Lectura, guía y sociedad. La escritura es un proceso inherente a la sociedad, así como el lenguaje, es una necesidad para comunicarnos, y para la comunicación es menester un emisor y un receptor. El escritor produce sus libros con la intención de ser leído. El lector lee por placer, información, comunicación o análisis. Sentarse a leer un libro tiene un antecedente de nuestras propias historias con el libro y la lectura, es decir, el lector de placer que desde su niñez fue inculcado con el hábito o bien aquel estudiante que trata de entender la filosofía o teoría de un libro de texto. La lectura nos enriquece como personas. La literatura nos ofrece un universo basto de personajes, mundos, criaturas y situaciones. Pero cómo podría este enriquecimiento beneficiarnos? Para qué leer? Una aproximación sería para lo mismo que nos sirve convivir con otras personas. Si hiciéramos una araña esquemática del porqué de relacionarnos con la otredad, nos encontraríamos con las siguientes afirmaciones: aprender de sus experiencias y cultura, reafirmar, replantear o crear nuestras propias ideas, compartir. En el momento de enfrentarnos a la lectura encontramos que con ella también podemos aprender de otras culturas, y países, situaciones ficticias o reales, leemos ideas diferentes o similares a las nuestras, identificamos escenarios e incluso lo compartimos con un amigo lector y también fomenta nuestra imaginación y capacidad de creación. La sociedad se establece a partir de la convivencia, y en la lectura habita un panorama de la sociedad. Apenas una fracción, desde los ojos del autor con tantas posturas como sus personajes. Distintas épocas y visiones sobre el futuro, historias.
La lectura nos enriquece, amplia el criterio y lo pinta de colores. Pero aprovechar la lectura no es fácil, lo que sí es fácil es no intentarlo, decir que no sirve para nada, que es aburrido, o que no es entendible. Para que la aportación de la literatura en nuestra vida sea efectiva hace falta tener un criterio de lectura, el cual se va desarrollando poco a poco conforme nuestras lecturas van evolucionando. La lectura es un proceso evolutivo que se puede vivir solo, pero para primeros lectores, acompañado es mejor. Aquí me gustaría remarca el trabajo del mediador. El mediador es aquella persona que nos guío en la lectura, nuestros padres, maestros, hermanos o amigos, incluso el mismo libro. Hace una dosificación de las lecturas y recomendaciones de acuerdo a los gustos personales y/o según el conocimiento del lector. Existen hoy programas profesionales que instruyen a los mediadores para el fomento a la lectura. Allí mediar no sólo significa recomendar un libro, también implica la germinación de ideas que existen dentro de los textos, el conocimiento de los lectores, sus necesidades, la creación de textos propios y el enfoque del contexto del libro dentro la sociedad. Es importante mencionar que en la especialización de mediadores es necesario llegar, en la mayoría de los casos, a las cuatro fases de lectura del texto. La primera es el reconocimiento del tema del libro y autor, cómo está relacionado con nosotros o si realmente sabemos algo de aquello escondido en las páginas, la segunda es la lectura, la tercera es el cuestionamiento, el debate y la opinión, tener una pregunta detonante que nos haga pensar sobre el libro: personaje o situación que podamos analizar e identificar, y por último el producto, una vez que nos sumergimos de lleno en el libro es momento de la creatividad, ésta se expresa de diferentes maneras dependiendo de la edad, los ideales, la iniciativa y la incentiva. Es decir, bien puede ser la creación de un texto,
ensayo, poesía, o la ilustración del libro, la creación de personajes, un proyecto o una aportación a la sociedad. Las cuatro fases de la lectura son importantes y cada cual tiene su realidad y calidad. En la primera fase nos enfrentamos con el libro y el autor, es aquí donde se definen nuestros gustos y juicios acerca del libro. Una lectura sin prejuicios puede ser agradable, como lo es también una buena charla, liberarnos de los prejuicios, nos hace libres y humildes, nos acerca a una apreciación de la vida más plena. Por qué no empezar a erradicarla a través de la lectura? Los libros son un reflejo de la sociedad y el poder identificarlo, nos permite hacer un análisis del mismo, hay una identificación de nuestra persona con los personajes, acciones e historias, con nosotros mismos o con la realidad que nos envuelve. El criterio se desarrolla desde los más sencillo, me gusta o no me gusta y porqué, suena simple, pero encontrar la razón de nuestros gustos o disgustos puede desencadenar pensamientos más profundos. Mirarnos a nosotros mismos a través de los demás o del exterior será parte del propio crecimiento personal. El debate y la opinión entonces ocurre tanto con nosotros mismos como con un lector acompañante o común, o bien, con el mediador. Existen tantas interpretaciones como personas que leen un libro y todas son a partir del record personal del lector. Es importante señalar que las conclusiones deben ser exteriorizadas y tal vez aplicadas a la sociedad, tanto para entender el actuar de nuestro entorno como para sugerir y crear tal vez un cambio. El arte humaniza, pues viene de la fibra más sensible de nuestro ser humano, la capacidad de apreciar el arte habla de una plenitud de la que todos deberíamos gozar, es una oposición a la codicia y ambición que nos agobia. Se ha perdido el goce de lo simple, para dar paso a la
necesidad de fama y dinero. Por qué no retomar esa humanización, ese goce de lo simple por medio de la lectura? La producción a partir de una lectura es un acontecimiento importante, una vez que se logra, quiere decir que el libro se compenetro tanto con nosotros que es necesario crear a partir de él. Cómo quien mira una pintura y siente la necesidad que mostrárselos a todos y realiza una campaña de promoción a esta. O quién se ha sentido inspirado en escribir como aquel autor, o leer por aquel autor. Pero a todo esto de qué sirven las cuatro fases de lectura? realmente la lectura nos hace mejor personas? colabora acaso la lectura con nuestra sociedad? En algún momento de mi carrera en la promoción de la lectura yo creí que no, pues estando en la facultad de letras, todos mis compañeros eran lectores, sin embargo, como personas tal vez no eran de lo mejor. Es fácil ser culto, un lector culto pero hay que tener cuidado pues también es fácil ser un lector culto y despiadado, un lector sin humildad que se ha perdido en la academia y no le es fácil rebajarse a la sociedad. Yo creía que no. Pero estaba equivocada porque estaba inmiscuida en ese ámbito tan lleno de prejuicios y exigencias. El cambio está en otro tipo de lectores, los niños, lo jóvenes allí radica. De leer por leer ya leímos cientos de libros, pero hay que leer para disfrutar, para sensibilizar, para crear. Las nuevas generaciones son gigantes dormidos que se pueden encausar, son gigantes que les gustan los cuentos para dormir, para sonreír y para reír. La mala interpretación o lectura de un libro puede ser fatal, como tantos libros históricos leídos. Sin embargo, leer sin tomar tajantemente una declaración del libro como realidad, sino algo que nos hará crecer como seres humanos, que no enseñará una lección a partir de la experiencia de otro, es eso lo que
tal vez si cambie la sociedad. Apropiarse de una lectura y de lo que te pueda aportar. De lo que los libros nos dejen pensar. (Lectura de El principito) Tania L. Castro Cambrón