EN LA ARBOLEDA DE LOS SUEÑOS
En la arboleda de los sueños LA AVENTURA DE LEER (Fenomenología del quehacer literario) Fernando Jiménez Hernández-Pinzón Julia Jiménez Vacas H.-Pinzón
En la arboleda de los sueños. Edita Editorial Club Universitario Telf.: 96 567 61 33 C/ Decano, n.º 4 03690 San Vicente (Alicante) www.ecu.fm e-mail: ecu@ecu.fm Imprime Imprenta Gamma Telf.: 965 67 19 87 C/ Cottolengo, n.º 25 03690 San Vicente (Alicante) www.gamma.fm e-mail: gamma@gamma.fm Diseño de portada Miguel Jiménez Fernández www.migueljimenez.com Imagen de cubierta Fernando Jiménez Hernández-Pinzón ISBN: 978-84-9948-445-7 Depósito legal: A-271-2011 Impreso en España Printed in Spain Fernando Jiménez Hernández-Pinzón / Julia Jiménez Vacas H.-Pinzón Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información o sistema de reproducción, sin permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.
UN PUENTE PARA LA PAZ El Premio Príncipe de Asturias de las Letras del año 2007 se le concedió a Amós Oz Amós, como el profeta y Oz como el mago, que es un escritor judío de Jerusalén. En su discurso de recepción expuso un pensamiento sorprendente: vino a decir que leer es indispensable para lograr la Paz en el mundo. Y el título del discurso era La lectura como puente de Paz entre los pueblos. Qué os parece? Y es así como lo explicó: cuando viajas como turista a una ciudad desconocida, quizás tengas la ocasión de detenerte en una calle, contemplar los monumentos, percibir el aroma de sus árboles, observar una vieja casa del barrio antiguo de la ciudad Y, quizás, te fijas en una mujer asomada a una ventana. Pero como lector, no solo observarás a la mujer que mira por la ventana, sino que estarás con ella, dentro de su habitación, e incluso dentro de su cabeza, dentro de sus pensamientos. En la lectura se te invita a pasar al salón de otras personas, al cuarto de los niños, al despacho, e incluso al dormitorio. Se te invita a entrar en sus penas secretas, en sus alegrías familiares, en sus sueños íntimos. Y por eso, proclamó Amós Oz, creo en la literatura como puente de paz entre los pueblos. Porque la capacidad de imaginar 5
al prójimo es un modo de inmunizarse contra el fanatismo. La capacidad de imaginar al prójimo no solo te convierte en un hombre de negocios más exitoso y en un mejor amante. Sino que te convierte también en una persona más humana. La mujer de la ventana puede ser una mujer palestina o puede ser una mujer israelí. Si deseáis ayudar a que haya paz entre las dos mujeres de las dos ventanas, proclamaba Amós, os conviene leer más acerca de ellas. Las cosas irían mejor si también cada una de esas dos mujeres leyese acerca de la otra, para saber, al menos, qué hace que la mujer de la otra ventana tenga miedo o esté furiosa, y qué es lo que le infunde esperanza. Y terminó su discurso con estas palabras: «Lo que he querido decir es que leer libros es uno de los mejores modos de comprender que, en definitiva, todas las mujeres de todas las ventanas del mundo necesitan urgentemente la paz». 6 EN LA ARBOLEDA DE LOS SUEÑOS
Y PARA TODOS LOS SENTIMIENTOS HUMANOS He asociado este lúcido pensamiento de Amós Oz con una lectura antigua, de mi juventud, de Graham Green, El poder y la gloria. Dice allí: «El odio no es más que un fracaso de la imaginación de alguna manera está diciendo que la lectura es la educación de la imaginación. Y añade: Si llego a imaginar el mundo interno de un hombre o de una mujer, cuando los miro, no puedo menos que sentir piedad». Ortega y Gasset nos refiere, en El Espectador, uno de los cuentos fantásticos del escritor inglés Hebert George Wells, uno de los más importantes autores de ciencia ficción: el de un aficionado a antigüedades que encontró, en una almoneda, un huevo de cristal. Le extrañó ver, entre tantos objetos valiosos, algo tan insignificante, pero decidió comprarlo. Y cuando salió a la calle con el huevo entre las manos, mirándolo al trasluz, notó de pronto, al inclinarse hacia un lado, que dentro del huevo se dibujaban escenas sorprendentes, en las que intervenían seres extraños Y era que el cuerpo cristalino, al colocarlo en cierta inclinación, recogía los rayos de una lejana estrella, los cuales reflejaban la vida insospechada de un astro remoto. 7
Y reflexionaba Ortega que para que varíe el panorama de la vida de cada persona, no son necesarios grandes acontecimientos, poderosos cataclismos o guerras, ni grandes inventos mágicos. Basta con la lectura, en cualquier libro que caiga entre nuestras manos, donde se expresa el corazón de un ser humano y se reflejan vidas diferentes, sueños ajenos, ilusiones alcanzada o frustradas, sucesos desconocidos y experiencias insospechables Y que, según inclinemos el vértice de nuestro corazón, reflejarán en nosotros, como un calidoscopio, el pesimismo o el optimismo de vivir, la grandeza o la mezquindad del corazón humano, la ilusión o el desencanto, la heroicidad o la vulgaridad de las personas. 8 EN LA ARBOLEDA DE LOS SUEÑOS
LA VERDAD QUE NOS LIBERA Yo he pensado que, en la medida en que, según Amós Oz, la lectura nos libere, nos haga más auténticamente libres, nos sucederá aquello que estudiaban los filósofos de la vieja escolástica sobre las propiedades del Ente, las propiedades del Ser: el Unum, el Verum y el Bonum: que son convertibles. Que el Verum es Bonum, que la Verdad es el Bien y el Bien, la Verdad. Que la Verdad es Libertad, y la verdadera Libertad es la Paz. Y la Paz, la Libertad, la Verdad y la Bondad son el Amor, y el Amor es el Unum, la Unidad, la unidad total, y que todo es el Puchrum, que todo será Belleza, como lo es la Literatura. El libro, un libro, cualquier libro que leemos, es testimonio fehaciente del valor Verdad la verdad del otro, que de algún modo nos libera, nos libera de nuestros prejuicios, de nuestras ignorancias, de nuestros miedos, de nuestros odios La palabra Verdad para los griegos clásicos era Aletheia, destapar lo que está oculto. Las tapas de un libro destapan, nos destapan, muchas verdades ocultas. La lectura es también creación. El acto lector, el ejercicio de leer, es también, además del de escribir, un acto creativo. 9