Por: Ing. Agr. Ernesto Almeida V. ( Agrícola Alver ) Una vez que se ha preparado el suelo, dejándolo en las mejores condiciones para recibir los plantines de tomate, se procede a diseñar el sistema de riego que mejor se acomode al terreno. Para el tomate le viene bien el riego por surcos y el riego por goteo. Para construir los surcos de riego, se debe considerar la pendiente del terreno, la textura (arenosa, franco, arcillosa, etc.), el caudal máximo de agua que escurra por el surco, el espacionamiento entre los surcos. Estos factores nos llevan a determinar la longitud de los surcos y de la frecuencia con que debe ser regado el cultivo. Para el riego por goteo, además de lo anotado en el sistema por surcos, se debe considerar la calidad del agua para optimizar la fertirrigación. Cualquiera que sea el sistema de riego escogido lo que se debe tener presente es que: el tomate requiere de mucho agua para satisfacer sus necesidades vegetativas y productivas y además, que se debe evitar los estrés por exceso de agua (encharcamiento) o por falta de agua que repercuten negativamente en el rendimiento del cultivo. Con el espaciamiento de los surcos o líneas de goteo, nos permite relacionarlos con la cantidad 1 / 7
de plantines que se deben plantar en el terreno. De acuerdo al hábito de crecimiento de las diferentes variedades de tomates híbridos, se puede generalizar que para una hectárea de terreno a campo abierto se debe plantar a 40 cm de distancia entre plantas y de un 1.5m entre líneas o surcos, lo que nos da una cantidad de 16.500 plantas, es decir de 1.6 plantas por m2 de terreno. En el cultivo de tomate bajo invernadero, y en nuestras condiciones geográficas, se calcula como óptimo la cantidad de 26000 plantas por hectárea, es decir de 2.6 plantas por m2, lo que implica que se debe plantar a 25 cm entre plantas y a 1.5m entre hileras. El agricultor una vez que ha observado y considerado los requisitos para obtener una buena preparación de terreno, está forzado a tener muy claro en relacionar esta condición, con la planta y el medio ambiente. Desde el momento que se planta el tomate, hay que saber y tener conocimiento que muchas pérdidas económicas se deben a plagas y enfermedades pero también se puede llegar al mismo resultado como consecuencia de estar el cultivo en condiciones medioambientales adversas. La situación es saber eliminar certeramente la causa del problema que ocasiona la pérdida y no camuflar la solución con aplicación de pesticidas que genera un aumento significativo en los costos del cultivo. PRINCIPALES AGENTES ABIOTICOS O NO PARASITARIOS En el método de cultivo hay una serie de factores que están relacionados con la sanidad, cantidad y calidad de tomate, cuya identificación es necesaria conocerlas con precisión y oportunidad siendo las principales los siguientes: - Daños mecánicos, - Influencia de la temperatura, 2 / 7
- Humedad del suelo, - Falta o exceso de luz, - Daño por pesticidas, - Condiciones químicas desfavorables del suelo, - Deficiencias y toxicidad de minerales, - Acidez y alcalinidad, - Salinidad. DAÑOS MECANICOS Las diferentes labores culturales del cultivo tienen que ser relacionadas entre si adecuadamente sin afectar el desarrollo normal de la planta. En la plantación el plantin debe ser colocado a una correcta profundidad, humedad y presión; al hacerlo incorrectamente se genera la enfermedad llamada mal del cuello y su control tardío ocasiona la muerte de la planta. El desyerbe, el reabone, y el aporque debe ser oportuno y realizado en forma adecuada sin dañar las raíces y los tallos. Al tener raíces sanas, blancas y abundantes significa que la planta está trabajando óptimamente. En caso contrario significa al tener raíces en mal estado y por tanto se tiene que hacer uso de pesticidas. Las podas de hojas y brotes laterales deben ser realizados en momentos propicios y con las herramientas adecuadas. Se debe evitar las heridas grandes, ya que estas, son sitios que favorecen a la incidencia de enfermedades. Si las podas se hacen en exceso ocasionan diversos estrés que debilitan a la planta y por ende su rendimiento. 3 / 7
INFLUENCIA DE LA TEMPERATURA En una planta las flores, las yemas, y los brotes pequeños son sensibles a los cambios de temperatura. Los frutos son más resistentes que las hojas a los cambios bruscos de temperatura. El tallo y las raíces son medianamente sensibles. Las altas temperaturas tienen mucho que ver con una mala fecundación y al aborto de las flores. En los frutos ocasiona la enfermedad llamada golpe de sol. Las altas temperaturas inciden bastante en su relación con la deshidratación de las plantas y el régimen de riegos y la adecuada nutrición. Con bajas temperaturas se afecta a las flores en cuanto a su fertilidad y a una mala formación de los frutos. INFLUENCIA DE LA HUMEDAD DEL SUELO Y EL OXIGENO El estrés ocasionado por la falta o exceso de humedad en el suelo, es el responsable de un pobre desarrollo y rendimiento del cultivo. La baja humedad del suelo da a la planta una apariencia raquítica, hojas de color amarillento y proclives a la incidencia de enfermedades. La floración y la fructificación se ven afectadas produciendo la caída de las mismas. La alta humedad del suelo producto de riegos excesivos ocasiona en las plantas daños severos en muy corto tiempo. La falta de oxígeno provoca la asfixia y la pudrición de las raíces. En estas mismas condiciones la descomposición de la materia orgánica produce ácidos y metales tóxicos que afectan al desarrollo normal de las plantas. 4 / 7
DAÑOS POR PLAGUICIDAS Cualquier pesticida aplicado no correctamente es tóxico para la planta. Los daños son de distinta índole e intensidad, dependiendo del órgano de la planta que se ha afectado. Los daños más visibles son las manchas necróticas, clorosis y defoliaciones. La toxicidad produce quemaduras y caída de las flores y de los frutos, como también deformaciones, agrietamiento o rajaduras en los frutos. En consecuencia hay que tener mucho cuidado en la aplicación de fungicidas cúpricos, derivados del azufre, del formol, de los organomercuriales, de los aceites minerales y de las hormonas de distinta índole. CONDICIONES QUIMICAS DESFAVORABLES DEL SUELO En el suelo existen sustancias químicas que están en cantidades, o en exceso, o deficitarias. C ada situación en particular repercute en el desarrollo normal de la planta. Por las características específicas de un elemento químico tiene un comportamiento particular y que guarda relación con su naturaleza eléctrica. Hay elementos químicos que se acoplan fácilmente para formar un grupo de alimentos muy aprovechables por las plantas. También existen nutrientes que son antagónicos, es decir que presentan dificultades para ser asimilados por las plantas. La actividad de los nutrientes en el suelo son complejas y su disponibilidad depende de la movilidad en la planta. Hay elementos que son móviles (N,P,K) o medianamente móviles (Mg, Mo) o poco móviles (Zn, Mn, Cu, Fe, S) o inmóviles (Ca, B). 5 / 7
De acuerdo a las características químicas de los nutrientes, es posible detectar visualmente si uno de éstos se encuentra en cantidades deficitarias o en exceso y con la ayuda de un análisis foliar se puede determinar la enmienda y las correcciones necesarias. Los macronutrientes (N P K) son requeridos en abundancia por las plantas y sus trastornos son manejables, no así los microelementos que por sus cantidades que por sus pequeñas cantidades requeridas, fácilmente se puede pasar de un estado deficitario a uno excesivo o viceversa. Los síntomas visuales de estas anormalidades generalmente están relacionados con las manchas necróticas, esterilización de las flores, necrosis de las raíces y un desarrollo anormal de la planta. ACIDEZ Y ALCALINIDAD Las variaciones del ph del suelo provocados por el uso discrecional de los fertilizantes, producen trastornos anormales en las plantas. Cuando el suelo es muy ácido, hay algunos e lementos que son muy solubles, cuya disponibilidad provoca una intoxicación grave en la planta y su sintomología visual es de crecimiento retardado y de una manifiesta clorosis en las hojas. Por el contrario la alcalinidad del suelo, pone en evidencia la insolubilidad de varios minerales (Cu, Zn, Mn, Fe ) y por ende se llega a estados carenciales con síntomas visuales similares a los que ocurren en suelos ácidos. El diagnóstico correcto de estas anormalidades es muy necesaria la concurrencia de profesionales de experiencia. SALINIDAD 6 / 7
Cuando existe un exceso de sales en el suelo, afecta grandemente su fertilidad. En suelos salinos las plantas crecen lentamente, las hojas son cloróticas, presentan quemaduras foliares en el ápice y bordes. En estas mismas condiciones la absorción del agua por las plantas es anormal y dificultosa y su uso debe ser eficiente para corregir esta anormalidad. Aparte de los problemas fitosanitarios de origen externo, hay enfermedades producidas por trastornos genéticos evidenciados con síntomas de enanismo, gigantismo, albinismo, atrofias de órganos etc. y su control esta fuera del alcance del agricultor. Como conclusión se puede indicar que la importancia de los controles nutricionales y fitosanitarios esta en establecer el origen o las causas de los trastornos que se producen en la relación agua-suelo-planta y medio ambiente. Encuéntranos en Facebook en: http://www.facebook.com/revistatierraadentro 7 / 7