C ONTESTACIÓN DEL ILMO. SR. D. JOSÉ CARRILERO GIL
Excmo. Señor Director, Ilustrísimos Académicos, Señoras y señores: Es lógico que un artista opine y se exprese en un momento tan importante de su vida profesional como éste, sobre aquello que constituye la razón de su vida que es el arte. Yo diría que el mejor discurso que pueda pronunciar un escultor en este caso José Toledo es su obra; pero la consideración y el respeto que le merecen todos ustedes, le obliga a expresarse de otra forma, aun sabiendo que todo cuanto él pueda decir nunca puede igualar la fuerza emotiva que desprende una escultura. Por eso, es de agradecer cómo trata de explicar con palabras el contenido de su pensamiento en temas de escultura, para que estas garanticen su
26 JOSÉ CARRILERO GIL compromiso con la Academia y consigo mismo. Sea, pues, bienvenido José Toledo a esta Corporación, y que su presencia en ella fructifique en hechos tangibles de colaboración como él mismo desea y expresa elocuentemente con sus palabras. Nace José Toledo en Murcia, apenas terminada la guerra civil, y aunque eran momentos difíciles, el recuerdo de aquellos tiempos se graba fuertemente en él, pero por una razón bien distinta y de hondo significado para un escultor. Sus recuerdos son intensos en esta primera infancia; se siente plenamente feliz entre huertas espléndidas, al iniciarse en el modelado de figuritas y animales domésticos con el barro de la huerta murciana, donde vivía con sus padres dedicados a la agricultura. No sólo aprende a modelar, sino que aprende algo muy importante, como es el conocimiento del material básico de la escultura en su forma más idónea para trabajar. Es el barro fino y untuoso, que de forma natural se depositaba al sedimentarse el agua de lluvia en los bancales de la huerta. Conoce y aprende su textura; y esa sensación táctil tan unida al modelado es tan intensa que no lo olvidará nunca. No es de extrañar pues que esas sensaciones, junto con la tradición murciana, tierra de escultores, cristalizaran en una vocación muy temprana. Ya en las actividades escolares muestra sus preferencias por el dibujo, y pronto acude a la Escuela de Artes y Oficios, donde aprende modelado y dibujo. Allí es donde comienza su verdadera formación artística, que algo más tarde completa en el Estudio del Archivo Notarial. Aprendió, aparte del dibujo y modelado, todas las técnicas propias del oficio, como la policromía y el sacado de puntos. Y, junto a esto, el sentido del orden, la pulcritud y el esmero por la obra bien hecha. Estos conocimientos tanto artísticos como artesanales son importantísimos para el escultor, hasta el punto de producir en él tales sentimientos de admiración y gratitud hacia sus maestros, que se sobreponen a otras tantas vivencias posteriores. Pepe Toledo cita con verdadera devoción a don Juan González, don Antonio Villaescusa, don Clemente Cantos y don Luis Garay, todos ellos magníficos profesores nombrados reiteradamente por otros artistas, por aquello de las vidas paralelas, tan frecuente en el ámbito de la vida murcia-
JOSÉ CARRILERO GIL 27 na. También cita a los compañeros, porque de todos ellos ha recibido algo cada día, dice, aparte de la amistad. Prueba de que nuestro artista había superado esta etapa es su selección por el Sindicato para participar en un Concurso Nacional de Destreza en el Oficio. Es el primer paso para la siguiente etapa, que consistió en dar el salto hacia los estudios superiores. Los acontecimientos se suceden rápidamente: primero, obtiene la beca que la Diputación Murciana concede, por oposición, a los alumnos más aventajados; y después ingresa en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Cursa los cinco años de carrera, al mismo tiempo que asiste al Círculo de Bellas Artes, para ejercitarse el dibujo del natural. En 1965 termina este nuevo ciclo, y en este mismo año se celebran oposiciones para la Academia Española de Bellas Artes en Roma, en las que obtuvo la plaza de pensionado de escultura. Pepe Toledo pasa de puntillas sobre este periodo en el que transcurren los cinco años de la carrera de Bellas Artes, para centrarse en la evolución de sus ideas, a partir del momento de su llegada a Roma. Quiere pronunciarse sobre el cambio que este hecho produce en sus criterios artísticos, algo muy importante para los estudiosos porque ello favorece el enjuiciamiento de su obra. En Italia se respira arte por los rincones, y para un escultor es imposible sustraerse al influjo de tanta belleza. Desde lo etrusco que aún respira vida, los maestros italianos Donatello, Verrochio, Miguel Ángel, otros más actuales como Marini, Martini o Manzú, hasta los contemporáneos, son muchas cosas para asimilar. Todo ello incita a José a actualizar sus ideas y mantenerlas abiertas a todo aquello que le pueda enriquecer. Es consciente de que es el fin de una etapa que se cierra y el comienzo de otra que se abre más madura, con criterios más avanzados, pero abiertos a las innovaciones que su sensibilidad quiera adoptar. José Toledo se propone hablar de sus reflexiones personales sobre cómo describir una obra considerada como obra de arte y se pregunta: qué
28 JOSÉ CARRILERO GIL valores o qué algo misterioso la hace diferente?, es el autor? Piensa que el valor artístico de una obra se puede apreciar por el grado de creatividad que posee el autor y que está implícito en el desarrollo y realización de la misma. Otra cuestión que analiza es el espacio, tanto en el sentido ilimitado como en la relación entre espacio y forma, elementos íntimamente ligados entre sí, puesto que no en vano la escultura invade el espacio; pero el espacio también penetra en la forma, definiéndola, dibujando sus perfiles o modelando sus volúmenes. El espacio en sentido infinito no existe, no lo percibimos. Sólo cuando una obra ocupa parte de ese espacio, la interrelación entre espacio y forma nos permite definirlo. Por eso, los espacios abiertos nos sugieren obras escultóricas de grandes dimensiones con la idea de entrar en relación con ese espacio que por naturaleza no tiene límite. Estas y otras reflexiones que José ha expuesto en su disertación le llevan a describir dos de sus primeras obras que realiza en la Real Academia de Roma. Al ser obras que debía entregar al final de cada curso, las acomete con gran respeto y responsabilidad, para que reunieran unos cuantos valores artísticos determinados. En ellos trató de poner en práctica unos valores estructurales renovados y una evolución plástica que había llegado a asumir, tras el impacto de su llegada a Roma. Vuelve a Madrid, y trabaja en sus proyectos durante un tiempo hasta que consciente de la importancia de la decencia en la vida artística y el arte en general, se presenta a las oposiciones para Profesor de Término en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos. Durante el ejercicio de su labor docente, sigue compatibilizándolo con el ejercicio de la profesión libre de escultor. Cuando una persona tiene la preparación técnica y artística que José nos ha descrito, podemos hacer nuestro lo que todos sabemos: cuanto más rigor, más libertad. Él aprendió los métodos y el rigor en el oficio, una técnica depurada y unos conceptos artísticos justos. A partir de este punto, el
JOSÉ CARRILERO GIL 29 artista elige la materia, técnicas y estilos con los que su ideología y estética más se identifican. La gran Academia de la cultura griega de Platón, y luego renacida pluralmente en el Siglo de las Luces, es la que marca la cultura de cada tiempo. La Real Academia de Santa María de la Arrixaca de Murcia acoge a los artistas más representativos y portadores de las características de estos momentos para mantener viva la llama del arte y que luego será semilla que fructifique mañana. José Toledo, aunque alejado durante tantos años de su tierra, siempre la ha llevado en su pensamiento y, por ende, en su obra; y es por esto que este reencuentro era necesario. Que el nombramiento de José Toledo como miembro de esta Real Academia de Bellas Artes Santa María de la Arrixaca sea fructífero para nuestra tierra, y otro vínculo para la grandeza de nuestro arte regional, que mucho ha dado a la panorámica nacional. Muchas gracias, señoras y señores.