T.1. DESDE LOS ORÍGENES HASTA EL FIN DEL IMPERIO ROMANO.

Transcripción

1 T.1. DESDE LOS ORÍGENES HASTA EL FIN DEL IMPERIO ROMANO. I. Prehistoria. Entendemos por Prehistoria el periodo de la evolución de la humanidad antes de la aparición de testimonios escritos, por lo que su cronología es diferente según áreas geográficas. En la península Ibérica los primeros testimonios escritos se referencian en el a.c. La evolución del hombre se desarrolla durante dos contextos geológicos diferentes del Cuaternario: el Pleistoceno (± 1,9 mill. a.c hasta ± a.c.) y el Holoceno a partir del a.c PALEOLÍTICO. Durante el Pleistoceno (Glaciaciones del Günz, Mindel, Riss, Würm) tiene lugar el proceso de hominización durante el cual se desarrolla la cultura del Paleolítico, en donde se diferencia tres grandes momentos: Paleolítico inferior, Medio y Superior. Paleolítico inferior: evolución humana desde el origen del hombre (Australopithecus, Homo habilis, H. erectus, H. Ergastes) hasta el Homo. Antecesor. En la Península Ibérica finaliza en ± a.c. Desarrolla la cultura Achelense, el hombre vive en abrigos naturales, son cazadores-recolectores y usan un material lítico de cantos rodados, hachas de piedra rudimentaria. Ej. Atapuerca en Burgos, El Aculadero en Cádiz- Paleolítico Medio: (± / ± a.c.) aparece el Homo sapiens Neanderthalis. El hombre de Neandertal vive en la terraza de los ríos, desarrolla la cultura Musteriense, conoce el fuego, utiliza técnicas de extracción de productos, tiene una organización social y ritos funerarios. Paleolítico Superior: (± a.c./± a.c.) aparece el Homo sapiens sapiens. Desarrolla una cultura lítica más perfeccionada incorporando la industria del hueso. Tiene ritos funerarios, organización social, vive en refugios, cuevas y abrigos naturales. Se reconocen tres culturas específicas: Auriñaciense en la zona cántabra-pirenaica, Solutrense en la zona mediterránea-levantina y Magdaleniense en el norte peninsular. Los más destacado es la aparición del Arte parietal (Altamira, Valtorta, Cogull.) y mobiliar (bastones de mando y objetos) MESOLÍTICO. A partir del ± a.c. se inicia en la península la transición climatológica-geológica del Pleistoceno al Holoceno; desaparecen las glaciaciones (aparecen los primeros desiertos) y los grandes bóvidos también murieron. La proliferación de gramíneas naturales, da lugar al inicio de la agricultura y primeras sedentarizaciones. Es un momento de transición en donde se desarrollan técnicas de caza en grupo con relaciones humanas más complejas, como se refleja en el arte esquemático y en escenas de caza estructuradas en los abrigos naturales de Cogull, Alpera y Minateda NEOLÍTICO. La revolución Neolítica llega a la península a través del Mediterráneo; no se desarrolla por igual en toda la península, mientras la costa de levantina inicia la domesticación y posterior agricultura a partir del ±10.000, hay otras regiones del norte que no se incorporan al neolítico hasta el III milenio a.c. Utilizan la piedra pulimentada, molinos de mano, cestería, cerámica y - 1 -

2 tejidos; la sedentarización lleva a la construcción de los `rimeros habitáculos. Se conocen intercambios culturales con otros pueblos. Dos culturas importantes fueron: Cultura de la Cerámica cardial (± a.c) cuyos restos encontramos en la zona Levantina como en la Cova de L`Or (tejidos, cerámica, cestería, utillaje de huesos, etc. Cultura de Sepulcros en fosa (±3.500) en Cataluña, en conexión con los valles europeos y una cerámica específica con poblados circulares y práctica de pastos. Inicio del Megalitismo que se desarrollará en el siguiente periodo, el Calcolítico EDAD DE LOS METALES. En el III Milenio a.c. aparecen los metales en Oriente Medio, momento en que las culturas Mesopotámicas, Egipcias, Chinas e Índicas inician un importante desarrollo histórico con la aparición de la escritura. Los metales llegan a la Península Ibérica en el III. Milenio a.c. en dos momentos distintos y a través de dos rutas: Mediterráneo y Pirineos, aunque las primeras referencias históricas no llegan hasta a.c. referidas a la actual Andalucía. Asociado a los metales aparecen tres aspectos culturales: la cerámica campaniforme procedente del centro de Europa; el Megalitismo con una doble procedencia: el atlántico y el Mediterráneo e importancia que toman los sepulcros de diferentes orígenes según ámbitos geográficos peninsulares (cuevas, dólmenes, campos de urnas, etc.). Destacamos dos culturas específicas: Calcolítico, asociado al Cobre se desarrolle en el III milenio a.c. su mejor representación son LOS MILLARES en Almería (producen cobre, los pueblos están en cerros amurallados, y tienen necrópolis); esta cultura se extendió por todo el sur peninsular. Bronce: ( a.c) desarrollo del cobre y estaño. Tiene diferentes grados de desarrollo según las localizaciones. Destaca la cultura de EL ARGAR en Almería; en la zona atlántica se desarrollan los ídolos placa y en el centro y norte penínsulas los Campos de Urnas. Megalitismo: es un fenómeno cultura que se desarrolla desde el IV milenio a.c. hasta mediados del primer milenio a.c. Se caracteriza por las grandes construcciones de piedra con modalidades diferentes según zonas geográficas: Megalitismo de Baleares (dolmen, taula, talayot, navetas); dólmenes y cuevas en Andalucía (Menga) y Extremadura (Lácara y zona de Alcántara) y cultura de castros en Galicia. II. EDAD DEL HIERRO. PROTOHISTORIA. COLONIZACIONES. A partir del siglo IX a.c., coincidiendo con la proto-historia peninsular, se introduce la metalurgia del hierro como consecuencia del asentamiento de pueblos procedentes de Europa en el norte peninsular y resultado de los intercambios culturales y colonizaciones en el Mediterráneo. Los tres grandes procesos que transforman la vida de los pueblos peninsulares, conocidos como prerromanos son: - Invasiones indoeuropeas por los Pirineos que aportan la metalurgia del hierro y enterramientos en Urnas. - Desarrollo del primer reino conocido en la Península de origen autóctono para unos, de procedencia extranjera para otros: los Tartessos - 2 -

3 - Colonizaciones mediterráneas e inicio de la Historia como consecuencia de la presencia de fenicios, griegos, cartagineses y romanos. El resultado final es una aculturización en donde desparecen las peculiaridades de los pueblos aborígenes o quedan diluidas en una cultura relativamente homogénea tras la romanización Invasiones Indoeuropeas. Se desarrollan a partir del a.c. y se mantienen hasta el s. III a.c. De procedencia centroeuropea, relacionadas con las culturas de Hallsttat y La Tené, están asociadas al desarrollo de los metales; se imponen al sustrato indígena ibérico; se caracterizan por la cultura de campos de urnas con los ajuares de hierro y panoplia de guerreros. Son representativos la cultura de urnas en Navarra y Cataluña (ilergetes, indigetes); los vacceos en la Submeseta norte y cultura de castor celtas en Galicia TARTESSOS. Pueblo del que se tienen las primeras referencias escritas a través de textos bíblicos, griegos, cartagineses y romanos. Fuentes bíblicas y literarias permiten situarlos como una continuidad de la cultura del Bronce entre el a.c. Desarrollaron un sistema monárquico (el rey Argantonio) con una aristocracia comercial-guerrera; según referencias literarias tenían leyes escritas; vivían en poblados organizados (El Carambolo, Carmona, Doñana, Medellín ); conocían la metalurgia del estaño, la plata y el oro; hay restos arqueológicos de templos, vasijas, alhajas. Desarrollaron un activo comercio con los griegos y desaparecen con la derrota de los griegos en la batalla de Alalia (535 a.c.) con la llegada de los cartagineses COLONIZACIONES HISTÓRICAS. Durante el primer milenio llegan a la península pueblos procedentes del Mediterráneo Oriental que establecen colonias en las costas peninsulares, son los fenicios, griegos y cartagineses. Su llegada se deba a varios factores: búsqueda de metales, comercio y un exceso de población en sus territorios de origen que les lleva a buscar nuevos asentamientos. Fenicios: es la primera colonización identificada con nombre y fecha (XI-VII a.c.); procedentes de Tiro, llegan a Ibiza y Formentera y pasan a establecer relaciones con los Tartessos. Establecen factorías o asentamientos de carácter comercial; los principales intercambios eran de mineral, salazón de pescado, aceites, sal y cerámica; se conocen las fundaciones de Gadir, Malaca, Sexi, Abdera. Griegos (s. VII-III a. C.): hicieron la competencia a los fenicios en la conquista de mercados en el Mediterráneo. La presión demográfica en la polis griega, les lleva a crear colonias o asentamientos en diferentes lugares de las costas del Mediterráneo Occidental. En el siglo VII a.c. procedente de Focea, los griegos llegan al sur de la península y establecen tan buenas relaciones comerciales con el rey tartesio Argantonio, que rivalizan con los fenicios. Esta rivalidad, continuada por los cartagineses, les lleva a replegarse, a partir de la batalla de Alalia (535 a.c) hacia el norte del Mediterráneo; colonias importantes fueron Sagunto, Ampurias, Rosas. Sus aportaciones fueron importantes en relación a la moneda, el alfabeto, las artes arquitectónicas y escultóricas, las técnicas artesanales, las costumbres, la religión etc. Son innumerables los testimonios de su presencia en la Península. Su presencia queda oscurecida ante la llegada de Roma

4 Cartagineses (VI.-III a.c.). Sustituyen a los fenicios desde Cartago, (fundación fenicia en el norte de África). Además de los motivos económicos, introducen un nuevo aspecto en la colonización: la dominación territorial, expansión de su influencia en interior y sometimiento político de los pueblos. Llegan a establecer una dinastía, los Bárquidas, Amílcar, Asdrúbal y Aníbal. Dominaron el sur de la península; impusieron tributos y obligaron a los aborígenes a alistarse como guerreros en las guerras púnicas (guerras contra Roma por el dominio del Mediterráneo occidental). Fundaron importantes ciudades como Cartago Nova (Cartagena); convirtieron a la península en base de operaciones y fuente de financiación para la guerra. Una vez que fueron derrotados por los romanos, su presencia desaparece, siendo sustituidos por Roma. Son muchas las consecuencias de las colonizaciones: aportaciones en el desarrollo de la agricultura, ganadería, conservación de alimentos, explotación comercial del olivo, esparto y salazones. Se inició la acuñación de monedas y sistema comercial; a nivel social se extiende la utilización de esclavos; se desarrolló el primer alfabeto ibérico, las artes y los sistemas religiones fueron más desarrollados; se crearon ciudades, construcciones públicas y enterramientos en sarcófagos. La fusión en la península de tantas culturas procedentes de Europa y África, del Mediterráneo y del Atlántico se debe a la situación geoestratégica de España: entre dos mares, entre dos continentes, que constituía y actualmente lo sigue siendo, una encrucijada de pueblos. Por esta razón, en muchos textos del siglo XIX y XX se decía que España era crisol del culturas PUEBLOS PRERROMANOS. Se consideran pueblos prerromanos al conjunto de pueblos autóctonos que vivían en la península a la llegada de los romanos cuyos nombres están referidos en De acuerdo a los posteriores procesos de aculturización se delimitan tres grupos: íberos, celtas y celtíberos. Los íberos se sitúan en el Levante, Sur y Suroeste. Tienen una organización del territorio con poblados amurallados, organización social con vinculaciones tribales y personales. Economía agrícola de cereales y olivo, textiles y cerámica, con importante orfebrería, comercio y desarrollo de la moneda. Practican la escritura; se conocen importantes centros de culto y exvotos como la Dama Oferente, la dama de Elche, la dama de Baza, etc. Celtas y celtíberos: la evolución de los pueblos del hierro de origen indoeuropeo desde el siglo IX a.c. hasta el s. I quedan asentados en el norte y centro de la meseta (galaicos, astures, vascones, cántabros, vacceos, vetones y lusitanos). Tienen relaciones gentilicias de igualdad, parentesco y cooperación. Desarrollan una economía ganadera y agrícola. Son importantes la cultura de los verracos en la Meseta y los castros de Galicia. En las zonas limítrofes, más o menos extensas de la Meseta, Sistema ibérico y Sierra Morena, se produce un proceso de interculturalidad, pueblos genéricamente conocidos como celtíberos (celtíberos carpetanos, oretanos ). III. HISPANIA ROMANA La presencia de Roma en la península se debe a la rivalidad con Cartago por el dominio del Mediterráneo. La derrota de los cartagineses en las dos primeras guerras púnicas, lleva a los romanos a tomar conciencia de la importancia de los recursos en armas, minas y hombres de la - 4 -

5 península, por lo que deciden, de acuerdo a las colonias griegas, desembarcar en Ampurias en el 218 a.c. A partir de ese momento se inició un proceso de lenta pero permanente dominación hasta que todos los pueblos peninsulares llegaron a formar parte del Imperio Romano. Si en un principio eran razones estratégico-políticas, una vez en la península, es la riqueza en recursos lo que les lleva a su completa dominación Proceso de conquista. La conquista de la península se caracteriza por ser larga (200 años) y muy dura; no fue continua, sino que fueron conquistando pueblo a pueblo y las formas de ocupación eran diferentes según el acuerdo o grado de enfrentamiento que tuvieran. Se diferencian tres etapas: - Primera etapa (218 a. C. hasta el 201 a.c.) Se desarrolla en el contexto de las guerras púnicas; los romanos ocupan la costa mediterránea, inicios del valle del Ebro y el sur con dos conquistas importantes: Cartago Nova y Gades, con lo que finalizaba la dominación cartaginesa. Al comprobar la riqueza de metales, agrícola y ganadera, inician una paulatina ocupación de las zonas del interior. - Segunda etapa (197 a.c.-29 a. C.) Conquistan el centro y occidente; fueron guerras duras, con etapas de relativa tranquilidad; son importantes las guerras lusitanas ( a. C) con Viriato y las celtibéricas ( a.c.) con la resistencia de Numancia. Posteriormente ocuparon Baleares (123 a. C.). Las guerras civiles en Roma repercuten por una parte en la formación de dos bandos en la península y por otra en la paralización de las conquistas. - Tercera etapa: (29-19 a.c.) con la presencia de Augusto en la península se termina la conquista de los pueblos del norte (cántabros, galaicos, astures y vascones) Organización política-administrativa A medida que se fueron incorporando los territorios fueron modificando la división del territorio y su organización, el objetivo fundamental era homogenizar todo el territorio con una administración eficaz. - En un primer momento (197 a.c.) se establecen dos provincias: Hispania citerior y Ulterior. - Cuando concluye la conquista (27 a.c) y durante el alto Imperio se reorganiza el territorio en tres provincias: Tarraconensis (Tarragona), Baetica (Córdoba) y Lusitania (Mérida). - Durante el Bajo Imperio se producen dos reorganizaciones en el siglo III: En el 214. d.c. se pasa a cuatro provincias (Gallaecia (Astúrica Augusta), Tarraconensis, Baetica y Lusitania) y con Diocleciano (293. d. C) la diócesis Hispánica se subdivide en 7 provincias: Gallaecia, Tarraconensis, Baetica, Lusitania, Cartaginensis, Baleárica y Mauritania Tingitana (Tingis: Tanger). Las provincias se dividían en conventus, dentro los cuales se diferencian varios tipos de ciudades: ciudades libres, coloniales, federadas y estipendiarías según el estatuto de cada una de ellas. Las ciudades eran el centro de la vida política, social y económica; estaba regida por una Curia o Consejo de magistrados electos Sociedad Hispanorromana El proceso de romanización comportó la fusión de la población autóctona con los romanos y otros pueblos llegados de Europa y del Mediterráneo oriental. Se desarrollo una sociedad diferenciada por la esclavitud, el grado de libertad y la jerarquización social entre los - 5 -

6 hombres libres. Muchos de los pueblos y tribus conquistadas eran convertidos en esclavos que eran vendidos y era una fuente segura de ingresos. Entre los hombres libres se diferenciaban los Honestiores (grandes propietarios o cargos administrativos en función de su riqueza y situación social, se diferenciaban el orden senatorial, ecuestre y decurial) y los Humiliores, campesinos libres o modestos artesanos en las ciudades. En relación a su situación jurídica se diferenciaban los que tenían el derecho de ciudadanía romana, tenían derecho a votar y formar parte de las magistraturas; los que sólo tenían el derecho latino y los libres sin derechos específicos. Otros grupos sociales de muy diversa situación económica eran los semilibres (con vínculos de dependencia personal), los libertos (esclavos manumitidos) y por último los esclavos, sin derecho alguno que podían ser vendidos. En el 212 el emperador Caracalla promulgó la Constitución Antoniana por la que se reconocía el derecho de ciudadanía a todos los súbditos libres del Imperio. La crisis política y económica durante el Bajo Imperio, a partir del s. III dio lugar a un proceso de ruralización y formación del colonato Economía Los recursos económicos de la península fue el principal objetivo de la dominación romana. El sistema económico se basaba en el trabajo de los esclavos, pueblos autóctonos y colonos; trabajaban en la explotación de tierras de cultivo (trigo, vid y olivo), ganadería (ovina y equina), en la explotación de las minas (oro, plata, cobre, plomo y estaño) y en la producción artesanal de cerámica, textiles, salazones y armas. En el sur de la península se desarrollaron los grandes latifundios; en general aportaron nuevas y mejoras técnicas de explotación agraria, con un activo comercio a través de las vías romanas y puertos. Tres grandes vías aunaban una red de calzadas: Vía Augusta (costa mediterránea); Vía de l plata (de Sevilla a Astorga) y Vía de Astorga a Burdeos. Se desarrollaron las asociaciones gremiales de comerciales y de Navicularii que exportaban la producción a todo el imperio. La península quedó integrada en el mercado universal, que trajo consigo el aumento de la circulación monetaria: el denario romano Romanización Entendemos por Romanización todo el proceso por el cual los pueblos indígenas van adquiriendo la lengua, la administración y formas de gobierno de Roma, se impusieron las mismas leyes, su estructura social, el mismo sistema económico, sus costumbres, religión y formas culturales y artísticas. Hubo diferentes grados de asimilación que se fundamentaba principalmente en dos aspectos: la utilización del Latín y el Derecho Romano. El Latín se impuso como la lengua oficial y es el sustrato de todas las lenguas romances. el Derecho romano sigue siendo la base fundamental del derecho actual. En la religión se practicó la tolerancia de cultos indígenas pero era obligatorio en las ciudades el culto al emperador y a la triada capitolina (Júpiter, Juno y Minerva) Los pueblos de la costa Mediterránea y del sur peninsular asimilaron rápidamente la romanización; en menor medida lo hicieron los pueblos de la meseta que siguieron conservando algunas de sus costumbres y por último los pueblos del norte, astures, cántabros y várdulos que mantuvieron las formas de vida prerromanas; en estos lugares hubo dominación pero no romanización

7 Uno de los principales legados de Roma fueron las obras públicas y construcciones urbanas: murallas, acueductos, puentes, termas, arcos, templos teatros, anfiteatros, etc Extremadura Romana. La actual Extremadura formaba parte de dos provincias hispanas diferentes y de dos sustratos autóctonos distintos: Cáceres con pueblos autóctonos pertenecientes a vetones y lusitanos, se integraba mayoritariamente en Lusitania; la provincia de Badajoz, se integraba parte en Lusitania y parte en la Bética. Emérita Augusta, capital de Lusitania, fue el centro urbano más importante en donde conectaban una red de calzadas, especialmente la Vía de la Plata. Toda la región tuvo un desarrollo agrícola-ganadero importante con la existencia de grandes latifundios. Son innumerables los restos romanos y ciudades fundadas que actualmente perviven: Azuaga, Medellín, Reina, Valencia de Alcántara, Fregenal de la Sierra, Coria, Talavera la Viejas, etc., además de importantes monumentos y edificios, puentes, termas, teatros, anfiteatros, circos y acueductos Crisis Bajo Imperial. La excesiva expansión del imperio creaba fronteras y territorios difícilmente defendibles cuando al mismo tiempo hay una disminución de la población, por lo que la entrada de pueblos bárbaros del este de Europa, bien como mercenarios o como invasores, quebraron las bases del Imperio romano. La penetración de los pueblos bárbaros, germanos y eslavos rompieron la unidad imperial; la falta de dinero, la escasez de esclavos y de población, provocaron un paulatino empobrecimiento; la inestabilidad en los campos desemboca en un proceso de concentración de tierras e incremento del colonato; las dificultades comerciales terminan en una decadencia de las ciudades y un proceso de ruralización. En el siglo V, el acuerdo de Roma con los visigodos en el 412, antecedía a la división del Imperio en Oriente y Occidente y a la posterior desaparición del Imperio Romano de Oriente. Con la presencia visigoda se ponía fin a la dominación romana e iniciábamos nuestra Edad Media, aunque históricamente sea el 476 con la caída del Imperio Romano de Occidente la fecha reconocida como fin de la etapa antigua