EL TRABAJADOR ACOMPAÑANTE UN PERFIL PROFESIONAL AL SERVICIO DE LOS DESEMPLEADOS, ESPECIALMENTE ESTRUCTURALES ENTIDADES SOCIALES, EMPRESAS Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA SON BENEFICIADOS POR LA ACCIÓN DEL TRABAJADOR ACOMPAÑANTE. TA
LA INTEGRACIÓN SOCIAL Y LABORAL. EL OBJETIVO COMPARTIDO POR TODOS. El Trabajador Acompañante, como perfil a incluir en cualquier estructura de producción, es el mejor aval para las personas que entran de nuevo a trabajar en una empresa, administración y entidad social, y esperan consolidar un puesto de trabajo. En función del puesto de trabajo, y de la situación particular de cada una de las personas, este perfil profesional será más o menos empleado en el proceso del trabajador de reciente incorporación manteniendo, en todo caso, una eficiencia en la gestión de su tiempo y capacidades. El perfil, debidamente aplicado y con la formación oportuna, es un generador de valor social como gestor de personas dentro de la cadena de producción de las empresas. El mayor beneficiario de la existencia del perfil es la persona que se incorpora al puesto de trabajo, especialmente si contemplamos, no sólo los beneficios tangibles donde otros actores pueden alcanzar mayores rendimientos sino también, los intangibles que son los más importantes en la gestión de personas. En la medida que esto sucede otros actores como la administración pública o las entidades sociales pueden alcanzar en mayor grado y con una mayor eficiencia sus propios objetivos, objetivos sociales y no financieros. El presente argumentario evidencia los beneficios concretos que el Trabajador Acompañante aporta a cada uno de los tres actores que intervienen en los procesos de integración laboral: entidades sociales, empresas y administración pública.
VALOR AÑADIDO ENTIDAD SOCIAL ADMINISTRACION EMPRESA TA DESEMPLEADO ESTRUCTURAL TRABAJADOR ACOMPAÑANTE BENEFICIO CREADO POR EL TRABAJADOR ACOMPAÑANTE
ENTIDADES SOCIALES Las entidades sociales, que llevan años trabajando la inclusión socio-laboral de desempleados estructurales (personas en situación o riesgo de exclusión que han sido expulsados por el sistema económico vigente), tienen conocimiento y experiencia en el diseño y ejecución de itinerarios de inserción personalizados cuyo objetivo es la integración de estas personas en el mercado laboral ordinario. Este proceso finaliza una vez se produce el tránsito a la empresa (empleador) de mercado. El tránsito por lo tanto es condición necesaria para el éxito de un proceso que, en ocasiones, ha tenido por parte de estas entidades y otras un gran esfuerzo de construcción y gestión. Las características generales que suelen acompañar este proceso, tránsito, son: Salvo en el empleo con apoyo de personas con discapacidad intelectual, o con severas discapacidades físicas o sensoriales, la empresa no dispone entre su personal de nadie preparado para facilitar los procesos de integración laboral. Incluso en este empleo con apoyo puede no existir este profesional en función del presupuesto público, ya que su existencia depende de la subvención que cubre sus gastos de contratación. La legislación que regula las empresas de inserción, CEE y las órdenes de promoción activa del empleo no han potenciado que el proceso de integración en la empresa de mercado tenga las mayores posibilidades de éxito. Todo se ha reducido a pequeñas subvenciones que sólo garantizan el tiempo de empleo que vincula la recepción de la subvención, ni tan siquiera es necesario el aprovechamiento de esta oportunidad para tener derecho a cobrar la subvención. Las entidades sociales han tenido que esforzarse en apoyar desde el exterior de la empresa ese último proceso resolviendo, cuando era posible, situaciones de conflicto o riesgo una vez se finaliza la jornada laboral y pueden reunirse con el trabajador. Las empresas, en general, tienen un nivel de confianza en las entidades sociales limitada lo que hace que la intervención desde el exterior sea en ocasiones muy difícil e incluso hasta imposible. La empresa no dispone de los conocimientos y relaciones suficientes de cara a seleccionar la entidad social que mejor puede acompañar este proceso. Esto bloquea la posibilidad de que la entidad, que trabaja mejor la incorporación de la persona en la empresa, tenga más acceso a la misma y lo que es peor, en el caso de no cumplir con sus compromisos desde la perspectiva del empresario, es fácil que este se cierre ante las entidades sociales sin diferenciar entre ellas. La mayoría de los problemas que acaban invalidando el esfuerzo de las entidades sociales se producen en el espacio laboral diario, es decir, cuando la entidad no está presente.
ENTIDADES SOCIALES Esta situación descrita es la que explica la dificultad para que el tránsito al mercado laboral ordinario tenga mejores resultados. La incorporación del Trabajador Acompañante en la empresa de mercado resuelve esta situación aportando a las entidades sociales: Un interlocutor válido dentro de la empresa que comparte el interés por consolidar los procesos de integración y lo hace desde la confianza del empresario. Un profesional de la inclusión con el que compartir con facilidad los itinerarios en su ejecución práctica y diaria. La preparación del profesional como Trabajador Acompañante facilita la comprensión y la aplicación de las metodologías más adecuadas para conseguir los objetivos sobre la evolución de la persona. Incrementa el éxito de todo el proceso que la entidad social llevaba realizado con cada persona, en algunos casos de varios años. Incrementa el rendimiento económico y social de la entidad social. Al mejorar el resultado final del proceso, facilita la nueva captación de fondos con los que financiar las actividades de la entidad social. La entidad social puede trasladar, a través de este profesional y de la confianza que la gerencia ha depositado en el mismo, propuestas de acción que directamente no hubiera tenido opción de plantear o aunque hubiese podido, tendría que vencer la resistencia del empresario desde la desconfianza. Este profesional, situado junto al trabajador durante las horas laborales, tiene una posición privilegiada desde la que ejerce de delegado de la entidad social en la medida que procura y facilita el cumplimiento del itinerario de inserción. Esto lo hará porque la relación entre el beneficio de la entidad social, el de la empresa y el de la persona, es directamente proporcional.
EMPRESAS La empresa, hasta la fecha, ha trabajado en un espacio de acuerdo de colaboración a cambio de algunas contraprestaciones, subvenciones por ejemplo, centrando su atención en el cumplimiento de los acuerdos que regulan sus colaboraciones y muy distantes de la asunción de una corresponsabilidad social. Salvando todas las excepciones, que en ningún caso tienen la magnitud suficiente, la empresa no se ha vinculado al cumplimiento del objetivo último de la inserción sociolaboral de la persona y eso, ha provocado que muchos procesos se trunquen antes de haber tenido una oportunidad suficiente y bien ejecutada para mejorar las condiciones de éxito. La empresa no ha encontrado un espacio compartido en el que cooperar en la resolución de un problema sino mesas de negociación y venta en las que el argumento, lejos de ser económico, era humano y/o financiero por apoyos públicos aplicables a las contrataciones. Esta situación se explica, entre otras, por la carencia de conocimiento que la empresa tiene sobre el objetivo final, la integración socio-laboral, y las posibilidades económicas que esta acción le puede aportar. Un gestor de personas, que no de personal, es un perfil de indiscutible rentabilidad para cualquier grupo humano. La empresa es un grupo humano trabajando coordinadamente en un proceso productivo y como tal, tiene conflictos y desencuentros que se traducen directamente en pérdidas en las cuentas de explotación de las empresas. Estas situaciones se generan más, cuanto menos cohesionado está el grupo humano, lo que depende del conocimiento que las personas tienen de la empresa y de las normas de comportamiento del grupo. Al estar en un espacio productivo estas normas tienen dos fuentes de creación: las exigencias del proceso de producción y las que implantan el grupo humano, comúnmente la dirección de RRHH o gerencia. Las personas que se incorporan en la empresa necesitan un proceso de aprendizaje y adecuación a todas y cada una de las normas de relación, tanto para la producción como para la gestión y para la convivencia. Cuanto más se faciliten estos procesos la empresa reducirá: conflictividad en el centro de trabajo absentismo periodo de aprendizaje del oficio adecuación a la cadena de producción falta de rentabilidad económica durante el periodo de incorporación
EMPRESAS Solamente lo expuesto, es ya suficiente para que cualquier empresa pueda considerar adecuado introducir a este técnico en su plantilla más aún, cuando no significa tener una persona más en la plantilla. El Trabajador Acompañante es para la empresa, la persona que acelera y garantiza el éxito en los procesos de incorporación laboral de cualquier empleado. En función de la persona y el puesto a cubrir, la necesidad y aplicación de horas de este técnico es más necesaria y por lo tanto, rentable para la empresa. El Trabajador Acompañante tiene una formación suficiente que posibilita conseguir también, resultados positivos en procesos de incorporación con personas y situaciones que parten de un diferencial de empleabilidad mayor. La empresa puede resolver exitosamente procesos más complejos gracias a que cuenta con un técnico cualificado. Cuanto más diferencial de empleabilidad tiene una persona, la empresa consigue crear mayor valor social que es valor económico con una adecuada medición y gestión del mismo. El Trabajador Acompañante aporta a la empresa: Mayor rentabilidad en los procesos de integración de nuevos trabajadores. Creación de valor social en función del diferencial de empleabilidad de la persona a integrar. Un especialista vinculado a RRHH que trabaja en la cadena de producción. La posibilidad de que su plan de RSE pueda adquirir más contenido y que este además, sea rentable económicamente. Que el plan de marketing pueda, éticamente, aprovechar una realidad de inclusión para comunicar a la sociedad los valores de la empresa. Que la gestión de la empresa encuentre en este técnico una persona de dentro de la empresa en la que confiar la ejecución de acciones que, sólo con el apoyo externo de técnicos de ONGs, no estaba dispuesto a abordar. Mayor interrelación de la empresa con su entorno especialmente, con todos aquellos actores implicados en los procesos de integración: servicios sociales, servicios sanitarios, diferentes entidades sociales que trabajan diferentes aspectos de la integración. Capacidad de gestión económica del valor social generando riqueza para la empresa. La cooperación del Trabajador Acompañante con el resto de los corresponsables sociales en la integración laboral convierte a este técnico en la expresión más cercana de la gestión económica en la resolución real de un problema social, sin que ninguno de sus actores tenga porqué abandonar el papel que fundamenta su existencia y fin último.
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Al igual que las entidades sociales, la administración siempre ha tenido un papel activo en los procesos de integración socio-laboral. Acciones paralelas a las entidades sociales de formación e intermediación laboral, acciones que son propias de los servicios sociales e incluso, la aportación de financiación mediante subvenciones a las entidades sociales. Los mismos problemas que las entidades sociales, se han encontrado las administraciones públicas cuando realizan funciones paralelas pero cuando además, la administración delega parte de sus funciones, entonces su relación con la empresa es mucho más distante y difícil dentro de los procesos de integración de las personas más vulnerables. La existencia del Trabajador Acompañante para la administración, como para la entidad social, representa una posibilidad mayor de entendimiento, mejor resultado del trabajo y por lo tanto eficiencia y eficacia en la consecución del objetivo. Por tanto la incorporación del Trabajador Acompañante para ambas dos, entidades sociales y administración pública, conlleva los mismos beneficios enumerados anteriormente pero además, el mayor éxito en los procesos corresponsables de integración socio-laboral significa para la administración dos resultados a su gestión pública: Cumplimiento de sus responsabilidades públicas, en ocasiones incluso electorales de aquellos que gobiernan. Generación de ahorros públicos y nuevos ingresos conforme las personas, que engrosaban listas de parados estructurales, pasan a reducirse y las personas pasan a ser activas.
QUÉ APORTA EL T.A.? ENTIDAD SOCIAL Interlocutor válido en la empresa. Profesional, dentro de la empresa, con el que compartir la ejecución de los itinerarios. Incremento de la eficacia en los procesos de inclusión. Incremento de la eficiencia en la ejecución. Facilita la captación de fondos. Acceso a la dirección desde una persona de confianza de la empresa. Mayor rentabilidad directa en la producción. Cumplimiento de las responsabilidades públicas. Creación de valor social. Genera ahorros e ingresos públicos. Especialista de RRHH en la cadena montaje. Interlocutor válido en la empresa. Fundamento de marketing. Profesional, dentro de la empresa, con el que compartir la ejecución de los itinerarios. Fundamento de la RSE. Gestión económica del valor social. Corresponsabilidad con el territorio. Fortalece la confianza de la empresa y de la sociedad. Reducción de costes. Acompañamiento durante las horas de trabajo con capacidad de actuación en el momento que es necesario. Mejora el resultado social y económico. ADMINISTRACION EMPRESA Puente entre la empresa y la sociedad. Incremento de la eficacia en los procesos de inclusión. Incremento de la eficiencia en la ejecución. Acceso a la dirección desde una persona de confianza de la empresa. Acompañamiento durante las horas de trabajo con capacidad de actuación en el momento que es necesario. BENEFICIO CREADO POR EL TRABAJADOR ACOMPAÑANTE
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