SERIE FINANCIAMIENTO DEL DESARROLLO



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Transcripción:

COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE SERIE FINANCIAMIENTO DEL DESARROLLO 76 UN PERFIL DEL DÉFICIT DE VIVIENDA EN URUGUAY, 1994 Raquel Szalachman R. PROYECTO CEPAL / GOBIERNO DE HOLANDA POLÍTICAS FINANCIERAS PARA INCREMENTAR EL AHORRO Y PROMOVER LA EQUIDAD

LC/L.1165 Enero de 1999 Este documento fue elaborado por Raquel Szalachman, oficial de asuntos económicos, con la colaboración de Nora Ruedi, consultora, ambas de la Unidad de Financiamiento de la División de Comercio Internacional, Transporte y Financiamiento de la CEPAL. El trabajo estadístico estuvo enteramente a cargo de la Srta. Ruedi. Este trabajo forma parte de las actividades del Proyecto Conjunto CEPAL/Gobierno de Holanda Políticas financieras para incrementar el ahorro y promover la equidad. La autora agradece los valiosos comentarios de Luis Felipe Jiménez y Günther Held. Sin embargo, las opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial, son de la exclusiva responsabilidad de las autoras y pueden no coincidir con las de la Organización.

ÍNDICE Página RESUMEN...5 INTRODUCCIÓN...7 I. INFORMACIÓN UTILIZADA Y CARACTERÍSTICAS DE LAS VIVIENDAS...11 II. ESTIMACIONES DE DÉFICIT DE VIVIENDA...15 1. ESTIMACIONES DE DÉFICIT CUANTITATIVO...15 2. ESTIMACIONES DEL DÉFICIT CUALITATIVO...17 III. CARACTERÍSTICAS SOCIOECONÓMICAS DE LOS HOGARES Y DEFICIT DE VIVIENDA...25 1. POBREZA Y DÉFICITS...25 2. CARACTERÍSTICAS DEL JEFE DEL HOGAR Y DÉFICITS...29 IV. CONSIDERACIONES FINALES...39 BIBLIOGRAFÍA...43 ANEXO ESTADÍSTICO...45 3

RESUMEN El diseño de una política de vivienda depende, entre otros factores, de estimaciones confiables de la magnitud de la discrepancia entre la cantidad de viviendas existentes y la totalidad de la población de una país (déficit cuantitativo) y de la medida en que las viviendas existentes cumplen con ciertos estándares mínimos que permitan ofrecer una calidad de vida adecuada a sus habitantes (déficit cualitativo). Este documento utiliza información de las encuestas de hogares y es el primero de una serie de estudios relacionados con el tema en cinco países de la región: Bolivia, Brasil, Colombia, Chile y Uruguay. Estos trabajos forman parte del Proyecto Conjunto CEPAL/Gobierno de Holanda Políticas financieras para incrementar el ahorro y promover la equidad, en torno al ahorro y el acceso a la vivienda de los estratos de menores ingresos en la región. El objetivo de este estudio es realizar estimaciones de los déficits de vivienda tanto cuantitativos como cualitativos en Uruguay. Para ello se construyen indicadores en base a conceptos nuevos y utilizando información que no se había ocupado para este propósito con anterioridad. Posteriormente, con el objeto de poder identificar el grupo de hogares en que se concentran éstos déficits, los indicadores se asocian con los niveles de pobreza de los hogares, y otras características socioeconómicas del jefe del hogar, tales como género, estructura de edad, educación, condición de actividad y categoría ocupacional. Los resultados de éstas asociaciones permiten arribar a conclusiones relacionadas con los distintos tipos de déficits de vivienda y por ende a sugerencias en torno a la política habitacional en el Uruguay. 5

INTRODUCCIÓN La vivienda juega un decisivo papel en la calidad de vida de las personas y conlleva, en la mayoría de los casos, al acceso a servicios hoy considerados esenciales para alcanzar niveles mínimos de bienestar En adición a lo anterior, representa la principal inversión y el patrimonio más importante de las familias de ingresos medio y bajo; en algunos casos constituye incluso una fuente importante de ingresos. No obstante, gran parte de la región muestra fuertes déficits habitacionales entre las familias de menores ingresos, lo que se expresa tanto en la carencia absoluta de vivienda (déficit cuantitativo) como en la habitación de viviendas de calidad muy deteriorada o que no ofrece los servicios básicos (déficit cualitativo). Este documento forma parte de una serie de trabajos que utilizan un enfoque distinto a los estudios tradicionales relativos al problema de vivienda y realizan un aporte al tema al menos en dos direcciones. En primer lugar se basan en la información obtenida de Encuestas de Presupuestos Familiares que se realiza desde hace algunos años en diversos países de América Latina. Esta información no ha sido utilizada con anterioridad en ninguno de los estudios relativos al tema, por lo que entrega antecedentes inéditos y, a pesar de algunas limitaciones, son útiles en el análisis de la situación en materia de vivienda en los países de la región. En segundo lugar, utilizan indicadores construidos en base a conceptos nuevos que muestran facetas del problema habitacional que generalmente han quedado encubiertas en el análisis tradicional. Una de las limitaciones que presenta este estudio así como los otros de la serie, está relacionada con las posibilidades de comparación entre países. Como se señaló, la información utilizada para el análisis se basa en encuestas de ingresos, lo que implica que las preguntas no han sido elaboradas específicamente para un estudio relativo a la problemática de vivienda. Por esta razón no existe uniformidad en cuanto a las información referida a este tema. Tampoco existe uniformidad en la cobertura; en algunos países la información es únicamente urbana, en tanto que en otros cubre los sectores urbano y rural. Finalmente, dado que esta encuesta no se realiza todos los años, hay diferencias en cuanto a los períodos que se consideran en cada país, si bien en todos los casos la información corresponde a la presente década. En adición a lo anterior, existen diferencias relacionadas con las características propias de cada país que dificultan definir conceptos uniformes que sean válidos para todos los países. Así por ejemplo, el tipo de materiales utilizados en la construcción de viviendas varía, dependiendo de las condiciones climáticas y de la abundancia o escasez de materiales en cada caso. A modo de ilustración, los muros de ladrillo se utilizan en Colombia en la mayoría de las viviendas, sean estas precarias o no, en tanto que en otros países sólo se ocupan en construcciones más lujosas. En consecuencia no es posible, por ejemplo, definir la calidad de las viviendas utilizando los muros de ladrillo como criterio uniforme para todos los países. A pesar de estas dificultades, se construyen aquí indicadores que sin ser idénticos, son al menos comparables, contribuyendo así a una mejor visión de la situación de vivienda y permitiendo realizar comparaciones entre países en algunas áreas. 7

Algunos conceptos previos Para determinar hasta qué punto las necesidades de vivienda de la población están satisfechas, se requiere tomar en cuenta dos factores. En primer lugar se debe estimar en qué medida la cantidad de viviendas existentes es suficiente como para albergar a la totalidad de la población de un país. En segundo lugar se requiere que las viviendas cumplan con ciertos estándares mínimos con el objeto de ofrecer una calidad de vida adecuada a sus habitantes. A continuación se discute el modo en que se ha recogido la incidencia de estos dos aspectos sobre la situación de déficit de vivienda. a) Déficit cuantitativo La definición tradicional de déficit cuantitativo de vivienda se basa en la comparación entre el número de hogares y el de viviendas permanentes. El monto en el cual la primera de estas cifras supera la segunda es lo que en la mayoría de los textos se designa como déficit cuantitativo. Sin dejar de reconocer la importancia de la anterior definición, este trabajo sostiene que ésta es tan sólo una primera buena aproximación de esta medida. Al tomar en cuenta únicamente el número de viviendas se deja de lado consideraciones tales como los materiales utilizados en la construcción de las viviendas o el estado de conservación de las mismas. Si bien a simple vista pareciera ser que estas variables son de carácter más bien cualitativo, tienen un trasfondo que trasciende este aspecto. Una vivienda cuyo techo es de un material tan precario que no impide la entrada de lluvias y temporales, no cumple con el objetivo de proteger a sus moradores contra las inclemencias del tiempo, por lo que esta situación debiera considerarse como parte del déficit cuantitativo. Este trabajo utiliza un enfoque un tanto más amplio para la definición del déficit cuantitativo. Para ello se parte tomando en consideración el tipo de materiales utilizados en la construcción del techo, los muros y el suelo de las viviendas. Luego, realizando combinaciones entre materiales sólidos y precarios se clasifican las viviendas, desde las que utilizan los materiales más sólidos hasta las que utilizan materiales totalmente precarios. En aquellos países en que no existe información disponible respecto de estos tres elementos, se utiliza una aproximación basada en los datos existentes. Por ello en algunos casos se toma en consideración únicamente el techo y los muros, en tanto que en otras tan sólo los muros. En base a estas combinaciones, se establecieron tres categorías de vivienda recurriendo exclusivamente a materiales de construcción. La Categoría I es la más sólida y de mejor calidad, por estar compuesta de los materiales más resistentes 1. Esta Categoría no presenta ningún tipo de déficit. En el otro extremo está la Categoría III, que incluye las viviendas construidas con los materiales más precarios 2. En este trabajo se considera suficiente que alguno de los componentes de la vivienda (techo, muro o piso) sea de material precario para que la vivienda forme parte de la Categoría III. Además, dado su carácter perecedero, en la mayoría de los casos, las viviendas que pertenecen a esta categoría forman parte del déficit cuantitativo, siguiendo la definición más amplia descrita anteriormente. Entre ambas categorías se encuentra la II que agrupa a aquellas viviendas compuestas por materiales de construcción sólidos pero de calidad inferior a los de la 8 1 En general esto corresponde a techos de teja o loza; paredes de ladrillo, adobe revocado, cemento y hormigón; y con piso de madera pulida, mosaico o radier revestido. 2 En general estas son viviendas con techo de paja, caña, palma, fonolita y materiales de desecho; los muros son de caña, palma, barro, madera, troncos u otro material sin revestir; y los pisos son de tierra o algún material sin revestir. En otras palabras hay una combinación de materiales muy precarios o de desecho.

Categoría I 3 y claramente superiores a los de la Categoría III, o bien una combinación entre materiales de excelente calidad (como los de la Categoría I) y otros no tan buenos. En esta categoría existe en general una alta concentración de viviendas que presentan déficits cualitativos, es decir, de calidad insuficiente. Para el caso específico del Uruguay, como se explica más adelante, las definiciones relacionadas con el estado de construcción de las viviendas son únicamente de carácter cualitativo y de apreciación subjetiva, por lo que la definición amplia de déficit cuantitativo se basa en estos conceptos. En síntesis, este estudio considera que el déficit cuantitativo incluye tanto los hogares que comparten una vivienda, como aquellos que ocupan viviendas de un carácter muy precario. b) Déficit cualitativo Este concepto es en sí mismo de carácter cualitativo y está también muy ligado a características propias de cada país. Al igual que en gran parte de estudios relativos al tema, en este trabajo se ha asociado el déficit cualitativo a tres tipos de variables: la disponibilidad de servicios, la calidad y el estado de la construcción de la vivienda, y el hacinamiento. En cuanto a la disponibilidad de servicios, se considera en primer lugar el acceso a servicios públicos tales como agua, luz y alcantarillado. Si bien hay algunas diferencias entre los países en la definición de disponibilidad de cada uno de estos servicios, se ha denominado ALEX 4 al conjunto de estos servicios y se considera que parte del déficit cualitativo en cualquier país está formado por aquellas viviendas que no disponen de ALEX (de acuerdo con la definición específica de cada país) en áreas urbanas 5. En segundo lugar, en los casos en que existe información, se ha agregado la disponibilidad de servicios, como baño y cocina dentro de la vivienda, como un indicador de calidad de la vivienda, distinguiendo en lo posible servicios de uso exclusivo o compartido. Por lo tanto, en la medida que la información lo permite, también en este caso se emplea una definición de disponibilidad de servicios más amplia que la tradicional. La calidad de la construcción, es la variable que resulta más difícil de definir en forma uniforme para todos los países. En primer lugar, la información es muy asimétrica y está sujeta a diferencias relacionadas con la disponibilidad de materiales o el estilo de construcción de cada país. En segundo lugar, para determinar la calidad de una vivienda, además de establecer el tipo de materiales utilizados en su construcción, también es necesario poseer información respecto del estado de conservación de los mismos. Lamentablemente esta información no siempre está disponible. En casi todos los países las deficiencias en cuanto a calidad se encuentran en las viviendas de Categoría II. Sin embargo, dada la enorme variedad de viviendas que agrupa esta categoría, no todas presentan problemas de calidad. El hacinamiento se refiere a una comparación entre el número de cuartos y el número de personas que habitan una vivienda. Puede ser estimado considerando tanto el número de personas por dormitorio como el número de personas por habitación. En aquellos casos en que existe información al respecto, se ha utilizado este último concepto, 3 Los techos aquí son de calamina o plancha; las paredes incluyen adobe sin revocar y madera y los pisos son de cemento recubierto con materiales de baja calidad. 4 La disponibilidad de ALEX que se refiere a Agua, Luz y Descarga de Excretas no es totalmente comparable entre países. En algunos países disponer de servicio de excretas significa tener descarga instantánea, en otros en tanto, significa disponer únicamente de una caseta sanitaria. Esta es una variable que está muy relacionada con el nivel de desarrollo general del país. 5 En aquellos casos en que existe información disponible, este concepto se ha ampliado agregando el origen de la distribución de agua (si proviene de dentro o fuera del hogar) y aclarando si los servicios higiénicos son o no compartidos. 9

por ser relativamente menos ambiguo. En suma, se consideran hogares hacinados aquellos en que hay dos o más personas por habitación, excluyendo la cocina y el baño. En la siguiente sección se realiza una descripción de la información utilizada y de las características de la vivienda; en la segunda parte se describe la construcción de los indicadores de calidad, se definen los déficits y se estiman en base a la información relevante. Las definiciones de déficit cuantitativo y cualitativo, así como su caracterización, llevan a interrogantes respecto del tipo de familias y jefes de hogar que habitan estas viviendas. Esta es la razón por la que en la tercera sección se identifican variables tales como pobreza y tamaño del grupo familiar. Otras variables consideradas están relacionadas con el jefe del hogar, tales como: género, condición de actividad, edad, educación, categoría de ocupación, etc. Finalmente, la última parte se establecen algunas conclusiones y se sugieren recomendaciones de política. 10

I. INFORMACIÓN UTILIZADA Y CARACTERÍSTICAS DE LAS VIVIENDAS La información utilizada en este estudio está basada en la Encuesta de Hogares del año 1994 disponible en el Banco de Datos de la División de Estadística y Proyecciones Económicas de la CEPAL. Los datos son del sector urbano únicamente, la mitad corresponde a Montevideo y el resto a un conjunto de ciudades del interior. El tamaño de la muestra es de 9.757 y representa algo más de 880,000 hogares correspondientes al total de hogares urbanos para el año 1994. En dicho año, Uruguay contaba con una población urbana total de 3.168 miles de habitantes. La encuesta de hogares recurre a dos variables para caracterizar las viviendas: su calidad y el estado de conservación. La primera de estas variables clasifica las viviendas en cuatro tipos: confortable, mediana, modesta y precaria. En tanto que para la segunda las definiciones son: necesita reparaciones importantes, necesita reparaciones pequeñas y no necesita reparaciones. A partir de esas variables este estudio define tres categorías de vivienda. La primera de ellas representa un 29,8% del total y agrupa a los hogares que habitan viviendas definidas como confortables, que no necesitan reparación o que necesitan reparaciones pequeñas, y a viviendas definidas como medianas pero que no necesitan reparación. La categoría II (49,9%) agrupa a los hogares que habitan viviendas medianas que necesitan reparaciones pequeñas, o viviendas modestas que no necesitan reparación o necesitan reparaciones pequeñas. Por último, la categoría III (20,3%) corresponde a hogares que habitan todas aquellas viviendas definidas como precarias, de las cuales un 99% necesitan reparaciones importantes, y a las viviendas medianas y modestas que necesitan reparaciones importantes (cuadro 1). Claramente las viviendas de Categoría I son las de mejor calidad y mejor estado de conservación; las viviendas de Categoría II muestran una calidad y/o un estado de conservación intermedios; en tanto que las viviendas de Categoría III se encuentran en mal estado de conservación y son las de peor calidad. Sólo 3,5% de los hogares en Uruguay declaran vivir en viviendas precarias y poco más de un 5% en viviendas confortables, en tanto que la mayoría (91%) declaran vivir en viviendas calificadas como medianas o modestas. De éstas últimas más de la mitad pertenecen a la Categoría II, de acuerdo con la definición que aquí se utiliza. En otras palabras un 50% de los hogares ocupan viviendas que pueden considerarse de calidad y estado de conservación intermedio. Con respecto al tipo de vivienda, el grueso de los hogares (96,5%) habita en casas o apartamentos, el resto en piezas. Sólo un 10% de los hogares que habitan en piezas corresponde a viviendas de Categoría I. Llama la atención la alta proporción de hogares que habitan en piezas y son de Categoría II (cuadro 2). En cuanto a la tenencia, más de un 60% de los hogares ocupan viviendas que son propias y están totalmente pagadas, cerca de un 9% viviendas propias que aún se están pagando; un 20% viviendas arrendadas; y un poco más de 11% son ocupantes, con o sin permiso del propietario de las viviendas que habitan. Del total de viviendas de Categoría I, cerca de un 79% son propias o están en proceso de serlo, en tanto que poco más de un 21% son arrendadas u ocupadas. Para las viviendas de Categoría III en cambio, cerca de un 47% son ocupadas o arrendadas. Esto podría estar indicando un mayor acceso al crédito para los hogares que habitan viviendas de Categoría I; o bien que no ha existido crédito para viviendas usadas, o que estas últimas son de una calidad tal que no la califica para ser garantía de crédito (cuadro 2). 11

Con respecto al tamaño de las viviendas, un 17% de los hogares habitan viviendas que tienen dos cuartos, y uno o dos dormitorios, en tanto que más de un 56% ocupan viviendas que cuentan con tres o cuatro cuartos, y uno o dos dormitorios. Pareciera entonces que el tamaño de las viviendas no es un problema para los sectores urbanos de Uruguay, aunque una conclusión definitiva en este aspecto debe tomar en consideración el tamaño del grupo familiar. Dicho aspecto será considerado más adelante, en el contexto del análisis del grado de hacinamiento. En todo caso, cerca de la mitad de las viviendas que tienen un sólo cuarto (un 3,4% del total), y un 28% de las que tienen sólo dos cuartos y un dormitorio, pertenecen a la Categoría III. En contraste, mas de un 49% de las viviendas con cuatro cuartos o más, y más de un 40% de las viviendas con cuatro cuartos y tres dormitorios, son de Categoría I (cuadro 3). CUADRO 1 URUGUAY 1994: CATEGORIZACIÓN DE VIVIENDAS SEGÚN SU ESTADO DE CONSERVACIÓN (distribución de hogares como proporción del total) Necesitan reparación No necesita Total Total Importante pequeña reparación Ignorados Total 100 100 20.3 42.8 36.9 0 Categoría I 29.8 100 0 1.2 98.8 0 Confortable 5.3 100 0 6.7 93.1 0.2 Mediana 24.5 100 0 0 100 0 Categoría II 49.9 100 0 85.0 15.0 0 Mediana 21.3 100 0 100 0 0 Modesta 28.7 100 0 73.9 26.1 0 Categoría III 20.3 100 99.8 0.2 0 0 Mediana 3.3 100 100 0 0 0 Modesta 13.5 100 100 0 0 0 Precaria 3.5 100 99.1 0.9 0 0 Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulados especiales de encuestas de hogares. 12

CUADRO 2 URUGUAY 1994 : TIPO, TENENCIA Y CATEGORIZACIÓN DE LAS VIVIENDAS (porcentajes del total de hogares) Total Categoría I Categoría II Categoría III I Tipo de vivienda Todas las viviendas 100.0 29.8 49.9 20.3 Casa o departamento 100.0 30.5 50.1 19.4 Pieza 100.0 9.7 45.2 45.1 Otro local 100.0 0.0 43.3 56.7 II Tenencia de la vivienda Todas las viviendas 100.0 29.8 49.9 20.3 Vivienda propia 100.0 33.0 49.4 17.6 Vivienda propia/ pagando 100.0 39.5 49.5 11.0 Arrendada 100.0 20.9 51.1 28.1 Ocupada sin pago 100.0 19.2 46.9 33.9 Total Categoría I Categoría II Categoría III I Tipo de vivienda Todas las viviendas 100.0 100.0 100.0 100.0 Casa o departamento 96.5 98.9 96.8 92.1 Pieza 3.4 1.1 3.0 7.5 Otro local 0.2 0.0 0.1 0.4 II Tenencia de la vivienda Todas las viviendas 100.0 100.0 100.0 100.0 Vivienda propia 60.3 66.9 59.7 52.2 Vivienda propia/ pagando 8.8 11.7 8.7 4.8 Arrendada 19.9 14.0 20.4 27.6 Ocupada sin pago 11.5 7.4 10.8 19.2 Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulados especiales de encuestas de hogares 13

CUADRO 3 URUGUAY 1994: DISTRIBUCIÓN DE HOGARES SEGÚN CATEGORIZACIÓN DE VIVIENDAS, NÚMERO DE CUARTOS Y NÚMERO DE DORMITORIOS EN LA VIVIENDA a/ Total Categoría I Categoría II Categoría III Cuartos/Dormitorios 100 100 100 100 1cuarto/1dormitorio 3.4 1.2 2.8 8.0 2cuartos/1dormitorio 13.2 7.5 14.6 18.3 2cuartos/2 dormitorios 3.8 1.6 3.2 8.3 3cuartos/1dormitorio 7.2 7.6 7.3 6.1 3cuartos/2dormitorios 32.8 28.9 36.2 30.4 4cuartos/1 y 2 dormitorios 16.2 21.1 14.9 12.2 4cuartos/3dormitorios 18.7 25.3 17.4 12.3 4 ó +cuartos/4 ó 3.3 5.4 2.4 2.2 +dormitorios Resto 1.5 1.4 1.2 2.1 Total Categoría I Categoría II Categoría III Cuartos/Dormitorios 100 29.8 49.9 20.3 1cuarto/1dormitorio 100 10.5 41.4 48.1 2cuartos/1dormitorio 100 16.9 55.0 28.1 2cuartos/2 dormitorios 100 12.8 42.8 44.4 3cuartos/1dormitorio 100 31.5 51.0 17.4 3cuartos/2dormitorios 100 26.2 55.0 18.8 4cuartos/1 y 2 dormitorios 100 38.8 45.9 15.3 4cuartos/3dormitorios 100 40.2 46.4 13.3 4 ó +cuartos/4 ó 100 49.4 36.9 13.7 +dormitorios Resto 100 28.8 41.4 29.8 a/ Se excluyen baño y cocina. Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulados especiales de encuestas de hogares. 14

II. ESTIMACIONES DE DÉFICIT DE VIVIENDA A continuación se presentan estimaciones del déficit habitacional en Uruguay, tomando en cuenta tanto sus aspectos cuantitativos como aquellos de carácter cualitativo. Una vez realizadas estas estimaciones independientes, se ha procedido a calcular el aporte de cada componente (cualitativo y cuantitativo) al déficit total, evitando las duplicaciones que se presentan en aquellos casos en que una determinada vivienda exhibe carencias en ambos sentidos. 1. Estimaciones de déficit cuantitativo De acuerdo con la definición tradicional de déficit cuantitativo (comparación entre el número de hogares y el número de viviendas establecidas) éste sería de un 3,6% y correspondería a aquellos hogares que habitan viviendas que cobijan a dos o más hogares. Más de un 90% de éste déficit estaría concentrado en hogares que habitan en viviendas de categorías II y III (cuadro 4). Sin desmerecer la estimación anterior, este estudio incorpora una definición adicional. Por la inseguridad que representan en términos de habitabilidad y la poca posibilidad de restauración, se considerará dentro del déficit cuantitativo a todos aquellos hogares que habitan viviendas de categoría III y que son al mismo tiempo de carácter precario. Esto estimación adiciona un 3,5% a la estimación anterior (cuadro 1). De este modo, tomando ambos indicadores, en Uruguay existiría un déficit cuantitativo de viviendas de 6,8% 6. En suma, empleando el criterio más tradicional, en 1994 existía un déficit habitacional equivalente a 29,000 viviendas. En cambio, en una noción más amplia este déficit alcanzaba a 60,000 viviendas en dicho año. 6 Nótese que un 0,3% del total de hogares comparten con dos o mas familias viviendas que requieren reparaciones importantes. Es decir, hay un 0,3% de hogares que están incluidos en ambas definiciones (Anexo Estadístico, cuadro 1). 15

CUADRO 4 URUGUAY 1994: CATEGORIZACIÓN Y NÚMERO DE HOGARES POR VIVIENDA (porcentaje del total de hogares) Viviendas con Total 1 Hogar 2 ó más hogares no informa Total hogares 100 100 100 100 Categoría I 29.8 30.5 9.7 20 Categoría II 49.9 50.1 44.6 60 Categoría III 20.3 19.4 45.7 20 Medianas y Modestas 16.8 16.1 37.4 20 Precarias 3.5 3.3 8.1 0 Viviendas con Total 1 Hogar 2 ó más hogares no informa Total hogares 100 95.9 3.6 0.5 Categoría I 100 98.4 1.2 0.4 Categoría II 100 96.2 3.2 0.6 Categoría III 100 91.7 8.1 0.3 Medianas y Modestas 100 91.6 8.0 0.3 Precarias 100 91.7 8.3 0 Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulados especiales de encuestas de hogares. 16

2. Estimaciones del déficit cualitativo La definición clásica de déficit cualitativo engloba a aquellas viviendas que son de calidad insatisfactoria en relación a ciertos criterios básicos. Tres variables se toman habitualmente en cuenta para caracterizar éste déficit: disponibilidad de servicios públicos, estado material de la construcción y hacinamiento. Las tres variables por sí solas o en conjunto son determinantes claves de la calidad de vida de las personas y cuando presentan insuficiencias convierten a las personas que habitan este tipo de viviendas en demandantes potenciales de viviendas. En este estudio se considera que es condición suficiente para la existencia de un déficit cualitativo la deficiencia en alguna de éstas variables. A modo de ejemplo, se supondrá que presenta déficit cualitativo toda vivienda que no dispone de servicios públicos, aún cuando la construcción esté en óptimas condiciones y no existan problemas de hacinamiento. a) Estimación de insuficiencia de servicios Tal como se explicó en la introducción, se denominará ALEX a un indicador de la disponibilidad conjunta de servicios públicos (agua, luz y alcantarillado). En este caso se considera que la vivienda dispone de agua siempre que esta provenga de una red general; la disponibilidad de luz esta asociada a la conexión eléctrica pública y la de alcantarillado se define como servicio sanitario con descarga instantánea de agua. Siguiendo estas definiciones, un 90,2% del total de hogares cuenta con ALEX, en el entendido que cuentan con los tres servicios básicos (de acuerdo con la definición anterior) en forma simultánea. Del total de hogares, un 98,6% dispone de agua (si bien sólo un 93,3% de estos hogares tiene cañería dentro de la vivienda), un 99% cuenta con luz y un 90,9% cuenta con servicio sanitario con descarga instantánea (aunque sólo para un 88,5% de éstos, este es de uso exclusivo) (cuadro 5). Lo anterior implica que del total de hogares un 9,8% no cuentan con ALEX, es decir, no cuentan simultáneamente con los tres servicios básicos. De éstos un 62% habitan en viviendas de categoría III, 34% en viviendas de categoría II y 4% en viviendas de categoría I. Del total de hogares, 1,4% no dispone de agua, 1,0% carece de luz eléctrica y 9,1% no cuenta con servicio sanitario, o tienen únicamente letrina, sin descarga instantánea de agua. De todos los servicios públicos la conexión de energía eléctrica es la menos deficitaria y la instalación de alcantarillado es la que presenta un déficit mayor, además, un 2,4% 7 del total de hogares comparten este servicio (cuadro 5). 7 Y un 4,1% del total de los hogares que habitan viviendas de categoría III. 17

CUADRO 5 URUGUAY 1994: HOGARES CON Y SIN SERVICIOS PÚBLICOS Y CATEGORIZACIÓN DE VIVIENDAS (porcentajes respecto del total en cada categoría) Total SI ALEX NO ALEX SI AGUA 1/ SI EXC /2 SI LUZ NO AGUA NO EXC NO LUZ total dentro fuera total privado compartid 3/ 4/ TOTAL 100 90.2 9.8 98.6 93.3 5.3 90.9 88.5 2.4 99.0 1.4 9.1 1.0 Categoría I 100 98.7 1.3 99.6 98.9 0.7 99.0 98.0 1.0 100.0 0.5 1.0 0.0 Categoría II 100 93.4 6.6 98.6 95.3 3.3 94.2 91.6 2.6 99.6 1.4 5.8 0.4 Categoría III 100 70.1 29.9 97.1 80.2 16.9 70.8 66.7 4.1 96.0 2.8 29.2 4.0 Mediana 100 92.5 7.5 97.8 82.6 15.2 74.2 70.1 4.1 100.0 2.2 6.3 0.0 Modesta 100 68.9 31.1 0.0 0.0 97.7 2.2 30.6 2.4 Precaria 100 53.5 46.5 94.3 68.8 25.5 54.1 50.1 4.0 86.0 5.7 45.9 14.1 (porcentajes según disponibilidad de servicios) Total SI ALEX NO ALEX SI AGUA 1/ SI EXC /2 SI LUZ NO AGUA NO EXC NO LUZ total dentro fuera total privado compartid 3/ 4/ TOTAL 100 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100 Categoría I 29.8 32.5 4.0 30.0 31.5 3.7 32.4 33.0 12.2 30.0 9.6 3.2 0.9 Categoría II 49.9 51.7 33.9 49.9 51.0 31.4 51.8 51.7 53.2 50.3 49.6 31.6 18.4 Categoría III 20.3 15.8 62.1 20.0 17.5 64.8 15.8 15.3 34.5 19.7 40.8 65.2 80.7 Mediana 3.3 3.4 2.6 3.3 3.4 1.6 3.4 3.4 4.1 3.4 5.2 2.3 0 Modesta 13.5 10.3 42.9 13.4 11.5 46.6 10.3 9.9 24.5 13.3 21.3 45.3 31.6 Precaria 3.5 2.1 16.6 3.3 2.6 16.7 2.1 2.0 6.0 3.0 14.3 17.6 49 1/ Agua de red. 2/ Disponibilidad de servicio sanitario en el hogar. 3/ Agua de otro orígen. Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulados especiales de encuestas de hogares.

Ahora bien, excluyendo los hogares que presentan algún déficit cuantitativo 8, para evitar duplicaciones, un 7,2% de los hogares en Uruguay habitan viviendas que son de calidad insatisfactoria en el sentido que no cuentan con servicios básicos como agua, luz y alcantarillado en forma simultánea 9. Esta es entonces una estimación del primer componente del déficit cualitativo 10. b) Estimación de insuficiencia de calidad Dado que en el presente caso no se cuenta con información relativa a los materiales utilizados en los techos, pisos o muros, la insuficiencia de calidad se define en base a las apreciaciones contenidas en la encuesta, posiblemente un tanto subjetivas, respecto del estado de conservación de la construcción. Se considera aquí como de calidad insatisfactoria a las viviendas cuyo estado de conservación es tal que requieren reparaciones importantes (20,3%) y que por definición pertenecen en su totalidad a la categoría III. Excluyendo los hogares que presentan algún déficit cuantitativo 11, una estimación del segundo componente del déficit cualitativo arroja un 15,5% (Anexo Estadístico, cuadro 1). c) Estimación del grado de hacinamiento El hacinamiento se define en relación a dos variables: el número de habitaciones (cuartos o dormitorios) y el número de personas que las ocupan. En este estudio se considera que viven en condiciones de hacinamiento los hogares donde hay más de dos personas por cuarto o en que más de tres personas comparten un dormitorio. Un 4,6% del total de hogares viven en estas condiciones. Tomando las categorías individualmente, algo más que un 13% de los hogares que habitan viviendas de categoría III, poco más de un 3% de los que habitan viviendas de categoría II y un cerca de un 1% de los que habitan viviendas de categoría I, viven en condiciones de hacinamiento (cuadro 6). La tercera medición cualitativa señala que, excluidos los hogares que presentan algún déficit cuantitativo 12, en un 3,3% de los hogares sus ocupantes viven en condiciones de hacinamiento (nótese que más de la mitad corresponde a hogares que ocupan viviendas de categoría III)(cuadro 6). 8 Ya sea porque ocupan viviendas precarias que necesitan reparaciones importantes o porque comparten la vivienda con otros hogares. 9 Esto corresponde a un 0,38% de viviendas de categoría I; un 3,04% de viviendas de categoría II; y a un 3,76% de viviendas de categoría III. Nótese que se consideran únicamente los hogares que no comparten una vivienda y que ocupan viviendas de categoría I, II y viviendas medianas y modestas de categoría III (Anexo Estadístico, cuadro I). 10 Lamentablemente para el caso de Uruguay no se cuenta con información respecto de la disponibilidad de baño y cocina dentro de la vivienda, lo que daría una estimación más completa de la disponibilidad de servicios básicos y por ende de éste déficit cualitativo. 11 Es decir, habitan viviendas precarias (3,5%), o comparten una vivienda (1,35%) (Anexo Estadístico, cuadro 1). 12 Es decir, ocupan viviendas precarias y que necesitan reparaciones importantes (0,86), o que comparten una vivienda (0,52) (Anexo Estadístico, cuadro 1). 19

CUADRO 6 URUGUAY 1994: DÉFICIT POR HACINAMIENTO Número de personas por cuarto Total menos de 1 de 1 a 2 más de 2 Total hogares 100 100 100.0 100 Categoría I 29.8 34.7 21.6 4.9 Categoría II 49.9 49.9 52.0 37.0 Categoría III 20.3 15.3 26.4 58.9 Medianas y Modestas 16.8 13.0 22.3 40.1 Precarias 3.5 2.2 4.1 18.8 Número de personas por cuarto Total menos de 1 de 1 a 2 más de 2 Total hogares 100 68.5 26.9 4.6 Categoría I 100 79.9 19.3 0.8 Categoría II 100 68.6 28.0 3.4 Categoría III 100 51.5 35.2 13.3 Medianas y Modestas 100 53.1 35.9 11.0 Precarias 100 43.8 31.5 24.7 Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulados especiales de encuestas de hogares. 20

d) Estimación del déficit cualitativo total Una proporción muy pequeña de los hogares que habitan viviendas de categoría I presentan problemas de hacinamiento o no disponen de ALEX. Sin embargo, llama la atención que más de un 30%, tanto de los hogares que no cuentan con ALEX como de los que presentan problemas de hacinamiento, habitan en viviendas de categoría II 13 (Anexo Estadístico, cuadro 1). Excluyendo los hogares que entran en cualquiera de las dos definiciones de déficit cuantitativo, las anteriores estimaciones del déficit cualitativo señalan que de los hogares que habitan viviendas que exhiben serios problemas de calidad, un 15,4% lo hacen en viviendas medianas o modestas que necesitan reparaciones importantes, un 7,2% en viviendas que no disponen de servicios básicos, y un 3,3% viven en condiciones de hacinamiento 14. La acumulación de déficits cualitativos permite calificarlos en términos de grados. En el supuesto que los hogares que habitan viviendas que adolecen de dos o tres déficit cualitativos enfrentan un problema más serio que las que ocupan viviendas que presentan sólo uno de estos. Así, excluyendo los déficits cuantitativos, del total de hogares que habitan viviendas que carecen de ALEX (7,2%) un 3,1% 15 presentan déficit cualitativo únicamente por esta razón, ya que no tienen problemas en cuanto a la calidad de la construcción ni presentan hacinamiento. De igual forma, del total de hogares que habitan viviendas que requieren reparaciones importantes (15,4%), un 10,9% 16 sólo presenta éste déficit cualitativo ya que cuentan con ALEX y no presentan problemas de hacinamiento. Finalmente del total de hogares que viven en condiciones de hacinamiento (3,3%), un 1,4% 17 presenta únicamente este problema puesto que cuentan con ALEX y no requieren de reparaciones importantes. En consecuencia, un 15,32% del total de hogares presenta alguno (y sólo uno) de los déficits cualitativos de vivienda que se han considerado en este estudio (cuadro 7). En contraposición a lo anterior, un 0,8% de los hogares habitan viviendas que presentan los tres déficit cualitativos en forma simultánea (no cuentan con ALEX, son viviendas medianas o modestas que requieren reparaciones importantes, y sus moradores viven en condiciones de hacinamiento) (cuadro 7). Entre estos extremos están los hogares que habitan viviendas que presentan dos déficit cualitativos en forma simultánea (que en total son un 4,1%). Es decir, los que no disponen de ALEX y además ocupan viviendas medianas y modestas que requieren reparaciones importantes (3,0%); los que no disponen de ALEX y además viven en condiciones de hacinamiento (0,4%); y finalmente los que viven en condiciones de hacinamiento en viviendas medianas y modestas que requieren reparaciones importantes (0,8%) (cuadro 7). 13 Recuérdese que esta categoría agrupa a los hogares que habitan viviendas medianas que necesitan reparaciones pequeñas o viviendas modestas que no necesitan reparación o necesitan reparaciones pequeñas. 14 El déficit cualitativo total no sería de 25,9% que correspondería a la suma de los tres déficit. Esto supondría la ausencia total de sobreposición o solapamiento entre los tres indicadores de déficit. A modo de ejemplo, esto implicaría que ninguna de las viviendas que carecen de ALEX presenta además problemas de hacinamiento o en la calidad de su construcción. 15 Esto corresponde a viviendas de categorías I y II (es decir, no necesitan reparaciones importantes); que no presentan problemas de hacinamiento; y que no cuentan con ALEX (Anexo Estadístico, cuadro 1). 16 Esto es: 11,65-0,79 (Anexo Estadístico, cuadro 1). 17 Esto es: 0,16 + 1,23 (Anexo Estadístico, cuadro 1). 21

CUADRO 7 URUGUAY 1994: DISTRIBUCIÓN DE HOGARES SEGÚN DIFERENTES TIPOS DE DÉFICIT Déficit de Vivienda Número de hogares Porcentaje Total hogares 882224 100 Sin déficit 639610 72.5 Déficit cualitativos 178468 20.2 solo 1 déficit 135198 15.3 1. solo hacinamiento 12333 1.4 2. solo no alex 27096 3.1 3. solo reparaciones importantes 95769 10.9 dos déficit 36224 4.1 4. no alex y hacinamiento 3128 0.4 5. reparaciones importantes y hacinamiento 7009 0.8 6. reparaciones importantes y no alex 26087 3.0 tres déficit 7046 0.8 7. reparaciones importantes, no alex y hacinamiento 7046 0.8 Déficit cuantitativo total 59918 6.8 Ignorado 4228 0.5 Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulados especiales de encuestas de hogares. 22

Por lo tanto, de acuerdo con la información utilizada en este estudio, un total de 20,2% de los hogares ocupan viviendas que presentan uno o más déficits cualitativos. Un 15,3% habitarían viviendas con un sólo déficit; 4,1% viviendas con dos déficits simultáneos; y 0,8% viviendas con tres déficit cualitativos (cuadro 7). También hay cierta proporción de hogares que habitan viviendas que pueden ser consideradas deficitarias tanto desde el punto de vista cuantitativo (más de un hogar compartiendo la misma vivienda) como desde el cualitativo A modo de ejemplo, en poco más de un 1% de los hogares dos o más familias comparten viviendas que no cuentan con ALEX y otro 1% de los hogares viven en condiciones de hacinamiento en viviendas precarias que necesitan reparaciones importantes. Como estos hogares ya han sido considerados al analizar el déficit cuantitativo, se excluyen de esta parte del análisis (Anexo Estadístico, cuadro 1). Distribución del total de hogares según situación deficitaria 20% 7% 73% Deficit cualitativo Déficit cuantitativo Sin déficit Fuente: Cuadro 7 Distribución de los hogares deficitarios según déficit cualitativo 20% 4% 7% 54% 15% Sólo insuficiencia de calidad Sólo hacinamiento Tres déficits Fuente: Cuadro 7 Sólo insuficiencia de servicios Dos déficits 23

III. CARACTERÍSTICAS SOCIOECONÓMICAS DE LOS HOGARES Y DEFICIT DE VIVIENDA Una vez cuantificados los déficit habitacionales, es importante identificar en qué grupo de hogares se concentran mayormente, con el objeto de poder focalizar hacia estos sectores las políticas de vivienda. En lo que sigue, en primer lugar se tratará de encontrar la asociación existente entre déficit de vivienda y pobreza y, dado que la encuesta de hogares también contiene cierta información relativa principalmente a los jefes de hogar, se intenta determinar la posible relación entre esas características socioeconómicas y los déficit habitacionales. 1. Pobreza y déficits Los hogares de la muestra se han dividido en tres categorías: no pobres, pobres no indigentes e indigentes, de acuerdo con la clasificación utilizada por CEPAL 18 19. De acuerdo con las definiciones anteriores un 94,2% de los hogares calificaría de No Pobre, un 4,7% como Pobres no indigentes y un 1,1% como Indigentes en 1994. Para el mismo año, según estimaciones de CEPAL (1998), un 34% de los hogares de las regiones urbanas de América Latina se hallaba en situación de pobreza. La correspondiente cifra para los hogares en situación de indigencia es de 12%. Comparativamente, entonces, la incidencia de la pobreza es considerablemente menor en Uruguay que en la región 20. En comparación con el ingreso total promedio del hogar, los no pobres perciben un 4% por encima de la media 21, en tanto que los pobres no indigentes y los indigentes perciben un 64% y un 72%, respectivamente, menos que el ingreso total promedio 22 (cuadro 8). 18 La línea de indigencia se ha definido en base al costo de una canasta de alimentos cuya composición cubre las necesidades nutricionales mínimas por persona, y considera los hábitos de consumo predominantes, la disponibilidad efectiva de alimentos y los precios de los mismos para cada país. Para estimar la línea de pobreza, al valor de esa canasta se adiciona una estimación de los recursos requeridos por los hogares para satisfacer el conjunto de otras necesidades básicas no alimentarias. Para el caso del Uruguay se consideró únicamente la zona urbana. 19 Magnitud de la pobreza en América Latina en los años ochenta, en Estudios e Informes de la CEPAL 81, Santiago de Chile 1991. 20 CEPAL, 1998, Panorama Social de América Latina, Edición 1997. 21 Considerando que el grueso de los hogares (94,2%) cae dentro de la categoría de no pobres, éstos perciben un ingreso que es prácticamente equivalente al promedio. 22 Como en total los indigentes y pobres no indigentes representan el 5,8% de la población, en lo que sigue se trabajará con ambas categorías en conjunto. 25

Distribución de hogares CUADRO 8 URUGUAY 1994: DISTRIBUCIÓN DE HOGARES E INGRESO TOTAL DISPONIBLE PROMEDIO DEL HOGAR SEGÚN CATEGORIZACIÓN DE LA VIVIENDA, POBREZA Y GÉNERO DEL JEFE DEL HOGAR. Total Hombres Mujeres Total Indigentes Pobres no No Total Indigentes Pobres no No Total Indigentes Pobres no No indigentes pobres indigentes pobres indigentes pobres Total 100 1.10 4.7 94.2 72.9 0.9 3.6 68.5 27.1 0.2 1.1 25.7 Categoría I 100 0.20 0.7 99.0 73.1 0.2 0.5 72.4 26.9 0.0 0.3 26.6 Categoría II 100 0.60 3.5 95.8 72.9 0.5 2.9 69.6 27.1 0.1 0.7 26.3 Categoría III 100 3.60 13.4 83.0 72.8 2.8 10.1 59.9 27.2 0.8 3.3 23.1 Indice relativo del ingreso disponible promedio del hogar Total Hombres Mujeres Total Indigentes Pobres no No Total Indigentes Pobres no No Total Indigentes Pobres no No indigentes pobres indigentes pobres indigentes pobres 100,0 18.2 36.3 104.0 110,9 18.4 37.0 115.8 70.7 17.6 34.1 72.7 Categoría I 147,5 14.1 28.5 148.5 165.8 14.1 28.3 166.9 97.7 0.0 28.9 98.4 Categoría II 85.6 20.6 34.9 87.8 94.0 20.6 35.4 96.8 63.0 20.6 33.0 64.0 Categoría III 65.9 17.5 37.8 72.4 71.7 17.9 38.7 79.6 50.2 16.2 35.3 53.5 Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulados especiales de encuestas de hogares.

Uruguay: Distribución de los hogares en relación a la línea de pobreza, 1994 1% 5% 94% Indigentes Pobres no indigentes No pobres Fuente: Cuadro 8 Considerando el régimen de ocupación (tenencia) de la vivienda, se aprecian importantes contrastes entre aquellos hogares en situación de pobreza vis a vis el resto. En efecto, como se desprende del cuadro 9, una mayor proporción (70,6%) de los hogares no pobres es propietario de la vivienda, en tanto que la correspondiente cifra entre hogares pobres es de 43,7%. Consecuentemente, una mayor proporción de hogares pobres arrienda la vivienda que habita o bien lo hace en situación de usufructuo (cuadro 9). La proporción de hogares indigentes y pobres no indigentes que comparten la vivienda con otras familias, así como de aquellos que ocupan viviendas precarias que necesitan reparaciones importantes, es muy superior que la de los hogares no pobres 23 (cuadro 9). Por lo tanto, además del régimen de tenencia, los dos indicadores de déficit cuantitativo: hogares que comparten una vivienda y hogares que habitan viviendas precarias que requieren reparaciones importantes, apuntan a un déficit proporcionalmente mucho mayor para los hogares indigentes y pobres no indigentes. Algo similar ocurre en relación a los déficit cualitativos. Así, más de un 40% de los hogares pobres ocupan viviendas medianas y modestas que requieren reparaciones importantes, un 43% ocupan viviendas que no cuentan con ALEX (siendo la carencia principal el sistema de eliminación de excretas), y un 36% vive en condiciones de hacinamiento. Podemos concluir entonces que, en promedio, alrededor de un 40% de los hogares indigentes y pobres no indigentes presentan algún déficit de calidad, proporción que es muy superior a la de los hogares no pobres 24 (cuadro 9). 23 No obstante, dada la elevada proporción de hogares no pobres, en términos absolutos esta situación se revierte. Así, 21.500 hogares no pobres (y que representan el 2,6% de los hogares no pobres ) y sólo 9,200 hogares indigentes y pobres no indigentes (y que representan el 18% de los hogares indigentes y pobres no indigentes ) ocupan viviendas precarias que necesitan reparaciones importantes. 24 De los hogares no pobres, un 15,3% ocupan viviendas que necesitan reparaciones importantes, un 7,7% no cuentan con ALEX y un 2,7% viven en condiciones de hacinamiento. 27

CUADRO 9 URUGUAY 1994:CARACTERÍSTICAS DE LOS HOGARES SEGÚN NIVEL DE POBREZA Total Pobres No pobres Total Pobres No pobres Total hogares 100 5.8 94.2 100 100 100 I.Tenencia Propia 100 3.7 96.3 60.3 38.7 61.6 Propia pagando 100 3.3 96.7 8.8 5.0 9.0 Arrendada 100 9.0 91.0 19.2 29.8 18.5 Usufructuo 100 12.5 87.5 11.3 24.4 10.5 II. Categorización Categoría I 100 1.0 99.0 29.8 4.9 31.3 Categoría II 100 4.1 95.9 49.9 35.6 50.8 Categoría III 100 17.0 83.0 20.3 59.5 17.9 Mediana+Modesta 100 14.3 85.7 16.8 41.4 15.3 Precaria 100 30.1 69.9 3.5 18.1 2.6 III. Viviendas compartidas 1 hogar 100 5.5 94.5 95.9 91.2 96.2 2 ó más hogares 100 14.0 86.0 3.6 8.6 3.3 IV. Hacinamiento 1 persona por cuarto 100 1.3 98.7 68.5 15.4 71.7 2 o más personas por 100 45.2 54.8 4.6 36.1 2.7 cuarto V. Servicios públicos Disponen de ALEX 100 3.7 96.3 90.2 57.0 92.3 No disponen de ALEX 100 25.6 74.4 9.8 43.0 7.7 VI. Conexión agua de red Agua de red dentro 100 4.4 95.6 93.3 70.6 94.7 Agua de red fuera 100 26.9 73.1 5.3 24.6 4.1 VII. Servicio sanitario Privado 100 3.6 96.4 88.5 55.2 90.5 Compartido 100 6.6 93.4 2.4 2.7 2.4 VIII. Sin servicio sanitario Letrina compartida 100 25.6 74.4 7.8 34.4 6.2 Letrina compartida 100 30.8 69.2 1.0 5.5 0.8 No dispone de letrina 100 45.8 54.2 0.3 2.1 0.2 IX. Sistema de evacuación Evacuación en red 100 3.0 97.0 60.7 31.2 62.5 Evacuación en fosa o pozo 100 9.9 90.1 39.0 66.7 37.3 X. Energía eléctrica Conexión con red 100 5.5 94.5 99.0 93.6 99.3 28 Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulados especiales de encuestas de hogares.

Distribución de hogares según tipo de déficit e incidencia de pobreza 80 70 60 50 40 30 20 10 0 75 53,3 21,6 19 24,9 5,5 Sin déficit Déficit cualitativo Déficit cuantitativo Pobres No pobres Fuente: Cuadro 10 Proporcionalmente entonces, tanto el déficit cuantitativo como el cualitativo son mucho mayores para los hogares indigentes y pobres no indigentes 25. Tomando como base el total de hogares que exhibe déficit cuantitativo, un 21% corresponde a hogares pobres. Del total de hogares que ocupan viviendas con algún tipo de déficit cualitativo, un 14,5% son pobres, en contraste, del total de hogares sin déficit, sólo un 2% son pobres (cuadro 10). Lo anterior señala la importancia de una política de vivienda que otorgue especial apoyo a los grupos de menores ingresos. Sobre todo si tomamos en consideración que el ingreso per cápita que perciben los hogares que tienen déficits cuantitativos es un 45% inferior al promedio, y el de los que habitan viviendas que muestran algún déficit cualitativo más de un 30% inferior al promedio (cuadro 10). En consecuencia, será más difícil para estos hogares superar esta situación de carencia sobre la base de sus propios medios. Las políticas de apoyo serán claves en lograrlo. 2. Características del jefe del hogar y déficits La encuesta de hogares contienen cierta información relativa al género, estructura de edad, educación, condición de actividad y categoría ocupacional de los jefes de hogar. Algunas de éstas variables no muestran ninguna asociación con el déficit habitacional, en tanto que otras muestran algunas relaciones que permiten establecer una mejor visión del problema. 25 En términos absolutos sin embargo, la situación se revierte y el número de hogares no pobres que presenta algún déficit de vivienda es muy superior. Así por ejemplo, 27.000 hogares no pobres comparten su vivienda con otros y 21.550 ocupan viviendas precarias que requieren reparaciones importantes. Estas cifras caen a 4,400 y 9,200 respectivamente para los hogares indigentes y pobres no indigentes. Algo parecido sucede con los déficit cualitativos. Al considerar el total de hogares que habitan viviendas medianas y modestas de la categoría III, llama la atención que más de un 85% sean no pobres. Estadísticamente esto se explica por la elevada proporción de hogares no pobres en el total de la población, lo que se traducen en que de las cerca de 148.300 viviendas medianas y modestas que requieren reparaciones importantes, 127.000 están siendo ocupadas por hogares calificados como no pobres. Por otro lado, de los 86,240 hogares que no cuentan con ALEX, 64.500 son no pobres y de los 40.700 hogares que viven en condiciones de hacinamiento, más de 22.000 son no pobres. 29

CUADRO 10 Uruguay 1994 : Déficits de Vivienda y pobreza Pobreza Ingreso Tamaño del Total hogares pobres no pobres relativo 1/ hogar Total hogares 100 5.8 94.2 100 3.22 Sin déficit 100 2.0 98.0 113 3.05 Déficit cualitativos 100 14.5 85.5 69 3.81 Déficit cuantitativos 100 21.0 79.0 55 3.31 Ignorado 100 2.2 97.8 95 3.11 Pobreza Ingreso Tamaño del Total hogares pobres no pobres relativo 1/ hogar Total hogares 100 100 100 100 100 Sin déficit 72.5 21.6 75.0 113 3.05 Déficit cualitativos 20.2 53.3 19.0 69 3.81 Déficit cuantitativos 6.8 24.9 5.5 55 3.31 1/ Es el ingreso total disponible per capita del hogar. Fuente: CEPAL, sobre la base de tabulados especiales de encuestas de hogares. 30