2º de ESO Bolonia - Tarifa (Cádiz) 1
1. Los celtas. Metalurgia. El trabajo del hierro supuso una verdadera revolución en el desarrollo de la civilización céltica. Aunque su metalurgia se asocia con los celtas, no fueron ellos como a veces se piensa sus inventores. Al igual que sucede con la mayoría de los avances prehistóricos, no sabemos exactamente cómo se descubrió la técnica del hierro, pero sí dónde debió producirse, pues uno de los hallazgos más antiguos data de mediados del III milenio, en Turquía central. El hierro ofrecía evidentes ventajas sobre el bronce: con él se podía conseguir un filo más duro, cortante y resistente. Además sus minas estaban más ampliamente extendidas que las de cobre o estaño, metales necesarios para obtener el bronce. Pero también presentaban un problema: los conocimientos técnicos necesarios para su fabricación. Inicialmente, debió ser difícil lograr hojas de hierro que fueran superiores a sus contemporáneas de bronce, por lo que al principio estas armas representaban más un símbolo de prestigio codiciado por los jefes y guerreros que algo de utilidad real. Luego, con el paso del tiempo, gracias al empleo de hornos cuyas temperaturas superaban los 1.000 grados, se obtuvieron no sólo excelentes armas, sino también aperos de labranza hoces y azadas y distintos utensilios, como cinceles o incluso tijeras para esquilar las ovejas. Poblados Castros, modo de vida. En la zona de Galicia (y, en general, en el noroeste de España) hay un tipo de poblado fortificado bastante curioso, los castros. Son un tipo de poblado prerromano que empezaron a habitarse alrededor del siglo VI a.c., de la Edad de Hierro. Los castros no tienen calles rectas, sino que cada calle se formaba por el hueco entre las viviendas. Éstas solían ser de paja y barro y, las más modernas, de mampostería (a parejo de un muro realizado con piedras de distintos tamaños sin labrar o poco labradas, colocadas sin orden establecido y unidas con argamasa, mortero, yeso, cal o cemento). El techo era de paja y barro (obviamente no se conserva esta parte). La planta de las viviendas era originalmente siempre ovalada, sin esquinas, pero tras la invasión romana se notó su influencia y se empezaron a hacer algunas viviendas de planta rectangular. También evolucionó a lo largo del tiempo el urbanismo, pasando de una total ausencia en los primeros poblados a darse barrios, de viviendas rodeadas por un muro propio, que se supone que pertenecerían todas a la misma familia, siendo una la vivienda principal y las otras almacenes y silos. Las estructuras defensivas con las que cuentan los castros son bastante básicas, sobre todo muros y murallas. En algún caso, también hay parapetos (elevaciones artificiales del terreno) y terraplenes (desniveles en el terreno, tanto naturales como artificiales). Algún castro también tenía alguna torreta de vigilancia en la zona exterior, próxima a la muralla. Normalmente no se habitaban, pero en caso de peligro para los habitantes de la zona, estos se desplazaban al poblado hasta que pasase el peligro. Otras funciones que desarrollaban eran control de territorios, vigilancia de cultivos, etc. Debido a sus funciones, los lugares típicos en los que se construían son previsibles: colinas despejadas, promontorios rocosos o penínsulas, según a qué tipo de labor se fuese a destinar el asentamiento. En esta elección del lugar también influía la riqueza de recursos de la zona, dado que podían llegar a estar acorralados en el castro, se buscaban lugares bien abastecidos. La ventaja que aporta el lugar en el que está este castro es que sólo es accesible en determinados momentos del día, ya que mientras la marea está alta el mar cubría los accesos, dejando el asentamiento aislado y protegido. 2
Interiormente, tienen una zona superior, la croa, bajo la cual se extienden una serie de terrazas en las que se asientan las viviendas. En algunos casos contaban también con una zona despejada, el antecastro, que podría estar destinado a animales o cultivos. Como entrada, había una abertura en el muro exterior, cerrada con un par de puertas de madera. Además de las estructuras defensivas ya mencionadas como muros o fosos no contaban con más medidas de defensa, ya que el mayor obstáculo solía ser la propia naturaleza. La palabra castrense, relacionada con lo militar, proviene de la cultura castreja, que no es la cultura de los castros. Así que, aunque deshabitados y semiderruidos en la mayoría de los casos, los castros sobreviven en nuestro lenguaje. Algunas de las zonas castreñas son Galicia, Asturias, Cantabria o el norte de Portugal. 3
Territorios celtas en España. Croquis de llegada a la Piedra escalera en Bolonia (Tarifa). 4
INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA PEÑA SACRA DE RANCHILES1 La Peña Sacra de Ranchiles, está situada en la vertiente sur de la Sierra de la Plata, en la ensenada de Bolonia, cerca del cabo Camarinal, en el término municipal de Tarifa, en la provincia de Cádiz. Es un bloque de piedra arenisca que mide unos 16 metros de largo por 12 metros de ancho y de 3 a 5 metros de altura dependiendo del depósito de suelo actual. Tiene una escalinata de acceso tallada en la misma roca que permiten recorrerla en espiral, en sentido contrario a las agujas del reloj y termina en una escalera recta de siete escalones que conducen a la cúspide de la roca, donde está una cavidad de doble seno de la que sale un canalillo que comunica con otras dos cavidades situadas más abajo de la peña en la vertiente orientada al Este. Hay una explanada inferior orientada al Sur, también tallada. Otra serie de escalones individuales están excavados a lo largo de la roca. Existe también un hueco en la parte inferior occidental de la peña que mide unos 50 por 50 centímetros que, en principio, parece ser fruto de la erosión. 1. Resumen de la investigación de Ana Emberley Soria y Enrique Emberley Moreno. 5
Aunque actualmente está a la vista desde la misma carretera, cuando la conocieron estaba rodeada de un grupo de eucaliptos que la ocultaban, un pequeño bosque que fue talado con el propósito de urbanizar la zona, un proyecto que afortunadamente no llegó a realizarse en su día, aunque podemos encontrar arquetas de ladrillo muy cerca de la base de la roca. En su momento se supone que estuvo rodeada por el bosque autóctono de alcornoques de la zona que sería de mucha más extensión que en la actualidad, que solo quedan algunas manchas relictas (caudal o bienes que dejó alguno o quedaron de él en su fallecimiento, en este caso restos o marcas). Al verla, transmite la impresión de que se trataba de un lugar sacro donde se debían celebrar liturgias y ritos en honor de los dioses. La cavidad superior debía tener alguna función propiciatoria tal como lugar de ofrendas y/o sacrificios. Pero no se tenían pistas sobre qué tipo de personas y a qué cultura se podía asignar la construcción de dicho altar. La cita arqueológica más antigua es de Mergelina, del 1923. Dada la situación geográfica de la comarca, que ha propiciado el movimiento de culturas desde los tiempos más remotos, superponiéndose unas a otras en sus construcciones y legados históricos, la tarea de identificación se presentaba realmente difícil. Tras unas investigaciones, se supo de la existencia de otras tres peñas sacras: Ulaca en Ávila, Panoias en Portugal y Susa en Italia. - Ulaca. Data de la segunda Edad del Hierro y está situada cerca de la población de Villaviciosa en el término municipal de Solosancho, provincia de Ávila. Es un recinto fortificado rodeado por una muralla defensiva que se abría al exterior al menos por 8 o 9 puertas, en lo alto del Cerro del Castillo, en la umbría de la sierra de la Paramera, desde donde se ve y se denomina el valle de Amblés. - Panoias. El santuario de Panoias está en el termino municipal de Vila Real, al Norte de Portugal, en un área de plena influencia galaica. Está formado por un conjunto de rocas de granito con cavidades excavadas y escalinatas de acceso. Este santuario protohistórico atribuido a los celtas siguió siendo utilizado por los romanos hasta el siglo III después de nuestra era, que lo dedicaron al culto de Serapis, el dios oriental de origen egipcio. - Susa. Es un área de alto valor arqueológico, que se encuentra en la localidad de Susa, en el Piamonte italiano. Es bastante interesante como elemento de comparación. Fue descubierta oficialmente para la ciencia por C.F. Capello en el año 1949, el cual la describe como un altar pagano para sacrificios. Debido al parecido entre la Peña Sacra de la ensenada de Bolonia con Ulaca, Panoias y Susa, no es muy atrevido pensar que se pudiese atribuir a esta cultura, sobretodo teniendo en cuenta otros hallazgos de Andalucía como las Mesas de Asta y la Ría de Huelva, cuyos estudios parecen confirmar que la cultura de estos pueblos del Sur tuvieron, al menos, las mismas raíces que los celtas del Norte. 6