Una guía de supervivencia para lograr ambas actividades Estudias o trabajas?
En la actualidad existe una tendencia creciente que llama mucho la atención entre los universitarios: se trata de aquellos estudiantes que trabajan simultáneamente. Una encuesta realizada por un portal de búsqueda empleo en línea, indicó que cada vez más alumnos se enfrentan a la disyuntiva de trabajar mientras estudian debido a la intensa competencia que existe en el mercado laboral.
Si bien muchos artículos mencionan las bondades de comenzar tu vida profesional antes de salir de la universidad, es necesario reflexionar sobre las implicaciones que causa dedicarse a dos grandes responsabilidades, ya que hacerlo puede traer consecuencias perniciosas tanto para tu vida académica, como para la laboral. Es probable que tengas compañeros que se encuentren realizando ambas actividades, lo cual demuestra que comprometerse con un trabajo mientras estudias, no es imposible. Teniendo esta afirmación en mente, también es necesario que comprendas los sacrificios que representa dicha responsabilidad. Si te encuentras considerando tomar un empleo de medio tiempo, a continuación te dejamos información que te ayudará a tomar esta decisión, así como unos tips que te permitan, no sólo sobrellevar dichas actividades, sino triunfar en ambas.
Organización, no hay de otra Lo primero que debes considerar es la organización que debes llevar para mantenerte a flote entre las aguas del trabajo y la escuela. Poseer esta característica es determinante ya que de otra forma, le faltarán horas a tu día y quedarás como un pésimo trabajador y, o un estudiante mediocre; lo cual no es una imagen atractiva o una buena carta de presentación. En este orden de ideas, el equipo de Esfera laboral te invita a realizar una reflexión profunda antes de tomar esta elección. El 60% de los encuestados por el mismo sitio, refirió que para obtener un buen empleo no basta con el título universitario, lo cual les ha llevado a buscar experiencia antes de finalizar sus estudios. No obstante, es importante aclarar
que tampoco genera una buena impresión un candidato que cuenta con una experiencia deficiente, esto se debe a que se crea una imagen de escaso compromiso y organización. Esta experiencia sólo puede ser considerada como positiva si a través de ella se obtienen resultados que reflejen tu esfuerzo y dedicación; de tal forma que el estudiante que se embarque ante tal compromiso debe comprender que son actividades que tienen que observarse seriamente, puesto que ellas constituyen su carta de presentación laboral. Así mismo, es preciso tomar en cuenta factores como la disminución de la cantidad de tiempo libre con el que dispondrá el universitario, así como un posible decrecimiento del rendimiento escolar, e incremento en los niveles de estrés. Por otro lado, entre los beneficios que se obtienen al integrarse al mercado laboral antes de concluir la preparación profesional, encontramos la adquisición de experiencia, así como la puesta en práctica de los conocimientos y habilidades desarrolladas durante la carrera, la formación de nuevas competencias como son responsabilidad, productividad, organización, administración, disciplina, facilidad para relacionarse con otros, el trabajo en equipo y la confianza. Otra ganancia que se alcanza al laborar, es tener una visión más clara de las actividades que se desean realizar al concluir los estudios; en numerosas ocasiones los estudiantes desconocen a qué quieren dedicarse, por ello experimentar distintas labores les ayuda a determinar un camino profesional concreto en el que deseen incursionar. Finalmente, si te sitúas como un trabajador sobresaliente obtendrás recomendaciones laborales, al igual que contactos que podrán servirte de apoyo, en un futuro, para tu crecimiento profesional. Tales beneficios te harán un candidato más competente ya que te situarán un paso adelante de los demás aplicantes.
Y, cómo le hago? Como ya referimos, lo primero es ser una persona organizada; si no lo eres pero te encuentras determinado a trabajar y estudiar simultáneamente, no te agobies. A continuación encontrarás unos trucos que te permitirán administrar eficientemente tu tiempo y energía; para que tu rendimiento en ambas actividades sea el mejor. Calendariza tus actividades. Si tienes una gran cantidad de tareas, exámenes y pendientes por hacer, no te estreses: mejor elige un calendario en el que anotes qué labores debes realizar y cuando debes entregarlas. Esto te harás más consciente del tiempo disponible que tienes, así como de los lapsos que puedes dedicarle a cada actividad. De tal forma que trabajes en ellos paulatinamente. Aprovecha tiempos muertos. Si puedes adelantar tarea o lecturas durante tus trayectos o mientras esperas a una persona, sácales provecho! Ya sea que estés en el transporte público o haciendo tiempo para reunirte con alguien, échale un ojo a las lecturas que aún no terminas o a los apuntes que te falta estudiar. Elige carreras virtuales o semi-presenciales. Si está en tus posibilidades elegir tales opciones, no lo dudes. Esto reducirá tu carga de trabajo, con lo que podrás dedicarle más tiempo a las tareas que tienes, lo cual también disminuirá tus niveles de estrés. Así mismo, si tu escuela cuenta con la alternativa de adelantar materias en periodos vacacionales, procura inscribirte; de tal forma que tengas menos compromisos durante los periodos regulares. No dejes que el estrés te controle. Sí, es probable que en ocasiones te sientas exhausto o agobiado con tantos pendientes, sin embargo es importante que te relajes y controles dicho sentir. Toma un espacio de tu día para realizar una actividad que te relaje, ya sea tocar un instrumento, bailar, tejer, etcétera. Cualquier cosa que te ayude a recuperar energía y ánimo.
Elabora una lista de las labores que debes realizar. Sucede que en ocasiones tenemos tantas cosas en la cabeza que olvidamos aquella tarea que debíamos entregar. Para que los pendientes no te tomen desprevenido, anótalos en un sitio al que accedas continuamente, de tal forma que siempre los tengas presentes. Sé realista. No realices planes que comprometan tu rendimiento, si una tarea parece requerir un esfuerzo mayor, dedícale más tiempo y no te desesperes si no resulta a la primera. Si no cumples con tus expectativas, no te desmotives y, simplemente, vuelve a intentarlo. Festeja tus logros. Cuando termines una materia, entregues un proyecto o en cuanto cumplas con un objetivo, apapáchate y consiéntete. Hacer esto mantendrá viva tu motivación y te impulsará a continuar tus actividades. Crea una rutina. Esto te volverá más ordenado ya que tendrás tiempos específicos para dedicar a cada una de tus actividades, así mismo esta alternativa te ayudará a gestionar tus tiempos y a cumplir con tus plazos sin presionarte demasiado. No procrastines. Este término comienza a ser popular; por tal se entiende aplazar las tareas pendientes. Evita con todas tus fuerzas hacerlo, ya que en lo posterior carecerás de tiempo suficiente para terminar tus labores y te encontrarás entregando todo a último minuto. Si requieres más consejos para acabar con este pésimo hábito, te invitamos a leer nuestro artículo sobre la procrastinación. Aliméntate sanamente y descansa. Si piensas que estos factores no afectan tu desempeño, te encuentras en un error. Resulta que tu cuerpo requiere de ciertas condiciones para atender tal demanda de energía. Procura llevar una dieta balanceada, en la que integres todos los grupos alimenticios; paralelamente intenta dormir más de seis horas, de tal forma que asegures la reparación celular. Si no duermes lo suficiente, padecerás más estrés e incrementarás la muerte de distintos tipos de células.