XIII Jornadas de Actualización del Foro de Psicoanálisis y Género. (APBA).

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1 XIII Jornadas de Actualización del Foro de Psicoanálisis y Género. (APBA). Violencia extrema hacia las mujeres. La degradación del lazo amoroso Lic. Karina V. Arcuschin. (MP 50998) Lic. en Psicología. Especialista en Psicología Jurídica. SCJBA Introducción En tiempos de estallido de los binarismos y de diversidad sexual la relación sexual entre el hombre y la mujer, cuando se presenta bajo la forma del vínculo violento, continúa siendo un problema grave de actualidad social. Mujeres maltratadas, golpeadas, quemadas, asesinadas testimonian la degradación del lazo amoroso heterosexual. Si bien esta afirmación no se aplica a todo el universo de las parejas heterosexuales, asistimos a una época de incremento desatado de la violencia y de la intolerancia hacia lo femenino. Esta cuestión nos interpela como psicoanalistas dado que del malestar real a la aberración del pasaje al acto y el femicidio, el camino es corto. En el ámbito de la psicología forense, en el cual me desempeño, nos enteramos de esta violencia a diario, a través de pedidos de intervención, porque se ha trascendido la escena de lo privado hacia lo público, delimitando un caso judicial. Generalmente intervenimos cuando este acto está enmarcado en la investigación de una figura jurídica que presupone un delito; ya hay víctimas y victimarios, categorías del discurso jurídico que nombran los hechos como homicidios, lesiones graves, enmarcados en violencia de género. La vía normativa de regulación legal que imponen los estados modernos en su afán de acotar la escalada de violencia hacia las mujeres, es necesaria pero insuficiente. Como Psicoanalistas no podemos dejar de lado la pregunta por la causa, entendiendo que en la relación amorosa entre un hombre y una mujer se ponen en juego las tendencias del sujeto. En el campo interdisciplinario, existen desarrollos propios de la Psicología, el Psicoanálisis, la Filosofía, la Antropología y la Sociología contemporáneos que intentan explicar el fenómeno. En este trabajo, se pondrán en diálogo diversas perspectivas que,como plantea Meler (2017) son un exponente del espíritu de nuestro tiempo. Desarrollo: 1

2 Resulta atemporal pensar el fenómeno de la degradación violenta del vinculo erótico heterosexual? Según Ana María Fernández (2013:17) el S. XXI se caracteriza por: la desnaturalización del orden sexual moderno y sus modalidades específicas de producción de identidades sexuales. Ya no es posible distinguir solamente dos opciones sexuales (hombremujer, heterosexual-homosexual), han ido cobrando mayor visibilidad y aceptación otras modalidades amorosas y eróticas. Entiende esta autora que la lógica binaria: es no sólo atributiva sino también jerárquica y que en definitiva diferencia desigualando. Concluye que el viejo modelo asegura el orden sexual. Sin embargo hay un tiempo en que las lógicas y los modelos coexisten. La modernidad y la posmodernidad se entrelazan en nuevas subjetividades que cuestionan el orden jerárquico moderno y la aparición de nuevos problemas. Con sólo leer los diarios podemos encontrar varios casos de ataques graves hacia mujeres todas las semanas. El fenómeno lejos de ser naturalizado, nos conmueve e interpela. Queda visibilizado que el orden hetero-normativo y hegemónico de dominación masculina, retorna en algunos casos con su cara más feroz. Al historizar la extrema violencia, algunos autores como Eva Giberti (2010), han podido situar la especificidad de la violencia actual hacia las mujeres, perpetrada por hombres en el marco amoroso. Otorga un estatuto particular a la práctica ancestral de quemarlas, ubicando el retorno de un modelo medieval que ponía a la mujer en el lugar de bruja, mujer demonizada y pedía, en consecuencia, su exterminio. La cita de Giberti es más que elocuente: Quienes sostienen que violencia hubo siempre proponen neutralizar esta especificidad al desconocer que los hechos violentos contra las mujeres construyen historia como lo evidencian las narrativas que, mediante el lenguaje incorporan herramientas para amenazar, dañar y matar. El incremento de la actual amenaza Te voy a rociar con nafta y voy a prender fuego o, te voy a quemar viva son verbalizaciones que si bien no constituyen inventos propios de la época ( ). (Giberti, Pagina 12, 25/11/2010). En nuestra opinión, asistimos a una época en la cual el límite entre el dicho te voy a matar y el acto real de hacerlo se presenta difuso y laxo. Entre palabra y acto no hay inter-fase. No es igual la violencia expresada en la palabra o la amenaza, que aquella que avanza sobre el cuerpo para violarlo, quemarlo o degradarlo. 2

3 No cabe duda que la violencia extrema de hoy hacia las mujeres ha superado taxativamente la barrera de la violencia simbólica existente. Hasta hace un tiempo quemar, mutilar y matar mujeres eran prácticas sociales ligadas a otras culturas, no tan frecuentes en la cultura occidental. Respecto al fenómeno en sí, Ana María Fernández (2013:17-19) explica el preocupante aumento de la violencia de género y los femicidios, debido a un cuadro de situación designado como vertiginosidad de las mutaciones. En consonancia con las ideas de Gruner (2011), atribuye a las llamadas lógicas culturales del capitalismo, la configuración de un orden sexual moderno en el cual junto al capitalismo se entrama el patriarcado, lo que coadyuvaría al alarmante fenómeno. En síntesis resaltamos que para los autores mencionados, la sexualidad, las prácticas eróticas y amatorias y las formas de subjetividad que se construyen poseen una dimensión socio-histórica, que a la vez incide en los modos de relación y de aceptación entre hombres y mujeres. Freud, la pulsión y la degradación de la vida amorosa La sexualidad de por sí traumática en el sentido freudiano, se ha vuelto destino de una pulsión desatada, difícil de domesticar en nuestro tiempo. Freud (1930) nos advertía, acerca de la inclinación agresiva a la que nombró pulsión de muerte, definiéndola como una disposición propia y autónoma del ser humano. Cuando se presenta bajo la forma de actos crudos, la llamamos Violencia. Si bien la violencia como fenómeno y expresión de lo humano ha existido desde siempre, actualmente observamos fenómenos psicosociales que nos hablan de la violencia como símbolo de nuestra época. Hay un incremento del déficit de lo simbólico, instancia que regula e impone un límite a las descargas pulsionales. Muchos sujetos hacen de la violencia su lazo al semejante como respuesta a su ser en crisis. Freud acentuaba un punto de partida que es el irreductible pulsional. Hay algo ingobernable en todo sujeto, de carácter auto-erótico denominado pulsión. Se preguntaba si era posible gobernarla. Muchos de los textos principales de su obra y los mitos de los que se vale para explicar su teoría, han intentado ser respuestas a sus interrogantes. El mito es una forma discursiva para dar cuenta de aquello que no se puede transmitir como verdad. En Tótem y Tabú (1912), inventa el mito de la horda primitiva para ubicar claramente el nacimiento de la sociedad como tal a partir de un acto de violencia. Ahí describe como los 3

4 hermanos unidos entre sí cometen el parricidio, acto en el que matan al padre totémico, único gozador sexual y con acceso a las mujeres. Según Tajer (2013), desde una revisión con perspectiva de género, el mito de Tótem y Tabú puede ser leído como la forma de armado de la fratría de varones en el patriarcado. Entendemos que ahí se funda para el psicoanálisis el primer pacto social que regula lo prohibido y lo permitido entre los varones. Se trata de un orden cultural para regular lo pulsional, pero acentuamos que es ineficaz fuera del orden patriarcal. En otro texto también de 1912, Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa, señala Tajer (2013:128), que Freud describe: ( ) modos particulares del erotismo heterosexual masculino en el marco de dominación en la modernidad patriarcal proponiendo como objetos dos tipos de mujeres: las malas para el disfrute y las buenas para la conyugalidad En función de esta lectura nos preguntamos qué ocurre con los varones posmodernos cuyas mujeres combinan conyugalidad con placer. El tratamiento de lo femenino para el discurso lacaniano Para algunos autores de afiliación lacaniana, como Irene Greiser, (2014) la cuestión del tratamiento de lo femenino puede entenderse a partir de los diversos modos de goce. Afirma esta autora que: ( ) para el psicoanálisis, en los seres parlantes existen dos posiciones sexuadas a partir de dos modalidades de goce y de allí deriva la oposición masculino femenino. Plantea que con las fórmulas de la sexuación, Lacan da cuenta de 2 lógicas: la masculina regulada como toda en el régimen fálico; y la femenina situada en otra lógica que posiciona a la mujer como no-toda en dicho régimen. Del lado femenino hay un goce que no estaría regulado por el falo, es un tanto ilimitado. Desde estas fórmulas se puede hacer también una lectura de los modos de gozar en la época actual y cómo cada uno soporta esa alteridad a nivel del goce. Hay hombres que deciden el rechazo absoluto de lo femenino, hay otros que pueden hablarles, otros las golpean y otros queman a las mujeres (Greiser, 2014: ) En las entrevistas psicológicas realizadas a mujeres víctimas de violencia de sus hombres hay algo que se repite de caso en caso, del uno a todos; generalmente expresan como discurso común que lo que producía el estallido era la percepción de que podían ser diferentes, autónomas, libres sexual y económicamente. Para la perspectiva lacaniana, la ajenidad del Otro pareciera ser lo que se torna insoportable. Cuando se descubre lo que el 4

5 otro tiene de diverso respecto del sí mismo. Los hombres que matan a las mujeres necesitan del exterminio radical de ese aspecto irreductible a su ser. Perspectiva Psicoanalítica y estudios de género. La pregunta por la violencia y la virilidad Meler (2005) se pregunta por qué soportan las mujeres la violencia de género, y ofrece un enfoque que incluye una perspectiva pulsional y otra intersubjetiva. Para esta autora, quien se define teóricamente en referencia al psicoanálisis intersubjetivo anglosajón con orientación en género: ( ) desde la perspectiva pulsional, la existencia de una erotización del dolor, entendida como efecto del recurso al masoquismo erógeno, en lugar del masoquismo femenino freudiano, podría explicar la tolerancia de las mujeres a la violencia. Considera que ( ) el masoquismo erógeno es un recurso psíquico universal, que permite tolerar sufrimientos sin enloquecer ni morir, a través de ligar los traumas con vivencias de satisfacción y que los grupos humanos más vulnerables a sufrir abusos o torturas pueden desarrollar esta defensa de modo especial. Ese es el caso de las mujeres, por causa de su vulnerabilidad física y cultural (Meler, 2005:1). Desde la perspectiva intersubjetiva, retoma la propuesta de Jessica Benjamin (1996), quien considera que ( ) el sometimiento femenino solo se produce ante una figura idealizada, el varón quien goza de modo irrestricto, ilimitado. Benjamin, relaciona la idealización del varón con una dificultad específica del desarrollo femenino, que consiste en un impedimento para el amor identificatorio hacia la imagen del padre, quien representa el sujeto del deseo, alguien que, a diferencia de la madre, no es un objeto fusional, fuente de lo bueno, sino un sujeto autónomo, interesado por el mundo. Esta laguna identificatoria afecta el desarrollo de autonomía y estimula la dependencia con respecto de quien es percibido con el poder que la mujer en cuestión no ha logrado desplegar por sí misma. (Meler, 2005:2) Entendemos que respecto a la virilidad de quienes golpean, agreden o matan, el desarrollo de los estudios de género ha logrado identificar con mayor profundidad el funcionamiento intra-psíquico del sujeto golpeador. Fridman (2000), realiza un interesante análisis para culminar afirmando que para el varón acceder a la adquisición de una masculinidad, requiere de maniobras defensivas que repudien lo femenino. Conclusiones El problema de la violencia extrema en el vínculo heterosexual se encuentra a la orden del día en cuanto a los problemas de nuestra sociedad. Esta cuestión ha llevado a numerosos 5

6 autores a reflexionar, tanto desde el punto de vista histórico como desde el análisis de las subjetividades contemporáneas. El fenómeno parece poder explicarse debido a la caída del orden sexual moderno hetero-normativo que sostenía la hegemonía y dominancia jerárquica de los sujetos masculinos, frente a la aparición de nuevas subjetividades que hacen de la mujer un ser libre en todas sus áreas de acción. Esta nueva situación social genera la intolerancia, que llega al punto del exterminio radical en algunos casos. Desde el punto de vista intra-psíquico, la teoría psicoanalítica sigue siendo un marco teórico que nos permite conceptualizar a partir del concepto de pulsión, lo ingobernable de las tendencias del sujeto humano. Considerando autores argentinos que han teorizado sobre el tema, destacamos dos posiciones contemporáneas, que si bien no son complementarias, tampoco resultan excluyentes. En la perspectiva de orientación lacaniana, los desarrollos de Greiser (2014), sostienen el tratamiento de lo femenino a partir del goce fálico masculino y el rechazo del goce ilimitado en la mujer. Mientras que Meler (2005), en la perspectiva del psicoanálisis anglosajón y los estudios de género, atribuye a las identificaciones tempranas pre-edípicas con la madre y su re-significación en el Edipo las claves para entender la masculinidad violenta. Será nuestro desafío continuar reflexionando y aportar en este tema tan complejo, no sólo para el colectivo profesional al que pertenecemos, elementos o ideas que permitan entender que UNO no es más que OTRO. Bibliografía: Fernández, A. M (2013): El orden sexual moderno: la diferencia desquiciada?, en Fernández A.M y Siqueira Peres (editores) La diferencia desquiciada, Géneros y diversidades sexuales, Bs. As. Ed. Biblos. Freud, S. (1912). Tótem y Tabú, en S. Freud, Obras Completas, Bs. As. Ed. Amorrortu (1912). La degradación de la vida amorosa. En S. Freud, Op. Cit (1930). El malestar en la cultura. En S. Freud. Op. Cit. Fridman, I (2000). La Búsqueda del padre. El dilema de la masculinidad. En I. Meler y D. Tajer. (comps). Psicoanálisis y Género. Debates en el Foro. Cap. XII. Ed Lugar. Bs. As. 6

7 Giberti, E. (2010). Te voy a quemar viva. Publicado en Página 12; 25 de noviembre de Greiser, I (2014). Guerra entre los sexos: femicidio, En Dossier Lo masculino y lo femenino en el nuevo orden simbólico, diálogos y tensiones entre el Psicoanálisis y las teorías de Género. Revista Conclusiones Analíticas. Año 1. N º Edulp. Meler, I. (2005): Violencia en las relaciones de género. Algunas hipótesis psicoanalíticas. Publicado en Actualidad Psicológica, Año XXIX, No 328, marzo Meler, I. (2017): Prefacio. En I. Meler (comp.), Psicoanálisis y Género. Escritos sobre el amor, el trabajo, la sexualidad y la violencia. Buenos Aires. Paidós. Tajer, D. (2013). Diversidad y Clínica psicoanalítica: apuntes para un debate. En Fernández A.M y Otro. La diferencia desquiciada, Géneros y diversidades sexuales. Bs. As. Ed. Biblos. 7