LA VIVIENDA ROMANA INTRODUCCIÓN.

Transcripción

1 LA VIVIENDA ROMANA INTRODUCCIÓN. LA VIVIENDA. Roma cuenta con muchos edificios antiguos, pero no hay ejemplos de viviendas domésticas que sigan existiendo, que son las que debieron formar la trama misma de la ciudad. Para ver ejemplos de este tipo de edificios tenemos que ir a Pompeya, con sus casas de clase alta, basados en el peristilo, o aquellos en Ostia, el puerto de Roma, donde los edificios de clase baja de muchos pisos están bien conservados, siendo la vivienda económica en la Roma imperial. La Villa de Adriano en Tívoli, cerca de Roma, es un ejemplo del tipo de residencia aristocrática, frecuentes en la campiña romana. En sus inicios las casas romanas eran unas sencillas cabañas, tugurium, estas cabañas con forma circular estaban rematadas con un techo en forma cónica. Más adelante fueron substituidas por las cabañas etruscas, de planta rectangular con una entrada, fauces, que iba a dar al atrium, un vestíbulo central con patio de luces, por donde se supone que salía el humo y que más adelante se convertiría en un atrio con fuente. Posteriormente ya se empezaron a distinguir varios tipos de vivienda que se fueron diferenciando a lo largo del tiempo dejando varios tipos de inmuebles que dependían básicamente de la economía de sus residentes. Las casas eran cómodas y más bien lujosas. No tenían casi ventanas y raramente, un termosifón. Mas los techos son de cemento, y a veces de mosaico, y los pavimentos, de piedra. Solo los palacios tenían cuarto de baño y algunos hasta piscina. Pero había sus buenas tres termas públicas con su correspondiente palestra. Las cocinas estaban provistas de toda suerte de utensilios. La edilicia romana prestó también especial atención a la arquitectura domestica llegando a desarrollar hasta tres tipos arquitectónicos distintos: la domus o vivienda ciudadana; la ínsula o bloque de apartamentos, y la villa o casa en el campo o los alrededores de la ciudad. Los materiales utilizados, esencialmente, la madera, para el esqueleto de los edificios, el armazón de los tejados, y la carpintería en general, la piedra, la arcilla, la argamasa y el mortero de cal, arena y agua, que al mezclarlo con mampuesto de pequeños cantos rodados daba el opus caementicium, finalmente para los revestimientos se usaban mosaicos y pinturas. Los elementos constructivos más significativos fueron la columna, la viga, el muro de fábrica, el arco, la bóveda y el dintel. Sólo los muy ricos podían permitirse una domus, cuya planta solía consistir en la secuencia de estancias que se abrían a patios. Las domus daban la espalda con sus muros ciegos a las calles y ofrecían así a sus afortunados ocupantes un grado de intimidad que contrastaba claramente con el de las ínsulas, siempre abiertas al exterior, y que cuando formaban un cuadrilátero alrededor de un patio, poseían puertas, ventanas y escaleras tanto en el exterior como en el interior. No había forma de escapar al ruido y al polvo. Es obvio que el fuego era un riesgo omnipresente; la construcción se basaba en gran medida en la madera y la iluminación utilizada era a base de llamas expuestas al aire. La calefacción, cuando existía, se realizaba mediante estufas móviles, alimentadas principalmente por carbón. No había suministro de agua en las plantas superiores. La legislación de Julio César exigía el uso de tejas incombustibles para el recubrimiento de cubiertas y estipulaba que debía mantenerse entre edificios un espacio libre, el ambitus, de 73 Centímetros de anchura. Este cortafuegos desapareció cuando la legislación fue modificada para permitir la construcción mediante muros medianera. Augusto creó un cuerpo de vigilantes nocturnos o vigiles para combatir los incendios. LA DOMUS. La Domus era una vivienda que derivaba de la casa etrusca y helenística, normalmente de una sola planta y habitada por una familia. Se accedía a ella por la entrada principal que estaba elevada sobre el nivel de la calle y generalmente estaba ornamentada por pilastras que tenían la función de enmarcar la puerta. El invitado llamaba a la puerta con el pie, y ésta siempre era abierta por un esclavo. En algunas de estas Domus, al lado de la entrada podían encontrarse dos habitaciones, que podían abrirse a la calle y ser utilizadas como locales comerciales, tabernae, donde se vendían los productos cosechados en las tierras del dueño, o eran alquiladas a terceras personas. Al acceder a la vivienda se pasaba al vestibulum, un corredor donde a veces se encontraban pequeños bancos de piedra que podían usar las visitas a la espera de ser recibidos. Desde el vestibulum se pasaba al atrium que servía de centro distribuidor de todo el inmueble y era utilizado por la familia para recibir a los clientes, celebrar ceremonias de culto a los antepasados, bodas, etc.

2 El atrium consistía en un gran patio central con una abertura rectangular en el techo llamado compluvium, por donde entraba luz y aire, y también el agua de la lluvia que se recogía en un pequeño estanque central, el impluvium, que estaba conectado a una cisterna subterránea. En un rincón del atrium estaba el lararium, una hornacina destinada al culto familiar con imagines maiorum, que eran retratos de los ancestros más ilustres. Alrededor del atrium se distribuían las diferentes dependencias de la vivienda, a lo largo de sus dos lados mayores, se encontraban las cubículas o dormitorios. También podíamos encontrar el triclinium, que solía tener el doble de longitud que de anchura y era dónde se comía recostado en unos divanes inclinados. Rematando el atrium se encontraba el tablinum o archivo familiar, que estaba reservado al Pater Familias, generalmente era un espacio abovedado muy ricamente decorado que el dueño utilizaba como sala de audiencias, con el paso del tiempo se convertiría en el dormitorio del dueño. En la parte trasera de la Domus estaba el hortus o huerto. Por influencia griega, con el paso del tiempo aparece un segundo patio llamado perystilum. Mucho más amplio que el atrium, el perystilum estaba rodeado por un pórtico con columnas reservado para la actividad familiar y también contaba con un impluvium. Con el tiempo a su alrededor fueron trasladándose las mejores habitaciones de la casa así como el triclinium. A veces la Domus podía llegar a tener dos plantas, en esos casos los dormitorios se trasladaban a la parte superior. Las Domus contaban con escaso mobiliario, había pocas ventanas y generalmente eran frías y húmedas en su interior. Las habitaciones se calentaban por medio de estufas de bronce o braseros, y se utilizaban antorchas, velas y lámparas de aceite para iluminar la vivienda. La decoración era suntuosa, el suelo solía ser de mármol o mosaico, en las paredes se pintaban magníficos frescos y se podían encontrar estatuas de cerámica por todo el inmueble La Domus Aurea de Nerón tenía un comedor principal con una cubierta en forma circular que giraba accionada por esclavos al mismo tiempo que la bóveda celeste. LA ÍNSULA. A mediados de siglo IV d.c., el censo de domus ascendía a unidades, en comparación con las insulae que, según Carcopino, contenían casi unas cinco viviendas por término medio, ocupadas a su vez por unas cinco o seis personas como mínimo. Las ínsulas eran edificios de 3 a 5 plantas en un principio, construidas en adobe y madera pero luego fueron evolucionando a edificios de ladrillo cocido y concreto. Los apartamentos se amontonaban unos con otros, eran de planta cuadrada y no poseían un patio interior lo que les otorgaba un complicado acceso. Poseían balcones y ventanas sin vidrio, que oportunamente eran tapiadas con madera durante el invierno para evitar el paso del frio. Simples, rústicos y monótonos hacían que, por la falta de regulación, muchas veces se convirtieran en laberintos de escaleras verticales. La gran mayoría de las ínsulas carecía de agua potable y baños, lo que obligaba a la gente a acudir a baños públicos y fuentes en el mejor de los caso; o directamente las ventanas durante el invierno o las noches. Muchos accidentes se producían por la cantidad de deshechos y residuos que salían despedidos de las ventanas, muchas veces impactando sobre los peatones descuidados que deambulaban por los márgenes del edificio. Las ínsulas eran un equivalente, en disposición, a las manzanas actuales pero dispuestas de manera irregular. Los pisos inferiores eran los más costosos y generalmente estos eran utilizados como comercios. Los pisos superiores, de difícil y tedioso acceso eran más baratos e inseguros. No todos los apartamentos tenían la misma calidad, en comodidades. Los primeros, en el nivel del suelo, eran utilizados como negocios. Los del siguiente piso eran usualmente más costosos que los demás y se consideraban departamentos de lujo. La mayoría de los habitantes de las insulas pagaban un alquiler. Esto se daba por la característica en la construcción de estos edificios, los cuales eran levantados por un hombre de negocios que buscaba especular con este. Por esta razón era muy difícil encontrar un apartamento a la venta. En las más amontonadas era significantemente difícil el acceso a los apartamentos e incluso en ocasiones una persona tendría que pasar por apartamentos anteriores para llegar al suyo. Esto era porque no había pasillos ni corredores en la gran mayoría de las insulas. A su vez las escaleras generalmente eran verticales y pasaban de apartamento a apartamento, haciendo que fueran como un laberinto complejo y difícil de sortear para los recién llegados. Julio César, quizá por haber vivido en una insula en su juventud, fue uno de los primeros lideres en ver los problemas que traían a la salud pública. No solo en la cantidad de pestes y enfermedades que producía el hacinamiento en tan incomodas condiciones de vida. Una de las mayores causas de muerte eran los incendios y derrumbes que había como ya hemos mencionado. El hecho del poco espacio entre estas estructuras hacía que el fuego se propague de una a otra como en un efecto domino. Para evitar esto con el

3 tiempo se fueron decretando leyes para regular su construcción, aunque era muy difícil que alguien las tomara en cuenta. César estableció una altura máxima de 8 plantas -19 metros- que fue rectificada por Augusto. Otro emperador en ver los problemas de las insulas fue Trajano quien limitó la altura de las insulaes a 6 plantas. Luego cuando se comenzó a utilizar ladrillo y concreto aumentó nuevamente la altura. El ladrillo se comenzó a usar posteriormente, y también una versión primitiva del concreto, por orden de las autoridades. Una restricción muy importante fue la de ambitus que dictaba una separación mínima entre cada edificio, de esta manera se evitaría la propagación espontanea de incendios, esto logró evitar en parte los incendios. Recordemos que estas viviendas no tenían cocinas ni baños y generalmente la gente para calentarse o cocinar empleaba braceros, los cuales eran un peligro mortal en una estructura de madera -esta fue otra de las razones por las cuales se comenzaron a utilizar otros materiales en períodos posteriores-. Dichas restricciones y leyes mejoraron en gran medida la calidad de las construcciones. Se limitaron considerablemente los incendios y derrumbes que tanto eco hacían en los escritores de la temprana República. Hoy en día sobrevivieron algunas edificaciones, obviamente de las mejor construidas lo que no nos da una visión objetiva de como era las construcciones más precarias LA VILLA. Una villa es un edificio en el campo diseñado para el disfrute y descanso de su dueño. Aunque también podría constituir el centro de una empresa agrícola, el factor placer distingue esencialmente a la villa residencial de la casa-granja. La villa es el producto típico de la imaginación de un arquitecto. Destacaba la diversidad en formas y proporciones de los asentamientos, no existe una villa igual a otra y se concentraban en los valles fluviales y tierras fértiles. Desde los comienzo del género literario de las villas ha existido ambigüedad sobre si villa quería decir el terreno, los edificios de ese terreno o únicamente la residencia. En la antigüedad, la residencia de un propietario era llamada villa urbana para distinguirla del edificio agrícola, que se denominaba villa rústica, Paladio llamaba a la primera casa di villa, considerando como villa la propiedad entera. La villa esta menos fijada como forma que otros tipos arquitectónicos debido a que los requisitos de ocio carecen de una definición clara. Pero, en época romana se establecieron dos modelos: el cúbicocompacto y el extendido-abierto. El primero se encontraba preferentemente en los alrededores, como Pompeya, donde la línea entre casas urbanas y villas no estaba trazada, y en los asentamientos iniciales de la periferia del imperio, donde las consideraciones defensivas exigían consolidación. Muchas de las diversas villas urbanas en los alrededores de Pompeya y Herculano se construyeron en espacios rectangulares con un lado a la calle y el resto a las casas vecinas. La entrada es a través de un eje a lo largo del cual se alinean los espacios públicos: un vestíbulo de entrada, atrium, un patio abierto, peristylum, rodeado de una columnata, ocasionalmente un vestíbulo, vestibulum, antes del atrium o un tablinum después, y, al final una exedra o un comedor, triclinium. Algunas de las casas mayores tenían grandes jardines detrás. Aunque las casas raramente se construían de forma simétrica en torno a ese eje, se ponía atención en lograr una perspectiva visual desde la entrada hasta el final, enmarcada por un vano en las sucesivas paredes divisorias. Las primeras villas, como La Villa Urbana de San Rocco, siguen la tradición de vivienda y se inscriben generalmente en una concha compacta de forma cubica, aunque están al aire libre. A lo largo de un eje más o menos central, se disponen secuencialmente los espacios públicos. La necesidad de seguridad es el motivo de que las mayoría de las villas rusticas del siglo I a.c. estuvieran estrechamente cerradas en su perímetro rectangular, como en una casa urbana. Pero en general las villas no se diseñaron inicialmente según un plan global coherente, sino que fueron creciendo progresivamente. Desde finales del siglo I d.c., las villas estaban principalmente dirigidas al ottium y el placer sin más, constituyó la norma más que la excepción. Los granjeros independientes habían perdido hacia tiempo la mano de obra esclava, y las grandes extensiones para el ganado vacuno y las ovejas sustituían a las más modestas que hemos estudiado. Las diversas aperturas enmarcan la visión del mar y las montañas y los campos cultivados parece como si fueran cuadros, estetizando la naturaleza a la manera de los frescos de la época, en los que los elementos ficticios arquitectónicos suelen enmarcar la vista en la lejanía. Varietas, es el principio subyacente en la elección del emplazamiento, que ofrece muy diversas vistas y, subsecuentemente en la disposición de puertas y ventanas en los diferentes ángulos y alturas. Las primeras villas que se excavaron, de finales del siglo I a.c. eran granjas sencillas en las no había una distinción clara entre los espacios ocupados por el dueño y los asignados a los trabajadores. Almacenes, prensas y establos convivían entre las mismas paredes que los

4 confortables, y, a menudo lujosos, alojamientos del propietario. Existen varios tipos de villa diferente: La villa compacta, cuando estaba en frente de un corral o de un paisaje, solía tener una logia a lo largo de su fachada, típicamente enmarcada por dos torres o bloques sobresalientes. La villa abierta, es más compatible con la identificación del entorno natural con salud y descanso. Se expande informalmente en bloques y pórticos asimétricamente extendidos, y en variados perfiles de niveles cambiantes, creciendo a menudo como un organismo a medida que su rico propietario se siente tentado a extender su estructura inicial, añadiendo habitaciones, patios y pórticos. La villa se organizaba de modo que fuera lo más autosuficiente posible. En general estaba dividida en tres partes pars fructuaria, pars rustica y pars urbana. La villa urbana, es la morada del propietario, la villa rustica, incluye el dormitorio del mayoral y los esclavos, con una prisión en el sótano para los esclavos encadenados, los establos y los corrales, mientras que la villa fructuaria, es la estructura para procesar y almacenar el vino, aceite y grano. El núcleo de la villa rustica es la cocina. La urbana es elegante, con apartamentos de invierno y de verano independiente, baños y paseos, debía tener un buen emplazamiento, disponer de buenas edificaciones y también debía reservarse la mejor habitación al padre de familia, todo ello para que éste fuese al campo con gusto y que no se fuese sólo por obligación para asuntos de trabajo.

5 A su vez existe, la villa suburbana, que estaba situada en el extrarradio de las ciudades y generalmente eran residencias suntuosas y amplias, adornadas con lujo y destinadas al ocio de la familia donde los propietarios podían descansar de las actividades de la urbe, no estaba diseñada para agricultura, un retiro cerca de la ciudad, y la villa marittima, tampoco primordialmente agrícola, se encuentra en la costa y a menudo se extiende hasta el mar. Aunque los propietarios de la mayor parte de esas villas de funciones combinadas estuvieron probablemente entregados a preocupaciones agrícolas y compartieron solo en parte la ideología de los dueños de villas lujosas.