Revista Magistralis 25. Humanismo sin metafísica

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1 Universidad Iberoamericana Puebla Repositorio Institucional Área de Publicaciones Revista Magistralis Revista Magistralis 25. Humanismo sin metafísica Prado Galán, Javier

2 LÍNEAS IMAGINARIAS HUMANISMO SIN METAFÍSICA? Javier Prado Galán * Heidegger respondió, en su célebre Carta sobre el humanismo, a las preocupaciones de Jean Beaufret. Ahí afirmó que el humanismo es meditar y preocuparse curarse de que el hombre sea humano, y no inhumano, esto es, extraño a su esencia. El problema de esta definición salta a la vista. Si no se define la esencia del hombre, cabalmente, se corre el riesgo de caer en una tautología. En el debate sobre la esencia del hombre, centraremos estas breves reflexiones. Un poco de historia. El humanismo vio su primera luz en la República romana. En ese entorno, el homo humanus se contrapone al homo barbarus. En Roma encontramos el primer humanismo. Cuestionable a todas luces. Como si los bárbaros no enriquecieran lo humano por sí mismo. También el homo humanus del Renacimiento está en oposición al homo barbarus. Pero aquí el homo barbarus se identifica con la escolástica del Medioevo. Dicho humanismo renacentista aspira a revivir lo griego en su sentido prístino. Ortega llamó a este humanismo renacentista la dictadura de los gramáticos. En la modernidad aparece imponente la figura de Kant. La racionalidad y la universalidad serán notas constitutivas de lo humano. Desde entonces el universalismo democrático se opone frontalmente a todas las formas de multiculturalismo. Aquí el homo barbarus se identifica con las culturas singulares de las que habla con sobrada devoción Jean Baudrillard. * Javier Prado: Vicerrector Académico de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México. 47

3 48 Humanismo sin metafísica? Si se entiende por humanismo en general el empeño destinado a que el hombre esté en libertad de asumir su humanidad, y en esto encuentre su dignidad, en Marx y en Sartre podemos encontrar también un humanismo. El humanismo de Marx propone la emancipación del proletariado, la salida del hombre de su culpable alienación en el proceso de la producción. El humanismo de Sartre propone asumir la condena a la libertad desvinculándose de la mala fe que asume acríticamente la postura que afirma que existen valores objetivos. El Cristianismo debe ser considerado también un humanismo, pese a echársele en cara que ponga en el centro a la divinidad entendida como Padre que reina en medio de todos los hombres. Empero, no debemos olvidar que, en primer lugar, persigue la salvación del alma del hombre y, en segundo lugar, la encarnación del Verbo divino en Cristo, coloca al Dios humanizado en la posición de por medio de la gracia elevar al hombre a persona divinizada. Todas estas especies de humanismo suponen una esencia general del hombre. La mayor parte de ellas entiende por hombre al animal rationale. Heidegger está convencido de que todo humanismo se finca en una metafísica: Todo humanismo o se funda en una Metafísica o se convierte a sí mismo en el fundamento de una Metafísica. Por supuesto que Heidegger tiene una mala impresión de la metafísica. Él cree que la metafísica ha olvidado al ser. Que dicha metafísica, en todo caso, ha concebido al ser como mera presencia. Por eso dice de manera contundente: La metafísica piensa al hombre desde la animalitas y no lo piensa en función de su humanitas. Y esto lo funda Heidegger en su convicción de que la metafísica de la presencia lo que actualiza es lo animal y olvida que lo humano queda siempre oculto o ausente. Posición cuestionable. Porque entonces qué es lo humano?, acaso espíritu que se esconde? Heidegger asegura que el pensar de Sein und Zeit va contra el humanismo. Pero esta oposición no significa que un pensar tal se vaya al otro lado de lo humano y preconice lo inhumano, defienda lo deshumano y degrade la dignidad del hombre. Se piensa contra el humanismo porque no coloca la humanitas del hombre suficientemente alto. Es de esperarse entonces que el humanismo heideggeriano, si es válido hablar de esto, proponga una novedad alternativa frente al humanismo tout court. Lo hace acaso?

4 Javier Prado Galán 49 Heidegger concibe al hombre como guardián del ser, o como lo traduce Xavier Zubiri, como comprensor del ser. Parece que con esta posición el hombre alcanza la más alta dignidad. El problema es que Heidegger mismo no llega a comprender al ser. Emprende una búsqueda del mismo tratando de deshacerse de lo que él llama la visión del ente que olvida al ser. Señala algunos caminos de reflexión con su concepto de verdad como desvelación, con su concepto de ser como ereignis o acontecimiento, con su idea del lenguaje como la morada del ser, con su noción de la técnica como Gestell o persuasión, pero la aporía no se ve resuelta por ningún lado. El filósofo vasco Xavier Zubiri concibe el ser como la actualidad de lo real en el mundo. Todo lo que Heidegger ve contaminado de presencia en el ente de la metafísica, es visualizado por Zubiri en el ser de su filosofía. La realidad es anterior al ser. Y la realidad no equivale a existencia allende la intelección. La realidad zubiriana no se asimila a presencia. La realidad de Zubiri es el hecho original del de suyo captado por el sentir inteligente del hombre como tal, como de suyo. Esta formalidad de pertenencia define la realidad en Zubiri. El hombre en Zubiri es aprehensor de realidades, o animal de realidades, versus la idea del ser como comprensor del ser (ver Sobre la esencia de Xavier Zubiri). Según dicho autor, este animal de realidades carga, se encarga y se realiza en el enfrentamiento con la realidad. Esto lleva al mencionado filósofo a determinar la persona del hombre como autoposesión. En el acto de ser dueño de uno mismo, de ser persona, se realiza el hombre y se ventila un humanismo de originalidad incuestionable. Cuando Heidegger nos dice que el hombre no es el déspota del ente, que el hombre es el guardián del ser, no anda descaminado. El hombre no puede enfrentarse a las cosas meramente como estímulos, posición zubiriana por excelencia. Esto lo convertiría en el déspota del ente, en actitud enferma, lejos de la autoposesión personalizante. El hombre ha de pastorear la realidad, parafraseando a Heidegger. Heidegger asegura que el hombre es el comprensor del ser. Por tanto, el hombre es el hermeneuta por excelencia. La filosofía actual ha cargado las tintas sobre esta posición, la cual enfrenta la opinión de Marx subrayada en la tesis once sobre Feuerbach: hasta ahora los filósofos sólo han interpretado la realidad, es hora de transformarla. El

5 50 Humanismo sin metafísica? planteamiento zubiriano se acerca más a la tesis marxista: el hombre es el animal que se encarga de la realidad. Por supuesto que Zubiri se mueve en el nivel netamente metafísico y Marx en el nivel socioeconómico. Pero ninguno de los dos se conforma con sólo interpretar el texto. Nuestra postura de fundamentar el humanismo en la concepción del hombre como animal de realidades, no se contrapone con lo dicho por Aristóteles en su Poética, y citado por Heidegger en Carta sobre el humanismo: poetizar es más verdadero que investigar los entes. La obra de arte pone en operación la verdad, desvela al ser. Esto porque el poetizar nos enfrenta con lo real de manera privilegiada. Por algo ha dicho Bachelard que la poesía es metafísica instantánea. Sigue teniendo razón Hölderlin: Lleno de mérito, aunque poéticamente, habita el hombre en esta tierra.