puntos a considerar: 2) Los conflictos en torno a la gestión del agua. Las organizaciones de afectados y los grupos que se gestan en torno a un conflicto, son también considerados dentro de la participación ciudadana. La parte afectada en un conflicto difícilmente se siente tomada en cuenta y se siente perjudicada en su sensibilidad y en sus intereses (en los usos prácticos del agua y de la afectación de territorio). Muchas veces también se siente ofendida y ultrajada. Difícilmente habrá puntos de confluencia y puntos de solución porque son visiones e intereses muy diferentes. Cómo no generar conflicto? y cómo resolver los existentes? Comprender la magnitud del conflicto y de lo que se juega en torno a él. Buscar mecanismos de solución gestionando elementos intermediadores reconocidos por ambas partes. Entablar verdaderos diálogos. Mayor sensibilidad, respeto y comprensión hacia la otra parte. Buscar soluciones que puedan ser aceptables para ambas partes. Entender que los conflictos que se generan nos enseñan, nos hacen aprender y nos hacen crecer, tanto a las autoridades, como a los ciudadanos. Comprender cuál es la funcionalidad del conflicto social. El caso de las mujeres mazahuas en el estado de México en torno al Sistema Cutzamala.
Bibliografía de referencia. Aguilera Klink Federico, 2008, La nueva economía del agua, Centro de Investigación para la Paz. Madrid: Los libros de la Catarata. Arrojo Agudo Pedro, 2006, El reto ético de la Nueva Cultura del Agua, Barcelona: Paidós. Martínez Gil Francisco Javier, 1997, La Nueva Cultura del Agua en España, Bilbao: Bakeaz, COAGRET., 2008, La Nueva Cultura del Agua en un mundo en crisis. Fundación Seminario de Investigación para la Paz y Gobierno de Aragón, El agua, derecho humano y raíz de conflictos. Zaragoza: Gobierno de Aragón. Departamento de Educación, Cultura y Deporte: 549-564.