Pasadas las 22.30, un grupo encabezado por Saliquet se persona en el Cuartel General de la División 1. La entrada les es franqueada por el oficial de Infantería Ángel Gómez Caminero, que tiene bajo su mando a más de un centenar de hombres preparados para recibir órdenes. Sin dilación suben hacia el despacho de Nicolás Molero exigiendo entrevistarse con el general, que accede viéndose obligado a suspender una reunión que mantenía con sus asesores. Una vez dentro, Andrés Saliquet explica sin ambages la situación conminando al jefe de la División a adherirse al Movimiento, de lo contrario debe entregar el mando. Molero se niega y desestima cualquier tipo de negociación. La conversación se eleva de tono ante la reiterada negativa, generándose un tiroteo en el que mueren el ayudante de Molero y el comandante Ruperto Riobóo, resultando heridos Ángel Liberal 2, el propio Molero, el teniente coronel Enrique Uzquiano y el abogado Emeterio Estefanía, militante de Acción Popular que se unió al grupo insurrecto durante el trayecto hacia el cuartel. Otras fuentes apuntan a que Molero fue detenido y encarcelado en la Academia de Caballería. A las 2 de la madrugada, la radio local emite un comunicado informando que Saliquet ha tomado el mando de la 7ª División declarando el estado de guerra. El general Saliquet junto a un grupo de allegados. Colección privada 1 Félix Maíz Mola aquél hombre. Diario de la Conspiración 2 También ayudante de Molero, murió el día 20 en el Hospital Militar de Valladolid. Dolores Ibárruri Guerra y Revolución en España 1936/1939
Madrid, el levantamiento fracasa El Gobierno recomienda a todos serenidad y vigilancia. Teniendo a su lado la asistencia del pueblo, hará frente a todas las contingencias y acontecimientos que se presenten, cualquiera que sea su naturaleza. Gobierno de la República, Madrid 13.00 horas del domingo 19 de julio de 1936 Si bien adueñarse de Madrid era el objetivo prioritario de los confabulados, no ignoraban que éste, era un empeño difícil. Allí el Gobierno ejercía una influencia notable, se votaba a la izquierda y en gran medida su nutrida guarnición estaba en manos de militares fieles a la República, con lo que las decisiones gubernativas serían ejecutadas sin la menor objeción. La agitación de las masas obreras, decididas a hacer frente a la insubordinación, se dejaba sentir en las avenidas, en las plazas y en todos los rincones de la ciudad, demandando medios para defender el estado democrático. Se pedían armas en tanto se liberaban militantes anarquistas y se reabrían locales sindicales anteriormente clausurados. La indecisión gubernamental respecto a entregar armamento al pueblo, terminó cediendo a la presión social, José Giral recién elegido Jefe de Gobierno por Manuel Azaña, dispone a la postre que se repartan armas pese al riesgo que ello entrañaba. El Parque de Artillería no disponía de cerrojos suficientes para los 50.000 fusiles que tenía en depósito, el resto se custodiaban en Cuartel de la Montaña, allí desde el mediodía se habían recluido tropas que al igual que otros regimientos no había sacado fuerzas al exterior sembrando la confusión. En cualquier caso y hasta tomar La Montaña, se realizó el reparto de fusiles de manera aleatoria, sin exigir requisito alguno salvo el de mostrar la intención de emplearlos, por lo que el poseedor de uno de estos fusiles, mayoritariamente sindicalistas y afiliados a partidos políticos, puso rumbo a la Plaza de España para agregarse a los guardias de Asalto y militares que rodeaban las instalaciones provistos de cañones y ametralladoras. Dentro, alrededor de 1200 militares, algunos en contra de su propio deseo, y 500 voluntarios civiles, cruzaban fuego con el exterior durante de toda la mañana entre el gran desconcierto acentuado por un incremento paulatino del gentío que se congregaba en los aledaños del foco insurgente, adonde posteriormente acudieron agentes de la Guardia Civil e incluso un pequeño aeroplano que bombardeó el perímetro amurallado minando ostensiblemente la moral de los cercados, hasta producirse la rendición que dio paso a una orgía de sangre tras las tapias del acuartelamiento. 3 Madrid como capital del Estado, no sólo albergaba las principales sedes institucionales y ministerios, también se encontraban repartidos en el casco urbano y por su contorno, en los llamados cantones, un número importante de núcleos militares 4, donde se radicaban fuerzas de diversos cuerpos que concentraban centenares de efectivos, 3
armamento y maquinaria bélica, que también fueron escenario de lucha entre partidarios y detractores de la conspiración. En Campamento la amenaza provenía de los cercanos aeródromos de Cuatro Vientos y Getafe Muy preparados políticamente por el director de Aeronáutica, general Núñez de Prado, algún destacado aviador, como el comandante Hidalgo de Cisneros, y los propios jefes de las bases, tenientes coroneles Antonio Camacho (Getafe) y Francisco León Trejo (Cuatro Vientos). Tales bases sólo podían ser neutralizadas por el fuego de artillería, es decir, el del Regimiento de Campamento y el de Getafe, cuyo coronel Pedro Ramírez estaba del lado de la rebelión 5. La calma aparente en este enclave fue 3 Según el parte de guerra el balance fue el siguiente; Regimiento de infantería nº 31: Muertos; un coronel, un comandante, tres capitanes, once tenientes, cinco alféreces, un brigada, cinco sargentos, veintitrés cabos, y un soldado. Heridos y prisioneros; cuatro capitanes, dos cabos y dos soldados. Regimiento de Zapadores Minadores: Muertos; un coronel, un teniente coronel, un comandante, seis capitanes, ocho tenientes, siete alféreces, un profesor primero de equitación, dos brigadas y tres sargentos. Heridos y prisioneros; un capitán, un teniente y un cabo. Grupo de Alumbrado e Iluminación: Muertos; dos capitanes, siete tenientes, dos alféreces, un maestro armero, un sargento y un soldado. Heridos y prisioneros; un comandante, un capitán, dos tenientes, un brigada y un cabo. Voluntarios del Arma de Infantería: Muertos; un comandante, tres capitanes, un teniente y veinticuatro cadetes. Heridos y prisioneros; tres cadetes. Voluntarios del Arma de Artillería: Muertos; un comandante, un capitán y un cadete. Heridos y prisioneros; dos capitanes. Voluntarios del Arma de Caballería: Muertos, un comandante. Voluntarios del Arma de Ingenieros: Muertos; un capitán, un teniente de complemento, un alférez de complemento, tres cadetes, cinco brigadas y dos soldados. Heridos y prisioneros; un comandante, un capitán, un teniente de complemento, un cadete, tres brigadas y dos soldados. Voluntarios del Cuerpo de Sanidad: Muertos; un teniente, fusilado en la Cárcel Modelo. Voluntarios de Falange Española de las JONS: Muertos; cincuenta y cinco. Heridos y prisioneros; once, el total de falangistas que se encontraban dentro del cuartel era de 183. Maximiano García Venero. Madrid 1936 4 Distribuidos de la siguiente forma: -Ministerio de la Guerra, con el Estado Mayor Central, la Subsecretaría y los demás órganos administrativos; la escolta del Presidente de la República y el grupo de Infantería del Ministerio. -Escuela Superior de Guerra, el Centro de Transmisiones y estudios tácticos de Ingenieros, la Academia de Sanidad Militar y el Colegio de Guardias Jóvenes de la Guardia Civil. -Inspecciones Militares y los cuarteles de la 1ª División y I Brigada de Infantería y de la División de Caballería. -Tres regimientos de Infantería de línea y uno de carros, un regimiento y un batallón de Ingenieros, la Comandancia de Sanidad, secciones móviles de evacuación de la 1ª División y División de Caballería. -Parques de Artillería de Cuerpo de Ejército y División, taller de Precisión, laboratorio del Ejército, establecimientos centrales de Intendencia y Sanidad, parques centrales de Intendencia, Sanidad y Automovilismo, Comandancia de Fortificaciones y Obras, depósito central de Remonta. -Cajas de Recluta números 1 y 2 más el Centro de Movilización y Reserva nº 1. -Dos tercios de la Guardia Civil, una zona y una Comandancia de Carabineros, tres grupos de Asalto, con tres escuadrones, una compañía de Especialidades y once compañías. -En Campamento de Carabanchel, la Escuela de Central de Tiro, la Escuela de Aplicación de Caballería y Equitación del Ejército, un regimiento de Artillería, un grupo de Información de Artillería, un grupo de la Defensa contra Aeronaves, la columna de municiones de la División de Caballería, un batallón de Zapadores y la base aérea de Cuatro Vientos, con una escuadrilla de Instrucción. -En Carabanchel, la Escuela y el Taller de Automovilismo, el Hospital Militar y un parque de Desinfección. -En Leganés, dos regimientos de Ferrocarriles y el parque central de Ferrocarriles. -En Vicálvaro, un regimiento de Artillería. -En Getafe, un regimiento de Artillería y una base aérea, con dos grupos. -En El Pardo, un regimiento de Transmisiones. -En Alcalá de Henares, el batallón Ciclista, un batallón de Zapadores y un aeródromo, con la Escuela de Vuelo y Combate y una escuadrilla. -En Aranjuez, el Grupo de Autoametralladoras-cañón, de Caballería. -En La Marañosa, el Centro de Estudios y Experiencias. -En El Escorial, el Colegio de Carabineros. -En Valdemoro el Colegio de la Guardia Civil, a lo que hay que añadir otras cinco compañías repartidas por los pueblos de la provincia. 5 José Manuel Martínez Bande. La Marcha sobre Madrid
la primera en fracturarse cuando en las primeras horas del día 19 se presentó en la entrada del cuartel de zapadores un furgón con civiles solicitando armas, demanda que iba a ser atendida por el teniente coronel Carratalá y a la que se opusieron otros oficiales, produciéndose una refriega a resultas de la cual murió aquél; Noticioso de lo ocurrido se trasladó inmediatamente a Campamento el teniente coronel Álvarez de Rementería, tomando el mando del grupo de zapadores, y llegando en las primeras horas de la tarde tras vencer numerosas dificultades, el general García de la Herrán. No se tomó en varias horas decisión alguna, lo que dio lugar a que, en la inactividad, fueran situándose en postura totalmente adversa diversos jefes y oficiales, con las consiguientes repercusiones en la tropa 6. Acto seguido se plantea la organización de una columna que marche a Madrid para apoyar a los alzados, labor harto complicada, máxime cuando a medida que corren los minutos, las circunstancias se muestran cada vez más desfavorables. Rebasadas las dos de la madrugada, un avión bombardea los cuarteles, señal inequívoca de que la Aviación se ha mantenido fiel al Gobierno, por lo que se busca la intervención de los artilleros de Getafe para anular cualquier misión aérea; Estos hacia las tres y media, abrieron fuego sobre el inmediato aeródromo, pero el capitán Manuel Cascón, de la base aérea, auxiliado por soldados de la misma, guardias y una gran masa civil armada, rodeó el cuartel, siendo apoyado desde dentro por el comandante Enrique Jurado, otros oficiales y fuerza de tropa. Al final, el coronel Ramírez se rendiría a las seis de la mañana. Esta derrota tendría importancia decisiva, ya que en adelante los aviones podrían emplearse holgadamente contra los focos de la sublevación madrileña, la Montaña y Campamento 7 A las cuatro, columnas formadas por guardias de Asalto, milicianos y un destacado grueso constituido por el batallón Mangada, se dirigen por la carretera de Extremadura hacia Campamento para cercarlo, provocando la salida de soldados y oficiales que se unían a los sitiadores. En último extremo el general García de la Herrán es muerto por uno de sus soldados, y se procede a la captura del grupo de resistentes que instantes después es fusilado. Doblegada de este modo toda oposición, y vencidas las unidades militares rebeldes en Madrid y su área metropolitana, se materializa el descalabro del levantamiento en la capital. 6 José Manuel Martínez Bande. Ob. citada 7 José Manuel Martínez Bande. Ob. citada
Vista aérea del Cuartel de la Montaña tras el final de la guerra. Colección privada