Contenido 1. La moral... 2 1.1 De la acción libre a la acción moral... 2 1.2 Definición de moral... 2 1.3 Las normas morales... 3 1.4 Los valores... 4
1. La moral El ser humano desde su capacidad de libertad se hace a sí mismo. El ser es constructor y construcción a un tiempo. Esta capacidad humana, la libertad, hace al hombre responsable de sí mismo y de sus acciones. El ser responsable en sus acciones al poder escoger, lo hace inevitablemente un ser moral. 1.1 De la acción libre a la acción moral La principal diferencia que se establece entre los animales y el ser humano en su conducta es la libertad. Los animales vienen al mundo condicionados, programados a una determinada conducta guiada por el instinto en cambio el ser humano es libre de escoger, es abierto en elección. Esta capacidad única e innata de los seres humanos los hace que estos sean responsables de sus acciones o actos, tanto en cuanto pudieron escoger. Este carácter libre del actuar humano constituye además la base del carácter moral que posee en exclusividad. La libertad antes mencionada, además de hacer al hombre libre, lo hace ser moral. La libertad de elección nos obliga a escoger entre más de una opción, he aquí donde la moral se presenta como el mecanismo para escoger la mejor opción posible. El ser humano no puede rehusar su libertad, por tanto no puede rehusar el tener que escoger. Esta obligatoriedad de acción, lleva al ser humano a ser moral o inmoral, pero nunca amoral. Puede que la acción concuerde o no con sus creencias de lo que debería ser, pero lo que no puede es no escoger. El ser humano es un ser libre, por consecuente es un ser moral. 1.2 Definición de moral El vocablo moral deriva del latín en donde significa costumbre. El conjunto de costumbres al escoger la acción constituye la moral de un pueblo o un sujeto. Podemos definir etimológicamente moral como el código de normas que regulan la acción individual y colectiva que se considera correcta. Aunque es preciso matizar esta definición al subdividir dos formas posibles de entender la moral. La primera forma es la moral como contenido. La moral como contenido se refiere a lo que dice la moral en sí misma, es decir la norma que regula una moral concreta. En este sentido la moral como contenido es el conjunto de normas que regularan la acción, individual o colectiva, diciéndoles el modelo de comportamiento correcto. La segunda posible acepción de moral es, moral como estructura. En este sentido no nos referimos a las normas sino a que la moral pertenece de una manera natural a la naturaleza humana a la estructura humana. La moral pues, es un rasgo constitutivo de la naturaleza humana. Como explicábamos antes, el ser humano, en su libertad puede escoger una cosa u otra. Puede que la elección humana concuerde o no con lo que se supone correcto (moral), haciéndolo moral o inmoral respectivamente pero nunca puede no escoger, el ser humano no puede ser amoral. No puede escoger no escoger. Acción, hábito y carácter Las acciones son individuales del ser humano dado que este elige hacerlas y es consciente de ello. En este escoger la acción que vamos a realizar, es donde nuestro carácter nos da las pautas para afrontar o rechazar la acción. Las acciones dado que parten de la libertad del ser humano para escoger, pueden ser morales o inmorales en dependencia si concuerdan o no con lo considerado moral o correcto. Por consiguiente, una persona puede que sea moral o
inmoral tanto en cuanto sus hábitos y su carácter respondan a lo que es correcto o moral, o no. Los hábitos o costumbres son tendencias en el actuar de una persona en una determinada situación. El conjunto de hábitos de la persona constituye su carácter o forma de ser. Su forma de ser o carácter es lo que diferenciará a esta persona de otras. Estas diferencias podrán ser observadas en sus acciones concretas. Nuestro carácter se forma por la repetición de acciones, es algo que vamos construyendo lentamente con el paso del tiempo. Aunque no es habitual, acciones aisladas pueden provocar un cambio duradero en el carácter de una persona, cuando esto ocurre hablamos de conversión. Como ya hemos mencionado, el carácter es el producto de la repetición diaria o frecuente de determinadas acciones. Una vez el carácter ya está formado, este influirá y condicionará fuertemente nuestras acciones concretas. Por ello, puede decirse que nuestro carácter es la base de nuestra naturaleza moral dado que este condiciona nuestras acciones y por consecuente la moralidad o inmoralidad de las mismas. 1.3 Las normas morales Una norma es una regla que establece como debemos actuar para adecuarnos a lo que creemos que es correcto. Por tanto una norma pertenece al mundo del deber ser y no al ser. Una norma siempre intentará corregir el mundo tal y como es para hacerlo como los seres humanos creemos que debería ser. La característica más trascendente de las normas es su carácter de obligatoriedad, la norma para ser norma a de partir de la premisa de que ha de ser cumplida, de otra manera seria una recomendación o sugerencia. El hecho de que la norma haya de ser cumplida obligatoriamente solo es entendible desde la capacidad de no cumplirla. Solo es válida la norma de no fumar en sitios públicos cerrados siempre y cuando pueda desobedecerla. Éste poder desobedecer la norma es el que le da forma y obligatoriedad. Solo la libertad de la acción humana es capaz de crear la norma. Por tanto, afirmamos que las normas morales solo son entendibles primero si nacen desde la libertad del ser humano para no cumplirlas y desde su carácter obligatorio de acatarlas. Éstas por tanto tienen dos dimensiones. La primera dimensión hace referencia al carácter o la dimensión social de las normas morales. Toda comunidad posee un código de correcta conducta, una moral. Estos códigos morales regulan el actuar y el relacionarse de sus miembros. Estas normas puede que sean explicitas, en el sentido que están regladas, contenidas en documentos oficiales, que hacen de su cumplimiento algo obligatorio por ejemplos las leyes jurídicas, son un ejemplo de norma moral explícita. En este sentido solo importa su cumplimiento. Las normas explícitas han de observarse siempre no importa si el sujeto está o no de acuerdo. Su incumplimiento puede tener relevancias legales (multa, ir a la cárcel). O puede que sean normas implícitas, no están reguladas por ningún organismo pero forman parte del saber actuar de la sociedad. El cederle un asiento a una persona mayor no me viene nunca impuesto por una ley o norma explícita, más bien nace de mi grado de educación y consideración hacia con las personas mayores. Su incumplimiento no tiene relevancia legal. La segunda es una dimensión personal y hace referencia al hecho de que estas no solo exigen el cumplimiento de las mismas sino que el sujeto que las lleva a término este convencido de que esa norma concuerda con su ideal de deber ser. En este caso daría igual si están o no
impuestas socialmente porque el sujeto consideraría hacer la misma acción aunque estas no estuvieran impuestas dado que nace de su ideal de deber ser. La conciencia moral es la parte de cada ser humano que asumirá la responsabilidad de procesar estas normas y juzgar la propia actuación moral o inmoral de uno mismo. Proceso de maduración moral El que una persona posea una mayor conciencia moral o no nunca viene definida proporcionalmente con la edad. En este aspecto juegan muchos factores subjetivos como pueden ser el estatus social, la posición económica, la educación, las experiencias de la vida. Veremos cómo poder clasificar en tres niveles el grado de conciencia o madurez moral. En el primer nivel llamada también preconvencional. En este nivel encontramos personas que acatan las normas por miedo al castigo. También en un segundo nivel más avanzado, acataremos las normas siempre y cuando me sean útiles para mis fines. En este sentido encontramos personas egocéntricas e individualistas respectivamente. El egocentrismo e destaca por una incapacidad para relacionar varios puntos de vista mientras que en individualismo ya se tiene una idea más elaborada de que los demás también tienen intereses, considerando por tanto que el bien es relativo. En el segundo nivel o nivel convencional encontraremos quien solo cumplen normas por agradar a los sus relativos. O podemos también encontrar quien ya hayan formado una visión general del bien común y por tanto hay que acatar las normas, para favorecer al bien general. Son de este nivel los gregarios y los comunitaritas respectivamente. Mucho más elaborado que el primer nivel. La perspectiva social va en aumento. Aunque en el gregarismo todavía está limitada y concreta. En el tercer nivel o posconvencional. Ya entienden el bien como el bien de la mayoría al que se ha llegado por acuerdo, el bien es relativo, relativismo. O en el último nivel, las normas son escogidas libre y racionalmente pero responden a unos principios y valores universales, universalismo. Son los niveles más avanzados se conciencia moral a los cuales se llega a la conclusión de la necesidad de un bien general mayor que el del individuo para el correcto funcionamiento de la sociedad. Teóricamente alcanzaremos la madurez moral cuando aceptemos pues cuando existe una conciencia y reconocimiento de que las normas han de brotar de principios o valores universales. 1.4 Los valores Las normas morales tienen validez siempre y cuando apunten a un valor que las trascienda y les dé razón de ser. Acerca de los valores, es decir aquello que dignifica la cosa. Podemos apuntar dos características. La primera característica es que los valores tienen polaridad, es decir por cada valor positivo (honestidad) existe un valor negativo o disvalor (deshonestidad). La segunda característica es que tienen carácter ideal, los valores no pueden ser encontrados en el mundo del ser, sino que provienen del deber ser, de lo que nosotros consideramos valioso y digno de alcanzarse. Por tanto pertenecen al deber ser y no al que de hecho es. La universalidad de los valores es siempre motivo de debate. Los valores son diversos y fluctúan con el tiempo y los cambios sociales. En una misma época en sociedades diferentes pueden darse valores presupuestos positivos en ambas totalmente opuestos. Apedrear a una
mujer por infiel puede que esté bien visto en algunos países que hacen un llamado al valor del honor mientras que en otros es una completa brutalidad atendiendo al valor de la vida. Dado este punto no existe pues una postura clara acerca de si los valores son o no universales o si en cualquier caso deberían serlo. Podemos cubrir dos teorías acerca de lo valores. La teoría objetiva de los valores que alude que los valores son propiedades innatas presentes en las cosas. Son objetivos dado que el ser humano no puede inventárselos solo puede actuar como descubridor de valores por medio de la razón o el sentir. O por otro lado la teoría subjetiva d ellos valores que afirmará que las cosas por si solas no son valiosas sino más bien que el ser humano ha dado valores arbitrarios a cada una de ellas. Por este motivo varían de una cultura a otra. En la sociedad actual en concreto en la cultura occidental según muchos autores estamos viviendo una época de decadencia moral. En este periodo de decadencia estamos dejándonos ilusionar con falsos valores (prosperidad económica, derecho individual) que no se corresponden con los verdaderos valores tradicionales de nuestra condición humana (amor, concordia, igualdad social). Aunque esto podía no ser así ya que el término crisis alude a un momento importante de cambio. Podríamos estar por ende, caminando hacia un futuro mejor.