L os estudios sobre crecimiento, cobertura y políticas de desarrollo del posgrado abordan fundamentalmente el caso de las instituciones de educación superior (IES) públicas y reflexionan sobre su responsabilidad social, impacto en el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la economía nacional, así como sobre aspectos tales como rendición de cuentas, excelencia académica e impulso a la formación de investigadores. Sin embargo, tradicionalmente, en estos estudios y en las políticas educativas que se derivan de sus resultados, las universidades e IES privadas han sido el gran ausente, a pesar del indudable impacto que han tenido en los últimos años en la dinámica de crecimiento del posgrado nacional. Los posgrados ofrecidos por las IES privadas tienen características particulares en su naturaleza, problemática, formas de organización y operación, recursos y estrategias de solución a problemas sociales y de mercado. Sin ánimo de agotar la problemática del posgrado en las IES privadas, hay al menos tres grandes retos que enfrentan estas instituciones: 1. El reto del crecimiento y la cobertura. 2. El reto de la calidad académica y la pertinencia social. 3. El reto de la sustentabilidad. Los estudios de posgrado impartidos por las IES privadas en México han tenido un desarrollo extraordinario en los últimos años; ha sido notable fundamentalmente por el incremento de estudiantes, tanto en números absolutos como en sus tasas de crecimiento. Los datos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (A N U I E S) reflejan que la matrícula de posgrado de las IES públicas se multiplicó por 14 en los 30 años comprendidos entre 1970 y 2000, mientras que la de las IES privadas lo hizo por 47 (véase cuadro 1). * Coordinación de Planeación y Evaluación de la Dirección de Posgrado, Universidad Iberoamericana. 201
Año IES públicas % Incremento IES privadas % Incremento 1970 4 960 993 1980 19 647 1970-1980 396% 1990 34 435 1980-1990 175% 2000 71 246 1990-2000 206% 1970-2000 1 436% Fuente: Elaboración propia, con datos de ANUIES. 100% 80% 60% 40% 20% 0% Cuadro 1 Matrícula de posgrado en IES públicas y privadas 1970-2000 5 855 1970-1980 590% 9 530 1980-1990 162% 46 853 1990-2000 491% 1970-2000 4 718% Además del notable crecimiento del número de estudiantes en ambos tipos de instituciones, es también interesante observar la manera en que la proporción de la matrícula atendida por las IES privadas ha aumentado y ha dejado de ser marginal, al pasar de 17% del total en 1970 a 40% en 2000 (véase gráfica 1). Este cambio cualitativo en la distribución proporcional de la matrícula en las diferentes IES es un fenómeno que no ha sido considerado suficientemente en el desarrollo de las políticas educativas orientadas a fortalecer este nivel educativo, como veremos más adelante. Gráfica 1 Proporción de matrícula entre IES públicas y privadas 1970-2001 Fuente: Elaboración propia, con datos de ANUIES. Privadas Públicas El posgrado en las IES privadas ha sido impulsado a través de la creación de nuevas instituciones y nuevos programas, de tal suerte que la oferta es actualmente abundante en cada uno de los niveles, en particular en el nivel de maestría, como puede observarse en el cuadro 2. El análisis de la distribución de la matrícula por áreas de conocimiento es muy semejante en ambos tipos de instituciones y nos revela también algunos datos interesantes sobre el tipo de áreas de interés de las IES privadas, en cada uno de los niveles. Mientras que en las áreas de ciencias agropecuarias y ciencias naturales y exactas, el posgrado en las IES privadas es prácticamente inexistente (0.02% y 0.22% de la matrícula, respectivamente), actualmente hay más estudiantes en programas de posgrado de IES privadas en las áreas de ciencias sociales y administrativas y de educación y humanidades de los que son atendidos por las IES públicas, en especial en el nivel de maestría (véase gráfica 2). Esta distribución de la cobertura de los posgrados de las IES privadas por áreas de conocimiento revela, por una parte, claras tendencias de mercado y, por otra, la necesidad de reflexionar sobre el papel de estas instituciones de educación superior en la atención a problemas prioritarios del país, como son los relacionados con la alimentación, la salud y el medio ambiente. Estos problemas requieren la formación de recursos humanos calificados que desarrollen no sólo conocimiento, sino también las habilidades profesionales de alto nivel que permitan poner 202
Cuadro 2 Instituciones, programas y estudiantes de las IES públicas y privadas por nivel de posgrado Concepto Especialización Maestría Doctorado Instituciones Programas Alumnos Instituciones Programas Alumnos Instituciones Programas Alumnos IES públicas 73 806 19 905 166 1 487 47 446 82 416 8 057 IES privadas 126 368 8 121 250 1 130 43 146 34 69 1 076 Total nacional 199 1 174 28 026 416 2 617 90 592 116 485 9 133 Fuente: Anuario ANUIES 2001. Gráfica 2 Matrícula de IES públicas y privadas por área de conocimiento 60000 50000 40000 26696 Públicas Privadas 30000 11659 20000 17181 31828 11946 10000 0 2271 10 C. Agropecuarias 5655 115 C. Naturales y Exactas 2249 C. De la Salud C. Sociales y Administrativas Fuente: Elaboración propia, con datos Anuario ANUIES 2001. 13042 Eduación y Humanidades 5099 Ingeniería y Tecnología en marcha proyectos viables que hagan llegar los beneficios de este conocimiento a la población que lo requiere para mejorar sus condiciones de vida. La calidad de los programas de posgrado durante muchos años fue un asunto vinculado más bien con el prestigio institucional, con la capacidad de sus egresados para difundir los logros de sus universidades o con otro tipo de indicadores en ocasiones meramente subjetivos. En el caso de las IES privadas, la obtención del Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (RCOE) otorgado por la Secretaría de Educación Pública (S E P), se convertía en una condición deseable para la operación, pero no necesariamente en una garantía de que el programa produjera resultados relevantes en la formación de recursos humanos o en la producción de conocimiento. No había políticas ni mecanismos de acreditación de programas de posgrado que permitieran contar con información clara y confiable sobre su calidad académica. Tampoco había políticas específicas que orientaran la creación de nuevos program a s a partir de diagnósticos nacionales, regionales e institucionales que identificaran necesidades y áreas estratégicas que debían ser atendidas por este nivel de estudios. En este contexto surgie- 203
ron durante la década de los noventa una gran cantidad de IES con diversas orientaciones, propósitos y recursos, que incrementaron sustancialmente la oferta de posgrados en los niveles de especialidad y maestría, principalmente en las áreas administrativas. Todo esto ha propiciado que la oferta de posgrado de las IES privadas, amplia en las áreas de conocimiento y desarrollo profesional que atiende, sea actualmente heterogénea en cuanto a la calidad integral de los programas que la conforman en las diversas instituciones. El surgimiento del Padrón de Excelencia (PE) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y posteriormente del Programa para el Fortalecimiento del Posgrado Nacional (PFPN) con sus dos vertientes, Padrón Cuadro 3 Proporción de programas de posgrado registrados en PE, PNP y Pifop Total programas En padrón % en padrón IES públicas 2 709 632 23.33 IES privadas 2 567 22 0.86 Total 5 276 654 12.4 Fuente: elaboración propia con datos de ANUIES y Conacyt. Cuadro 4 Posgrados de IES privadas en PNP, Pifop y PE, 2002 Institución PNP Pifop PE Total ITAM 2 1 3 ITESM 2 3 2 7 ITESO 1 1 2 U. las Américas 2 1 3 U de Occidente 1 1 U. Iberoamericana Golfo 2 2 U Iberoamericana Cd. México 4 4 Total programas 6 7 9 22 Total instituciones 3 4 5 7 Nacional de Posgrado (P N P) y Programa Integral de Fortalecimiento del Posgrado (Pifop) ha favorecido una reflexión más seria sobre el problema de la calidad del posgrado y sobre la acreditación de los programas. Los datos del PFPN reportados por SEP-Conacyt, señalan que en 2002, de 5 276 programas de posgrado activos en el país, había 654, es decir 12.4%, registrados en alguno de los tres tipos de programa: PE, PNP o Pifop (véase cuadro 3). Como puede observarse, de estos 654, solamente 22, (3.3%) pertenecen a IES privadas (véase cuadro 4). Son solamente siete, precisamente aquéllas de mayor tradición y experiencia, las I ES privadas que han logrado acreditar algunos de sus programas de posgrado cumpliendo con los parámetros del P N P. Este dato es sin duda alarmante, pues si hablamos de que más de 40% de la matrícula de posgrado es atendida en 2 567 programas impartidos en las IES privadas, el asunto se vuelve de importancia estratégica y debe ser atendido por una política educativa nacional e integral. Dos preguntas surgen ante estos datos: a) Los 2 545 programas de posgrado impartidos en las IES privadas que no están registrados en alguno de los padrones no son de calidad? b) Por qué la mayoría de las IES privadas no acreditan sus programas y los integran al PFPN? Fuente: elaboración propia con datos de Conacyt. 204
La primera pregunta nos remite a la reflexión sobre los indicadores de calidad que han servido como parámetros de evaluación de los posgrados. Las convocatorias del Pifop y del PNP describen con gran detalle parámetros relacionados con cantidad y suficiencia de la planta académica de tiempo completo, con su pertenencia al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), con su producción académica medida en términos de publicaciones, con infraestructura física y otros más relacionados con visiones de la producción tradicional del conocimiento de alto nivel. Si bien estos datos permiten vislumbrar la seriedad con la que se operan los programas y diferenciarlos de aquellos que son una simple yuxtaposición de cursos, sin sustento en la investigación y en el análisis de los problemas profesionales que deben abordar, y conducidos por una planta académica calificada y suficiente, también es cierto que no reflejan las verdaderas contribuciones de los programas en la solución de problemas profesionales o de construcción de conocimiento. Los indicadores se centran más en los insumos que en el impacto esperado del posgrado. La calidad del posgrado debe considerar los procesos y enfoques con que los programas forman personas que abordan necesidades y satisfacen expectativas de la sociedad, de manera congruente con las metas y objetivos institucionales, aprovechando eficientemente los recursos e insumos institucionales. Funcionalidad Expectativas y necesidades sociales Metas y objetivos institucionales Impacto Productos de la Universidad Eficacia, efectividad Recursos Eficiencia 205
Por tanto, esta visión de calidad no se limita al análisis detallado de los insumos, recursos o aspectos de cobertura como indicadores de calidad, sino que incluye formas de articulación, cooperación institucional e innovación que impulsen el desarrollo del posgrado que el país necesita, independientemente del tipo de institución que lo imparta. La pregunta de por qué la mayoría de las IES privadas no acreditan sus programas y los integran al PFPN nos lleva a la reflexión sobre los costos de los programas de posgrado. Cuánto cuesta un programa de calidad? Los costos asociados con los indicadores de calidad implican entre otros rubros: Salario de profesores de tiempo completo Pago de SNI Prestaciones Participación en congresos, foros, etcétera Publicaciones Costos de infraestructura y equipamiento Indirectos Para las instituciones privadas, la exigencia de contar entre su planta docente con miembros del SNI como requisito para registrar un programa en el PNP, implica un gasto adicional, puesto que las políticas de este sistema indican que el Conacyt subsidiará el pago del SNI a los investigadores de las IES públicas, pero no a los de las IES privadas, mismas que deben cubrirlo con sus propios recursos. Por otra parte, la relación de número de estudiantes por profesor de tiempo completo con doctorado que se señala como indicador de calidad en el PNP es de 2 a 4 estudiantes por profesor en el doctorado y de 5 a 10 para maestría. Los cálculos más conservadores de costos señalan que en las IES privadas es necesaria la colegiatura de mínimo 9 a 12 estudiantes para pagar el salario y las prestaciones de un solo profesor de tiempo completo miembro del SNI, sin contar todos los demás gastos derivados de la operación de los programas. El cumplimiento de estos parámetros lleva a las instituciones a una situación inviable. Las condiciones de los estudiantes de posgrado de las IES privadas son otro factor importante en el cumplimiento de los parámetros, pues la g r a n mayoría no son estudiantes de tiempo completo, sino en general profesionales en ejercicio con actividades laborales que les permiten pagar los costos de sus posgrados, ya que las políticas y los programas de becas para estudiantes de estas instituciones son ciertamente muy limitados y los colocan en desventaja frente a los de las IES públicas. Esta misma situación provoca que la eficiencia terminal en los tiempos estipulados sea baja, ya que los estudiantes de tiempo parcial requieren más periodos lectivos para concluir sus créditos y sus trabajos de titulación. Por lo tanto, los parámetros sobre eficiencia terminal y sobre dedicación de los estudiantes al programa son difíciles de cumplir para las IES privadas. En síntesis, estos elementos nos llevan a las siguientes reflexiones: 1. Es necesario desarrollar indicadores de calidad que consideren de manera integral no solamente los insumos, sino también los procesos educativos y de producción académica, los resultados de dichos procesos y, sobre todo, el impacto y contribuciones que los programas y sus académicos y egresados realizan en el contexto de los problemas nacionales relacionados con el desarrollo científico y tecnológico, y con el 206
desarrollo de habilidades profesionales altamente especializadas, aunque no estén vinculadas con paradigmas tradicionales de investigación científica. 2. Los posgrados de excelencia no son autofinanciables en las condiciones y con los parámetros actuales. Todos, los impartidos por las IES públicas y privadas, requieren subsidio. En el caso de las IES públicas el subsidio proviene del gobierno federal a través del presupuesto asignado a las universidades y del Conacyt que financia los montos del SNI. En el caso de las IES privadas, estos programas de excelencia por lo general son subsidiados por otros programas de la propia institución. 3. Los posgrados impartidos en las IES privadas están orientados en su gran mayoría a la alta especialización de profesionales que es, sin duda alguna, una necesidad nacional que debe ser atendida con calidad. Los posgrados de este tipo tienen dinámicas y necesidades diferentes a las de los programas de formación para la investigación, por lo que sus parámetros de calidad deben estar claramente diferenciados y considerar otras características en la composición de sus plantas académicas, en sus líneas de trabajo y formación profesional, en sus modos de producción y difusión del conocimiento y, sobre todo, en la manera en que se hace explícita la contribución central que realizan en la solución de problemas emergentes de alto impacto social. La atención prioritaria en la formación, actualización y especialización de profesionales a través de posgrados con esta orientación debe ser una política explícita del Estado, a la que se le asignen recursos que garanticen su desarrollo. 4. Un país que requiere profesionales y científicos de alto nivel debe proponer políticas educativas que impulsen su formación y crecimiento y estimular la consolidación de aquellos programas de posgrado que verdaderamente hagan contribuciones significativas para lograrlo. Las políticas de a- creditación y fortalecimiento del posgrado deben considerar como uno de sus factores fundamentales el impacto social, es decir, la relevancia de la aportación del programa y de sus egresados, independientemente del tipo de institución que lo imparta. 207