Síntesis de los problemas ambientales derivados de la agricultura y el urbanismo en el municipio de Águilas (Murcia).

Transcripción

1 PROYECTO FIN DE CARRERA Síntesis de los problemas ambientales derivados de la agricultura y el urbanismo en el municipio de Águilas (Murcia). ISIDRO SÁINZ PÉREZ-BENEYTO

2 RESUMEN Se ha realizado una síntesis crítica dirigida a estudiar y señalar los posibles impactos ambientales y/o ecológicos directos e indirectos como la salinización de las aguas y el suelo, la contaminación por nitratos, la alta generación de residuos tóxicos, la fragmentación y destrucción de hábitats y demás efectos adversos que la agricultura y el creciente desbordamiento urbanístico ejerce sobre los ecosistemas presentes en el municipio de Águilas (Murcia), buscando paliar en la medida de lo posible este vació de conocimientos, ahondando en la problemática, buscando las fuentes y planteando posibles soluciones al problema Palabras clave: agricultura; agua; Águilas; desaladoras; destrucción de hábitats; efecto barrera fragmentación de hábitats; Marina de Cope; Periploca angustifolia; pesticidas; Posidonia oceánica; salinización; sobrexplotación; turismo; Testudo graeca; urbanismo. Página 1 de 30

3 ÍNDICE RESUMEN... 1 ÍNDICE... 2 JUSTIFICACIÓN Y ALCANCE DEL ESTUDIO Justificación... 4 Alcance Fuentes documentales... 5 INTRODUCCIÓN Área de estudio... 5 Contexto histórico del Municipio de Águilas... 5 Explotación de los recursos en Águilas... 6 Contexto ambiental en Águilas... 7 LA AGRICULTURA Marco general Las aguas subterráneas en la agricultura... 8 Las desaladoras de agua marina, una solución al problema de la disponibilidad hídrica?... 9 Efectos de la agricultura sobre el medio Efectos derivados de la sobreexplotación La contaminación por nitratos y pesticidas Contaminación por plásticos Fenómenos de subsidencia y erosión Destrucción de hábitats Página 2

4 EL URBANISMO Marco general La explotación de los recursos hídricos relacionada con el urbanismo Los conflictos del urbanismo con la política de espacios protegidos: el caso de la Marina de Cope Futuros proyectos urbanísticos en el área de estudio Efectos del urbanismo Destrucción de hábitas y especies Fragmentación Efecto barrera CONCLUSIONES REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Página 3

5 JUSTIFICACIÓN Y ALCANCE DEL ESTUDIO. Justificación. La agricultura ha sido el motor del desarrollo económico en la región de Murcia durante décadas, especialmente en la zona litoral. En la actualidad, frente al declive de este sector, el turismo de sol y playa se alza como la nueva alternativa de crecimiento. Con una situación hídrica desfavorable y un amplio patrimonio a nivel ecológico, el municipio de Águilas se enfrenta a una transformación de su territorio, ya existente a consecuencia de la agricultura, que puede verse agravada en los próximos años por una acelerada creación de nuevos proyectos urbanísticos en lugares hasta hace poco protegidos. Diversos estudios se han dirigido a señalar los efectos directos e indirectos que la agricultura ejerce sobre los sistemas ecológicos del municipio y otros han caracterizado las consecuencias de las infraestructuras asociadas al proceso urbanizador. El presente trabajo de fin de carrera pretende hacer una síntesis crítica de los problemas ambientales en el municipio, a partir de una exhaustiva revisión de la documentación que estudia la influencia y los posibles efectos, tanto directos como indirectos, que la agricultura y el urbanismo ejercen sobre el municipio de Águilas, las causas que han llevado a la situación actual, así como los problemas que de todo ello conllevan. Alcance. Para comenzar se explicará brevemente la estructuración y contenidos de los capítulos que se presentan a continuación. El trabajo realizado está estructurado en cuatro grandes apartados: el primero, es una introducción a la zona de estudio, en la cual se exponen las características del municipio a través de su localización, contexto histórico y ambiental para una correcta interpretación de la problemática de la zona. El segundo apartado está dedicado a la agricultura, que se centrará en el sistema de regadío, debido a su importancia por extensión e implicación en los efectos que se comentarán. Se introduce con un marco general, tras el cual se dan datos de las extracciones de aguas subterráneas y de la utilización de plantas desaladoras como recursos para el abastecimiento, para posteriormente enumerar y desarrollar los diferentes efectos ambientales derivados de la agricultura. Página 4

6 El tercer apartado está dedicado al sector urbanístico, en el que de forma similar al anterior se inicia con un marco general de la situación al que acompañan las problemáticas de los recursos hídricos y la política de espacios protegidos antes de ahondar en los efectos que diversos autores han señalado para este tipo de estructuras urbanísticas: la destrucción de hábitats y especies, los procesos de fragmentación y el efecto barrera como más importantes. Finalmente, en el apartado cuarto, se pretende sacar conclusiones de todos los datos obtenidos de las diferentes fuentes bibliográficas. Fuentes documentales. Las fuentes bibliográficas empleadas para el presente estudio fueron obtenidas bien directamente a través de Internet para aquellos artículos cuya consulta era abierta; bien a través de la biblioteca digital de la Universidad Autónoma de Madrid o bien consultadas en bibliotecas. La naturaleza de estas informaciones es de muy diversa índole y debido a la novedad de muchos de los datos necesarios para la realización de este estudio, se ha recurrido a páginas y documentos de distintas administraciones, como el Ministerio de Medio Ambiente, la web oficial de la Comunidad Autónoma de la región de Murcia, el Instituto Nacional de Estadística así como diferentes ONG. Entre todas las fuentes consultadas sumaron un total aproximado de 90 artículos, siendo las que aparecen en el apartado de bibliografía de este documento las que se consideraron finalmente como las más relevantes. INTRODUCCIÓN. Área de estudio. El municipio de Águilas está situado en el extremo suroccidental de la Región de Murcia, ocupando una extensión de km 2. Limita al norte y al este con el municipio de Lorca, al sur con el mar Mediterráneo y al oeste con la provincia de Almería. Fig. 1.Mapa de situación del municipio de Águilas Página 5

7 Contexto histórico del Municipio de Águilas El municipio de Águilas surgió con la idea de ser puerto de salida a los productos mineros y hortofrutícolas que producía Lorca. En la medida en que prosperaba gracias a sus recursos mineros (plata, hierro y plomo), la construcción del ferrocarril y el puerto, también aumentaba su población y muy pronto llegó a ser una de las poblaciones consideradas de interés por su desarrollo económico. A partir de la década de los 60 del siglo XX comenzó una explotación masiva de cultivos, en especial a través de la extracción de aguas subterráneas en la zona. En la actualidad cuenta con unos habitantes y su economía está basada en la producción agrícola y los servicios, sobre todo el turismo, debido a la transformación de los secanos en regadío iniciada en 1980, y a la atracción turística en busca de sol y playa. Estos dos factores han propiciado en los últimos años la proliferación de numerosos proyectos urbanísticos, además de explotaciones agrarias que, en muchos casos afectan a áreas protegidas, lo que ha suscitado gran interés entre la comunidad científica, grupos ecologistas así como de medios de comunicación. Explotación de los recursos en Águilas. El municipio de Águilas en la actualidad se abastece de agua casi en su totalidad a través de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla (MCT). Por otra parte, la conexión Tajo-Segura resulta vital, ya que gestiona la distribución de 76 municipios de las provincias de Albacete, Alicante y Murcia (CHS, 2005), suministrando agua a más de habitantes, a los que se añade otro millón de residentes estacionales (Rico Amorós, 2004) con un promedio de agua trasvasada de 300 hm 3, de los que 1/3 se destinan a abastecimiento humano (Vera Rebollo, 2006). También cuenta con una desaladora de agua de pozos, exclusiva para el riego de cultivos, la de la Comunidad de Regantes de Águilas, con una capacidad de desalación de 6 hm 3 anuales, que con la ampliación realizada para obtener agua adicional de procedencia marina, actualmente produce 2 hm 3 más. Otra desaladora de agua marina se encuentra actualmente en construcción para el abastecimiento humano, la desaladora Águilas/Guadalentín, que en una primera fase producirá 10 hm 3 /año para la MCT, y 48 hm 3 para regadío (C.H.S., 2007). Página 6

8 Además es necesario que se sigua abasteciendo con el caudal aportado por la explotación de los acuíferos y las aportaciones de las estaciones depuradoras de aguas residuales (VV.AA., 2003a), que consiguen unos 2,44 hm 3 /año de agua depurada (C.H.S., 2007) para poder satisfacer todas las necesidades hídricas que no se ven cubiertas por completo con el aporte con los que cuenta este municipio. Contexto ambiental en Águilas. En la región de Murcia, destaca la baja precipitación media anual en la depresión de Águilas, cerrada por los relieves de la Carrasquilla, La Almenara y Lomo de Bas, donde el volumen medio de precipitación es del orden de 200 mm/año, e incluso inferior, existiendo un periodo seco de hasta 11 meses. De los grupos establecidos por Papadakis, Águilas corresponde al clima mediterráneo semiárido subtropical (CH.S.,2005). Los valores de evapotranspiración potencial son superiores a los 800 mm anuales. A esto se añade una temperatura media anual en la zona que llega hasta los 18ºC, alcanzando valores próximos a los 40º C llegando en situaciones extremas a los 45º C (Hernández y López, 2004). Figura 2. Temperatura media anual en grados centígrados; ETP potencial en mm/año y precipitación media anual (mm/año) en la Comunidad Autónoma de Murcia. Fuente: C.H.S., 2005 LA AGRICULTURA. Marco general. Las áreas costeras mediterráneas y áridas, por sus características ecológicas, albergan una singular biodiversidad a la vez que presentan uno de los potenciales más elevados para el desarrollo de cultivos agrícolas muy intensivos (Esteve Selma, 2003). Dadas estas condiciones, una pequeña parte del cultivo de regadío comenzó a partir de elevaciones de aguas del río Segura y sus afluentes, previstas en el Decreto de 25 de abril de 1953, mediante los llamados caudales sobrantes tras la regulación. Pero es en los años sesenta y setenta Página 7

9 cuando se ponen en regadío más de ha basadas en la extracción y aprovechamiento de aguas hipogeas, de los acuíferos (MIMAM, 1998). La mayor demanda de frutas y hortalizas en estos años y la potenciación de los mecanismos para exportarlas, impulsaron la transformación de antiguos secanos, erial y monte, y la aparición de auténticos agronegocios basados en la puesta en explotación de estas tierras y del agua extraída de los acuíferos. (VVAA, 2003). A partir de 1979 llegan las aguas del Tajo al río Segura, para abastecer a estos regadíos y establecer más hectáreas regables. El aumento de una mayor disponibilidad de recursos hídricos, junto a las múltiples expectativas que conllevó la entrada en España en la Unión Europea en 1986, crearon abiertos y prometedores horizontes (Hernández y López, 2004) Diversos trabajos (Martínez Fernández, 2000; Martínez Fernández, 2002) revelaron un notable aumento de la superficie de regadío entre 1981 y 1999 en el arco litoral de Mazarrón y Águilas, que pasó de a casi hectáreas, lo cual representa un incremento de casi un 70%. El regadío existente en 1999 superaba al reconocido en las estadísticas en un 85% y los invernaderos superaban el 100% en el municipio de Águilas, viéndose grandes insuficiencias en el control oficial acerca de las superficies de regadío existentes. Otros datos de la Universidad de Murcia estimaban en un 40% los regadíos ilegales (Martínez Fernández, 2000), a pesar de que desde el 31 de diciembre de 1986, la Confederación Hidrográfica del Segura no podía otorgar nuevas concesiones de agua. Otro estudio revelaba que el 11% de los puntos ocupados por regadío se encontraban dentro de algún espacio protegido según la ley 4/92, vigente entonces, lo que constituye alrededor del 18% de estos espacios naturales (Martínez y Esteve, 2002). Un fenómeno especialmente significativo es que se han llegado a construir invernaderos en las áreas de mayor valor ecológico (Esteve Selma, 2003). En el año 2001 se contabilizaron doscientas tres denuncias por roturaciones ilegales en la región de Murcia (Martínez y Brufao, 2006). Las aguas subterráneas en la agricultura El hecho de que las aguas subterráneas hayan podido atender la tercera parte de los regadíos actualmente existentes en España, utilizando tan sólo una quinta parte del agua y generando prácticamente el 50% de la producción en valor económico, prueba que ha sido uno de los factores que ha dinamizado su eficiencia (Arrojo, 2000). Sin embargo, el carácter individualista de este modelo de gestión ha desembocado en una gestión abocada a procesos de sobreexplotación de muchos acuíferos, al igual que en Castellón, la Mancha, Almería o Página 8

10 Mallorca (Arrojo, 2001). En 1950 el número de pozos y sondeos censados en la Región de Murcia era de 661 y al finalizar la década de los setenta, en vísperas de la llegada de las aguas del Trasvase, su número ascendía ya a 3748, alcanzando para el conjunto de la Cuenca del Segura la cantidad de 7829 (Calvo, 1984), cifra que en 1995 se estimaba que ascendía ya a la mayoría no registrados (Consejo Social, 1995). La media de bombeos de aguas subterráneas en la cuenca ha llegado a alcanzar el 250% de todos los recursos renovables de la cuenca (Martínez y Brufao, 2006). Al mismo tiempo esta cuenca tiene las menores aportaciones totales en régimen natural de todas las cuencas hidrográficas del Estado (1.430 hm 3 ) y, sin embargo, posee el segundo porcentaje de uso agrícola más elevado de España (89%) debido a la aplicación extensiva del regadío (Martínez y Esteve, 2002). Este uso de los acuíferos pone en peligro las Unidades Hidrogeológicas (UH) de toda la cuenca, especialmente grave en los acuíferos costeros, pues favorece la intrusión de aguas marinas y la salinización de los acuíferos (Barea, 2005). De hecho, sobre seis de ellas pesa una declaración provisional de sobreexplotación desde los años 80 y en concreto la U.H. de Águilas (código ), está declarada oficialmente sobreexplotada (C.H.S.,2007). El déficit global en el sistema acuífero en la Cuenca del Segura ha sido estimado oficialmente en algo más de 460 hm 3 (C.H.S.,2005). En alguna ocasión éste ha sido estimado en algo más del doble del oficial (Martínez y Esteve, 2000a.) debido al uso de los acuíferos. Como se reconoce en el propio Libro Blanco del Agua (MIMAM,1998) la cuenca del Segura, junto con la del Tajo, es la que presenta un menor control administrativo de las extracciones de aguas subterráneas, con aprovechamientos estimados y únicamente declarados (un 22% frente al 53% nacional) y inscritos en el registro correspondiente (un 12 % frente al 24% nacional) y donde, además, resultan muy importantes aún las aguas de aprovechamiento privativo. Las desaladoras de agua marina, una solución al problema de la disponibilidad hídrica? La desalación de agua marina se presenta actualmente como la principal apuesta tecnológica para satisfacer la demanda de agua de las regiones del litoral mediterráneo español, siendo la ósmosis inversa el método más extendido. Como consecuencia de este proceso, se produce un agua de rechazo hipersalino o salmuera, que es vertida al mar. Como ejemplo, una planta de ósmosis inversa con una producción de m 3 /día de agua Página 9

11 producto generará un vertido líquido de 1 m 3 /s, es decir, consigue una conversión del 45% (Ruiz Mateo, 2007). La salinidad del agua de rechazo es significativamente superior a la salinidad media a la que se encuentran los organismos que componen los hábitats y biocenosis de los ecosistemas marinos costeros mediterráneos psu (cada psu equivale a kg/m 3 ), alcanzando valores entre 68 y 90 psu (Ruiz Fernández, 2005). Las investigaciones realizadas hasta la fecha sobre el efecto del incremento de la salinidad en los ecosistemas marinos se han centrado en sobre las praderas de Posidonia oceánica. La importancia ecológica de estas praderas para los ecosistemas litorales es bien conocida: tiene una elevada producción primaria, con la que aporta oxígeno y materia orgánica a las aguas costeras, protege las costas de la erosión, contribuye a disminuir la turbidez del agua y es hábitat para multitud de organismos bentónicos y demersales, entre los que destacan numerosas especies de interés comercial (Baraza, 2003). Sus propiedades la han situado entre las comunidades biológicas de mayor relevancia ecológica para la conservación y gestión del ecosistema marino costero del Mediterráneo. Además la reducida capacidad de colonización, y su carácter estenohalino, explican su elevada sensibilidad a los cambios ambientales originados por la actividad antrópica, causa principal de la regresión de estas comunidades en el litoral mediterráneo (Ruiz y Romero, 2000). Por ello, la desaparición o degradación de esta especie debido al vertido de las plantas desaladoras tiene graves consecuencias. En uno de los estudios más completo se evaluó la respuesta de la planta a los incrementos de salinidad (VV.AA, 2003b) A partir de incrementos de aproximadamente 1 psu por encima de la salinidad media del agua se observaron efectos negativos significativos en diferentes descriptores de la estructura de la pradera, la vitalidad de sus tejidos, el crecimiento foliar, el estado fisiológico de las plantas y su supervivencia. La mortalidad total de la pradera se observó a partir de salinidades de 42 psu, bastante baja comparada con la tolerancia absoluta de otras especies de fanerógamas marinas que pueden llegar hasta a 72 psu en el caso de a la salinidad alta (Phillips y Méñez, 1988). Al vertido de salmuera hay que añadir los contaminantes que pueden ir asociados de forma permanente o periódica (Ruiz Mateo, 2001): sustancias aportadas por el agua de alimentación; de la limpieza de filtros y membranas; aditivos y derivados para eliminar la turbidez, para corregir el ph o para prevenir las incrustaciones, el crecimiento biológico, la corrosión y la formación de espumas (Ruiz Mateo, Página 10

12 2007), además de la emisión de gases originados por el consumo elevado de energía necesario. Efectos de la agricultura sobre el medio A continuación se exponen algunos de los problemas derivados de la agricultura que están actuando tanto a nivel general en la Cuenca del Segura como en particular en Águilas. Efectos derivados de la sobreexplotación. Debido a la sobrexplotación de acuíferos, se produce el descenso de los niveles piezométricos de las unidades hidrogeológicas dando lugar a la salinización de sus aguas (Senent, 1995). Afecta actualmente a unas ha. en la región de Murcia (Secretaría General para el Territorio y la Biodiversidad, 2004), la mayor parte al eje formado por Águilas y Mazarrón, ha. (Esteve Selma, 2003). Esta salinización está asociada a varios procesos además del ya citado: disolución de terrenos salinos limitantes o presentes en el acuífero, el riego con aguas salinas y el empleo de cantidades muy elevadas de fertilizantes solubles que ocasiona un descenso de los mantos freáticos regionales y la intrusión de agua salina (Senent, 1995). El aumento de sales dificulta el crecimiento y la productividad vegetal debido a que eleva la presión osmótica del suelo (Tejada et al. 2006) y como resultado, las plantas sufren estrés hídrico, se secan a pesar de que el suelo contenga agua y terminan muriendo. En otras ocasiones, las plantas realizan una adaptación osmótica que les permite seguir absorbiendo agua, pero que requiere un consumo energético que se realiza a costa de un menor crecimiento (Berstein, 1961). En cualquier caso, el proceso de salinización aumenta la concentración de algunos iones que pueden resultar tóxicos para las plantas o que pueden provocar desequilibrios en el metabolismo de nutrientes (Porta, 2003), por lo que es uno de los principales problemas agronómicos de la cuenca del Segura. El nivel de salinización varía de 1 a 6 g/l, no siendo raros los acuíferos con 4 o 5 gramos por litro de sal. En la Cuenca del Segura, estudios realizados (Espinosa et al. 2001), han revelado que en las aguas subterráneas se ha duplicado el valor medio de salinidad y conductividad entre y 1998, pasando de 3 g/l y 3600 micros/cm a 6.4 g/l y 7600 micros/cm, coincidiendo con el mayor crecimiento de las actividades agrícolas intensivas (Esteve, 2003). Otros estudios para el control de la calidad de las aguas subterráneas en 2006 (C.H.S., 2007), ratificaron un elevado nivel en los valores de conductividad que sobrepasaban Página 11

13 los 7300 micros/cm en Águilas, en la que se ha catalogado como salinizada su U.H. de Águilas-Cala Reona (código ), objeto de perforación para la captación de aguas. La sobrexplotación ha ocasionado también aquí de forma muy temprana la desaparición de numerosas fuentes y manantiales, de modo que en la actualidad se ha perdido al menos el 85% de las descargas de los acuíferos a través de los existentes en 1916 (Martínez y Brufalo, 2006). Por otra parte, este tipo de regadíos, ubicados fuera de las vegas fluviales, generan otros efectos de distinto signo sobre los humedales, al incrementar los flujos hídricos superficiales y sub-superficiales que llegan a ellos. Esto puede suponer una importante pérdida de sus propiedades salinas, como ha ocurrido en los humedal de Matalentisco (CR4) y especialmente en el humedal de Cañada Brusca (CR3), en LIC de Cuatro Calas (ES ), donde la comunidad de saladar Halocnemun strobilaceum, una de las más raras y singulares en el contexto europeo, podría estar retrocediendo por la llegada de los drenajes procedentes de los retornos del regadío (Martínez y Esteve, 2002) Habría que sumar además los efectos negativos generados en la biodiversidad del entorno, en las especies que utilizan los humedales de forma indirecta u ocasional y en los propios sistemas hidrológicos subterráneos, prácticamente desconocida en España pero que está ya siendo profundamente investigada en el resto de Europa (Esteve Selma, 2003). Como ponen de manifiesto múltiples estudios (Danielopol, 1999), los sistemas hidrológicos subterráneos albergan complejas comunidades microbianas y de invertebrados, muchas de ellas aún desconocidas para la ciencia, que pueden tener un gran interés científico. La contaminación por nitratos y pesticidas. La actividad agrícola actual, sobre todo aquella realizada en cultivos forzados bajo plástico, es fuente de una gran variedad de sustancias químicas derivadas de los abonos fosfatados y nitrogenados, que generan exceso de nutrientes asimilable por las plantas marinas. Los flujos de exportación de nitrógeno dependen de los aportes de fertilizantes y de la capacidad de eliminación y redención de nutrientes en la Cuenca. En todo ello desempeñan un papel importante los tiempos de residencia del nitrógeno y del fósforo, los cuales dependen estrechamente de las precipitaciones (Martínez y Esteve, 2002). Aunque el proceso de contaminación nítrica de las aguas subterráneas es muy lento, sin embargo, una vez que éstas han sido contaminadas, esta situación puede tornarse irreversible o muy difícil de remediar (Martín et al. 1989; Hallberg, 1989). La Confederación Hidrográfica del Segura reconoce que sólo el 1,09% de sus aguas superficiales podría cumplir con los objetivos medioambientales Página 12

14 marcados por la DMA, cifra que en el caso de las aguas subterráneas asciende al 7,94%(C.H.S., 2005). En los acuíferos de Águilas los niveles de nitratos superan los 100 mg/l (I.T.G.E., 1998), cuando el límite máximo establecido por la legislación para el consumo humano (DN, 1991; PN, 1996) es de 50mg/l debido a la fertilización excesiva (Barea, 2005). Un ejemplo de las consecuencias de esta contaminación es el Campo de Cartagena, cuyos efectos sobre la exportación de nutrientes al Mar Menor se ha analizado mediante un modelo dinámico (Martínez y Esteve, 2000b). De forma particularmente relevante, el sustancial incremento de la aportación de nutrientes al Mar Menor ha alterarado el carácter oligotrófico que siempre han presentado sus aguas a través de una eutrofización progresiva. Un grave síntoma de este cambio es la gran proliferación de medusas de mediano y gran tamaño de las especies Cotylorhiza tuberculata y Rhizostoma pulmo, un fenómeno que se ha convertido en una constante y que tiene lugar durante los meses estivales, en los que alcanza cifras de hasta 40 y 50 millones de individuos en toda la laguna (Pérez-Ruzafa, 1997), precisamente cuando la actividad turística del Mar Menor es máxima. En términos comparativos, se podría afirmar que cada hectárea de regadío del Campo de Cartagena contribuye con la generación de unas 1400 medusas en el Mar Menor en el momento de máxima población a través de la exportación de los fertilizantes agrícolas (Matínez y Esteve, 2000b) Otro de los principales contaminantes que afectan a los acuíferos de la región son los pesticidas percolados y organohalogenados que se filtran directamente desde la superficie o a través de las aguas residuales reutilizadas tras un proceso de depuración escaso (Secretaría General para el Territorio y la Biodiversidad, 2004). Tales sustancias tienen como característica principal el ser tóxicos y recalcitrantes, es decir, no degradables mediante procesos biológicos, con lo que se acumulan en los organismos a través de las redes tróficas como se han detectado en algunos organismos (algas verdes flotantes e isópodos bentónicos), así como en el sedimento en las inmediaciones de las desembocaduras de rambla del Mar Menor (Baraza, 2003). Contaminación por plásticos. Con la expansión del invernadero hay que hablar del mar de plástico, lo que es común a todas las llanuras litorales, y que en el municipio ocupa una extensión de ha, la más amplia en la Región de Murcia, sólo por detrás de Mazarrón con (C.R.E.M., 2006), con un volumen de residuos plásticos que asciende a unas toneladas anuales (Martínez Página 13

15 y Esteve, 2002). Estos plásticos son muy resistentes a la degradación, contaminando estos espacios al acabar los ciclos de cultivo Hasta hace poco tiempo, la totalidad de dichos residuos era abandonada o incinerada de forma incontrolada. Desde hace unos años parte de esos residuos están siendo recogidos y empleados en una planta de reciclaje de plásticos agrícolas, pese a lo cual se mantienen numerosos focos de acumulación de desechos plásticos, además de otras prácticas de eliminación, como el enterramiento (Martínez y Esteve, 2002). Fenómenos de subsidencia y erosión Los niveles de agotamiento de algunos de acuíferos son tales que han dado lugar a procesos de subsidencia, externalidades derivadas de movimientos geofísicos inducidos directa o indirectamente por una excesiva explotación de las aguas subterráneas y por los descensos del nivel freático, con efectos sobre edificaciones e infraestructuras. Es el caso del descenso del nivel freático en el subsuelo de la ciudad de Murcia ocurrido durante el pasado periodo de sequía, cuando la conjunción de una menor recarga y un aumento de las extracciones, causaron un brusco descenso de los niveles freáticos que provocó graves desperfectos en cientos de edificios (Esteve Selma, 2002). Por otro lado, la calidad del espacio ocupado se puede analizar a través de indicadores como la pendiente o la proporción de regadío ubicado fuera de los materiales cuaternarios, puesto que ambos factores reflejan bien la vocación del territorio para albergar usos agrarios (Ramírez et al. 1999). En este sentido hay que destacar el gran aumento del rango de pendientes ocupadas por el regadío ocurrido en las dos últimas décadas en Águilas, que se triplica en los nuevos espacios irrigados. Estas zonas son las que potencialmente pueden generar más problemas ambientales ligados tanto a los procesos de erosión y desestabilización de laderas como a la ocupación de zonas de mayor calidad ecológica (Esteve Selma, 2003). No obstante, al menos en España, el proceso que realmente está causando mayor pérdida irreparable de suelo fértil, como recurso natural no renovable, no es la erosión sino la urbanización. Ya en 1992 el país europeo más afectado era España, que era a la vez el país con menor proporción de suelos de alto valor agrícola y el país en el que la pérdida anual por urbanización de este tipo de suelos de alta calidad era mayor (Comisión de las Comunidades Europeas, 1992). Página 14

16 Destrucción de hábitats. La destrucción de los hábitats se considera la causa más importante de pérdida de biodiversidad en el mundo, circunstancia que se reproduce también en escalas locales y para grupos específicos de organismos (p.e., esta es la principal amenaza de la mayor parte de las especies de aves en España que tienen problemas de conservación (Madroño et al, 2004). Las prácticas agrícolas, como la instalación de invernaderos, contribuyen a la fragmentación de hábitats debido a la pérdida de los hábitats naturales originales y a la ocupación física del territorio. Águilas es importante en relación con la distribución espacial de algunos hábitats y especies que se encuentran insuficientemente protegidos, como Periploca angustifolia y Testudo graeca, en los que nos centraremos, ya que son dos de las especies más relevantes de la zona por su grado de amenaza y para mostrar las consecuencias que podrían tener estas prácticas sobre otras especies. El cornical (Periploca angustifolia), es un interesante iberoafricanismo que en la Europa continental sólo está presente en el Sudeste Ibérico y el 64% de su hábitat regional, se halla dentro del arco litoral de Mazarrón y Águilas, que resultan así claves para su conservación. Por su parte, la tortuga mora (Testudo graeca), aparece recogida a escala internacional en los anexos del Convenio de Washington sobre el comercio internacional de animales silvestres (CITES) y en el Convenio de Berna. Entre sus causas de amenaza destaca especialmente la pérdida y fragmentación del hábitat, que supone la principal causa de amenaza de los quelonios en el mundo debida a cambios de usos del suelo así como la expansión de regadíos (Pérez, 2008). Está incluida en los anexos II y IV de la Directiva de Hábitat, por lo que requiere una protección estricta y en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas es considerada de Interés Especial (Real Decreto 439/1990). El Libro Rojo de los Vertebrados de España la cataloga como especie en peligro y aparece como vulnerable en el Catálogo de Especies Amenazadas de la Región de Murcia de la Fauna Silvestre, lo que obliga a la elaboración de un Plan de Conservación y la protección de su hábitat. En ambos hay un déficit de protección entre el 50 y el 60 % de lo establecido a nivel técnico (Esteve y Calvo, 2000). Se han analizado los posibles conflictos entre el regadío y el hábitat potencial de la Tortuga mora y el cornical (Martínez y Esteve, 2002) y se exponen en la figura 3. Alrededor del 57% de la superficie total del arco litoral de Mazarrón y Águilas constituye hábitat óptimo para Tortuga mora. En 1981 un 39% del regadío se extendía por el Página 15

17 hábitat óptimo de la Tortuga mora, ocupando un 9% del mismo. Durante las dos últimas décadas se ha duplicado el hábitat óptimo ocupado por regadío, suponiendo ya la pérdida de un 22% del total existente en la zona para la especie. Por otra parte se analizó la evolución temporal de los costes ambientales ligados al espacio conforme ha ido aumentando el regadío total existente. % de hábitat óptimo de la especie en el arco litoral de Águilas y Mazarrón. % de ese hábitat ocupado por regadío en 1981 % de ese hábitat ocupado por regadío en 2002 Testudo graeca Periploca angustifolia Figura 3. Porcentajes de hábitats óptimos; de hábitats ocupados por regadío en 1981 y 2002 para la Tortuga mora y el Cornical. Fuente: elaboración propia a partir de los datos de (Martínez y Esteve, 2002t) El análisis espacial ha revelado que el regadío existente en 1981 supuso ya la pérdida de casi un 13% del habitat total de cornical existente en la zona. Los nuevos regadíos creados a partir de 1981 han supuesto una considerable pérdida adicional de hábitat, de modo que en la actualidad alrededor del 29% del hábitat de cornical existente en el arco litoral de Mazarrón y Águilas ha sido transformado a regadío, lo que a su vez supone la pérdida de algo más del 18% del existente en la Región de Murcia. EL URBANISMO Marco general. A pesar de la proliferación de espacios dedicados a regadío, en la Región de Murcia, hay una evolución a la baja en cuanto a la aportación del sector al PIB de España. Si en los años sesenta el sector agrario aportaba el 18% del PIB, este porcentaje se ha ido reduciendo progresivamente. En la actualidad oscila alrededor del 6%, colocándose muy por debajo que la de cualquier otro sector de la economía regional (Vivo y Callejón, 2005). Estas formas de cultivos intensivos, han estado orientadas hacia la exportación y siempre han precisado de numerosos puestos de trabajo (Segura et al. 2002) con bajos costes laborales. En la actualidad Marruecos, por ejemplo, pueden ofrecer lo mismo, con menores costes aún (Herin, 2003). La búsqueda de un nuevo motor de desarrollo se reorienta entonces hacia el turismo de sol y Página 16

18 playa. A lo largo de la década de los noventa y hasta el presente, el sector de la construcción se ha desarrollado de forma extraordinaria basado en la implantación de los denominados complejos turístico-residenciales (Calvo García, 2006). En un primer momento las pequeñas explotaciones de la huerta tradicional se iban abandonando y recalificando como suelo urbanizable; más recientemente, no solo en la huerta tradicional sino también en los nuevos regadíos e incluso en espacios naturales protegidos, se han multiplicado las grandes promociones y construcciones urbanísticas asociados del turismo y la hostelería (Campillo, 2006). Es así como se entiende que el proceso urbanizador situase a Murcia en 2004 como la primera CC.AA. en atención al número de viviendas visadas por habitantes y entre los más intensivos de España, que a su vez es el más intensivo de Europa (Fernández Durán, 2006). Según un estudio (Jiménez Herrero, 2006) sobre los cambios en la ocupación del suelo en España, realizado mediante fotos tomadas por satélite (Esteve et al. 2006), en el periodo comprendido entre , el suelo construido creció en la Región un 62%, más del doble de la media nacional. A estos datos habría que añadir las recalificaciones y promociones urbanísticas que están teniendo lugar desde entonces. La explotación de los recursos hídricos relacionada con el urbanismo. Sin duda los modelos de implantación del turismo en el territorio tienen enormes implicaciones en el consumo de agua (Martínez y Brufao, 2006). No conviene olvidar que las áreas con mayor consumo coinciden con las que registran mayor escasez del recurso. Incluso, como paradoja, se reafirman los mayores despegues del denominado turismo residencial en espacios que acusan carencias estructurales en la disponibilidad de agua, como la costa del Levante-Norte de Almería o el litoral suroccidental de la Región de Murcia (Vera Rebollo, 2006). En relación al consumo de agua en estos nuevos asentamientos, estudios (Vera Rebollo y Rico Amorós, 1995; Capellades et al., 2002) muestran que el modelo de ciudad compacta mediterránea mediante modelos urbanos intensivos, propios de ciudades de ocio, como Benidorm, se traduce en evidentes ventajas en consumo de suelo y gestión de recursos, consumiendo entre 110 y 250 litros por persona y día. Mientras, la creación de modelos de ciudad difusa, con asentamientos extensivos en cuanto al consumo de suelo, de baja densidad, con predominio de la vivienda unifamiliar, con piscinas y jardines privados, como los nuevos proyectos urbanísticos que están proliferando en la zona, supone un gasto medio entre 400 y 500 litros por persona y día. Cabe añadir además los problemas adicionales de pérdidas en Página 17

19 red, el 14% en la Región de Murcia, y la inexistencia, en no pocos lugares donde los asentamientos se han consolidado de manera espontánea, de redes de alcantarillado. Los conflictos del urbanismo con la política de espacios protegidos: el caso de la Marina de Cope Una característica del proceso urbanístico actual, es que la protección de nuevos territorios, especialmente vía LIC, ha sido utilizada para justificar la desprotección de otros (Muñoz Flores, 2007). La Disposición Adicional Octava de la Ley 1/2001, de 24 de abril, del Suelo de la Región de Murcia establece que los límites de los Espacios Naturales Protegidos se entenderán ajustados a los límites de los Lugares de Importancia Comunitaria. Es decir, aquel territorio que no sea ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) o LIC (Lugar de Importancia Comunitaria), se desprotege. Un año antes de la puesta en marcha de esta ley del suelo, se establecían como LIC y ZEPA a una parte del territorio que formaba el Parque Regional Cabo Cope y Puntas de Calnegre, dejando sin protección a la Marina de Cope. La Marina de Cope se encuentra localizada en la porción meridional del litoral de la Región de Murcia, afectando a los municipios de Lorca y Águilas, entre los Lugares de Importancia Comunitaria (LIC): Cabo Cope (ES ), al sur; Calnegre (ES ), al norte y los LIC Marinos, Franja litoral sumergida de la Región de Murcia (ES ) y Medio Marino (ES ) además de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de la Sierra de Almenara y Cabo Cope. Hasta hace poco formaba parte del Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre, La ley del suelo anteriormente citada supuso la desprotección de unas ha. de espacios naturales de la Región de Murcia (Esteve et al. 2006). Más de hectáreas fueron desprotegidas de las hectáreas con que contaba dicho Parque Regional (De Lucio Fernández, 2004; De Lucio Fernández, 2008). Este número de hectáreas, coincide con el área en la que se pretende construir la Actuación de Interés Regional de Marina de Cope, como se muestra en la Figura 4. Página 18

20 Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre (Términos Municipales de Águilas y Lorca) Superficie total del Parque antes de la desprotección: 2.936,00 Has Superficie total del Parque después de la desprotección: 1.022,37 Has (61%) Área desprotegida Espacio incluido en la propuesta de L.I.C. Figura 4. Hectáreas desprotegidas del Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre. Fuente: y (De Lucio Fernández, 2004; De Lucio Fernández, 2008) Así, se ha dejado sin protección a una zona que reúne importantes valores ecológicos, de biodiversidad, paisajísticos y geomorfológicos, valores que precisamente motivaron su inclusión dentro del Parque Regional. La superficie descatalogada incluye 700 hectáreas con ocho Hábitats de Interés Comunitario: Vegetación anual sobre desechos marinos acumulados (asociación Salsolo kali-cakiletum maritimae) Acantilados con vegetación de las costas mediterráneas con Limonium spp. Endémicos (asociación Limonio cymuliferi-lycietum intricati) Matorrales halófilos mediterráneos y termoatlánticos (Sarcocornetea fruticosi). (asociación Cistancho luteae-arthrocnemetum fruticosi) Matorrales halo-nitrófilos (Pegano-Salsoletea) (asociaciones Atripliciglaucae-halimi, Atriplici glaucae-suaedetum pruinosae, Salsolo oppositifoliae-suaedetum verae, Whitanio frutescentis- Lycietum intricati) Roquedos silíceos con vegetación pionera del Sedo-escleranthion o del Sedo albi-veronicion dillenii. Asociación Hypericion ericoidis Matorrales arborescentes de Ziziphus (asociaciones Mayteno Periplocetum angustifoliae y Ziziphetum loti) Matorrales y tomillares termófilos, principalmente semiáridos (asociación Teucrio lanigeri-sideritetum ibanyezii). Página 19

21 92D0. Galerías y matorrales ribereñoos termomediterráneos (Nerio- Tamaricetea). (Asociación 82D021 Agrostio stoloniferae-tamaricetum canariensis). Además, la zona costera sumergida de Marina de Cope cuenta con la presencia del hábitat de interés comunitario, código 1120: Praderas de Posidonia (Posidonion oceanicae). Hay que resaltar que de estos ocho hábitats, 3 son considerados como muy raros (1210, 1240 y 5220) y por tanto precisan de una protección del 100% independientemente de su grado de conservación. El patrimonio faunístico es uno de los grandes valores de la zona ahora descatalogada. La variedad de ambientes posibilita el asentamiento de una diferente fauna. Reptiles como el lagarto ocelado, la lagartija colirroja, el eslizón ibérico o la amenazada tortuga mora, aprovechan los recursos que este espacio les brinda. Las aves son un grupo bien representado y diversificado. En la costa no es difícil comprobar la existencia de gaviotas, cormoranes y pardelas. Hacia el interior, en las tierras llanas de la Marina de Cope se refugian, entre otros, cogujadas, terreras y alcaravanes, y en los matorrales que tapizan los montes la tarabilla común, la curruca cabecinegra o el camachuelo trompetero (Bucanetes githagineus), pequeño fringílido norteafricano de reciente aparición en el continente europeo en las costas del sudeste peninsular. Se encuentran también especies de amplias áreas de campeo, como el búho real (Bubo bubo) o el águila perdicera (Hieraaetus fasciatus), especie en el Anexo I de la Directiva 79/409 y en peligro de extinción en la Región de Murcia y el halcón peregrino considerado de Interés Especial. En la línea de costa se conserva una interesante formación de dunas fósiles eutirrenienses. Además, a escala local existen parajes de alto valor estético, como el Saladar de Marina de Cope, código CR2, incluido en el Inventario Regional de Humedales, que otorgan valor añadido al conjunto del paisaje como unidades tipo oasis. Futuros proyectos urbanísticos en el área de estudio El proyecto A.I.R. Marina de Cope, consta con una superficie de m 2, el 68% en Águilas y el 32% en Lorca. Contará con 11 hoteles que proporcionarán nuevas plazas turísticas y viviendas con un índice de edificabilidad (0,14 m 2 /m 2 ), lo que supondrá m 2 edificables, el 14% de la superficie total. No habrá viviendas a menos de 500 metros del mar, aunque sí hoteles y se calcula que podría llegar a albergar a Página 20

22 habitantes. Se construirán cinco campos de golf de 18 hoyos, y una marina interior, con unos puntos de amarre, para lo que se inundarán 28,34 hectáreas al sur de ese complejo turístico. Estará terminado en 12 o 15 años según sus previsiones, y aseguran que el abastecimiento de agua se garantizará con una desaladora, que tratará 5 hm 3 al mes, además de la conexión a la Mancomunidad de los Canales del Taibilla (D.P.O.L, 2004). El eje vertebrador de esta proliferación urbanística, es la autopista de peaje Cartagena- Vera. Diversos grupos ecologistas aseguran que ha sido construida para facilitar los planes urbanísticos, ya que sustituye a la antigua N-232, que tiene una IMD (Intensidad Media Diaria) de vehículos/día, cuando los manuales de ingeniería plantean como razonable un desdoblamiento a partir de los vehículos/día. Por otra parte, existe también un auge de puertos deportivos muy especialmente en la costa de Águilas. El puerto de Casica Verde, que se ya se ha empezado a construir, se localiza dentro del LIC Franja Litoral Sumergida de la Región de Murcia (ES ), e inmediato al LIC Medio Marino (ES ), con 840 amarres totales previstos. A este hay que añadir los dos puertos existentes actualmente, los aprobados de El Hornillo y Calabardina, y la marina interior ya mencionada. Los amarres de embarcaciones pasarían así de las aproximadamente 260 actuales a más de 2500 en unos pocos años. Efectos del urbanismo Antes de comenzar, hay que reseñar que el impacto de estos nuevos proyectos urbanísticos tiene una especial significación, debido a que están siendo incluidos en lugares que hasta hace poco tiempo, eran espacios protegidos por diversas razones. A continuación se expondrán algunos de los efectos que la práctica urbanística tiene sobre el medio. Entre ellos se encuentran efectos comunes a los de la agricultura, por lo que no se desarrollarán en exceso. Destrucción de hábitats y especies. De manera similar a lo ocurrido en la agricultura, la construcción de nuevas urbanizaciones, carreteras y puertos transforma inevitablemente a los hábitats naturales directamente afectados. En este caso, pasan a ser un medio sellado y altamente alterado (Fernández Durán, 2006). La superficie total directamente ocupada por estas estructuras no es un indicador fiable de la pérdida total de hábitat natural, ya que su influencia sobre la fauna Página 21

23 del entorno, la vegetación, la hidrología y los usos del suelo se extiende mucho más allá del área que es directamente ocupada. El proceso de construcción de los proyectos que se pretenden llevar a cabo, irá unido a destrucción de diversos hábitats y especies: la flora perteneciente a los diferentes Hábitats de Interés Comunitario ya mencionados, así como la fauna que se encuentre allí durante este proceso de edificación. De igual manera ocurrirá con las especies del trayecto previsto de la carretera o de los puertos y en especial en la marina, en la que se inundarán varias hectáreas de suelo. Así tanto hábitats como especies, se verán afectados. La intrusión física en el territorio ocasiona también perturbaciones y efectos de barrera en el entorno circundante a la infraestructura, como más tarde se comentará, lo cual reduce aún más la cantidad de hábitat adecuado o disponible para la fauna. Fragmentación La fragmentación es un proceso por el cual una entidad, el hábitat, se divide en unidades de menor tamaño llamadas teselas y se caracteriza por una disminución del área total del hábitat y su ruptura en partes. Los procesos de fragmentación del hábitat, dan lugar a paisajes en los que, en fases avanzadas, faltan muchas de las especies originales (Fahrig y Merriam, 1995). La expansión de infraestructuras de transporte tiene efectos tan determinantes sobre la flora y la fauna de las regiones donde se construyen que está reconocida como una de las principales amenazas para la conservación de la biodiversidad (Geneletti, 2006). Estos efectos se pueden resumir en tres: incremento del aislamiento de las teselas que conforman los ecosistemas, disminución de su tamaño, y aumento de su exposición a perturbaciones externas (Geneletti, 2004). Otros factores de importancia afectan a las poblaciones encerradas en pequeños fragmentos de hábitat. Por ejemplo, la influencia del exterior sobre los fragmentos, a través de lo que se han denominado efectos de borde, es muy grande, y puede tener consecuencias difíciles de prever. También ocurre que la distancia, o las dificultades de comunicación, entre distintos fragmentos, hacen imposible que animales o plantas viajen de unos a otros, con lo cual dejan de formar un sistema interactuante que tiende a equilibrarse (Rosell, 2003). Página 22

24 Efecto barrera. El efecto barrera se debe básicamente a tres mecanismos: un aumento de la resistencia a los movimientos de los animales, una pérdida de la calidad de su hábitat en el área de influencia de la estructura, y una menor supervivencia individual en la infraestructura o cerca de ella (Rosell, 2003). Estos mecanismos operan sobre los individuos, pero a menudo pueden tener consecuencias relevantes para muchas poblaciones animales. Varios tipos de estructuras producen importantes mortandades en numerosas especies de vertebrados. Las líneas eléctricas de alta tensión son el origen de una fracción importante de la mortalidad no natural en aves de gran tamaño, como el Águila azor perdicera, que perecen por colisión o electrocución. Los atropellos de vertebrados terrestres en carreteras constituyen otro ejemplo típico. En España, se ha estimado en unos 10 millones el número de vertebrados atropellados anualmente (López,1992). Las perturbaciones acústicas, el movimiento de vehículos, la contaminación y la actividad humana pueden disuadir a muchas especies de aproximarse a los corredores de transporte, y la apertura del trazado y el carácter abierto de los márgenes crean unas condiciones de hábitat que son inadecuados u hostiles para muchas especies de pequeños animales. La mayoría de obstáculos que representan las infraestructuras lineales no impiden completamente los movimientos de los animales, pero sí reducen de forma significativa el número de cruces (Merriam et al. 1989). La intensidad del tráfico y la velocidad de circulación de los vehículos parecen ser los factores que condicionan de manera más importante este efecto. Esto es particularmente cierto en el caso de los mamíferos que no sufren un efecto de barrera física o de rechazo por la mera presencia de la infraestructura. Las tasas de mortalidad suelen incrementarse progresivamente con el aumento del tráfico y de la velocidad de los vehículos (ver figura 5), hasta llegar a un punto en que estos disuaden a los animales del intento de cruce y, por ello, disminuyen los atropellos (Oxley et al. 1974, Berthoud 1987, Kuhn 1987, Van der Zee et al. 1992, Clarke et al. 1998, Dumont et al. 2000). Página 23

25 Figura 5. Modelo teórico que ilustra la relación entre la intensidad del tráfico y el efecto barrera de la carretera. Al incrementarse el tráfico, los atropellos aumentan de forma lineal hasta que el ruido y el movimiento de los vehículos empiezan a disuadir a los animales de intentar cruzar la carretera. A volúmenes muy elevados de tráfico, la tasa de mortalidad se estabiliza, e incluso puede disminuir, pero en estos casos el efecto barrera, que tiene una relación inversa con la tasa de cruces con éxito, puede llegar a ser del 100%. (Rosell, 2003) En relación con el impacto de los puertos deportivos y, en general, de las instalaciones portuarias, se distingue entre los efectos verticales, ejercidos sobre el fondo marino directamente afectado por la obra, y los efectos horizontales, derivados de las modificaciones ejercidas sobre la dinámica litoral y el transporte sedimentario, así como de la contaminación de agua y sedimentos. Los efectos verticales suponen el sepultamiento de superficies del orden de varias hectáreas, o bien su destrucción mediante dragados y excavaciones, así como degradación de la porción de fondo encerrada en la lámina interna de agua. Los efectos horizontales tienen como consecuencia cambios en el hidrodinamismo y la dinámica de los sedimentos marinos, lo cual provoca efectos erosivos en unas zonas e hipersedimentación en otras. También es frecuente observar aumentos de la turbidez del agua, enriquecimiento de los fondos en materia orgánica y otros cambios de la calidad físicoquímica de agua y sedimentos en el entorno de la obra (Baraza, 2003). CONCLUSIONES Como se ha reseñado en el trabajo, existe en el área Águilas una superficie de regadío mucho mayor que la reconocida por las estadísticas oficiales lo que indican una notable proporción de regadíos creados al margen de los necesarios controles de la administración pública. Como consecuencia, el incremento de la utilización de aguas subterráneas ha producido en los acuíferos el descenso de los niveles piezométricos, el agotamiento de las reservas almacenadas y la progresiva salinización de los acuíferos constituyen importantes costes ambientales además de la afección a humedales y ecosistemas asociados. Página 24