ECUADOR. Observatorios de Sentencias Judiciales y de Medios Los derechos de las mujeres en la mira

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1 ECUADOR Observatorios de Sentencias Judiciales y de Medios Los derechos de las mujeres en la mira

2 Los derechos de las mujeres en la mira Observatorios de Sentencias Judiciales y de Medios, Proyecto Fortalecimiento de capacidades para ejercicio de derechos, incidencia y sensibilización de organizaciones de mujeres en Cotopaxi,Chimborazo, Sucumbíos. Ana Lucía Herrera Aguirre, Blanca Diego Vicente, Nelly Valbuena Bedoya, Edgar Vega Suriaga, María Paula Romo, Roxana Arroyo Vargas, Paulina Palacios Herrera Editores de los textos: Correctora de los textos: 1ra. Edición Ana Lucía Herrera y Edgar Vega Carmen Gangotena Universidad Politécnica Salesiana Av. Turuhuayco 3-69 y Calle Vieja Casilla: 2074 P.B.X.: (+593 7) Fax: (+593 7) rpublicas@ups.edu.ec Cuenca-Ecuador Área de Ciencias Sociales y del Comportamiento Humano CARRERA DE COMUNICACIÓN SOCIAL Corporación Humanas Ecuador 2014 Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género Avenida Julio Zaldumbide N24 665, Quito Ecuador humanas@uio.satnet.net Impresión: Editorial Universitaria Abya-Yala ISBN: Fotografía, diseño de portada, diagramación: Nela Meriguet Martínez Esta publicación es de distribución gratuita, se permite la reproducción parcial de esta obra citando la fuente y su autor. Esta publicación cuenta con la colaboración de la Cooperación Española a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). El contenido de la misma es responsabilidad exclusiva del autor, contratista, socio ejecutivo u organización internacional y no refleja, necesariamente, la postura de la AECID. Impreso en Quito-Ecuador, noviembre 2014 Publicación arbitrada de la Universidad Politécnica Salesiana

3 ECUADOR Observatorios de Sentencias Judiciales y de Medios Los derechos de las mujeres en la mira

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5 Índice PRESENTACIÓN 1 Universidad Andina Simón Bolívar 7 PRESENTACIÓN 2 Universidad Politécnica Salesiana 9 DERECHOS DE LAS MUJERES EN LA MIRA: REFLEXIONES SOBRE UNA ACCIÓN POLÍTICA FEMINISTA Ana Lucía Herrera Aguirre 11 TENDENCIAS INFORMATIVAS SOBRE LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES Blanca Diego Vicente 21 LAS MUJERES Y EL POSMACHISMO MEDIÁTICO Nelly Valbuena Bedoya 39 UNA ESTRATEGIA CIUDADANA DE PRESIÓN MEDIÁTICA CASO KARINA DEL POZO: ANÁLISIS INFORMATIVO DE UN FEMICIDIO Blanca Diego Vicente 49 QUIERES VER CÓMO SE MATA A UNA PUTITA? : MASCULINIDAD Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN Edgar Vega Suriaga 59 TIPIFICAR EL FEMICIDIO POR KARINA, CLAUDIA, ESMERALDA, LAURA, Y TODAS NOSOTRAS María Paula Romo 73 UNA SOCIEDAD CON VISA PARA LA IMPUNIDAD: LA VIOLENCIA SIMBÓLICA Y MATERIAL Roxana Arroyo Vargas 85 OBSERVATORIO DE SENTENCIAS JUDICIALES: JUEGO DE ESPEJOS Paulina Palacios Herrera 99 ANEXOS LA VIOLENCIA EXTREMA EN PRIMERA PLANA FEMICIDIO Y ABORTO: DOS GRANDES DEBATES MEDIÁTICOS LA POLÍTICA PÚBLICA MARCA TENDENCIAS EN LA PRENSA ECUATORIANA 140

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7 Presentación 1 Mujeres en la mira: una oportunidad para revisar la práctica judicial y de los medios Por: Edgar Vega Suriaga 1 El libro que a continuación se propone está escrito desde la articulación entre la crítica jurídica, el análisis de medios de comunicación, y la crítica a los patrones culturales que sostienen a la violencia de género. Desgraciadamente el contexto en el que surge sigue siendo la atávica cultura patriarcal cuya expresión más extrema es la subordinación total hasta llegar al despojo de la vida de mujeres, cuerpos femeninos y cuerpos feminizados. Y como este sigue siendo un continuo, Mujeres en la mira se suma al desafío contemporáneo de entender a la violencia de género como resultado de la conjunción de una serie de factores que la legitiman en el imaginario público y privado. Esta vez, dos de esos factores son puestos en relación: por un lado la acción de la justicia expresada en las sentencias judiciales, pero también reflejada en la incorporación de la figura del femicidio en el actual Código Integral Penal y en la instalación en todo el país de juzgados especializados para tratar el tema de la violencia de género. El segundo factor tiene relación con la re-construcción simbólica de este tipo de violencia en los medios de comunicación. Como se señala líneas arriba, el contexto de la escritura de este libro sigue siendo la violencia y posterior muerte de mujeres. En esta ocasión, los textos de esta publicación se hacen eco, en común acuerdo, del ajusticiamiento de Karina del Pozo ocurrido en Quito entre el 19 y el 20 de febrero de Y cuando se señala ajusticiamiento es debido a que esta, como otras tantas muertes que se siguen sucediendo, nos ponen ante la evidencia de que las mujeres son asesinadas casi como una fatalidad: por el hecho de ser mujeres. Y decimos casi fatalidad, justamente porque este libro se abre, como ya lo vienen haciendo algunos esfuerzos teóricos en ese sentido, al tejido social, cultural y hasta ideológico como el sostén y legitimador de unos patrones de comportamiento que asignan a la mujer, a lo femenino y a los cuerpos feminizados un lugar de subordinación progresiva. Esta asignación, al encontrarse tan naturalizada está también legitimada en la cotidianidad de las relaciones, sean estas públicas, privadas o institucionales. Este libro enfrenta esa naturalización al remarcar el carácter aprendido de la subordinación, pero también al colocar en cuestión a la masculinidad como factor protagonista de la violencia de género. El esfuerzo de este libro está animado por el trabajo denodado de la Corporación Humanas Ecuador que, a través de sus dos observatorios (de sentencias 1 Comunicador Social por la Universidad Central del Ecuador; Máster en Periodismo y Doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad Autónoma de Barcelona. Docente del Área de Comunicación de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador. 7

8 judiciales y de medios de comunicación), da cuenta constante de las fracturas de una sociedad de democracia formal, que al no encarar estructural y decididamente la violencia de género, sigue consignando la subordinación, la inequidad y la injusticia como signos de ser mujer aún en el mundo contemporáneo. Para el Área de Comunicación de la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador la participación de uno de sus docentes en este libro ha supuesto la implicancia no solo en la redacción de un texto sino en el proceso de investigación, desarrollo teórico y seguimiento a esta expresión absoluta del poder como es el femicidio. Para el Área citada, este texto alimenta una línea de investigación para indagar, sea en los Estudios de Recepción, o en los análisis discursivos, visuales y sonoros, o en la articulación entre representación y género, la construcción simbólica intersectada de los factores de opresión, entre los cuales el género es de importancia sustantiva. En ese sentido, el Área aspira a que este texto sea de utilidad para comunicadores, periodistas y estudiantes de comunicación social, para que en su formación y su ejercicio profesional tengan en cuenta que la comunicación y el periodismo, en una sociedad constituida sobre la inequidad y la desigualdad, deben comprometerse con la superación de la violencia de género en todas sus expresiones. Por tan valiosa oportunidad, desde el Área de Comunicación de la UASB agradecemos enormemente la apertura de Ana Lucía Herrera, principal de Corporación Humanas Ecuador, gracias a quien el Área no solo se reafirma en su involucramiento con esta temática, sino que además le permite a la academia ecuatoriana reconocer uno de los trabajos, el de Corporación Humanas. 8

9 Presentación 2 Género, Comunicación, Derechos Humanos y Academia 9 Por: María del Carmen Ramírez 2 Es ampliamente extensa y harto compleja la ecuación correlativa entre Género, Comunicación, Derechos Humanos y Academia. Los cuatro son temas centrales de la modernidad e involucran a todas las mujeres y a las complicadas identidades genéricas que no se resuelven exclusivamente en el enfoque y orden heterosexual. Las narrativas mediáticas, repletas de estereotipos culturales, reproducen, incluso sin intención, relaciones verticales de poder, no sólo en el campo político sino social, comunitario, nuclear-familiar, escolar y universitario. La inclusión temática de los derechos humanos en el debate académico sobre género y comunicación es crucial, debido a una confusión cotidiana, nacida de la costumbre y convertida en estereotipo, que considera los temas relativos al género como asunto de mujeres. Ni hablar de las confusiones sobre el concepto igualdad de género. La Universidad Politécnica Salesiana y su Carrera de Comunicación Social, apuestan a la constante reflexión académica, al debate conceptual, a la investigación docente y a la generación de conocimientos que permitan a la comunidad universitaria y a la sociedad, transformar pautas culturales, que infortunadamente, reproducen estereotipos aún vigentes en los medios de comunicación y en la cotidianidad. Desde esta perspectiva somos la primera Carrera en el país en contar con la Cátedra Optativa Comunicación, Género y Derechos Humanos, un espacio para la reflexión en el que los futuros profesionales de la comunicación exploran las prácticas patriarcales y machistas que persisten. Conjuntamente con Corporación Humanas y la Universidad Andina Simón Bolívar, la Carrera de Comunicación Social de la Universidad Politécnica Salesiana, presentan al público en general y a la comunidad académica del país, este texto que recoge las reflexiones y aportes de varios especialistas, entre ellos la docente de nuestra Carrera, Nelly Valbuena. Para concluir, me permito transcribir de la argentina Elisabeth Gerber una reflexión que, a modo de epílogo, recordaré en esta presentación: Las comunicaciones, tanto en el sentido amplio de los procesos comunicacionales como también en lo que hace a la acción de los 2 Comunicadora Social por la Universidad Central del Ecuador. Magister en Comunicación por la Universidad Andina Simón Bolívar. Doctora en Comunicación Social. Mención Comunicación para el Desarrollo por la Universidad Técnica de Ambato. Directora de la Carrera de Comunicación Social de la UPS - Sede Quito.

10 medios de comunicación, describen y relatan a las sociedades mismas. Ahora bien, a quién pertenece el relato que asumen los medios? o, desde otro ángulo, en qué medida nos identificamos con la descripción que realizan? Qué posibilidades tenemos de incidir en la selección y estructuración de elementos que supuestamente nos describen, es decir, qué posibilidades de intervención concreta tenemos en la agenda mediática? (Gerber & Compiladora, 2003). Hoy que en Ecuador, sin pausa y con urgencia, avanzan transformaciones en la educación superior y en la comunicación, este libro Los derechos de las mujeres en la mira -Informe Anual de los Observatorios de Sentencias Judiciales y de Medios , resultará inevitable. Referencia Gerber, E., & Compiladora (2003). Género y comunicación. Las mujeres en los medios masivos y en la agenda política. En A. Varias. Buenos Aires: Fundación Friedrich Ebert en Argentina. 10

11 Derechos de las mujeres en la mira: reflexiones sobre una acción política feminista Ana Lucía Herrera Aguirre 3 Ser o no ser, siempre el mismo dilema Son ya demasiados años de experiencia acumulada desde diversos espacios institucionales, cuando optamos por ser una organización sin fines de lucro, con pensamiento propio, actora desde la sociedad civil y estrechamente vinculada con procesos sociales de grupos emergentes con identidades trascendiendo. No ser un partido político, no ser una organización de base, no ser un centro académico, no ser una empresa o un negocio, en principio daba identidad a las luego llamadas organizaciones no gubernamentales achicadas con el tiempo a una sigla de tres letras: ONG. Sería una labor enorme desarrollar una línea de tiempo que dé cuenta de los múltiples derroteros que siguieron las cerca de doscientas instituciones autoidentificadas como no gubernamentales en el directorio que sistematizó, en 1999, el Centro de Desarrollo y Comunicación Popular CEDECO. En la actualidad, acribilladas por obra y gracia del discurso oficial, alcanzamos a sobrevivir dignamente, y es el momento en que se hace necesario dejar en claro que, desde nuestro ámbito de trabajo, hemos sido actoras positivas y propositivas, capaces de acompañar y sostener procesos que han sido catalogados como históricos, pues han marcado el derrotero de la vida de este país del y del mundo. Sin duda se puede cuestionar la forma cómo han sido gestionadas estas instituciones, o el cambio pragmático de sus objetivos, a fin de lograr su sobrevivencia olas ambiciones desatadas en el tiempo. Es así mismo cierto que tras esa tan amplia denominación ONG han surgido todo tipo de engendros. Sin embargo, también es cierto que el surgimiento de las ONG dio sentido, en los años 80, a una corriente de cooperación Norte-Sur y, por tanto, de su mano floreció toda la cooperación para el desarrollo, que incluía aspectos tan determinantes en ese tiempo, como la transferencia de tecnologías y de conocimientos técnicos y científicos, que tenían en su sustrato el diálogo con otros saberes nuestros saberes y la valoración de otras formas de conocimiento nuestros conocimientos. Había un compromiso con los millones de personas desposeídas en estas partes del mundo que estaban tan alejadas de estas posibilidades del desarrollo, que millones de esos millones de éste, que se atrevieron a llamar tercer mundo, apenas sabían dibujar sus nombres. La educación y la comunicación popular, la investigación participativa, las técnicas populares para acercar los cómos a los eternamente analfabetos, la 3 Feminista ecuatoriana, activista y experta en derechos humanos, con estudios de Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, y de Sociología en la Universidad Central del Ecuador. Fue parte del Caucus de Mujeres para la incorporación de la perspectiva de género y derechos de las mujeres en el proceso de negociación del Estatuto de Roma. Fundadora de Corporación Humanas, actualmente bajo su dirección. Ex presidenta de la Comisión de Transición hacia el Consejo de las Mujeres y la Igualdad de Género. Autora de diversas publicaciones sobre la materia. 11

12 alfabetización y posalfabetización, las metodologías de formación, el diálogo de saberes y la participación política, fueron signos de una verdadera eclosión de ideas y formas de hacer, dando vida a procesos dinámicos, creativos, plenos de experiencias. Con el tiempo es evidente que se deben evaluar los procesos, resaltando que de la mano de aquella variada gama de instituciones se canalizaron las voces de las personas sin voz, y se generaron posibilidades humanas y materiales para la construcción de complejos procesos identitarios 4 que superaron las categorías clásicas del marxismo: obreros, campesinos, intelectuales orgánicos, categorías en las que, los partidos de izquierda, trataron por años de forzarnos a un acomodo. Recuerdo cómo en 1992 la dirigencia política, ahora en el poder del actual Estado Plurinacional de Bolivia, denominaban y se denominaban campesinos a los millones de indígenas procedentes de decenas de pueblos originarios, ahora sí identificados como ancestrales. Se trata de un corto lapso de tiempo de 24 años relativamente corto desde la mirada de la historia en el que este salto cualitativo tiene en su sustento, en gran medida, el trabajo desplegado por las ONG. Así mismo, en toda América Latina, las mujeres y sus procesos organizativos y políticos; el desarrollo de un pensamiento feminista popular; 5 el ecologismo y la defensa de la Pacha Mama; las diversidades sexo genéricas, han constituido identidades que jamás encontraron cabida en los partidos de izquierda y progresistas, de los que fueron expulsadas o se autoexpulsaron, ignoradas por los centros académicos, condenadas o al menos ocultadas por las iglesias alternativas, sin mencionar el desprecio y aun la burla por parte de los grupos hegemónicos en el poder. Seguro hace falta complejizar estas aseveraciones, pero mi interés por hoy es resaltar que desde la memoria más subjetiva 6 se evidencie que fuimos, y seguimos siendo, espacios de evolución y revolución de pensamientos y de prácticas; pero entonces, me pregunto, por qué en tiempos de cambios y transformaciones se pretende someternos a un férreo control oficial? Sea como fuere, lo cierto es que se va definiendo un escenario confuso, que desde nuestra perspectiva desperdicia energías y propone una batalla sin sentido pues, a través de 4 En el sentido de identidad política visible, que se manifiesta en actuaciones valorizadas como acciones políticas. La identidad es así actuada, puesta en escena. Ana Sampaolesi. (s/f). Desvelos enel quehacer político, en Revista Feminaria VI II,. Dossier Mujeres, política, poder. Buenos Aires, Argentina, s/f,p. 11. Fotocopiado. 5 Esto configuró un estilo de trabajo que se llamó feminismo popular, constituido principalmente por feministas socialistas, cristianas y ex militantes de partidos de izquierda, que privilegió el trabajo con las bases del movimiento amplio de mujeres. También distintas orientaciones políticas consolidaron la formación de redes temáticas, cuya función crucial fue impulsar la creación de una conciencia de vinculación nacional a lo largo y ancho del país, propiciar encuentros en otras regiones del país y establecer diálogos o enlaces con interlocutores externos, como las instituciones académicas, sectores gremiales y algunos funcionarios públicos, sensibles a las demandas del movimiento popular de mujeres. El feminismo popular creció, tratando de no imponer una dirección a las acciones populares, pero sí de introducir la reflexión feminista, que empezó a sistematizarse en ámbitos académicos. Mujeres en red, en el Periódico Feminista IMG/pdf/mexico.pdf. 6 Me refiero a la subjetividad siguiendo a Teresita de Lauretis, quien formula una subjetividad que deja acción al individuo al tiempo que la sitúa dentro de configuraciones discursivas particulares y más aun, concibe el proceso de conciencia como una estrategia. La subjetividad puede así estar imbuida de raza, clase y género,sin estar sujeta a una sobredeterminación que impida la acción. Linda Alcoff. Feminismo cultural versus posestructuralismo: la crisis de la identidad en la teoría feminista, en Revista Feminaria IV. Buenos Aires. s/f. Fotocopiado. 12

13 al menos cuatro décadas, la capacidad de iniciativa y creatividad ha estado en gran medida en el ámbito de las ONG. 7 En principio diríamos que hay campo para todo el mundo y que la construcción de ciudadanía hacia una democracia real implica muchísimo trabajo, muchísima innovación y la multiplicación de cauces para la resolución de demandas que han de estar abiertos ya que su presentación pública aunque no signifique inmediato acuerdo es condición previa de viabilidad y consenso.(valcárcel, 2008:324).No hay competencia posible; por al contrario, aunque se den contrapuntos, existen todas las condiciones de cooperación, porque en democracia no se puede suplantar a la sociedad civil, ni siquiera por parte de aquellos gobiernos que, por casi una década, obtengan el favor popular en las urnas. Nos asalta el temor de que los procesos denominados participativos, gestionados desde el poder, troquen en cualquier otro ente que, en lugar de hacer florecer a los seres humanos en su individualidad y en su ser colectivo, conviertan a personas y procesos en seguidores pedigüeños de papá, repetidores de discursos y defensores de una única moral y buenas costumbres, matando impunemente la libertad de ser y de crear, que da sentido a la existencia humana. Es decir que ocurra todo lo contrario de lo que fue aquel trabajo original de esas ONG y lo contrario de lo que hoy sigue siendo la misión de un modesto colectivo feminista como es Humanas. Observar es labor ciudadana Lo anterior no es más que una necesaria ubicación de quiénes somos y desde donde construimos una identidad como institución. No es tiempo de dudas; por el contrario, es tiempo de certezas, como una forma de honrar los procesos compartidos. Por esta razón no es gratuito que publiquemos esta nueva edición de Mujeres en la Mira, conjuntamente con la Universidad Andina Simón Bolívar y la Universidad Salesiana. Se trata de otra muestra de una renovada opción por la transformación del pensamiento y de las prácticas desde el ámbito de la enseñanza-aprendizaje; una opción para nuevas generaciones de profesionales del derecho y de la comunicación, a fin de que dispongan de un texto de estudio que abra sus posibilidades profesionales tanto desde la teoría como desde el uso de técnicas de investigación y tecnologías de comunicación. El pensamiento feminista propone, construye, deconstruye, crea y recrea; está presente y sienta precedentes, pues somos capaces de gestionar con éxito, eficacia y alto impacto público, una iniciativa como la del Observatorio de Medios y la del Observatorio de Sentencias Judiciales. En efecto, estos observatorios constituyen un ejercicio sostenido 8 que tiene 7 Lo que es importante destacar es que, sin despreciar los diferentes trabajos que en el campo de la reflexión social han desarrollado históricamente otras instancias, por ejemplo las universidades, y organismos estatales, el trabajo de las ONG fue, en muchos casos pionero, planteó nuevas ideas, propuso formas novedosas y fecundas de entender la realidad. Es más, en muchas ocasiones, cuando la universidad estaba seriamente lastrada por el burocratismoo el dogmatismo, fueron las ONG, las que pensaron. De la misma manera, cuando los entes del Estado se deformaron para servir a un proyecto político las ONG continuaron indagando y documentando los hechos sociales". Teodoro Bustamante (26 de junio de 2013). Más sobre las ONG". En diario Hoy. Disponible en 8 Por iniciativa de la Articulación Regional Feminista por los Derechos Humanos y la Jus- 13

14 como objetivo contribuir a los debates sobre las condiciones de vigencia efectiva de los derechos humanos consagrados en los tratados internacionales, la Constitución y las leyes nacionales. También sobre las vinculaciones entre los derechos que se disputan ante los tribunales de justicia; a la agenda de los medios de comunicación y a los efectos que esas actuaciones y esos discursos tienen en la sociedad. Los observatorios y sus productos bases de datos y análisis en internet, los espacios públicos generados en los medios de comunicación y en la academia, así como otras producciones impresas, constituyen herramientas útiles para los debates sobre democracia, libertades, género y justicia en el país, manteniendo siempre una proyección regional. El acto de observar constituye un modo de examinar la realidad que, para el caso de los observatorios de Corporación Humanas, ha demandado la construcción de marcos de referencia específicos respecto del objeto a observar, el propósito de la observación, los deferentes elementos a observar, así como los criterios de análisis o de comparación. Hablamos de un ejercicio multidisciplinario y riguroso que determina la viabilidad o no de un observatorio, puesto que la búsqueda muy general, poco precisa, demasiado abarcativa, determinarán un mal presagio para cualquier ejercicio de observancia. La misión de un observatorio es vigilar y detectar lo que ocurre en su ámbito de actuación, y su valor agregado se sustenta en: 1) buscar la información, 2) discernir su relevancia, 3) organizarla de modo coherente y 4) presentarla de forma clara. (Marcial, 2009). Existe otro aspecto que en los tiempos que corren puede resultar controversial, pero sostenemos que esta labor de examinar y monitorear la realidad respecto de la actuación del Estado en lo que refiere al cumplimiento de estándares de derechos humanos, es propia de sujetos o instancias de la sociedad civil. La responsabilidad del Estado a través del gobierno de garantizar el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos, compromete de entrada a los diferentes niveles de funcionarios públicos que resultan ser responsables por acción o por omisión de la efectividad u oportunidad de las políticas públicas, la realización de la justicia, la aprobación de leyes que viabilicen los derechos humanos, etc. No será difícil que, desde el Estado, se puedan diseñar técnica y conceptualmente modelos rigurosos para el monitoreo del cumplimiento de esos derechos humanos que están garantizados plenamente por la Constitución; sin embargo, hay un límite ético que establece que quien tiene la obligación de proteger o garantizar los derechos, no tenga que ver con la evaluación de ese cumplimiento. Tras el respeto irrestricto de los derechos humanos, están comprometidos un sin número de transformaciones socio-culturales de mentalidad y acciones que incluyen ámbitos tan delicados como la superación de TODAS las formas de discriminación por sexo, género, raza, origen nacional o étnico, religión, etc., etc. por mencionar las más neurálgicas. Y, si así se quiere mirar, ticia de Género, desde 2009 se implementaron los dos observatorios con carácter regional. Posteriormente se han mantenido los observatorios desde proyectos nacionales, mostrando que, pese a la dificultad de no tener recursos conjuntos, los observatorios son mecanismos probados de monitoreo al compromiso con los derechos humanos de las mujeres, tanto desde los medios de comunicación como desde la administración de justicia. 14

15 estamos precisamente en esos años de formación de conciencia ciudadana y, en particular de funcionarios y funcionarias, muchos de los cuales en su fuero interior, consideran, sin lugar a dudas, que hay un deber ser para hombres y otro para mujeres, que la homosexualidad es una enfermedad, que los indígenas son inferiores...; en fin, que a la Constitución vigente se le fue la mano al momento de reconocer tales derechos. 9 En otro nivel, y siguiendo esa línea de razonamiento, tampoco vemos a los medios de comunicación con integridad ética para monitorearse a sí mismos en temas como el tratamiento del sexismo en materia de violencia de género contra las mujeres, por ejemplo. Así lo comprueban los artículos que constan en esta publicación, referidos al balance anual y al ejercicio comparativo del Observatorio de Medios (Blanca Diego), y los que analizan, desde diferentes perspectivas, el caso emblemático de Karina del Pozo. (Blanca Diego y María Paula Romo). No se trata de límites arbitrarios sino de cómo se ubican los diferentes actores y constructores de la democracia, a fin de asegurarse que haya una evolución en materia de derechos; las confusiones de roles o el acaparamiento de los mismos resultan peligrosos y, en el fondo, encierran un juego de poder; es decir, si una instancia del Estado decide construir un observatorio en materia de derechos, también llamados laboratorios de monitoreo, en principio lo pueden hacer sin dilaciones, disponiendo de todo tipo de recursos, incluyendo la maquinaria del Estado para su validación, promoción y difusión. No se trata solamente de un desplazamiento hasta la desaparición de otros actores sociales, sino también de la eliminación de espacios de interlocución, de cuestionamiento, de diálogo; todas acciones indispensables en un tiempo en que se legitima un proceso que no duda en llamarse de cualificación de cambios o transformaciones. Este tipo de incursiones de control han dado cabida a otros discursos y actuaciones, principalmente de los medios y profesionales de la comunicación, que se sienten víctimas de las restricciones y violación de la libertad de expresión; una verdadera pugna que mantiene en vilo el día a día de este país desde hace más de cuatro años, desgastando en la opinión pública un tema tan gravitante como los derechos humanos su ejercicio, su exigibilidad. Ningún otro tema alcanza a disputar ese espacio; la violencia verbal reina en el escenario. Quién controla a los controladores?. 10 Abuso de derechos! Limitar los derechos!, son expresiones que se proclaman de forma reiterada. Los insultos y adjetivos grotescos se imponen como formas de interacción social, se diluyen los límites de algo tan básico como el trato respetuoso, se eleva el techo de la tolerancia verbal; abundan los malos chistes 9 Sin ningún tapujo, profesionales de todo tipo periodistas, abogados, economistas, etc. así como académicos y políticos de forma sistemática, y a través de todos los medios de comunicación, califican a la Constitución como producto de una novelería, descalificando todo el proceso de reflexión y debate participativo, que derivó en la Asamblea Constituyente de Hablamos de controladores, en plural, pues para el caso de las mujeres el controlador refiere tanto al gobierno como a los medios de comunicación que son un poder real. 15

16 y proliferan los piropos sexistas y machistas, se naturaliza un trato cargado de moralismos religiosos respecto de temas vitales para las mujeres, como son sus derechos sexuales y reproductivos; se silencia la voz de las mujeres autoridades de gobierno... Toda esta evidencia nos hace temer que la sobrecarga del discurso, el silencio cómplice y el refuerzo obsesivo del control social, se traduzcan también en control, sobrecarga y silenciamiento delas mujeres y sus colectivos. Por eso las medidas de decoro que toma una insurrección triunfante vestimentarias, de reforma de costumbres, de protección de la familia, de `limpieza moral siempre son significativas y nunca deben ser consideradas meros detalles accidentales. (Valcárcel, 2008). Somos, como país, un mal ejemplo de cómo se reproduce velozmente la violencia simbólica, pues es obvio que se va permeando toda la sociedad y se van desenfadando discursos y argumento que, desde sectores oficiales y desde otros seudo académicos, confrontan y ponen en peligro los dificultosos avances logrados en décadas en pro dela igualdad sustantiva para las mujeres, y en pro delas personas de diversa condición sexo genérica. Estos temas son materia de análisis de esta publicación (artículos de Nelly Valvuena y Roxana Arroyo), pues se impone. para el movimiento feminista y para todas las mujeres que no quieren vivir más discriminaciones, una disputa de espacios, discursos y sentidos; es tiempo de hablar, debatir, proponer. Los observatorios son una herramienta indispensable para enfrentar esta tarea. Violencia contra las mujeres - Justicia de género La necesidad de especificar y delimitar los ámbitos de los observatorios nos condujo a una necesaria decisión respecto de los derechos a ser monitoreados. Se priorizaron entonces: el derecho a vivir una vida libre de violencia, y el derecho de acceso a la justicia. Desde estas delimitaciones dentro de la extensa gama de derechos humanos se procedió a especificar los ámbitos de estudio: medios de comunicación impresos por un lado y, por otro, la actuación del poder judicial. Obviamente estas definiciones tienen relación con los grandes temas que constituyen la razón de ser institucional y aun más allá, la común identidad política de la Articulación Regional Feminista por los Derechos Humanos y la Justicia de Género, denominación que da cuenta de una política de la identidad, es decir que la propia identidad está tomada y definida como un punto de partida político, como una motivación para la acción, y como un esbozo de la política personal. 11 Hablar sobre violencia contra las mujeres es un tema que siempre incomoda; la razón es simple en toda su complejidad, pues no existe una sola persona que no haya sido tocada por esa violencia, sea porque la vivió en su experiencia personal, corporal, o en su entorno cercano. Todas las personas conocen los múltiples rostros de esa violencia y pueden nombrarla: insultos, vejámenes, 11 Un concepto que surgió del manifiesto A Black Feminist Statement del Combahee River Colective. En Alcoff, Linda. Op. cit. 16

17 hostigamiento, burlas, golpes, caricias incómodas, acercamiento físico forzado, secretismo, silencio. Incomoda, porque genera una sensación de quedar en evidencia respecto de hechos que producen vergüenza, tristeza, molestia, temor; en definitiva, una serie de reacciones no racionales; es una experiencia que remueve la memoria y el cuerpo, y la manera que, humanamente se responde, es tratando de olvidarla, esconderla, dejarla atrás. Socialmente se da la misma respuesta y, pese a su carácter generalizado y a que la violencia contra las mujeres sea considerada como un fenómeno estructural, ha costado mucho lograr que se hable, se denuncie, se actúe, más difícil aun en un entorno mundial donde se multiplican otras formas de violencia social. En este contexto se debe insistir en que,a diferencia de la conceptualización y tratamiento jurídico de la violencia en general, la definición de la violencia contra las mujeres implica el reconocimiento de la existencia de relaciones de poder desiguales por género, en particular entre los hombres y las mujeres, que deben ser modificadas para que se den transformaciones reales. Parecía entonces que, en este contexto, dejar en evidencia todas las formas de violencia contra las mujeres y los mecanismos de poder que las sustentan, era el camino: sacar a la luz, nombrarla, cuantificarla, cualificarla. Han transcurrido ya casi cuatro décadas desde que la violencia entrara a ser punto central en la agenda política de las mujeres 12 y, si en algo se ha avanzado, es en las denuncias y en la documentación de esas denuncia. En nuestro país, la lucha ha sido sin tregua ni descanso, y el quehacer, arduo y fatigoso. En esas condiciones se ha avanzado en la normativa legal nacional e implementación de estándares internacionales, procedimientos judiciales e, inclusive, justicia contravencional especializada, políticas públicas siempre incompletas y posicionamiento en la agenda pública. Se implementó, además, una encuesta especializada (INEC, 2012) que dio renombre internacional al país, considerada como una de las más avanzadas en la materia. Sin embargo, desde los sectores oficiales su relevante información ha sido utilizada como referencia menor, nunca ha sido mencionada o reconocida, peor aún usada como base de realidad o sustento de políticas prioritarias para el Ejecutivo. El supra valor que este gobierno suele dar a los datos cuanti y cualitativos, en este caso no aplica, La persistencia de la violencia que viven las mujeres por ser mujeres ha sido, y es reportada, por los medios impresos de forma sensacionalista; ahora algo más controlada, según reporta el Observatorio. Ha sido, y seguirá siendo, un tema por informar, y siempre tendrá alto impacto, pues lo que dicen y la forma cómo los dicen, tiene secuelas, deja huella, da pautas, a una sociedad que, según los estudios, lee poco los periódicos 13, aunque sí recibe esa información 12 La violencia contra las mujeres es tema que se posiciona desde los años setenta, época considerada como la segunda ola feminista. Es denunciada desde el feminismo radical que tras el lema lo personal es político intenta llamar la atención de los poderes públicos para que se preocupen de temas relativos a lo privado, como la violencia masculina dentro de los hogares, el cuidado infantil, las personas ancianas, etc. Yadira Calvo (2012). Terminología feminista. San José, URUK Editores. p Mala nota en lectura. El ecuatoriano, en promedio, lee tres horas a la semana. Muy poco si se toma en cuenta que ve televisión 10 horas y escucha radio seis horas, en el mismo tiempo. Disponible en 17

18 por otras vías. La prensa escrita es referencia total o parcial de todos los informativos que emiten los informativos de televisión y radio, y también la información electrónica. Son fuente de referencia porque, por ejemplo, por su naturaleza desplazan reporteros/as al lugar de los hechos o hacen seguimiento en los juzgados, Es decir, disponen de información privilegiada, de primera mano. No se requieren más argumentos. El Observatorio de Medios sí es un termómetro sobre la forma cómo los medios impresos monitoreados diez en versión electrónica NO tienen compromiso con el tema, han descuidado su deber de investigación y análisis, y jamás en estos últimos tres años han levantado un compromiso social con esta epidemia, por la cual seis de cada diez mujeres mayores de 15 años han vivido alguna forma de violencia. Son las más jóvenes, entre 15 y 25 años las más afectadas viviendo inclusive despojo patrimonial por parte de sus novios o parejas. Les quitan su mesada, su pequeño sueldo! Son nuestras hijas, nietas, y sobrinas, las víctimas, las más jóvenes, las nuevas generaciones. Por qué tanta tolerancia? Por qué permiten que se agudice más esta violencia que hace tanto daño a la sociedad entera? Para atender, al menos, una parte del problema contaríamos con el parámetro de la justicia; es decir, monitorear cómo responde la administración de justicia a las mujeres quehan denunciado su situación, sea por casos de violencia como por otros delitos. Esta acción da sentido al Observatorio de Sentencias Judiciales, con el objetivo de identificar en qué medida la justicia recibe y procesa los reclamos por el ejercicio efectivo de los derechos humanos de las mujeres. [ ] Montado sobre una base de datos interactiva, establecida en un página de internet de libre acceso, contiene las decisiones más importantes de los tribunales superiores de justicia, cortes constitucionales y otros tribunales de cada país en materia de derechos de las mujeres, las definiciones y normas jurídicas utilizadas y sus condiciones de ejecución. (Gherardi, 2011). Aun más, se trata de medir la vigencia del derecho de acceso a la justicia, que implica que las mujeres tengan la posibilidad a una adecuada tutela de sus derechos. Nos ubicamos, entonces, en otro plano, pues pasamos del montaje del discurso en los medios impresos y su importancia en la construcción real o simbólica sobre la violencia contra las mujeres, al monitoreo de la gestión de una función del Estado: los tribunales de justicia. Es otro ámbito de observancia, relevante pues la jurisprudencia que emana de esos tribunales, su contenido, su lenguaje, a final de cuentas muestra la manera cómo se está considerando a las mujeres en tanto sujetos de derechos. Igual que una noticia, los fallos oficiales de la justicia dejan ver cómo se valora al ser humano mujer y a lo femenino. Jueces y juezas, humanos al fin, son parte o producto de un entorno cultural cargado de es tarea álgida y compleja. Un aspecto fundamental del importante quehacer desde las cortes, es que nos indica la eficacia o garantía real de los derechos de los/as diversos/as sujetos; desde ahí se orienta a los/as legisladores, se interpretan y se aplican los criterios sospechosos de discriminación y se determinan los déficit de protección 18

19 existente, se cuestionan y modifican los patrones socioculturales, que son la base de la discriminaciones. Pero, sobre todo, la jurisprudencia es lo específico, lo casuístico, es el enlace con la realidad que permite que se haga efectiva la igualdad sustantiva en la vida de las mujeres. No es materia de este artículo analizar las sentencias del Observatorio, pero se debe mencionar lo limitado de las argumentaciones de la sentencia en el caso Karina del Pozo. Un caso emblemático que copó la atención mediática por meses; un caso brutal por la forma cómo desnudó los comportamientos, el lenguaje, las valoraciones, etc. de un acto criminal cargado de misoginia. En efecto, en un caso así único por la celeridad en que fue resuelto, las pruebas materiales y testimonios arrojaban suficientes elementos para que el tribunal avanzara en el análisis jurídico hacia la configuración de los elementos constitutivos del delito de feminicidio/femicidio, figura que, al momento, se debatía en la Asamblea Nacional a propósito de la aprobación del Código Integral Penal. Además estaba el antecedente aportado por la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos CIDH en el caso denominado Campo Algodonero, (CIDH, 2009) sentencia que en extenso analiza la discriminación de género y las relaciones entre ésta y la violencia hacia las mujeres, explicitando que, en ese caso, las mujeres muertas fueron víctimas por el hecho de ser mujeres. Sustentos jurídicos de los cuales disponía el tribunal encargado de conocer y dictaminar el caso K. del Pozo que, sin embargo no fueron tenidos en cuenta al momento de su conocimiento y posterior dictamen. No se alcanza a encontrar razones, y me resisto a repetir que ellas radican en la falta capacitación, formación o sensibilización de los operadores/as de justicia. Sí creo, en cambio, que faltó rigurosidad, ganas de arriesgarse con la teoría jurídica, para sentar precedentes y asumir ese rol privilegiado que tiene la justicia para hacer visibles y creíbles el sinnúmero de derechos que están en la Constitución, y que tantas veces sentimos son más enunciados que realidades. Lo cierto es quela CIDH, en el caso Campo Algodonero ligó precisamente la situación de impunidad en la justicia con los casos de violencia de género, estableciendo que ésta: [E]nvía el mensaje de que la violencia contra la mujer es tolerada, lo que favorece su perpetuación y la aceptación social del fenómeno, el sentimiento y la sensación de inseguridad en las mujeres, así como una persistente desconfianza de éstas en el sistema de administración de justicia (CIDH, 2009). Diríamos que lo dicho se aplica tanto para los casos que no son resueltos denegación de justicia, como para aquéllos otros que teniendo todos los factores a favor, y la potencialidad de dejar sentados precedentes y crear jurisprudencia, no lo hacen. Para concluir, el monitoreo entregado por los observatorios de medios y de análisis de sentencias judiciales de Corporación Humanas, es relevante para entender, así como para criticar y exigir de estas tan diversos instituciones a la vez actores sociales, cambios urgentes respecto del cumplimiento de sus obligaciones, frente a la persistencia de graves violaciones a la 19

20 los derechos humanos de las mujeres. Hay una evidente falta de compromiso desde los medios impresos monitoreados y una insatisfactoria acción de los operadores de justicia. El producto de esta mala interacción social produce, por un lado, graves retrocesos en la mentalidad colectiva y, por otro, profundiza la incredulidad sobre la justicia. Malos presagios para las mujeres que sobrevivimos a esta democracia restringida en la segunda década del siglo XXI. Bibliografía Alcoff, Linda (s/f). Feminismo cultural versus posestructuralismo: la crisis de la identidad en la teoría feminista. Revista Feminaria IV. Buenos Aires. Fotocopiado. Angulo Marcial, Noel (2009). Qué son los observatorios y cuáles son sus funciones?, Revista Innovación Educativa. México, Disponible en pdf Bustamante, Teodoro (26 de junio de 2013). Más sobre las ONG. En diario Hoy. Disponible en Calvo, Yadira (2012). Terminología feminista. San José: URUK Editores. CIDH, Caso González y otras ( Campo Algodonero ) Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de Serie C No Gherardi, Natalia (2011). Monitorear derechos para construir justicia: los derechos de las mujeres en las cortes y los medios de comunicación. En La Justicia en construcción. Buenos Aires, ELA. Articulación Regional Feminista por los Derechos Humanos y la Justicia de Género. INEC (2012). Encuesta sobre relaciones familiares y violencia de género. Quito. Sampaolesi, Ana (s/f). Desvelos en el quehacer político. En Revista Feminaria. VI II. Dossier Mujeres, política, poder. Buenos Aires. Fotocopiado. Valcárcel, Amelia (2008). Feminismo en el mundo global. Madrid: Ediciones Cátedra, Universitat de Valencia. Instituto de la Mujer. 20

21 Tendencias informativas sobre la violencia contra las mujeres Reflexión 1: Sobre la necesidad de observar 21 Blanca Diego Vicente 14 Desde mediados de 2009, el Observatorio Los derechos de las mujeres en la mira, de la Corporación Humanas Ecuador, ha revisado a diario una a una las páginas y secciones de diez periódicos ecuatorianos; ha registrado en su sistema aquellas informaciones relacionadas con la violencia de género contra las mujeres y, posteriormente, las ha leído todas con el fin de analizar el tratamiento periodístico que recibe la violencia machista en los principales diarios del país. Un equipo de dos personas 15 fue el encargado de llevar a cabo esta labor de monitorear las diez versiones digitales de los siguientes diarios: Extra, El Universo, Expreso, El Telégrafo, El Comercio, Hoy, El Mercurio, La Hora, La Gaceta de Cotopaxi y La Prensa de Chimborazo (estos dos últimos sustituyeron en 2013 al Diario de Manabí y Últimas Noticias). Comienza a ser común que los países con las políticas públicas más avanzadas en esta materia pongan en marcha un sistema integral de supervisión de casos de violencia machista y violencia doméstica o intrafamiliar, porque prevenir y reducir los niveles de violencia contra las mujeres, en cualquier sociedad, requieren diagnósticos adecuados sobre las causas y las consecuencias. A partir de esta necesidad, surgen los Observatorios de la violencia contra las mujeres. Hay muchos modelos: públicos, dependientes de ministerios; en Ecuador llamados también veedurías; mixtos, que incorporan la participación de organizaciones de mujeres y de centros e institutos de investigación sobre los derechos de las mujeres, con el fin de obtener información e interpretación esencial sobre la magnitud de dicha violencia, y ciudadanos, impulsados por universidades u organizaciones no gubernamentales (ONG), etc. El Observatorio Los derechos de las mujeres en la mira nace de un esfuerzo de varias instituciones feministas de América Latina, agrupadas en la Articulación Regional Feminista por los Derechos Humanos y la Justicia de Género, que forman el Observatorio Las mujeres en los medios, uno de los primeros intentos regionales para analizar comparativamente la cobertura periodística que hace la prensa escrita sobre la violencia contra las mujeres. Las estadísticas recogidas por los observatorios nacionales en Argentina, Bolivia, 14 Periodista española de la fundación holandesa WorldCom y cofundadora de LolaMora Producciones, colectivo de mujeres profesionales que realizan producciones multimedia y proyectos en Europa, África y América Latina. Ha trabajado en la Asociación de Programas y Radios Comunitarias de El Salvador, ALER. Radio La Luna (Quito). Radio Amazónica por la Paz (ALDHU, Radio NederlandWereldomroep (RNW), entre otras. Entre sus últimas producciones se destaca Crónicas Wayuu (Fundación Frederich Ebert) y una serie de artículos sobre Sudán del Sur. Es periodista de la Corporación Humanas Ecuador desde Mónica Diego Vicente, genera el registro y base de datos. Blanca Diego Vicente sistematiza y analiza los datos y tendencias.

22 Chile, Colombia, México, Perú y Ecuador, y sus respectivos análisis cualitativos, fueron compilados, comparados y difundidos a través de el Observatorio Regional que dejó de funcionar, pero mientras se mantuvo vigente, fue una iniciativa única y valiosa. Los observatorios nacionales continúan en funcionamiento. Según el Observatorio Regional: Los hallazgos permiten establecer un diagnóstico regional que indica que el tema de la violencia hacia las mujeres ocupa un lugar relevante en la agenda pública de los países de la región. Sin embargo, no logra todavía vencer ciertos prejuicios en relación con la visión estereotipada que los medios reproducen de las mujeres, sus relaciones interpersonales, su sexualidad. En la medida en que no se generalicen las campañas de difusión para consolidar la idea de la violencia hacia las mujeres como una violación de derechos humanos, junto con diversas intervenciones para contribuir a modificar una cultura que naturaliza muchas formas de violencia, no será posible consolidar los cambios necesarios para avanzar en la erradicación de la violencia hacia las mujeres. Los medios de comunicación, mientras tanto, son reproductores de estas falencias que nos aquejan como sociedad. 16 En el último lustro, el observatorio ecuatoriano ha aportado periódicamente al conjunto de los estudios que se elaboran en el país sobre violencia basada en género, con análisis cualitativos y cuantitativos sobre aquellos medios que a diario difunden noticias sobre el tema. Los periódicos son los que miran al exterior, interpretan la realidad, seleccionan puntos de vista y producen información para contársela a millones de personas. A lo largo de estos cinco años, el Observatorio ha reiterado que el enfoque que hacen los periódicos sobre la violencia machista podría mejorar sustancialmente, pues la mayoría aún mantiene una visión reduccionista del problema; falta especialización en el tratamiento informativo, y en las directivas y redacciones de las empresas mediáticas persisten prejuicios que actúan como barreras naturales que prolongan una mirada obtusa sobre la no discriminación, la igualdad y el derecho a una vida libre de violencia, entre otros principios básicos. Los observatorios de medios de comunicación se multiplican en el mundo. Unos, fiscalizan el tratamiento informativo de la migración y la movilidad humana; otros, se dedican a la infancia y la juventud; y otros muchos apuntan su lupa a la violencia contra las mujeres, en una suerte de alianza mundial entre medios y género que trata de detener una realidad calificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un problema global de proporciones epidémicas : una de cada tres mujeres mayor de 15 años ha sufrido algún tipo de violencia física o sexual por parte de su pareja o ex pareja (conviviente o relación 16 La violencia tiene prensa. Informe final del Observatorio Regional Las Mujeres en los Medios de la Articulación Regional Feminista por los Derechos Humanos y la Justicia de Género, ELA,

23 esporádica), sin importar su credo, su cultura, su estatus económico o la región del mundo en la que viva. El 35% de las mujeres del planeta mayores de 15 años (920 millones) ha sufrido alguna vez violencia física de su pareja o una agresión sexual por parte de otra persona. La media de los países ricos es de 32,7% y del 36,1% en América Latina. 17 Los derechos de las mujeres en la mira, con una mirada crítica, es una herramienta para observar la práctica periodística desde una perspectiva de género, cuya finalidad es hacer reflexionar a periodistas y medios de comunicación ecuatorianos sobre una función social que les es inherente: mostrar la realidad, diversa, compleja y cambiante, para lo cual es imprescindible que el periodismo actual sea incluyente y no sexista. El Observatorio trata de aportar a dicha transformación. En estos años ha ofrecido herramientas periodísticas, teóricas y prácticas, para una comprensión integrada e integral de esta realidad que afecta a miles de niñas y mujeres; comprensión que también deben observar las políticas públicas de prevención y disminución de la violencia contra las mujeres, que en Ecuador afecta a seis de cada diez mujeres. 18 Sobre los indicadores Reflexión 2: El desarrollo de los indicadores es uno de los ejes centrales en el funcionamiento de cualquier observatorio. Si los indicadores no se definen de acuerdo a criterios específicos que respondan a preguntas o cuestiones predeterminadas, la información recopilada puede resultar una maraña inútil de datos. Para el caso de los observatorios de medios de comunicación, por indicador se entiende una variable, cuantitativa o cualitativa, medida en el tiempo, que brinda una base simple y fiable para evaluar los logros, los cambios o el desempeño de los medios de comunicación de un país. En el caso del observatorio de Humanas, la fuente de datos constituye la versión digital de los diez periódicos seleccionados por su incidencia en la generación de opinión pública. Los indicadores definidos por el Observatorio Los derechos de las mujeres en la mira cuyo objetivo específico es mejorar la calidad del tratamiento informativo que los medios hacen de la violencia de género contra las mujeres, en concreto, y de los derechos humanos de las mujeres, por extensión son el resultado del cruce entre la posición vital y política de la Corporación Humanas (una entidad autónoma y feminista) y una serie de principios éticos mínimos (universales) que rigen hoy en día el ejercicio del periodismo y de la producción y la comunicación de información. 17 La violencia contra las mujeres es un problema global de proporciones epidémicas, afirma Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el primer informe global, detallado y fiable sobre la violencia de género contra las mujeres, publicado en el año El estudio consta de varios trabajos complementarios incluyendo uno publicado por la OMS y la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical, otro por la revista The Lancet y otro de Science. Todos ellos se pueden consultar en el siguiente enlace: publications/violence/en/ 18 Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres, Ministerio del Interior, Comisión de Transición hacia el Consejo de la Mujeres y la Igualdad de Género, Instituto Nacional de Estadísticas y Censos,

24 Estos indicadores son: Cobertura por medio de comunicación. 1 Provincias (origen de la noticia). 2 Género periodístico 3 Sección de publicación. 4 Tipos de violencia. 5 Énfasis de la noticia. 6 Enfoque central de la información. 7 Sujeto central de la información. 8 Fuente principal de la información. 9 Reconocimiento de derechos. 10 Referencia a la normativa. 11 Referencia a exigencias al Estado. 12 Referencia al derecho internacional humanitario. El Observatorio mira los formatos y géneros de carácter informativo y de opinión, no registra las secciones de entretenimiento, sociales o publicidad; fotografías e imágenes tampoco caen bajo su lupa. Del análisis cuantitativo de los indicadores y de la lectura de todas las noticias publicadas mensualmente sobre el tema, se derivan comentarios (análisis cualitativo) respecto a las tendencias y comportamiento de los diarios y sobre estos, se exponen recomendaciones fundamentadas, dirigidas a ayudar a quienes elaboran la información a subsanar las deficiencias encontradas y a promover un tratamiento plural del tema. El resultado es una hoja informativa con las estadísticas y su correspondiente análisis, distribuido cada mes a medios de comunicación, periodistas y profesionales de la comunicación, ONG nacionales e internacionales, universidades, colectivos de mujeres e instancias del Estado. Es, por tanto, una herramienta poderosa y útil para corregir los errores y subsanar los vacíos que los diarios tienen en el tratamiento de los derechos de las mujeres en general, y de la violencia machista en particular, a la vez que una fuente especializada de información para los propios periódicos analizados. Reflexión 3: Sobre los diarios monitoreados La sesión 2013 de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer [de la ONU] fue histórica por cuanto promovió un acuerdo internacional para prevenir y eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas [ ]. Su cobertura en los medios de más de 50 países no tiene precedentes, incluyendo un editorial en The New York Times ONU Mujeres, Informe anual : library/ publications/2013/6/annual report

25 Una de las teorías de la comunicación de masas siempre ha respaldado la hipótesis de que los medios de comunicación son un agente transformador de la sociedad. Sin embargo, los intereses cruzados de las grandes corporaciones mediáticas globales y la complejidad alcanzada por el fenómeno de la comunicación de masas han convertido esa hipótesis en una ilusión. Es cierto que los medios tienen capacidad técnica para amplificar debates públicos de forma masiva, pero tener interés es decir, voluntad corresponde a otra categoría de acciones. Técnicamente, unos canales son más eficaces que otros: la televisión y la radio son idóneos para difundir masivamente mensajes. Como cada vez más personas utilizan las redes sociales para articular protestas, reivindicar colectivamente derechos, difundir críticas y generar debates, algunos diarios se van quedando obsoletos en ese papel de dinamizador de debates. En enero, el equipo del Observatorio de Humanas Ecuador constata: En foros sobre información y medios de comunicación, en las redes sociales, en los colectivos ciudadanos y en las organizaciones de mujeres, existe el convencimiento de que la prensa ecuatoriana está en la retaguardia de los cambios que exigen los jóvenes, las mujeres y los colectivos LGTBI; la prensa no acompaña los debates y planteamientos que se dan en estos colectivos ni publica las transformaciones que la sociedad ecuatoriana vive. En definitiva, la prensa está perdiendo un universo de lectores. 20 La premisa que sigue el Observatorio es que la información es un bien público, por lo que el Observatorio continúa monitoreando los periódicos; también es un hecho que los teléfonos móviles, el internet y otras tecnologías de comunicación han salvado a muchos diarios de una muerte segura. Las versiones en línea permite a los periódicos actualizar la información en el mismo instante en el que suceden los hechos por lo que millones de personas en el mundo ya no necesitan estar frente a una computadora para leer los periódicos sino que leen las noticias en su celular en el autobús, en la fila para pagar o sentado en un banco frente al mar. Los periódicos recuperan así un espacio de influencia frente a la radio y la televisión. La afirmación de la Comisión de las Naciones Unidas respecto a su cobertura mediática sin precedentes, incluyendo un editorial en The New York Times, refleja la premisa de que para hacer presión e incidir en la toma de decisiones es importante aparecer en los periódicos y la TV. Se trata de la importancia que cobra para una comisión como ésta estar entre las noticias top de la agenda informativa de los medios que marcan la pauta informativa mundial. La incidencia política de algunas cabeceras históricas del periodismo, como el New York Times, sigue siendo incuestionable y valorada. Los periódicos analizados por el Observatorio son los más representativos en 20 La prensa ecuatoriana no acompaña los cambios que vive la sociedad, análisis mensual, enero 2014, Corporación Humanas Ecuador. Este boletín y todos los elaborados y publicados desde el mes de noviembre de 2009, así como los análisis trimestrales y casos de estudio se pueden consultar en: 25

26 su género en Ecuador: Extra, carácter sensacionalista, la crónica roja por excelencia, cobertura nacional, el más barato, el más vendido; El Universo, cobertura nacional, el de mayor cobertura en la región del litoral; Diario Expreso, 40 años a sus espaldas, cobertura nacional, sede en Guayaquil; El Telégrafo, decano de la prensa ecuatoriana, hoy periódico público (Estado), cobertura nacional; El Comercio, el periódico más importante de Quito y de la Sierra, junto con El Universo uno de los más influyentes y de mayor tirada del país. Ambos son diarios que conservan una administración y cierto control de carácter familiar. Diario Hoy, el tercer diario de circulación nacional, se edita simultáneamente en Quito y Guayaquil. La Hora, es el único diario con ediciones diferentes para cada región, además de una edición nacional que se imprime en la matriz de Quito. El Mercurio, matriz en Cuenca, tirada regional, uno de los más leídos en la Sierra sur. La Gaceta de Cotopaxi y La Prensa de Chimborazo centrados en hechos locales y provinciales. Hace cinco años, en Ecuador apenas se publicaba información relacionada con los derechos y el bienestar de las mujeres, sus demandas, sus problemas o sus opiniones. Es evidente que hay un cambio y que los diarios ya no pueden sustraerse de determinados debates: igualdad, aborto, participación política, derechos económicos, etc., pero a la hora de dar cobertura a temas polémicos como los cambios trascendentales relacionados con la identidad sexo/genérica o los derechos sexuales y reproductivos, mantienen una postura conservadora. Los diarios han hecho noticia de estos cambios sin abrir el debate, sin publicar mucho más que notas breves para decir que algo pasó (una manifestación, un plantón, un debate en la asamblea, una ley, etc.). Por otro lado, los enfoques predominantes en los diez diarios monitoreados mantienen, en muchos casos, los roles de género tradicionales, los espacios en los que deben desenvolverse mujeres y hombres y la forma en la que deben actuar. Es decir, las noticias, sobre todo las breves y simples que carecen de contexto, siguen reproduciendo estereotipos de género, especialmente cuando se trata de violencia machista. Buena parte de las redacciones y directivas de los diarios del país continúan identificando el machismo sólo con la violencia, es decir, con sus manifestaciones más brutales; constituyéndose en el obstáculo principal para lograr un tratamiento de la violencia machista guiado por principios profesionales y éticos, con enfoque de derechos humanos. El Observatorio insiste en la necesidad de mejorar las producciones y el tratamiento informativo para llegar a un periodismo con enfoque de género, como única forma de erradicar patrones socio culturales de discriminación y violencia hacia las mujeres. Los medios de comunicación son parte de la sociedad y como tal no escapan a la construcción social que cobija a la inmensa mayoría del público. En este sentido, también es un hecho que la reacción de la sociedad ecuatoriana frente a la violencia de género contra las mujeres no se produce en forma masiva, no hay indignación generalizada y los culpables gozan de cierta tolerancia social. 26

27 Reflexión 4: Sobre el impacto del observatorio El trabajo del Observatorio de Humanas se sustenta en cuatro ejes: análisis, incidencia, articulación y formación. Desde su inicio, los ejes de análisis e incidencia han sido el motor principal del Observatorio. El primer paso es la sistematización manual y diaria de la información publicada en los diarios, de acuerdo a los indicadores establecidos; luego se procede al análisis cuantitativo (estadísticas por indicadores) y sobre esta base se realiza el análisis cualitativo sobre el tratamiento periodístico del tema. El segundo eje responde al objetivo de cambiar los hábitos de informar sobre violencia machista y derechos de las mujeres, para lo cual se suben a la Web de Humanas y se difunden vía internet estrategias de comunicación puntuales por ejemplo, información detallada de las acciones previstas con ocasión del 25 de noviembre: aparición en radio, prensa y TV, foros y debates a propósito de la fecha con la intención de dar a conocer el Observatorio y sus conclusiones). A esto se suma la publicación de recursos para periodistas en la página de Humanas. Sobre el tercer eje, entre 2009 y 2011 la articulación más importante ha sido a nivel latinoamericano de la mano de la Articulación Regional Feminista por los Derechos Humanos y la Justicia de Género. En 2013, se puso en marcha una estrategia para articular esfuerzos con varias universidades del país, logrando espacios de diálogo y debate con sectores progresistas de la academia, promoviendo la reflexión en torno al papel que juegan los medios de comunicación en las sociedades actuales. Con relación al cuarto eje, ha sido difícil concretar procesos de formación de los y las profesionales de los medios, a pesar de su importancia para lograr cambios sustanciales en la manera de manejar la noticia. Sin embargo, un grupo reducido de mujeres profesionales del universo de la comunicación (prensa escrita y radio) se ha hecho eco de la existencia y actividades del Observatorio, con quienes a futuro se podrían concretar algunas acciones. Sobre la violencia Reflexión 5: 22% de las voces que vemos y oímos en las noticias son mujeres. Presentadores, editores, fuentes, voces. 21 Una nación o sociedad que no se conoce plenamente no puede responder a las aspiraciones de sus ciudadanos, se afirma en el Informe nacional de Ecuador Bajo esta premisa, el Observatorio de Humanas ve la 21 Proyecto de Monitoreo Global de Medios 2010, Quién figura en las noticias?. Informe nacional Ecuador 2010, Quito, p Íbid. 27

28 necesidad de que la prensa adopte nuevas narrativas, abandone la representación negativa de las mujeres y diversifique el uso de su imagen. Las nuevas narrativas noticiosas o informativas con perspectiva de género dejan de lado el lenguaje negativo y estereotipado que identifica a la mujer con la víctima y con la paz, y al hombre con el victimario, la virilidad y la violencia. 23 Para alcanzar este nivel, las y los periodistas tienen que comprender que lo que está en juego es la vida de millones de mujeres en todo el mundo, y un primer paso es desarrollar aproximaciones sociológicas e históricas a la violencia machista. La violencia puede adoptar múltiples formas: la violencia de Estado, que normalmente cae bajo el paraguas de la laxitud de los límites entre los poderes (los clásicos de un Estado de derecho y los exógenos) y la impunidad; la violencia entre dos individuos o colectivos (organizada); la violencia armada en el marco de conflictos internos (motivación política), y los homicidios asociados al narcotráfico o al crimen organizado internacional (motivación económica). Cientos de miles de personas son víctimas de heridas o pierden sus vidas cada año, mientras muchas otras se ven obligadas a huir de sus casas o comunidades, y muchas más son el blanco de varias formas de violencia doméstica. La violencia es un fenómeno único, ya que implica el acto deliberado de herir a otros seres humanos. 24 A esta lista de violencias se debe añadir la violencia de género contra las mujeres, también denominada violencia basada en el género. Esta violencia tiene su propia tipificación y va más allá de la violencia doméstica o intrafamiliar. La violencia contra las mujeres por su condición de sexo ocurre dentro de los múltiples contextos violentos descritos arriba. Por ejemplo, en un conflicto armado, los hombres usan la violación sexual y el embarazo forzado como armas de guerra; en la violencia de Estado se usan la violación y/o la desnudez forzada como formas de coacción y tortura; la violencia trasnacional de los negocios de armas, drogas y trata de personas, tiene mecanismos de enriquecimiento, como la prostitución y la esclavitud sexual, que a su vez recurre al aborto forzado como mecanismo de coacción/retención de mujeres. Los actos de violencia basada en el género pueden constituir un abuso o la violación de uno o varios derechos humanos. Muchas formas de violencia de género son consideradas ilegales y actos criminales por las leyes nacionales, pero hay países, culturas y religiones que se niegan a reconocer el matrimonio forzado de niñas y la mutilación genital femenina como delitos, por lo que no están condenados por la ley. 23 Manuela Mesa, Laura Alonso Cano, Elena Couceiro, Visibles y transgresoras. Narrativas y propuestas visuales para la paz y la igualdad, 1ª, edición, Madrid (España). CEIPAZ. Fundación Cultura de Paz, 2013, disponible en php?option=com_k2&view=item&id=92:visibles y transgresoras narrativas y propuestas visuales para la paz y la igualdad. 24 Edición 2011 del Informe Carga Global de la Violencia Armada. Encuentros letales, elaborado por The Geneva Declarationon Armed Violence and Development, disponible en genevadeclaration.org 28

29 Hombres y niños también sufren violencia de género, sobre todo sexual; sin embargo, el que las víctimas sean en su mayoría mujeres, responde al lugar subordinado que ellas ocupan en la sociedad. Todas las formas de violencia machista pueden suceder en tiempos de guerra o de paz, y son tan antiguas como la época del sedentarismo humano, por eso se habla de un continuum. Al igual que sucede con los otros tipos de violencia, lo que caracteriza a la violencia dirigida contra las mujeres es que se trata de un acto deliberado de herir (física, psicológica, simbólica, económicamente, etc.) a niñas y mujeres. La edición 2011 de Carga Global de la Violencia Armada llama la atención sobre el femicidio el asesinato intencional de una mujer, y advierte que las tendencias son particularmente difíciles de supervisar e interpretar debido a la escasez de datos. El informe estima, por al menos mujeres y niñas son víctimas de asesinatos violentos en el mundo cada año. Si bien los hombres representan un porcentaje más alto de víctimas de muertes violentas, los femicidios representan aproximadamente 17% del total de homicidios intencionales. Entendiendo el femicidio desde la óptica de la violencia armada, la edición 2011 citada asegura que los países con tasas comparativamente altas de homicidios también registran tasas más altas de femicidios. En países como El Salvador y Guatemala, no sólo un gran número de hombres jóvenes son víctimas de asesinatos, sino también una cantidad considerable de mujeres y niñas. El análisis de los datos provenientes de 83 países demuestra que en países con tasas de homicidios relativamente bajas como Austria, Japón, Noruega o Suiza el porcentaje de mujeres víctimas de homicidios, en comparación con el de hombres, es mayor que en contextos más violentos. Los países con altas tasas de homicidios registran tasas de femicidios que representan sólo una mínima parte de los homicidios en los que los hombres son las víctimas, como es el caso de Brasil, Colombia, Puerto Rico y Venezuela, donde las probabilidades de que un hombre sea asesinado son más de 10 veces superiores a las de las mujeres. Siguiendo estándares nacionales e internacionales, el indicador tipos de violencia del Observatorio Los derechos de las mujeres en la mira incluye: acoso, asesinato, femicidio, violencia sexual, violencia física, violencia patrimonial, trata de personas, todo tipo de violencia, violencia por opción sexual. Sin embargo, el Observatorio trata de buscar en las noticias registradas estas diversas violencias y en la mayoría de los diarios monitoreados las violencias noticiables son los casos de violencia extrema (asesinato, femicidio y violación sexual). En sus análisis, el Observatorio ha formulado, sin obtener respuestas, las siguientes preguntas: por qué los casos de violencia machista aparecen desligados de sus motivos reales, los que van a la raíz del problema? Por qué en la sociedad ecuatoriana existe la convicción de que es natural que la mujer no tenga a su nombre la tierra que comparte con el marido? Las preguntas van dirigidas a las directivas generales de los diarios y a las de sus respectivas redacciones de prensa. 29

30 Reflexión 6: Sobre la especialización de periodistas La adopción de un manual de estilo y de una política informativa ad hoc sobre la violencia basada en género disminuiría las subjetividades y los prejuicios en las redacciones y facilitaría un adecuado acercamiento al problema. El observatorio de Humanas ha llegado a la conclusión de que el tratamiento informativo que hace la prensa escrita de la violencia contra las mujeres, y en general de los derechos humanos de las mujeres y su bienestar, se rige por cierta arbitrariedad, por ejemplo en el uso del lenguaje: dependiendo de la persona que escribe la noticia se observa, o no, un lenguaje sexista o discriminatorio hacia las mujeres. En el periodismo ecuatoriano, los aportes del periodismo de investigación a la lucha por la prevención y erradicación de la violencia de género contra las mujeres, son inexistentes. El periodismo de investigación consiste en revelar cuestiones encubiertas de manera deliberada, accidental o por la fuerza de la costumbre, es el caso de la violencia contra las mujeres, que está naturalizada porque forma parte de nuestra cultura y es algo normal que suceda. Hacer un trabajo periodístico de calidad sobre algo que marcha bien o es considerado lo normal, es a menudo más difícil que sobre un asunto oscuro como la corrupción o el tráfico de influencias. Es necesario que los diarios animen a sus periodistas a indagar sobre esta materia porque sus aportes pueden ser significativos para nombrar los obstáculos, evaluar la implementación de los planes nacionales y comprobar la eficacia de las leyes. Abrirse a formatos multimedia permitiría a los diarios tratar este asunto desde varios puntos de vista, poniendo en práctica un periodismo de datos que ayude a la comprensión de la realidad. Los diarios podrían hacer una cobertura más humanizada y menos impersonal de los temas más delicados y controvertidos relacionados con la violencia machista y los derechos de las mujeres, y evitar la politización. Sucedió en el caso de la cobertura periodística sobre los debates en torno al femicidio y al aborto que cobraron fuerza en la segunda mitad de 2013 e inicios 2014, cuando algunos diarios hicieron un uso inadecuado de fuentes, como el de la Iglesia Católica sobre el tema del aborto, cuando el Estado reconoce la separación entre Estado e Iglesia. En la redacción de informaciones relacionadas con el aborto, el maltrato o la trata se deben tener en cuenta factores como los derechos humanos, la repercusión sobre la mujer víctima, las historias de otras mujeres y sus vivencias y luchas, así como el contexto social que rodea a dicha violencia. Son situaciones graves y delicadas que requieren cierto grado de sensibilidad por parte de periodistas, fotógrafos y editores de información. Los temas relacionados con derechos y salud sexual y reproductiva, por ejemplo, deben ser presentados a través de fuentes procedentes del Estado, de la academia, de personas expertas en la materia, en términos lo más neutros e imparciales posibles (aproximación médico sanitaria, legal, derechos humanos, etc.) y, sobre todo, acudir al testimonio de la fuente de origen: las mujeres. 30

31 La introducción de una perspectiva de género y de un periodismo no sexista requiere adoptar una actitud de cambio, como individuo y como medio, porque se trata de mostrar las diversas visiones del mundo que existen; es decir, requiere poner en práctica un lenguaje diferente y mirar desde una óptica más amplia cada vez que se plantee una investigación periodística o la redacción de una simple noticia, entrevista o reportaje. Reflexión 7: Sobre las perspectivas del observatorio Los derechos de las mujeres en la mira Han transcurrido cerca de cinco años y el observatorio ha tenido escaso impacto en la práctica de los diarios ecuatorianos. Las causas externas están relacionadas con las dinámicas propias de los periódicos (sin tiempo para la formación sobre el tema de sus profesionales) y con reticencia a ser evaluados por personas ajenas, a más de la escasa práctica de la prensa nacional a autorregularse y de la coyuntura político partidista, que ha provocado una suerte de egocentrismo, más preocupados por su supervivencia que por encontrar el equilibrio entre libertad informativa y responsabilidad social. En ocasiones algunos diarios Extra, El Telégrafo, El Universo, El Mercurio y El Comercio han manifestado su voluntad de recibir formación y han acudido a debates promovidos por Humanas, dispuestos a analizar la calidad del tratamiento informativo que hacen de la violencia machista. En estos momentos, y con la experiencia acumulada, sería necesario ampliar la capacidad del observatorio para no perder esta herramienta de fiscalización ciudadana. Es hora de responder a la demanda de formación en universidades y a periodistas en ejercicio; de abrir un amplio debate de repercusión nacional en el que participen las mujeres, la academia, las directivas de las empresas mediáticas (jefes y jefas, editores y editoras de información, etc.), los sindicatos de periodistas y los y las gestoras de medios comunitarios, públicos y privados. También es hora de ampliar el espectro y el número de medios monitoreados, lo que para el Observatorio supone mejorar su plataforma digital, ampliar el equipo de profesionales y revisar los indicadores establecidos. En suma, está llegado la hora de que la experiencia del observatorio se amplíe y multiplique. Es tiempo de involucrar a otras contrapartes para diversificar la recolección de datos de otros medios de comunicación, profundizar en el análisis de discursos y elaborar materiales didácticos a partir de las conclusiones obtenidas, para lo cual se deberá diseñar una estrategia que sostenga económicamente el observatorio. Ecuador atraviesa una coyuntura en la que es imprescindible mantener alta la alerta sobre la violencia machista, continuar la sensibilización de la sociedad y de las autoridades sobre la situación de vulnerabilidad en la que viven muchas niñas y mujeres, y tender canales para aportar al debate sobre leyes y programas de desarrollo de políticas públicas. El Observatorio Los derechos de las mujeres en la mira de la Corporación Humanas Ecuador está listo para 31

32 enfrentar esta etapa, donde será clave que la cobertura del impacto de sus análisis cobre mayor repercusión, también en las aulas de las universidades y en los espacios de toma de decisiones. Reflexión final: Sobre las tendencias informativas: Una pregunta ha prevalecido en los años de trabajo del observatorio: han incluido los diarios en su agenda de grandes temas de intereses nacional la violencia de género contra las mujeres? A la luz de los datos y de su interpretación, la respuesta es no. La violencia de género contra las mujeres no está en el top de los temas de la agenda mediática nacional. Esto es, los periódicos no consideran el problema de relevancia nacional; al igual que sólo un porcentaje mínimo de la sociedad considera que la violencia machista es un grave problema social que amerita investigación, análisis y búsqueda de soluciones. Se puede decir que hay más conciencia, más experiencia y más voluntad, pero aún no se trata de un periodismo que apueste por la investigación de los temas relacionados con los derechos de las mujeres, un periodismo especializado que aborde el tema con rigor. En el análisis publicado en 2011, el Observatorio señalaba: Gracias a su prensa escrita, el público ecuatoriano puede aproximarse a un número más real de asesinatos de mujeres y conocer un término no reconocido en la legislación del país: el femicidio. La falta de cifras oficiales categóricas ha obligado a todos los estudios a recurrir a los periódicos como fuente principal de registro. Aproximadamente tres años después, Ecuador cuenta con la primera encuesta nacional sobre violencia de género contra las mujeres y se ha sumado a la lista de países latinoamericanos que reconoce el femicidio como un crimen, incorporando esta figura a su Código Penal. Los diarios monitoreados han acompañado estos avances y utilizan las estadísticas e informes como fuentes habituales de información. Respecto al femicidio, los diez periódicos informaron sobre el debate social y político que se generó en las calles y en la Asamblea Nacional; un debate que se vio acelerado y exacerbado por el asesinato (femicidio) de la joven quiteña, Karina del Pozo, en febrero de Observando la práctica de los diez periódicos, en el período que va de noviembre de 2009 a marzo de 2014, la Corporación Humanas establece dos tendencias respecto al tratamiento informativo de la violencia machista: 1. Profesionalización del tratamiento informativo. En general, las informaciones muestran un grado menor de revictimización, mayor diversificación de fuentes y menor uso de lenguaje sexista. Además es evidente que aumentó la cobertura, aumentó el número de noticias. 2. Se mantiene un enfoque reduccionista y coyuntural que no genera ni debate social ni presión política. Los diarios no se han abierto a la especialización ni al periodismo de investigación. La tendencia es hacer caso omiso a los problemas cotidianos de las mujeres, a las causas y consecuencias de la violencia machista, a los efectos de la desigualdad y la discriminación o a una visión del mundo a través de las propuestas de las mujeres. Apenas hay variación: la pauta informativa predominante 32

33 continúa siendo el asesinato y la violencia sexual. Ejercicio comparativo: noviembre 2009 marzo Tendencias informativas según los principales indicadores del Observatorio: Cobertura del tema por medio Este indicador registra el número de notas mensuales publicadas por cada diario, y el porcentaje que representa sobre el total. Noviembre 2009: 43 informaciones publicadas en los diez diarios: El Universo 29 Extra 26 El Telégrafo 12 Expreso 7 El Comercio 7 Hoy 7 La Hora 5 Diario de Manabí 5 Últimas Noticias 2 El Mercurio 0 La Gaceta 3 Tendencias: Marzo 2014: 99 informaciones publicadas en los diez diarios»» Todos los diarios han aumentado la cantidad mensual de informaciones sobre violencia contra las mujeres en sus ediciones digitales.»» Extra, El Universo y El Comercio son los diarios que más informaciones publican.»» Extra, con su tendencia al hiper breve, es el que más cantidad de notas publica, la mayoría de ellas sin contexto y sobre casos de violencia extrema.»» Expreso, destaca por su comportamiento negativo; se ha caracterizado por ser el diario de distribución nacional que menos atención presta a la violencia machista, con ausencia de notas publicadas en varios meses. 25 Entre enero 2012 y abril 2013, no funcionó el Observatorio Los derechos de las mujeres en la mira. En este ejercicio debe tenerse en cuenta que cambian dos diarios monitoreados y que los indicadores también fueron mejorados con el tiempo. 33

34 »» El Telégrafo y El Mercurio de Cuenca han mostrado una tendencia al alza desde Destaca el esfuerzo realizado por el diario cuencano al tratarse de un diario regional. Tipos de violencia contra la mujer identificados Noviembre 2009 Acoso 5% Asesinato 38% Femicidio 0% Violencia sexual 16% Violencia física 14% Trata de personas 2% Todo tipo de violencia 16% Otros 9% Tendencias: Marzo 2014 Acoso 2% Asesinato 0% Femicidio 29% Violencia sexual 13% Violencia física 7% Violencia patrimonial 0% Trata de personas 3% Todo tipo de violencia 39% Por opción sexual 0% No especifica 6% Otros 0%»» A partir de 2011, el término femicidio se incorpora en las noticias y comienza a ser usado con mayor precisión en 2013 y 2014, aunque aún hay cierta confusión entre femicidio y feminicidio. A partir de marzo de 2014, las informaciones sobre muertes de mujeres (por su género) caen bajo la figura de femicidio y no de asesinato.»» Los tipos de violencia que más se reportan son: asesinato (femicidio), violencia sexual y violencia física.»» La violencia patrimonial no se reporta.»» La trata de personas recibe un mejor y mayor tratamiento informativo a 34

35 partir de 2011.»» Los diarios de mayor circulación en la región Costa son los que otorgan más espacio a noticias relacionadas con la violencia machista. Género periodístico más utilizado Noviembre 2009 (En el contexto del 25 de noviembre subió el porcentaje de noticias; inclusive se publicaron suplementos especiales). Crónica 23% Noticia 21% Breve 5% Informe especial 28% Reportaje 3% Entrevista 2% Editorial 3% Marzo 2014 Breve 30% Noticia 57% Inf. Especial suplemento 0% Reportaje 5% Entrevista 1% Crónica 0% Editorial 3% Columna de opinión 4% Tendencias:»» Preferencia por la narración sin contexto. Sumados la noticia y el breve representan el 50% del total de informaciones publicadas.»» Mal manejo del formato crónica (sucesión cronológica de hechos). Lo que algunos diarios llaman crónica en realidad es un breve o una noticia simple.»» Casi total ausencia de formatos aptos para la investigación, como suplementos especiales, de fin de semana o por entregas.»» Ligera tendencia a la alza del uso de entrevistas, columnas de opinión y editoriales, aunque continúan siendo muy escasos.»» Tendencia a mayor publicación de reportajes (que permiten contextualizar), 35

36 coincidiendo con el aumento del número y la diversidad de fuentes, estadísticas y estudios especializados en el país, así como de debate en torno a políticas públicas.»» La ausencia de testimonios e historias de vida es casi del 100%, como si las mujeres y los cuerpos de las mujeres fuesen invisibles. Principales enfoques de la noticia (que determina la sección de publicación) Noviembre 2009 Acontecimientos 11% Campañas 8% Contexto social 8% Detención captura 16% Historia 3% Proceso judicial 29% Prevención 3% Marzo 2014 Acontecimientos 51% Campañas 8% Contexto social 30% Detención captura 6% Historia 0% Proceso judicial 2% Prevención 1% Tendencias:»» Más del 50% de los enfoques son por detención/captura/proceso judicial.»» Se mantiene el enfoque coyuntural (acontecimiento).»» Tendencia al alza del número de notas publicadas bajo seguridad/ seguridad ciudadana. Esto muestra que la comprensión de seguridad ciudadana se extendió a aquellas medidas específicas que se necesitan para proteger a las mujeres.»» No se amplían los enfoques (escasez de voces de la academia, salud o educación).»» Apenas se publica bajo el rango de prevención.»» Rara vez las informaciones se centran en la víctima o victimario. 36

37 Principal fuente de información Noviembre 2009 Mujeres 39% Instituciones 35% Hombres 22% Sin especificar 4% Marzo 2014 Mujer 5% Hombre 1% Institución 22% Sin especificar sin nombrar 60% Familiares amigos vecinos otros 12% Tendencias:»» Clara tendencia de acudir a instancias oficiales, no gubernamentales o académicas (instituciones). Referencias a Derechos Humanos Noviembre 2009: No 88% Sí 12% Marzo 2014: Tendencias: No 65% Sí 34%»» Ligero aumento de referencia a los derechos humanos de las mujeres, sin embargo la tendencia se mantiene en relacionar las causas de la violencia y las situaciones de inequidad y discriminación hacia las mujeres. Es decir, no hay relación directa o mención clara de los derechos humanos de las mujeres, ni siquiera al más obvio: el derecho a una vida libre de violencia.»» Los periódicos se mantienen en una simplificación peligrosa al reiterar argumentos como la locura, la ofuscación por celos o el alcohol, con el 37

38 resultado de atenuar o eximir de responsabilidad al perpetrador del abuso o del crimen. 38

39 Las mujeres y el posmachismo mediático Nelly Valbuena Bedoya 27 En este texto abordaré la manera en la que los medios de comunicación y el periodismo cubren los temas relacionados con las mujeres; especialmente me detendré en los temas de violencia, con el propósito de identificar los nuevos discursos, entre esos, el llamado pos o neomachismo, de una matriz global que mediáticamente se emplea de manera similar en casi todos los casos: los géneros periodísticos utilizados, las fuentes, las imágenes y los lenguajes que contribuyen a la banalización de la violencia de género y a la impunidad social, en contextos claramente patriarcales y machistas. Introducción La violencia contra las mujeres se registra en los medios de comunicación tanto locales como nacionales e internacionales, con miradas periodísticas que van desde las cifras frías y escuetas hasta el cubrimiento de hechos noticiosos que evidencian un auténtico síntoma social (Foncuberta, 1995) que permite reconocer, de una parte, que las mujeres existimos para los medios como números, en cuanto somos víctimas de los diversos tipos de violencia que los hombres ejercen contra nosotras y, de otra, que en los procesos de jerarquización de la información no encajamos en las agendas mediáticas por lo que hacemos y producimos cotidianamente, sino por sus propios intereses; los cuales son endosados a públicos y audiencias bajo la frase eso es lo que la gente quiere o le gusta leer, escuchar o ver, como si se tratara de un espectáculo más. Ahora bien, desde esta realidad tenemos que preguntarnos cuál es el interés mediático de la violencia contra las mujeres?, cómo nos registran?, qué marcas o señas particulares de tipo machista y sexista atraviesan las rutinas y, desde luego, las notas periodísticas?, qué tanto dominio y conocimiento sobre violencia de género tienen quienes escriben sobre estos temas? Nótese que no me pregunto qué tanta sensibilidad de género tienen?, porque ése es un estadio en el que estamos quienes abiertamente optamos por hacer visibles los derechos y las violencias contra las mujeres. Es decir, quienes no tememos a que nos digan que no hacemos un periodismo equilibrado u objetivo, simplemente porque éste no existe. Este análisis, como ya seguramente se intuye, defiende la idea transversal de que tanto los medios de comunicación como los periodistas no somos neutrales o imparciales; que esa idea de la objetividad no es más que un ruido 26 Este artículo es resultado de la investigación que se adelanta desde las cátedras Comunicación, Género y DDHH (optativa) y Opinión pública ; articulada a la línea Comunicación y ciudadanía, de la carrera de Comunicación de la Universidad Politécnica Salesiana, sede Quito. 27 Comunicadora social y periodista. Especialista de Universidad en Derechos humanos y mundo global. Diplomada en Mujer y Derechos Humanos. Actualmente realiza la Maestría de Periodismo digital en la Universidad de las Américas. Coordinadora de Prácticas y Vinculación con la Sociedad. Docente e investigadora de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Politécnica Salesiana, sede Quito.

40 comunicativo bajo el que se amparan muchas de las informaciones que carecen de los valores esenciales de la ética periodística: verdad, independencia y responsabilidad social (Restrepo, 2004). Entendiendo, desde luego, que no existe una sola verdad. Así pues, sólo nos queda un examen continuo del ejercicio mediático y periodístico relacionado con la violencia de género, orientado a cualificar nuestro trabajo en función no de la cantidad de las noticias sino de la calidad de las mismas. Se trata pues de hacer un ejercicio mediático y periodístico responsable, que nos permita contribuir al conocimiento de las causas profundas y orgánicas que generan la violencia contra las mujeres, tanto en la esfera privada como en la pública. La descontextualización del contexto Para nadie es un secreto que nuestras realidades son patriarcales, y que los medios de comunicación y quienes hacemos día a día el periodismo estamos permeados por esas estructuras. En otras palabras, somos parte de una sociedad que normaliza y soporta las prácticas machistas, y desde luego los medios de comunicación, que al ser una expresión de las sociedades patriarcales, reproducen y recrean esos estereotipos, a través de sus relatos periodísticos. Cuando hablamos de patriarcado nos referimos a una categoría antropológica e histórica que involucra aspectos de la vida política, económica, social y cultural. Bajo ese término se define a los sistemas sociales organizativos, en los que los hombres ocupan los lugares de privilegio, de decisión y de poder, con algunas diferencias entre una sociedad y otra. El patriarcado es el dominio del varón (Valcárcel, 1991) en el que las mujeres somos vistas como parte de sus bienes, activos o propiedades. En este contexto se establecen las relaciones entre hombres y mujeres en las que predominan, obviamente, las prácticas comunicativas basadas en las miradas estereotipadas sobre lo masculino y lo femenino. Por ejemplo, es usual que se relacione a los varones con características como la fuerza, la hombría, la virilidad, el buen juicio y una serie de condiciones físicas y mentales, que por obra y gracia de la cultura, los dota para el ejercicio de lo público en detrimento de los temas domésticos. De otra parte, las mujeres somos comparadas con la debilidad y la feminidad, condiciones que nos harían frágiles, lloronas y sensibles; por lo tanto, hechas para el espacio de lo privado y negadas para lo público. Los procesos de socialización de la cultura han legitimado la creencia en la posición superior del hombre: el poder personal y la autoafirmación en posesión de la razón y la fuerza del hombre y la definición de la mujer como inferior a su servicio (Carracedo, s/f). Como ya dije, es en este contexto patriarcal y machista en el que los medios de comunicación y sus profesionales dan cuenta de la realidad, a través de los diversos géneros periodísticos; sin embargo, no es usual encontrar en las noticias, crónicas, reportajes o entrevistas referencias a esta institución patriarcal 40

41 que determina los roles entre mujeres y hombres. Es como si en los códigos de ética o en los manuales de estilo existiera de forma explícita o implícita una indicación que conduce a invisibilizar este sistema, en el que se fundamentan las múltiples violencias hacia las mujeres. No incluir en los relatos periodísticos referencias al patriarcado es una forma consciente de negar y desconocer su existencia. Si nos atenemos al planteamiento de que los medios de comunicación pueden construir la historia, entonces tenemos aquí una historia que excluye las causas estructurales de la violencia contra las mujeres y que olvida la idea de acontecimiento y su relación con las transformaciones sociales: El acontecimiento periodístico es toda variación comunicada del sistema por la cual los sujetos del mismo se sienten implicados (Rodrigo, 1989). Desde esta lógica, las mujeres somos implicadas deformadamente en las noticias, pues únicamente aparecemos en ellas como un dato o relato fragmentado de la realidad, que sólo tiene presente a las víctimas de violencia física, usualmente aquélla que conduce a la muerte. En estas circunstancias, ni siquiera se usa el término preciso para hablar de estos casos, sea feminicidio o femicidio. Así pues, la muerte de las mujeres en los medios, y por ende en la sociedad, siempre queda en el terreno de la sospecha, de la duda jurídica o de la justificación velada. Los clásicos titulares La mató por celos o Tenía una relación tormentosa, implícitamente conduce a muchos lectores y lectoras al consabido por algo será. Esa duda deriva en otra interrogante, superficial pero honda a la vez, que no se cita pero que, tras los puntos suspensivos, esconde la descalificación: por puta, o en el decir ecuatoriano, por medio puta. Veamos una noticia publicada en el diario El Tiempo de Colombia, el 10 de abril de Para empezar, el titular que apareció en la sección Temas del día, indica que Se presentará ante un juez presunto homicida de mujer que apareció en una maleta (Bogotá, 2014). Se trata de una forma de elaborar el titular que, al utilizar la palabra presunto, pretende dar la sensación estricto sentido de objetividad pero, a la vez, califica el crimen de homicidio, cuando en estricto se trata de un femicidio, es decir, de la muerte o asesinato de una mujer cometido por un hombre, por el simple hecho de ser mujer. En todos los casos, y no sólo en éste, se omite mencionar la misoginia, que es el desprecio y odio a las mujeres y a su cuerpo. 28 Más adelante la nota resalta que Kevin Rubén Jaramillo es judicializado por la muerte de su ex novia Tatiana Fandiño, explica cómo fue encontrada la víctima y señala que el responsable será judicializado por homicidio agravado y por tortura, ya que la víctima habría sido golpeada y amarrada antes de que se 28 Para ampliar el término feminicidio o femicidio ver el artículo Es un feminicidio, no un asunto de inseguridad, en un feminicidio no un asunto de inseguridad a propósito del crimen contra Karina del Pozo en Quito, Ecuador; caso emblemático de violencia contra las mujeres en el país, que contribuyó a que se tipificara el femicidio en el Código Penal Integral actual de Ecuador. 41

42 registrara su muerte por asfixia mecánica. 29 Utilizando la redacción para web, la nota remite a un link que dice Vea la relación tormentosa de Tatiana, quien apareció muerta en una maleta. La expresión relación tormentosa 30 coloca al femicidio en el plano de la sospecha y lo justifica sutilmente, pues en el contexto patriarcal era y todavía es usual hablar de los llamados crímenes pasionales, en los que las mujeres provocaban los celos de la pareja que se altera y en un momento de ira e intenso dolor mata a su pareja, tras someterla a diversas clases de tratos crueles y degradantes que constituyen tortura. La reducción de los géneros Si nos ajustamos a la definición de géneros periodísticos que hace Miguel Ángel Bastenier, tenemos que éstos son tres: el género seco o informativo puro, la crónica, y el reportaje. Esta es una clasificación que ayuda a entender que los temas de las mujeres básicamente están relatados en el género seco o informativo puro, es decir en noticias concisas que intentan contar el qué, quién, cómo y dónde, pero que muy pocas veces indagan el por qué y para qué. Por eso es recurrente encontrar notas periodísticas que apelan a los datos, y que en el sentido más básico del relato, dejan ver la postura u opinión del autor o autora, aunque esté firmada como redacción judicial, una forma frecuente de invisibilizar y diluir la responsabilidad social del ejercicio periodístico. Detrás, o en el fondo de toda pieza periodística aplica para todo lo que se considera texto, está la visión del mundo que sus autores y autoras tienen de las mujeres. La nueva trivialización mediática: el neo o posmachismo En su blog Autopsia, publicado en el diario El País de España, Miguel Lorente (2014) escribió un artículo titulado Los tramposos y su vídeo trampa (Hombres al borde de un ataque de nervios), en el que critica un vídeo que recorre las redes sociales que juegan con la realidad para manipularla. Es lo que hace habitualmente el posmachismo, y por ello no es casualidad que el vídeo proceda del Reino Unido, uno de los países donde más organizado está. Lorente refiere los recursos comunicacionales del posmachismo que en la actualidad se utilizan para trivializar la violencia de género, no sólo en los medios de comunicación, sino en el infinito laberinto de las redes sociales, lo que es extremadamente preocupante. 29 La noticia completa disponible en un juez presunto homicida de mujer que aparecio en una maleta/ Es importante aclarar que la nota que remite a la relación tormentosa de Tatiana, se refiere a una serie de pistas sobre su asesinato y relaciona su muerte con la de otra joven, de 16 años, Jessica Mayerly Alza, que 15 días antes apareció muerta en otra maleta en el sector de ciudad Bolívar. La nota dice sin pudor: Por este crimen, al parecer, producto de los celos, hay tres miembros de una familia en la cárcel. Disponible en CMS

43 Transcribo a continuación algunos datos del texto referido para que comprendamos esta nueva forma de manifestarse del sistema patriarcal, desde la que se pretende invertir el discurso, comparando la violencia machista hacia los hombres, 31 con la histórica y estructural violencia de género contra las mujeres: Su objetivo siempre es el mismo y el instrumento para alcanzarlo, habitual: busca desviar la atención de la violencia contra las mujeres y desvincularla de los elementos culturales que dan lugar a ella, a través de la desigualdad. Para eso juegan con un mensaje: presentar a los hombres como víctimas de las mujeres. Su intención es clara: procurar romper con la idea de que la sociedad calla ante la violencia contra las mujeres, y afirmar que es justo al contrario, que su silencio es cómplice con la violencia que sufren los hombres por parte de las mujeres. Todo ello se refuerza al final con un dato contundente obtenido, según el propio anuncio, del Office of National Statistics: el 40% de la violencia doméstica la sufren los hombres. Como bien sabemos, la utilización de fuentes es una forma de dar sustento y soporte al ejercicio periodístico, pero también es claro que la selección de una u otra fuente tiene un corte subjetivo, que se usa para validar una postura previa, un prejuicio, un estigma o una discriminación, como lo que pone en evidencia Miguel Lorente: Todo muy objetivo en apariencia; sin embargo, está cargado de trucos y trampas para generar la confusión que necesita el posmachismo con vistas a que todo continúe como siempre, es decir, bajo las referencias de la desigualdad y los privilegios de los hombres. No por casualidad la entidad responsable de la campaña, Mankind Initiative, tiene como uno de sus objetivos que las violencias sean tratadas de la misma forma, lo cual busca descontextualizar la violencia de género, algo que beneficia a los hombres que la ejercen, no a las mujeres que la sufren. Definitivamente, es una nueva forma de machismo que se muestra muy complaciente con las teorías del género; es más, quienes lo practican las conocen muy bien y aparentemente las defienden, pero en el fondo es un disfraz para invalidar y anular a las mujeres que exigimos nuestros derechos en voz alta. En palabras de la salvadoreña Julia Evelyn Martínez, 32 lo hacen para recordarnos nuestra inferioridad (Martínez, 2013). 31 No quiero decir con esto que se deba tolerar o invisibilizar la violencia contra los hombres. No, de ninguna manera, pero se debe ubicar y explicar como resultado de la cultura patriarcal y machista que afecta, de diversas formas, a las mujeres. Una de ellas es ejerciendo diferentes tipos de violencia, no sólo contra los hombres sino contra las mismas mujeres e incluso contra niños y niñas, dependiendo del contexto de las relaciones. 32 Ella llama a esta práctica neomachismo, presente en todas las esferas de la sociedad: academia, medios de comunicación, política, deportes y economía. A ella adhieren no sólo hombres sino muchas mujeres que ocupan algunos espacios de decisión. 43

44 Usan maniobras que conducen a no perder el control sobre las mujeres, para lo cual se valen de mecanismos como la manipulación, en este caso informativa: Manipula la realidad porque su estrategia busca borrar la palabra género y todo su significado con relación a la cultura androcéntrica que normaliza la desigualdad y la violencia contra las mujeres. Esa es la esencia y clave del posmachismo, que busca que no se avance en igualdad. Ésa es la razón de que no le guste el género y de que calle ante una cultura que acepta la violencia contra las mujeres, hasta el punto que, según el eurobarómetro de 2010, el 3% de la UE considera que la violencia contra las mujeres es aceptable en algunas ocasiones, y un 1% que afirma que es aceptable en todas las circunstancias. (Lorente, 2014). La práctica de la desconceptualización Entender estas claves del posmachismo o neomachismo, como discurso comunicativo, nos permite analizar críticamente la desconceptualización y descontextualización de la violencia de género en los medios de comunicación y el periodismo. Para empezar, considero que esta práctica es la estrategia más peligrosa del patriarcado, porque su discurso luce académicamente aceptable, mediáticamente objetivo, políticamente progresista y, aún, socialmente soportable para la mayoría de las mujeres. Porque, de una u otra forma, no es el machismo salvaje de inicios del siglo XX, sino una elegante forma neomachista que se admite como exceso inevitable en el siglo XXI de ciertas izquierdas gobernantes que lideran los actuales procesos de poder en América Latina, y cuya práctica conservadora en el tema, es referida por las derechas en la oposición como lo único bueno que han hecho los autoritarismos populistas. Vuelvo entonces aquí a Julia Evelyn Martínez, quien nos recuerda que: Los neomachistas vienen en diferentes tallas, pesos, colores e ideologías. Se les encuentra por todos lados y a toda hora: en los templos católicos y en las iglesias protestantes; en las plazas públicas y en los programas de entrevistas; en las aulas y en los partidos políticos; en los sindicatos y en el gobierno; en Facebook y en Twitter. Todos tienen en común su preocupación por adaptarse a los nuevos tiempos y a los nuevos discursos de la igualdad de género, pero asegurándose que la esencia de la sociedad patriarcal quede intacta. Su principal característica es la banalización como rostro de la contrarreforma mundial en materia de derechos de las mujeres, la trivialización de la violencia de género y la soportable levedad del ser discursivo del posmachismo o neomachismo, lo que vemos en los mensajes de los medios de comunicación, en los relatos del periodismo, en los post, notas y comentarios de las redes sociales. Es lo que Lorente denomina la desconceptualización de la violencia de género. 44

45 Desde esta perspectiva, veamos lo que ocurrió con el más reciente femicidio colectivo ocurrido mientras escribía este texto. Empiezo diciendo que más bien se trató de una masacre, para usar estándares de derechos humanos. Juzguen ustedes: El hecho ocurrió en el norte de Quito, el domingo 20 de mayo de 2014, en el barrio La Josefina, donde mataron simultáneamente a dos mujeres adultas, de 35 años la primera; de 23 la segunda y sus hijas, dos niñas de siete y cinco años. Todas fueron degolladas brutalmente en la misma casa. Los detenidos como sospechosos fueron tres hombres, entre ellos la pareja actual y la ex pareja de la madre cabeza de familia (El Comercio.com, 2014). Pero cómo cubrieron este múltiple femicidio los medios de comunicación? El hecho fue informado como uno más. La redacción del diario El Comercio.com registró una narración periodística, que después de responder al qué, quién, cómo y cuándo, utilizando las fuentes oficiales y el testimonio de la madre de una de las víctimas, calificó el acontecimiento como perturbador del orden: La muerte de las cuatro personas alteró la tranquilidad del barrio La Josefina. El testimonio de la madre, que se utiliza en la parte final de la nota, tan sólo sirve como un dato más, a pesar de que: mencionó que recibió la llamada de un sospechoso. En la breve comunicación, el desconocido le habría revelado que cometió el crimen. Los elementos del acontecimiento indican que se trató de un femicidio, delito que ya está tipificado en el Código Penal ecuatoriano, pero los redactores o redactoras no se atrevieron a nombrarlo como tal y prefirieron usar los términos asesinato y crimen. Las redes sociales, por su parte, ni mencionaron el hecho. Este femicidio de dos mujeres y dos niñas, no desató una masiva reacción mediática, ni de las redes sociales en Ecuador. No fue un acontecimiento que conmoviera ni movilizara a nadie: no hubo proclamas, ni reacciones de ninguna organización social, ni oficial o de la oposición, ni declaraciones de mujeres parlamentarias o lideresas. En este punto debo recordar las inequidades de los medios masivos, quienes recientemente desataron una campaña enérgica para defender a uno de los suyos, en nombre de la libertad de expresión la libertad para cosificar (Lagarde, 1996) a los más pobres y a las mujeres, especialmente colombianas. Me refiero al diario Extra 33 que sigue usando y vendiendo nuestra imagen, con contenidos y lenguajes sexistas, violentos y discriminatorios, en nombre de la libertad de prensa. Pero, claro, las dos mujeres y las dos niñas de La Josefina, no pasan de ser un hecho más, que no merece el repudio nacional ni la indignación de alguien, sino el silencio y, por ende, la impunidad social. Este cuádruple 33 Sobre el caso ver Extra. Diario Extra sostiene que hay una campaña en contra. Disponible en senala que multa supercom diario extra atenta contra libertad diario denuncia una campana en su contra/ 45

46 asesinato fue objeto de una desconceptualización y descontextualización de la violencia de género y del femicidio en los medios y el periodismo ecuatoriano. La grotesca representación de la mujer en la televisión mundial De todos los medios de comunicación, la televisión y últimamente las redes sociales es quien más ha hecho para reducir el rol de las mujeres a objetos decorativos, logrando incluso incubar en gran parte de las sociedades, la cultura de la cirugía estética para alcanzar el modelo televisivo, traducido en caras sin arrugas, narices respingadas, labios gruesos, tetas grandes y redondas, cabellos rubios y lisos, nalgas enormes y, en el caso de la televisión europea, una delgadez extrema que empezó a hacer carrera también en Latinoamérica. La televisión, como principal fuente de referencias e influencias de la sociedad global en el siglo XXI, valida estereotipos y alimenta de irrealidad la mente colectiva. Por ejemplo, las series colombianas Sin tetas no hay paraíso o Las muñecas de la mafia, no sólo coadyuvan a forjar un estereotipo de lo colombiano y a alimentar xenofobias, sino que son la punta de un iceberg cultural más global y complejo, como en su tiempo fue complejo el silencio de la ciudadanía alemana que admitío con algo de complicidad las primeras leyes de Nuremberg. Como lo refirió la autora española Casilda Rodrigáñez (2012): Tenemos la violencia tan interiorizada que ni siquiera somos conscientes de ella Así pues, las propias mujeres han ido sometiéndose a cirugías que posicionan un estándar que, visto más allá de lo individual, violenta nuestros cuerpos y los deja sin identidad. La utilización del cuerpo de la mujer en la televisión mundial logra una pérdida que nadie lamenta. Esa pérdida se expresa en que la masiva cancelación de la identidad de las mujeres ocurre bajo una mirada multitudinaria, sin que haya una reacción adecuada de la sociedad, e incluso de las propias mujeres, que validan este discurso bajo el pretexto de que cada quien es libre de hacer lo que quiera, sin detenerse a pensar que se trata de un discurso que los medios posicionan minuto a minuto, sin que nos demos cuenta. Por eso, la denuncia y el análisis sobre la utilización manipuladora del cuerpo de las mujeres en la televisión no debe retroceder, ni como hecho académico ni como necesidad social. En este sentido, el trabajo de la cineasta italiana Lorella Zanardo, en el documental Il corpo delle donne (Zanardo, 2009), expuso el fenómeno hasta desnudarlo por completo: las mujeres reales hemos ido desapareciendo de la televisión y hemos sido reemplazadas por una representación grotesca, vulgar, sexista y humillante de estereotipos Este trabajo aborda de manera directa la imagen de las mujeres en la Italia de Berlusconi; disponible en

47 Con estas reflexiones concluyo este artículo reiterando la responsabilidad ética de los medios y de los periodistas de formarnos en temas de género y, sobre todo, de optar por las mujeres y las niñas, para que podamos mostrar lo que está pasando a quienes ven la televisión pero no ven ; a quienes leen los periódicos y las revistas pero no leen ; a quienes oyen la radio pero no escuchan, y a quienes navegan e interactúan en las redes sociales, validando con un me gusta o un retuit lo que no se alcanza a comprender: que la violencia contra las mujeres es el resultado histórico y estructural de culturas patriarcales y machistas. Que hoy tienen una nueva cara en el pos o neomachismo, que son discursos para descontextualizar y desconceptualizar la violencia de género, no sólo desde los medios de comunicación y el periodismo, sino desde las diferentes esferas de la sociedad y la cultura. Bibliografía Bastenier, M. Á (2001). El blanco móvil. Curso de periodismo. Madrid: Santillana. Bogotá, R. (2014, abril 10). Ante un juez, presunto homicida de mujer que apareció en una maleta. Bogotá: El Tiempo. Sección Temas del día. Carracedo, M. B. (s/f). Disponible en /teoria/t6.pdf Diario El Comercio, (2014, mayo). Cuatro personas fueron degolladas en el norte de Quito. Disponible: cuatro-personas-degolladas-norte-de.html Foncuberta, M. D. (1995). La noticia. Pistas para percibir el mundo. Buenos Aires: Paidós. Lagarde, M. (1996). Identidad de género y derechos humanos: La construcción de las humanas. En Guzmán Stein, Laura y Gilda Pacheco Oreamuno (Comps.), Estudios básicos de Derechos Humanos IV. San José: Instituto Interamericano de Derechos Humanos. Lorente, M. (29 de mayo de 2017). Los tramposos y su vídeo trampa (Hombres al borde de un ataque de nervios). Madrid: El País. Disponible en elpais.com/autopsia/2014/05/los tramposos y su v%c3%addeo trampa hombres al borde de un ataque de nervios.html Restrepo, J. D. (2004). El zumbido y el moscardón. Taller y consultorio de ética periodística. México DF: Fondo de Cultura Económica y Fundación Nuevo Periodismo. Rodrigáñez, C. (2012, noviembre 24). Crianza y sociedad, disponible en 47

48 crianzaysociedad.blogspot.com/2012/11/la-violencia-interiorizada-de-las.html Rodrigo, M. (1989). La construcción de la noticia. Barcelona: Paidós. Seguridad, R. (2014, mayo 20). Cuatro personas fueron degolladas en el norte de Quito. Quito: El Comercio. Disponible en personas degolladas norte de.html Valcárcel, A. (1991). Sexo y filosofía; sobre mujer y poder. Barcelona: Anthropos. Zanardo, L. (directora). (2009). Il Corpo delle Donne [película]. Disponible en 48

49 Una estrategia ciudadana de presión mediática Caso Karina del Pozo: análisis informativo de un femicidio Resumen del caso 49 Blanca Diego Vicente El feminicidio de la joven ecuatoriana Karina del Pozo fue, hasta marzo de 2014, el único caso de asesinato de una mujer que logró acaparar la atención del Ecuador durante meses. Una de las razones principales es la aparición del caso en todos los medios de comunicación. Jamás en la historia del periodismo ecuatoriano, una noticia relacionada con violencia de género había alcanzado tanta atención mediática medios audiovisuales, escritos, en papel o en línea, comunitarios, públicos y privados, nacionales o regionales. Ha sido el caso de feminicidio que más tiempo se ha mantenido en primeras planas o en lugares destacados de los programas de noticias y variedades. En total, una cobertura discontinua de seis meses en 2013, con algunos coletazos en el 2014, cuando se ratifica la sentencia a 25 años para los tres jóvenes hallados culpables. A pesar de este récord, el Observatorio Los derechos de las mujeres en la mira, de la Corporación Humanas Ecuador, concluye que el caso no ha sentado precedente en lo que respecta a calidad informativa de todos los asuntos relacionados con la violencia de género contra las mujeres. Por el contrario, un año después del crimen y de su cobertura, los medios ecuatorianos se han replegado y permanecen al margen de estrategias de prevención de la violencia machista, comportándose de la misma manera que antes del caso, en febrero del año La segunda conclusión del Observatorio es que sin la estrategia mediática adoptada por la familia de la víctima, los medios masivos nunca hubieran dado seguimiento puntual durante tanto tiempo al asesinato de la joven. La familia de Karina del Pozo jugó la baza de los medios para presionar a las autoridades y acelerar el caso hasta la ratificación de la sentencia final; y funcionó. Introducción Hoy en día cualquier acción o iniciativa ciudadana puede ser global, televisada e interneteada en el momento mismo en el que sucede, con la potencia de desencadenar movilizaciones masivas espontáneas. Hay muchos ejemplos de luchas feministas en cadena en el último año: El tren de la libertad que circuló por Europa y América Latina, por el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo; el grupo ruso, feminista de música Pussy Riots; las mujeres con el pecho descubierto en congresos, senados y asambleas nacionales en España, Ucrania y Ecuador; las mujeres reclamando su espacio político y social en las primaveras árabes; las masivas protestas en las calles de la India para repudiar

50 la violación sexual de una mujer en un autobús público Y lo mejor es que las repercusiones de las protestas ya no tienen fronteras. En el caso de Karina del Pozo, aunque el repudio del asesinato no se convirtió nunca en una movilización masiva nacional, fue un ejemplo de indignación ciudadana y de movilización de grupos más allá de los feministas y del movimiento de mujeres en defensa de la vida de las mujeres. Fue un pequeño paso en la conciencia colectiva sobre la potencia que puede tener una protesta cuando utiliza todos los medios para hacer oír su denuncia. Fue un grupo pequeño de la sociedad el que exigió justicia para Karina del Pozo y el fin de la impunidad para los casos de asesinato de mujeres. Y las redes sociales y los medios convencionales que se vieron arrastrados por twitters y facebooks sobre el caso hicieron el resto: amplificaron las voces. El ruido mediático que rodeó al caso durante aproximadamente seis meses se ha apagado y es difícil percibir si a título individual tuvo algún impacto positivo en la práctica periodística de las y los profesionales de la información. El hecho cierto es que no hubo un impacto directo sobre la labor diaria de los periódicos ecuatorianos. En cuatro años de trabajo, el Observatorio Los derechos de las mujeres en la mira continúa constatando que la situación de riesgo en la que viven muchas mujeres en el país recibe escaso tratamiento en los diarios nacionales; los problemas y las dificultades por las que pasan millones de niñas y de mujeres, generados en gran medida por la violencia de género, no hacen noticia. Entonces, hay que dirigir preguntas a las direcciones de los diarios: por qué no ha habido un giro en el tratamiento informativo que hacen los medios de la violencia doméstica, tras el enorme impacto que tuvo el caso Karina del Pozo? Por qué se resisten a adoptar estrategias que contemplen la prevención, la sensibilización y un enfoque crítico del problema? Los hechos sentenciados Más allá de la noticia Ha pasado más de un año desde que tres hombres, conocidos por Karina del Pozo, participaran por activa o por pasiva (encubrimiento) en el asesinato de la joven quiteña. No hubo compasión; fue un acto a sangre fría. No hay misterio respecto a las razones por las que unos cometieron el homicidio y otro lo encubrió (siempre según la sentencia final respecto a la participación de las tres personas halladas culpables). En Quito, entre el 19 y el 20 de febrero de 2013, Karina del Pozo, una mujer de 20 años, era brutalmente asesinada, en un descampado de la capital, por unos conocidos que la llevaban en coche a su casa, tras haber pasado unas horas juntos en una fiesta particular. Una semana después, los periódicos daban así la noticia: El cadáver de la joven modelo fue encontrado el 27 de febrero, en una quebrada de Llano Grande, parroquia rural ubicada al nororiente de la capital, con signos de tortura y agresión sexual. Karina del Pozo vivía en una sociedad patriarcal y machista la ecuatoriana, donde obedecer la voluntad de un hombre ha sido siempre un acto considerado 50

51 natural y común, tanto en el espacio cotidiano privado como en el público. Cuando Karina del Pozo no accede a cumplir las órdenes de David Piña, el autor material del asesinato según la sentencia final, él consideró que tenía la legitimidad, el poder y la justificación de acabar con su vida y así procedió, no como un loco que ha perdido la cordura según la narrativa noticiosa sino como un hombre que se cree con derecho sobre esa mujer. José Sevilla y Gustavo Salazar estaban presentes. Ambos fueron sentenciados como coautores del crimen. Los tres están en la cárcel, con sentencia firme de 25 años cada uno. El caso apareció en todos los medios escritos y audiovisuales del país y en las redes sociales y ello aceleró la convicción de que el nuevo Código Orgánico Integral Penal debía incluir un tipo específico de asesinato: el femicidio. El objeto de la noticia El asesinato de Karina del Pozo es el caso de un femicidio íntimo, es decir, el asesinato previa violación sexual y/o abusos sexuales y/o tortura cometido por el hecho de ser mujer por uno o varios hombres conocidos por la víctima. Leer los testimonios de las personas arrestadas es como sumergirse en los abismos más oscuros del alma humana, decía una columna de opinión de un diario. El femicidio de Karina del Pozo tiene las características propias del femicidio íntimo, por lo tanto, no había razón para que los periódicos tratasen de colocar el crimen en la esfera de lo inexplicable, o producto de una noche de drogas, sexo y alcohol. El uso exagerado de adjetivos como: crueldad inhumana, infame actitud, perverso asesino (para referirse a Gustavo Piña, autor material del asesinato) no se recomiendan, pues no aportan explicaciones sobre las causas y las consecuencias de un crimen de esta naturaleza. Tener el feminicidio/femicidio tipificado no ha garantizado en otros países el fin de la impunidad para los casos de violencia machista; Guatemala y México son ejemplos. Tampoco ha garantizado la reducción del número de casos. Pero en Ecuador el caso de Karina del Pozo probó, por primera vez a escala nacional, que hacer ruido mediático puede ayudar a acelerar los canales de la justicia, cuando se trata de violencia contra mujeres. El contexto era favorable porque coincidía con el último tramo del debate en la Asamblea Nacional sobre la tipificación o no del femicidio en el Código Integral Penal. La presión mediática ayudó a acelerar la captura de los principales sospechosos. Cierto que había evidencias y testigos que contribuían a que el caso fuera resuelto, pero la justicia bien pudo tomarse más tiempo, como se ha podido evidenciar en casos de características similares, ocurridos en el mismo periodo de tiempo. La investigación de pruebas, el juicio, la sentencia, el recurso de nulidad, el fallo final, la revisión de la condena a 25 años, todo sucedió en un año. El hecho de que la familia, las personas amigas y las marchas exigiendo justicia por las calles de Quito se hayan hecho presentes, en vivo y en directo, en las redes sociales y en la prensa, en la radio y la televisión, fue un detonador que ejerció su cuota de presión sobre las autoridades policiales y judiciales competentes. 51

52 Mientras la cobertura estaba en su momento más álgido, en septiembre de 2013, la sociedad ecuatoriana reconocía ante los medios que la violencia machista mata, y que es un grave problema que hay que enfrentar y superar. Un año más tarde, con el caso cerrado y la prensa desinflada, ya no hay ni debate ni consternación nacional ante nuevos casos de femicidio. Pero los canales de denuncia pública están y la gente sabe cómo utilizarlos. Algunos periodistas que cubrieron el juicio reconocieron al Observatorio de Humanas su malestar ante la escasa presunción de inocencia que habían desplegado ciertos colegas y medios de comunicación respecto de los tres sospechosos, calificando como presión excesiva de la sociedad, canalizada a través de los medios sobre la sentencia final. En la opinión de estos periodistas dos hombres y una mujer la atención mediática fue tan excesiva que redundó en detrimento de un juicio justo. En la historia del periodismo y de la justicia abundan estos casos de ósmosis; no siempre saludables para ninguna de las dos partes. Independientemente de este aspecto, el Observatorio concluye que, en líneas generales, el tratamiento informativo que hicieron los diez diarios monitoreados fue respetuoso con la víctima y su familia, a pesar de que algunos diarios cometieron el error de desvelar la identidad de personas arrestadas en los primeros momentos de la investigación, violando el derecho de presunción de inocencia. Monitoreo del observatorio Los derechos de las mujeres en la mira La cobertura del caso en los diarios El Observatorio evaluó la información publicada sobre el caso, en la versión digital de diez diarios escritos del país. No se analizaron las fotografías. Los diarios monitoreados de circulación nacional fueron: Extra, El Universo, Expreso, El Telégrafo, El Comercio, Diario Hoy y La Hora. Los periódicos de circulación regional analizados fueron: El Mercurio, de Cuenca, La Gaceta de Cotopaxi y La Prensa de Chimborazo. Se analizaron los períodos comprendidos entre el 21 de febrero y el 31 de diciembre de 2013; y entre el 1 de enero y el 28 de febrero de La cobertura que hicieron los diez diarios se concentró en varios momentos, siempre de acuerdo al ritmo de la investigación, del proceso judicial o al compás que marcó la familia con sus apariciones públicas. Primeras noticias»» Entre el 20 de febrero y marzo de Los temas se centran en la desaparición y la búsqueda de Karina del Pozo; la aparición del cuerpo, la investigación y los primeros sospechosos detenidos. En los diez periódicos aparece información todos los días y aún varias veces al día, pues se trata de versiones digitales que se actualizan en el transcurso del día. El ruido mediático está en su punto álgido. Es el 52

53 momento de la campaña masiva de búsqueda de Karina del Pozo, a través de las redes sociales, las marchas y los plantones de la familia en las calles de Quito.»» Entre abril y junio de El número de noticias decae; corresponde con el momento de las indagaciones y la instrucción fiscal. El ruido mediático es esporádico.»» Agosto de El hecho noticioso se centra en la liberación sin cargos de dos personas arrestadas, sospechosas de tener algo que ver con el crimen, y en el inicio de la audiencia de juzgamiento para los tres hombres que quedan detenidos acusados de ser los responsables de la muerte de Karina del Pozo. El caso da pie para incluir en la agenda del debate público el término de femicidio:»» El Comercio, 02/08/2013. Noticia bajo el titular: Dos jóvenes del caso Karina están libres : En estos meses, el Ministro del Interior, José Serrano, [...] planteó la posibilidad de tipificar el femicidio dentro del Código Penal que se discute en la Asamblea. Según el funcionario, ese tipo de delitos podrían ser penados con hasta 35 años de cárcel. El ruido mediático se intensifica un momento y después empieza a decaer, sin llegar al silencio completo.»» Entre el 4 y el 15 de septiembre de El número de publicaciones aumenta. Todos los días se registran actualizaciones varias veces al día. Se inicia la audiencia de juzgamiento y la lectura de la sentencia. En el transcurso del día El Comercio, El Telégrafo y Extra actualizaban la noticia, publicando al final del día un recuento de la información. El ruido mediático recobra volumen y alcanza su punto álgido con la lectura de la sentencia final. Los diarios informan desde el momento mismo de la apertura del juicio: La Hora: En el Tribunal Séptimo de Garantías Penales se instaló alrededor de las 09:10 la audiencia de juzgamiento contra los tres implicados en la muerte de la joven Karina del Pozo. Extra: A las 09:10 de ayer, el Tribunal Séptimo de Garantías Penales de Pichincha inició la audiencia de juzgamiento en contra de José Sevilla, David Piña y Gustavo Salazar, sospechosos del asesinato de Karina del Pozo.»» Febrero de Tres diarios publican la ratificación de la sentencia a 25 años para los tres hombres jóvenes hallados culpables. El inicio del juicio y la sentencia final llegaron a ser primera página en casi todas las ediciones digitales de los diarios monitoreados. El tratamiento informativo de las personas implicadas La mayor parte de las informaciones fue publicada en las secciones de seguridad, justicia y/o policial. En los días de la celebración del juicio, las actualizaciones de las versiones digitales de Extra, El Comercio, El Telégrafo y El Universo fueron continuas posiblemente desde la misma sala donde se celebraba el 53

54 juicio, dando cuenta de las declaraciones de testigos, de informaciones aportadas por pruebas presentadas en el juicio y, finalmente, del fallo y las reacciones al mismo. Tratamiento de la víctima En este aspecto hay que diferenciar dos tipos de informaciones: aquéllas que destacan los diarios por considerarlas relevantes para conocer a la víctima o las circunstancias del asesinato, y aquéllas otras que reproducen los diarios pero que son citas textuales de otras fuentes de información. Un ejemplo del primer tipo: Extra, 5 de septiembre de Fiscal acusa a David Piña como autor material del crimen, Rastros de éxtasis en Karina del Pozo!. Abogado de la familia de la víctima reveló que en la autopsia de la joven se hallaron vestigios de la droga en su organismo. Ejemplo del segundo tipo de informaciones son las declaraciones de familiares y representantes de la víctima, quienes destacan que era una buena chica, por lo que hay que defender su honor y establecer la calidad moral de la joven. Según esta narrativa, algunos diarios repitieron frases como el modelaje no era su futuro ni lo ejercía como una profesión. No se había decidido si estudiar pediatría o veterinaria, porque le encantaban los perros. El modelaje era una forma de ganar dinero para sus antojos. Sobre su trabajo como modelo, María Fernanda aclara que era una actividad esporádica que lo hacía para ganar dinero para gastos personales, más que para subsistir. Otras declaraciones de la familia hablan de que Karina del Pozo buscaba trabajo, era una buena chica apegada a su familia, modelaba tan sólo para ganar algún dinero, y un largo etcétera sobre detalles de su personalidad, que los diarios consideraron información relevante para esclarecer las razones del caso. Afirmaciones sobre la calidad moral de la mujer y su reproducción en los diarios conducen a la reproducción del sistema de tutelaje que la sociedad ejerce sobre las mujeres, recordándonos junto a cada referencia de la víctima, que se trataba de una buena chica. De forma inconsciente estas afirmaciones incluidas en el cuerpo de las noticias nos recuerdan, cada vez que se publican, la idea de que era una buena chica, por si acaso alguien tiene las dudas. En los meses de gran cobertura mediática, los diez diarios apenas publican entrevistas especializadas, a mujeres y organizaciones de mujeres y/o de derechos humanos con años de estudio sobre el femicidio en el país y que podían dar pautas útiles sobre este tipo de delito, los patrones que sigue y cómo se desencadena la violencia de género contra las mujeres. A través de las declaraciones de familiares, abogados, amigos de Karina y de las personas detenidas, se ha podido comprobar una vez más la exclusión a la 54

55 que se ve sometida la mujer en esta sociedad y los prejuicios que persisten, según los cuales las mujeres son seres inferiores, de allí la insistencia de los familiares en reafirmar que se trataba de una buena chica y que el modelaje era sólo una actividad pasajera, connotando con ello que ser modelo es sinónimo de chica fácil o aún de prostituta. El caso de Karina del Pozo ha permitido comprobar que la violencia machista es presentada en los medios de comunicación como un asunto desarticulado de la sociedad. La violación en la calle o el asesinato en la casa son hechos que ocurren de forma aislada y, muchas veces, como resultado del comportamiento negativo o transgresor de la mujer. Así, la sociedad y los medios de comunicación, analizan estos actos como hechos condenables, sin vinculación con la desigualdad y la discriminación de género. Un gran sector de la sociedad ecuatoriana se rige aún por un patrón de conducta machista por el cual una chica de 20 años, modelo, que está sola en una fiesta y que bebe y consume drogas lo pone muy fácil, provocando ser objeto de violación. Un ejemplo de esta naturalización del delito son las declaraciones a la prensa de César Ochoa, abogado de la familia del Pozo, quien revictimiza a la amiga de Karina, presente esa noche en la fiesta: Cecilia tuvo una conducta terrible; en su versión narra que sabía [de] la peligrosidad de estos sujetos y no hizo nada. Además, según su criterio, Juan Pablo V. (dueño de casa donde se celebró la fiesta) también debía estar vinculado en el proceso. Es decir, los dos amigos/conocidos de Karina debían haber imaginado que los tres individuos, no desconocidos, iban a violar a Karina en el camino a su casa. El abogado no habla de que fueran delincuentes que podían robarla, sino de tres individuos normales, borrachos, conocidos por la víctima, que se intuía tenían intención de violar a la joven, por ser joven y guapa. Tratamiento de las personas detenidas Destaca la mala práctica de algunos diarios al colocar el nombre completo de las cinco personas sospechosas del crimen, arrestadas tras las primeras investigaciones. Más tarde, dos de ellas fueron absueltas, pero sus nombres completos ya habían sido desvelados. Diario La Hora aporta los nombres completos de las dos personas que más tarde fueron absueltas así como el nombre de la madre de una de estas personas. Por su parte, El Comercio y El Telégrafo proporcionan el primer nombre y la inicial de los apellidos: Geovanny P., Manuel S. y José S. Hay, además, cierta inconsistencia con los nombres de pila de los acusados: Geovanny P., será luego Gustavo Piña; se supone que ambos forman el nombre completo del joven, pero en unas ocasiones se le designa con el primer nombre y en otras con el segundo, sin criterio aparente por parte del diario. El Universo publica el día 26 de mayo los nombres completos de los detenidos. Sin embargo, en junio se limita a publicar las siglas, incluso sin el nombre de pila de los principales sospechosos: Con la presencia del Fiscal General, Galo Chiriboga, el fiscal Vicente Reinoso acusó a G. S. y D. P. como presuntos autores materiales del asesinato de la joven Karina del Pozo, ocurrido el 20 de febrero del 2013 en el sector de Llano Chico, al norte de Quito, y como coautor a J. S. El fiscal se abstuvo de 55

56 acusar a Cecilia R. y Nicolás L. En agosto, el mismo diario los menciona así: David P., José S. y Manuel S. Diario Hoy, el 28 de febrero, da los nombres completos de los cinco detenidos, y más tarde, el 8 de marzo, sólo publica las siglas. En el mes de febrero de 2014, un año después del asesinato de Karina del Pozo, la Sala Penal de la Corte Provincial de Pichincha ratifica la prisión de 25 años para los tres acusados. El Universo, El Comercio y El Telégrafo se hacen eco de la noticia. Ninguno de estos diarios publica el nombre completo de los tres hombres, a pesar de que ya están acusados y con sentencia firme. De estos ejemplos se puede concluir que, o bien las reglas de redacción periodística (manual de estilo) no están claras en algunos diarios, o no hay supervisión final de los textos que se publican por parte del editor/editora. El Telégrafo, en un determinado momento sobre la cobertura del caso, publicaba: El móvil que habría llevado a los jóvenes a cometer el crimen sería la combinación de alcohol y drogas que ingirieron, envolviéndolos en un estado de demencia que terminó con el asesinato de Karina. Con este terrible párrafo, el diario reduce la gravedad del crimen, dejando entrever que podrían existir ciertos atenuantes, incluyendo un estado de demencia o locura pasajera de los detenidos. El periódico se toma estas libertades sin recurrir a especialistas en la figura del femicidio o a otras fuentes especializadas en el estudio de las causas y las consecuencias de la violencia de género contra las mujeres. Al hacer este tratamiento sesgado, el periódico muestra su falta de imparcialidad y profesionalismo y se coloca de lado de aquella parte de la sociedad que encubre al borracho y al loco ante un asesinato de estas características. El lenguaje En general, el lenguaje utilizado en la redacción de las informaciones fue claro y legible, aunque en ocasiones se utilizaron términos legales posiblemente copiados del texto jurídico del caso, incomprensibles para la mayoría de la gente. Un ejemplo de lo dicho: La fiscalía sostiene que el golpe se realizó con una piedra que fue encontrada en la quebrada y que presenta maculaciones de sangre, que luego de los análisis se determinó que era la sangre de Karina. En septiembre, con el juicio en trámite y antes de conocerse la sentencia final, La Hora publica los nombres de los tres detenidos y utiliza un lenguaje que centra la atención en la amistad de los acusados, desviando innecesariamente la atención del hecho central: La muerte de la joven Karina del Pozo dividió las amistades de tres personas implicadas en el crimen que conmocionó al país. Las versiones de Gustavo Manuel Salazar, José Antonio Sevilla y Geovanny David Piña están encaminando a las autoridades a descubrir qué pasó la madrugada del asesinato. Ningún diario explicó el significado de ciertos conceptos como psicopatía violenta contra mujeres : Los resultados de los exámenes psicológicos practicados a los cinco detenidos habrían dado positivo en dos de los chicos, en psico- 56

57 patía violenta contra mujeres, afirmó Edgar Ortiz, abogado. El lenguaje utilizado por Extra en un titular muestra lo lejos que está la prensa escrita de dar un tratamiento profesional a la violencia machista: Solitos van cantando el crimen de Karina del Pozo!. Conclusiones sobre el impacto y la cobertura 1 El caso de Karina del Pozo pudo haber significado un punto de inflexión en el mejoramiento del tratamiento informativo que hacen los medios de comunicación ecuatorianos respecto de la violencia de género contra las mujeres. Este problema afecta a la mitad de la población del país y, por lo tanto, amerita la constante vigilancia de los diarios. Sin embargo, se constatan pocos cambios: la violencia machista continúa, en 2014, relegada al reporte de los casos más extremos (asesinatos, incesto, violación sexual), tratados como hechos aislados. 2 El conocimiento acumulado en los últimos años sobre el impacto que tienen la desigualdad, la discriminación y la violencia de género sobre los derechos humanos de niñas y mujeres, no se vio reflejado en las páginas de los diarios que, en pocas ocasiones, recurrieron a fuentes especializadas o estudios sobre el tema. 3 No hubo cobertura informativa basada en investigaciones independientes, como a veces sucede a propósito de temas de gran impacto y profunda repercusión social, como la corrupción, la contaminación petrolera, etc. En estos casos, los reportajes pueden llegar a combinar varias fuentes, como por ejemplo el vox populi, gráficos animados, entrevistas en profundidad, etc. En el caso de Karina del Pozo hay cero reportajes multimedia. 4 En el periodo comprendido entre el hallazgo del cuerpo de Karina del Pozo y la sentencia final, en septiembre de 2013, las declaraciones públicas de la familia de la joven asesinada fueron frecuentes, logrando mantener en los medios y las redes sociales la campaña por justicia para Karina del Pozo y por la tipificación del femicidio. 5 El juicio contra tres personas acusadas del asesinato de Karina del Pozo, que inició y finalizó en el transcurso de septiembre, acaparó las páginas incluso de los tres diarios regionales: El Mercurio de Cuenca, La Prensa de Chimborazo y La Gaceta de Cotopaxi. También El Expreso publicó informaciones relacionadas con este caso, pese a que, según los datos recogidos por el Observatorio en 2013, es el diario nacional que menor número de informaciones publica en relación a la violencia machista. 6 Una vez que se reafirma la sentencia de 25 años para los tres acusados, en febrero 2014, ningún diario publica sus nombres completos. La práctica periodística anima a hacerlo en el caso de sentencias firmes y de casos de gran impacto social. 7 La presión mediática sirvió para sensibilizar al país sobre el hecho de que la violencia de género contra las mujeres no es un asunto privado, de puertas adentro, ni un hecho que padecen sobre todo las mujeres de zonas rurales, de menores recursos económicos y nivel de escolaridad. 57

58 8 Los diarios mantuvieron una visión reduccionista del caso: preferencia por formatos breves, enfoque centrado en el aspecto judicial, escasa relación con los derechos humanos de las mujeres, pocas entrevistas con fuentes expertas, y limitada mención a la normativa nacional e internacional (CEDAW o Belem do Pará). 9 El impacto social más fuerte se produjo en Quito, ciudad natal de la víctima y sede de la Asamblea Nacional, en cuyo seno estaba en debate el Código Orgánico Integral Penal. 10 Sin la firme estrategia mediática desplegada por la familia de Karina del Pozo, los medios no habrían mantenido la noticia en primera plana y por tanto tiempo. Esta estrategia tuvo como objetivo evitar el silencio de los medios. Sus pilares fueron:»» Alerta inmediata y masiva a través de redes sociales como Twitter y Facebook antes de las 24 horas de desaparición de Karina del Pozo.»» Elección de un portavoz de la familia para enfrentar los medios de comunicación.»» Apariciones y declaraciones públicas de familiares y abogado en los medios.»» Manifestaciones y plantones en las calles. Recomendaciones a los diarios 1 Dar seguimiento a la iniciativa Alerta Karina, sistema de alerta para crímenes de género promovido por la Municipalidad de Quito, con el apoyo de la familia de Karina del Pozo, a fin de conocer si la iniciativa continúa, cómo funciona y qué resultados ha obtenido. 2 Mantener en las redacciones al menos un o una periodista especializada en violencia de género contra las mujeres. 3 Aprobación de un protocolo o decálogo redactado con las aportaciones de personas expertas en derechos humanos y género. El objetivo es que los principales diarios del país pongan en práctica un manual básico sobre el tratamiento informativo de la violencia machista, cuya base sea el rigor periodístico, la no revictimización y la defensa de los derechos humanos de las mujeres. 58

59 Quieres ver cómo se mata a una putita? : Masculinidad y medios de comunicación La sentencia masculina 59 Edgar Vega Suriaga 35 Qué encierra la frase/sentencia quieres ver cómo se mata a una putita? 36 proferida por D. Piña cuando se disponía a terminar con la vida de Karina del Pozo? De las múltiples connotaciones que se pueden encontrar a esta funesta frase, quiero ensayar una línea de interpretación articulada a la configuración normativa de la masculinidad, para luego vincular a ésta con la naturalización de la violencia machista expresada en el manejo inapropiado de la violencia de género en los medios de comunicación, y finalizar luego con las implicaciones que reportan para la humanidad de los varones y de las masculinidades la no criticidad y pervivencia de la violencia sexual como uno de los principios rectores de la sexualidad masculina. Empecemos pues deconstruyendo la frase quieres ver cómo se mata a una putita?. En primer lugar, la expresión quieres ver? nos remite al carácter visual y agórico de la virilidad. Por agórico, forzando el español, me refiero a la dimensión teatral de la virilidad, la misma que debe ser probada utilizando todos los recursos disponibles, puesto que ella misma encierra los límites y carencias del proyecto masculinista. Efectivamente, la masculinidad es un sistema de organización de la sexualidad y el género que, además de requerir del control y subordinación de lo femenino, necesita de la confirmación pública, de la validación entre pares, y si todo esto es visual mucho mejor. Desde los deportes de competencia, hasta la sujeción total de las mujeres, la virilidad requiere mostrarse, tanto como debe la masculinidad normativa hacer público el control de lo femenino. Y D. Piña, ocupando su lugar teatral en el ágora, despliega su potencia/carencia viril disponiendo de la vida insignificante de una mujer: el ritual de la virilidad se ha cumplido, el orden masculino alterado por una mujer que desafía las exigencias sexuales de la masculinidad ha vuelto a su lugar; y ha vuelto a su lugar frente a testigos masculinos que así se confirman como tales. En segundo lugar, la expresión cómo se mata, alineada con la prueba viril, revela la experticia requerida para ejercer la condición más lamentable de la masculinidad, cual es el uso y disposición de los cuerpos y vidas de las mujeres, de lo femenino y de los cuerpos feminizados. Ser masculino, en términos normativos, implica una serie de exigencias y protocolos de cumplimiento 35 Comunicador Social por la Universidad Central del Ecuador; Máster en Periodismo y Doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, por la Universidad Autónoma de Barcelona. Docente del Área de Comunicación de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador. 36 Expresiones recogidas en el Juicio Ver Ver además

60 obligatorio. Y en el extremo de esa cadena de requerimientos, lo que se exige de la masculinidad normativa es eficacia en el control total de aquello que la puede poner en riesgo. Ser mandarina 37 no solo supone dejar entrever una flexibilización o alteración de los roles de dominación entre hombres y mujeres; implica la incapacidad de mostración pública del ejercicio de la masculinidad, y esa incapacidad se condena con la sanción simbólica que puede ir desde una asociación con lo débil y lo frágil hasta con el mote de maricón, contra el cual todas las reglas del orden sexual se ponen en juego. Finalmente, la expresión a una putita, revela toda la descalificación a la mujer que es capaz de decidir y administrar su propia sexualidad. En el relato periodístico, 38 Karina del Pozo habría tenido relaciones sexuales con el dueño del departamento la noche de la fiesta que precedió al femicidio. En cierta jerga masculina y serrana, la palabra chullona describe a la mujer fácil y disponible, que escoge a sus parejas sexuales. Esta expresión de sanción moral no está muy lejana a la de ninfómana, con la cual el saber mítico/patriarcal juzgaba la autonomía sexual, escondido detrás del cientificismo psicológico (Laqueur, 1994). Y es que Karina del Pozo desafía la regla masculina, por la cual la chullona está a disposición de todos los masculinos. El relato periodístico nos dice que Karina, dentro del auto, se resistió a los manoseos de sus futuros asesinos, y ese rechazo le valió los improperios y descalificaciones que, como toda violencia psicológica, escala hasta llegar al punto de la extinción de la vida. El placer en el control y en la disposición de la vida Por todo lo dicho hasta ahora, el femicidio de Karina del Pozo, como el de todas las mujeres, y el de todos los cuerpos femeninos y feminizados, es un ágora en el que, a la voz de quieres ver cómo se mata a una putita?, la masculinidad se erige como rectora de la vida, y en donde la existencia de los cuerpos de las mujeres, los cuerpos femeninos, e incluso los de las masculinidades disidentes como los trans e intersex, entran en una precariedad total. En ese sentido, quieres ver cómo se mata a una putita? revela dos de los rasgos más perturbadores y entrelazados de la masculinidad normativa. El primero tiene que ver con el surgimiento mismo de la masculinidad como proyecto angustioso, no acabado, que requiere de una serie de constantes artilugios para validarse. Horowitz (1989), siguiendo a la interpretación freudiana de la sexualidad, ha planteado que tanto la masculinidad como la feminidad contienen un principio de represión básica por el cual el cuerpo y su polisexualidad se encuentran sublimados/reprimidos en la heterosexuación y en las políticas binarias del deseo. Sobre esta represión básica el mismo autor, en diálogo con Marcuse (1969), señala que opera la represión excedente, que es la que 37 Expresión usada para denigrar simbólicamente a un tipo de masculinidad que se ocupa del cuidado y bajo el supuesto control de las mujeres y lo femenino. David Gilmore, en Cuenca mediterránea: la excelencia en la actuación (1997) recrea las sanciones simbólicas con las que la cultura machista llama al orden a quienes se feminizan en el cuidado de la vida cotidiana. 38 Ver 60

61 propiamente permite emerger a la masculinidad como negación de lo nutricio/ materno y como opuesto a lo femenino y al deseo homosexual. Pero los sentimientos que se reprimen perduran (Horowitz y Kaufman, 1989: 75), y el sujeto masculino, que tanto reprime a la feminidad por saberla tan próxima a su cuerpo, no puede soportar convivir con un riesgo tan cercano de destitución de su esencia masculina (Zizek, 2001), esencia que finalmente es una condición privilegiada de poder. Pero este riesgo es constitutivo a la masculinidad normativa puesto que ésta no puede existir como tal por fuera de la relación especular y asimétrica de poder frente a lo femenino. Las resoluciones a este riesgo y el carácter perentorio de las mismas también son constitutivos de la masculinidad. Y la principal resolución opera en la prueba viril y en la consecuente violencia machista. De hecho, según Michael Kaufman (1989: 20-21), la violencia de género se explica en la represión excedente y en los subsiguientes dispositivos biopolíticos que promueven y ratifican la agresión excedente. La agresión excedente se encontraría transmutada en deseo y erotización y se encapsularían en la prueba viril como expresión de cómo la violencia machista totaliza la experiencia humana, es decir, en el ser y el conocer. Precisamente esto último es el segundo rasgo constitutivo de la masculinidad normativa que destaco: históricamente, al menos en lo que a Occidente se refiere, la sexualidad masculina ha estado asociada a poseer y destruir (Michel, 2000). Y esta asociación es la expresión de la tensión más importante en la masculinidad: la relación entre placer y poder. Gozar, disfrutar, disponer del cuerpo de otra persona, es lo que más ata a la masculinidad con relaciones de poder que se naturalizan placenteramente en los cuerpos, tanto de hombres como de mujeres. La sola escalofriante frase del femicida de Karina del Pozo Quieres ver cómo se mata a una putita? revela el carácter extremo de la relación entre placer y poder. Y es que la prerrogativa patriarcal por la cual el masculino dispone de la vida de las mujeres, de lo femenino y de los infantes, implica que la sexualidad masculina, concentrada en lo visual, en lo genital, y en lo fetichista, siempre ha estado asociada a la posesión y a la destrucción. El carácter erótico de la dominación, muy recreado en la pornografía, alcanza su punto más alto en el asesinato. Poseer y destruir, como una fatalidad y premisa de la subordinación, organiza la erótica heterosexuada y legitima en el placer el carácter de dominación de la masculinidad. El femicidio como un ágora Ahora bien, retomando la figura del ágora, el femicidio de Karina del Pozo recrea, de manera trágicamente teatral, la condición hegemónica masculina asociada a la prueba viril como garantía absoluta de la masculinidad. En dicha ágora los protagonistas no son hombres extraordinarios, con alguna condición sicológica que los hace proclives al asesinato. Este punto es importante destacarlo, puesto que uno de los atenuantes muy recurridos para eludir la responsabilidad en el delito suele ser una perturbación sicológica, resultado de una depresión o una condición familiar lamentable. 39 Pues no; los femicidas 39 El relato periodístico construye de esta manera el perfil de los femicidas: quiénes son 61

62 fueron tres hombres jóvenes comunes y corrientes, que repotenciaban su masculinidad el proyecto masculino siempre está en déficit en la ocupación total del cuerpo de Karina del Pozo. Y lo hicieron frente a sí mismos, como pares, para corroborar el terror placentero de portar y ejercer la versión más absoluta y disoluta de la masculinidad normativa. Y entre los actuantes, destaco el rol del cómplice, del observador, del fetichista, que contempla erótica y homoróticamente al fin y al cabo, el cultivo de la masculinidad tiene una fuerte carga homo el despliegue viril. Este expectante, que como tal pretendió ser exculpado, ocupa el lugar de complicidad en el que este tipo de masculinidad se mueve y se legitima. Dicha complicidad se compacta, con la violencia del asesinato, en varios niveles: en el primero, el expectante azuza el ambiente de dominación, incluso con su posible mutismo previo al asesinato, pero el ambiente se carga de aprobación compartida. Esto, porque la virilidad nunca se resuelve en la soledad, aun en los casos muy individuales o de contemplación pública de los signos de la virilidad como en el culto a la musculatura hiperbólica la mirada atenta de la cultura y la de los grupos sociales inmediatos conducen la organización de la masculinidad hacia la consecución de la virilidad. En un segundo nivel, y reiterando en lo enunciado líneas arriba, la complicidad en el altísimo acto erótico que sella el poseer al destruir, es una complicidad contemplativa y homoerótica. Las alegorías a la mostración fálica implican desde la ansiedad por la observación del pene, hasta la constatación de la capacidad del control del cuerpo femenino. Y este es un escenario teatral en el que las miradas entre los protagonistas se entrecruzan en la búsqueda de la prueba viril. El tercer nivel de la complicidad tiene que ver con el silencio. El tejido social masculino está urdido de una suerte de alianzas secretas, asociaciones inauditas y secretos inexpugnables. Tanto si hablamos de la casual asociación entre hombres jóvenes que comparten un evento social, hasta las cualificadas e históricas asociaciones masculinas como los ejércitos, las logias, los clubes o los seminarios. Efectivamente, este tipo de asociatividad, activada histórica e institucionalmente para proteger y detentar cierto tipo de propiedad, conocimiento y poder, no es lejana de la que se produce cuando dos o más hombres se encuentran para mostrar y demostrar su virilidad. Es decir, en ambos tipos de tejido social, el control y distancia a lo femenino organizan y legitiman todos los silencios que pudiesen encubrir la ocupación y dominación de lo femenino. Este silencio es tan fuerte en la construcción discursiva, que carga de doble sentido muchas de las expresiones de la sexualidad con las cuales las estos jóvenes? Tienen entre 19 y 25 años y viven el momento; intercambian sexo casual sin complicaciones ni compromisos; tampoco sus relaciones de amistad, a juzgar por lo que dicen unos de otros, son demasiado firmes; consumen alcohol y drogas; incursionan en uno u otro trabajo, no dan muestras de sentir pasión por lo que hacen; los estudios no parecen ocupar un espacio demasiado importante en sus vidas; alguno entrena artes marciales pero no se lo toma con calma, como prescribe la filosofía oriental: todo lo contrario; son violentos, explotan fácilmente; llegado el caso, uno o varios de ellos pueden transformarse en asesinos. [ ] Leer sus testimonios es sumergirse en los abismos más oscuros del alma humana. En Es importante además revisar cómo el calificativo de perverso, por ejemplo, por más buena voluntad que hubiese en la llamada de atención sobre el femicidio, configura una tipología masculina muy cercana a la desadaptación, a la maldad y a la ofuscación moral. En ese sentido, revisar el relato periodístico disponible en

63 sociedades revelan cuán reprimidas están en ese plano, y cuán subordinado sigue estando el rol de lo femenino. En este contexto, el silencio del expectante es un silencio cómplice, no solamente aterrado puesto que él acompaña todo el proceso de vejación de Karina; por lo tanto, no hay atenuante en un posible shock producido por el asesinato; y no hay atenuante debido a que este tipo de masculinidad hegemónica se solaza en la fijación compartida por la destrucción. El ágora pública: los medios de comunicación El caso de Karina del Pozo fue un ágora en el que el personaje principal que debatía su perpetuidad absoluta era la virilidad. Y fue un ágora pública en el momento en que, por efectos de la perseverancia de la familia, el caso rebasó los límites de la discreción de la investigación policial, la misma que reaccionó favorablemente ante la presión de los familiares, y ante la acción de los colectivos de mujeres y activistas feministas, para quienes el caso de Karina como el de tantas mujeres víctimas es una desgraciada oportunidad para denunciar al régimen patriarcal y machista, bajo cuyo gobierno se despoja de vida a los cuerpos de las mujeres, y a los cuerpos femeninos y feminizados. Además fue un ágora pública que permitió registrar las estrategias discursivas que los medios de comunicación adoptan para abordar este tema, tal como lo ha registrado con pertinencia el observatorio Los derechos de las mujeres en la mira, de la Corporación Humanas Ecuador. Pero no sólo en los medios tradicionales de comunicación encontramos estos registros. Semanas previas al femicidio de Karina del Pozo, el Gobierno difundió un spot televisivo que, reapropiándose de la frase fuerza de la campaña contra el machismo del 2010, Reacciona Ecuador, el machismo es violencia, 40 la reutilizaba para combatir la drogadicción y el alcoholismo. En este spot, los rasgos de una mujer joven que bebía alcohol en exceso, que vestía una minifalda y una blusa escotada, eran presentados como expresiones de una conducta personal desenfrenada propicia para el abuso, que en este caso iba a provenir de un par de hombres jóvenes que, con una expresión de lasciva en sus rostros, la invitan a que ingrese en su auto. Algunos meses después, en septiembre del 2013, el exitoso programa ecuatoriano Enchufe TV, difundido por el canal de video YouTube, promocionó el sketch Viendo como chica en fiesta de salchichas. 41 En esta pieza audiovisual, de 5 44 de duración, una mujer joven llega a una fiesta en la que sólo se encuentran hombres jóvenes; al llegar, las consideraciones y adulaciones de los varones para con la mujer gradualmente devienen en un ambiente asfixiante que a ella le llevan a refugiarse en el baño del departamento. Allí descubre a su amiga, que la había invitado a esa fiesta, sumida en el terror y el miedo que le producía ese grupo de hombres cuyas intenciones de encantarle y agradarle pasaron a asustarle. Ambas, en acto de valentía, logran huir del departamento, y en carrera al ascensor muestran sus rostros 40 Ver en Comisión de Transición hacia el Consejo de las Mujeres y la Igualdad de Género, Ver en 63

64 aterrados, mientras ellos las persiguen al tiempo que se van desvistiendo. Al llegar al ascensor, una de las mujeres constata que se olvidó su cartera: el desenlace es una disyuntiva para el espectador entre suponer que las mujeres dejarán olvidada su cartera y se librarán del acoso o, si víctimas de su vanidad y descuido, regresarán a por la cartera, símbolo de su feminidad y, en este caso, de torpeza. Este sketch recibió críticas muy puntuales en la página de YouTube, pero fueron más las expresiones verbales violentas que descalificaban la alerta hecha sobre la victimización a las mujeres y su cosificación. Todo esto a pocos meses de haber sucedido el femicidio de Karina del Pozo. Este sketch hasta la fecha ha recibido visitas y no parecería que vaya a ser retirado, mientras el spot de la campaña de Estado finalmente fue sacado del aire, aunque en carta enviada por el entonces Secretario Nacional de Comunicación, Fernando Alvarado Espinel, 42 se mostraba una sensibilidad ante la demanda de activistas por los derechos de las mujeres, llamándolas la atención por no protestar ante otros productos comunicacionales como las telenovelas que también incurren en estereotipos sobre las mujeres. Más allá de la polémica que puede haber despertado la reacción del funcionario de Estado, hay que destacar la fuerza de la opinión pública, básicamente mujeres y activistas feministas que a través de las redes sociales se activaron para exigir, en el contexto del femicidio de Karina del Pozo, respeto a la dignidad de las mujeres, y atención de los poderes públicos y de la sociedad en general, hacia los casos de violencia de género y de asesinato de mujeres por el hecho de ser mujeres. En este contexto la sociedad civil logra que el Estado incorpore en el Código Integral Penal en ese momento en debate la figura del femicidio en estos términos: La persona que, como resultado de relaciones de poder manifestadas en cualquier tipo de violencia, dé muerte a una mujer por el hecho de serlo o por su condición de género, será sancionada con pena privativa de libertad de 22 a 26 años. 43 Masculinidad, medios de comunicación y naturalización de la violencia Hacia inicios del año 2000, Pierre Bourdieu (2000) destacaba un hecho cultural atávico para la masculinidad: ésta, al igual que la dominación que le es consustancial, se encuentra tan naturalizada que en las relaciones más cotidianas nos resulta inaudito o casi imposible considerar que sea un dispositivo cultural/ ideológico/político que hunde sus raíces en la heterosexuación de los cuerpos y, más allá, en la distribución asimétrica de las relaciones de poder. Y es que esta naturalización se recrea constantemente, y las instituciones que crean las sociedades se ocupan con denuedo de cuidar que los cuerpos transiten y existan sólo dentro de los márgenes de esas políticas heterosexuadas. En términos contemporáneos, una de las instituciones que se ha ocupado de fijar el sentido heteronormado en los procesos de información y comunicación masivos, la conforman precisamente los medios de comunicación. Estos, en su 42 Ver 43 Ver Código Orgánico Integral Penal (COIP), Art

65 gran mayoría y de manera canónica, recrean en prensa, radio, televisión y medios digitales estereotipos de un tipo de masculinidad hegemónica a partir de la cual se organiza el entramado social, cultural e ideológico. Telenovelas, filmes de acción, publicidades o revistas semanales, por ejemplo, insisten en la difusión de un tipo de masculinidad que, aunque matizada en sus roles tradicionales de procreadora, proveedora y protectora (Gilmore, 1997), se recrea en la mostración viril como eje de organización simbólica. La publicidad sobre todo ha sido extremadamente hábil para metamorfosear la centralidad fálica en los objetos más disímiles como cosméticos, desodorantes, brochas de pintura o tuberías, por ejemplo (González Requena, 1999). Y aunque la centralidad fálica esté difuminada, con frecuencia la narración mediática tiende a reforzar el vínculo entre imagen masculina, control y poder. Hasta antihéroes como Homero Simpson, que con frecuencia aparece como un hombre emasculado por motivos físicos, intelectuales o psicológicos, organizan y completan el espacio visual y narrativo a partir de su sola presencia y enfatizando con frecuencia la negación de toda posibilidad de contaminación con lo femenino. Esa negación de lo femenino es consustancial al principio activo/pasivo, por el cual lo masculino/activo tiene todas las prerrogativas, mientras que lo femenino/pasivo es una fatalidad destinada al servicio. En esas condiciones estructurales de la masculinidad, ser masculino es de suyo una prerrogativa que habilita al sujeto que la porta a decidir sobre el destino y la vida de lo femenino y de los infantes. Ya John Berger (2000) indagó cómo las representaciones de la masculinidad y la feminidad en la tradición artística occidental se extendían a los medios de comunicación contemporáneos, al posicionar a la feminidad como el cuerpo y lugar obligado a la belleza, al servicio y a ser ocupada, mientras que para la masculinidad, belleza y servicio son opciones en tanto que la ocupación es un destino ineludible. Para Berger, el principio fálico de la representación visual en los medios de comunicación reside en que lo masculino ocupa todo el espacio de la representación, mientras que lo femenino requiere ser completado, ocupado, sitiado por la mirada masculinizante. En ese sentido, Carlos Lomas y Miguel Arconada (2003) realizan una investigación detallada y potente de cómo se construyen y reproducen los modelos masculinos hegemónicos en los medios de comunicación. Parten del principio de que el lenguaje juega un papel importante en la regulación de las conductas humanas, y que los textos culturales y las políticas de representación en los medios utilizan el lenguaje para ratificar los lugares de supremacía de lo masculino y de subordinación de lo femenino. De esta manera, los autores señalan que en la publicidad lo que menos importa es el objeto publicitario cuanto las circunstancias, evocaciones y pulsiones que se vinculan al objeto. Así, el valor de uso práctico no es tan importante como el valor de cambio simbólico. En esa lógica, la jerarquía y asimetría de los géneros se naturaliza, del mismo modo como se encuentra naturalizada y narrativizada la dominación masculina en los supuestos ideológicos del progreso de la civilización, como dominación sobre la naturaleza que histórica y culturalmente se ha construido como lo 65

66 femenino y lo pasivo ; por tanto, como preeminencia y destino de lo activo sobre lo pasivo, de lo masculino sobre lo femenino (Bourdieu, 2010). Y es que los medios de comunicación, al insistir en el sexismo, naturalizan el fetichismo y la cosificación de todos los cuerpos, pero sobre todo los de las mujeres: la parte representa el todo que debe ser troceado y devorado. De hecho, la primacía de lo genital en esas representaciones de la sexualidad devalúa la totalidad del cuerpo. Esto deviene en que lo femenino se consolida como una dupla innegociable entre lo reproductor y lo placentero madre/puta. Esta fijación se abstrae y se mistifica (Lomas y Arconada, 2003). Es así cómo de esta dupla se generan dos mecanismos presentes en la gestación de la pornografía, que es un dispositivo de control contenido en la enunciación de la palabra puta, por parte del femicida. De hecho, cuando el femicida anuncia quieren ver cómo se mata a una putita?, su gesto viril se encuentra dentro de los límites del discurso pornográfico. En dicho discurso, dos mecanismos recrean la lógica masculina normativa de apropiación de los cuerpos de las mujeres. El primer mecanismo tiene que ver con la fijación; ésta atiende a la preocupación y concentración en ciertas partes del cuerpo. Preocupación y concentración que tienen que ver con la fascinación hacia el cuerpo femenino en tanto anhelo y melancolía ocultos del objeto de amor, de placer y nutricio; y con la ansiedad de castración que exige la reafirmación de la dupla activo/pasivo (Mulvey, 2001). El segundo mecanismo tiene que ver con el fetiche, en tanto forma privilegiada de la fijación, que afecta más a los hombres; evoca el terror a la castración; fantasea, en suposición, con la represión de la pasividad y la consolidación de la actividad y de lo activo (Mulvey, 2001). Estos dos mecanismos devienen en la cosificación del cuerpo de las mujeres que, en los medios de comunicación, se expresa como el amor de los hombres a la mujer cosificada; la fascinación por lo reprimido la pasividad ; la intrusión de la estimulación erótica en la cotidianidad, y la degradación de la mujer y la reducción de su totalidad a las partes erótico/genitales (Mulvey, 2001). En ese sentido, quieren ver cómo se mata a una putita? reclama el lugar predominante y violento de lo visual en el discurso fetichista y pornográfico de la masculinidad. Dicha frase es una expresión extrema del vínculo entre la cosificación de la mujer y el discurso pornográfico: fijación del objeto de deseo sexual como objeto de temor y de deseo; ansiedad por la castración y fascinación ansiosa por la sexualidad coital; fascinación por el tabú por lo reprimido y por la represión excedente; resolución ilusoria de la inseguridad masculina, y latencia de la agresividad excedente muerte y desmembramiento en tanto, calma la ansiedad y aumenta la autoestima (Horowitz y Kaufman, 1989). Por lo tanto, en esta línea son pertinentes las afirmaciones de Horowitz y Kaufman, cuando señalan que la sociedad es fetichista, de represión excedente, de comercialización, patriarcal, capitalista y de excedente represivo: Ésta es la fuente primordial de degradación sexual de la mujer y de la represión excedente de toda la humanidad (Horowitz y Kaufman, 1989: 98). Y es aún más pertinente esta afirmación cuando recordamos que, vía los medios de comunicación, no sólo aprendemos a ser masculinos, sino que nos formamos como parte de la 66

67 misma masculinidad, que luego nos ata y nos obliga. Lo que apunta Bourdieu, en la misma frecuencia que los teóricos de las masculinidades desde los años 90 (Carabí y Armengol, 2008), es que no historizar la masculinidad implica, por un lado, seguir desproveyendo al conocimiento científico y al análisis social y cultural de elementos de criticidad relevantes; y por otro, dicha negación naturaliza las relaciones de poder entre géneros perpetuando la subordinación de las mujeres y de lo femenino (Bourdieu, 2010). Por el contrario, historizar la masculinidad supone reconocer que la misma presión normativa fragmenta a la masculinidad hegemónica generando distintas masculinidades, o que por razones antropológicas o como consecuencia del impacto de las luchas de las mujeres existen formas variadas de ser masculino (Gutmann, 1998); pero que aun en las masculinidades más emasculadas, los privilegios subsisten, y la mirada histórica y crítica debería permitir reconocer que tales privilegios no están por fuera de relaciones de poder entre los géneros que se han construido histórica y culturalmente. Enfrentar estas condiciones atávicas de la masculinidad exige el desarrollo de códigos de ética, y de pactos éticos en el manejo de la información por parte de informadores, periodistas, comunicadores y medios de comunicación. Sobre la falta de esos códigos y pactos éticos, el observatorio Los derechos de las mujeres en la mira da buena cuenta. Su trabajo en periódicos de alcance nacional revela que la falta de información documentada, el recurso a adjetivaciones fáciles y clichés, o aun el manejo sensacionalista sobre la violencia de género, son condiciones estructurales también de una sociedad que ha naturalizado la violencia machista como forma ideológica de relación entre los géneros. Los datos que arroja el observatorio bien podrían servir para emprender estudios de la representación de la masculinidad en los medios. Y quizá la hipótesis casi tautológica que utilizaríamos sería la de entender que el problema más importante con la violencia de género es su legitimación, y que los medios de comunicación no sólo juegan un papel importante en la difusión y ratificación de estereotipos sexistas y machistas, sino que, concomitante a lo anterior, los legitiman naturalizando así una cultura machista, basada en la subordinación de la mujer, los cuerpos femeninos y los cuerpos feminizados. De crimen pasional a violencia de género: la impunidad masculina en los medios de comunicación A propósito del femicidio de Karina del Pozo, los medios volvieron a recurrir, directa o indirectamente, a la figura del crimen pasional. Esta construcción discursiva subyacía en los relatos de los medios de comunicación para describir un escenario de ensañamiento, en el que confluyen la convivencia íntima, la sexualidad y la desproporción de las reacciones personales y subjetivas. Las figuras conviviente, joven modelo, celoso/a, o estados alterados, han sido muy utilizadas por los medios de comunicación para recrear ambientes en los cuales suceden los abismos más oscuros del alma. 44 Incluso en los actuales 44 Ver 67

68 relatos periodísticos, el calificativo de presunto una vez juzgado y sentenciado un culpable revela un encubrimiento sostenido no sólo del mismo hecho violento, sino de las condiciones de subordinación de la víctima y de las prerrogativas más perniciosas del agresor. Justamente, es sobre esto último que se construye el relato periodístico más canónico. La expresión crimen pasional esconde la legitimidad violenta en la que se mueve este tipo de masculinidad. Es más, crimen pasional parecería legitimar la reacción del varón ante el deshonor, el abandono o la traición proferida por la protagonista femenina, o por el cuerpo feminizado. En ese sentido, crimen pasional es una expresión de la impunidad consustancial a la masculinidad. La impunidad es un largo y ancho velo que no tanto opera como veladura entre el sujeto masculino y su entorno, sino como un filtro que permite medir cuándo se es responsable sin afectar el núcleo activo/pasivo de la masculinidad. Impunidad por la cual la masculinidad se autoriza a despreocuparse tanto por la responsabilidad con la vida más cotidiana como con los efectos del ejercicio violento de la misma masculinidad. Los atenuantes que los abogados de los femicidas proponen en el caso de Karina del Pozo, no están tan alejados de esa política del irrespeto y descuido de la vida cotidiana, o del consentimiento de las pequeñas y grandes irresponsabilidades e inhabilitaciones de los sujetos masculinos, por el sólo hecho de serlo. Es en ese contexto de impunidad que se explica la expresión crimen pasional : no es mi culpa, no quise hacerlo, estaba fuera de mí, ella me condujo a hacerlo, son recursos discursivos/ideológicos/políticos que, con todas las distancias y variaciones, se aproximan a la irresponsabilidad con el cuidado y legitiman a un masculino que, para las tareas más pequeñas y domésticas, es un inepto, pero que para los actos del despliegue viril está altamente cualificado. Así se naturaliza la dominación masculina. De ahí que el paso de la figura de crimen pasional a la de violencia de género y/o femicidio, permita desarrollar elementos críticos que asignen a los hombres y a sus masculinidades las responsabilidades debidas en la subordinación de lo femenino, y permitan ubicar límites a la masculinidad. De lo contrario, los hombres y sus masculinidades hacen uso de uno de sus prerrogativas más punzantemente generalizadas: no darse cuenta, no tomar conciencia, no reconocer responsabilidades con lo cotidiano. Y es que el uso de la frase crimen pasional justamente invisibiliza el grado de responsabilidad de la masculinidad, mientras que las expresiones violencia de género o femicidio podrían convocar a una mirada más atenta sobre la participación protagónica de la masculinidad en la cultura de la violación. 45 Posibilidades de crítica a la masculinidad normativa Karina del Pozo muere por negarse a brindar placer, es decir, por negarse a ser una mujer disponible. Ella es ejecutada por hombres que asumen que la vida 45 Esta es una expresión que el colectivo feminista Marcha de las Putas Ecuador puso a circular a propósito de la táctica campaña concertada para denunciar la violencia de género a propósito del femicidio de Karina del Pozo. 68

69 de esos cuerpos y que el destino de esas vidas reposan en la voluntad masculina. La ejecución de ese destino perenniza la prueba viril. Para Kaufman (1989), este tipo de violencia se despliega inevitablemente en una tríada: contra las mujeres, contra otros hombres y contra uno mismo. En el primer momento, la violencia contra las mujeres expresa la fragilidad, la impotencia, y la inseguridad masculinas frente a la mujer. Para la masculinidad normativa, la mujer es la zona obscura, lo indecible, lo imposible de asir, el ser misterioso que tanto seduce como amenaza. La violencia contra otros hombres puede expresarse, por ejemplo, en la mostración viril que desplegaron los femicidas. La competencia, la agresión, la violencia, circulan entre los femicidas como un pacto homosocial (Kosofsky, 1998) que excluye a lo femenino y que lo condena a la sujeción total. En ese sentido, la violencia contra las mujeres demanda la complicidad y la correspondencia hacia la prueba viril. Complicidad y correspondencia que exigen que los hombres se deshumanicen al compensar el horror de la violencia en el placer del poder. La violencia contra sí mismos, como en el caso de los femicidas, expresa que estos hombres despliegan un ego masculino como único marco de referencia vital; que han eliminado el diálogo, la paciencia y el respeto como canales de entendimiento de su violencia; que han entronizado al pene como eje de poder físico y simbólico; y que han aprendido a controlar o reprimir todo lo asociado a lo pasivo y a lo femenino (Kaufman, 1989; Kimmel, 1997, 2001). Sólo la conciencia de lo empobrecedor de esta forma de ser masculino puede generar dinámicas críticas hacia las mismas masculinidades. De hecho, no todas las masculinidades son iguales (Gutmann, 1998); desgraciadamente, la masculinidad normativa en sí misma es un principio de organización de la sexualidad y el género, que operativiza la heterosexualidad en términos de una mayor o total subordinación de los cuerpos femeninos y feminizados. Esto es así aún en el caso de la multiplicidad de masculinidades. Las así llamadas nuevas masculinidades, o masculinidades disidentes, son proyectos políticos y de vida que para cualificar su novedad deben considerar su compromiso con el desmontaje o cuestionamiento del principio activo/pasivo y, por tanto, de la subordinación de lo femenino y de la eternización de los privilegios de lo masculino. En ese sentido, este nuevo tipo de masculinidades sólo será posible en la medida que se comprometa con el desmontaje de la cultura de la violación, y de todas y cada una de las formas de violencia de género. De lo contrario, asistimos a un reposicionamiento de la masculinidad hegemónica, a una sutura en falso de aquellos quiebres de la masculinidad, ocasionados justamente por el avance de las luchas de las mujeres y por la conciencia de las limitaciones permanentes de la masculinidad para lograr una vida realmente digna para todos los seres humanos. 69

70 Conclusión El manejo informativo avanza muy lentamente hacia un cambio en el tratamiento de los asuntos que comprometen la vida y las decisiones de las mujeres, y de los cuerpos femeninos y feminizados. El observatorio Los derechos de las mujeres en la mira da cuenta de la lentitud y casi parálisis en ese avance. De todas formas, la muerte de Karina del Pozo, a partir del concierto informativo, provocó el duelo y la solidaridad y, en ese sentido, los medios tuvieron que ajustarse al reclamo público. Pero, como señala Judith Butler (2006), hay otras circunstancias y condiciones, tan estructurales como la pobreza o la discriminación por motivos étnico/raciales o de género, que hacen que otros femicidios y muertes no merezcan el duelo, no importen, y sólo sirvan, cuando ese fuere el caso, para engrosar las cifras del registro oficial y periodístico. Bibliografía Berger, John (2000). Modos de ver, Barcelona: Gustavo Gili. Bourdieu, Pierre (2000). La dominación masculina. Barcelona: Anagrama. Butler, Judith (2006). Vidas precarias. El poder del duelo y la violencia. Barcelona: Paidós. Carabí, A., y J. Armengol, (Eds.) (2008). La masculinidad a debate, Barcelona: Icaria. Comisión de Transición hacia el Consejo de las Mujeres y la Igualdad de Género. (2010). Reacciona Ecuador, el machismo es violencia. Corporación Humanas Ecuador. (s/f). Observatorio Los derechos de las mujeres en la mira. Disponible en Gilmore, David (1997). Cuenca mediterránea: la excelencia en la actuación. En T. Valdés y J. Olavarría, (Eds.), Masculinidades, poder y crisis (pp ). Santiago de Chile: Isis Internacional, FLACSO-Chile. González Requena, J. y Ortiz de Zárate, A. (1999). El espot publicitario. Las metáforas del deseo. Madrid: Cátedra. Gutmann, Matthew (1998). Traficando con hombres: la antropología de la masculinidad. En La Ventana. Revista de estudios de género, 8: Guadalajara, Publicaciones del CUCSH - Universidad de Guadalajara. Horowitz, G., y M. Kaufman, M. (1989). Sexualidad masculina: hacia una teoría 70

71 de la liberación. En Michael Kaufman, Hombres, placer, poder y cambio. (pp ). Santo Domingo: CIPAF. Kaufman, Michael (1989). Hombres, placer, poder y cambio. Santo Domingo: CIPAF. Kaufman, Michael (1997). Las experiencias contradictorias del poder entre los hombres. En T. Valdés, y J. Olavarría, (Eds.) Masculinidades, poder y crisis (pp ). Santiago de Chile: Isis Internacional, FLACSO. Kimmel, Michael (1997). Homofobia, temor, vergüenza y silencio en la identidad masculina. En Valdés, T., Olavarría, J., (Eds.), Masculinidades, poder y crisis, Santiago de Chile: Isis Internacional, FLACSO. Kimmel, Michael (2001). Masculinidades globales: restauración y resistencia. En C. Sánchez-Palencia, J. Hidalgo, (Eds.), Masculino Plural: construcciones de la masculinidad, Lleida, Universitat de Lleida. Kosofsky Sedgwick, Eve (1998). Epistemología del armario, Barcelona: Ediciones de la Tempestad. Laqueur, Thomas. (1994). La construcción del sexo. Cuerpo y género desde los griegos hasta Freud, Madrid: Ediciones Cátedra. Lomas, C., y M. Arconada (2003). La construcción de la masculinidad en el lenguaje y en la publicidad. En Carlos Lomas, (Comp.), Todos los hombres son iguales? Identidades masculinas y cambios sociales. (pp ). Barcelona: Paidós, p Lucie-Smith, Edward (1994). La sexualidad en el arte occidental. Barcelona: Ediciones Destino. Marcuse, Herbert (1969). Eros y civilización. Una investigación filosófica sobre Freud. México: Editorial Joaquín Mortiz. Michel, Regis (2000). Posséder et détruire. Stratégies sexuelles dans l art d Occident. París: Editions de la Réunion des musées nationaux. Mulvey, Laura (2001). Placer visual y cine narrativo. En Brian Wallis, (Eds.), Arte después de la modernidad. Nuevos planteamientos en torno a la representación. (pp ). Madrid: Akal. Zizek, Slavoj (2001). El espinoso sujeto. El centro ausente de la ontología política. Barcelona: Paidós. 71

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73 Tipificar el femicidio Por Karina, Claudia, Esmeralda, Laura, y todas nosotras María Paula Romo 46 Quieres ver cómo se mata a una putita? 47 fue la frase que llenó de horror a la opinión pública de un país que durante semanas se había conmovido y solidarizado con Milton y Francisco del Pozo, quienes buscaban a su hermana Karina que no había regresado a casa desde la noche del 19 de febrero de Fue una frase que nadie se esperaba, pues normalmente se relaciona los hechos violentos con robos y daños a la propiedad, con secuestros y extorsión, y se cree que quienes entrañan peligro son los desconocidos, los distintos a nosotros, cuyos rostros no conocemos y, seguramente, con quienes no frecuentamos los mismos lugares. Cómo explicar entonces lo que sucedió con esta joven quiteña de 20 años? Durante esos días todas vimos, compartimos y comentamos las fotografías de esta joven mujer, pues sus seres queridos removieron las redes sociales y los medios de comunicación con mensajes de búsqueda de Karina, la hermana, prima, amiga, estudiante, muchos adjetivos para identificarla, además el de modelo, que algunos medios se empeñaron en usar para caracterizar el perfil de la mujer, hasta ese momento desaparecida. Quieres ver cómo se mata a una putita? cayó como un rayo en medio de todas las especulaciones, y nos mostró de cuerpo entero al machismo que quitó la vida a Karina y que es la razón estructural por la que mueren decenas de mujeres en el Ecuador, en América Latina y el mundo. Por qué mata el machismo? Pues como lo aprendimos con este caso: el machismo mata porque encarna la idea de propiedad sobre el cuerpo de la mujer. Sobre este supuesto, un hombre se siente dueño del tiempo, las decisiones y, en última instancia, de la vida misma de una mujer. Cree que ella es su mujer y ejerce autoridad, bien sea que ella le hubiera dado el sí, o bien sea que ella hubiera cometido la terrible falta de rechazarlo. De eso se trata el femicidio, palabra que aparece en algunos debates en la opinión pública, cuando se descubren los cadáveres y las 46 Feminista, abogada y política. Miembro de la Asamblea Constituyente (Montecristi, ) y legisladora en el período Docente y decana de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Internacional del Ecuador. Dirección electrónica: mromo@internacional. edu.ec; paularomo@gmail.com 47 Según el relato de los hechos de las otras dos personas sentenciadas por este caso, éstas habrían sido las palabras usadas por D. Piña, sentenciado como autor del asesinato de Karina del Pozo. Ver documentos del juicio ; transcripciones en el cuerpo del proceso, disponibles en pichincha.gob.ec; Diario Hoy, Caso Karina del Pozo: todas las versiones hablan de horror. 26 de marzo de Disponible en ecuador/caso karina del pozo todas las versiones hablan de horror html]; Diario El Telégrafo, Autores se lavaron la sangre con licor luego del crimen. 7 de marzo de Disponible en se lavaron la sangre con licor luego del crimen.html. 73

74 historias de las karinas, las claudias, las esmeraldas y lauras, 48 muertas indistintamente en cualquier lugar del planeta. Una de las respuestas la más rápida y recurrida es crear tipos penales, sobre el supuesto de que la sola letra de la ley cambiará la realidad. De hecho en el Ecuador, el asesinato cometido por odio que se origina en el sexo, género o identidad sexual, lleva ya varios años en nuestra legislación penal. 49 Hoy, en el Código Orgánico Integral Penal (COIP, 2014), ya publicado en el Registro Oficial y que entrará en plena vigencia en los próximos meses, el tipo penal femicidio ha sido incorporado por separado de otros delitos de odio, y se encuentra recogido de la siguiente manera: Artículo 141. Femicidio. La persona que, como resultado de relaciones de poder manifestadas en cualquier tipo de violencia, de muerte a una mujer por el hecho de serlo o por su condición de género, será sancionada con pena privativa de libertad de veintidós a veintiséis años. La inclusión de este artículo sobre femicidio puede ser objeto de distintos análisis pero, en justicia, empezaré diciendo que es un paso adelante. Sin duda coloca temas sobre la mesa y, ojalá un día no muy lejano, nos permita tener mejores datos y estadísticas que, a su vez, sean usados para la toma de decisiones de política pública, por ejemplo. Dicho esto, hay que señalar que una de las críticas posibles es la omisión de la violencia contra lo femenino, y no solamente contra las mujeres. Me explico: no sólo hay quienes pagan con su vida por ser mujeres sino también quienes se alejan del rol de mujer el caso de mujeres lesbianas o quienes quieren parecer o convertirse en mujer. Me refiero a los crímenes de odio cometidos en contra de personas trans o de hombres y mujeres homosexuales, pues el machismo y la homofobia son dos caras de una misma moneda. En todo caso, la inclusión de este tipo penal debe ir acompañada de una serie de acciones y de ideas que alimenten el debate y permitan que los operadores de justicia desarrollen la sensibilidad así como los sustentos jurídicos y sociales necesarios para su aplicación. Estas líneas son un ensayo por aportar algunos elementos en ese sentido. Es el femicidio un invento local o aislado? Aunque a muchos aún sorprende los términos femicidio y feminicidio de hecho, la Real Academia de la Lengua Española no los ha incorporado aún a su diccionario, su uso tiene ya varias décadas y un sinnúmero de desarrollos teóricos. 48 Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal, Laura Berenice Ramos Monárrez son los nombres de las tres mujeres mexicanas, de 20, 15 y 17 años respectivamente, que fueron encontradas muertas luego de haber sido torturadas y violadas en un campo algodonero en ciudad Juárez a fines de 2001 y cuyo caso, también conocida como Campo Algodonero, motivó la sentencia de la Corte Interamericana: González y otras vs. México. 49 En el Registro Oficial, suplemento 555, de 24 de marzo de 2009, se publicó la reforma legal a través de la cual se incorporó al Código Penal el Capítulo innumerado De los delitos de odio. 74

75 Diana Russell (2011) usa por primera vez el término en 1976, al testificar en el primer Tribunal Internacional de Crímenes contra las Mujeres en Bruselas: Desde la quema de brujas en el pasado, la más reciente y generalizada costumbre del asesinato de niñas en muchas sociedades, hasta los asesinatos de mujeres por supuesto honor, nos damos cuenta que el femicidio ha venido sucediendo por un largo tiempo. 50 Luego de esta ocasión, que se señala como la primera ocasión de su uso público, el término femicide, en inglés, se encuentra precisamente en un artículo conjunto de Diana E. H. Russell y Jane Caputi: Femicide: Speaking the Unaspeakable, publicado inicialmente en Ms. Magazine, en septiembre/octubre de Un par de años más adelante el artículo se publicó en Jill Radford, y Diana E. H. Russell: Femicide: The Politics of Woman Killing, Nueva York: Twayne Publishers, Para Russell y Caputi femicidio es la palabra que mejor describe los asesinatos de mujeres por parte de los hombres, motivados por el desprecio, el odio, el placer o el sentido de propiedad sobre ellas (2012). Estas autoras plantean que el femicidio está en el extremo final del continuum del terror contra las mujeres, el cual incluye una gran variedad de abusos verbales y físicos, como la violación, la tortura, la esclavitud sexual (particularmente en prostitución), el incesto y el abuso sexual infantil extrafamiliar, la agresión psicológica, el hostigamiento sexual (en el teléfono, en las calles, en la oficina y en el aula de clase), la mutilación genital (cliteridectomía, escisión e infibulación), la heterosexualidad forzada, la esterilización forzada, la maternidad forzada (por la criminalización de la anticoncepción y el aborto), la psicocirugía, la denegación de alimentos a las mujeres en algunas culturas, la cirugía cosmética y otras mutilaciones en nombre de la belleza. Concluyen que cuando estas formas de terrorismo resultan en muerte, ésta constituye femicidio. Quien tradujo el término al español fue Marcela Lagarde feminista, académica y política mexicana que no sólo sugirió y popularizó el término feminicidio en lugar de femicidio, sino que amplió el concepto, al otorgarle connotaciones más allá de describir el asesinato de una mujer como un acto resultado de la voluntad individual de un sujeto. Lagarde pone el feminicidio en un contexto de violencia estructural contra las mujeres, lo cual amplía también las responsabilidades de su cometimiento: El feminicidio es el genocidio contra mujeres y sucede cuando las condiciones históricas generan prácticas sociales conformadas por el ambiente ideológico y social de machismo y misoginia, de violencia normalizada contra las mujeres, que permiten atentados contra la integridad, la salud, las libertades y la vida de las mujeres [...] todos tienen en común que las mujeres son usables, prescindibles, maltratables y desechables. Y, desde luego, todos coinciden en su 50 Diana E. H. Russell The Origin And Importance Of The Term Femicide. December, [Disponible en (traducción libre) 75

76 infinita crueldad y son, de hecho, crímenes de odio contra las mujeres. (Lagarde en Santidrián, 2010). Agrega Lagarde (2005), quien además desarrolla estas ideas en un contexto marcado irremediablemente por el sistemático asesinato y desaparición de mujeres en Ciudad Juárez, que el feminicidio implica responsabilidad del Estado por la serie de violaciones de derechos que se verifican a lo largo de los procesos de denuncia e investigación y por la impunidad con que permite se reproduzcan estas prácticas: La inexistencia del Estado de Derecho, bajo la cual se reproducen la violencia sin límite y los asesinatos sin castigo, la impunidad. Por eso, para diferenciar los términos, preferí la voz feminicidio para denominar así el conjunto de delitos de lesa humanidad que contiene los crímenes, los secuestros y las desapariciones de niñas y mujeres en un cuadro de colapso institucional. Por eso el feminicidio es un crimen de Estado. Revisando las críticas a este tipo penal específico Una de las primeras críticas que ha recibido la incorporación de este tipo penal ha venido de posturas más ortodoxas del derecho, básicamente a través de dos argumentos: el nuevo tipo penal es innecesario, pues se incluye en el asesinato y, distinguir entre el valor de la vida de una mujer y un hombre atenta contra la igualdad ante la ley. Para atender la primera crítica, que la diferenciación sería innecesaria pues es un asesinato ya tipificado en el Código Penal: esta postura esconde las características que subyacen en los fenómenos de violencia de género. Si bien el feminicidio 51 es un asesinato en tanto violación del derecho a la vida, los móviles, las circunstancias y los sujetos cambian. La violencia contra las mujeres es especialmente doméstica, al contrario de la violencia que viven los hombres que suele estar relacionada con otros delitos y que se produce generalmente en espacios públicos o alejados del hogar. La violencia contra las mujeres que culmina con su muerte, ocurre mayoritariamente dentro de sus hogares y la perpetran conocidos, familiares, parejas y exparejas, es decir se produce en el marco de una relación que también es o ha sido afectiva. 52 Esto es exactamente lo que desvirtúa también la crítica de que la distinción entre la vida de un hombre y de una mujer atenta contra la igualdad ante la ley. Lo repetiremos una vez más: no toda muerte de una mujer es un feminicidio; éste se produce cuando además del asesinato se dan las condiciones de 51 Hay quienes usan femicidio o feminicidio indistintamente, comprendiendo en ambos el mismo concepto. Existe diferencia y aunque tiene en parte que ver con la traducción al español del término anglosajón "femicide", la ampliación que el español "feminicidio" sugiere es de fondo. Uso el término feminicidio pues, a pesar de no ser el que consta en el Código Penal ecuatoriano, coincido con el planteamiento más amplio que sobre este fenómeno sugiere Marcela Lagarde como se analizará más adelante en este documento. 52 Podemos comprender más sobre este fenómeno y sus características de una pandemia en el Ecuador, revisando la Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres (INEC, Ministerio del Interior y Comisión de Transición hacia el Consejo de las Mujeres y la Igualdad de Género), 2012, según la cual el 76% de mujeres que han vivido algún tipo de violencia de género ha sido violentada por su pareja o su expareja. 76

77 relación de poder, estereotipos o patrones culturales sexistas, que de alguna forma justifican la agresión, la supuesta autoridad de alguien sobre el bienestar, el cuerpo y, en última instancia, la vida de una mujer. Además de este complejo debate en torno al tipo penal, los términos en inglés y español y sus implicaciones, hoy podemos encontrar en la literatura especializada en el tema una serie de clasificaciones del femicidio o feminicidio. Desde la realizada por la propia Russell, al señalar que el femicidio puede ser íntimo, no íntimo y por conexión, hasta la citada por el chileno Ried muy crítico con la incorporación de este tipo penal que además de estos tres tipos agrega: el suicidio feminicida, femicidio sexual, y femicidio sistémico. En nuestro caso nos conformaremos con recoger el criterio de Russell, según el cual: i) femicidio íntimo es aquél cometido por un hombre con quien la víctima tiene o tuvo relación íntima, familiar de convivencia o afines; ii) femicidio no íntimo es cometido en el marco de una relación de poder relacionada con el género, pero sin que haya existido relación íntima o familiar; y iii) femicidio por conexión se refiere a mujeres asesinadas en línea de fuego, en el intento o en el acto de cometer un femicidio contra otra mujer. La responsabilidad del Estado Es innegable que las últimas tres o cuatro décadas han estado marcadas por la toma de conciencia respecto de la situación de las mujeres en el mundo, y por una creciente actividad de los estados para tratar de cambiar esta realidad. En el sistema de Naciones Unidas, la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW por sus siglas en inglés), que entró en vigor el 3 de septiembre de 1981, constituye uno de los hitos más importantes respecto de la asignación de responsabilidades a los estados. Ya en el ámbito interamericano, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención Belém do Pará, 1994) se constituye en un nuevo hito para el sistema. En este instrumento internacional son mucho más claras las responsabilidades del Estado y su compromiso de adoptar por todos los medios apropiados y sin dilaciones, políticas orientadas a prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. En específico, el artículo 7 compromete a los estados a: c. Incluir en su legislación interna normas penales, civiles y administrativas, así como las de otra naturaleza, que sean necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y adoptar las medidas administrativas apropiadas que sean del caso; d. Adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier forma que atente contra su integridad o perjudique su propiedad; e. Tomar todas las medidas apropiadas, incluyendo medidas de tipo legislativo, para modificar o abolir leyes y reglamentos vigentes, o para modificar prácticas jurídicas o consuetudinarias, que respalden 77

78 la persistencia o la tolerancia de la violencia contra la mujer; f. Establecer procedimientos legales justos y eficaces para la mujer que haya sido sometida a violencia, que incluyan, entre otros, medidas de protección, un juicio oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos; g. Establecer los mecanismos judiciales y administrativos necesarios para asegurar que la mujer objeto de violencia tenga acceso efectivo a resarcimiento, reparación del daño u otros medios de compensación justos y eficaces, y h. Adoptar las disposiciones legislativas o de otra índole que sean necesarias para hacer efectiva esta Convención. Además de los instrumentos y convenios internacionales, podemos identificar una creciente preocupación de la comunidad internacional sobre este tema. Probablemente uno de los documentos que abarca más información al respecto es el Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra la mujer. Informe del Secretario General de las Naciones Unidas (2006): la cuestión no radica en saber si los estados pueden y deben desempeñar un papel en la transformación de las normas sociales y culturales discriminatorias, sino en determinar de qué forma pueden desempeñarlo con mayor eficacia. Podríamos seguir citando acuerdos y declaraciones, o diferentes organismos internacionales, que en sus pronunciamientos o informes de seguimiento llaman la atención permanentemente sobre los estados y su papel medular en superar la desigualdad estructural que viven las niñas y las mujeres en el mundo; sin embargo, para nuestro continente el más reciente y poderoso antecedente al respecto se encuentra en el caso que ya hemos citado en las primeras líneas de esta reflexión; el caso conocido como Campo Algodonero 53 pues en él, el Sistema Interamericano se pronuncia por primera vez en tutela de los derechos contenidos en la Convención de Belém do Pará y desarrolla un precedente a través de lo que Víctor Abramovich (2010) 54 llama una especie de debida diligencia agravada. La debida diligencia se refiere al deber estatal en la protección de los derechos humanos y la prevención de violación de estos derechos. Existe el estándar general de la Convención Americana y también lo podemos encontrar en los deberes del Estado enlistados en el artículo 7 de la Convención de Belém do Pará. En su jurisprudencia, la Corte Interamericana (2006) ha señalado la obligación de actuar en casos de riesgo previsible y evitable: El deber del Estado de adoptar medidas de prevención y protección está condicionado según la Corte, por el conocimiento de una situación de riesgo real e inmediato para un 53 Corte IDH, Caso González y otras vs. México. Sentencia de 16 de noviembre de El caso analiza la responsabilidad del Estado relacionada con el asesinato de Laura Berenice Ramos, Claudia Ivette González y Esmeralda Herrera Monreal, y resuelve que fueron cometidos por razones de género en el contexto de violencia estructural en Ciudad Juárez y constituyen casos de feminicidio. 54 Ver Víctor Abramovich. Responsabilidad estatal por violencia de género: comentarios sobre el caso Campo algodonero. En Anuario de derechos humanos. No. 6. Santiago: Corte Interamericana de Derechos Humanos. Centro de Derechos Humanos, Universidad de Chile

79 individuo o grupo de individuos determinado y, por la posibilidad razonable de prevenir o evitar ese riesgo. Siguiendo el análisis propuesto por Abramovich, la Corte opta por lo que llama un estándar reforzado, una especie de responsabilidad adicional para el Estado. Aunque la Comisión Interamericana en este caso pretendió ir más allá, al referirse a la responsabilidad estatal en la existencia de un patrón de violencia generalizada contra las mujeres, la Corte se refiere de la siguiente manera a las obligaciones estatales: Los estados deben adoptar medidas integrales para cumplir con debida diligencia en casos de violencia contra las mujeres. En particular, deben contar con un adecuado marco jurídico de protección, con una aplicación efectiva del mismo, con políticas de prevención y prácticas que permitan actuar de una manera eficaz ante las denuncias. La estrategia de prevención debe ser integral, es decir, debe prevenir los factores de riesgo y a la vez fortalecer las instituciones para que puedan proporcionar una respuesta efectiva de los casos de violencia contra la mujer. Asimismo, los estados deben adoptar medidas preventivas en casos específicos en los que es evidente que determinadas mujeres y niñas pueden ser víctimas de violencia. Todo esto debe tomar en cuenta que en casos de violencia contra la mujer, los estados tienen, además de las obligaciones genéricas contenidas en la Convención Americana, una obligación reforzada a partir de la Convención de Belém do Pará. Caso Karina del Pozo: el Tribunal no considera su muerte feminicidio ni delito de odio Para regresar a nuestro punto de partida, a pesar de que los implicados en el caso Karina del Pozo han sido encontrados culpables y sentenciados por la administración de justicia en el Ecuador (lo cual es bastante, considerando los altos índices de impunidad en delitos contra la vida que tiene nuestro país), es lamentable que en su actuación los jueces no hayan considerado toda la información que en este caso permitía crear precedentes sobre el feminicidio o el agravante de odio machista misógino que caracteriza este atroz crimen. En distintos momentos del proceso, llama la atención la forma en que los responsables del asesinato se refieren a sus actos o a la víctima. Son repetidas las alusiones respectivas sobre lo que ellos consideraban su comportamiento o conducta sexual, lo cual es claramente lo que configura el delito de feminicidio o el agravante del código vigente en ese momento: Por haberse negado la víctima a establecer con el autor, una relación de pareja, enamoramiento, afectividad o intimidad. Podemos citar por ejemplo los siguientes fragmentos o frases dentro de la sentencia: luego ha llegado Salazar con una piedra llena de sangre y le ha dicho no se quiere morir esta puta 55 que no mencionó una conversación pero ha dicho que Piña habría 55 Testimonio del teniente de policía Edwin Vizcaino Flores. 79

80 manifestado que ya vas a ver lo que le pasa por puta 56 (Sevilla) él ha indicado si ella no era ninguna santa; era bien loca, drogadicta, bien puta. 57 En estas líneas hemos intentado abundar en argumentos constitucionales, legales, aquéllos de los instrumentos internacionales de derechos humanos (que según nuestro sistema deberían entenderse como incorporados a la propia Constitución a través del bloque de constitucionalidad, 58 además de esto, un análisis del contexto de violencia contra las mujeres, de las expresiones machistas y misóginas de los implicados en el crimen, de su actitud de impavidez frente a lo que según los testimonios presumían sucedía mientras uno de ellos violaba a la joven, su posterior participación en el asesinato, las declaraciones (también cargadas de comentarios machistas) durante el proceso penal, etc., etc. Todos estos elementos parecen ser señales suficientes para concluir que se cometió un feminicidio; sin embargo, en el análisis realizado por el tribunal que sentenció como autores a los tres implicados, se puede leer lo siguiente: Finalmente este Tribunal coincide en la apreciación realizada por la Fiscalía en cuanto se refiere al grado de participación de los acusados con las agravantes antes analizadas, no así con la agravante del numeral 10 que refiere al odio o desprecio en razón de raza, religión, origen nacional o étnico, orientación sexual o identidad sexual, edad, estado civil o discapacidad, de la víctima; toda vez que, al citar Fiscalía esta agravante se refería a un delito de feminicidio, donde si bien el autor sea o haya sido cónyuge o conviviente de la víctima, éste haya estado ligado a ésta por una análoga relación de afectividad o intimidad, aún sin convivencia. Por haberse negado la víctima a establecer con el autor, una relación de pareja, enamoramiento, afectividad o intimidad. La víctima que se encuentre en una situación o relación de subordinación o dependencia respecto del autor, o tenga con éste una relación de amistad, laboral o de compañerismo. La víctima se encuentre en una situación de vulnerabilidad; no es menos cierto que en nuestro ordenamiento legal no se ha configurado el delito de feminicidio, que tampoco se encuadraría dentro de esta agravante, ya que no se ha advertido que la causa de muerte se originó por desprecio en razón de raza, religión, origen nacional o étnico, orientación sexual o identidad sexual, edad, estado civil o discapacidad, de la víctima; existiendo en nuestra legislación un vacío legal, pero este tipo de delitos se halla 56 Testimonio de Ítalo Rojas Cueva, psicólogo forense. 57 Ibíd. 58 El bloque de constitucionalidad se refiere a aquellas normas y principios que, sin aparecer formalmente en el articulado del texto constitucional, son utilizados como parámetros del control de constitucionalidad de las leyes, por cuanto han sido normativamente integrados a la Constitución, por diversas vías y por mandato de la propia Constitución. Arango Olaya, Mónica. El Bloque de constitucionalidad en la jurisprudencia de la Corte Constitucional colombiana. Revista Precedente, p

81 enmarcado como un delito de asesinato.59 La lectura de la sentencia, con esta alusión tan ligera sobre el complejo fenómeno de la violencia machista, nos enfrenta con uno de los principales límites de la reforma: la sensibilización y capacitación a los operadores de justicia. Las declaraciones constitucionales, las reformas legales, seguirán siendo insuficientes si no se hace un esfuerzo por comprender en su profundidad la violencia contra las mujeres, los imaginarios que la generan, la justifican, la perpetúan, y la forma en que se expresan en los actos concretos de violencia como este atroz episodio que terminó con la vida de Karina del Pozo. Algunas ideas a modo de conclusión»» Llama la atención la decisión política (o la falta de decisión política) al negarse la Asamblea Nacional a usar el término feminicidio en lugar de femicidio. Sería lamentable que se deba a un intento de evitar la necesaria vinculación de este fenómeno con la responsabilidad del Estado a la que aquí nos hemos referido.»» A pesar de la importancia simbólica y discursiva que tiene la incorporación del tipo penal femicidio en el Código Penal, la sola tipificación no evitará la muerte de más mujeres. Quizá su efecto inmediato sea brindarnos estadísticas e información mucho más detallada respecto de las mujeres asesinadas en circunstancias que configuren femicidio.»» La tipificación del femicidio por sí sola no eliminará los prejuicios y estereotipos de género de los funcionarios públicos y operadores de justicia; tampoco permite una especie de automática comprensión del complejo fenómeno de la violencia machista, basta leer la sentencia de los responsables del asesinato de Karina del Pozo para identificar vacíos y falta de información que permita la mejor aplicación del tipo penal.»» La inclusión del tipo penal femicidio debe usarse como una oportunidad para el debate, la información y la formación de la sociedad ecuatoriana, los medios de comunicación y los operadores de justicia. El castigo penal no cambia patrones culturales que, como el machismo, se encuentran tan arraigados.»» La muerte de Karina del Pozo y el dolor y la indignación que la verdad de su asesinato nos provocó a todos, debe ayudarnos a construir nuevas sensibilidades. Que la posibilidad de que la historia de Karina se repita en nuestras vidas, en la de nuestras amigas, hijas, hermanas, madres, nos haga repudiar todas las manifestaciones del sexismo y la subordinación de las mujeres, pues cada una de ellas desde las más pequeñas aportan en la construcción de un imaginario por el que alguien un día termina por creer que puede ejecutar a una mujer por no cumplir su voluntad o deseos. 59 Subrayado de la autora. 81

82 Bibliografía Abramovich, Víctor (2010). Responsabilidad estatal por violencia de género: comentarios sobre el caso Campo Algodonero. En Anuario de derechos humanos. No. 6. Santiago: Corte Interamericana de Derechos Humanos. Centro de Derechos Humanos Universidad de Chile. Disponible en uchile.cl. Arango Olaya, Mónica (2004). El bloque de constitucionalidad en la jurisprudencia de la Corte Constitucional Colombiana. En Precedente, p Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer. (CEDAW). Corte IDH (2006, enero 31). Caso de la masacre de Pueblo Bello. Sentencia. Serie C. No Corte IDH (2009, noviembre 16). Caso González y otras vs. México. Sentencia. Serie C. No Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (1994) Diario El Telégrafo (2013, marzo 7), Autores se lavaron la sangre con licor luego del crimen. En El Telégrafo. Quito: El Telégrafo. Disponible en telegrafo.com.ec/justicia/item/autores-se-lavaron-la-sangre-con-licor-luegodel-crimen.html. Diario Hoy (2013, marzo 26). Caso Karina del Pozo: todas las versiones hablan de horror. En Diario Hoy. Quito: Diario Hoy. Disponible en com.ec/noticias-ecuador/caso-karina-del-pozo-todas-las-versiones-hablan-dehorror html. Fernández, A. (2012). Femicidios: la ferocidad del patriarcado. En Nomadías, 16. Lugar y editorial, p Garita Vílchez, Ana Isabel (2012). La regulación del delito de femicidio en América Latina y El Caribe. Secretariado de la Campaña del Secretario General de Naciones Unidas. Disponible en pdf/reg_del_femicicidio.pdf INEC, Ministerio del Interior y Comisión de Transición hacia el Consejo de las Mujeres y la Igualdad de Género (2012). Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres. Instituto Interamericano de Derechos Humanos (2008). Femicidio: más allá de la violación del derecho a la vida. Análisis de los derechos violados y las res- 82

83 ponsabilidades estatales en los casos de femicidio de Ciudad Juárez. San José: IIDH. Lagarde, Marcela. (2005) El feminicidio, delito contra la humanidad. En: Feminicidio, justicia y derecho. México: Comisión Especial para Conocer y dar Seguimiento a las Investigaciones Relacionadas con los Feminicidios en la República Mexicana, H. Congreso de la Unión, Cámara de Diputados. Lagarde, Marcela citada por E. Santidrián (2010). El feminicidio de Ciudad Juárez ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En Tiempo de Paz, 96. México, p ONU (2006, julio 6). Estudio a fondo sobre todas las formas de violencia contra la mujer. Informe del Secretario General. A/61/122/Add.1. ONU. Disponible en paginas/1/27401/informesecregeneral.pdf Pontón Cevallos, Jenny (2009). Femicidio en el Ecuador: realidad latente e ignorada. En Ciudad segura 31. Quito: FLACSO. República del Ecuador (2014, febrero 10). Código Orgánico Integral Penal, Registro Oficial No Radford, Jill y Russell, Diana (1992). Femicide: The Politics of Woman Killing, Nueva York: Twayne Publishers. Ried, Nicolás (2012). Un delito propio. Análisis crítico de los fundamentos de la ley de femicidio. En Revista de Estudios de la Justicia No. 16. Santiago: Universidad de Chile. Russell, Diana E. H. (2011). The Origin And Importance Of The Term Femicide. Disponible en Russell, Diana E. H. y Jane Caputi (1990). Femicide: Speaking the Unaspeakable. En Ms. Magazine 1, No. 2 (September-October) Santidrián, E. (2010). El feminicidio de Ciudad Juárez ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En Tiempo de Paz, Segato, Rita Laura (2006). Qué es un feminicidio. Notas para un debate emergente. Serie Antropología. Brasilia. Disponible en cedoc/indesol/por_acceso_a_just_para_mujeres_16_dias_activismo/3_ una_mirada_al_feminicidio/3_8_que_es_un_feminicidio_feminicidio_y_patriarcado_rita_segato.pdf 83

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85 Una sociedad con visa para la impunidad: La violencia simbólica y material 85 Roxana Arroyo Vargas 60 La violencia de género daña las vidas y el mundo de las mujeres y es ejercida desde cualquier sitio y con cualquier objeto material o simbólico que pueda causarles tortura, daño y sufrimiento. Las repercusiones de la violencia a las mujeres son variadas e incluyen desde la lesión de su integridad como personas, la pérdida de libertad, de posibilidades, hasta la pérdida de la vida. Es evidente que la finalidad de la violencia de género cumple funciones políticas para lograr la dominación de las mujeres y mantenerla cada día, al debilitar a las mujeres y menguar así su capacidad de respuesta de defensa y de acción. La violencia genérica produce en cantidad de mujeres uno de los recursos más importantes del control patriarcal: el miedo. Marcela Lagarde Observatorios, datos que rompen la anécdota La Corporación Humanas Ecuador 61 cuenta con dos observatorios: el de medios impresos y el de sentencias judiciales. 62 Su labor es relevante pues, desde sus ámbitos específicos, aportan con una serie de datos que permiten tener elementos concretos para profundizar en el análisis crítico sobre el fenómeno de la violencia de género y la discriminación, como productos de un sistema androcéntrico y patriarcal. El análisis que se ofrece a las personas que visitan estos portales parte de la teoría feminista, teoría que en su sentido más originario pretende hacer ver (Amorós,2007),es decir, hacer visible lo invisible, lo que el sistema de dominación encubre y naturaliza: en este caso, la violencia de género, presentada en el escenario social como anécdota romántica que se sumerge en el mundo de lo natural. Pasar de la anécdota casos concretos, llamados crímenes pasionales al dato y, de éste a las categorías explicativas 63 de las complejas causas del 60 Investigadora Prometeo, Instituto Altos Estudios Nacionales, Escuela de Relaciones Internacionales José Peralta. Doctorado en Derechos Humanos por la Universidad Carlos III de Madrid, Instituto Bartolomé de las Casas. Forma parte de la Corporación Humanas Ecuador. Consultora permanente del Programa Mujer, Justicia y Género del Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente (ILANUD). Presidenta de la Fundación Justicia y Género. 61 Corporación Humanas es un centro regional de estudios y acción política feminista. Humanas Ecuador nace en 2005 como una corporación sin fines de lucro especializada en temas de derechos humanos de las mujeres, dedicada a promover su plena vigencia desde el marco internacional de derechos humanos. La corporación regional se conforma con Humanas Chile y Humanas Colombia Celia Amorós. Teoría feminista. Año 2011, Madrid. Disponible en com/watch?v=v_xonigktq8

86 sexismo, es un compromiso imperativo que permite romper con las lecturas reduccionistas sobre los niveles alarmantes que alcanza la violencia en contra de las mujeres en nuestras sociedades. Este artículo gira en torno al tema violencia de género y pretende hacer una relación entre dos variables importantes: el tratamiento sexista que dan los medios a las noticias y la forma cómo se resuelven estos casos en la administración de justicia. La relación entre estas variables nos permitirá, a la vez, analizar cómo influyen en la configuración de lo que denominamos violencia simbólica. En otras palabras, afirmamos que entre más violencia simbólica existe en la sociedad hay más permisibilidad ante la violencia material concreta y cotidiana, por tanto, si no hay una respuesta adecuada del sistema de justicia, así como un compromiso ético en el tratamiento del tema por parte de los medios de comunicación, la impunidad crecerá y la indiferencia social se agudiza. Una problemática que requiere nuevas miradas En el caso de Karina del Pozo 64 se evidencian las dificultades para desmontar la narrativa prevalente sobre las causas de la violencia y la discriminación como fenómenos que impactan las vidas y los cuerpos de las mujeres. En nuestras sociedades continúan existiendo tensiones entre las explicaciones que naturalizan la violencia o ponen la responsabilidad de su existencia en las víctimas y, aquéllas que ubican la violencia machista como resultado de relaciones de poder entre géneros. El reporte del asesinato de Karina, hecho por el Observatorio de Medios, destaca al respecto: En este caso, al analizar los medios de comunicación que fueron monitoreados, se evidencia un subtexto de género que naturaliza el acto del femicidio al desvincular, en la presentación de la noticia, el tema del poder e insinuar la posible responsabilidad de la víctima, sin ubicar los hechos en la esfera de la violencia contra las mujeres en esta sociedad, resultando de la información un caso y unas circunstancias aisladas. Leer los testimonios de las personas arrestadas es como sumergirse en los abismos más oscuros del alma humana, decía una columna de opinión de un diario. El femicidio de Karina del Pozo tiene las características propias del femicidio íntimo, por lo tanto, no había razón para que los periódicos tratasen de colocar el crimen en la esfera de lo inexplicable, o producto de una noche de drogas, sexo y alcohol. El uso exagerado de adjetivos como: crueldad inhumana, infame actitud, perverso asesino (para referirse a Gustavo Piña, autor material del asesinato) no corresponden, pues no aportan explicaciones sobre las causas y las consecuencias de un crimen de esta naturaleza Causa Séptimo Tribunal de Garantías Penales de Pichincha. 65 Corporación Humanas. (2014, abril). El femicidio de Karina del Pozo analizado desde el 86

87 Volver a mirar el caso con las herramientas analíticas que brinda la perspectiva de género, permite generar explicaciones que van más allá de la anécdota y nos llevan a comprender cómo los prejuicios son el fundamento de la discriminación y las asimetrías de género, logrando revelar a través de una nueva epistemología las estructuras sexistas de nuestras sociedades, presentes en la forma en que la realidad social se organiza, se divide simbólicamente y se vive experimentalmente (Amorós, 2007). Volver a mirar desde la óptica de género significa, sobre todo, dar nombre a aquellas realidades que se han pretendido invisibilizar, como por ejemplo señalar contundentemente que el asesinato de mujeres por el hecho de serlo se llama feminicidio (Radford y Russell, 1994) y de esta forma, lograr sacar esos asesinatos de la anécdota con tinte romántico, colocándolos como lo que son: un acto de poder y control cuyo objeto es el sometimiento del cuerpo y la voluntad de las mujeres. Lenguaje escrito y gráfico: El caso del periódico de crónica roja El Extra, que utiliza imágenes sangrientas y un lenguaje hiperbólico para generar interés sobre el tema entre sus lectores. El diario defiende este estilo como medio para sensibilizar. En palabras de Juan Manuel Yépez se habla con mucha ligereza del sensacionalismo y la crónica roja, pero tiene igual rigurosidad que otros géneros. 66 Sobre las fotos que acompañan a las notas, dice: esta sociedad barre la casa y mete la basura ahí, bajo la alfombra. Publicamos las fotos tal y como ocurren y no editadas porque eso falsea la realidad. El crimen pasional significa que la víctima generó una pasión que puede justificar al asesino, y nosotros nos lo planteamos así. Los eufemismos en este país son terribles (debate radiofónico en La Cabina de (Radio Pública, diciembre 2011). Todas las acciones que se conjuguen para hacer una lectura diferente del entorno de violencia en el cual nos encontramos sumergidas las mujeres, son importantes. Si es que no logramos ver la realidad con otros lentes, será imposible que las oprimidas/os de este sistema puedan articular otro discurso, otra praxis, esta transformación solamente se podrá lograr a través de procesos de resignificación (Amorós, 1977). Cuando hablamos de resignificación referimos a una crítica antipatriarcal necesaria, ya que nadie puede negar que el paradigma de lo humano continua siendo el hombre, y que la representación que hegemoniza la sociedades la masculina. Es irrefutable que los intrincados procesos de socialización que vivimos acentúan las asimetrías de género; constatamos que el patriarcado utiliza la punto de vista informativo. Observatorio Los derechos de las Mujeres en la Mira, Quito. Corporación Humanas Ecuador. 66 Boletín Análisis, agosto noviembre 2013, del Observatorio Las Mujeres en los Medios. 87

88 coacción a través de herramientas legales e ideológicas que instituyen un verdadero sistema de prohibiciones y castigos. En los diferentes ámbitos de la sociedad los mitos que los medios de comunicación social propician, han impactado en la aceptación o la resignación frente a las desigualdades de género, jugando un papel fundamental en su reproducción (Puleo, 2011). Sujeto central de la información Según el boletín Análisis, de abril julio 2013: De las 189 informaciones publicadas en el periodo entre 15 de abril y 31 de julio, 170, o 90% de las veces, el sujeto central es femenino, sean mujeres adultas, niñas, víctimas, testigos y/o familiares; y en 2, es decir 1%, es masculino, sean estos testigos, familiares y/o agresores. En 15 notas (8%), se mencionan a ambos. La interpretación de los datos lleva a la conclusión de que los diarios no ven la violencia de género como un problema de la sociedad sino de las mujeres; es decir, los periódicos presentan la estructura del problema, así como su origen, a través del sujeto femenino, a pesar de que es una realidad que afecta al 52% de la población. En nuestras sociedades, a través de las asignaciones genéricas, se justifican los roles diferenciados entre hombres y mujeres; el no cumplimiento de éstos, revierte en una culpabilización y victimización para las mujeres. Develar sus múltiples y complejas formas de reproducción ha implicado estudios que expliquen la socialización patriarcal y, a la vez, el papel que juega en la profundización de la violencia masculina. Es así que se ha ido demostrando que instituciones tales como la familia, la educación, los medios de comunicación social, entre otras, canalizan y reproducen, desde el discurso simbólico y corporal, los roles, funciones y estereotipos genéricos que en la vida cotidiana se constituyen en obstáculos para el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, pues atentan contra su autonomía. A través de este proceso de socialización se internaliza un modelo dado por la ideología patriarcal, modelo que lleva a una dicotomía entre el espacio público y el espacio privado, el primero asignado fundamentalmente a los hombres; el papel de la mujer ha sido considerado históricamente como secundario ciudadanas de segunda clase, concepción que necesariamente se refleja en todos los ámbitos de la vida cotidiana de hombres y mujeres...se sustenta a través de normas, valores, pautas de crianza y mitos y se explícita en forma descarnada en el machismo. (Lavarde y Sánchez, 1988) Cuál es la importancia de estas explicaciones? Pues, que nos permiten entender que la masculinidad o feminidad se construyen en intrincados procesos psicosociales y no por razones naturales o biológicas (Lagarde, 1997).Es decir que los hombres no son violentos por sus hormonas sino porque lo aprenden y 88

89 la sociedad lo permite, les justifica que sean agresores de sus compañeras y, por mandatos culturales, también llegan a ser justificados, pues aun escuchamos a las mismas mujeres decir: aunque pegue, aunque mate, marido es. No se nace mujer; se llega a serlo. Ningún destino biológico, psíquico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; es el conjunto de la civilización el que elabora ese producto (De Beauvoir, 1981). Nos preguntamos entonces cómo esto impacta en el derecho? La presencia de concepciones de género podemos observar en la ponderación y el valor que en el derecho se otorga a los bienes jurídicos que se consideran deben ser protegidos y a cuáles no. Estas valoraciones, que se aplican cuando se administra justicia, desde ningún punto de vista son neutrales al género. Por ejemplo, históricamente la protección al cuerpo de la mujer se ha construido en parte sobre la tutela al honor que, desde todo punto de vista, no refleja la protección de la integridad del cuerpo de la mujer. La gravedad que tiene la violación sexual se ha mediatizado a través de diferentes discursos: la provocación por parte de la víctima, el historial sexual de la mujer, la ausencia de virginidad; y, de prácticas como la despenalización de la violación de facto, por el tratamiento que se a los casos en la administración de justicia, práctica que revierte en impunidad, tanto en tiempos de paz como en situaciones de conflictos armados de carácter internacional o interno. Si el derecho no es neutral tampoco lo son el lenguaje y la imagen (Facio y Fríes, y Facio, ); uno y otra son también constructos sociales. Desde esta mirada, los medios de comunicación recrean y profundizan los hechos que se viven en la realidad y, sin lugar a dudas, pueden jugar un rol constructivo en la difusión, reconocimiento y protección de los derechos humanos de las mujeres. Constituirse en actores positivos requiere de un trabajo de deconstrucción de los mensajes sexistas, que a fin de cuentas encubren las verdaderas causas de la discriminación y la violencia de género. El boletín Análisis, de agosto noviembre 2013, trae el siguiente recuadro, tomado de Extra, del 14 de noviembre de 2013: Jovencita vivió una terrible pesadilla. Tres horas manoseada en secuestro exprés. Tres horas de tortura vivió una jovencita en manos de un falso taxista que, en el camino, tomó a otros cómplices para asaltarla y morbosear todo su cuerpo. Luego los pillos la dejaron abandonada, sin un centavo, detrás del centro comercial City Mall, en el norte de 67 Es la forma en la que el sexismo en la sociedad se manifiesta en el lenguaje como institución social que es, y a la vez perpetúa el sexismo en la sociedad. El lenguaje representa los hechos de la experiencia y puesto que es generado y se alimenta de una sociedad patriarcal y sexista, capta, expresa y contribuye a mantener y avalar las diferencias de poder entre los sexos. 68 No hay una única imagen de la mujer en la publicidad contemporánea, sino que hay una pluralidad de imágenes sociales que responden funcionalmente a las diversas necesidades del capitalismo. Pero, más allá de esta diversidad, un dato estable y universal continúa estando siempre vigente, a saber, pues en las industrias publicitarias de hoy las decisiones las siguen tomando los hombres y sus productos los conciben, diseñan o producen los hombres como también mujeres colonizadas o asimiladas al punto de vista masculino. 89

90 la ciudad. me golpearon, me manosearon todo mi cuerpo y me mordieron los senos. Mientras recorrían la ciudad, los pillos, bajo intimidaciones e insultos, le quitaron su celular y sus documentos. Bajo amenazas de muerte me obligaron a darles las claves de mis tarjetas [...] de una cuenta me sacaron 100 dólares y de la otra 50. Luego me dejaron botada, a las 21:30, atrás del centro comercial City Mall. El Extra decide ilustrar su noticia del 14 de noviembre con un cómic que simula el asalto de tres hombres a una mujer dentro de un coche (como reporta la noticia) y, al hacerlo, desvirtúa el sentido de este género de información, cae en la caricaturización del delito concreto, resta importancia al hecho ocurrido y denunciado, pues lo presenta como un acto ridiculizable. El diario no repara en ningún momento sobre el perjuicio y dolor que puede causar a la víctima, quien al ver reproducido el abuso que sufrió en un cómic hecho ex profeso para su caso, lo recordará una y otra vez, constituyéndose en un ejemplo claro de revictimización. Los Derechos Humanos en acción: el principio de igualdad y el derecho a una vida libre de violencia La igualdad y sus implicaciones Qué importancia tienen los derechos humanos en esta tarea de resignificación de la violencia de género? Es imposible hablar de nuevas perspectivas de análisis de la violencia de género sin hablar de la igualdad, que se convierte en el núcleo o principio articulador de los derechos humanos de las mujeres. La igualdad es la idea que posibilitó un cambio que colocó, por lo menos declarativamente, a las personas en situación de equivalencia. Permitió establecer que aquellos sujetos que por diversos motivos raza sexo, condición de discapacidad o etaria, diversidad sexual, identidad de género se les negaba el goce de sus derechos, resultaban en una situación de violación del principio de igualdad; 90

91 evidenciando además la estrecha vinculación que existe entre igualdad sustantiva y el principio de no discriminación. La igualdad es como una sombrilla, y los sujetos que están fuera de ella serán considerados discriminadas/os como resultado de las ideologías de exclusión que niegan la condición humana a esas personas. El caso histórico de las mujeres ejemplifica lo mencionado; sus luchas y vindicaciones pusieron en evidencia que el fundamento que subyacía en los derechos humanos también se había construido desde un paradigma androcéntrico, evidenciando que el requisito para el disfrute de estos derechos era la mismidad o semejanza con el hombre; situación que era, en principio, materialmente inalcanzable para las mujeres. El resultado fue la exclusión bajo argumentaciones esencialistas, biologicistas y naturalistas, asegurando así que el varón acapare lo genéricamente humano. Cuando se trata de resignificar es imposible avanzar sin tomar en cuenta los aportes de las mujeres, expresados en las luchas vindicativas por sus derechos, lo que ha implicado, entre otras cosas, la profundización y la crítica de la igualdad androcéntrica hasta lograr establecer que somos iguales en dignidad y equivalencia, y no en la exigencia de la semejanza. Esta nueva lectura de la igualdad, que llamamos sustantiva y/o real, se transforma en elemento articulador y transversal de los instrumentos internacionales que surgieron después de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, convirtiéndose en el paradigma de cómo deben ser tratados los seres humanos en las diferentes sociedades y culturas. Otro aporte que no se puede dejar de mencionar en estos procesos de resignificación, es el reconocimiento de que la violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos, que surge como producto de las relaciones de poder que marcan las asimetrías de género. Cronológicamente podríamos ubicar como momento importante para este nuevo abordaje de la violencia, a la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, en Viena en Es en esta conferencia donde se instituye la violencia como una violación de los derechos humanos y se la considera una forma de discriminación. Para llegar a este punto encontramos un importante antecedente en la Recomendación 19 del Comité de la CEDAW de 1992, que determina que la discriminación es una forma de violencia. Otro hecho importante fue la aprobación por la Asamblea General de Naciones Unidas de la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer (Res. A. G. 48/104/ONU,1994). En ese mismo año en el ámbito americano se aprueba la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra la mujer (Belém do Pará) que estable el Derecho a vivir una vida libre de violencia. Estas dos convenciones obligan a los estados a eliminar los patrones socioculturales que reproducen tanto la violencia como la discriminación en nuestras sociedades y, en particular en relación a los medios de comunicación. Belém do Pará señala directamente que los estados deben tomar en forma progresiva medidas específicas para alentar a los medios a elaborar directrices adecuadas de difusión, que contribuyan a erradicar la violencia contra la mujer en todas sus formas y a realzar el respeto a la dignidad de la mujer. 91

92 La violencia simbólica y material Desde la lógica de los derechos humanos, los estados deben eliminar las condiciones que reproducen los prejuicios sexistas, por lo tanto su quehacer debe ir encaminado a erradicar aquellas violencias que son ilegítimas, pero también aquellas otras legítimas para la sociedad, y que sólo son posibles por la existencia de la violencia estructural (Bourdieu y Paseron,1970).La violencia estructural abarca dos campos: la violencia simbólica, ejercida por las instituciones, tales como el derecho y los medios de comunicación social, y otros constructores que tienen autoridad y legitimidad como, los políticos, técnicos, expertos, periodistas, etc. y, en segundo lugar, la violencia material. Lo interesante de la violencia simbólica es que actúa como fuente legitimadora de las diversas formas de violencia, incluso posibilita que no sean vistas como tales, porque se sustenta en la desvalorización de los sujetos en este caso de las mujeres negándoles sus voces y, en muchos casos, estigmatizándolas (Juliano,2010).La violencia simbólica es condición para que la violencia material no sea percibida como ilegítima; es por eso que se considera que está en la base de la violencia directa/material (Gutiérrez, 2008). La violencia simbólica se ve reforzada por los discursos y las imágenes que los medios de comunicación utilizan; en muchos casos esos mensajes son coincidentes con las resoluciones judiciales que enfatizan la culpabilidad de la víctima, presentándola como provocadora, al punto que en muchos procesos el prejuicio a favor del hombre pone la carga de la prueba en las espaldas de la mujer víctima. Este estilo de información se convierte en mensajes que se envían directamente a la sociedad, abonando la devaluación de lo femenino y legitimando la violencia masculina. El boletín Monitoreo 8 (2013) del Observatorio los Derechos de las Mujeres en la Mira, recoge una noticia que trae El Telégrafo del 21 de noviembre de 2013: De casos registrados, apenas 647 fueron resueltos en

93 [Sólo] 6 de cada 100 abusos sexuales son sentenciados. Frente al número de denuncias presentadas en el país, los fallos de los tribunales son aún insuficientes. Los abogados alegan falta de celeridad y colaboración de las partes. Incluso en muchos casos, aunque sean judicializados, el abordaje periodístico y su tratamiento dista mucho de ser un cuestionamiento de la violencia contra las mujeres. Así, Análisis (abril de 2014) en referencia al período entre el 1 de diciembre de 2013 y el 15 de abril de 2014, afirma: Se consolida la tendencia de la prensa ecuatoriana a mantener una visión judicializada de la violencia contra las mujeres, al ver la violencia como: el puñetazo, la violación o el apuñalamiento, en vez de adoptar una mirada especializada en el asunto, más progresista y justa hacia las mujeres, para permitir abrir el espacio al relato de aspectos relacionados, como la educación sexista, la sociedad jerarquizada y patriarcal o la falta de igualdad entre géneros. La violencia simbólica y la material se conjugan y dan cuenta del continuum de la violencia (Kelly, 1998) presente en las dinámicas sociales. La violencia simbólica subyace en la discriminación que generan las condiciones para que la agresión sea focalizada en contra de quienes ocupan el rol inferior, en este caso, las mujeres. La noción de continuum de la violencia nos permite comprender que ésta es una consecuencia de las múltiples asignaciones culturales de espacios, roles y jerarquías que, simbólica y materialmente, devalúan a las mujeres. Es así como la información de los medios y el derecho, a través de las sentencias, en muchos casos propician y justifican las formas de agresión contra los cuerpos de las mujeres (Gutiérrez, 2008). En referencia al lenguaje utilizado por los medios escritos, Análisis, de marzo de 2014, destaca que El lenguaje continúa siendo el gran caballo de batalla en los diarios del país. Un reportaje o una noticia pueden estar bien planteados, tener las fuentes indicadas para aportar explicaciones pero, si a través del lenguaje se cuelan prejuicios, expresiones discriminatorias o incluso abusos verbales, el trabajo del o de la reportera se echa a perder. Un ejemplo: Diario Expreso, del 12 de marzo, dice: El botón de pánico la salvó de agresor : Ella le habría reclamado por una supuesta infidelidad y eso colmó la paciencia del hombre, que habría reaccionado de manera violenta. Este tipo de expresiones escritas de forma automática y basadas en pura especulación, pues el reportero no ha hablado con el responsable del delito, encubren el delito y al responsable. 93

94 VIolencia simbólica: punto de tensión entre el acceso a la justicia y las resoluciones judiciales La igualdad sustantiva y el derecho a vivir una vida libre de violencia implican, para la administración de justicia, mirar siempre los resultados de los procesos judiciales, para evitar tratos discriminatorios que resulten en revictimizaciones secundarias. 69 Frente a estas circunstancias el Estado está en la obligación de analizar los factores que provocan tratamientos discriminatorios y hacer los cambios necesarios, incluyendo la aplicación de medidas de acción afirmativa. Debe tenerse presente que un trato diferente no siempre es discriminatorio; por el contrario, ese trato puede ser necesario para lograr que todas las personas tengan acceso a los derechos y, en particular, acceso a la justicia. Aquí es donde se cumple la premisa de tratar igual a lo que es diferente no es discriminación. La Constitución ecuatoriana instituye claramente el principio de igualdad para todas las personas y establece la igualdad sustantiva entre hombres y mujeres, constituyéndose así la igualdad y no discriminación por razón de sexo y/o identidad de género en principios fundantes de la Constitución, lo que a su vez implica que jueces y juezas deben incorporar este principio en las valoraciones, ponderaciones e interpretaciones de las diferentes situaciones relacionadas con las mujeres, para garantizarles a cabalidad el acceso a la justicia. Las sentencias como resoluciones judiciales tienen un impacto en la sociedad, van más allá de resolver casos concretos pues, en situaciones que involucran violencia machista contra las mujeres, o en materia de no discriminación e igualdad, cada decisión judicial implica mensajes que pueden fortalecer principios dados por el marco ético jurídico de los derechos humanos de las mujeres y aportar así en la deconstrucción y resignificación de la violencia. Uno de los temas más debatidos en relación a la igualdad en el acceso a la justicia para las mujeres es el relacionado con el abordaje que plantea la teoría general del proceso penal. En ésta, el sujeto visible (casi diríamos principal) del derecho penal es el procesado/da, pues todo el derecho probatorio y, particularmente, las pruebas en materia penal, tutelan los derechos del imputado/da. En el caso de violencia de género, y particularmente en la violencia sexual, esta regla general encubre una estructura de poder que invisibiliza a las víctimas. En este punto hay que recordar que los delitos de violencia sexual en la mayoría de los casos son perpetrados por personas conocidas y cercanas a las víctimas (familiares, parejas, exparejas, amigos, vecinos o novios) y también por desconocidos, generalmente del sexo masculino. Estos hechos no son producto de impulsos incontrolables, sino de ataques planeados que se ejecutan generalmente sin la presencia de testigos; por tanto, es normal que el agente realice el 69 Aquélla que se deriva de las relaciones de la víctima con el sistema jurídico penal. Se considera aún más negativa que la primaria porque es el propio sistema el que victimiza a quién se dirige a él pidiendo justicia y porque afecta al prestigio del propio sistema. Son las llamadas víctimas del proceso, que son las personas ofendidas que sufren daño en sus derechos fundamentales, en su dignidad humana y en la consecución de la justicia, debido a la inoperancia del sistema penal. 94

95 ataque en lugares donde la víctima no puede solicitar ayuda, sea en lugares públicos (calles, lugar de trabajo) como en lugares privados (casas de habitación). Por esta razón, exigir prueba directa en todos los casos conduce, en la práctica, a dejar impune al agresor. Por tanto, cuando exista únicamente prueba indiciaria, urge que quienes juzgan puedan ponderar si la prueba ofrece certeza de que los hechos ocurrieron, a pesar de no contar con la prueba directa. En cambio, en el caso de delitos sexuales, cuyo rasgo sustantivo radica en el abuso del poder donde la sexualidad es utilizada para someter a la víctima, éstos constituyen violaciones flagrantes a los derechos humanos de las mujeres, de ahí que sea correcto denominarlos delitos de violencia sexual o agresión sexual. La declaración que brinda una víctima de violencia sexual a fin de lograr la reconstrucción de los hechos, tiene características propias de quien enfrenta efectos postraumáticos, que no pueden ser equiparados a las consecuencias que genera otro tipo de delitos. Esta constatación se rige por la garantía constitucional de igualdad material, que en materia penal y procesal penal se traduce en dar un trato diferenciado a quien está en una situación desigual o de desventaja social; garantizando a su vez el principio de justicia pronta y cumplida. Pruebas al canto: algunas constataciones del Observatorio de sentencias Del análisis de las sentencias realizado desde el Observatorio se comprueba que no hay líneas jurisprudenciales constantes, y que en algunos casos se refuerzan los prejuicios sexistas y, en otros como las resoluciones de la Corte Nacional, Sala de lo Penal 70 se introduce criterios novedosos de interpretación, como se comprueba en la valoración de la prueba y la ponderación de los derechos de las víctimas en casos de violencia sexual Sentencias revisadas en su totalidad: Juicio No LBP OSJ Fallo: 3698 Corte Nacional de Justicia. Juicio No LBP OSJ Fallo: 3736 Corte Nacional de Justicia. Juicio No LBP OSJ Fallo: 3697 Corte Nacional de Justicia. Violación. Expediente 173, Registro Oficial Suplemento 5, 30 de mayo de No Juicio penal OSJ Fallo: Corte Nacional de Justicia. Expediente de Casación 171. Registro Oficial Suplemento 5 de 30 de mayo de OSJ Fallo: 3628 Corte Nacional de Justicia. Expediente de Casación 146 Registro Oficial Suplemento 440 de 15 de mayo de OSJ Fallo: 3629 Corte Nacional de Justicia. Corte Nacional de Justicia. Primera Sala de lo Penal No C.T. Agraviado: José Francisco Díaz Villafuerte. Procesado: Carlos Filiberto Quezada Naula OSJ Fallo: 3644 Corte Nacional de Justicia. Violación. Expediente 1083, Registro Oficial Suplemento 440, 15 de Mayo de OSJ Fallo: Corte Nacional de Justicia 25 de abril de Caso EP. Corte Constitucional para el Periodo de Transición. Juez Constitucional ponente: Patricio Pazmiño Freire. En este mismo sentido ver Caso EP. Corte Constitucional para el Periodo de Transición. Juez Constitucional ponente: Patricio Pazmiño Freire. 71 Sentencias que se refieren a valoración de la prueba, sana crítica: Juicio No LBP OSJ Fallo: Corte Nacional de Justicia.Juicio LBP OSJ. Fallo: Corte Nacional de Justicia. Juicio LBP OSJ. Fallo: 3697 Corte Nacional de Justicia. Violación. Expediente 173, Registro Oficial Suplemento 5, 30 de mayo de Juicio penal OSJ Fallo: 3627 Corte Nacional de Justicia. Expediente de casación 171 Registro Oficial Suplemento 5 de 30 de mayo de OSJ Fallo: 3628 Corte Nacional de Justicia. Expediente de casación 146 Registro Oficial Suplemento 440 de 15 de mayo de OSJ Fallo: Corte Nacional de Justicia. Corte Nacional de Justicia. Primera Sala de lo Penal C.T. Agraviado: José Francisco Díaz Villafuerte. Procesado: Carlos Filiberto Quezada Naula OSJ Fallo: Corte Nacional de Justicia. Violación. Expediente 1083, Registro Oficial Suplemento 440, 15 de mayo de OSJ Fallo: 3657 Corte Nacional de Justicia, 25 de abril de

96 Es interesante resaltar que la Sala Especializada de lo Penal da un giro e integra legislación internacional relevante; podríamos decir que siguiendo la jurisprudencia y doctrina internacionales realiza una interpretación conocida como autorizada, que consiste en referirse al uso de un instrumento es la interpretación de otro caso. Es claro que en la sentencia se logra un umbral más alto de protección se analiza el caso, aunque no lo menciona explícitamente, desde lo que la CEDAW en su Recomendación 28 establece como: interseccionalidad de discriminaciones. 72 La Sala integra en su interpretación las convenciones internacionales, para argumentar el tema de la no revictimización; además establece en su lógica interpretativa el aspecto de proyecto de vida de la víctima. En esta misma lógica de no causar revictimización, se considera como relevante y suficiente, para establecer la relación entre los hechos y las normas aplicables, que las pruebas relevantes para la decisión incorporen la versión de la víctima, confrontadas con peritajes técnicos especializados. En cuanto al bien jurídico protegido en el caso de la violación, establece que el bien jurídico a protegerse es la libertad sexual, pero razona que al ser el cuerpo el objeto de estos actos de poder, la voluntad de las víctimas ha sido quebrantada; así que, el bien jurídico protegido adquiere otras aristas a tomarse en cuenta, tales como: consecuencias directas en relación a la protección y goce de los derechos sexuales y reproductivos, secuelas como la imposibilidad de concebir o de llevar una vida sexual saludable y placentera, contagio de enfermedades de transmisión sexual curables o incurables, todo lo cual está vinculado al derecho a la vida y a la integridad. En esta misma línea de la Sala se concuerda con resoluciones de la Corte Constitucional en cuanto a la valoración de pruebas en caso de violencia sexual relacionado con la niñez. 73 Lo comprobamos cuando aborda el tema de la sana crítica en relación a la valoración de las pruebas, la ponderación del debido proceso, la colisión de derechos, la necesidad de ponderación de principios y derechos. La Corte realiza un ejercicio de ponderación de derechos, ahonda en la interpretación del principio de igualdad y la no discriminación y el trato diferenciado, tomando en cuenta las condiciones de la víctima en este caso, una niña y la procedencia del interés superior de la niñez. La Corte se declara competente para analizar desde el marco constitucional lo relacionado con los mecanismos que aseguren la igualdad procesal de las partes, así como la regularidad de la 72 La interseccionalidad es otro concepto básico para comprender el alcance de las obligaciones generales de los estados partes en virtud del artículo 2 de la CEDAW. La discriminación de la mujer por motivos de sexo y género está unida de manera indivisible a otros factores que afectan a la mujer, como la raza, el origen étnico, la religión o las creencias, la salud, el estatus, la edad, la clase, la casta, la orientación sexual y la identidad de género. La discriminación por motivos de sexo o género puede afectar a las mujeres de algunos grupos, en diferente medida o forma que a los hombres. 73 Caso EP Corte Constitucional para el Periodo de Transición. Juez Constitucional ponente: Patricio Pazmiño Freire. En este mismo sentido ver: CASO N EP. Corte Constitucional para el Periodo de Transición. Juez Constitucional ponente: Patricio Pazmiño Freire 96

97 estructura de la motivación judicial, la coherencia y congruencia argumental de las decisiones finales de la justicia ordinaria, en tanto afirma la garantía de los procesos judiciales. Sin embargo, en esta línea de valoración de pruebas, la Corte Constitucional se aparta y resuelve de manera diferente en el caso de mujeres adolescentes colombianas refugiadas en Ecuador. Este caso 74 1 refleja una cultura persistente de impunidad frente a este grupo específico de mujeres víctimas de violencia sexual y una excesiva valoración del examen médico legista como prueba única de violación. Así mismo, las resoluciones ponen en evidencia la ausencia de protocolos para investigar delitos sexuales y la tendencia de fiscales y jueces y juezas de imponer sobre la víctima la responsabilidad de impulsar los procedimientos e investigaciones, no obstante establecer la ley que es la fiscalía quien debe impulsar estos procesos de oficio. Finalmente, en el caso de las mujeres refugiadas colombianas, alarma la ausencia de respuesta por parte de la Corte Constitucional frente a claras violaciones de procedimiento en casos de violencia sexual, incluyendo el derecho a apelar, la seguridad jurídica y el derecho a ser notificado con las actuaciones procesales garantizadas por la Constitución, frente a un caso de doble o triple vulnerabilidad: por ser víctima de violencia sexual, por ser adolescente, y por ser refugiada. A manera de epílogo La violencia simbólica, según los criterios desarrollados en este artículo, es la base que da sostén a la violencia material (concreta); ambas, a su vez, legitiman la violencia machista en nuestras sociedades. Para avanzar en la erradicación de este fenómeno es tarea fundamental transformar el quehacer de los medios de comunicación social en relación a la forma cómo informan, qué informan y las imágenes que proyectan en torno al fenómeno de la violencia contra las mujeres y la discriminación de género. El papel de los medios es de vital importancia para lograr cambios en las percepciones predominantemente machistas en el tema de la violencia, que involucra y afecta directamente las vidas de las mujeres. En este mismo sentido es relevante el rol que deben cumplirlos y las juezas, y sus resoluciones judiciales, mismas que gozan de un poder particular, pues son fruto y expresión de una institución como es el derecho que, a su vez, se concretiza a través del acceso a la justicia. Es indudable que la justicia es una institución que también envía mensajes a la sociedad respecto de lo que es o no es permitido, de lo considerado jurídicamente correcto en el comportamiento de las personas. Lo cierto es que tanto la justicia como los medios de comunicación se encuentran sumergidos en una permanente ambigüedad, pues sus mensajes a veces aportan para erradicar la violencia y la desigualdad pero, en la mayoría de casos, terminan por reforzar los prejuicios y los estereotipos tan arraigados en nuestra sociedad y, de múltiples formas, legitiman la 74 Caso EP, acción extraordinaria de protección. OSJ Fallo: 3238 Corte Constitucional. En este mismo sentido ver Caso EP. Acción extraordinaria de protección. OSJ Fallo: Corte Constitucional. 97

98 discriminación y la violencia estructural. En esta constante tensión, las mujeres viven en un ambiente de permanente riesgo de sus vidas, a la vez que persisten en vindicar sus derechos. Bibliografía Amorós, C. (2007). Teoría feminista: de la Ilustración a la globalización. Tomo I. Madrid. Minerva Ediciones. Arroyo Vargas, Roxana (2004). Violencia estructural de género: una categoría necesaria de análisis para los derechos humanos de las mujeres. Revista Pensamiento Jurídico Feminista, 1. Bourdieu, P. (1991). Language and Symbolic Power. Cambridge: Polity Press. Corporación Humanas. Observatorio de Medios y de Sentencias humanas.org.ec. De Beauvoir, Simone (1982). El segundo sexo, Madrid: Aguilar. Facio Montejo, Alda y Lorena Fries (1999). Género y derecho. Serie Casandra. Santiago: Editorial Colección Contraseña, Casa La Morada. Gutiérrez Castañeda, Griselda (2008, abril). Violencia sexista. De la violencia simbólica a la violencia radical. Debate feminista, 19, 37. México. Juliano, Dolores (2010). Excluidas y marginales. Una aproximación antropológica. Valencia: Ediciones Cátedra, Universitat de Valencia, Instituto de la Mujer. Kelly, Liz (1988). Surviving Sexual Violence. Inglaterra: Polity Press. Lagarde, Marcela (1997). Los cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas. Colección posgrado. México: Universidad Nacional Autónoma de México. Laverde, María Cristina y Luz Helena Sánchez (1988). Voces insurgentes, Bogotá: Editora Guadalupe. Puleo, Alicia (2011). Ecofeminismo para otro mundo posible. Valencia: Ediciones Cátedra, Universitat de Valencia, Instituto de la Mujer. Russell, Diana y Jill Radford (1992). Femicide. The Politics of Woman Killing. New York: Twayne Publishers. 98

99 Observatorio de Sentencias Judiciales: juego de espejos Paulina Palacios Herrera 75 Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte. Julio Cortázar Introducción El Observatorio de Sentencias de la Articulación Regional Feminista es un esfuerzo por realizar, en los países asociados, la selección de sentencias de altas cortes relacionadas con los derechos humanos de las mujeres. El conjunto de estas sentencias permitirá a las ciudadanas, abogados y abogadas, juezas y jueces, entre otros operadores de la justicia, y activistas de los derechos, contar con un insumo de jurisprudencia comparada; es decir, el contraste de procesos judiciales y sus respectivas resoluciones en torno a casos con elementos y aristas similares, procurará criterios que puedan permitir arribar a unos y otras a una interpretación más abierta de sus casos. Esta posibilidad de que los operadores de justicia y también la ciudadanía contrasten sentencias de diversos países y cortes, sin duda se instituye en la posibilidad, más allá de la metáfora, de mirar su reflejo en otras latitudes y consultar otras dimensiones del derecho, la doctrina y la jurisprudencia. Para la resolución de casos se pretende que esta suerte de juego de espejos, de sentencias que se pueden mirar en el operador lector de los análisis y sentencias procure insumos y se constituya en una fuente de consulta para aclarar dudas mediante la interpretación de realidades próximas de la región y de la condición humana. La violencia de género en el Ecuador La violencia contra las mujeres se funda en la desigualdad histórica de las relaciones de poder entre hombres y mujeres, así como en la discriminación generalizada contra la mujer en el conjunto de sus relaciones sociales. La negación constante y efectiva de la igualdad se ha reflejado en normas culturales y conductas sociales, que reflejan un ejercicio patriarcal del poder que violenta de manera estructural a las mujeres o a personas con identidad femenina. La violencia contra la mujer es uno de los principales medios que permiten al hombre mantener su control sobre la capacidad de acción y la sexualidad de la mujer. 75 Abogada ecuatoriana. Ha trabajado en formación, incidencia e investigación en derechos humanos de las mujeres, pueblos indígenas y derechos de la naturaleza y aguas. Participó en misiones de investigación sobre derechos humanos de pueblos indígenas. Ha colaborado con la Corporación Humanas Ecuador, operando el Observatorio de sentencias sobre derechos de las mujeres. Trabaja en la Subdirección de Género del Consejo de la Judicatura. Coautora de diversas publicaciones sobre el tema. 99

100 La violencia contra las mujeres se ejerce en todos los entornos culturales, regionales y sociales; sus manifestaciones, sin embargo, dependen de circunstancias y condiciones relacionadas con las pertenencias étnica, de clase y nacionalidad, la diversidad sexo/genérica, el rango etario, y las condiciones de discapacidad. En Ecuador, los datos de la Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres, dan cuenta de que un 60.60% de mujeres ha vivido algún tipo de violencia (física, sicológica, sexual y patrimonial); es decir, seis de cada diez mujeres, independientemente de su autoidentificación, condición social o nivel de educación, han sufrido algún tipo de violencia. Según esta Encuesta, la violencia de género que viven las mujeres, revela los siguientes porcentajes a nivel nacional: violencia física, 38,6%; violencia sicológica 53,9%; violencia sexual, 25,7%; violencia patrimonial, 16,7%. En el entorno intrafamiliar la referida encuesta revela que la violencia perpetrada por la pareja, según el tipo de violencia, alcanza los siguientes porcentajes: violencia física, 87,3%; violencia sicológica, 76,3%; violencia sexual, 53,5%; y violencia patrimonial, 61%. En función de los compromisos internacionales de los derechos humanos adquiridos por el Estado ecuatoriano ante los sistemas de Naciones Unidas e Interamericano; así como, debido a la fuerte presión de distintos colectivos de mujeres, se crearon en Ecuador las llamadas comisarías de la mujer, encargadas de la aplicación y vigilancia de la Ley No. 103, de Violencia contra la mujer y la familia. Estas comisarías funcionaron entre 1995 y La administración de las normas ha provisto a las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar de un espacio para el conocimiento judicial de sus casos, procesos en los cuales de manera inmediata al conocimiento de la contravención, las comisarías expedían las medidas de amparo necesarias para la protección inmediata de la(s) víctima(s). La Constitución del Ecuador en su Art. 81, consagra un Estado garantista de derechos y, en el marco de la función judicial, establece normas de especialización en los casos de violencia intrafamiliar, sexual, crímenes de odio y los que se cometan contra niñas, niños, adolescentes, jóvenes, personas con discapacidad, adultas mayores y personas que, por sus particularidades, requieren una mayor protección. El Código Orgánico de la Función Judicial primero, y de manera más reciente, el Código Orgánico Integral Penal recién promulgado, establecen las normas sustantivas y procedimentales que permiten el ejercicio pleno de estas garantías judiciales. En el caso de la erradicación de la violencia de género contra la mujer, Ecuador ha suscrito los siguientes instrumentos internacionales: 100

101 »» Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Convención Belém do Pará);»» Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW);»» Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre;»» Convención Americana de Derechos Humanos;»» Convención Interamericana para prevenir y sancionar la violencia contra la mujer;»» Conferencia de Población y Desarrollo (El Cairo); y,»» Conferencia Mundial de la Mujer (Beijing). El marco de referencia para la vigencia de estos instrumentos internacionales de derechos humanos se constituye con la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Naciones Unidas y el Plan de Acción de Viena (1993), que establece que los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes. La indivisibilidad implica que los derechos se interpretan y aplican integralmente, sin primacías ni prelaciones. La interdependencia involucra los nexos entre derechos, hasta la formación de un sistema en el cual la conculcación de un derecho implica la transgresión de los demás. Este marco también refiere a la obligación estatal de considerar de manera global los derechos, así como de garantizar y tratar en igualdad de condiciones y sin discriminación a los derechos. Normativa ecuatoriana contra la violencia de género El Art. 11 de la Constitución de la República, entre otros aspectos, define los principios con los cuales se ejercen los derechos humanos. Entre éstos se reconocen aquellos prescritos en los instrumentos internacionales y que tienen como propósito una garantía efectiva desde el Estado ecuatoriano. Se consagran los principios de indivisibilidad, interdependencia e igual jerarquía de los derechos; se garantiza que todas las personas cuentan con los mismos derechos, deberes y oportunidades; se reconoce la justiciabilidad y exigibilidad de los derechos; y, se establece la progresividad y no regresividad de los mismos. Por otro lado, el Art. 66 de la Constitución reconoce y garantizará a las personas: El derecho a la integridad personal, que incluye:»» La integridad física, psíquica, moral y sexual.»» Una vida libre de violencia en el ámbito público y privado. El Estado adoptará las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar toda forma de violencia, en especial la ejercida contra las mujeres, niñas, niños y adolescentes, personas adultas mayores, personas con discapacidad y contra toda persona en situación de desventaja o vulnerabilidad; idénticas medidas se tomarán contra la violencia, la esclavitud y la explotación sexual.»» La prohibición de la tortura, la desaparición forzada y los tratos y penas crueles, inhumanos o degradantes. 101

102 Así también, el Art. 81 establece procedimientos especiales para garantizar los derechos de las víctimas de violencia: Art. 81. La ley establecerá procedimientos especiales y expeditos para el juzgamiento y sanción de los delitos de violencia intrafamiliar, sexual, crímenes de odio y los que se cometan contra niñas, niños, adolescentes, jóvenes, personas con discapacidad, adultas mayores y personas que, por sus particularidades, requieren una mayor protección. Se nombrarán fiscales y defensoras o defensores especializados para el tratamiento de estas causas, de acuerdo con la ley. Partiendo de un sistema normativo que garantiza a las víctimas, la Constitución, en el Art. 78, consagra que: gozarán de protección especial, y se les garantizará su no revictimización, particularmente en la obtención y valoración de las pruebas, y se las protegerá de cualquier amenaza u otras formas de intimidación. Se adoptarán mecanismos para una reparación integral que incluirá, sin dilaciones, el conocimiento de la verdad de los hechos y la restitución, indemnización, rehabilitación, garantía de no repetición y satisfacción del derecho violado. En la legislación secundaria para alcanzar la igualdad de las mujeres y hombres, el Estado cuenta con las siguientes normas nacionales: Ley Contra la Violencia a la Mujer y la Familia, Plan Nacional para la Erradicación de la Violencia de Género contra las Mujeres, Niñez y Adolescencia (Decreto Ejecutivo 620, 2007). Código Orgánico de Salud (2007), que demanda atención integral de la violencia basada en el género en el conjunto de unidades de salud. En este contexto se crea el Manual de procedimientos de aplicación obligatoria en el Sistema Nacional de Salud.»» Plan Nacional de Lucha Contra la Trata (2004)»» Plan Nacional Integral de Delitos Sexuales en el Ámbito Educativo (2011)»» El Código Orgánico de la Función Judicial (2009).»» El Código Orgánico Integral Penal (2014) Bajo los preceptos constitucionales, en el Código Orgánico de la Función Judicial (COFJ) la reestructuración de la Función Judicial determina que se cree una justicia especializada para atender la violencia contra la mujer y la familia, con el objetivo de garantizar y defender los derechos de las personas, bajo el principio de la unidad jurisdiccional y la gradualidad, que establece que ninguna autoridad de las demás funciones del Estado podrá desempeñar funciones de 102

103 administración de justicia ordinaria (Art. 10 del COFJ). Se instituyen las(os) juezas(es) especializados, así como se determina la subrogación de la competencia para conocimiento judicial de los casos de violencia contra la mujer y la familia a las(os) juezas(es) contravencionales; de familia, mujer, niñez y adolescencia; y, en última instancia, los multicompetentes. El Código Orgánico Integral Penal modificó el orden de esta prelación, colocando como primera subrogación la de familia, mujer, niñez y adolescencia. Aun cuando no constituyen materia de este texto, cabe mencionar que existen normativas locales de los denominados gobiernos autónomos descentralizados de ámbito provincial y/o cantonal, que regulan, en algunos casos de manera precisa, mecanismos de garantía de derechos. Mencionar por su especificidad las ordenanzas de igualdad para personas de diversa condición sexo genérica, expedidas por los gobiernos municipales de Cuenca, Quito y la provincia de Guayas, por citar algún ejemplo. Administración de la justicia especializada Las normas que disponen la conformación de las unidades judiciales especializadas en violencia contra la mujer y la familia, contenidas en el Art. 232 del Código Orgánico de la Función Judicial, determinan la competencia y jurisdicción de jueces y juezas especializados para conocer los hechos y actos de violencia y las contravenciones de policía cuando se trate de los casos previstos en la Ley contra la Violencia a la Mujer y la familia. Así también, en la Transitoria Décima Quinta, dicho Código dispone que: El Consejo de la Judicatura, cumpliendo el procedimiento y evaluación establecidos en este Código, designará a las juezas y jueces de Violencia contra la Mujer y la Familia, y determinará como sus circunscripciones territoriales las de las jurisdicciones donde actualmente existen comisarías de la mujer y la familia. El número de jueces y juezas de Violencia contra la Mujer y la Familia no podrá ser inferior al de comisarios y comisarías de la mujer y la familia que existen al momento de la promulgación de este Código. Para el concurso de jueces y juezas de Violencia contra la Mujer y la Familia será requisito indispensable acreditar conocimiento especializado o experiencia en esta materia. En sujeción a estas normas, el Pleno del Consejo de la Judicatura del Ecuador determina, mediante Resolución , de 15 de julio de 2013: crear unidades judiciales de violencia contra la mujer y la familia, a fin de garantizar el acceso de los usuarios a la justicia y su aplicación eficiente y efectiva de esta materia. Así, entre julio y septiembre del 2013 entran en funcionamiento 28 unidades de violencia contra la mujer y la familia, ubicadas en 24 cantones de 18 provincias. En estas unidades trabajan 79 juezas y jueces seleccionados mediante concurso de selección de méritos, oposición y merecimientos quienes, previo al inicio de sus funciones, realizaron un diploma superior en Abordaje integral a la 103

104 violencia contra la mujer y la familia. En su labor les acompañan equipos técnicos y administrativo judiciales interdisciplinarios. De esta manera, los casos de violencia contra las mujeres pasan de ser trámites administrativos en comisarías de la mujer, a procesos judiciales en el seno de la administración judicial ordinaria, garantizando el debido proceso de las partes, así como la protección y restitución de derechos de las víctimas. En el primer semestre de actuación de las unidades judiciales se resalta un índice de resolución del 33.37% frente al promedio de apenas un 13% en las comisarías de la mujer. Así mismo, la atención judicial busca dinamizar los procedimientos al tiempo que otorgar a las víctimas una atención más integral en torno al esclarecimiento de los casos, como a las necesidades de judicialidad específica de cada una. El número de causas que ingresa a las nuevas unidades es similar al que llegaba a las comisarías, con leves aumentos en Cuenca, Ibarra, Otavalo y Machala, durante el primer semestre de su funcionamiento. En el lapso julio diciembre de 2013 se registró el ingreso de causas en las 28 unidades judiciales, con una resolución de procesos. Parecería que una de las razones para el incremento en la resolución guarda relación con el activismo de las propias juezas(es) especializadas en torno a la consecución de procesos íntegros, y no a la sola emisión de boletas de expedición de medidas de protección, impronta de las comisarías. Algunos nudos críticos en la administración de la justicia especializada Al ser la violencia de género en el ámbito familiar un fenómeno tan estructural y naturalizado, la judicialización conlleva diversas dificultades que se pueden observar en el desempeño de las unidades judiciales especializadas. Varios de estos nudos críticos se encuentran relacionados con problemas en otras esferas de la vida social y del desempeño estatal, en un país con poblaciones alejadas y una geografía sin una intervención apropiada por todos los servicios públicos. Se enuncian algunos de estos nudos:»» La administración de justicia aún debe ampliar el servicio a los cantones en los cuales no se han conformado unidades judiciales especializadas. Además, las normas vigentes del Código Orgánico de la Función Judicial y del Código Orgánico Integral Penal demandan que el Consejo de la Judicatura amplíe las competencias de las unidades judiciales de familia, mujer, niñez y adolescencia; contravencionales y multicompetentes. Se considera que con la ampliación de las competencias de estas unidades para que éstas unidades conozcan de las causas por violencia contra la mujer y la familia, la cobertura se ampliaría a 192 cantones; llegando conjuntamente con las unidades 104

105 especializadas a un 85% aproximadamente de cobertura territorial y poblacional.»» Tratándose de juezas y jueces seleccionados para conocer materias judiciales de otra naturaleza a la de violencia contra la mujer y la familia, éstos requerirán de un proceso formativo.»» En Ecuador no existiría la suficiente cantidad de profesionales en psicología, trabajo social y medicina legal para atender a nivel nacional los casos judicializados de violencia contra la mujer y la familia. Del personal seleccionado para trabajar de manera integral alrededor de la víctima en las unidades judiciales especializadas en violencia, aún sería necesario ahondar los conocimientos en la materia.»» Los órganos autónomos de la Función Judicial: fiscalías y defensoría pública, así como la actuación complementaria de los órganos auxiliares, deben conducir sus actuaciones judiciales en el marco de los protocolos, instructivos y/o modelos de atención adecuados al enfoque del debido proceso o derechos de protección, y a las garantías que requiere la atención a las víctimas.»» La actuación de la fiscalía debe ser correspondiente al procesamiento que las unidades judiciales especializadas dan a las partes procesales, pues parece que no siempre en la fiscalía se estaría considerando la prueba, el testimonio anticipado a la víctima, la no revictimización esencialmente la no consecución de pruebas en ellas, ni considerarían lo ya actuado por los operadores de éstas para su posterior participación. Es que en Ecuador la violencia que genera una inhabilidad laboral de más de tres días en las víctimas, pasa de ser considerada contravención a delito, con lo debe ser judicializada en el ámbito penal. Allí la fiscalía debe acometer la investigación del proceso, pero en sujeción con los estándares previstos para la gestión judicial en los casos de violencia, que conlleva la garantía de derechos de las víctimas y, sobre todo, evitando su revictimización.»» Otro dilema es que la atención especializada en violencia para la prevención, atención en crisis y posterior rehabilitación, existe en muy pocos cantones del país. Para las juezas y jueces que administran justicia es un problema no contar con los servicios públicos integrales a los cuales remitir a las víctimas de violencia de género contra la mujer y la familia. Se conoce que, frente a esta carencia, muchos deben recurrir a organizaciones no gubernamentales vinculadas con universidades o, incluso, con iglesias de distintos cultos, que disponen de estas prestaciones en algunas ciudades.»» También resulta necesario que la Policía Nacional readecúe sus servicios y protocolos de atención en los casos de violencia, acorde con la nueva administración de justicia especializada, así como con las normas del nuevo Código Orgánico Integral Penal. 105

106 Sentencias judiciales: aprendizaje desde la práctica y la comparación Qué es el Observatorio de Sentencias Judiciales? El Observatorio de Sentencias Judiciales se plantea como una herramienta de análisis que contribuya a una mayor conciencia de los derechos de las mujeres por parte de los juzgadores de los países en los cuales interviene el Observatorio: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú. El Observatorio revisa, selecciona, sintetiza y recupera decisiones judiciales de las altas cortes en el caso ecuatoriano la Constitucional y la Nacional de Justicia buscando determinar el grado de cumplimiento de los derechos reconocidos en la CEDAW por parte de los juzgadores (as) locales. De este modo, a través de esta herramienta se pretende difundir las buenas prácticas en la defensa y en las propias decisiones judiciales. Los objetivos específicos del observatorio son:»» Contribuir a un conocimiento más adecuado de los derechos de las mujeres, así como de los mecanismos legales para defenderlos;»» Promover el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres en el ámbito de la argumentación jurídica, mediante el conocimiento de las prácticas judiciales; y,»» Generar un consenso de utilización común de los mecanismos regionales e internacionales para la protección de los derechos humanos de las mujeres. Posibilidades para la justicia especializada ecuatoriana La justicia especializada en violencia contra la mujer y la familia es de muy reciente institucionalización en el Ecuador, tal como se ha expuesto en líneas anteriores. Aparece como un signo positivo el incremento de causas resueltas, remontando la práctica administrativista que aparece como prevalente en el período inmediatamente anterior por parte de las comisarias. De aquí se puede colegir la importancia que la herramienta del Observatorio tiene para el trabajo de estas nuevas juezas y jueces. A continuación proponemos varios aspectos potenciales del Observatorio como herramienta para la judicialización en los casos de violencia, prevista como garantía y acceso a las víctimas. Propuesta de síntesis y organización de la labor judicial El observatorio realiza una revisión de sentencias judiciales de la Corte Constitucional y de la Corte Nacional de Justicia del Ecuador, seleccionando las que guarden relación con procesos judiciales en los cuales se dirima sobre derechos humanos de las mujeres, sin importar la definición de las resoluciones sean éstas positivas o no para la consecución de los derechos. Tras la selección de los casos, el Observatorio analiza los temas que aborden los procesos, entre los cuales los más frecuentemente analizados 106

107 son: violencia contra las mujeres, derechos sexuales, derechos reproductivos, participación y acceso a espacios de decisión, derechos de identidad, libre personalidad, migraciones, mujeres rurales, derechos de familia y derechos patrimoniales. Una referencia importante para el uso de la herramienta es la selección de descriptores que utiliza el observatorio en la estructuración y colocación de las sentencias judiciales. Con este propósito, la lista de posibles descriptores pretende cubrir los que en cada resolución judicial se encuentran como criterios importantes utilizados por los juzgadores (as) en la sentencia. De esta manera, entre los utilizados con más frecuencia en el observatorio de Ecuador, se encuentran: crítica sana, no revictimización, valoración de pruebas, recalificación del delito, patrimonio, sociedad conyugal, colusión, estado civil, liquidación laboral, derechos laborales, discriminación, inequidad. En la sección del Observatorio de Sentencias del Ecuador se encuentran 87 sentencias seleccionadas y analizadas hasta febrero del 2014, que utilizan varios de los descriptores relacionados con los aspectos formales o las materias jurídicas que abordan, pero también con palabras clave referidas a los derechos humanos de las mujeres y al principio de igualdad y no discriminación. Estos descriptores y palabras clave permiten el acceso para la consulta de jueces y juezas. Como ejemplo, el tema de diversidad sexo genérica o unión de hecho así como violencia de género, son palabras clave que el operador de justicia podrá utilizar para acceder a todas las sentencias del Ecuador y la región que hayan juzgado sobre estos aspectos. El Observatorio también utiliza los denominados Derechos CEDAW para una división conceptual de las sentencias subidas a esta herramienta. En el caso del Ecuador, la mayoría de sentencias seleccionadas guardan relación con el derecho a una vida libre de violencia, materia de la cual se ocupan principalmente las y los juzgadores especializados en violencia contra la mujer y la familia. Un cuarto elemento que compone el esquema de presentación de los casos constituye el sumario del proceso, en el cual la jueza o juez pueden visibilizar los factores propios de la causa y ubicar para qué ejercicio comparativo de su propia labor jurisprudencial podría servirle como referencia, contrapunto o aporte, en caso de similitudes. La estructura de presentación de cada caso incluye también el análisis y el archivo de la sentencia judicial tratada. Esta sinopsis es una propuesta válida de organización de los procesos judiciales que abordan las juezas y jueces en materia de violencia contra la mujer y la familia. El indicativo de valoración que consiste en uno o varios íconos de manos con los pulgares para arriba o para abajo aporta sobre todo al revisar el conjunto de resoluciones abordadas en el Observatorio. 107

108 Jurisprudencia comparada El Observatorio permite a la jueza o juez de violencia, que aborda esta nueva experiencia en administración de justicia, contar con un conjunto de sentencias que pueden aportar con la experiencia del juzgador de dicha corte y con procesos que se han desarrollado de una manera más extensa en la vía judicial. Así también, en las sentencias de la Corte Constitucional, además de la referencia obligatoria que la Constitución define como vinculantes; las juezas y jueces cuentan con una fuente importante para la toma de decisiones en relación con cada uno de los casos en que administran justicia. De otra parte, el caudal de sentencias de los otros países es muy importante para los juzgadores ecuatorianos. Existen casos vinculados con las uniones de hecho, civiles entre personas de diversa condición sexo/genérica, demandas relativas a los derechos conexos a la identidad, las normas de familia en los núcleos familiares diversos, especialmente en la jurisprudencia argentina incluida en el portal del Observatorio. La resolución judicial que varios de estos casos ha obtenido por parte de juzgadores de otros países, sin duda es significativa en cuanto a lo novedoso de casos que serían abordados por la Función Judicial ecuatoriana, en las distintas materias judiciales. En relación con la justicia especializada en violencia, el acervo de sentencias incluido en el observatorio de los siete países, permite ubicar desde el análisis comparado elementos en relación con la estructura argumentativa que trabaja y discierne sobre los problemas jurídicos que le son planteados al juez o a la jueza. Así también, la visibilización de los instrumentos internacionales, incluidas las sentencias de la Corte Interamericana o Europea, que son de frecuente utilización por parte de varios tribunales en otros países, permite afirmar su pertinencia para dilucidar diversos casos. En torno a la resolución de los casos, la posibilidad de realizar un análisis comparado a la luz de sentencias judiciales de casos similares, o aún distintos, permitirá al juez o jueza ecuatorianos, analizar opciones de medidas de reparación integral de derechos. Este potencial del Observatorio es particularmente destacable pues en Ecuador, aparentemente, no existe una estructura de servicios que, desde la Función Judicial, permita a las víctimas el acceso pleno a las medidas de reparación, además de las sanciones que le implique a los victimarios y las posibles medidas de protección. Algunas conclusiones El estudio de las sentencias judiciales contenidas en el Observatorio o la consulta de alguno de los elementos en que se inscriben los observatorios nacionales (temas, descriptores, derechos, sumario, valoración de la sentencia) constituye una importante herramienta, fundamentalmente para las juezas y jueces a quienes corresponda conocer tanto las contravenciones como los delitos en violencia contra la mujer y la familia. 108

109 Otro potencial latente constituyen los casos en los cuales se involucra la justicia constitucional en relación con las garantías jurisdiccionales. Por un lado, un porcentaje de estas causas es conocido por las juezas especializadas, y lo más importante, varios derechos constitucionales relacionados con los derechos sexuales, reproductivos, el derecho a la identidad y diversidad sexo/genérica en todos sus aspectos, son aún demandados por vía de estas garantías en el Ecuador. Para la formación continua que deberá brindarse desde la escuela de la Función Judicial ecuatoriana a los jueces y juezas que tendrán ampliación de sus competencias hacia el conocimiento de la violencia contra la mujer y la familia, es fundamental socializar la utilización del Observatorio para la consulta de estos operadores en la resolución de causas en la nueva materia. De igual manera, con el cambio que le implica a la Función Judicial la próxima implementación del Código Orgánico Integral Penal, el conocimiento y uso del Observatorio para fiscales y defensores públicos, será de indudable utilidad para su ejercicio profesional en el conjunto de procesos judiciales que involucren derechos de las mujeres y, en particular, derechos sexuales y reproductivos. 109

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111 ANEXOS 111

112 Análisis del tratamiento informativo de la violencia de género contra las mujeres en diez diarios del Ecuador, durante el período 15 de abril 31 de julio de ELABORADO POR EL EQUIPO DEL OBSERVATORIO LOS DERECHOS DE LAS MUJERES EN LA MIRA Blanca Diego, periodista Mónica Diego, elaboración de base de datos y estadística Corporación Humanas, Ecuador. Quito, septiembre, LA VIOLENCIA EXTREMA EN PRIMERA PLANA 112

113 LA VIOLENCIA EXTREMA EN PRIMERA PLANA 1 PRESENTACIÓN 113 FICHA TÉCNICA 117 COBERTURA DEL TEMA POR MEDIO 118 TIPOS IDENTIFICADOS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER 119 GÉNERO PERIODÍSTICO MÁS UTILIZADO 121 SECCIÓN DE PUBLICACIÓN 122 ÉNFASIS Y ENFOQUE CENTRAL DE LA INFORMACIÓN 123 SUJETO CENTRAL DE LA INFORMACIÓN 124 PRINCIPAL FUENTE DE INFORMACIÓN 124 DERECHOS, NORMATIVA Y EXIGENCIAS AL ESTADO 125 CONCLUSIONES 127 PRESENTACIÓN Como ahora sabemos ya no hay excusas. La encuesta nacional realizada en el Ecuador sobre violencia de género contra las mujeres cuantifica, por primera vez, uno de los problemas más graves y trágicos del país: la violencia hacia las mujeres por el hecho de ser mujeres. Es decir, ya se conoce la magnitud del problema. 113

114 La encuesta fue publicada en 2012 y concluye que 6 de cada 10 ecuatorianas ha sufrido algún tipo de violencia alguna vez en su vida. Del total de mujeres que ha vivido violencia física, el 87,3% lo ha hecho en sus relaciones de pareja. La violencia de género sobrepasa el 50% en todas las provincias del país, siendo Morona Santiago, Tungurahua, Pichincha, Pastaza y Azuay las que registran los niveles más altos de violencia machista. La Encuesta Nacional de Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres, realizada entre el 16 de noviembre y el 15 de diciembre de 2011 en viviendas, por el Ministerio del Interior, la Comisión de Transición hacia el Consejo de la Mujeres y la Igualdad de Género, y el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, se aplicó a mujeres mayores de 15 años, del ámbito rural y urbano. La prensa escrita ecuatoriana difundió ampliamente la encuesta a través de noticias, editoriales, columnas de opinión y entrevistas, y no escatimó la presencia de sus reporteros y periodistas en la cobertura de los resultados de la encuesta. Todos coincidieron en repudiar la violencia machista y en afirmar que ella significa maltrato, discriminación y, en no pocos casos, el asesinato de mujeres. Esto sucedió en 2012 Qué ha pasado desde entonces? Por qué la prensa ecuatoriana en lo que va de 2013 ha regresado al recuento de los asesinatos y sentencias judiciales, olvidando retomar otros datos de la encuesta? En Ecuador apenas se habla de violencia de género contra las mujeres; es un asunto que no genera debate público ni presión por parte de la ciudadanía. La dimensión del vacío existente sobre este problema social se aprecia cuando se lo compara con el grado de confrontación política e ideológica que alcanzaron los dos grandes debates nacionales de 2013: reforma de la Ley de Comunicación y explotación petrolera del Parque Yasuní, mientras que violencia machista no levanta indignación ni convoca manifestaciones. Es una cruda realidad que la gente simplemente ignora. Falta voluntad política y consenso nacional para poner freno y disminuir las consecuencias de esta lacra social. Se deben debatir y atacar los aspectos más profundos de esta cultura machista, jerárquica y paternalista, y esta acción pública requiere planificación, tiempo y dinero, así como la intermediación de los medios de comunicación. La primera conclusión del Observatorio sobre el tratamiento de la prensa escrita sobre la violencia machista es que, en general y en comparación con cinco años atrás, los diez diarios monitoreados ponen hoy más cuidado para no caer en las trampas del lenguaje machista. Sin embargo, la segunda conclusión es que los diarios del Ecuador continúan reportando las consecuencias extremas de la violencia de género muertes de mujeres y denuncias por malos tratos sin apenas analizar el contexto ni ampliar los puntos de vista, con lo cual el resultado de este tipo de enfoque no es suficiente si se tiene en cuenta que los medios de comunicación son factor decisivo en la contribución a la prevención y a la sensibilización sobre el problema. 114

115 Si en lugar de diez mujeres asesinadas hubieran sido diez políticos o futbolistas, la alarma social habría saltado, y el hecho habría concitado la atención de los medios y las redes sociales. Por qué la violencia sistemática en el hogar golpes, insultos, denigración o la violencia discriminatoria en el trabajo, en la educación, en los salarios desiguales, no provoca la misma alerta en la sociedad? La respuesta es de manual: porque la violencia machista está naturalizada y aceptada socialmente. En 2012, con la encuesta nacional del INEC en la mano, los medios pudieron conocer la dimensión del asunto al contar con datos cuantificables. Unos meses antes, en diciembre de 2011, la Corporación Humanas invitó a los directores de los diarios monitoreados a debatir sobre la calidad de la información que publican sobre la violencia de género contra las mujeres. El debate tuvo lugar en el programa La Cabina, de la Radio Pública del Ecuador, y todos los presentes hicieron un mea culpa. Ahora, en 2013, el Observatorio se pregunta si los diarios ya incluyeron en su agenda de grandes temas de intereses nacional la violencia de género contra las mujeres. Para responder a esta pregunta recordamos aquí algunas de las ideas expuestas en dicho espacio radiofónico, el mismo que se encuentra en el sitio web de Humanas: A pesar de que el Observatorio invitó a los diez diarios objeto del análisis, al debate acudieron solamente representantes de cuatro. Dimitri Barreto, editor de la sección Seguridad y Justicia de El Comercio, reconoció que hay un tratamiento simplista en todos los medios [ ] Creo que se debe a que vemos la violencia como un caso policial y es un grave error [ ] La policía judicial hace ruedas de prensa a diario y se presentan casos de violencia intrafamiliar. El estudio [se refiere al análisis del Observatorio publicado en 2011] nos abre los ojos y nos hace reaccionar y reflexionar. La violencia intrafamiliar y el femicidio se tratan más en El Comercio [ ] No consideramos necesario publicar fotos de cadáveres, sino el contexto; el conteo de muertas no es lo más importante. La cifra de hombres muertos es hasta similar al de mujeres [ ] Lo más importante es cómo abordar el tema con responsabilidad, dejar de enumerar muertos y dar más contexto. Juan Manuel Yépez, editor jefe de Extra, a través de vía telefónica defendió la crónica roja como género periodístico donde los demás susurran nosotros lo gritamos. Somos sensacionalistas no amarillistas [ ] Aunque reconozco falta de análisis en el periódico. A la pregunta: El sensacionalismo es su posición política?, contestó: 115

116 Hacemos énfasis en la violencia contra las mujeres porque queremos causar indignación, perseguir a los culpables y presentárselos a la justicia [ ] Nosotros tenemos reporteros que rastrean e investigan al sospechoso y si es necesario publicamos su foto, de este modo ayudamos a la captura. [ ] Queremos que los hombres reaccionen y que lo huelan, lo toquen, por eso no maquillamos las fotos. Buscamos una vergüenza colectiva a través del lenguaje amarillista. Por el Diario El Mercurio de Cuenca, participó, vía telefónica, el periodista Jorge Álvarez quien reconoció: [Tenemos] necesidad de capacitarnos pero por la premura de los tiempos no tenemos esta oportunidad, pero debemos hacerlo para aportar a esos cambios de imaginarios perniciosos. [ ] A las mujeres les falta conocer sus derechos, especialmente en las zonas indígenas. [ ] Este tema no se ve como un problema y los propios periodistas se autocensuran. [ ] Aunque debería ser un tema de política nacional, de agenda de los medios, El Mercurio ni se lo plantea porque hay otros temas más importantes. Orlando Pérez, director de El Telégrafo habló del reto de tratar mejor el tema no sólo en los medios sino también en la sociedad, porque en la medida en que el tema sea colocado por la sociedad con mejores discursos y más participación, los medios también le entraremos al tema. En sintonía con los otros tres invitados, también hizo un mea culpa: Creo que hay que visibilizar los errores que cometemos. Y los programas de TV machistas, como La pareja feliz [ ] son un atentado contra la dignidad de las mujeres pero no veo a las mujeres que protesten. Expresó que su medio tiene la necesidad de más fuentes y más información especializada y mencionó otro aspecto fundamental, la escasez de personal; por ello [el diario] no puede poner una persona dedicada [ ] De haberlo pondría una mujer, porque claro estos son temas delicados y mejor los tratan las mujeres. Para conocer si hoy, un año y medio más tarde, los periódicos han dado un giro al tratamiento informativo, el Observatorio presenta el siguiente análisis, recordando tres premisas: La violencia machista es una cuestión de dignidad y de derechos humanos; todos medios de comunicación incluidos deben alzar la voz, y no sólo las mujeres. La discriminación y las desigualdades de género constituyen el origen de todo tipo de violencia de género contra las mujeres, incluyendo su forma más extrema, el femicidio. 116

117 Es urgente la formación y especialización de las y los profesionales de la comunicación sobre qué es y cómo tratar informativamente la violencia de género contra las mujeres. FICHA TÉCNICA Tipo de análisis: cuantitativo y cualitativo. El Observatorio analiza las informaciones aparecidas en las versiones digitales de los diez diarios seleccionados. Tema: análisis de las informaciones sobre violencia de género contra las mujeres publicadas en diez diarios de Ecuador. Subtemas: acoso, asesinato, femicidio, violencia física, sexual, patrimonial, trata de personas y violencia por opción sexual. Período analizado: 15 de abril 31 de julio de 2013 Unidad de análisis: 189 piezas informativas publicadas en prensa escrita, todos los géneros periodísticos. Universo: diez diarios de circulación regional y nacional, versión electrónica. El Observatorio se centra exclusivamente en formatos y géneros de carácter informativo y de opinión; no registra las secciones de entretenimiento, sociales o la publicidad; tampoco fotografías e imágenes. Periódicos de circulación nacional: Extra: la crónica roja por excelencia y uno de los diarios más vendidos en el país. El Universo: el diario de mayor cobertura en la Costa. Expreso, 40 años de vida. El Telégrafo, periódico público (Estado). El Comercio, el más importante de Quito y de la Sierra. Diario Hoy, de circulación nacional. Periódicos de circulación regional: El Mercurio, matriz en Cuenca, de los más leídos en la Sierra sur. La Hora, diario con una edición nacional y varias ediciones regionales. La Gaceta de Cotopaxi, con sede en Latacunga y La Prensa, de Chimborazo, con sede en la ciudad de Riobamba. Elaboración de estadísticas: Mónica Diego Vicente Análisis cualitativo y redacción del informe: Blanca Diego Vicente 117

118 COBERTURA DEL TEMA POR MEDIO En el período comprendido entre abril y julio de 2013, el Observatorio Los Derechos de las Mujeres en la Mira de la Corporación Humanas Ecuador, registró en los diez diarios monitoreados un total de 189 informaciones relacionadas con violencia de género contra las mujeres. El Extra continúa siendo el que más noticias publica sobre el tema (43, que representan el 23% del total). Le siguen El Universo, 37 notas que representan el 20%, y La Hora, 38 noticias y 20%. El Comercio y El Telégrafo, considerados como prensa influyente y generadora de opinión, publicaron 25 y 23 notas respectivamente. El Expreso, al igual que los periódicos regionales, El Mercurio de Cuenca y La Prensa de Chimborazo registran 4 noticias y, finalmente, La Gaceta de Cotopaxi publicó una noticia. El siguiente cuadro detalla el número de informaciones que cada diario publicó en el período analizado Los diarios de mayor circulación en la región Costa son los que otorgan más espacio a noticias relacionadas con la violencia contra las mujeres. Así, Extra y El Universo, son los diarios que más informaciones publicaron, tendencia que se observa desde el año Por su parte, La Hora, diario regional quiteño, supera a El Universo, con una publicación más en el período analizado. Sin embargo, el hecho de que un diario publique un mayor número de reportes no significa necesariamente que dicha conducta responda a un enfoque de derechos, sino por el contrario, a un afán sensacionalista, dirigido a causar impacto por ser hechos de sangre o por resaltar hechos de agresión física o sexual contra la mujer. Extra, que utiliza imágenes sangrientas y un lenguaje hiperbólico para generar interés entre sus lectores, defiende este estilo como un medio para sensibilizar a la opinión pública. En palabras de Juan Manuel Yépez se habla con mucha ligereza del sensacionalismo y la crónica roja pero 118

119 tiene igual rigurosidad que otros (géneros). Sobre las fotos que acompañan a las notas, dice: esta sociedad barre la casa y mete la basura bajo la alfombra [ ] Publicamos las fotos tal y como ocurren y no editadas porque eso falsearía la realidad [ ] El crimen pasional significa que la víctima generó una pasión que puede justificar al asesino, y nosotros nos lo planteamos así. Los eufemismos en este país son terribles (debate radiofónico en La Cabina, diciembre 2011). TIPOS IDENTIFICADOS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER El asesinato y el femicidio, el arresto del sospechoso o de una banda de traficantes de personas, y el proceso judicial contra un sospechoso, son los temas que acaparan la atención de los diarios. Es decir, la violencia extrema es noticia pero no lo son sus causas y sus consecuencias; tampoco lo es el hecho de que sea un problema histórico que afecta a las mujeres de cualquier condición social, económica, cultural, etc. En el período analizado, ningún diario ha explicado que la violencia de género contra las mujeres es un continuum. El 46% de las 189 informaciones publicadas hace referencia a asesinato o femicidio (asesinato de una mujer por su condición de mujer) y el 25% a casos de violencia sexual. Cuando los diarios centran su atención en las formas extremas de violencia, y dan menos espacio a otros tipos de violencia, como el acoso o la violencia patrimonial (despojo del derecho a la herencia, por ejemplo), presentan una imagen distorsionada del fenómeno de la violencia intrafamiliar. Al mencionar o reiterar argumentos tradicionales, como la locura, los celos o el alcohol, los periódicos hacen una simplificación peligrosa, pues presentan al ámbito familiar como un espacio cerrado, de puertas adentro, colocando a la violencia de género contra las mujeres como un asunto privado. 119

120 En el período del análisis se observa que los diarios prestan más atención al delito de trata de personas, sean sus víctimas menores o adultos, hombres o mujeres. Estas noticias representan el 9% del total (17 informaciones) y son tratadas bajo las secciones de judicial y policial porque hablan de operaciones policiales, capturas, detenciones, redadas, etc. Cabe destacar que las entrevistas a representantes de organizaciones expertas en la materia o los reportajes de investigación son escasos; en general, las noticias se centran en la detención o desarticulación de una banda. En definitiva, los diarios persisten en un tratamiento de la Trata de Personas descriptivo y coyuntural, vaciando la gravedad del tema. Los responsables de los diarios probablemente creen que están cumpliendo con su labor de informar sobre la actualidad pero aún tienen un trabajo pendiente: investigar y tomar la delantera en lugar de esperar a que se produzca una declaración pública o una rueda de prensa. En este sentido, el tratamiento de este tipo de violencia no se diferencia en nada del resto de violencias. La tendencia de los diarios a dar muy poca importancia a los problemas cotidianos que viven las mujeres, a las causas y consecuencias de la violencia machista, a los efectos de la desigualdad y la discriminación, apenas ha cambiado respecto a años anteriores: la pauta informativa predominante continúa siendo el asesinato y la violencia sexual. El término femicidio se ha extendido a todos los diarios y es común encontrarlo en las noticias. La gran ignorada continúa siendo la Violencia Patrimonial. La Encuesta nacional del INEC recoge la definición que da la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer o Convención de Belem do Pará: La transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos, documentos personales y valores, derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer las necesidades de las víctimas. En el período estudiado no existen noticias sobre violencia patrimonial a pesar de que, según la encuesta, las mujeres que han vivido esta violencia por parte de sus parejas o ex parejas, constituyen el 28,9%, y por parte de otras personas, el 71,1%. Esta violencia podría salir a la luz pública si los periódicos investigaran los obstáculos que en el campo y en la ciudad enfrentan las mujeres para lograr el pleno desarrollo de sus derechos económicos y sociales. La violación de derechos relacionados con el patrimonio rara vez se denuncia y además no es un delito flagrante. Estas son, probablemente, dos razones por la cuales no hay investigación periodística ni seguimiento de casos en la prensa. Los datos no son menores y son un indicativo de las relaciones de poder del sistema patriarcal en las familias extendidas, con mayor impacto en las áreas rurales. Los datos del INEC demuestran la falta de garantía y protección de los derechos económicos de las mujeres. 120

121 La violencia por opción sexual es una categoría nueva incluida en el Observatorio, y responde a la conquista de espacios y debates públicos alcanzada por la comunidad lésbica, gay, transexual, bisexual e intersexual (LGTBI).La visibilidad de sus luchas y reivindicaciones ha llegado también a los diarios. Entre abril y julio se registran tres informaciones/reportajes referidos a las clínicas para lesbianas y homosexuales. Las informaciones publicadas sobre este tema son un buen ejemplo de que si los diarios mantienen una mirada rigurosa, se puede obtener un tratamiento dentro del marco de respeto y de garantía de derechos humanos, lo cual demuestra que a través de los medios se puede impulsar una corriente educativa, transformadora de los imaginarios, de respeto de los sujetos y de valoración de las diferencias. Pero igual que ocurre con la trata de personas, el hecho se cubre sólo cuando hay una rueda de prensa, una protesta, el cierre de una clínica, una denuncia, etc. GÉNERO PERIODÍSTICO MÁS UTILIZADO La era digital ha permitido a los periódicos ampliar horizontes y ser más creativos. Hay nuevas formas narrativas para transmitir una historia (fotonarrativa o storytelling) en las que texto, gráficos, imagen y sonido son elementos que se complementan, aportando información cada uno desde un ángulo determinado. Es una narrativa donde puede predominar el texto o la imagen, sea ésta fotografía o vídeo. Este formato multimedia es el molde perfecto para investigaciones y reportajes. En el período analizado ninguno de los diarios monitoreados ha realizado reportajes multimedia sobre la violencia de género contra las mujeres. Es decir, las y los directivos de los diarios no incorporan a su política informativa estas nuevas formas narrativas, no destinan personal o recursos para poner en práctica esta nueva técnica, lo que además demuestra falta de interés y de estrategia para atraer un público más joven a sus páginas digitales. Predominan los formatos clásicos y se da prioridad a la relación breve y coyuntural de los hechos, a las notas simples y sin contexto. El 65% de las informaciones sobre violencia machista son noticias y breves. 121

122 Las publicaciones de los diez diarios, en el período, suman 21 reportajes (el 11% del total de publicaciones), 2 informes especiales (1%), 2 entrevistas, 1 editorial y 4 columnas de opinión (2%). El Observatorio registra 36 crónicas, lo que representa el 19% del total de las informaciones. Una buena parte de ellas han sido publicadas por el diario Extra, bajo el epígrafe Crónica, aunque en ocasiones parecen más noticias que relatos cronológicos de una historia. La ausencia de testimonios e historias de vida es casi del 100%, como si las mujeres y los cuerpos de las mujeres fuesen invisibles. Apenas hay producción de cuadernos especiales de fin de semana, Los diarios se limitan a registrar el hecho ocurrido: el asesinato, el fallo judicial, la rueda de prensa, el resultado de una redada policial, etc. Como tendencia positiva, empieza a ser habitual incluir información útil de teléfonos y direcciones (de la policía, servicios de asistencia médica de urgencias, unidades especiales, etc.). Es un hecho comprobado que dar información útil dirigida a víctimas y familiares es un paso imprescindible en el combate de la violencia de género. Como también lo son las campañas que se sostienen por largo tiempo y de forma masiva a través de los medios de comunicación. Los diarios monitoreados han dado cobertura al lanzamiento de campañas públicas: No más Karinas en Ecuador, Por ser Niña, El valiente no es violento, etc. Pero ninguno de los medios se suma activamente a ellas, no se comprometen con ninguna. SECCIÓN DE PUBLICACIÓN Entre abril y julio, el 54% de todas las informaciones sobre violencia contra las mujeres publicadas por los diez periódicos fueron colocadas 122

123 bajo las secciones Judicial/Policial/Seguridad. El 20% del total estaba en primera página. Es decir, los diarios dan preferencia al enfoque de acontecimiento aislado y coyuntural, sin relación con otros aspectos como salud, política, sociedad, cultura. En general, las y los profesionales de la prensa escrita apenas exploran o investigan los diferentes aspectos y los orígenes históricos de esta tragedia. En los últimos dos años se observa una tendencia a publicar los casos de violencia contra las mujeres en la sección Seguridad, lo cual es positivo, pues demuestra que la comprensión de seguridad ciudadana se extendió a aquellas medidas específicas que se necesitan para proteger a las mujeres. El problema aparece cuando los diarios publican únicamente bajo esta sección y apenas amplían las perspectivas; por ejemplo, faltan las voces de la academia, de las políticas públicas en salud y educación, etc. ÉNFASIS Y ENFOQUE CENTRAL DE LA INFORMACIÓN La sociedad y los medios se resisten a aceptar que el machismo es producto de la desigualdad y la discriminación históricas hacia el género femenino, y que la violencia es la manifestación extrema de esa desigualdad. Rara vez las informaciones se centran en la víctima o en el victimario; sucede en un 3% de las publicaciones. Nuevamente, la ausencia de testimonios e historias de vida es casi del 100%, como si las mujeres y los cuerpos de las mujeres fuesen invisibles. La tendencia observada es que cuando se trata de violencia de género, los diarios centran su atención en el hecho (el qué) más que en las personas (el quién o quiénes) lo que se evidencia en la ausencia de testimonios o voz de las mujeres. En el 59% de las informaciones el énfasis está en el hecho, el 25% en el personaje y en el 12% en estadísticas y cifras. 123

124 En este sentido, de las 189 informaciones publicadas entre abril y julio sobre violencia de género contra las mujeres, 92 se enfocan en el acontecimiento, 28 en detención/captura y 23 en proceso judicial. El contexto social, la historia de la víctima o los derechos humanos violentados no constituyen la mirada central de los artículos. Monitorear las campañas públicas (3%) o sondear niveles de prevención (1%) no resultan aspectos noticiables de la violencia de género. Es decir, los diarios mantienen una postura de distanciamiento, imparcialidad y objetividad. En palabras del director de El Telégrafo: en la medida en que el tema sea colocado por la sociedad, con mejores discursos y más participación, los medios también le entraremos al tema. No ocurre así con los grandes asuntos de política nacional, lo que da cuenta de la falta de compromiso de los diarios monitoreados con la erradicación de un problema que afecta a millones de mujeres del Ecuador. SUJETO CENTRAL DE LA INFORMACIÓN De las 189 informaciones publicadas, 170 (o 90%) el sujeto central es femenino (mujeres adultas, niñas, víctimas, testigos y/o familiares) y 2 (1%), es masculino (testigos, familiares y/o agresores). En 15 notas (8%), se mencionan a ambos. La interpretación de los datos lleva a la conclusión de que los diarios no ven la violencia de género como un problema de la sociedad sino de las mujeres; es decir, los periódicos presentan la estructura del problema, así como su origen y eje, a través del sujeto femenino, a pesar de que es una realidad que toca al 52% de la población. PRINCIPAL FUENTE DE INFORMACIÓN En esta gráfica el dato más relevante radica en que, a diferencia de otros 124

125 años, el 31% de las informaciones (59 notas de las 189 totales), tienen como principal fuente de información las instancias oficiales, lo que puede responder a una mayor institucionalidad en el tratamiento de la lucha y prevención de la violencia machista en el país. Los diarios recurren a esta fuente porque hay un registro, aunque aún no exista un sistema de registro único y articulado que permita tener la dimensión real del problema así como orientar una respuesta integral del Estado. En el 11% de las informaciones, la fuente proviene de los familiares de la víctima y el 38% de las informaciones no especifica o nombra la fuente. En el período analizado los diarios han acudido mayoritariamente a las instancias del Estado en busca de datos sobre violencia intrafamiliar, violencia de género, detenciones y denuncias. Algunas de las instancias mencionadas en los periódicos son la Unidad Judicial Especializada en Violencia contra la Mujer y la Familia, Departamento de Violencia Intrafamiliar (DEVIF) de la Policía Judicial, Mesa de Erradicación de la Violencia y la Unidad de Flagrancia de la Fiscalía. Sin embargo, son escasas las fuentes especializadas no oficiales, tales como universidades, grupos o asociaciones de mujeres, feministas, abogadas, economistas y un largo etcétera de posibles fuentes de consulta que ayudarían a comprender esta lacra mundial, a indagar sobre medidas adoptadas en otros países, a conocer de primera mano cómo sienten y piensan las mujeres, en qué campos se vive más la desigualdad y la discriminación, etc. De nuevo, el hecho de que los diarios informen coyunturalmente de este problema, y no de forma estructural, genera vacíos enormes en la calidad informativa. DERECHOS, NORMATIVA Y EXIGENCIAS AL ESTADO Cuando se trata de violencia machista, los diarios ecuatorianos se olvidan de fiscalizar y vigilar la actuación de los poderes del Estado y promover 125

126 debate en la sociedad. Por ejemplo, apenas hay entrevistas o consulta de fuentes sobre los resultados obtenidos con la implementación del Plan Nacional de Erradicación de la Violencia de Género, curioso comportamiento en un contexto en el que la prensa permanece atenta al acontecer nacional y hace un seguimiento exhaustivo de la implementación de políticas públicas que respondan a las necesidades de la población. Los diarios, sin embargo, no utilizan recursos tan sencillos como recordar a la ciudadanía que la Constitución de la República del Ecuador reconoce y garantiza a las personas el derecho a una vida libre de violencia en el ámbito público y privado (Art b) o que en el año 2007, se promulgó el Decreto Ejecutivo N 620, que declara como política de Estado la erradicación de la violencia de género hacia la niñez, adolescencia y mujeres. Estos periódicos podrían reclamar al Estado respuestas integrales en la lucha por la erradicación de todo tipo de discriminación, desigualdades y violencia contra las mujeres; pero no lo hacen. Existen políticas que no se implementan, y la pregunta es dónde está la prensa escrita del país para reclamar una actuación integral? Las referencias a exigencias al Estado son escasas en la prensa ecuatoriana. De las 189 informaciones, en 171 no hay una sola exigencia al Estado (90%). Tampoco hay referencias a la normativa nacional o internacional (90%) y en el 88% no se mencionan los derechos humanos de las mujeres. El más obvio, el derecho a una vida libre de violencia, apenas se menciona en los diarios. En 9 artículos (5%) se hace referencia al Derecho Internacional Humanitario. 126

127 CONCLUSIONES El análisis del Observatorio para el período comprendido entre el 15 de abril y el 31 de julio de 2013 iniciaba con la pregunta los diarios monitoreados han incluido en su agenda de grandes temas de intereses nacional la violencia de género contra las mujeres? A la luz de los datos y de su interpretación, la respuesta es NO. La violencia de género contra las mujeres no llega todavía al top de los temas de la agenda nacional. Los diarios no colocan el tema como uno de relevancia nacional; al igual que sólo una mínima parte de la sociedad considera que la violencia machista es un grave problema social que amerita investigación, análisis, búsqueda de causas y consecuencias. A continuación, otras conclusiones finales: La violencia ejercida por los hombres para dominar la vida de las mujeres persiste y los medios de comunicación no son suficientes para cambiar esta conducta. La reacción de la sociedad ecuatoriana frente a este problema no se produce en forma masiva, no hay indignación generalizada porque los culpables gozan de tolerancia social. El homicidio de una mujer por el hecho de ser mujer (femicidio) provoca reacciones y algún editorial en los diarios, pero el debate, si es que ocurre, pronto se desvanece y olvida. El aumento de datos de prensa sobre detenciones, juicios y sentencias en el caso de asesinatos, muestra que hay preocupación por acabar con la impunidad, pero únicamente en los casos que llegan a los medios y las redes sociales (fundamentalmente por la acción de familiares, amigos y abogados de la víctima), como ha sucedido con el asesinato de Karina del Pozo. Extra, El Comercio, El Universo y Diario Hoy se destacan por el seguimiento a los casos. Es una tendencia positiva que ayuda a ubicar las violaciones extremas de los derechos de las mujeres como crimen o delito. El uso no sexista del lenguaje se va extendiendo entre la prensa. Aunque todavía se utilizan, son menos frecuentes calificativos despectivos como jovencita o dama. Cada vez menos la prensa habla de la violencia doméstica o intrafamiliar como de un asunto privado, de una pelea de pareja, del ella se lo buscó o se lo merecía por mala madre mujer esposa amante. Sin embargo, el Observatorio de Humanas concluye que el uso adecuado del lenguaje es un asunto puramente subjetivo que depende de la persona que escribe. Es decir, en columnas o artículos de opinión, editoriales y reportajes los términos utilizados, en general, son respetuosos y no discriminan, pero en 127

128 noticias y breves (redactados en provincias o por reporteros menos experimentados) el lenguaje está más descuidado, es más sexista y conduce a la discriminación. La mayoría de los periódicos monitoreados no pone en práctica un manual de estilo o una política informativa para que todos, redactores y periodistas, conozcan las normas de uso de su medio en el tratamiento de la violencia de género contra las mujeres. Los diarios no se abren a nuevos formatos multimedia (storytelling o fotonarrativa), que permiten en las versiones digitales de los diarios tratar un asunto desde varios puntos de vista, poniendo en práctica un periodismo de datos. Los diarios comienzan a nombrar los asesinatos por razón de género como crímenes que deben ser castigados, y la sociedad, en general, avanza lentamente hacia la judicialización de la violencia extrema contra las mujeres. Pero el hecho de que se limiten a este tipo de violencia o de que hagan un recuento de juicios y sentencias sin análisis ni explicaciones ni contexto, es un flaco favor para la lucha por la erradicación de la violencia contra las mujeres en el Ecuador. Dónde está la información sobre aspectos estructurales referentes a la cultura patriarcal, la desigualdad en el trabajo y en las tareas del hogar, la educación, los derechos sexuales y reproductivos, los derechos a decidir sobre el cuerpo propio y a vivir una vida libre de violencia, la autonomía económica y un largo etcétera? En escasas ocasiones, los diarios ubican responsabilidad en el Estado o el gobierno. Finalmente, y de forma general, aunque se constata un mejor uso del lenguaje y de las fuentes, ni en los despachos de dirección ni en las redacciones de los periódicos monitoreados la violencia machista está considerada como un problema histórico estructural del Ecuador. Quito, septiembre de 2013 Corporación Humanas Ecuador Para más información y recursos para periodistas consultar el OBSERVATORIO LOS DERECHOS DE LAS MUJERES EN LA MIRA en: OBSERVATORIO LOS DERECHOS DE LAS MUJERES EN LA MIRA Con financiación de: 128

129 FEMICIDIO Y ABORTO: DOS GRANDES DEBATES MEDIÁTICOS 2 Análisis del tratamiento informativo de la violencia de género contra las mujeres en diez diarios del Ecuador, durante el período del 1 de agosto al 30 de noviembre de ELABORADO POR EL EQUIPO DEL OBSERVATORIO LOS DERECHOS DE LAS MUJERES EN LA MIRA Blanca Diego, periodista, Mónica Diego, base de datos y estadística Corporación Humanas Ecuador. Quito, diciembre de

130 FEMICIDIO Y ABORTO: DOS GRANDES DEBATES MEDIÁTICOS 2 INTRODUCCIÓN 130 FICHA TÉCNICA 131 COBERTURA DEL TEMA POR MEDIO 132 GÉNERO PERIODÍSTICO 132 SECCIÓN DE PUBLICACIÓN 133 TIPOS IDENTIFICADOS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER 134 ÉNFASIS Y ENFOQUE CENTRAL DE LA INFORMACIÓN 135 PRINCIPAL FUENTE DE INFORMACIÓN 136 DERECHOS, NORMATIVA Y EXIGENCIAS AL ESTADO 136 EJEMPLOS DE BUENAS Y MALAS PRÁCTICAS 137 INTRODUCCIÓN No sé en realidad qué llevó a Hugo, que además es familia para mi mamá, a cometer este acto. Esta frase, recogida por un periódico en una noticia sobre la violación sexual a una mujer y pronunciada por el hijo de la víctima, resume el desconcierto de la sociedad ecuatoriana respecto a los niveles de violencia machista que vemos a través de los medios de comunicación. Una sociedad cada vez más familiarizada con la instantánea de una mujer asesinada, degollada, desfigurada, golpeada; una sociedad que lee en los diarios, que escucha en la radio o que ve en la tv, casos de violencia de los hombres hacia las mujeres, en una cantidad y con una frecuencia tan altas como nunca antes en toda su historia. 130

131 Los medios de comunicación, en general, son reticentes a iniciar un periodismo de investigación sobre este fenómeno. Y si estos no abren investigaciones sobre las causas y las consecuencias del fenómeno de la violencia de género, la ignorancia se puede perpetuar entre el público masivo (el que consume dichos medios de comunicación). El Observatorio de la Corporación Humanas Ecuador concluye que, para el período entre el 1 de agosto y el 30 de noviembre de 2013, algunos diarios del país han demostrado interés por publicar debates políticos relacionados con los derechos de las mujeres, como la tipificación en el Código Orgánico Integral Penal, en debate en ese periodo, de la figura del femicidio y la discusión de los supuestos permitidos para abortar. El siguiente paso debería ser exigir a los diarios que realicen un periodismo de investigación sobre uno de los problemas más graves del país. FICHA TÉCNICA Tipo de análisis: cuantitativo y cualitativo. El Observatorio analiza las informaciones aparecidas en las versiones digitales de los diez diarios seleccionados. Tema: análisis de las informaciones sobre violencia de género contra las mujeres publicadas en diez diarios de Ecuador. Subtemas: acoso, asesinato, femicidio, violencia física, violencia sexual, violencia patrimonial, trata de personas y violencia por opción sexual. Período analizado: del 1 de agosto al 30 de noviembre de Unidad de análisis: 408 piezas informativas publicadas en prensa escrita, todos los géneros. Universo: diez diarios de circulación nacional y regional, versión electrónica. El Observatorio se centra exclusivamente en formatos y géneros de carácter informativo y de opinión; no registra las secciones de entretenimiento, sociales o la publicidad; fotografías ni imágenes. Periódicos de circulación nacional: Extra: la crónica roja por excelencia y uno de los diarios más vendidos en el país. El Universo: el de mayor cobertura en la costa. Diario Expreso, 40 años de vida. El Telégrafo, periódico público (Estado). El Comercio, el más importante de Quito y de la Sierra. Diario Hoy, de circulación nacional. Periódicos de circulación regional: El Mercurio, matriz en Cuenca, de los más leídos en la Sierra sur. La Hora, diario con ediciones 131

132 diferentes para cada región y una edición nacional. La Gaceta de Cotopaxi, sede en Latacunga, y La Prensa Chimborazo, con sede en la ciudad de Riobamba. Elaboración de estadísticas: Mónica Diego Análisis cualitativo y redacción del informe: Blanca Diego, periodista. COBERTURA DEL TEMA POR MEDIO En el período de agosto a noviembre de 2013, el Observatorio Los Derechos de las Mujeres en la Mira registró un total de 408 informaciones relacionadas con la violencia de género contra las mujeres, publicadas en los diez diarios monitoreados. Número total de informaciones 408 El Comercio 58 El Mercurio 17 El Telégrafo 48 El Universo 67 Expreso 8 Extra 116 Hoy 20 La Hora 52 La Prensa 13 La Gaceta 9 GÉNERO PERIODÍSTICO El 63% del total de las informaciones se refiere a noticias o breves, lo que algunos diarios encajan bajo el epígrafe Crónica, sin ser tales, pues no son un relato cronológico de los hechos. Las crónicas, en muchas ocasiones, son noticias simples sin contexto y representan el 17%. 132

133 La opinión de personas expertas sigue siendo una gran ausente. Los diarios monitoreados no colocan los debates en clave de campos de estudio: las ciencias, la educación, la filosofía, la tecnología, la antropología, etc. Por el contrario, durante el período de agosto a noviembre, las columnas de opinión y los editoriales han estado enfocados más como debates políticos que en clave de derechos humanos; nos referimos a los debates sobre el femicidio y el aborto. Como se ya se mencionó antes, brilla por su ausencia el periodismo de investigación; prueba de ello es que los llamados informes especiales no llegan al 1%, aunque hay 43 reportajes, que representan el 11% de los géneros utilizados. SECCIÓN DE PUBLICACIÓN El 38% de las informaciones se sitúa en las secciones Seguridad (22%) y/o Judicial policial (16%). La columna que corresponde a Primera página ocupa el segundo lugar (21%), debido a que los debates sobre femicidio y aborto en la Asamblea Nacional han sido parte de la agenda nacional. La sentencia del caso Karina del Pozo, en el mes de septiembre, y la conmemoración del 25 de Noviembre, Día Internacional contra la 133

134 Violencia hacia las Mujeres, fueron hechos que también acapararon las primeras páginas de las ediciones digitales de una buena parte de los diez diarios. Bajo Cuadernillo especial se situó el 1% de las informaciones, que corresponde a 6 informaciones. TIPOS IDENTIFICADOS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER El Observatorio de Humanas contabiliza los casos de violencia que aparecen en los diarios y los clasifica según la tipificación estándar internacional. A continuación, los tipos de violencia definidos en el Observatorio, y los valores totales en el período analizado. Tipos de violencia No. Acoso 4 Asesinato 33 Femicidio 155 Violencia Sexual 64 Violencia Física 27 Violencia Patrimonial 0 Trata de personas 10 Todo tipo de violencia 98 Por opcion sexual 8 No especifica 9 Otro 0 En este período los diarios recogieron más casos de femicidios (38%) que de acoso, violencia sexual, violencia física, violencia patrimonial, trata de personas y violencia por opción sexual (cometida contra las personas del colectivo LGTBI) juntas. Del total de informaciones, 155 corresponden a femicidios. Es decir, continúa la tendencia de los diarios a prestar más atención a los casos de asesinatos de mujeres por su condición de mujer (femicidio) que a otros 134

135 tipos de violencia más comunes: los femicidios son espectaculares y, por lo tanto, fácilmente noticiables. Las otras violencias como el acoso, la violencia psicológica, los abusos referidos a títulos de propiedad de bienes de la pareja y herencia o el salario menor por el mismo trabajo son cotidianas y frecuentemente denunciadas pero no generan titulares. ÉNFASIS Y ENFOQUE CENTRAL DE LA INFORMACIÓN A diferencia de otros períodos analizados por el Observatorio, se puede concluir que en este cuatrimestre las estadísticas y las cifras van cobrando mayor importancia en las informaciones como ejes centrales de las mismas. En concreto y comparado con meses anteriores, en noviembre se aprecia un alto número de informaciones que incluyen cifras, informes, estadísticas de organismos institucionales y no gubernamentales. En cuanto a los enfoques y perspectivas predominantes en las informaciones, independientemente del género periodístico que tengan, estos son los resultados: Enfoque central de la información No. Porcentaje Acontecimientos Campañas 6 1 Contexto social Detencion - captura 23 6 Historia 2 0 Proceso judicial Derechos Humanos 2 0 Prevención 12 3 Responsabilidad estatal 20 5 Victima 5 1 Victimario 0 0 Victima/victimario 0 0 Otros

136 PRINCIPAL FUENTE DE INFORMACIÓN Predomina, con el 35%, la categoría sin especificar sin nombrar, seguida por la categoría denominada instituciones, con el 23%, por aquella tendencia de los diarios de acudir a las estadísticas y datos publicados por las instancias del Estado (policía, fiscalías y juzgados). Hombres y mujeres de instituciones son también fuente fiable; los primeros representan el 5 y las segundas el 6%. Familiares, vecinos y amigos de la víctima continúan siendo una fuente valiosa para los diarios (13%). El Observatorio constata que, más allá de consultar las fuentes habituales, los y las periodistas y reporteros no tienen la iniciativa de buscar y registrar testimonios de mujeres víctimas de violencia. Los testimonios orales en primera persona siguen siendo un recurso poco utilizado por los diarios a pesar de que constituyen una herramienta muy valiosa porque ayudan a comprender las causas y las consecuencias de la violencia, así como a poner rostro humano a este problema. La violencia machista es una realidad y solamente sus protagonistas, las mujeres, pueden hacer comprender al resto de la sociedad el calvario que supone. Los análisis de las instituciones públicas y privadas, las fuentes expertas en el tema y las estadísticas son fuentes de información excelentes pero los diarios no pueden dejar a un lado o tratar vagamente las historias de vida de las mujeres que son víctimas de violencia. DERECHOS, NORMATIVA Y EXIGENCIAS AL ESTADO En este período, de forma general se observa una mayor referencia a los derechos de las mujeres, a las leyes y la normativa, así como las exigencias al Estado respecto a su obligación de erradicar y prevenir la violencia de género contra las mujeres. Así, en 82 de las 408 informaciones (20%) hay referencias a los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia o a la justicia y la reparación de las víctimas ; este dato representa un avance respecto a meses anteriores. Las referencias a la normativa son del 19% y la exigencia al Estado representa el 25%, de las cuales el 16% hace referencia a políticas públicas y el 9% al poder judicial. 136

137 EJEMPLOS DE BUENAS Y MALAS PRÁCTICAS La peor práctica periodística del cuatrimestre es la noticia del diario Extra, del 14 de noviembre de Redacción Extra de Guayaquil Jovencita vivió una terrible PESADILLA Tres horas manoseada en secuestro exprés Luego de despojarla de sus pertenencias los delincuentes la abandonaron en el norte de Guayaquil. Tres horas de tortura vivió una jovencita en manos de un falso taxista que, en el camino, tomó a otros cómplices para asaltarla y morbosear todo su cuerpo. Luego, los pillos la dejaron abandonada, sin un centavo, detrás del centro comercial City Mall, en el norte de la ciudad. La perjudicada narró en la Fiscalía que a las 18:30 tomó un taxi amarillo por las inmediaciones de la Biblioteca Municipal, ubicada en el centro de la urbe. La joven le pidió al desconocido conductor que la traslade a la ciudadela Guayacanes. Aparentemente todo iba bien hasta que al circular por la Universidad de Guayaquil, el supuesto taxista detuvo inexplicablemente la marcha y permitió que tres sujetos desconocidos se embarquen en el taxi. Uno se sentó a lado del chofer y los otros dos se ubicaron atrás, junto a ella. 137

138 Los delincuentes portaban armas de fuego. Estos me golpearon, me manosearon todo mi cuerpo y me mordieron los senos. Mientras recorrían la ciudad, los pillos, bajo intimidaciones e insultos, le quitaron su celular y sus documentos. Bajo amenazas de muerte me obligaron a darles las claves de mis tarjetas... de una cuenta me sacaron 100 dólares y de la otra 50. Luego me dejaron botada, a las 21:30, atrás del centro comercial City Mall, por las bodegas de Créditos Económicos. La noticia o crónica, como la clasifica el diario es ejemplo de un mal tratamiento informativo porque rebaja a categoría de manoseo lo que son formas de violencia de género: el abuso y el acoso; denigra a la víctima al calificarla de jovencita y a los agresores los llama pillos, término utilizado para referirse a un ladronzuelo de poca malicia. Diario Extra ilustra la noticia con un cómic que simula el asalto en el interior de un coche de tres hombres a una mujer, con lo que desvirtúa el sentido de este género de información y cae en la caricaturización del delito, restándole importancia y colocándolo en la categoría de un acto ridiculizable. El cómic es una representación gráfica de un hecho real o ficticio, cuyo objetivo es ilustrar una realidad, a veces exagerándola, caricaturizando las facciones de los personajes; en ocasiones utiliza el humor y la ironía y, en otras, lo siniestro, lo oscuro, la violencia, el sexo, etc. El cómic y la ilustración para un periódico distan mucho de ser lo mismo. El diario no reparó en ningún momento en el perjuicio y el dolor que puede causar a la víctima ver reproducido, en un cómic elaborado ex profeso, el acto violento del cual fue víctima, reviviéndolo cada vez que mire el periódico. Esta es, sin duda, una forma de revictimización. En estos meses, algunos diarios publican noticias sobre violaciones sexuales a mujeres, cometidas por hombres de nacionalidad indígena. Las noticias destacan que tanto la comunidad como la familia de la víctima acude con mayor frecuencia a la justicia ordinaria en lugar de a la indígena. El hecho de que hoy los diarios se ocupen por destacar este tipo de delitos cometidos en las comunidades indígenas, es una tendencia positiva. Sin embargo, para el futuro sería de desear que los diarios realicen investigaciones periodísticas sobre el tratamiento que la justicia indígena da a la violencia machista, a fin de que se hagan públicos los esfuerzos de las mujeres indígenas por garantizar su derecho a una vida libre de violencia, y para que la sociedad tenga elementos de juicio respecto a la justicia indígena y la ordinaria sobre casos de violencia machista. 138

139 Lenguaje Se siguen repitiendo muletillas y percepciones erróneas que incluso las y los redactores saben que hay que eliminar del lenguaje informativo: Dice El Telégrafo, el 5 de noviembre de 2013: Las primeras hipótesis señalan que podría tratarse de un crimen pasional. Sección Justicia. Pareja fue hallada sin vida en el norte de Guayaquil. El lenguaje y el uso de las fuentes en el periodismo son dos factores clave. Su utilización deficiente, frívola o folletinesca puede convertir una publicación seria en un folletín, si se producen intoxicaciones o imprecisiones de grueso calibre. Los rumores no son noticia aunque muchas veces constituyen su espectacular antesala. Editores, reporteras, periodistas y comunicadores deben presentar en titulares un enfoque de los hechos verídico y respetuoso, máxime cuando se trata de un suceso terrible y actual, como es la violación de los derechos humanos de las mujeres. Quito, diciembre 2013 Corporación Humanas Ecuador Para más información y recursos para periodistas consultar el OBSERVA- TORIO LOS DERECHOS DE LAS MUJERES EN LA MIRA en: humanas.org.ec OBSERVATORIO LOS DERECHOS DE LAS MUJERES EN LA MIRA Con financiación de: 139

140 LA POLÍTICA PÚBLICA MARCA TENDENCIAS EN LA PRENSA ECUATORIANA 3 Análisis del tratamiento informativo de la violencia de género contra las mujeres en diez diarios del Ecuador, del período del 1 de diciembre de 2013 al 15 de abril de ELABORADO POR EL EQUIPO DEL OBSERVATORIO LOS DERECHOS DE LAS MUJERES EN LA MIRA Blanca Diego, periodista. Mónica Diego, base de datos y estadística. Corporación Humanas Ecuador. Quito, abril de

141 LA POLÍTICA PÚBLICA MARCA TENDENCIAS EN LA PRENSA ECUATORIANA 3 INTRODUCCIÓN 141 FICHA TÉCNICA 142 COBERTURA DEL TEMA POR MEDIO 143 GÉNERO PERIODÍSTICO 144 SECCIÓN DE PUBLICACIÓN 145 TIPOS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER IDENTIFICADOS 146 ÉNFASIS Y ENFOQUE CENTRAL DE LA INFORMACIÓN 147 PRINCIPAL FUENTE DE INFORMACIÓN 149 A INTRODUCCIÓN Al comparar los análisis elaborados entre el 15 de abril de 2013 y el 15 de abril de 2014, una de las conclusiones del Observatorio Los derechos de las Mujeres en la Mira es que el desarrollo de una política pública en materia de prevención y erradicación de la violencia de género contra las mujeres, está marcando la pauta informativa a la prensa escrita del país. Esto significa que los diarios, en general, no tienen una política informativa estratégica para hacer de la violencia machista un asunto de interés nacional y, en cambio, prefieren dejarse llevar por los acontecimientos, es decir, siguen la pauta marcada por terceros, como el gobierno y los colectivos ciudadanos. El breve y la noticia, como formatos dominantes, y el acontecimiento y la denuncia/captura, como enfoques centrales de las noticias, son los dos 141

142 indicadores que mejor demuestran esta tendencia. Otros indicadores llevan también a la misma conclusión. Por ejemplo, al analizar y comparar las gráficas sobre el foco y el enfoque de las noticias, se observa que la tendencia es prestar más atención a actuaciones policiales y juicios, a dar cobertura informativa a redadas policiales (sobre redes de trata de personas), a cubrir el lanzamiento de campañas públicas de sensibilización y las declaraciones de servidores públicos del Estado (el caso más claro es el del Ministro del Interior). Lo muestra también el aumento de las estadísticas y cifras porque, sin ninguna duda, quien produce más información desde hace al menos tres años, es la administración pública. Esto conduce a dos situaciones: (i) hoy los diarios acuden menos a las ONG, que tampoco proporcionaban datos suficientes antes de 2012, pero eran los únicos que manejaban el tema, y (ii) se ha eliminado el argumento que esgrimían periodistas y editores para justificar su apatía frente al tema, que consistía en responsabilizar a la administración pública por su falta de políticas y estadísticas. Puede ser un momento óptimo y de no retorno (a esa apatía y falta de información), si los diez diarios analizados toman las riendas de sus agendas e incorporan los derechos de las mujeres y, en concreto, la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres, como un asunto prioritario para el desarrollo del país. Las herramientas ya están a su alcance. FICHA TÉCNICA Tipo de análisis: cuantitativo y cualitativo. El Observatorio analiza las informaciones aparecidas en las versiones digitales de los diez diarios seleccionados. Tema: análisis de las informaciones sobre violencia de género contra las mujeres publicadas en diez diarios de Ecuador. Subtemas: acoso, asesinato, femicidio, violencia física, violencia sexual, violencia patrimonial, trata de personas y violencia por opción sexual. Período analizado: del 1 de diciembre de 2013 al 15 de abril de Unidad de análisis: 357 piezas informativas publicadas en prensa escrita, todos los géneros. Universo: diez diarios de circulación nacional y regional, versión electrónica. El Observatorio se centra exclusivamente en formatos y géneros de carácter informativo y de opinión; no registra las secciones de entretenimiento, sociales o la publicidad; fotografías ni imágenes. 142

143 Periódicos de circulación nacional: Extra, El Universo, El Expreso, El Telégrafo, El Comercio, y Diario Hoy. Periódicos de circulación regional: El Mercurio, de Cuenca; La Hora, diario con una edición nacional y ediciones regionales; La Gaceta de Cotopaxi, sede en Latacunga, y La Prensa de Chimborazo, con sede en Riobamba. Elaboración de estadísticas: Mónica Diego Vicente Análisis cualitativo y redacción del informe: Blanca Diego Vicente COBERTURA DEL TEMA POR MEDIO En el período del 1 de diciembre de 2013 al 15 de abril de 2014, el Observatorio Los Derechos de las Mujeres en la Mira, registró un total de 357 informaciones publicadas en los diez diarios monitoreados relacionadas con la violencia de género contra las mujeres. Esta es la distribución por medio: Medio No. Porcentaje El Comercio El Mercurio 32 9 El Telégrafo El Universo Expreso 7 2 Extra Hoy 11 3 La Hora La Prensa 7 2 La Gaceta 13 4 Un análisis comparativo respecto a los anteriores cuatrimestres muestra estos resultados: del 15 de abril al 31 de julio de 2013, los diez diarios publicaron 189 informaciones; del 1 de agosto al 30 de noviembre de 2013, 408, y del 1 de diciembre de 2013 al 15 de abril de 2014, 357. El número de informaciones totales y la distribución por diarios son casi idénticos desde mediados del año pasado hasta el presente. Se confirman algunas tendencias por periódico: El Mercurio de Cuenca está haciendo un esfuerzo por integrar en sus páginas el tema de la violencia machista; Extra continúa a la cabeza en número de noticias; le siguen El Comercio, El Telégrafo y El Universo con el mismo número de notas por mes, dedicando, en ocasiones, alguno de ellos más espacio que los otros. Los tres mantienen una atención constante sobre el tema. La Hora tiene un 143

144 comportamiento aleatorio, con meses o períodos donde publica mucho y otros muy poco. El Expreso, es el periódico con el menor número de publicaciones, consolidándose como el diario que menor atención presta al tema. El indicador Por provincia da estos resultados: del total de informaciones, 22%, son del Guayas; 18% de Pichincha; 10% de Azuay, y 6% de Cotopaxi e Imbabura. Una noticia aparecida el 7 de abril de 2014 en El Comercio, informa sobre una campaña contra la violencia sexual en escuelas y colegios, y dice: El ministro de Educación, Augusto Espinosa, informó que la Fiscalía General del Estado en el 2013 registró 634 denuncias de violencia sexual en el sistema educativo a escala nacional. La mayoría de los casos se registró en las provincias de Guayas y Pichincha, por lo que en estas dos regiones se han intensificado los planes para erradicar estos delitos. GÉNERO PERIODÍSTICO Género Periodistico No. Porcentaje Breve Noticia Info.Especial - suplem. dominical 0 0 Reportaje 18 5 Entrevista 2 1 Crónica 1 0 Editorial 4 1 Columna de Opinión 13 4 La tendencia en el último año es hacia la consolidación de los formatos breves (noticias y breves) en comparación con formatos que permiten el 144

145 contexto y la explicación (entrevista, reportaje o suplemento especial). La comparación de las gráficas muestra un abuso del formato simple: los datos muestran que del 15 de abril al 31 de julio de 2013, 65%; del 1 de agosto al 30 de noviembre de 2013, 63%, y del 1 de diciembre de 2013 al 15 de abril de 2014, 98%. Otra tendencia que se consolida es la ausencia del género Entrevista, es decir, la ausencia del registro de las voces de las principales víctimas de la violencia de género: las mujeres. Así, los datos nos muestran que del del 15 de abril al 31 de julio de 2013, el 1% de los géneros utilizados era Entrevista; del 1 de agosto al 30 de noviembre de 2013, 2%; y del 1 de diciembre de 2013 al 15 de abril de 2014, 1%. SECCIÓN DE PUBLICACIÓN El 20% de las informaciones se sitúa en las secciones Seguridad, el 17% en Judicial Policial y el 4% en Sociedad mujer familia. El 6% del total, 21 notas, ocupó la Primera página, mientras que no hubo ni un cuadernillo especial o suplemento dedicado al tema. Se consolida la tendencia de la prensa ecuatoriana a mantener una visión judicializada de la violencia contra las mujeres; esto es, a mirar la violencia como el puñetazo, la violación o el apuñalamiento, en lugar de adoptar una mirada más especializada, progresista y justa, que abra espacios al relato de aspectos como la educación sexista, la sociedad jerarquizada y patriarcal o la falta de igualdad entre géneros. Así mismo la tendencia se mantiene en situar la violencia de género bajo el ámbito de la seguridad ciudadana, como un asunto que debe ser resuelto en los tribunales, y se da seguimiento a juicios sonados: detención de sospechosos y lectura de fallos o sentencias. Las estadísticas muestran que más del 30% del total de las informaciones publicadas sobre violencia machista en los diarios monitoreados, se publican siempre bajo las secciones Seguridad y/o Judicial policial, lo cual pone de manifiesto la falta de amplitud de miras sobre el tema y de registro de hechos de sangre 145

146 y violencia extrema. De acuerdo a los datos de los cuatrimestres, tenemos que: del 15 de abril al 31 de julio de 2013, el 54% de las informaciones fueron publicadas en la sección de Seguridad y/o Judicial policial; el 38% en el período del 1 de agosto al 30 de noviembre de 2013, y el 37% entre el 1 de diciembre de 2013 y el 15 de abril de TIPOS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER IDENTIFICADOS Los tipos de violencia definidos en el Observatorio y los valores totales que corresponden al período entre el 1 de diciembre de 2013 y el 15 de abril de 2014, son: Tipos de violencia No. Porcentaje Acoso 3 1 Asesinato 13 4 Femicidio Violencia Sexual Violencia Física 25 7 Violencia Patrimonial 0 0 Trata de personas 11 3 Todo tipo de violencia Por opcion sexual 0 0 No especifica 14 4 Otro 0 0 En este período, los diarios recogieron más casos de asesinatos y femicidios (42%) que la suma de los casos de acoso, violencia sexual, violencia física, violencia patrimonial, trata de personas y violencia por opción sexual juntos, que llegó al 31%. El casillero No específica (4%) refiere, en su mayoría, a noticias de partes policiales sobre hallazgos de cuerpos de mujeres en quebradas, ríos, alcantarillas o en la calle, cadáveres de difícil identificación, resultado de hechos de los que la propia policía apenas tiene información, pero que la prensa tiende a publicar, especialmente la sensacionalista, como diario Extra. Se mantiene la tendencia negativa del indicador Violencia patrimonial. En el período monitoreado ninguno de los diarios publica una nota sobre ella. Por otro lado se consolida la tendencia a prestar más atención a los casos de asesinatos de mujeres por su condición de mujer (femicidio) y a nombrarlos como tal, ya que existe la figura legal. De las 357 informaciones publicadas en el último año, 135 corresponden a femicidios. El número de asesinatos y muertes de mujeres sucedidos y publicados en la prensa, entre 1 de diciembre de 2013 y 15 de abril de 2014 es de 35. En diciembre 2013, 9 casos; en enero 2014, 11 casos; febrero, 3; marzo, 8 y al 15 de abril, 4 casos publicados. Sobre Trata de Personas, los diarios muestran interés en ella cuando se 146

147 relaciona con violencia extrema y actuaciones policiales, es decir redadas policiales espectaculares para desmantelar bandas y redes de trata y prostitución. Estos son los valores del último año. Del 15 de abril al 31 de julio de 2013, 9%. Del 1 de agosto al 30 de noviembre de 2013, 2%, y del 1 de diciembre de 2013 al 15 de abril de 2014, 3%. La violencia por Opción sexual es un tipo de discriminación y abuso que casi no mencionan los diarios, y cuando lo hacen es siguiendo iniciativas ciudadanas (protestas, marchas, celebraciones, reuniones, etc.). Es decir, son hechos noticiables si la comunidad los hace públicos; de lo contrario el colectivo LGTBI permanece en la sombra de la agenda informativa de los diez diarios. La comparación de los datos del último año refleja esta tendencia: los meses donde el colectivo LGTBI ha estado activo, el porcentaje de informaciones dedicadas a esta violencia sube. Aquí los resultados del último año: del 15 de abril al 31 de julio de 2013, 2%; del 1 de agosto al 30 de noviembre de 2013, 2%, y del 1 de diciembre de 2013 al 15 de abril de 2014, 0%. ÉNFASIS Y ENFOQUE CENTRAL DE LA INFORMACIÓN El Énfasis de la noticia, en el 81% de las informaciones estuvo en el hecho; el 12%, en las estadísticas y las cifras; el 6% en el personaje, y el 1% en la categoría otros. En ocasiones el periodismo tiende a dar más importancia al personaje cuando éste es una figura pública que al hecho en sí, lo cual puede tener resultados negativos para la calidad de la información, si el hecho es grave y debería ser el foco central de la nota. Sucedió en abril con el Ministro del Interior, cuando varios diarios colocaron al político como protagonista o sujeto central de la noticia y no como la fuente de información. Los diarios escogieron informar sobre el twitter que envió el Ministro de Interior, confirmando la captura de A. V. A., supuestamente implicado en el asesinato de la candidata a concejal de Playas, Lissete Avilés Erazo. Varios diarios coincidieron en encabezar la noticia así: En su cuenta de la red social twitter, el Ministro del Interior, José Serrano, informó anoche sobre la captura de A. V. A., presunto implicado en la muerte de la candidata a concejal de Playas Lissete Avilés Erazo, registrado en febrero pasado. Del acto informativo se desprende que el sujeto central es el ministro y no el hecho de la captura de un sospechoso de asesinato. Algunos diarios colocaron, además, al final de la noticia sobre la detención de A.V.A., otro twitter enviado por el ministro sobre otra detención (la de uno de los delincuentes más buscados del país). Los diarios cerraban así la noticia sobre el femicidio de la candidata a concejal: Operativo Otro más buscado. También en la red social twitter, el Ministro del Interior informó anoche que. A pesar de este ejemplo aislado, la tendencia en el último año se consolida: el hecho es el centro de la información más que la persona o personaje. De nuevo, es válida la conclusión expresada más arriba de que el testimonio de las 147

148 mujeres es casi nulo. También se observa que se mantiene la tendencia de hacer más referencia a estadísticas, reportes, informes y cifras oficiales. Del total de informaciones, en el período del 15 de abril al 31 de julio de 2013, el 11% corresponde a estadísticas y cifras; entre el 1 de agosto y el 30 de noviembre de 2013, el 14%, y entre el 1 de diciembre de 2013 y el 15 de abril de 2014, el 12%. En cuanto a los enfoques y perspectivas que predominan en las informaciones, independientemente del género periodístico los resultados en el período monitoreado son: Enfoque central de la información Porcentaje Acontecimientos 45 Campañas 5 Contexto social 17 Detencion - captura 16 Historia 0 Proceso judicial 9 Derechos Humanos 0 Prevención 3 Responsabilidad estatal 5 Victima 0 Victimario 0 Victima/victimario 0 Otros 1 En la actualidad, hay más campañas de sensibilización en la arena pública nacional que hace unos años atrás. En este último periodo dio comienzo la segunda parte de El machismo es violencia y los diarios no todos le dedican algunas líneas. El resultado es que el 5% del total de notas dedicadas a la violencia de género se enfoca en campañas. Lo mismo se puede decir de la Prevención (3%). La tendencia en el último año se consolida respecto a la posición adoptada por los diez periódicos de distanciamiento, imparcialidad y objetividad, como ya se mencionaba en un análisis del Observatorio hace unos meses. El Observatorio exhorta a los diarios a comprometerse en la lucha por prevención de la violencia machista y en el cambio hacia una sociedad más igualitaria. 148

149 PRINCIPAL FUENTE DE INFORMACIÓN Las instituciones se han afianzado como fuentes fiables de información a las que se acude de forma periódica. Los diarios publican los avances en materia de políticas públicas, legislación para la prevención y erradicación de la violencia de género o empoderamiento de las mujeres. En este sentido, las instituciones públicas se han convertido en la fuente fiable y de referencia que antes no eran. Los gabinetes de prensa o equipos de comunicación institucionales han avanzado significativamente, y sus habilidades dejan de lado a medios y periodistas, incapaces de atender y conocer sobre todos los temas: es una de las consecuencias de la globalización de las tecnologías de la comunicación y la información y de la superabundancia de información. Hoy, los diarios reciben cientos de comunicados de prensa de ministerios, entidades públicas y privadas, ONG, universidades, etc., redactados con una precisión y calidad de la que es incapaz un periodista poco cualificado. Es la moda del periodismo institucional, y los diarios, en la vorágine de la época digital, a veces se limitan a copiar literalmente esos comunicados de prensa. A continuación, algunos ejemplos de Fuentes institucionales e información publicada por los diarios hasta el día 15 de abril de 2014: Centro Ecuatoriano de Análisis de Seguridad Integral (CEASI): en Ecuador se registraron casos de violación sexual, en 2013 y en 2012, Ministerio del Interior: 50% de las denuncias que se presentan en el país son por violencia contra la mujer. Ministerio de Educación: 33% de víctimas de violencia sexual corresponde a niños de 5 a 11 años. Esta forma de violencia no afecta únicamente a las mujeres, sino también a los hombres, en el 15% de los casos. María Esther Cahuana, agente fiscal, encargada de las unidades de delitos contra las personas y de la violencia sexual e intrafamiliar del cantón Riobamba afirma: existe un incremento de denuncias sobre hechos sexuales. El 35 % de las agresiones sexuales ocurre en espacios públicos y el porcentaje restante en los hogares y otros sitios privados, según información de Juana Bersosa, edil y Presidenta de la Comisión de Inclusión Social, Género, Grupos de Atención Prioritaria y Participación Ciudadana del Municipio de Cuenca. Los datos comparados de los periodos analizados, respecto al uso de Instituciones, como fuente informativa sean hombres o mujeres las personas consultadas es: del 15 de abril al 31 de julio de 2013, del total de fuentes consultadas, el 37% eran institucionales. Del 1 de agosto al 30 de noviem- 149

150 bre de 2013, 34% y del 1 de diciembre de 2013 al 15 de abril de 2014, 27%. DERECHOS, NORMATIVA Y EXIGENCIAS AL ESTADO Durante el período monitoreado, el 77% de las informaciones carece de referencias a derechos humanos, tendencia que se mantiene invariable en el último año. La tabla muestra el resultado del último cuatrimestre: 150

151 Sobre Referencias a la normativa nacional o internacional, se puede aplicar la misma conclusión que sobre el tema de derechos. Durante este período, en el 91% de las informaciones no hay este tipo de referencias; como tampoco las hay al derecho internacional humanitario (99% sin referencias). En ambos casos, la tendencia supera el 80%. Las referencias a exigencias al Estado son mínimas, porque los diarios no están en capacidad de hacer una crítica constructiva en este sentido. En el último año, aproximadamente el 70% de las informaciones no contiene exigencias al Estado. La tendencia a no exigir al Estado se mantendrá si los diarios no toman la decisión de adoptar una política informativa propia y comprometida con la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres y, en general, comprometida con los derechos humanos de las mujeres. Quito, Ecuador, abril Corporación Humanas Ecuador Para más información y recursos para periodistas consultar el OBSERVATORIO LOS DERECHOS DE LAS MUJERES EN LA MIRA en: OBSERVATORIO LOS DERECHOS DE LAS MUJERES EN LA MIRA Con financiación de: 151

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