Curso consolidación clubes de lectura Marzo 2011

Transcripción

1 Unidad teórica 2 Introducción al género fantástico (I): el fantástico clásico Lectura de Otra vuelta de tuerca, de Henry James 1. El origen del Género Fantástico De un modo muy sencillo, se puede afirmar que la literatura fantástica no es más que la conciencia intranquila del siglo XIX. Según Ana María Barrenechea, las obras que pertenecen al Género Fantástico son aquellas que centran el interés en la violación del orden terreno natural o lógico. El Género Fantástico aparece en un momento de la historia de la humanidad en la que una serie de autores comienzan a buscar en esa parte de nosotros que se distancia de lo estrictamente racional, comienzan a indagar en aquello que no puede solucionarse con la razón. A mediados del siglo XIX y el siglo XX, es cuando un buen número de escritores comienzan a escribir historias que pertenecen a este género. A pesar de que son muchos los que piensan que la novela gótica (por ejemplo, Melmoth el Errabundo, 1820) fue el tipo de novela que marcó la estética del género fantástico posterior, existen tres obras fundamentales que contribuyen a generar la tradición de relatos fantásticos: Frankenstein, el moderno Prometeo (1818), de Mary Shelley, y El Vampiro (1819), de Polidori (este último inicia un tema que será recogido por otros escritores, especialmente por Bram Stoker con Drácula, 1897). A estas dos obras hay que sumar la obra de James Hogg, Memorias privadas y confesiones de un pecador justificado (1824). Las novelas de Mary Shelley, Polidori y James Hogg se sitúan dentro de los planteamientos del movimiento romántico, pero estas tres obras pueden ser consideraras como el punto de partida del género fantástico. El ideal romántico (no todo se puede explicar con la razón) tiene mucho que ver con la estética de la literatura fantástica. Estos escritores indagan más en el alma humana, entre nuestras Cristina Consuegra (sateliteazul@hotmail.com) 1

2 filias y fobias, que en nuestra capacidad racional. Son auténticos maestros a la hora de crear amalgamas compuestas por sentimientos y pensamientos. El género fantástico trata otros temas y los organiza para utilizar una dinámica narrativa acorde a ese tema, así como que contribuya a suscitar la inquietud, el desconcierto o la perplejidad del lector, motivando su cooperación interpretativa (este elemento es fundamental en este tipo de género, especialmente, en autores como Henry James, tal como veremos en la lectura de Otra vuelta de tuerca). 2. Primer periodo de madurez: El fantástico canónico o clásico El periodo comprendido entre los años 1830 y 1940 puede ser considerado como el periodo de madurez del género fantástico. Un espacio de tiempo que acogió la publicación de escritores tan fundamentales como Emilia Pardo Bazán, Valle Inclán, George Sand, Oscar Wilde, Henry James, Rubén Darío, Stevenson, Allan Poe, Margaret Oliphant, Gogol, etc. Los relatos de este periodo son representativos del fantástico moderno canónico o clásico, lo cual no excluye la variedad dentro de los planteamientos comunes, pues cada autor mostraba y seguía una sensibilidad literaria definida y distinta Características del fantástico moderno canónico o clásico El fenómeno fantástico Lo fantástico moderno pretende producir en el lector un efecto de inquietante extrañeza a través de una historia inscrita en el marco de la vida ordinaria donde, de forma inesperada, se mezclan las fronteras entre lo natural y sobrenatural, lo racional e irracional, entre lo vivido y soñado, entre la vida y la muerte. De hecho, en una obra de este género, se considera como aparición del fenómeno fantástico justo cuando se produce la alteración del orden de la vida ordinaria, el cuestionamiento de dicho orden. Algunos ejemplos de fenómenos fantásticos serían: Aparición de un ser muerto Cristina Consuegra (sateliteazul@hotmail.com) 2

3 Vampirismo Extraña animación de objetos inanimados Mundos paralelos Orden temporal o espacial distintos Desdoblamiento del personaje (identidad individual alterada) Personajes. Escisión interior El personaje que habita en este tipo de relatos suele ser un individuo que vive en un mundo ordinario y común, con una mentalidad más o menos racionalista o escéptica ante lo sobrenatural. Es un ser solitario, inquieto y soñador que tiene conciencia de ser diferente de la masa. Este perfil de personaje facilita o posibilita la producción del denominado fenómeno fantástico (cuando éste aparezca el personaje quedará enfrentado a sus propios límites). El relato fantástico encuentra su plena justificación porque da forma artística a este problemática de la escisión interior (esto se verá en un apartado posterior, al considerar una de las obras de Guy de Maupassant). Por lo tanto son relatos en los que hay que trabajar con las angustias, inquietudes, miedos, obsesiones, etc. 2.2 Guy de Maupassant, Kafka y Henry James De entre todos los autores, nos vamos a centrar en la obra de tres de ellos, tal vez los que más han influido en obras venideras El fantástico angustioso: Guy de Maupassant ( ) El fenómeno fantástico en Maupassant se desarrolla sobre el terreno de las angustias, obsesiones y perversiones. Como trastorno constituye un escándalo lógico lo mismo que moral, en el sentido en que él desafía la razón y las convenciones sociales convidando a una experiencia de límites particularmente destructiva poniendo en cuestión las fronteras entre lo normal y lo patológico. El personaje de Maupassant está condenado a odiarse y escapar de sí mismo, no encuentra ningún alivio a su sufrimiento. Provocado por un acontecimiento exterior o inscrito en el corazón mismo Cristina Consuegra (sateliteazul@hotmail.com) 3

4 de la personalidad a título de característica permanente, la división del yo (escisión interior) hace de la vida del personaje un infierno. En definitiva, el sujeto humano se enfrenta al misterio inquietante de sí mismo y del mundo que lo rodea. Maupassant no le concede importancia a la resolución del enigma de lo desconocido (fantástico), porque para él nuestro conocimiento o sentidos son limitados, finitos. Esta forma de entender el fenómeno fantástico hace que los personajes de este escritor sean seres angustiados, atormentados. De ahí la sensación de desquiciamiento y angustiosa psicosis persecutoria que sufren los personajes de este autor. «En sus mejores novelas fantásticas, como Quién sabe?, El Horla, Maupassant hace del narrador el mismo héroe de la historia (es el procedimiento de Edgar Poe y de muchos otros después de él). Se hace hincapié en el hecho de que se trata del discurso de un personaje más que de un discurso del autor: la palabra debe ponerse en tela de juicio, y nosotros podemos perfectamente suponer que todos estos personajes son unos locos; no obstante, por el hecho de que no son presentados por medio de un discurso claro del narrador, nosotros les concedemos todavía una paradójica confianza. No se nos dice que el narrador mienta y la posibilidad de que mienta, en cierto modo o estructuralmente, nos choca; pero esta posibilidad existe (puesto que él es también personaje), y la indecisión puede nacer en el lector.» 1 Introducción a la literatura fantástica (1970), Todorov La ambigüedad interpretativa: Henry James ( ) Henry James orienta su narración de lo fantástico hacia la repercusión que ese fenómeno produce en la sensibilidad subjetiva del lector. Así surge la ambigüedad perceptiva, narrativa e interpretativa ya que el lector tendrá que interpretar la 1 Esto que explica Todorov, y que se verá en Henry James, es lo que anteriormente hemos denominado cooperación interpretativa. Cristina Consuegra (sateliteazul@hotmail.com) 4

5 fiabilidad del foco subjetivo, tal como sucede en Otra vuelta de tuerca. Gracias a Henry James, el género fantástico se hace más invisible e impalpable que nunca: se vuelve una emanación psicológica. En Otra vuelta de tuerca, el lector percibe el mundo desde la perspectiva subjetiva de la institutriz que narra sus vivencias e impresiones en una mansión inglesa. La ambigüedad surge a la hora de interpretar la misteriosa aparición que percibe o cree percibir la narradora. El relato está abierto entonces a la cooperación interpretativa del lector y éste tendrá que buscar por sí mismo la explicación más adecuada, pero teniendo en cuenta que todo lo narrado está filtrado por la subjetividad de la narradora La metamorfosis de Franz Kafka ( ) Considera el fenómeno fantástico como una enigmática realidad, absurda y desconcertada. El relato de Kafka es una forma de plantear artísticamente la enigmática y misteriosa identidad del ser humano. En La metamorfosis, el acontecimiento sobrenatural aparece ya desde la primera frase del texto: «Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, encontrose en su cama convertido en monstruoso insecto». La metamorfosis se distingue y distancia de las historias fantásticas tradicionales. En primer lugar, el acontecimiento extraño no aparece luego de una serie de indicaciones indirectas, sino que está contenido en la primera frase. La metamorfosis parte del acontecimiento sobrenatural para ir dándole, a lo largo del relato, un aire cada vez más natural; y el final de la historia se aleja por entero de lo sobrenatural. De esta suerte, toda vacilación se vuelve inútil: servía para preparar la percepción del acontecimiento insólito, caracterizaba el paso de lo natural a lo sobrenatural. «Aquí, lo que se describe es el movimiento contrario: el de la adaptación, que sigue al acontecimiento inexplicable, y que caracteriza el paso de lo sobrenatural a lo natural. Por otra parte, no es posible decir que la falta de vacilación, e incluso de asombro, Cristina Consuegra (sateliteazul@hotmail.com) 5

6 y la presencia de elementos sobrenaturales, nos ubique en otro género conocido: lo maravilloso. Lo maravilloso implica estar inmerso en un mundo cuyas leyes son totalmente diferentes de las nuestras; por tal motivo, los acontecimientos sobrenaturales que se producen no son en absoluto inquietantes. Por el contrario, en La metamorfosis se trata de un acontecimiento chocante, imposible, pero que, paradójicamente, termina por ser posible. Lo sobrenatural está presente, y no deja sin embargo de parecemos inadmisible» Introducción a la literatura fantástica (1970), Todorov Cristina Consuegra (sateliteazul@hotmail.com) 6