Dianfa o la contagiosamente alegre y rítmica Yorodjan, escrita para ensalzar las fiestas callejeras africanas.

Transcripción

1 ROKIA TRAORÉ Todo empezó con un sonido dentro de la cabeza de Rokia Traoré. La cantante y compositora más audaz de África sabía que quería crear un nuevo estilo musical que fuera más moderno, pero sin dejar de ser africano, algo más en el estilo del blues y el rock que mi guitarra folk. Entonces oyó una vieja Gretsch, la clásica guitarra eléctrica tan amada por las bandas americanas de rockabilly allá por los años cincuenta y sesenta, y tocada por todo el mundo, de Chet Atkins a George Harrison. Ese era el sonido que había estado buscando, y ha contribuido a aportar una nueva y sorprendente nueva dimensión a sus exquisitas e innovadoras canciones. Puede que se trate de un álbum africano, pero no suena en absoluto como la mayoría de los discos de world music, y tiene poco en común con el trabajo de grandes compatriotas malíes de Rokia como Salif Keita o Oumou Sangare, "que son alucinantes pero yo no soy una cantante tradicional maliana". Atraerá a los admiradores del blues, aunque no es simplemente un álbum de blues, y atraerá a los admiradores del sofisticado rock contemporáneo, aunque las letras siempre reflexivas y fascinantes de Rokia están cantadas en su mayor parte en bambara, una de las lenguas de Mali, con sólo dos en francés. No puedo decir cuál es mi estilo, admitió en una ocasión. Simplemente adoro la música. El resultado es un disco que sorprende constantemente. La única canción que no ha escrito Rokia es una asombrosa reelaboración del clásico de Billie Holiday The Man I Love, que comienza como una canción lenta, blues y, en la que Rokia hace gala de su voz íntima y delicadamente perturbadora (en inglés), y luego acelera para acabar convirtiéndola en un extraordinario scat africano lleno de alardes vocales. El acompañamiento incluye tanto la guitarra Gretsch como el n goni, el laúd diminuto y de tosco diseño de África Occidental que siempre ha constituido una parte esencial del sonido de la artista. En otros momentos, muchas de las canciones están construidas en torno a grooves relajados, sólidos y sinuosos, y Rokia canta con una madurez, una tesitura y una tranquila confianza en sí misma que resultan novedosas. El acompañamiento suele ser exiguo, pero siempre original, con secciones en las que otra guitarra clásica, la Silvertone, se hermana con sutiles efectos de percusión a cargo de una caja de ritmos humana y una estrella del hip hop, Sly Johnson, o en que el n goni se toca junto al arpa clásica occidental. Rokia ha introducido cambios trascendentales en su música, ya que ha dejado de utilizar el xilófono africano, el balafón, y ha incorporado una sección rítmica occidental, además de un equipo de producción europeo (las grabaciones fueron mezcladas por Phil Brown, que ha trabajado con Robert Plant, Robert Palmer y Bob Marley). Pero Rokia insiste en que éste sigue siendo un álbum africano porque la música depende de la persona que la hace, y yo soy africana. Pero soy de una nueva generación, con una nueva forma de ver a África y a nuestra música. Siempre famosa por sus letras muy directas, afronta el problema de la inmigración ilegal de África a Europa en la convincente Tounka, y recuerda a los malianos que deberían estar orgullosos de las glorias de su pasado en la íntima pero absolutamente conmovedora Dounia, con acompañamiento de guitarra. Luego, marcando un contraste radical, está la personal y rítmica Zen, una canción que trata del valor de no hacer nada, la madura, reflexiva y de perfiles oscuros

2 Dianfa o la contagiosamente alegre y rítmica Yorodjan, escrita para ensalzar las fiestas callejeras africanas. Se trata de un álbum que le granjeará a Rokia aún más partidarios, y que hará levantarse a unas cuantas cejas, pero este cambio sustancial en la dirección musical se halla muy en consonancia con la audacia que siempre ha caracterizado su carrera. Hija de un diplomático maliano que estuvo destinado en Estados Unidos, Europa y Oriente Medio, estudió en Bruselas y trabajó en una banda de rap antes de decidirse a volver a Mali para crear la música que quería, que no iba a ser pop, ni jazz, ni clásico, sino algo contemporáneo con instrumentos tradicionales. No fue fácil. Sobrevivió lavando platos, cocinando en un restaurante y trabajando como empleada de hogar mientras intentaba encontrar músicos que estuvieran de acuerdo con sus ideas de escribir nuevas canciones que serían apoyadas por su propia guitarra acústica, el n goni y el balafón. Cuando alcanzó el éxito, no fue en Mali sino de vuelta a Europa, donde fue saludada como el Descubrimiento Africano de 1997 tras actuar en el festival de Angulema en Francia. Seguirían los contratos discográficos y las giras internacionales, al tiempo que Rokia seguía desarrollando sus ideas musicales, deleitaba a los públicos de todo el mundo y ofendía a los adeptos más conservadores de la world music. Su último disco, Bowmboi, publicado en 2003, incluía colaboraciones experimentales con el cuarteto de cuerda estadounidense Kronos, mientras que en 2005 fue invitada a unirse a un grupo de estrellas entre las que se encontraban Fontella Bass y Dianne Reeves en una gira estadounidense con el proyecto Billie and Me, que conmemoraba la vida de Billie Holiday. Fue aquí donde cantó por primera vez The Man I Love, en un poderoso dúo con Dianne Reeves. Esa canción sería revivida de nuevo en 2006, cuando Rokia colaboró con otro proyecto experimental, escribiendo e interpretando una nueva obra para el festival New Crowned Hope que fue dirigida escénicamente por el inconformista Peter Sellars, con representaciones tanto en Viena como en Londres para celebrar el 250º aniversario del nacimiento de Mozart. Su respuesta fue, de un modo típicamente valiente, transformar toda la idea al presentar una obra en la que Mozart nacía siendo un contador de historias, tan característicos de África, un músico hereditario, allá en los tiempos del gran gobernante del siglo XIII Soundiata Keita, cuyo imperio Mande tenía como centro lo que es actualmente Mali. La música incluía todo tipo de cosas, desde instrumentos africanos occidentales hasta guitarra y bajo, violín y clarinete. Ahora, por fin, contamos con un nuevo álbum que marca la última etapa de una carrera que ha transformado las concepciones occidentales de la música africana. Quería un nuevo comienzo, explicó Rokia. Como si yo fuera alguien que acabara de empezar su carrera. Me encantan los nuevos experimentos e intentar hacer las cosas de un modo diferente. Quería tener ese sonido Gretsch y hacer todo de un modo diferente. Tchamantché ha sido destacado como uno de los mejores discos del 2008 por la prensa nacional e internacional y fue premiado en la categoría Mejor Álbum de World Music del año 2008 en la célebre ceremonia francesa Les Victoires de la Musique. En julio de 2010, Rokia Traoré inauguró el Festival Mas i Mas en L Auditori de Barcelona impresionando tanto al público y como a la prensa nacional cerrando la gira de su último disco y abriendo así una nueva etapa de preparación de nuevo trabajo. **********************************************************

3 El primer gran logro de la vocalista y compositora, un disco que rompe cualquier tipo de preconcepción que se pueda tener sobre las músicas firmadas por artistas africanos. Armada con una guitarra Gretsch, con una formación insólita (batería, bajo eléctrico, human beatbox, percusiones y n goni), la de Kolokani buscaba un sonido simple y monótono que llegara a la epifanía por medio de la repetición y los mínimos acordes. Cantado mayormente en bambara, el álbum se alza lujurioso sobre trenzados de guitarras eléctricas, claros de laúd y percusiones que invocan el trance. Juan Cervera, ROCKDELUX 01/ 2009 (Lo mejor de 2008) Distinción. [ ] Espléndida cantante e inspirada compositora, Traoré factura un pop global y arrebatador, en el que se aúnan las esencias griot con el blues, el funk y el rock. Una propuesta contemporánea e inteligente, fruto de las inquietudes y la capacidad de reinvención que singularizan a nuestra cantante en el a veces estático circuito de la World music. LA VANGUARDIA 01/08/2010 Ver y escuchar esta mujer de Mali [ ] siempre resulta una experiencia que ultrapasa el aspecto meramente musical. [ ] Elegante, poderosa, honesta y accesible a la vez, cuando Rokia Traoré aparece al escenario, alguna cosa enérgica surge de ella y se contagia a su alrededor. Mariló López Vilalta TIME OUT 28/07/2010 Barcelona ya ha sido conquerida por Rokia Traoré, ya que esta malinense fascinó en todos los sentidos el público que de entrada ya lo adoraba y que presenció una noche tan especial como la del Auditori que inauguró el Festival Mas i Mas de este verano [ ] La alquimia de Rokia Traoré es impresionante. El sentido del ritmo es aclaparador. [ ] Valió la pena descubrir que más allá del que decia el póster de promoción del concierto que tildó la artista como diva del afro-beat, Rokia Traoré es mucho más que eso. No le hacen falta etiquetas. Es una gran DIVA de la música universal. SONORA 01/08/2010

4 Pero Rokia Traoré, en la que algunos quisieron ver a una Tracy Chapman o a una Suzanne Vega maliense, escapa a los estereotipos. Las notas rítmicas obsesivas de Zen no andan lejos de Come as you are, de Kurt Cobain. Y es un afortunado hallazgo ese n goni diminuto laúd rudimentario- con el que se acompaña en The man i love, de los Gershwin, dedicada a la gran Billie Holiday. Carlos Galilea, EL PAÍS 11/07/2009 La maliense Rokia Traoré cantó con karma en el Festival La Mar de Músicas. Rokia Traoré (Bamako, Malí, 1974) transmitió una fuerza a través de su voz y del movimiento de su cuerpo sobre el escenario que en contadas ocasiones se siente y presiente. El uso de las cuerdas acústicas y eléctricas es una innovación en su recital en el que los silencios, los gestos con la boca y las palabras se combinaban aportando aire fresco a la tradición maliense en la forma de cantar y a ritmos que se retroalimentan del blues y de otras tradiciones musicales afro americanas. Y todo ello ha hecho vibrar al público que llenó el patio del Parque de Artillería Belén Palanco, EFE/PÚBLICO 09/07/2009 Pero aunque su último disco Tchamantché (Tama/Universal, 2008) está repleto de íntimas y suaves composiciones, en directo les da una revisión junto a su banda que aumenta su groove un 200% por lo menos. Rokia además de poseer una voz preciosa tiene tal magnetismo que cuesta no caer rendido a sus pies. Miguel Amorós, B!RITMOS- 28/05/2009 Versátil y emotiva, Traoré dejó los mejores momentos de la noche con estilo que pasa con naturalidad de la distorsión del rock al soul africano en la senda de las grandes vocalistas de ese continente. Jesús Morillo, ABC 24/05/2009

5 Deliciosa madurez de su voz, comenzó con temas más ambientales para ir in crescendo hasta desatar una locura muy funk respaldada por una excelente banda. Eduardo G. Magaña, INDYROCK 22/05/09 Dice Youssou N Dour que es la nueva diva de la canción africana, y lo cierto es que escuchándola uno entiende el porqué: una voz tan dulce como poderosa serpenteando sensual entre esas arcanas estructuras sonoras que dieron origen al blues, y que de manera inevitable, traen a la memoria a aquel paisano suyo, aquel gigante de la guitarra, el fallecido Ali Farka Touré. Blas Fernández, LA VENTANA POP 22/05/2009 "La sofisticada cantante maliense proyecta en su cuarta entrega discográfica una madurez musical que a confirma como una de las grandes voces africanas del siglo XXI. SONS / (Mejores discos 2008)