De traidor, traductor y loco todos tenemos un poco. En un texto siempre están los ecos de las dos tradiciones, del autor y de su traductor. La escena de traducción se abre entre las dos lenguas, se trata de un espacio fronterizo y es siempre inestable, incierta, pero sumamente compleja, rica y, en el mejor de los casos, fértil y generativa. Sergio Waisman (2015) Si alguna vez leyeron la Eneida de Virgilio, la Ilíada de Homero o cualquier otro escrito cuya lengua original no sea el español quizás se habrán cruzado con notas al pie dejadas por los traductores. Estos textos épicos cuyos idiomas originales son el latín y el griego, respectivamente, así como otros textos de estudio, abundan en este tipo de recursos, posiblemente porque quienes lo tradujeron precisaban aclarar términos que no juzgaban totalmente equivalentes en el idioma al que traducían. Se figuran qué tan difícil les puede haber resultado encontrar palabras equivalentes en español, inglés, portugués, francés, rumano, chino? Quizás todo esto llevó a más de uno a preguntarse por qué esta palabra está acá, y no esa otra??. De esa pregunta parte la traducción, de manera tal que, como dice Sergio Waisman (2015), llega a ser un oficio generativo y fértil, no sólo para el profesional, sino para quienquiera que se encuentre con ella en el camino de sus lecturas. La traducción consta de tres partes, primero la lectura, luego la aprehensión del escrito y por último su traslación al idioma de destino. Esta difícil tarea muchas veces queda oculta por el renombre del autor original, o por la calidad de la obra, perdiéndose la esencia del oficio del traductor. Volvamos a los ejemplos anteriores: no piensan que el traductor puede haber tenido que suprimir o cortar oraciones para su correcta interpretación, cambiar frases? por qué si leemos distintas traducciones las palabras cambian? no se trata esto de un proceso de autoría? es una obra falsa o truncada ahora? HISTORIA SOBRE LA TRAICIÓN
El oficio de la traducción se remonta a muchos siglos antes de lo que podemos llegar a imaginarnos. Cuando una se sienta en la primera clase de primer año de Traductorado el docente comienza indefectiblemente de la misma manera cada ciclo lectivo: Cuenta la leyenda que en un principio los hombres hablaban una sola lengua y vivían en comunidad, por lo que no precisaban de traductores. Cómo aparecen los intérpretes? La comunidad emigró hacia el Oriente, encontrando las tierras de Senaar, donde se estableció. Su vanidad llevó a los hombres a proyectar la construcción de una torre que iba a llegar al cielo, con el objeto de hacerse famosos y superar a su dios, Yahvé. De esta manera cocieron ladrillos en lugar de utilizar piedras y emprendieron la obra. Yahvé, viendo la soberbia de tal emprendimiento descendió al encuentro de los hombres y decidió castigarlos haciéndolos hablar en distintas lenguas para evitar que se comunicasen y la concluyeran. Fue así como los hombres se dispersaron y se interrumpió la construcción. Ésta, luego fue apodada como Torre de Babel ya que la palabra babel significa confusión en hebreo, aludiendo a la incomunicación que existió en los hombres desde ese entonces.. Y la clase siempre continúa con la historia de San Jerónimo, patrono de los traductores. Lo importante es que este mito ilustra la falta que hace a la comunidad el oficio de la traducción, ya que es aquel que une culturas distintas, es lo que funciona como puente entre los hombres y favorece la colaboración mutua. Pero seleccionemos otro ejemplo de la traducción que poseemos de antaño y que es poco relatado: la historia de la Malinche. Ya aproximándonos en el tiempo y en el espacio, nos remontamos a México a principios del siglo XVI. Allí nació una niña hija de un cacique del imperio azteca que fue llamada Malinali y que, como era de esperarse, desarrolló su lengua materna, el náhuatl. A pesar de su posición cuando su padre falleció la niña fue vendida a otro cacique en una región al este de la suya, donde la muchacha debió adaptarse a la lengua maya que se hablaba allí. Esta región fue alcanzada por las expediciones del español Hernán Cortés, quien recibió como presente oro, mantas y alimentos, además de veinte jovenes, entre las cuales se encontraba Malinali. Pronto los conquistadores quisieron expandirse a otras zonas, aunque con la dificultad de que no conocían el náhuatl. Ya con Cortés la joven bautizada como Marina conoció a Jerónimo de Aguilar, un español que sabía maya. Este es el momento decisivo en el que Marina comienza su tarea de intérprete con el siguiente mecanismo: Cortés hablaba a Aguilar en español, Aguilar a Marina en maya y Marina a los indígenas en náhuatl. Malinali desde ese entonces se dedicó a salvar la vida de los
conquistadores en varias expediciones, revelando las estrategias de los nativos. Esta historia de traición (como uno tiende a pensar) nos muestra cómo el saber de las lenguas y el oficio de la traducción puede llegar a ser decisivo a la hora de salvar vidas o quitarlas. Pero si pensamos en la traducción propiamente dicha no es también en sí misma una traición? el traductor no se traiciona a sí mismo para dejarse tomar por un texto extranjero? no se olvida luego de la cultura del texto original para que reine la cultura del texto de destino?. El proverbio italiano traduttore traditore ( traductor, traidor ) nos revela que no somos los primeros en pensar en esta dicotomía que nos deja en vilo entre querer aprender todos los dialectos del mundo o dejarnos traicionar por un traductor. LA TRADUCCIÓN LITERARIA Este espacio fronterizo entre la lengua original y la lengua de destino llamado traducción se complejiza y se vuelve más inestable e incierto que nunca si nos adentramos en el campo de la traducción literaria. La literaturidad, según Jonathan Culler es aquello que hace que una obra sea literaria, y bien, qué es aquello? Aquello es lo estético, lo cultural, lo que transmite una palabra o una expresión. Existen aquellos que no son paralelizables con otras lenguas, es decir, que son intraducibles. La esencia de algunas palabras se pierde en otros idiomas, se oscurece algo de la intención del autor. Como cada palabra es mucho más que su definición en el diccionario, cada una posee múltiples acepciones, tanto en la masa como en el cerebro de cada persona. El traductor debe acotar ese área de significado a una sola acepción, lo que lleva a que se recorte el trabajo que el autor original realizó y que se pierda la esencia de algunos fragmentos del escrito. Si el traductor es astuto y conoce bien el idioma del original estos aquellos serán de un número reducido, pero lo que sí es imposible es que no se pierda absolutamente nada de la obra original. Esto es así porque escribir es traducir. Esta teoría propuesta por José Saramago en el año 2008 sugiere que el autor al escribir se dedica a llevar lo visto y lo sentido a un código convencional de signos. Esta traducción de experiencias a signos será siempre incompleta e inexacta y además luego estará librada a la decodificación del lector a sus propias experiencias que casi nunca coincidirán. El traductor asimismo es un lector que decodificará este texto a su parecer y que luego, para más traición, lo llevará a otro conjunto de signos para que otros
lectores decodifiquen lo que él mismo cree haber decodificado y recodificado. Ahora, el autor escribe pensando en un lector? Intenta realmente que el destinatario comprenda sus sensaciones y elige signos del código acordes a esta misión? Según la teoría del Lector Modelo enunciada por Umberto Eco, un texto siempre está incompleto porque el autor deja elementos no dichos que necesita que el lector actualice. Para ello, prevee las competencias de su destinatario y trata de que el texto se interprete con un cierto grado de univocidad entre los distintos receptores. Es el mismo movimiento que realiza el traductor, quien luego de interpretar el escrito intenta reescribirlo seleccionando las frases y palabras indicadas para la mejor comprensión del lector. En conclusión, esto lo convierte también en autor por dos motivos: uno, lo hace pensando en un receptor, en un lector modelo ; dos, el traductor traduce lo visto y lo sentido (lo decodificado en el texto fuente) a un código de signos, que es el otro idioma, tal como hace un autor al escribir, según Saramago. El traductor no es en sí un traidor a la obra, sino que es su segundo autor, es quien lleva la obra a otras culturas, es la persona que se encarga de llevar a cabo la rica y provechosa tarea de mezclar los mundos de personas distintas, es el que se compromete con el autor original y con el receptor, porque es a su vez el autor y el lector en sí mismo. BIBLIOGRAFÍA CULLER, Jonathan; La literaturidad, en: Angenot, Marc et al. (eds), Teoría Literaria; México; Siglo XXI; 1993 págs. 36-50 ECO, Umberto (1979) El lector modelo, en: Lector in fabula. La cooperación interpretativa en el texto narrativo.; Trad. De Ricardo Pochtar; Barcelona; Lumen; 1993 págs. 73-95 BIBLIOGRAFÍA EN FORMATO DIGITAL http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/malinche.htm (fecha de consulta: 17/01/2015)
http://cuaderno.josesaramago.org/49364.html (fecha de consulta: 18/01/2015) http://www.historiacultural.com/2010/01/la-malinche-marina-inter prete-de-hernan.html (fecha de consulta: 17/01/2015) http://www.lanacion.com.ar/1757970-sergio-waisman-el-traductor-j amas-es-invisible-no-es-un-mero-copista-eso-es-una-falacia (fecha de consulta: 06/02/2015) http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/secciones/7 067/malinche_indigena_que_abrio_mexico_cortes.html (fecha de consulta: 17/01/2015) http://www.portalplanetasedna.com.ar/torre_babel1.htm (fecha de consulta: 17/01/2015) http://www.vavel.com/es/historia/272806-la-torre-de-babel-muchomas-que-una-leyenda-biblica.html (fecha de consulta: 17/01/2015) http://www.vgmpharmatech.com/index.php?option=com_content&v iew=article&id=146%3atraduttoretraditore&catid=54%3ainvierno-2010&itemid=142&lang=es (fecha de consulta: 18/01/2015)