In Crescendo. Ciencias de la Salud. 2016; 3(2): 166-170 Fecha de recepción: 4 de noviembre de 2016 Fecha de aceptación: 17 de noviembre de 2016 Los alimentos funcionales: son buenos para nuestra salud? Functional foods: are good for our health? Frank S. Cornelio* Zaema G. Maldonado** Axel R. Ugas*** Alva Borjas M.**** Resumen Objetivo: Describir las características generales de los alimentos funcionales. Método: Se llevó a cabo la revisión bibliográfica de los alimentos funcionales. Conclusión: Los alimentos funcionales son buenos para la salud, gracias a su efecto beneficioso sobre las funciones orgánicas y nutricionales. Mejoran la salud y el bienestar, pues reducen o previenen el riesgo de enfermedad. Estos alimentos deben ser consumidos con la alimentación diaria o como complemento, de ninguna manera de forma aislada o como sustituto de la dieta habitual. Pueden tener mayor beneficioso aquellos grupos de población con necesidades nutricionales especiales (embarazadas, niños y adultos mayores), estados carenciales, intolerancias a determinados alimentos y personas con riesgo a determinadas enfermedades. Estos alimentos tienen como ingredientes funcionales a los probióticos, prebióticos, productos enriquecidos con ácidos grasos omega 3, con fitoesteroles, y con sustancias antioxidantes. Palabras clave: Alimentos funcionales, salud Abstract Objective: To describe the general characteristics of functional foods. Method: The bibliographic review of functional foods was carried out. Conclusion: Functional foods are good for health, thanks to their beneficial effect on organic and nutritional functions. * Alumno del V ciclo de la carrera profesional de Farmacia y Bioquímica, Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote. Correo electrónico: sfrankcv@hotmail.com ** Alumna del IV ciclo de la profesional de Farmacia y Bioquímica, Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote. Correo electrónico: luna_2924@hotmail.com *** Alumno del V ciclo de la carrera profesional de Farmacia y Bioquímica, Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote. Correo electrónico: axel_geminis2006@hotmail.com **** Químico farmacéutico. Magíster. Docente de la escuela de Farmacia y Bioquímica de Universidad Católica Los Ángeles de Chimbote. Correo electrónico: m_alva_borjas@hotmail.com 166 In Crescendo.Ciencias de la Salud. 2016; 3(2): 166-170
Los alimentos funcionales: son buenos para nuestra salud? They improve health and well-being, because they reduce or prevent the risk of disease. These foods should be consumed with daily food or as a supplement, in no way in isolation or as a substitute for the usual diet. Population groups with special nutritional needs (pregnant women, children and the elderly), disability states, intolerances to certain foods and people at risk for certain diseases may be most beneficial. These foods have as functional ingredients probiotics, prebiotics, products enriched with omega-3 fatty acids, phytosterols, and antioxidants. Keywords: functional foods, health INTRODUCCIÓN El ser humano siempre ha estado preocupado por los alimentos que consume, por su calidad, su procedencia y sus efectos en nuestra salud, por lo tanto, es evidente que nuestros hábitos alimenticios son resultado de nuestra cultura (1). Existe en la actualidad, un grupo de personas cuyo interés se enfoca en la relación entre la alimentación y enfermedades crónicas no transmisibles, pues se interesan en aquellos productos que contribuyan a su salud y mejoren su alimentación. Se define como alimentos funcionales (AF) a aquellos que promueven la salud, los cuales tienen un efecto fisiológico o psicológico más allá de su valor nutritivo tradicional (2). Los desequilibrios y desajustes alimentarios están relacionados con la aparición de un gran número de enfermedades. Las causas principales de dichos desequilibrios y desajustes son la falta de tiempo para cocinar, el ritmo de vida actual y la enorme oferta de alimentos que hace difícil la toma de decisiones adecuadas, conduciendo a que muchas personas no sigan una alimentación equilibrada, y por tanto, no ingieran todos los nutrientes que necesitan o en cantidades adecuadas. Como consecuencia de esta situación, surgen los alimentos funcionales que pueden compensar los desequilibrios alimentarios y garantizan las ingestas de nutrientes necesarios, siendo una alternativa para reducir riesgos de enfermedad (3). El presente artículo tiene como objetivo principal describir las características generales de los alimentos funcionales. COMUNICACIÓN En la actualidad no existe un consenso general en cuanto a la definición de alimento funcional. Son alimentos que proporcionan determinados efectos fisiológicos beneficiosos no nutricionales para la salud de los consumidores. Estos alimentos, además, ejercen un papel preventivo, ya que reducen los factores de riesgo que provocan la aparición de enfermedades (1, 4). Un alimento funcional puede ser: un alimento natural, un alimento al que se le ha agregado o eliminado un componente con alguna tecnología o biotecnología, un alimento donde la naturaleza de uno o más componentes ha sido variada, un alimento en el cual la biodisponibilidad de uno o más de sus componentes ha sido modificado. Cualquier combinación de las anteriores posibilidades (5). In Crescendo. Ciencias de la Salud. 2016; 3(2): 166-170 167
Frank S. Cornelio, Zaema G. Maldonado, Axel R. Ugas y Alva Borjas M. Los alimentos funcionales pueden formar parte de la dieta de cualquier persona. Pero además, están especialmente indicados en aquellos grupos de población con necesidades nutricionales especiales (embarazadas y niños), estados carenciales, intolerancias a determinados alimentos, colectivos con riesgos de determinadas enfermedades (cardiovasculares, gastrointestinales, osteoporosis, diabetes, etc.) y personas mayores (4). Los probióticos y prebióticos, son ingredientes funcionales con características específicas que modifican la flora intestinal y tiene efecto beneficioso en el sistema inmunológico (7). Los probióticos son microorganismos vivos, no patógenos, que favorecen el desarrollo de la flora microbiana intestinal que pueden subsistir durante en su paso por el intestino delgado y el colon, los más comunes lactobacilos y las bifidobacetrias (6, 7). Por su parte, los prebióticos son sustancias contenidas en los alimentos, no digeribles en la dieta, que resisten la digestión en el intestino delgado y son susceptibles de ser fermentados por la flora bacteriana del intestino grueso, teniendo un efecto favorable sobre ella e, indirectamente, sobre el organismo humano (7, 8). Productos enriquecidos con ácidos grasos Omega 3 Los omega 3 son ácidos grasos poliinsaturados, que se encuentran naturalmente en la dieta: ácido eicosapentanoico (EPA) y ácido decosahexanoico (DHA). El DHA es un ácido graso que destaca por diversas propiedades: mantiene el equilibrio de las grasas en la sangre, impide la agregación plaquetaria, por lo que incide favorablemente en caso de riesgo cardiovascular y, además, se trata de un lípido fundamental para el desarrollo y funcionamiento favorable del sistema nervioso central (6). Productos enriquecidos en fitoesteroles Los fitoesteroles son sustancias vegetales similares al colesterol humano. Al incluirlos en la dieta interactúan con el colesterol en el tracto intestinal reduciendo su absorción y, por ende, provocando una disminución del colesterol sanguíneo. El consumo de fitosteroles puede asociarse a determinados desequilibrios, tales como una reducción importante de niveles de betacaroteno o provitamina A, y la deficiente absorción de las vitaminas A y K solubles en grasa (9). Productos enriquecidos con sustancias antioxidantes Existe evidencia científica de que la ingesta habitual de sustancias con actividad antioxidante se relaciona con la disminución de las enfermedades cardiovasculares. Entre las sustancias antioxidantes que reducen este proceso, se encuentran las vitaminas E (aceite vegetal virgen de primera presión en frío, frutos secos, germen de trigo) y C (cítricos, kiwi, pimiento, tomate) así como otros carotenoides como el licopeno (tomate), betacaroteno (zanahoria, calabaza, mango), zinc (carnes, pescados, huevos) y selenio (carnes, pescados, huevos, marisco principalmente), polifenoles (vegetales en general) y compuestos azufrados (verduras de la familia de la col, cebollas, ajos) (6). 168 In Crescendo.Ciencias de la Salud. 2016; 3(2): 166-170
Los alimentos funcionales: son buenos para nuestra salud? Las condiciones de higiene y seguridad de los alimentos funcionales están regulados bajo normativa específica y son (4): ycontempla cuando un producto está enriquecido con algún nutriente determinado. En el envase debe ir obligatoriamente el etiquetado nutricional, indicando el aporte real del producto en ese componente. ycon respecto al etiquetado, la presentación y la publicidad no pueden atribuirse propiedades preventivas, de tratamiento o curación de una enfermedad. yregular las alegaciones sanitarias, la información dirigida al consumidor sobre los efectos favorables que este tipo de alimentos ejercen para la nutrición y para la prevención de materiales. ylas alegaciones sanitarias estén científicamente probadas. El desarrollo de los alimentos funcionales promete incrementar la calidad de vida, en especial en aquellos grupos de riesgo más débiles, como son los niños de corta edad y las personas mayores, al mismo tiempo existe la necesidad de profundizar en el conocimiento, tanto de las interacciones entre sí de los diferentes componentes de los alimentos, como de los mecanismos que subyacen a su acción funcional, sobre todo en lo que se refiere a su efecto específico en el organismo. Es necesario identificar marcadores biológicos, genéticos y factores ambientales para averiguar los verdaderos efectos de estos alimentos e ingredientes funcionales, así como para determinar su biodisponibilidad real y poder establecer, de este modo, los grupos de población diana que se vean beneficiados por el consumo de estos alimentos (6). CONCLUSIÓN Los alimentos funcionales son buenos para la salud, ya que para ser considerados como tales, deben producir efectos beneficiosos sobre las funciones orgánicas, además de sus efectos nutricionales intrínsecos, apropiados para mejorar la salud y el bienestar, reducir el riesgo de enfermedades, prevenirlas o ambas cosas. Estos alimentos deben ser consumidos como parte de una dieta normal o complemento de ella, pero nunca de forma aislada o sustituyendo a la dieta habitual. Los alimentos funcionales pueden formar parte de la dieta de cualquier persona. Pero, además, están especialmente indicados en aquellos grupos de población con necesidades nutricionales especiales (embarazadas y niños), estados carenciales, intolerancias a determinados alimentos, colectivos con riesgos de determinadas enfermedades y personas mayores. Estos alimentos tienen como ingredientes funcionales a los probióticos, prebióticos, productos enriquecidos con ácidos grasos Omega 3, con fitoesteroles, y con sustancias antioxidantes. El desarrollo de los alimentos funcionales promete incrementar la calidad de vida, en especial en aquellos grupos de riesgo más débiles, como son los niños de corta edad y las personas mayores. In Crescendo. Ciencias de la Salud. 2016; 3(2): 166-170 169
Frank S. Cornelio, Zaema G. Maldonado, Axel R. Ugas y Alva Borjas M. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Instituto de Salud Pública. Nuevos alimentos [Internet]. España: Nueva imprenta S. A.; 2003. [Consultado 20 de setiembre del 2016]. Disponible en: http://www. nutricion.org/publicaciones/pdf/nuevos_alimentos.pdf 2. Olagnero G., Abad A., Bendersky S., Genevois C., Granzella L. y Montonati M. Los alimentos funcionales: fibra, prebióticos, probióticos y simbióticos [Internet] DIAE- TA (Buenos Aires). 2007; 25(121): 20-33. [Consultado 20 de Setiembre del 2016]. Disponible en: http://www.fmed.uba.ar/depto/nutrinormal/funcionales_fibra.pdf 3. Rodríguez J. Guía de buena práctica clínica en alimentos funcionales. [Internet]. España: Organización médica colegial (OMC); s.f. [Consultado 20 de Setiembre del 2016]. Disponible en: https://www.cgcom.es/sites/default/files/gbpc_alimentos_funcionales.pdf 4. Aranceta J. Guía de alimentos funcionales [Internet]. España: Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC); s.f. [Consultado 20 de Setiembre del 2016]. Disponible en: http://www.fesnad.org/resources/files/publicaciones/guia_alimentos_funcionales.pdf 5. Barberá J. España: Instituto de Nutrición y transtornos alimenticios; s. f. [Consultado 20 de Setiembre del 2016]. Disponible en: http://www.madrid.org/cs/satellite?blobcol=urldata&blobheader=application%2fpdf&blobheadername1=content-disposition&blobheadervalue1=filename%3dt065.pdf&blobkey=id&blobtable=mungoblobs&blobwhere=1220428576848&ssbinary=true 6. Servicio Nacional del Consumidor (Sernac). Alimentos funcionales. [Internet]. Chile: Servicio Nacional del Consumidor; 2004. [Consultado el 20 de setiembre del 2016]. Disponible en: http://www.administracion.usmp.edu.pe/institutoconsumo/ wp-content/uploads/2013/08/alimentos-funcionales.-2004-senarc.pdf 7. De las Cagigas A. y Blanco J. Prebióticos y probióticos, una relación beneficiosa. Revista Cubana Aliment Nutr. 2002; 16(1): 63-8. Disponible en: http://www.bvs.sld. cu/revistas/ali/vol16_1_02/ali10102.pdf 8. Sanz Y., M.C. Collado, J. Dalmau. Probióticos: criterios de calidad y orientaciones calidad y orientaciones para el consumo. Acta pediátrica española. 2003; 61(9):476-482. Disponible en: http://www.inocua.org/site/archivos/investigaciones/probio- TICO.pdf 9. Valenzuela A. y Garrido A. Los fitosteroles: agentes hipocolesterolémicos naturales de índole no farmacológico. Rev. chil. nutr;27(2):220-5. Disponible en: http://bases. bireme.br/cgi-bin/wxislind.exe/iah/online/?isisscript=iah/iah.xis&src=google&base=lilacs&lang=p&nextaction=lnk&exprsearch=284963&indexsearch=id 170 In Crescendo.Ciencias de la Salud. 2016; 3(2): 166-170