PLURALISMO RELIGIOSO E INCULTURACIÓN CRISTIANA

Transcripción

1 PLURALISMO RELIGIOSO E INCULTURACIÓN CRISTIANA World religions and Christian inculturation, Indian Theological Studies, 25 (1988) 5-26 Introducción: un cambio de perspectiva Es un hecho que hoy el mundo se ha empequeñecido y estamos todos mucho más cerca los unos de los otros de lo que lo estábamos antes. Como consecuencia de esto la sociedad de hoy se está convirtiendo en una sociedad pluri-religiosa en todas partes. Este pluralismo religioso asume aún mayor importancia si tenemos en cuenta, no sólo la gran influencia que las religiones tienen en la vida de la gente, sino también la importancia que hoy día se da a la libertad religiosa. Más de la mitad de la humanidad busca inspiración hoy en religiones no cristianas. Las implicaciones de esto son importantes para el cristianismo. Lejos de ser un problemasuperficial, debería ocupar un punto central en nuestra reflexión teológica. Indicio de la novedad de esta situación es que ya no se trata de enfocar el problema desde el punto de vista de las relaciones que el cristianismo debe tener con religiones no cristianas, sino del puesto que debe ocupar en un mundo de pluralismo religioso. Es precisamente en el contexto de este pluralismo religioso que debemos plantearnos hoy la cuestión de la inculturación, pues ello nos depara la necesidad y nos da la oportunidad de tomar nuevas actitudes frente a otras religiones no cristianas. Relación entre religión y cultura Clarifiquemos los conceptos de religión y cultura y veamos cómo se relacionan. El uso de la palabra "religión" para significar un sistema de doctrinas, ritos, ética, etc. Es muy moderno. Pero hay que tener en cuenta que todas estas instituciones y sistemas nacen de la experiencia de los pueblos y de su misma vida. Detrás de cada religión se encuentra gente que cree, espera, tiene ciertas vivencias y trata de expresarlas. La palabra "cultura" no hace sólo referencia al cultivo de lo que es propiamente humano por medio de actividades intelectuales y creatividad artística, literaria, etc. Según la definición general de Edward Tylor, cultura es "toda una complejidad que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, leyes, costumbres y cualquier otra capacidad o hábito adquirido por el hombre como miembro de una sociedad". Cómo se relacionan religión y cultura? La religión busca dar un significado a las cuestiones fundamentales de la vida relacionadas con el más allá y lo invisible. Las respuestas a estas cuestiones se hallan entrelazadas con la forma en que la gente percibe la vida, la interpreta, establece relaciones humanas, la organiza y la celebra. Todo esto se expresa por medio de símbolos, signos, creencias, costumbres, historias, mitos, etc. Pero al hacer esta afirmación ya nos hemos metido en lo que es propiamente el campo

2 de la cultura. De ahí que la relación entre religión y cultura sea tan íntima que no e posible separarlas. Inculturación y acercamiento de religiones Entender la inculturación como un proceso por el cual relacionamos la fe cristiana y el evangelio con los elementos culturales de un pueblo dejando aparte su religión, es simplemente ignorar que la religión es el punto central y como el alma de toda tradición cultural. Sería lo mismo que relacionarse con un cuerpo que no tuviese alma. No es pues de extrañar que cuando se hace así, esto sea visto por los que siguen otras religiones como una velada estratagema encaminada a convertirles o como un esfuerzo encaminado a debilitar su religión incorporando al cristianismo las expresiones culturales que les son propias. En el contexto de las otras religiones del mundo, la inculturación requiere lo siguiente: - Conocimiento del contexto cultural. Aprender del, pasado. - Poner de lado prejuicios y adoptar nuevas perspectivas. - Tomar una actitud positiva y establecer un diálogo vital. - Elaborar una hermenéutica entrelazada culturalmente. Conocimiento del contexto cultural El cristianismo siempre ha expresado su fe, encarnada y particularizada en una determinada cultura. Debemos darnos cuenta de esta limitación de expresión. Esto debe también ponernos en guardia contra una falsa expectación y una presunción: a) por una parte, las comunidades cristianas jóvenes de un mundo en vías de desarrollo no pueden esperar que la fe carezca de una forma de expresión proveniente de una determinada cultura; y b) por otra parte, las comunidades de origen antiguo no pueden tener la presunción de poseer la esencia universal de la fe cuando en realidad lo que tienen es una fe condicionada y circunscrita en el marco de su propia cultura histórica. con todas las limitaciones que esto comporta. Aprender del pasado El hecho de que Dios nos hable en las Escrituras "en forma humana" (D. V. 2) explica la presencia en ellas de un gran material de sabiduría, de elementos culturales y de valores religiosos que pertenecen a pueblos con los que Israel y la iglesia del nuevo testamento estuvieron en contacto. Sin hacer referencia a estos elementos culturales y valores religiosos es difícil entender completamente las estructuras y las formas que Israel y la iglesia de aquellos tiempos tuvieron. Por ejemplo, la experiencia del exilio produjo en Israel un rechazo y una condenación de las otras naciones por temor a perder su propia identidad. Pero al mismo tiempo, la

3 riqueza cultural de estas mismas naciones impresionó tanto a los israelitas que no pudieron menos que tomar finalmente una actitud de apertura hacia ellas. Se intentó así relacionar el individualismo de Israel con el universalismo de otros pueblos. Esto quedó bien plasmado en la literatura de los libros sapienciales. También en el nuevo testamento vislumbramos diferentes actitudes según proviniesen de la comunidad judeo-cristiana o de la helénica. Esta tenía una actitud mucho más abierta y universalista, lo que dio motivo a que fuese discriminada y hasta perseguida (Hch 7,54; 8,3). Pero al mismo tiempo fue ella la que ofreció un reto al exclusivismo judío y tuvo un papel decisivo en dar una actitud más abierta a la comunidad judeocristiana. Hay que notar de una manera especial que esta transición del exclusivismo ético-religioso de la comunidad judía al universalismo religioso produjo una crisis en la iglesia que vio incluso a los apóstoles enfrentados entre sí. Asimismo los Padres de la iglesia, especialmente los griegos, hablaron de los valores positivos hallados en religiones y culturas no cristianas y de la semilla (logos spermatikos) de la palabra de Dios en ellas. Esta tendencia se encontraba ya en el nuevo testamento, pues cuando san Juan presenta a Jesús como el logos(jn l,1-18) no nos dio una terminología que pudiese ser familiar al mundo helénico, sino que quiso expresar el mismo misterio de Cristo de una forma nueva. Fue un encuentro entre el mundo judío y el helénico en forma dialogal y esto no es lo mismo que mera adaptación. Poner de lado prejuicios y adoptar nuevas perspectivas En el sentido más profundo requerido por el Vaticano II (G.S. 44,58; A.G ; S.C. 38), inculturación presupone un mayor acercamiento y respeto hacia otras religiones y culturas. Para ello hay que poner de lado todos los prejuicios. Esto implica dos cosas: a) liberarse de toda actitud reaccionaria hacia otras religiones y culturas producida por ciertas situaciones políticas, históricas y teológicas del pasado; y b) liberarse de cierto romanticismo cultural y reacciones exageradas producidas por el neocolonialismo y por lo que puede considerarse como el lado más oscuro de la "historia de las misiones". También conviene notar que antes de hacer aseveraciones teológicas sobre el lugar y la validez de otras tradiciones religiosas debería indagarse sobre ellas de forma más positiva y con mayor simpatía. Reducir otras religiones a nuestras categorías teológicas, sin intentar entrar en el mundo de sus propias experiencias, y condenarlas sin darles la oportunidad de que se expliquen a sí mismas, sería una ingenuidad epistemológica y muy poco ético. Podría argüirse que otras religiones y culturas se hallan contaminadas con elementos de pecado, ambigüedad, falsedad, etc. Aunque esto fuera verdad, esta afirmación debería hacerse desde un punto de vista más correcto teniendo en cuenta los dos elementos siguientes: a) no debería compararse lo mejor del cristianismo con lo peor de otras religiones; y b) la Gaudium et Spes dice que "la buena nueva de Cristo renueva constantemente la vida y las culturas del hombre caído, así como combate y remueve los errores y los males que provienen de elementos pecaminosos que siempre son una amenaza" (G.S. 58; también L.G. 16 y A.G. 9). Téngase en cuenta que estas palabras son válidas para todas las culturas; sean éstas antiguas o modernas, y para todo el mundo. Además, estas palabras del concilio deben leerse juntamente con la aseveración

4 de que también la iglesia de Cristo "necesita siempre ser purificada" (L.G. 8; también G.S. 43). La misma naturaleza de la iglesia, siempre peregrina hacia el escatológico encuentro con el Señor, es ya por sí un llamamiento a liberarnos de todo sentido de autosuficiencia. Tomar una actitud positiva y establecer un diálogo vital Nuestras relaciones con otras religiones se basan en el hecho fundamental de que "todos los pueblos forman una única comunidad y tienen un mismo origen, pues Dios ha hecho que toda la humanidad habite sobre la faz de la tierra (Hch 17,26) y su destino sea también el mismo: Dios" (N.A. 1). Esta unión profunda basada en la creación no debe ser destruida por divisiones pecaminosas. Todos los pueblos, con sus diferentes culturas y religiones, deben encontrarse con el fin de reforzar esta unión, pues "la providencia de Dios, sus manifestaciones de bondad y sus designios salvíficos se extienden a todos los hombres (Cfr. Sb 8,1; Hch 14; Rm 2,6-7; Tm 2,4)" (N.A. 1). La naturaleza, la creación y la historia son medios por los cuales Dios se comunica a sí mismo y todos los seres están asociados en la Alianza de Dios (Gn 9,9-17). La voluntad salvífica universal de Dios para toda la humanidad (1 Tm 2,34), la presencia de Cristo resucitado Un 8,58; Mc 9,38; 1 Co 10,4; también G.S. 22) y la acción del Espíritu no están limitados a la iglesia. El discernir los caminos de Dios y la acción del Espíritu más allá de los confines de la iglesia es la responsabilidad de todos nosotros. La iglesia es una comunidad para otros y por lo tanto debe de dar testimonio de humildad y sacrificio (L.G. 8). Esto ha de ponerse en evidencia por el respeto que muestra hacia todas las culturas, sus tradiciones, sus experiencias religiosas y sus valores morales. El encuentro con otras religiones no debe basarse en un mero debate, sino que debe ser un diálogo vivo "en espíritu de hermandad" (N.A. 5) con los que siguen otras religiones. Por una parte, la Lumen Gentium reafirma la posibilidad de salvación de aquellos que aún no han oído el evangelio pero buscan a Dios sinceramente, y al mismo tiempo reconoce lo que hay de verdad y de bueno en otras religiones. Por otra parte, la Gaudium et Spes sigue una vía experimental e indica un camino de encuentro con los que siguen otras religiones. Es crucial el darse cuenta de que inculturación sólo puede darse en un ambiente de mutuo respeto y diálogo vivo. Así es como gente de diferentes creencias se reúne para compartir sus experiencias de Dios, escucharse mutuamente, rezar juntos y permanecer en silencio delante del insondable misterio divino que sobrepasa todas las formas y categorías. Lo mismo ocurre cuando miembros de diferentes religiones trabajan juntos para establecer el orden temporal y colaboran en promover la justicia y la paz. Sería muy lamentable que diferentes religiones se enfrentasen y fuesen un foco de discordia en lugar de ser agentes constructores de la comunidad. Es en el mutuo encuentro donde las diferentes religiones descubrirán los elementos que poseen así como sus propias fuerzas y limitaciones. Por eso la iniciativa del papa de juntar en Asís a líderes de diferentes religiones, es algo muy positivo que señala un camino nuevo a seguir.

5 Elaborar una hermenéutica entrelazada culturalmente Sacar de otras culturas solamente aquello que nos conviene no está en consonancia con el carácter orgánico que existe entre religión y cultura ni con su relación mutua. En este contexto hay que señalar que algunos esfuerzos misioneros como los de Roberto De Nobili son de alabar, pero también hemos de reconocer que no fueron muy eficaces y esto fue debido a que tomó elementos de ciertas culturas manteniéndose al mismo tiempo negativamente dispuesto hacia su religión. Lo mismo ocurrió con algunos Padres de la iglesia que tuvieron una actitud abierta hacia las culturas y filosofías de Grecia, Roma, Egipto y Siria pero mantuvieron una actitud negativa hacia las religiones de estos pueblos. No debemos precipitarnos y hallar semejanzas en los conceptos y símbolos de otras religiones y culturas usándolos así para enlazarlas con el cristianismo. Dado que símbolos, signos, etc. son parte de un sistema cultural o religioso, una hermenéutica entrelazada debería hallar símbolos y conceptos homeomórficos", que no es lo mismo que analógicos. Es decir, símbolos y conceptos que tengan una función equivalente en otras religiones o culturas. Esto es esencial para una inculturación de verdad y para un entendimiento y diálogo más profundo entre diversas religiones. Conclusión Inculturación no es una actividad más entre las muchas que la iglesia puede ejercer, sino que es su manera de estar arraigada y presente en los pueblos compartiendo las vidas y las experiencias de éstos. Cuando la vida y las experiencias de un pueblo están animadas por una visión religiosa y espiritual, la iglesia deber encontrarse con esta religión y con todo lo que hay en ella de cultura, tradición, valores e instituciones con el fin de ser una iglesia realmente encarnada. La comunidad de creyentes que vive en un determinado milieu socio-cultural y en un contexto de pluralismo religioso tiene que ser agente activo de inculturación. Es precisamente la iglesia local la que tiene el deber y la responsabilidad de encarnar el evangelio en el lugar en que se halla; y esta responsabilidad no puede ni relegarse ni ser asumida por otros. Debe además estar respaldada por una adecuada reflexión teológica nacida del encuentro experiencial y del diálogo con las culturas y religiones de su alrededor. Tradujo y extractó: SIMEON GARCÍA-NIETO