Trabajo Final de Licenciatura en Economía La decisión de producción del agente agropecuario: un enfoque financiero Verónica Dávila 03-010196-2 Año: 2006
Agradezco especialmente la colaboración de: Dr. Carlos Carballo Ing. Víctor M. Dávila Lic. Hernán H. Van Waveren, Lic. Mariano Pelecq Palas - Agromercado Ing.Joaquín Dominguez Lemoine - SRA Mauricio Pellegrino - SAGPYA
Indice 0 I. Introducción... 1 II. Supuestos... 2 III. La ocupación de la tierra: agricultura vs ganadería... 4 IV. Rentabilidad de las actividades seleccionadas... 10 V. Riesgo vs rentabilidad en actividades seleccionadas... 19 VI. Conclusiones... 23 VII. Anexo I: Areas sembradas de cereales y oleaginosas... 25 VIII. Anexo II : Indicadores Ganaderos... 27 IX. Anexo III : Supuestos técnicos utilizados en la construcción de los márgenes... 28 IX. Bibliografía... 30 0
I. Introducción A lo largo de la historia argentina, se han podido observar movimientos de expansión y retracción en las actividades agrícolo-ganaderas. En particular, dichas actividades han tendido a competir por el espacio de tierra más fértil del país: la zona pampeana. Al contar con un espacio limitado, los productores agropecuarios han optado por una u otra actividad a través de los años. El objeto del presente trabajo de investigación consiste en observar dicha elección y analizar sus fundamentos. Debe destacarse que la decisión de producción de un agente agropecuario es polifacética y puede ser analizada desde muy variados puntos de vista. Factores climáticos, geográficos, comerciales y hasta personales influyen en dicha decisión. La orientación del presente análisis será financiero-comercial. Lo que nos resulta de interés es observar los rendimientos de cada actividad en un periodo de tiempo y la decisión de producción de los agentes entre las mismas para determinar si es posible justificar desde el punto de vista financiero, la elección del agente entre las actividades agrícolas y las ganaderas. Como elemento adicional, se incorporará un análisis de la volatilidad en las rentabilidades como medida del riesgo que enfrenta el productor. Un principio financiero fundamental indica que la rentabilidad de una actividad esta directamente correlacionada con el riesgo de la misma. En este sentido, analizar la rentabilidad de las actividades agropecuarias sin adentrarse en medidas de su riesgo sería un enfoque incompleto. A fin de desarrollar el tema de interés se presentará en primer lugar un análisis de los movimientos en la ocupación de la tierra para el período de referencia. En la segunda sección se procederá al análisis de la rentabilidad de las actividades agropecuarias. A continuación se desarrollaran mediciones del riesgo inherente a cada actividad. Por último se presentarán las conclusiones de la investigación. 1
II. Supuestos A fin de desarrollar el presente trabajo resulta necesario delimitar el alcance de la investigación. El período temporal de interés, estará dado por los años comprendidos entre 1990 y 2005. Consideramos que la observación de períodos más extensos estaría sumamente distorsionada por los cambios tecnológicos que han afectado a la actividad agropecuaria. Es cierto que el avance de la tecnología es constante y que, por esa razón, debe recordarse que en el período de estudio existen factores vinculados a la técnica que han modificado la actividad en el campo argentino. Consideramos que al acotar el período de estudio, se acota también la influencia de este tipo de factores. En cuanto a delimitación geográfica de esta investigación, la misma considerará todo el territorio nacional en cuanto a la ocupación de la tierra. De todas formas, se pondrá especial atención a la zona centro del país. Esta elección se basa en que, a lo largo del período de referencia, tanto las actividades agrícolas como las ganaderas han sido viables en esta zona. En los últimos años, las actividades agrícolas se han expandido a zonas donde previamente era muy dificultoso o hasta irrealizable desarrollarlas. Estas zonas, que anteriormente eran consideradas únicamente ganaderas, hoy pueden dedicarse a cultivos como la soja, dados los avances en las semillas, fertilizantes, herbicidas y técnicas de riego artificial. Dado que estamos interesados en observar la elección del productor entre actividades, es relevante seleccionar una zona donde dicha elección haya sido posible en todo el período de estudio. Es por eso que nos limitaremos a la zona centro. Dado el formato en que se presentan los datos disponibles tanto de los Censos Nacionales Agropecuarios (CNA) como de los estudios que realiza la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPYA) es necesario utilizar un criterio de división política al delimitar la zona. El presente trabajo considerará como zona centro a las provincias Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Reconocemos que sería más apropiado contar con la información dividida por áreas según las características geológico-climáticas de cada lugar pero es necesario adaptar la investigación a los datos disponibles. 2
Definido el alcance temporal y geográfico del presente estudio es necesario acotar las actividades agropecuarias que se considerarán. Para las actividades agrícolas se propone observar los tres cultivos de mayor relevancia en cuanto a producción y áreas ocupadas que son el trigo, el maíz y la soja. De hecho, estos cultivos comprenden el 76% del área sembrada total de cereales y oleaginosas en promedio para el período de estudio. Para las actividades ganaderas se considerará la invernada pastoril de bovinos. Esta elección se fundamente en primer lugar en la mayor relevancia de la explotación de bovinos en cuanto a las magnitudes de producción en la zona centro respecto de otras especies como la ovina o la porcina. De hecho, la faena de bovinos comprendió el 80% de las cabezas de ganado faenadas en 2004. No se incorporan otros rubros ganaderos bovinos, como la cría o el tambo, porque es la intención considerar únicamente la actividad ganadera que compita por el tipo de superficie con los rubros agrícolas citados. Es la invernada pastoril la que requiere de superficies de características similares a los cultivos seleccionados mientras que la cría y el tambo pueden desarrollarse en zonas de menores aptitudes. 3
III. La ocupación de la tierra: agricultura vs ganadería Con el objeto de analizar la ocupación de la tierra en el período de estudio, se presentarán los datos pertinentes de las Encuestas Nacionales Agropecuarias (ENA), los últimos Censos Nacionales Agropecuarios (CNA) y otros relevamientos realizados por la Secretaría de Agricultura Ganadería Pesca y Alimentos (SAGPYA), la Sociedad Rural Argentina (SRA) y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). Dichos relevamientos poseen distintas medidas que serán útiles para determinar si existe un movimiento de sustitución entre la actividad agrícola y la ganadera en la zona de estudio. De acuerdo a la metodología del CNA, se define como explotación agropecuaria (EAP) a la unidad de organización de la producción, con una superficie no menor a 500 m2 dentro de los límites de una misma provincia que, independientemente del número de parcelas (terrenos no contiguos) que la integren: 1) produce bienes agrícolas, pecuarios o forestales destinados al mercado; 2) tiene una dirección que asume la gestión y los riesgos de la actividad: el productor; 3) utiliza los mismos medios de producción de uso durable y parte de la misma mano de obra en todas las parcelas que la integran 1. De esta forma, el CNA considera a la EAP la unidad de producción a relevar. En el período intercensal, la superficie total de la EAP se redujo de 177,4 millones de ha. en 1988 a 174,8 millones en 2002, es decir que se produjo una caída del 1,5% en su superficie total. De dicho total, un 28% (49 millones de ha.) se ubicaba en la zona centro en 2002 habiéndose reducido en un 5% respecto al censo anterior. CUADRO III.1 Superficie total de las EAP Millones de hectáreas Var. Intercensal 1988 2002 Total País 177,4 174,8-1,5% Buenos Aires 27,3 25,8-5,5% Córdoba 13,7 12,2-10,8% Santa Fe 11,1 11,3 1,5% Sub Total Zona Centro 52,1 49,3-5,4% Fuente: CNA 1988, CNA 2002, INDEC 1 Glosario de Términos utilizados en el censo nacional agropecuario 2002, Instituto Nacional de Estadística y Censos. 4
De la superficie total de las EAPs, en 2002, un 19% correspondía a superficie implantada (33,5 ha MM) manifestando un incremento de 2pp. Respecto del 17% implantado en 1988. En el caso de la zona centro la participación de superficie sembrada es mayor, ascendiendo a un 47% en 2002, 3pp por encima de 1988. En cuanto a la composición del área implantada, vale destacar la existencia de crecimiento intercensal de los cultivos y la retracción de las forrajeras. Como se desprende del Cuadro III.2, en la zona centro los cultivos se expandieron en área implantada un 35% entre los censos mientras que las forrajeras se contrajeron un 29%. Este es un dato relevante puesto que son las forrajeras las especies que se utilizan en las explotaciones ganaderas y la retracción de las mismas puede considerarse como indicador de una reducción en las explotaciones ganaderas en una zona en particular. Si se observan los resultados provinciales de la zona centro, el comportamiento descripto se repite en cada una de las mismas aunque con distinto grado de intensidad. CUADRO III.2 Millones de hectáreas 02/88 02/88 02/88 1988 2002 1988 2002 1988 2002 1988 2002 Total País 30,8 33,5 9% 14,8 20,3 37% 14,9 11,9-20% 1,0 1,3 26% Buenos Aires 11,1 11,1 0% 5,5 6,7 22% 5,5 4,3-22% 0,2 0,2-12% Córdoba 7,2 7,4 3% 3,0 4,7 56% 4,1 2,7-35% 0,1 0,1-24% Santa Fe 4,0 4,4 9% 2,3 3,2 40% 1,7 1,1-33% 0,0 0,0-34% Sub Total Zona Centro 22,4 22,9 2% 10,8 14,6 35% 11,3 8,1-29% 0,3 0,2-18% Fuente: CNA 1988, CNA 2002, INDEC Superficie implantada Total Var. Cultivos Var. Forrajeras Var. Otros Si se toman los datos que elabora la Dirección de Coordinación de Delegaciones de la Secretaría de Agricultura, se puede observar el comportamiento de las áreas sembradas por cultivo año a año permitiendo analizar las tendencias con mayor detalle. Según estos relevamientos, en el período de referencia del presente estudio, el total de hectáreas sembradas, de cereales y oleaginosas en el país, se expandió un 64% pasando de 14,9 millones de hectáreas en 1990 a 24,4 millones en 2004. Si tomamos únicamente las áreas 2 Var. 02/88 2 Para el cálculo del total de áreas sembradas se consideró que para el caso del trigo, el alpiste, el mijo y la cebada, se efectúan dos cosechas en cada campaña. Es decir que se siembra otro cultivo (en general soja) 5
correspondientes a los cultivos seleccionados (trigo, maíz y soja) la expansión es aún más pronunciada produciéndose un incremento del 105% en dicho período. Esto implica que el incremento en términos de hectáreas alcanzó los 10,7 millones para llegar en la campaña 2004/2005 a los 20,9 millones de hectáreas. La mayor expansión de las áreas sembradas de los cultivos seleccionados respecto del total de cereales y oleaginosas se explica porque al incremento del total de las áreas sembradas se sumó una sustitución de distintos cultivos, como el girasol el centeno, el alpiste, el mijo y el sorgo, por los cultivos de interés. Así, el trigo, el maíz y la soja fueron ganando territorio por dos vías: la ampliación de la frontera agrícola y el avance sobre áreas pertenecientes a otros cultivos. De hecho, el incremento de la importancia relativa de estos cultivos queda reflejado en el aumento de la proporción de los mismos sobre el total de cereales y oleaginosas que pasó de un 69% en 1990 a un 86% en 2004. Dentro del grupo de cultivos seleccionados, la mayor expansión se observó en la soja. Las áreas sembradas de este cultivo se incrementaron un 189,9% en el período pasando de representar un 48,6% de la superficie total ocupada por los cultivos seleccionados en 1990 a un 68,8% en 2004. Si nos detenemos en la realidad de las provincias de la zona centro en el período de referencia, se destaca que la mayor expansión del área sembrada de los cultivos de interés se dio en Córdoba (+166%) superando incluso el ritmo de crecimiento del total del país. Por su parte, Buenos Aires y Santa Fe presentaron una expansión del 51% y 59% respectivamente. De los datos presentados, tanto los de los CNA como los relevados por la Secretaría de Agricultura, se desprende que existe un importante movimiento en la ocupación de la tierra en el período de referencia que queda reflejado en el comportamiento de las áreas sembradas. El mismo se caracteriza por un avance del total de las extensiones cultivadas tanto a nivel país como en la zona centro. Adicionalmente, se observa una contracción de los cultivos forrajeros, ligados a la luego de la cosecha de los mismos. En particular se consideró que sobre la mitad de la superficie sembrada de trigo, alpiste o mijo se realiza posteriormente soja. En el caso de la cebada esta proporción aumenta al 80%. Para mayor detalle ver Anexo I. 6
ganadería, mientras que las mayores expansiones corresponden a los cultivos seleccionados para el presente estudio (trigo, maíz y soja). Otro indicador de relevancia en el movimiento de la ocupación de la tierra es la evolución de las existencias ganaderas. Como se indicó en los supuestos, este estudio se abocará al ganado bovino por ser este el de mayor relevancia en la zona geográfica de estudio. De acuerdo con los datos provistos por la SAGPYA, se observa una caída de las existencias, a nivel país, que alcanza un 5,9% pasando de 51,6 millones de cabezas en 1990 a 48,5 millones en 2002. Esto implica que el ritmo promedio anual de reducción del stock ganadero ascendió a un -0,5%. Existen también relevamientos de existencias ganaderas realizados por la SRA. Estos indican una caída del 8,9% entre 2002 y 1990, más pronunciada que la que indicaría el dato de la SAGPYA. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presenta una serie de existencias adicional realizada en base a distintas fuentes oficiales. La caída en el stock ganadero sería similar a la reflejada por las series de la SAGPYA y la SRA alcanzando un 6,6% (2002/ 1990). La incertidumbre acerca del verdadero nivel del stock vacuno a través del tiempo ha sido señalada por distintos autores 3. De todas formas, a pesar de las diferencias entre las distintas series de existencias ganaderas, la tendencia decreciente de los stocks de bovinos queda reflejada. Puede cuestionarse la magnitud de dicha tendencia siendo mayor para la SRA y más reducida para la SAGPYA pero no hay motivo para dudar de la disminución de los stocks de bovinos entre 1990 y 2002 4. Por su parte, los datos de las Encuestas Nacionales Agropecuarias (ENA) presentan la información de existencias abiertas por provincias permitiendo observar la realidad ganadera en la zona centro. Este relevamiento, que comenzó a realizarse en 1993, indica que la caída de las existencias en dicha zona fue 3 Lineamientos para la formulación de escenarios del mercado de carne vacuna en la Argentina, Instituto de Promoción de la Carne vacuna Argentina PEEA UCA, 2005. 4 Las series de stocks bovinos consideradas y otros indicadores ganaderos pueden consultarse en el Anexo II. 7