LA TUTORÍA ACADÉMICA. UNA ESTRATEGIA EDUCATIVA PARA LA FORMACIÓN INTEGRAL DEL ESTUDIANTE Medio Superior M. en E. Q. Patricia Vilchis Bernal patyvilchis@hotmail.com M. en E.M.S. Lourdes Ma. de Montserrat Cortés Estrada lmmce@yahoo.com.mx Universidad Autónoma del Estado de México RESUMEN Son varias las aspiraciones de la Reforma Integral de la Educación Media Superior que se pueden ver muy favorecidas mediante la implementación de un Programa de Tutoría Académica en las distintas instituciones educativas a nivel nacional. Entre ellas cabe destacar su valor para proporcionar a la sociedad una educación de calidad a partir de modelos educativos centrados en el estudiante y enfocados a su desarrollo integral y a la disminución de los índices de reprobación y desersión escolar de tan importante nivel educativo. Si bien es cierto que ha sido muy destacado el valor de los Programas de Tutoría para mejorar en los estudiantes sus posibilidades de éxito académico, en este trabajo se enfatiza su importancia para fortalecer en los estudiantes un desarrollo integral como seres bio-psico-sociales que son, más allá de su valor a corto plazo de la tutoría académica por cuanto corresponde a una mejoría de la condición académica, la que sólo y fundamentalmente se relaciona con la dimensión cognitiva de su ser.
Así, en este trabajo se hace referencia a aspectos relacionados con lo que se entiende por educación de calidad y por formación integral, y la forma en que ambas cuestiones han sido promovidas en la Universidad Autónoma del Estado de México mediante su Programa Institucional para la Tutoría Académica, destacando particularmente los compromisos que hemos adquiridos los docentes al decir desarrollar además el rol de tutor, así como la referencia a algunas estrategias que han coadyuvado a la satisfacción de los compromisos asumidos. Palabras clave: Educación de calidad, Formación integral, Programa de tutoría académica, Rol del tutor. INTRODUCCIÓN Actualmente parece haber un consenso en el hecho de que que la educación debe favorecer de manera directa el desarrollo social y económico de una región o un país, por lo que el objetivo fundamental de la educación tiene que ver con el hecho de promover en los estudiantes una formación plena que les ayude a estructurar su identidad y a desarrollar sus capacidades para participar en la construcción y el desarrollo de la sociedad que los vió nacer y de la que forman parte. En este sentido al sistema educativo debería posibilitar que los estudiantes, como futuros ciudadanos, reflexionen, construyan y pongan en práctica valores que faciliten la convivencia en sociedades plurales y democráticas, tal como el respeto y la tolerancia, la participación y el diálogo, debiendo además buscar de manera explícita desarrollar integralmente al individuo para un ejercicio pleno de sus capacidades humanas, lo que implica a los docentes el gran reto de adoptar estrategias más acordes con los tiempos en que estamos viviendo. Puede asegurarse que todo lo anteriormente señalado está directamente relacionado con el hecho de brindar a la sociedad una educación de calidad, la que debe no sólo promover conocimientos en materia de ciencia y tecnología, sino también el fortalecimiento de competencias genéricas, técnicas y profesionales que están relacionadas con un conjunto de conocimientos, actitudes y valores
específicos en cada caso en particular que les brindarán mayores oportunidades en la vida y en el trabajo. DESARROLLO Gracias a diversos conocimientos respaldados por distintas investigaciones científicas, hoy sabemos que educar es más que promover la adquisición de conocimientos y el fortalecimientos de habilidades intelectuales. Educar es participar en la formación de la persona en su totalidad estimulando también sus habilidades emocionales, sociales y éticas. Es importante formar estudiantes cultos e inteligentes, pero que además sean respetuosos, responsables, colaborativos y buenos ciudadanos, que cuenten con altos valores e importantes habilidades para vivir esos valores en su vida cotidiana. Para ello, necesitamos que también los profesionales de la educación y las familias, sean modelos del ejercicio de estas habilidades y sepan estimularlas en los jóvenes. El mundo de hoy demanda además la formación de personas con la capacidad de desenvolverse de manera fluida y armónica en distintos contextos, con capacidades para tomar decisiones, trabajar con otros, comunicar sus ideas, y para gestionar su actuar en la búsqueda de sus metas personales, escolares y laborales, entre otras cualidades más. Por tal motivo, la educación integral de los estudiantes, entendida como un proceso formativo que abarca conocimientos, valores, actitudes y que persigue como objetivo primordial el logro del bienestar humano y convivencia social a lo largo de toda la vida, es una necesidad imperiosa que conlleva múltiples beneficios: estimula el desarrollo de habilidades emocionales, sociales y éticas, promueve un mayor bienestar y calidad de la convivencia social, favorece mejores aprendizajes y además ayuda a prevenir que los estudiantes se involucren en conductas de riesgo. Un proceso de educación integral debe abarcar el desarrollo de capacidades cognitivas, procedimentales y actitudinales, mediante la promoción de una
formación en alternancia de contextos, facilitando con ello el desarrollo de competencias profesionales y la vinculación de los conocimientos teóricos y prácticos, por lo que las fuentes de aprendizaje son múltiples y no se reducen al aula y al trabajo del docente en clase (Cfr. Perrenoud, 2000). A su vez, Frida Díaz Bariaga (2002) señala que una característica importante de la formación integral es que promueve el sustento psicosocial y afectivo para la construcción de sí mismo mediante el aprendizaje cooperativo. Cooperar es trabajar juntos para lograr metas compartidas, lo que se traduce en una interdependencia positiva entre los miembros del grupo. LA TUTORÍA ACADÉMICA Y SU IMPACTO EN LA FORMACIÓN INTEGRAL DEL ESTUDIANTE Puede asegurarse que todo lo expuesto ha constituido el motivo principal por el que gran cantidad de instituciones educativas se han dado a la tarea de reorientar su quehacer académico cotidiano mediante la puesta en marcha de programas de tutoría que promuevan la formación integral de los estudiantes en los términos en que se ha referido (Garcia, 2010), situación que ha significado, entre otras cosas, el desarrollo de nuevos roles por parte de los principales actores del proceso educativo, quienes deben transitar constantemente de su rol de profesores o estudiante, hacia los roles de tutores o asesores o de tutorados o asesorados respectivamente. En términos generales puede decirse que la tutoría académica constituye una modalidad de la actividad docente que comprende un conjunto de estrategias educativas centradas en el estudiante y tendiente al fortalecimiento de su desarrollo integral. Así, las estrategias del tutor tienen la función de brindar a los estudiantes nuevas oportunidades de aprendizaje en las que ellos sean los principales actores, donde puedan afianzar y fortalecer sus propios roles mediante el acompañamiento y la guía de un tutor que les ayude y les permita, en diferentes momentos del proceso, adquirir los conocimientos y las competencias que constituyen el perfil de egreso del sistema educativo en que están estudiando.
EL PROGRAMA INSTITUCIONAL DE TUTORÍA ACADÉMICA DE LA UAEMÉX Uno de los mecanismos que ha demostrado tener un especial valor para formar y transformar al estudiante es la figura académica de tutor quien tiene como una de sus funciones más importantes la de promover precisamente la formación integral de los estudiantes mediante un proceso de acompañamiento a lo largo de toda su vida académica en la institución, de ser posible a través de una atención personalizada y con el fin de servir, ayudar, motivar, escuchar y orientar al joven que lo necesite para que logre desempeñarse tanto académica como personalmente en condiciones más favorables. En atención a todo lo expuesto, se desarrolló en la Universidad Autónoma del Estado de México el Programa institucional de Tutoría Académica, mejor conocido como ProInsTA (UAEMéx, 2001), y posteriormente el Programa Institucional de Tutoría Académica para el Nivel Medio Superior o ProInsTA-NMS (UAEMéx, 2005), el que, como programa institucional que es, mantiene la forma y esencia de aquél en la búsqueda de mayores oportunidades de éxito académico de los estudiantes de la institución. En este sentido, y de manera acorde con los lineamientos establecidos para tal efecto por la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), la primera actividad a llevar a cabo antes de desarrollar el rol de tutor consiste en tener perfectamente claro en qué consiste o cuál es el contenido de la acción tutoríal, más allá del significado etimológico de la palabra tutoría. Así, La tutoría pretende orientar y dar seguimiento al desarrollo de los estudiantes, lo mismo que apoyarlos en los aspectos cognitivos y afectivos del aprendizaje. Busca fomentar su capacidad crítica y creadora y su rendimiento académico, así como perfeccionar su evolución social (ANUIES, 2002: p. 29 ). Dicho programa institucional se diseñó con la finalidad de que el estudiante contara con un tutor que lo acompañara desde el inicio de sus estudios de bachillerato o carrera profesional hasta su egreso, como una estrategia educativa
de apoyo al proceso formativo y orientada a coadyuvar al logro académico de los estudiantes. Mediante su implementación en el quehacer universitario se persigue además la formación integral individual, constituyendo el estudiante el centro del proceso. Se pretende que, de acuerdo con su interés y disposición de tiempo, el estudiante reciba la orientación de un tutor a lo largo de su formación educativa. De esta manera, la práctica de esta actividad ha permitido tener un conocimiento más profundo de la problemática estudiantil, por lo que en muchos casos la institución ha podido llevar a cabo acciones oportunas para resolverla e impulsar el desarrollo personal de sus estudiantes. (Cfr. UAEMéx, 2001). La tutoría como una estrategia educativa para el desempeño académico debe comprender varias acciones educativas centradas en el estudiante para que éste desempeñe un papel más activo en su proceso de aprendizaje, tanto de manera individual como grupal, por lo que la tutoría debe orientar y dar seguimiento al desarrollo académico de los estudiantes, apoyarlos en los aspectos cognitivos y afectivos del aprendizaje, desarrollar la capacidad crítica y creadora, fomentar su rendimiento académico y perfeccionar su desarrollo moral, social y personal. Y para que la institución pueda afrontar el reto de lograr que una proporción elevada de estudiantes alcance niveles de desempeño académico favorables, que culminen satisfactoriamente sus estudios en los plazos previstos y que desarrollen de manera significativa sus esferas cognitiva, emocional y social, el programa de tutoría de la UAEMéx está enmarcado en un enfoque educativo flexible y eficiente, basado en el aprendizaje y atento al desarrollo humano integral, a la formación en valores y al fortalecimiento de la disciplina intelectual de los estudiantes. Sin embargo, es conveniente destacar que para lograr tan altas aspiraciones formativas atendiendo al desarrollo integral de los estudiantes la tutoría constituye
una tarea sumamente compleja que debe ir más allá de la realización de algunas actividades aisladas, sobre todo si se considera el gran número de estudiantes que requieren del servicio de tutoría y la heterogeneidad de necesidades y razones por las que los estudiantes recurren a él, por lo cual tan importante labor educativa debe ser resultado de una rigurosa planeación de las acciones consideradas pertinentes en función de las necesidades específicas de apoyo académico y personal detectadas en el grupo de estudiantes tutorados, e incluir además la descripción de los correspondientes mecanismos para el seguimiento y la evaluación de los resultados de la acción tutorial desarrollada en cada caso en particular. En este sentido, es importante destacar que, para un desarrollo eficiente y eficaz de la labor del docente mediante el desarrollo del rol de tutor, es fundamental conocer qué compromisos se asumen al aceptar desempeñar en la institución también dicho rol, así como algunos mecanismos o estrategias que se pueden implementar para cumplir con dichos compromisos en la búsqueda de un apoyo significativo a los estudiante brindado a partir de sus necesidades específicas, situación que se presenta de manera esquemática en el siguiente cuadro. Cuadro 1 Compromisos y funciones del tutor Compromisos Capacitación permanente. Mecanismos y estrategias El tutor debe conocer acerca de: La normatividad institucional, el plan de estudios, el diseño curricular y los programas de estudio de las asignaturas. El proyecto de tutoría institucional y la filosofía que lo rige. Instrumentos para mejorar la calidad del proceso educativo. Ténicas para la promoción del trabajo grupal e individual. Cuestiones r elacionadas con el aprendizaje autodirigido
y sobre estilos de aprendizaje. Conocer y reconocer a sus alumnos tutorados.. Compromisos Fijar un horario de atención a los tutorados Identificación de problemáticas que afectan el desarrollo exitoso del alumno Toma de decisiones Conocer los antecedentes académicos de los estudiantes tutorado. Conocer aspectos relacionados con sus condiciones socioeconómicas. Identificar los problemas que presentan. Llevar un registro de su historial académico. Establecer un clima de respeto y confianza para orientar y mediar el aprendizaje y la formación integral del tutorado. Mecanismos y estrategias Comunicación estrecha y permanente para establecer acuerdos y para implementar las estrategias de intervención que se consideren pertinentes. Problemáticas del alumno (cognitivas, actitudinales, de valores, sociales, psicoafectivas, económicas, de salud, etcétera ). Índices de aprovechamiento académico de los tutorados. Carencias de conocimientos o confusiones de contenidos específicos de las asignaturas. Estilos y estrategias de aprendizaje e incluso habilidades intelectuales y hábitos de estudio. Mostrar distintas alternativas para problemas específicos y acordar la línea de atención a seguir en cada caso. Canalizar al tutorado a los diferentes programas de asesorías, talleres, a tratamiento o estudios, según sea el problema.
Programar e implementar talleres para las asignaturas que tengan mayor índice de reprobación o bien sobre temáticas como motivación, autoestima, estrategias para el aprendizaje, etcétera. Seguimiento a las acciones Resultados Evaluar de manera continua la participación del tutorado en las acciones consideradas convenientes para su apoyo, así como los resultados que se están obteniendo. Analizar e informar a las autoridades sobre los resultados del seguimiento del tutorado. Establecer nuevas metas y mecanismos de acción en beneficio de cada alumno en particular. CONCLUSIÓN Se reconoce la tutoría como una de las mejores alternativas educativas que, al integrarse en el proceso de enseñanza-aprendizaje, permite no sólo reducir los índces de reprobación y desersión escolar, sino también fortalecer un desarrollo integral de los estudiantes a través de la atención de algunas problemáticas puntuales que pueden estar limitando su desarrollo éxitoso como pesonas en las distintas esferas sociales en que se desenvuelven cotidianamente. Para tal efecto el tutor debe poseer cierta sensibilidad o capacidad para poder identificar problemáticas en sus estudiantes que afectan significativamente su desempeño académico y personal y para idear y ofrecerles alternativas de intervención, además de que les ayuda a explorar sus capacidades y a compensar sus deficiencias, propugnando por la autoformación con base en el apoyo mutuo y en el trabajo en común. Las estrategias y herramientas que utiliza el tutor en su labor diaria son por tanto una parte importante y sustancial de la labor docente y de la actividad tutorial que ayudan a que el estudiante obtenga una formación integral que en primera instancia le permita ser una mejor persona, y en un futuro no muy lejano, un buen profesionista.
REFERENCIAS ANUIES (2002). Programas Institucionales de Tutoría. Una propuesta para su organización y funcionamiento en las instituciones de Educación Superior: México: Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior. (Colección Biblioteca de la Educación Superior). Díaz, F. y Hernández, G. (2002). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. México: McGraw Hill. García, S. (2010). El papel de la tutoría en la formación integral del universitario. Tiempo de Educar, vol. 11, núm. 21, enero-junio. pp. 31-56. Perrenoud, P. (2000). Construir competencias. Entrevista con Philippe Perrenoud, [en línea]. México: Profordems. Disponible en: www.profordems.cfie.ipn.mx/profordems3ra/modulos/mod2/pdf/unidad1/lecturas/a ctividad2/entrevista_perrenoud_construir_competencias.docx [2012, 2 de junio]. UAEMéx (2001). Programa Institucional de Tutoría Académica. México: Universidad Autónoma del Estado de México. UAEMéx (2005). Programa Institucional de Tutoría Académica del Nivel Medio Superior. México: Universidad Autónoma del Estado de México.