1 de 6 24/04/2014 12:41 Me gusta 0 Tweet 20 Aprovechando que Mark Danielewski ha venido a Barcelona bendito día de Sant Jordi, la editorial Alpha Decay ha organizado un encuentro con blogueros en la librería Gigamesh ( dónde si no?). Y allí me he plantado, claro.
2 de 6 24/04/2014 12:41 Barba, gafas y pelo largo. Diferentes combinaciones de esos tres elementos. Lo primero de todo, antes de empezar, deciros que la reseña de La casa de hojas que escribió Laura hace un tiempo no es nada exagerada. La novela de verdad es así de buena. Hacía tiempo que un libro no me deslumbraba de esta manera. Lo bueno de una charla con Danielewski es que no solo es un tipo de lo más simpático, sino que además tiene la cabeza muy bien amueblada. Y no me refiero tanto a que sea inteligente (su novela ya deja eso bien claro) como a que tiene una reflexión sobre la literatura en torno a la que estructura su trabajo. Algo que debería ser normal, pero no lo es. Mark Danielewski firmando La casa de hojas De entrada, el neoyorquino ha remarcado que La casa de hojas no es solo un libro de horror, sino que lo más importante es la experiencia del lector. Al tratarse de una novela empezada hace ya veinticinco años, y publicada (en inglés) hace quince, afirma sentirse como el padre de un niño que hace cosas interesantes. En Este sitio utiliza cookies. Si continúa navegando consideramos que acepta su uso. Para más información vea la
3 de 6 24/04/2014 12:41 hospital, el hombre le había preguntado qué podía hacer por ella, qué quería. Y ella le pidió el libro de Mark. Según decía el hombre, su hermana había ido saliendo de su depresión a medida que leía el libro. Y claro, Mark nunca concibió la posibilidad de que su libro curara la depresión. Eso le produce una sensación ambigua: por un lado, se siente realmente feliz, pero al mismo tiempo se siente melancólico. Su libro ya no es suyo. Ha madurado. Ante la pregunta sobre la influencia de Borges, especialmente de La biblioteca de Babel, ha dicho que la novela intenta ser transparente en cuanto a sus influencias, y a menudo las explicita. Borges es un referente claro y, aunque se suele acusar al argentino de frío y mental, Mark no comparte esa opinión. Pero más allá de Borges, considera que la literatura en español es un referente directo de su obra, empezando por Cervantes (obviamente) pero siguiendo con poetas como Neruda y especialmente con Roberto Bolaño. Sin embargo, ha remarcado que a Bolaño lo descubrió después de escribir La casa de hojas, aunque tiene la extraña sensación de que es muy parecida a parte de la obra del escritor chileno. Medio en broma ha asegurado que lo que más pena le producía era estar en Barcelona y saber que ya no se lo podrá encontrar para que le recomiende tugurios en los que tomarse una buena copa. Antonio Torrubia, el librero del mal, ha presentado el acto Le han preguntado también respecto al posible cambio de su audiencia en los quince años que han pasado entre la edición original y la traducción al castellano de La casa de hojas, quince años en los que nos hemos acostumbrado al contenido transmedia y a los huevos de pascua ocultos. Mark afirma no tenerlo claro, en parte porque está ya en un lugar muy diferente, literariamente hablando. Sin embargo, más allá de que la gente pueda fascinarse con los puzles de la novela (y entretenerse con ellos), considera que en el libro hay una suerte de experiencia colectiva (y a la vez individual, no tan paradójicamente como pueda parecer) que trasciende esos puzles. Quizás sea porque cada libro es siempre un juicio, durante su creación, pero también una vez terminado y entregado al público. Su escritura siempre le cambia, así que puede decirse que, más que una canibalización (como pasa con los personajes de La casa de hojas), el acto creativo es, en su caso, una especie de amputación.
4 de 6 24/04/2014 12:41 sea solo un gran chiste, porque la profundidad trasciende ese nivel. Al fin y al cabo, es una película vista desde la lente de una novela. Estamos alfabetizados desde la cuna en lo que se refiere a las imágenes, pero una novela es siempre producto de unas convenciones, y para entenderla hay que conocerlas. Lo que intenta hacer es algo diferente, no una novela gráfica, pero sí algo que se sitúe en la frontera, o que al menos lo cuestione todo. Su gran interés es lo que él llama signiconic (señalicónica): la imagen y el sonido, ambos a un tiempo. Los bordes entre la imagen y el texto, sin que ninguno domine del todo, porque en el fondo la realidad es algo diferente. Lógicamente, le hemos preguntado si conoce la obra de Chris Ware, quien está haciendo cosas muy diferentes, pero con intereses similares, en el mundo del cómic. Mark se ha reconocido admirador del trabajo de Ware, con quien resulta que comparte editorial en EE.UU., aunque la única vez que coincidieron (en Minnesota) su conversación giró en torno a sus hijos. Así que no está seguro de hasta qué punto puede considerarle una influencia. Portada de la novela La casa de hojas Más interesante ha sido su opinión sobre los e-books. No le interesa demasiado la «traducción» de sus novelas al formato digital, y reconoce que le fascinan los libros en papel, en parte por su estabilidad y en parte porque no sufren interrupciones (mientras que leer en un tablet da pie a parar para jugar, escuchar música ). Sin embargo, cree que lo interesante no está en traducir lo que ya existe, sino en componer obras nuevas directamente digitales, creando horrores propios, por ejemplo centrándose en la temporalidad de lo digital. Y cree que eso es lo que se echa en falta: la creación de obras nativas digitales.
5 de 6 24/04/2014 12:41 cuarenta editoriales antes de que una terminara respondiendo que «tal vez». Así que prefiere no preocuparse por ello, ni por las comparaciones. No tiene tiempo para eso! Me cuesta no contar todo lo que ha dicho, ni todo lo que ha sugerido. Y me encantaría haber estado luego dos o tres horas hablando con él. Espero que esto sirva para que al menos podáis haceros una idea de lo que ha sido el encuentro, y os recomiendo de verdad que os acerquéis, si aún no lo habéis hecho, a La casa de hojas. Merece la pena, y mucho. (Laura también ha hablado con Mark Z. Danielewski. Ya solo faltamos tres de Fantífica. Podéis leer su entrevista en El Cultural.) Me gusta Me gusta 0 Tweet 20