DERECHO, CIUDADANÍA Y TRANSPARENCIA. Trilogía estructural de lo social.

Transcripción

1 PARTICIPACIÓN DE LA SEÑORA MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS, EN LA 2ª REUNIÓN NACIONAL DE ABOGADOS DE LA SECRETARÍA DE DESARROLLO SOCIAL, ORGANIZADA POR LA MISMA SECRETARÍA, EL 25 DE AGOSTO DE 2005, EN EL AUDITORIO ALFONSO GARCÍA ROBLES DE LA SECRETARÍA DE RELACIONES EXTERIORES, EN TLALTELOLCO, CIUDAD DE MÉXICO. DERECHO, CIUDADANÍA Y TRANSPARENCIA. Trilogía estructural de lo social. La libertad no es posible más que en aquellos países en que el derecho predomina sobre las pasiones.. Henri Dominique Lacordaire. Dominique Lacordaire era un predicador francés del siglo XIX y, desde entonces, formuló la frase que ahora he querido traer a cuenta para iniciar con algunas ideas sobre los temas que van a tratar en esta segunda Reunión Nacional de Abogados que organiza la Secretaría de Desarrollo Social, que, como es evidente, tan digna y magistralmente dirige mi querida amiga, Doña Josefina

2 Vázquez Mota, a quien agradezco, desde luego, la invitación a participar. Lo agradezco desde distintas vertientes: la profesional, porque me ha permitido disertar en este foro tan importante sobre cuestiones tan importantes; la humana, porque al hacerlo me da muestra de su amistad, que por supuesto es recíproca; y la del servicio público, que compartimos y desde la cual, además, quisiera, desde ahora, hacerle un reconocimiento que habrá de hacerse extensivo a lo largo de esta charla, por la labor que ha venido desempeñando al frente de tan importantes responsabilidades en la Administración Pública Federal. He definido el título de esta intervención, al considerar que conjuga tres de los 2

3 elementos que considero más necesarios, si no es que indispensables, en la conformación de una sociedad nueva, de una ciudadanía nueva, de un gobierno nuevo. Derecho, ciudadanía y transparencia son la estructura más sólida de que pueda dotarse a esa sociedad nueva que debe ya encontrar los pilares que contribuyan a su construcción. No podemos seguir hablando de cambio, así, sin adjetivos, si no logramos, primero, consolidar estos cimientos, que a continuación trataré de desarrollar, desde mi perspectiva. Habrán de ocuparse en esta ocasión, con la participación de distinguidísimos ponentes, de particularizar en una rama (perdonen la expresión metafórica), en una rama del derecho olvidada. En una porción 3

4 disciplinaria del derecho que, desde la concreción de los ideales de la revolución francesa se quedó en el camino: el derecho social. El derecho que se ocupa, no de la libertad y la igualdad, sino de la fraternidad. Por tanto, hablar sobre cuestiones relacionadas con los conceptos de ciudadanía y transparencia, implica, desde mi perspectiva, referirse primeramente a algunas consideraciones que nos permitan comprender el núcleo esencial del derecho social que son, precisamente, los llamados derechos sociales, derechos que están absolutamente imbricados con asuntos tales como la ciudadanía y la transparencia. Pues bien, la definición de los derechos sociales es una cuestión de enorme complejidad teórica. Tradicionalmente, los 4

5 criterios utilizados para definir a los derechos sociales han sido tan variados como heterogéneos dependiendo de los elementos que de ellos quiera resaltarse. Pero lo que si quisiera destacar en esta ocasión, es que la doctrina jurídica mexicana les dio un tratamiento ideológico que en realidad se vio pocas veces traducido en hechos concretos 1. Sin embargo, actualmente las opiniones de los juristas que se han ocupado del tema coinciden en señalar que es preferible identificar a los derechos sociales con los derechos prestacionales, es decir, con aquellos derechos que en lugar de 1 Sobre ese uso político de los derechos sociales ver, p. ej. Cossío Díaz, José ramón. Dogmática constitucional y régimen autoritario. Biblioteca de ética, filosofía del derecho y política. Fontamara, México, De reciente publicación, pueden consultarse los ensayos de Juan Antonio Cruz Parcero, (sobre el tema de la ideología del concepto derechos sociales, particularmente el de este autor), Luis Prieto Sanchís, Robert Alexy, Gerardo Pisarello y Carlos S. Nino, en Carbonell, Miguel, Cruz Parcero, Juan Antonio y Vázquez Rodolfo, compiladores. Derechos sociales y derechos de las minorías. UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas (Serie Doctrina Jurídica Número 28), México,

6 satisfacerse mediante la abstención del sujeto obligado, requieren de una acción positiva que se traduce normalmente en la prestación de algún bien o servicio 2. Es así que surge la idea del derecho social, considerándolo como una rama autónoma del sistema jurídico al lado de las tradicionales (público y privado), y cuya principal característica es la preeminencia de los intereses colectivos por encima de los intereses de los individuos, a través de leyes protectoras y programas creados por el Estado para el establecimiento de condiciones más justas de vida que beneficiarán a los sectores más desfavorecidos de la población. 3 2 Cruz Parcero, Juan Antonio. Los derechos sociales como técnica de protección jurídica. Derechos sociales y derechos de las minorías. Op. cit. p. p. 90 y Esta nueva rama pugnó por entender al derecho social como el conjunto de leyes y disposiciones autónomas que establecen y desarrollan diferentes principios y procedimientos protectores a favor de las 6

7 La noción de derechos sociales, por tanto, genera una relación bilateral, más bien trilateral, en el siguiente sentido: i) implica una acción positiva por parte del Estado, ii) obedeciendo a la incitación de la ciudadanía, iii) al amparo del derecho. La acción más positiva en un Estado que se precie de ser democrático: es la transparencia, la rendición de cuentas, la apertura hacia quien se sirve: el ciudadano. El valor más grande que puede tener cualquier gobierno, de cualquier filiación política, es la honorabilidad en el servicio público. personas, grupos y sectores de la sociedad integrados por individuos económicamente débiles, para lograr su convivencia con las otras clases sociales dentro de un orden justo. Mendieta y Núñez, Lucio. El Derecho Social, 2ª ed., Porrúa, México, 1967, p.59. 7

8 Poner al honor como valor fundamental de la acción del gobernante es una virtud poco destacada, pero indispensable en nuestros tiempos. Y hacer de la tarea de gobierno una casa de cristal, en la que el ciudadano observe a sus elegidos, a sus representantes, a sus gobernantes, es el medio para rescatar este valor del que hablo. El honor es una de las virtudes que nuestra sociedad ha ido dejando en el olvido y, por ello, la indignidad, la vileza, la bajeza, la indecencia, la corrupción, van ganando la batalla. En el campo del servicio público, ustedes lo experimentan a diario, existen valores e instituciones que se deben practicar cotidianamente para el desarrollo de la democracia: el respeto a la voluntad popular, 8

9 no solo representada en las urnas, sino también y de manera muy importante en el sistema de partidos y de candidaturas; el respeto al trabajo, la capacitación y el desarrollo profesional de los servidores públicos; pero, sobre todo, la rendición de cuentas. Sobre la base de esas instituciones, la democracia centra sus ejes fundamentales. Sobre esa base se debe organizar, sobre esa base debe estructurarse. Y, por tanto, el honor debiera ser rescatado para incorporarlo en democracia, a través de esa transparencia que es guardiana de la honorabilidad. Pero esa honorabilidad no es exclusiva del servicio público. La honorabilidad debe partir también y quizá con mayor fuerza de 9

10 la base social de nuestro país: de los ciudadanos. Y por honorabilidad ciudadana me quiero referir al ejercicio efectivo de los derechos de ciudadanía, al correlativo del deber público de informar y rendir cuentas, al concepto no solo político, sino jurídico y social de ciudadanía que seguramente habrán de tener oportunidad de conversar con algunos de los ponentes. Porque considero que ese concepto de ciudadanía que parte de vincular los derechos subjetivos de los individuos con la pertenencia a una comunidad política, haciéndolos depender de ésta como si sólo pudieran gozar de derechos en tanto que ciudadanos, debe ir en retroceso. 4 4 Danilo Zolo ha recordado que la temática de la ciudadanía sirve para analizar la tensión hoy existente entre: a) la tutela de los derechos subjetivos garantizada por el Estado a sus propios ciudadanos, con exclusión de los extranjeros; b) el carácter inclusivo y tendencialmente universal de esos derechos; c) la tutela de las minorías étnico-culturales al interior de los Estados nacionales, por una parte, y por otra, d) los procesos de 10

11 Y debe ir en retroceso porque las sociedades democráticas no pueden seguir fundando la atribución de derechos sobre esa base, si quieren atribuirse el calificativo de modernas, pues precisamente la modernidad parte de romper el esquema antes descrito: los derechos en la modernidad no implican pertenencia. Son derechos del hombre, así, a secas, derechos del Ser humano. Pues de la misma manera en que la modernidad ha priorizado lógica y axiológicamente al individuo sobre la comunidad, a la identidad individual sobre la identidad colectiva; 5 de la misma manera, la ecuación Un Estado = una nación está globalización que hacen depender cada vez con mayor fuerza el disfrute efectivo de los derechos subjetivos de las posibilidades de su tutela internacional; Zolo, Danilo, La ciudadanía en una era poscomunista, La Política. Revista de Estudios sobre el Estado y la sociedad, Barcelona, núm. 3, Bovero, Michelangelo. Ciudadanía y derechos fundamentales. Boletín Mexicano de Derecho Comparado, nueva serie, año XXXV, número 103. enero-abril de 2002, pp

12 condenada a quedarse como registro meramente histórico, 6 y los conceptos soberanía 7 y Estado deben evolucionar, de una concepción absoluta a una relativa, en aras del principal objeto del derecho: el Ser Humano. 8 Se debe plantear la necesidad de derrumbar esos paradigmáticos conceptos en aras de aceptar que la convivencia futura de un número importante de grupos sociales va a estar marcada por el pluralismo étnico y cultural. 9 6 Carbonell, Miguel Estudio introductorio. Cosmopolitismo y multiculturalismo. Kymlica, Will y Straehle, Christine. Cosmopolitismo, Estado-nación y nacionalismo de las minorías. Un análisis crítico de la literatura reciente. Instituto de Investigaciones Jurídicas UNAM, serie Ensayos jurídicos núm. 3, México, Vid. Bustamante, op. cit., pp que antes está el individuo, atención, el individuo singularmente concebido, que tiene valor por sí mismo, y después viene el Estado y no viceversa, que el Estado está hecho para el individuo y no el individuo para el Estado, no sólo, citando el famoso artículo 2 de la Declaración de 1789, la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre es la finalidad de toda asociación política Bobbio, Norberto. La età dei diritti. Turín, Eunaudi, p Idem. 12

13 Dice Ferrajoli, 10 que en la tradición jurídica se ha mantenido siempre la distinción entre Status civitatis y status personae, misma distinción que fue confirmada por la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano y a partir de la cual se han formado dos status subjetivos de los que dependen dos clases distintas de derechos fundamentales: los de la personalidad y los de la ciudadanía. En los casos en que esta última es asumida como status al que se conectan todos los derechos fundamentales adquiere relieve como factor de inclusión, mientras que si permanece enfrentada o diferenciada a la personalidad, se convierte en un factor de exclusión. 10 Ferrajoli, Luigi. De los derechos del ciudadano a los derechos de la persona. Derechos y Garantías. La ley del más débil. Traducción de Perfecto Andrés Ibáñez y Andrea Greppi. Trotta, Madrid,

14 Partiendo de estas premisas, habría que formularse para la enunciación de un nuevo concepto de ciudadanía, necesario por demás la pregunta fundamental de las muchas que formula Aristóteles en La Política: 11 a qué personas corresponde el derecho de ser ciudadanos? A esa pregunta si queremos comenzar a darle a los mexicanos un status determinado que cambie sus condiciones de vida sólo cabría la respuesta de Kelsen a esta interrogante aristotélica: todo aquél que está sometido a las decisiones colectivas tiene (o, mejor dicho, debería tener) el derecho a participar directa o indirectamente 11 Libro III. Etica Nicomaquea. Política; tr. Antonio Gómez Robledo. 12ª edición, colección "Sepan Cuantos..." No. 70, Porrúa, México

15 en el proceso de formación de dichas decisiones. 12 Es precisamente esta respuesta lo que me ha permitido fundar esta trilogía estructural de lo social, desde la perspectiva que entiendo habrán de estudiarla en esta reunión: los derechos sociales requieren de ciudadanos y de Estado en el sentido que me he referido; pero también requieren de un elemento fundamental, que hoy tanto anhelamos, del que tanto nos quejamos y en el que tanto cavilamos, ese elemento con el que he comenzado esta alocución y con el que pretendo terminarla en breve: la legalidad. La legalidad es hoy un valor en decadencia, una figura a la que se aspira, un 12 Bovero, op. cit., p

16 deseo permanente en nuestras sociedades, principalmente por los perjuicios que tiene el no vivir bajo su tutela, en una sociedad legitimada y legítima, el no vivir bajo el imperio de la ley. La principal consecuencia, en especial para los derechos sociales es precisamente la merma en el concepto y en el alcance de las virtudes ciudadanas y en el menoscabo que esa participación ciudadana tiene en la concreción de los derechos. Por eso el tema de esta reunión me parece fundamental, por eso la invitación que ahora les formulo para disertar juntos sobre estos temas; temas que no resulta fácil tratar, sobre todo si se consideran los elementos culturales y sociológicos de 16

17 nuestra sociedad. Quién mejor que ustedes lo sabe. Derecho, ciudadanía y transparencia son los elementos que nos ayudarán a construir un tejido social más fuerte, una sociedad con más redes y con redes más fuertes, una sociedad en la que vigilantes y vigilados, ciudadanos y autoridades, vivamos sometidos a la guardiana de la transparencia: el honor. No quiero, por todo ello, terminar esta intervención sin hacer un reconocimiento muy especial a Josefina Vázquez Mota y su equipo, porque en materia de transparencia y honorabilidad se llevan no solo mi aplauso, sino el de todos ustedes. Muchas Gracias. 17