LA UNIFICACIÓN POLÍTICA DE EGIPTO
Documentos arqueológicos sobre el proceso de unificación
Documentos arqueológicos Nos ilustran sobre los conflictos entre los protoestados del sur, y registran con finalidad histórica la conquista del norte por el reino del Sur. Son objetos valiosos, que sirvieron para acreditar la condición real y el estatus superior de sus propietarios, reyes del sur de Egipto (posiblemente los príncipes locales de Abidos). Los depositaron como ofrendas en el santuario de Horus en Hieracónpolis. Es posible que en dicho santuario se originaran los conceptos básicos de la monarquía faraónica.
Se trata de tres tipos de objetos de uso ceremonial o ritual: cuchillos de sílex (pedernal) con mango de marfil, mazas de piedra y paletas de piedra para mezclar perfumes.
Paletas ceremoniales Servían para mezclar perfumes. Las representaciones iconográficas que las decoran tienen inicialmente un contenido simbólico. En algunas se representan escenas de batalla. Pueden hacer referencia a diversos intentos del Reino del Sur por conquistar el norte, aunque no especifican hechos históricos.
Paleta del Toro Bravo (Abidos) Representa por ambas caras a un rey como toro que cornea a un enemigo caído a sus piés. Los dominios o conquistas de ese rey están representados por ciudades de murallas almenadas. Esas ciudades se designan por sus correspondientes emblemas (león, pájaro).
El rey, con corona blanca del Sur y cola de perro, acondiciona un canal, mientras que otros hombres trabajan el campo. El nombre del rey se indica con el signo escorpión. Cabeza de maza del rey Escorpión, dinastía 0, Período Predinástico Se le representa de mayor tamaño, de forma heroica, bajo una fila de emblemas de los nomos, de los que cuelgan avefrías (los habitantes del norte). Aunque en otros documentos este rey Escorpión aparece con la corona roja del Bajo Egipto, desconocemos si llegó a dominar todo el país.
Paleta de perfumes del rey Narmer (dinastía 0)
LAS DINASTÍAS TINITAS (I y II) Período entre 3000/3150 2700 a.c. aprox.)
Características generales Las dinastías tinitas forman un período definido de 3/4 siglos, en los que la civilización faraónica adquiere sus rasgos definitivos. Manetón las llama así por el supuesto origen de sus reyes, This (nomo tinita), cerca de Abidos, donde estuvo la necrópolis real. Período mal conocido, sobre todo la dinastía II. Principal información: Piedra de Palermo, necrópolis reales y cementerios de élite. Egipto es ya un estado bien asentado, que controla el delta y el valle del Nilo hasta Assuán (Elefantina). Dominar un espacio geográfico tan amplio no lo consiguieron otras unidades políticas contemporáneas (Mesopotamia, Siria-Palestina, Nubia). Se sabe muy poco de las ciudades, la mayoría de los egipcios vivían entonces en pequeños poblados diseminados por el delta y a lo largo del valle, dedicados a la agricultura del cereal, principal base económica. Esa agricultura próspera y bien organizada permitía obtener excedentes agrícolas, para intercambiar y almacenar en previsión de necesidades.
FRAGMENTO DE LA PIEDRA DE PALERMO, ANALES FARAÓNICOS, V DINASTÍA (2470 A.C.) placa fragmentada de piedra negra (basalto), con una lista real desde Menes-Aha (primer faraón de la dinastía I), que incorpora una crónica anual de cada reinado. llega al menos hasta Neferirkare (dinastía V), época en la que debió redactarse. importante documento por corresponder a las dinastías más antiguas.
Necrópolis de Saqqarah Las tumbas son grandes túmulos rectangulares (mastabas), a veces escalonados (precedente de la pirámide escalonada de Djeser, dinastía III). Cámaras funerarias excavadas en el suelo. Destaca la riqueza de los ajuares: grandes cantidades de vasos para guardar reservas de alimentos, muebles y objetos de marfil y maderas nobles, etc.
Mastaba
NECRÓPOLIS REAL DE ABIDOS Su ubicación allí confirma que la monarquía faraónica tuvo sus orígenes en el Alto Egipto. La monumentalidad de las tumbas reales refleja un nuevo orden político, con una religión estatal encabezada por un dios-rey que legitima dicho orden. Al rey se le concede el enterramiento más digno y elaborado, que simboliza su papel como mediador entre los poderes divinos y sus súbditos, vivos y difuntos. La proximidad de las tumbas reales indica que allí hubo un centro de culto funerario faraónico asociado al santuario de Osiris. Los hallazgos de Abidos muestran los inmensos gastos del estado en los complejos funerarios, cómo los faraones controlaban muchos bienes manufacturados en los talleres reales.
Necrópolis real de Abidos, (dinastías I y II)
Tumba del rey Qaa en Abidos. I Dinastía (2870 a.c.)
Estela funeraria del faraón Djet = Uadji (dinastía I)
Tablilla Madera Faraón Djer (Din.I), Saqqarah
Cuchillo con mango de oro. Faraón Dyer, I dinastía
Uadji (=Djet) Su nombre se representa por el pictograma Serpiente, como lo vemos en el serekh de su estela del Louvre. Se documentan expediciones para conectar el Nilo con el Mar Rojo y explotar las minas del desierto oriental. Su tumba en Abidos nos ha dejado varias estelas y objetos de ajuar. Uadi Hol
Estela funeraria del faraón Djet = Uadji (dinastía I)
Peine del rey Uadji; I Dinastía (2950 a.c.)
Etiqueta del faraón Den (dinastía I), necrópolis de Abidos
Al faraón Khasekhemui (dinastía II) corresponden estas estatuas, depositadas como ofrendas en el santuario de Hieracónpolis, las primeras que nos dan el canon de la iconografía real en bulto redondo. Aparece representado con el manto de la Fiesta de Heb-Sed y la corona blanca del Alto Egipto.