Seminario Violencia por armas de fuego y desarrollo humano en Costa Rica

Transcripción

1 Seminario Violencia por armas de fuego y desarrollo humano en Costa Rica Buenos días, Señor Óscar Arias Sánchez, Presidente de la República Señor Fernando Berrocal, Ministro de Seguridad Pública Señora María Luisa Ávila, Ministra de Salud, Señor José Torres, Viceministro de la Presidencia Invitados especiales, participantes. Es un honor para mi acompañarlos hoy por la mañana en la apertura de este seminario sobre Violencia por armas de fuego y desarrollo humano en Costa Rica. Deseo felicitar al Gobierno de Costa Rica por colocar la discusión sobre la violencia armada en un lugar prioritario de la agenda nacional, y por constituir un espacio del más alto nivel para el análisis del problema y la identificación de posibles soluciones, como lo es el Comité Nacional para el Control de las Armas de Fuego, integrado por el Ministerio de seguridad, el Ministerio de Justicia, el Ministerio de la Presidencia, el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Fundación Arias para la Paz,. Deseo reconocer también, el aporte del Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo y la Fundación Friedrich Ebert Stiftung al trabajo que el país está realizando en torno al tema de la violencia armada y por el apoyo a la realización de este seminario. 1

2 Crecí sin conocer las armas de fuego. La primera vez que vi un arma tenía más de 15 años. Me encontraba de visita en un país en el que aún se vivían las consecuencias del conflicto armado y las armas se exhibían abiertamente. Aún no se me ha olvidado la impresión que me causó ese primer encuentro. No puedo decir lo mismo de mi hija de siete años, para quien las armas de fuego son una realidad más en su vida cotidiana. Las conoce porque las ve en la tienda de la esquina, en el centro comercial, en el banco y en la escuela. Probablemente, para ella más bien sería extraño, llegar un día a la escuela y que no esté allí el guarda, armado, que vigila el inicio de un día de clases común y corriente. Hace unos días me preguntó por qué nosotros no tenemos pistola, si en casa de sus amigos sí tienen. Esa pregunta, no solo la hace mi hija Florencia, sino que de manera creciente, se la hace la población de este país, a juzgar por los resultados obtenidos en dos encuestas sobre seguridad ciudadana aplicadas en junio de 2004 y en diciembre de 2006 respectivamente. Al comparar las respuestas obtenidas en el 2004 con las del 2006, se concluye que en Costa Rica está cambiando la opinión que tiene la población sobre las armas de fuego. Cada vez son más las personas que consideran que las armas de fuego son un mal necesario. Sobresalen en este grupo, aquellas personas que también manifiestan altos grados de temor frente a la inseguridad ciudadana. En los dos años transcurridos entre ambas encuestas, la población desarrolló mayor conciencia sobre los peligros asociados con la adquisición de armas de fuego. Es decir, en el 2006 más personas 2

3 dijeron estar conscientes de que éstas provocan accidentes, daños a personas inocentes y familiares, que aumentan los homicidios, los suicidios y la posibilidad de muerte en casos de violencia doméstica. A pesar de ello, los datos también confirman que aumentó el número de personas que creen que las armas son necesarias para protegerse del crimen (44.1% en el 2004 frente a 54.8% en el 2006) y que debe haber libertad para poseerlas (6.4% en el 2004 frente a 11.5% en el 2006). La buena noticia es que estos cambios en las opiniones ciudadanas sobre las armas de fuego, aún no se reflejan en un incremento en el número de personas que reporta haber adquirido armas de fuego en este periodo. Ese porcentaje se mantuvo en aproximadamente un 6% de la población entre el 2004 y el Llama la atención sin embargo, que en la encuesta del 2006 un 38% de la población confirmara la presencia de personas armadas en su barrio o comunidad, sin tratarse éstas de guardas o policías. Y es que, a pesar de la resistencia de la ciudadanía, otros datos obtenidos por el PNUD muestran que el circulante de armas en el país sí ha aumentado significativamente en los últimos cinco años, al parecer como resultado del aumento en el número de empresas de seguridad privada, que casi se duplicó entre el 2000 y el Según información basada en los datos del Costo Seguro y Flete (CIF por sus siglas en inglés) de la Dirección General de Aduanas, solo lo importado en el 2004 en forma de revólveres, pistolas, municiones y proyectiles, equivale al volumen total de importaciones para todos los tipos de armas y sus partes cuatro años antes. Por otra parte, si tomamos las importaciones-cif per cápita de 3

4 armas, el país ocupa el primer lugar en importaciones en Centroamérica. La línea que separa las armas legales de las ilegales es muy fina, por la amenaza constante de robo, pérdida y sustracción. Basta un instante para que un arma de una empresa de seguridad privada pase a nuevas manos. Las consecuencias de este aumento en el circulante de armas sobre el desarrollo humano son claras. El porcentaje de homicidios dolosos cometidos con armas de fuego ha aumentado casi un diez por ciento en los últimos cinco años y la inseguridad ciudadana es mayor en aquellos cantones donde, a la vez, hay mayores decomisos de armas: San José, Limón y Puntarenas. Ni que decir de las consecuencias que tiene sobre la vida de una persona, una lesión provocada por una bala perdida o por un accidente con arma. Hace casi cinco años, desde finales del 2003, el PNUD Costa Rica inició lo que es hoy una robusta agenda de trabajo en torno al tema de la inseguridad ciudadana en Costa Rica. Los esfuerzos realizados incluyen ambiciosos trabajos de investigación, que van desde la realización del Informe Nacional de Desarrollo Humano del 2005, dedicado al tema de la (In) Seguridad Ciudadana, hasta un conjunto de investigaciones conducidas junto con el Ministerio de Seguridad Pública sobre la inseguridad ciudadana en diez cantones del país, además de otras sobre temas específicos, como lo es, el que nos ocupa el día de hoy. En el PNUD hemos podido también acompañar una serie de iniciativas encaminadas por el Ministerio de Seguridad Pública y el Ministerio de Justicia para formular y aplicar una estrategia dirigida a la prevención de 4

5 la violencia y la inseguridad ciudadana y la promoción de la paz social. Por último, a través de dos iniciativas, una nacional y otra centroamericana, seguiremos apoyando al país en su afán de detener la violencia ocasionada por las armas de fuego. El Seminario que hoy se inaugura es una excelente oportunidad para poner en común y analizar la información disponible sobre las consecuencias que tienen las armas de fuego sobre el desarrollo humano. Este trabajo no se debe detener. Gracias al esfuerzo de muchas instituciones aquí presentes, hoy el país se encuentra en mejor posición que nunca para formular recomendaciones aptas para detener la espiral de la violencia que provocan las armas de fuego. Aquí se explorarán diferentes aristas del problema: los costos económicos de este tipo de violencia, el papel preventivo que pueden jugar diversos actores, las alternativas para enfrentar el tráfico ilícito y el comercio de armas, así como una serie de propuestas de reforma legal que se discuten actualmente en el país para limitar la circulación de armas de fuego. Por último, se tendrá la posibilidad de conocer un conjunto de experiencias exitosas, desarrolladas en otros países con el objetivo de disuadir a la población de adquirir armas de fuego. Este es un campo en el que no se deben escatimar esfuerzos, y debemos decir con convicción a nuestras hijas e hijos que las armas de fuego no son una solución, sino más bien, parte del problema. Este seminario es una excelente oportunidad para definir una ruta que permita a Costa Rica trazar el rumbo para detener la violencia por armas de fuego. Para el PNUD es un honor acompañar al país en este esfuerzo. Les deseo mucho éxito en sus deliberaciones. 5

6 Muchas Gracias. 6