HOMENAJE A GRANDES DONANTES DE SANGRE DE EUSKADI

Transcripción

1 OSASUN SAILA Osasun Sailburua DEPARTAMENTO DE SANIDAD Consejero de Sanidad HOMENAJE A GRANDES DONANTES DE SANGRE DE EUSKADI PALABRAS DEL CONSEJERO DE SANIDAD En Vitoria-Gasteiz, a 24 de enero de 2006 Lehendakari, señoras y señores, muy buenas tardes: Es una enorme satisfacción tener la oportunidad de reconocer, en nombre de todas y todos los pacientes y del sistema sanitario de nuestra Comunidad, la enorme contribución social de aquellas personas que, de forma constante y fiel donan su sangre. Y, entre ellas, es especialmente destacable la generosidad y solidaridad de las y los grandes donantes, modelo de concienciación ciudadana, hoy aquí presentes, y ejemplo para todas y todos aquellos que, día a día, se incorporan a la donación en la medida de sus posibilidades, obteniendo como recompensa -no sé si decir únicamente o ni más ni menos-, que la satisfacción de saber que ayudan a recuperar la salud, a mejorar las condiciones de vida e, incluso, a salvarla a miles de personas anualmente en Euskadi. Donostia - San Sebastian, VITORIA-GASTEIZ Tfno Fax

2 Y es que, a pesar de los grandes avances tecnológicos, la donación de sangre continúa siendo la única manera de disponer de una serie de productos estratégicos para el correcto funcionamiento sanitario de un país. Sin la donación de sangre careceríamos de componentes esenciales para el tratamiento y asistencia de pacientes atendidos en casi todas las especialidades: Cirugía, oncología, traumatología, medicina interna, o de trasplantes de órganos. Esta asistencia no se puede improvisar, ni su puntualidad debe depender de la existencia, o no, de sangre. La organización de la donación debe ser un elemento básico inicial perfectamente estructurado antes de que los pacientes lleguen a nuestros hospitales. Para cuando se le diagnostica y programa para recibir su tratamiento, el hospital debe disponer de todos los componentes sanguíneos que puedan necesitarse, seguros y de calidad. Y para que esto sea posible, es imprescindible contar con un colectivo de personas sanas y responsables que, de forma periódica, donen su sangre organizadamente, minimizando las llamadas de emergencia, e incorporando dicha acción en la vida cotidiana del mayor número de personas, evitando que esta actividad fundamental recaiga en un grupo demasiado escaso de ciudadanos preocupados, o de familiares de pacientes demasiado afectados por las circunstancias del momento como para donar en condiciones que no son las ideales. 2

3 Este es el primer pilar de una estructura sólida y de calidad: LA DONACIÓN VOLUNTARIA, ANÓNIMA Y DESINTERESADA. Se trata de la condición básica demandada por todas las autoridades sanitarias de las sociedades más avanzadas como único medio de garantizar la prestación asistencial que requiere el soporte transfusional como elemento esencial para su éxito. A partir de ahí, los objetivos de la donación voluntaria son varios: 1.- AUTOSUFICIENCIA Autosuficiencia significa que seamos capaces de obtener toda la sangre y derivados necesarios para atender a las y los enfermos a partir de donaciones realizadas en nuestra Comunidad Autónoma. El Consejo de Europa y la Unión Europea consideran este aspecto como una responsabilidad de cada país. Para ello, debemos poner todos los medios organizativos necesarios para ser suficientes y no poner en peligro la suficiencia global europea. Si todos hacemos lo correcto, el beneficio será global y nos podremos ayudar con mayor eficacia. La sangre es un recurso escaso, valioso y estratégico. Debemos resolver este aspecto y no poner en situación comprometida a territorios vecinos más previsores. Por ello, disponer de un número correcto de donantes comprometido con la donación es una de las esencias de cualquier sistema sanitario de calidad. 3

4 Para conseguir que nuestra estructura sanitaria funcione correctamente, necesitamos que alrededor de 500 donantes acudan diariamente a nuestros lugares de colecta repartidos por toda la Comunidad. Esto exige unas coordinadas organización y planificación, además de muchos miles de donantes perfectamente conocedores de lo que significa ser donante de sangre para poder llegar a convertirse en colaboradores habituales del sistema sanitario y, por tanto, de una sociedad civil consciente de sus deberes. En ese sentido, la Comunidad Autónoma del País Vasco es, en estos momentos y desde hace años, autosuficiente para los productos de transfusión con las aproximadamente donaciones anuales que efectúan alrededor de donantes activos. Estas cifras permiten elaborar los componentes sanguíneos que precisan alrededor de pacientes cada año. Pero tenemos que seguir siendo autosuficientes, y debemos insistir en ello porque el sistema puede deteriorarse si creemos que es un problema resuelto. No es así, hay que reconstruirlo cada día. No lo olvidemos, esos ciudadanos y ciudadanas mantienen una parte básica de nuestro sistema sanitario del que son usuarios más de de personas. 4

5 El equilibrio, por tanto, es delicado. Los, relativamente, cortos períodos de caducidad de este tejido vivo, el incremento del consumo debido a la complejidad sanitaria creciente en una población envejecida, junto con la dificultad de captación de donantes en una sociedad cada vez más individualista, hacen que el suministro rutinario de sangre y derivados sea una tarea cada vez más difícil y costosa económicamente. Aun así, como decía, durante el año 2005 se realizaron esas donaciones en Euskadi. Todas fueron voluntarias y las y los donantes no recibieron ningún tipo de contraprestación a cambio, gratificación que tampoco es solicitada, ya que todas y todos ellos saben muy bien que la satisfacción personal de contribuir en esta tarea es más importante que cualquier otro reconocimiento. 2.- SEGURIDAD Por otra parte, no sólo debemos disponer de la cantidad suficiente de donaciones sino que, además, éstas deben ser seguras y no provocar consecuencias no deseadas en las y los pacientes receptores. Este aspecto, junto con la adecuación tecnológica, también está absolutamente relacionado con lo comentado hasta el momento. La donación más segura es la que procede de donantes voluntarios, habituales, bien informados sanitariamente sobre todo lo que puede ser de riesgo para el futuro receptor. 5

6 La transfusión es una modalidad de implante de tejido vivo que salva la vida de muchos pacientes, pero hay que ser extremadamente respetuoso en todos los momentos de su obtención, desde la selección de las y los donantes hasta el mismo momento de la transfusión, para evitar rechazos en el receptor o la transmisión de agentes infecciosos. Esto se consigue con la organización técnica, de calidad y de equipamientos del Centro de Transfusión pero, también, es esencial la adecuada selección y fidelización de las y los donantes. La primera etapa en la seguridad transfusional es asegurar que nuestros donantes conocen todos estos aspectos y que donan frecuentemente bajo las mismas condiciones de información, formación, seguridad y confianza con el personal sanitario que participa en la extracción. Para el año 2006, las necesidades, como en años anteriores, aumentarán debido al mayor volumen asistencial derivado de las crecientes innovaciones sanitarias en el terreno de la oncología y de la cirugía y del mayor número de pacientes susceptibles de ser tratados, en relación directa con el envejecimiento poblacional y la demanda de los mayores niveles posibles de bienestar. No estaría mal que ese número de donantes habituales que soportan el peso de la red de donación se fuera incrementando a medida que crece el nivel social, cultural y económico de nuestra población. 6

7 Por ello, este tipo de actos son importantes. Por una parte, porque es justo reconocer a todo el colectivo de donantes su generosidad y, por otra, porque son un claro ejemplo para el resto de la sociedad, que es la que debe agradecer su actividad y seguir su ejemplo. Es un momento, por lo tanto, para lanzar nuevamente el mensaje de que la donación de sangre es una necesidad continua, que debe organizarse con previsión, que todos los días un número muy importante de enfermos la necesitan para salvar su vida o aliviar su sufrimiento y mejorar sus condiciones de vida, que es un deber cívico y que estos donantes con un número tan alto de donaciones voluntarias y anónimas son un ejemplo que la sociedad debe reconocer y estimular. Muchas gracias a todas y todos los aquí presentes por vuestra indispensable colaboración y mi ánimo para que continuéis con esa misma actitud. Un abrazo. GABRIEL Mª INCLAN IRIBAR CONSEJERO DE SANIDAD 7