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En muchas economías industrializadas la agricultura puede haber adquirido una función secundaria, pero en el escenario mundial tiene que representar un papel protagónico para bajarle el telón al hambre. Hoy en día una gran parte de la agricultura mundial sufre, atenazada por la necesidad apremiante de inversión. El tema de este folleto es cómo restablecer, inyectarle energía y fortalecer la agricultura mediante la aportación de recursos, públicos y privados. Más específicamente, a través de la inversión pública dirigida, a fin de alentar y facilitar la inversión privada, especialmente de los propios agricultores. El 70 por ciento de las personas que sufren hambre en el mundo vive en zonas rurales, donde la agricultura los alimenta directamente, o bien, mediante el empleo en un floreciente sector agrícola y agroindustrial, que les proporciona recursos para comprar alimentos. En la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996, Jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo se comprometieron a promover inversiones públicas y privadas en la agricultura como contribución al objetivo de reducir a la mitad, para 2015, el número de personas que sufren hambre. El primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio reitera el propósito de reducir a la mitad para esa fecha el hambre y la pobreza extrema. En 2003, jefes africanos de Estado y de Gobierno comprometieron a sus gobiernos, en la Declaración de Maputo, a asignar por lo menos el 10 por ciento de sus presupuestos nacionales a la agricultura y el desarrollo rural en un plazo de cinco años. No obstante y a pesar de su necesidad, ha seguido disminuyendo la ayuda externa para la agricultura y el desarrollo rural. En los últimos 20 años se ha reducido enormemente, de más de 9 000 millones de dólares EE.UU. a principios del decenio de 1980 a menos de 5 000 millones a fines del decenio de 1990. Con todo, en torno a 854 millones de personas de todo el mundo siguen padeciendo de subnutrición. Sólo la inversión en la agricultura junto al apoyo a la instrucción y la salud modificarán esta situación. El grueso de esa inversión tendrá que proceder del sector privado, y la inversión pública desempeñará una función decisiva, especialmente dado su efecto de facilitación y estímulo en la inversión privada. El crecimiento agrícola y el hambre Numerosos estudios han mostrado que el crecimiento agrícola reduce la pobreza y el hambre, todavía más que el crecimiento urbano o industrial. Por ejemplo, el único grupo de países que redujo el hambre en el decenio de 1990 fue aquél en el que creció el sector agrícola. Al observar las cifras de los últimos 30 años se puede demostrar que los países cuya inversión en agricultura pública y privada ha sido y sigue siendo mayor, hoy tienen los niveles de subnutrición más bajos.
Los inversionistas La mayoría de los agricultores del mundo son pequeños campesinos. Como grupo, estos hombres y mujeres son los mayores inversionistas en agricultura. También tienden a sufrir de inseguridad alimentaria, es decir, su acceso a los alimentos es inadecuado o precario. Si su actividad les produce ganancias, pueden alimentar adecuadamente a sus familias durante todo el año y reinvertir en sus explotaciones agrícolas mediante la compra de fertilizante, semillas de mejor calidad y equipo básico. Los pequeños productores afrontan numerosos obstáculos de los que no tienen control, como la falta de crédito, inseguridad en la tenencia de la tierra, deficiencia del transporte, precios bajos y relaciones comerciales insuficientemente desarrolladas con la agroindustria en el polo comercial de la cadena de suministro agrícola, sin mencionar los factores naturales como la sequía, las inundaciones, las plagas y las enfermedades. La agroindustria es el término general para designar las empresas locales, nacionales e internacionales que manipulan o transforman los productos agrícolas a través de su recorrido por la larga cadena del suministro, hasta llegar al consumidor. Desde el punto de vista económico, estas empresas son las que más valor añaden en la cadena de suministro. Por lo general invierten su propio capital en transporte, elaboración y venta mayorista y minorista de productos como el arroz y el trigo, cultivos de elevado valor como las hortalizas y productos especializados como las flores cortadas. Los supermercados se están convirtiendo en los principales participantes nacionales, regionales e internacionales en las cadenas de suministro de alimentos, establecen clases y normas de calidad e incluso activan cadenas de suministro transfronterizas (Véase el recuadro Los inversionistas deben adaptarse al crecimiento de los supermercados). Cuando la cadena de suministro funciona bien y produce para todos ganancias razonables sobre la inversión, entonces el primer eslabón, el agricultor, obtiene suficientes ingresos para alimentar a su familia y reinvertir. El empleo creado por las numerosas empresas de la Creación de un eficaz sector de productos orgánicos En la República Dominicana la agricultura orgánica se ha convertido en un sector de exportación cuyo valor es de 20 millones de dólares EE.UU. al año, y con una importante participación de los pequeños productores. El aumento de los ingresos agrícolas, procedentes del cultivo de productos orgánicos de elevado valor (bananas, cacao y hortalizas) contribuye a la seguridad alimentaria en un país pobre donde una cuarta parte de la población sufre de subnutrición. Con el crecimiento de la demanda de productos orgánicos en el decenio de 1990 la República Dominicana se dio cuenta de que para competir con otros proveedores necesitaba prestar atención a cada eslabón de la larga cadena del suministro, desde el sector rural hasta el lejano consumidor: insumos agrícolas, apoyo técnico, irrigación, crédito, comercialización, normas sobre los productos orgánicos y el importante importador. En el caso del cacao orgánico, el gobierno invirtió en capacitación para el agricultor y asistencia técnica. La Confederación Nacional de Cacaocultores Dominicanos (CONACADO), organismo paraestatal, reúne a 8 500 productores e imparte capacitación a los agricultores, además de participar en el establecimiento de normas para los productos orgánicos. La CONACADO recibió financiación del Departamento para el Desarrollo Internacional, del Reino Unido, a fin de promover una alianza con la empresa suiza privada Barry Callebaut Sourcing AG, primer productor mundial de chocolate industrial. Esta empresa suiza buscaba un suministro constante de granos de cacao orgánico de gran calidad, y la CONACADO quería capacitar a sus miembros para surtir esta demanda. La asociación tiene entre sus miembros a productores de la zona más pobre y desfavorecida del país, que necesitarían ayuda adicional para participar. Las tres partes invirtieron en este plan. Los productores de la CONACADO produjeron 200 toneladas adicionales al pedido de Barry Callebaut, lo que permitió a la asociación acercarse a otros compradores y ampliar su red comercial. Las mujeres ahora participan en el secado del grano, lo que representa un aumento del 25 por ciento en el empleo. Las regiones participantes más pobres han elevado la calidad de su cacao para que cumpla las normas internacionales. Este ejemplo demuestra la posibilidad de inducir al sector privado a invertir en un negocio que no sólo contiene una promesa de obtener ganancias, sino también objetivos de reducción de la pobreza.
cadena de suministro permite que todavía más personas vivan en forma decente. El hambre disminuye y aumenta la calidad de la vida rural. En los países en desarrollo la agroindustria afronta problemas, como la falta de buenas carreteras, ferrocarriles e infraestructura de mercado, la falta de clases y normas de calidad reconocidas para definir el valor del producto, estructuras jurídicas débiles para hacer cumplir los contratos y dificultades prácticas para elaborar acuerdos comerciales con grandes números de pequeños productores. Algunos problemas no están en manos de los países en desarrollo. Los subsidios agrícolas en los países desarrollados y los obstáculos arancelarios y no arancelarios, por ejemplo, pueden distorsionar el comercio y los precios agrícolas internacionales. En el ámbito regional, los aranceles y los procedimientos aduanales a menudo limitan el comercio transfronterizo e informal. Promoción de asociaciones lucrativas El nuevo modelo de cooperación entre los sectores público y privado para el desarrollo rural se puede dividir en cuatro elementos principales: nuevas modalidades de relación entre los productores y la agroindustria, nuevas formas de establecer y aplicar clases, normas de calidad y otros reglamentos relacionados; un nuevo énfasis en mejorar el ámbito para la inversión en agricultura, y nuevas actividades para proporcionar bienes públicos esenciales como la infraestructura rural. Para comenzar, los elaboradores y los comerciantes a menudo tienen un gran problema para encontrar suficientes productos agrícolas de calidad. En esto, el sector público puede promover cooperativas y sistemas de subcontratación, capaces de producir cultivos o criar ganado por pedido (Véase el recuadro Creación de un eficaz sector de productos orgánicos). La participación de las cooperativas agrícolas es importante. Por ejemplo, en Asia, la Alianza Cooperativa Internacional representa a 53 movimientos de cooperativas con 523 millones de miembros de 21 países. El sector público puede apoyar a estos grupos de productores con medidas jurídicas de protección, capacitación en gestión y comercio, así como fomentando el apoyo del sector privado a las La industria de las flores de Uganda: la fuerza de asociarse La participación especializada y complementaria de los sectores público y privado le resolvió a la industria de las flores de Uganda años de problemas para ponerse en marcha. En 2005 la industria exportó a Europa 7 300 toneladas de flores, con 36 millones de dólares en ingresos de divisas. Más de 6 000 trabajadores tienen empleo en este sector, con ingresos superiores a 3,5 millones de dólares en salarios, en un país donde una de cada cinco personas sufre de subnutrición. Las mujeres, que tradicionalmente gastan una parte mayor de sus ingresos que los hombres para satisfacer las necesidades de alimentos de los niños, constituyen hasta un 65 por ciento de la fuerza de trabajo. Numerosos participantes contribuyeron a la creación de esta industria a mediados del decenio de 1990. El Consejo de Promoción de las Exportaciones de Uganda, mediante el fomento a las exportaciones no tradicionales, creó un entorno propicio para las nuevas agroindustrias. Otro organismo del sector público, la Autoridad de Aviación Civil, proporcionó en el aeropuerto internacional tierras sin cobro de alquiler e instalaciones de refrigeración a los floricultores, y contribuyó a que Fresh Handling Limited, la empresa encargada de administrar las exportaciones de los floricultores, obtuviera la licencia de agente de carga aérea. El Organismo Nacional de Ordenación Ambiental establece normas para el uso de plaguicidas en las explotaciones agrícolas, a fin de proteger el medio ambiente y a los trabajadores. Fresh Handling estableció clases y normas de calidad decisivas para las flores y dio a sus 20 miembros la responsabilidad de cumplirlas. La empresa proporcionó asesoramiento para iniciar las actividades, creó un sistema de seguimiento estadístico, proporcionó asistencia técnica con envíos de prueba, información del mercado y contactos. Su principal acierto fue proporcionar instalaciones de refrigeración en el aeropuerto, lo que no sólo garantizó que las rosas y los crisantemos lleguen a Europa en buenas condiciones, sino que también permitió la exportación de pescado y hortalizas frescas. Hoy la empresa lleva a cabo el 95 por ciento del total de las exportaciones de flores. Por último, los compradores, los supermercados europeos, exigen auditorias periódicas a las fincas floricultoras para garantizar el cumplimiento de las normas de buenas prácticas agrícolas, para la protección del medio ambiente y los trabajadores. 54x54mm cooperativas en ámbitos como la información del mercado y tecnologías de producción. Se están reactivando los sistemas de subcontratación en la agroindustria. Las empresas a menudo ofrecen asistencia técnica, materiales y financiación a agricultores locales para ayudarlos a producir un determinado producto, que la empresa se compromete a comprar más adelante. Los sistemas de subcontratación pueden ser un medio eficaz para crear empleo local y mejorar los ingresos de los agricultores locales, y también benefician a las empresas al crear suministros locales fiables de materia prima. Las reglas del juego Los gobiernos necesitan promulgar y hacer cumplir normas y reglamentos que creen un entorno seguro y previsible para la inversión privada. Por ejemplo, en lo que respecta a las clases y normas de calidad. Los compradores y los consumidores de productos tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo cada vez exigen más que los productos alimentarios tengan una gran calidad y cumplan normas relacionadas con el tamaño, el color y la forma de los productos. Establecen estrictos sistemas de control para asegurar la inocuidad de los
alimentos y que se produzcan en sistemas que no dañen el medio ambiente y sean sostenibles. Las normas relacionadas con el bienestar y la matanza del ganado han cobrado gran importancia. Un conocimiento más detallado y una mayor difusión de estas normas permiten a todos los interesados del sector acatarlas con mayor facilidad. Las asociaciones de productores o de compradores pueden incluso establecer dichas normas (Véase el recuadro La industria de las flores de Uganda: la fuerza de asociarse). Incumben al sector público la creación de leyes y reglamentos, los mecanismos de control, la inspección y Los inversionistas deben adaptarse al crecimiento de los supermercados Los supermercados dominan cada vez más los mercados de productos frescos. En todo el mundo, las 30 cadenas más grandes de supermercados representan hoy alrededor de una tercera parte de la venta de alimentos. Los pequeños productores afrontan muchos obstáculos para vender con regularidad sus productos a los supermercados y muchos tienen que invertir en irrigación, viveros, camiones, cobertizos de enfriamiento y tecnología de envasado. Los productores que han logrado convertirse en proveedores de los supermercados por lo general han superado estos obstáculos organizándose en cooperativas y participando en sistemas de subcontratación. A menudo se han beneficiado al inicio de información, capacitación y fondos para iniciar la actividad, proporcionados por iniciativas de desarrollo públicas y privadas. En Zambia, por ejemplo, un consorcio de organizaciones del gobierno y la industria ayudó a crear una asociación en la que participan ministerios del gobierno, la cadena más grande de supermercados del país, proveedores de insumos agrícolas y la comunidad campesina pobre de Luangeni. El proyecto permitió a los productores de Luangeni comenzar a suministrar hortalizas de buena calidad a Shoprite, una cadena sudafricana. Los agricultores participantes registran ingresos considerablemente más elevados y un mejoramiento de su nutrición. aprobación, así como el suministro de los recursos humanos necesarios para hacer valer y funcionar el sistema. El entorno de inversión es decisivo Cualquier persona o empresa que tenga dinero para invertir, incluso un pequeño propietario, tiene que decidir dónde invertir sus recursos. Si las ganancias de la inversión son mejores en otro sector, como la especulación con las tierras o una pequeña empresa urbana, entonces el inversionista es lógico que canalice allí su dinero. Sin embargo, la política pública y la inversión pública pueden crear un entorno que haga de la agricultura una buena inversión. Un ambiente interesante para invertir es donde hay una buena gobernanza y transparencia en la administración pública, disciplina y estabilidad macroeconómicas, así como estabilidad política. Los sistemas fiscales complicados aunados a una administración fiscal ineficaz o corrupta son de los mayores obstáculos a la inversión y la actividad empresarial. La falta de apoyo a las finanzas rurales, capital de inversión y microfinanzas priva a la agroindustria de lo que necesita para florecer. Los bienes públicos y la ley Los gobiernos a veces proporcionan sistemas de información sobre el mercado para que los agricultores y los comerciantes sepan dónde y cuándo vender para obtener los mejores precios. Los mercados de trabajo, la seguridad en la tenencia de la tierra y la inocuidad de los alimentos son responsabilidad del gobierno y son aspectos decisivos que los posibles inversionistas, del país e internacionales, tienen en cuenta. Si son débiles en un país determinado o si no son claros o razonables, los inversionistas se van a otra parte o invierten en sectores considerados menos riesgosos que la agricultura. La inversión en infraestructura en zonas rurales, especialmente en agua, carreteras, electricidad y comunicaciones, es decisiva como estímulo al crecimiento agrícola (Véase el recuadro Cooperativas encabezan la electrificación rural en Bangladesh). En África este tipo de inversión ha resurgido, cada vez más asociada al sector privado, promovida por el Plan de Acción para África, del Banco Mundial, el informe de la
54x54mm Cooperativas encabezan la electrificación rural en Bangladesh Comisión para África, dirigida por el Reino Unido, y el Consorcio para la Infraestructura de África, del Banco Africano de Desarrollo. Si los países logran establecer las condiciones necesarias, es previsible que se produzcan espectaculares beneficios para la agricultura y los hogares rurales pobres. Por ejemplo, cuando China introdujo contratos seguros sobre la tierra para las familias y comenzó a invertir mucho en infraestructura rural e investigación agrícola, a fines del decenio de 1970, la producción agrícola se disparó y el hambre disminuyó aceleradamente. En los siguientes 20 años, el total de la producción de cereales aumentó el 65 por ciento y la frecuencia del hambre se redujo casi en dos tercios. El sector público en muchas partes del mundo en desarrollo ha respondido con lentitud a los cambios que la globalización ha producido en los mercados. La inversión en creación de capacidad en los gobiernos para ayudar a sus pequeños productores y alentar la inversión privada es un acierto. Que el Día Mundial de la Alimentación de 2006 sea la ocasión de hacer nuevas resoluciones, para poner en marcha la inversión en agricultura para la seguridad alimentaria. Sería una enorme contribución al bienestar de las personas en todo el mundo. En los últimos 25 años, Bangladesh ha instalado cuatro millones de conexiones eléctricas con medidores, que hoy dan servicio a 25 millones de consumidores rurales. Todos los días se conectan mil o más hogares a esta red. La esencia de esta extraordinaria conquista es una acertada asociación entre el sector público, representado por consejos de electrificación rural, y el sector privado, a través de cooperativas de electricidad de las aldeas. Una vez establecida la conexión de los hogares, las cooperativas se encargan del suministro, bajo la dirección de consejos que incluyen a representantes de los consumidores. En 1996 el sector privado también obtuvo el derecho de generar y distribuir electricidad en el país. El total de la inversión en este programa hoy supera los 1 000 millones de dólares EE.UU., con apoyo de más de 15 organizaciones de donantes o países, así como 70 millones de dólares EE.UU. del gobierno. La electricidad ha hecho una importante contribución a la autosuficiencia alimentaria. El uso de bombas eléctricas, que son más eficientes que las que funcionan con diesel, ha permitido ampliar la superficie de regadío y ha incrementado la producción agrícola. La industria, comprendida la agroindustria, consume un 40 por ciento de la electricidad distribuida por los sistemas rurales, y crea empleos e inyecta dinero en la economía rural. El programa de electrificación de Bangladesh, que ha recibido un gran apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, se elaboró de acuerdo al modelo de electrificación rural cooperativa iniciado en los Estados Unidos en el decenio de 1930. Créditos de izquierda a derecha: FAO/P. Singh; FAO/A. Mihich; FAO/A. K. Kimoto; FAO/F. Mattioli; FAO/G. Bizzarri; FAO/G. Bizzarri Si desea más información, puede dirigirse a: Día Mundial de la Alimentación y TeleFood Oficina de Seguimiento de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación y de Alianzas Tel: +39-06-570-55361 / +39-06-570-52917 Fax: +39-06-570-53210 / +39-06-570-55249 world-food-day@fao.org / telefood@fao.org Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) Viale delle Terme di Caracalla 00100 Roma, Italia www.fao.org AD/I/0649S/1/8.06/22000