Un toque personal. Renovar las tapicerías:

Transcripción

1 Renovar las tapicerías: Un toque personal Unas nuevas tapicerías mejoran radicalmente el aspecto interior del barco. Pero enfrentados a la necesidad de renovarlas, muchos armadores se sorprenden del amplio abanico de opciones técnicas, estéticas y de presupuesto que plantea este tema. Las tapicerías no son eternas. Siempre acaban por ensuciarse, romperse o ambas cosas a la vez, perdiendo con el tiempo sus condiciones de comodidad o apariencia. Cuando llega el momento de su renovación, hay múltiples opciones donde elegir. La mayoría de mejoras que se hacen en un barco responden a criterios de forzosa necesidad. Las piezas se van rompiendo y para poder seguir navegando hay que sustituirlas. Renovar las tapicerías, por el contrario, es algo que normalmente se hace por cariño, por las ganas de vivir a bordo de manera confortable y también para darle al barco un toque personal que lo aparte de la uniformidad estética que impera en la fabricación seriada. El barco no correrá más ni será más seguro por renovar su tapicería, pero de cara a la comodidad de la vida a bordo, la inversión está plenamente justificada.

2 TEJIDOS: Un mar de posibilidades Los distintos tejidos para tapicerías y sus correspondientes combinaciones de color o estampado tienden al infinito. Pero no todos ellos ofrecen la misma duración ni resultan igualmente adaptados al uso marino. Una vez tomada la decisión de sustituir las tapicerías y espumas interiores, sería una pena utilizar materiales de mala calidad o poco adaptados a un barco, pues el diferencial de precio se diluye bastante en la factura final, donde entra un gran componente de mano de obra. Para presupuestar los metros de tejido necesarios en cada caso, tras hacer un cálculo holgado de las superficies a cubrir, se ha de añadir un mínimo del 15/20 % para las inevitables mermas que se producen en la confección. Poniendo malla en las caras no visibles de los cojines se alivia el presupuesto y también se mejora la ventilación de las espumas. Cada tejido tiene una serie de ventajas e inconvenientes que intentamos resumir a continuación. Piel: Últimamente está bastante de moda en barcos de serie a partir de las esloras medias, lo cual es una tendencia que se agradece pues la piel es un tejido natural que da un ambiente de distinción a cualquier estancia, adaptándose especialmente a los salones. La piel es transpirable, no se pega al cuerpo y resiste bien a las manchas si ha sido correctamente preparada con un tratamiento hidrófugo, similar al del calzado. Pasar una esponja con agua dulce y jabón de vez en cuando es todo el cuidado que necesita este material natural y es mejor olvidarse de otros productos de limpieza, pues impregnan la piel en superficie y tienden a endurecerla. Los modernos curtidos generalmente de vacuno- existen en una gran variedad de colores sólidos, con precios que rondan los 240,- para piezas irregulares de unos 1,80 x 1,80 m. Microfibra (Alcantara): Este tipo de tejido es uno de los más aconsejables a bordo y los astilleros que lo utilizan siempre presumen de ello. Hay distintas empresas que fabrican microfibra, tejido a menudo generalizado con el nombre comercial de Alcántara. La microfibra tiene un tacto suave y aterciopelado (composición aprox: 70% poliéster / 30% piliuretano), una gran resistencia al uso y puede lavarse tantas veces como sea necesario hasta 30º de temperatura, sin encogimientos ni mermas de color. Son tejidos incluso protegidos contra el fuego, la electricidad estática (no absorben polvo ni ácaros) e incluso incorporan una capa de Teflon que los hace muy resistentes a la humedad y las manchas. Tras este elenco de virtudes, comentar que sólo existen en colores lisos, grabados como máximo. Su precio oscila según fabricante- entre los 20,- y 40,- m/lineal en piezas de 1,30 m. de ancho.

3 Acrílicos: Son un compromiso calidad/precio muy interesante en las tapicerías interiores. Los tejidos acrílicos resultan sencillos de confeccionar incluso con máquinas de coser domésticas, envejecen con dignidad y se pueden encontrar en todo comercio de telas náutico o terrestre en una gran variedad de colores sólidos, estampados, cuadros y rallados. Las tapicerías acrílicas pueden además lavarse a máquina (mejor en agua fría) sin muchos cuidados particulares. Los acrílicos de calidad pueden llegar y sobrepasar sin problemas los 30,- m/lineal, pero es difícil establecer una franja concreta de precios, pues empiezan muy abajo en los mayoristas de restos de serie y culminan por arriba en las tiendas especializadas y sus preciosos tejidos de última moda. Algodón: El algodón es un tejido a evitar en las tapicerías náuticas interiores o exteriores. Su tacto cálido y natural es muy confortable a la piel, pero las fibras de algodón absorben humedad y moho con demasiada facilidad, siendo una fuente de malos olores a corto plazo. Además, el algodón encoge hasta un 5% en el lavado, complicando la tarea de volver a enfundar las espumas. No hay que ceder ante unos precios que pueden ser tentadores y es mejor huir de las tapicerías de algodón, que en el fondo cuestan prácticamente lo mismo que las acrílicas. Llegados a este punto, recordar que muchos tejidos combinan hilos acrílicos y de algodón. Las ventajas o inconvenientes de estos combinados serán proporcionales a la(s) fibra(s) mayoritaria(s) que incorporen. Sintéticos: Muy sufridos con los trajines habituales en barcos de charter, regata o allí donde los niños pequeños son mayoría, los tejidos sintéticos (vinilo, PVC, Skai, polipiel, etc.) de alta calidad logran un aspecto y tacto parecidos a la piel, material con quien comparten una gran resistencia y facilidad de mantenimiento. Es importante utilizar gamas con tratamiento para el agua de mar y/o para utilización exterior, al tiempo que deben escogerse en un gramaje adecuado (ni mucho ni poco) para la utilización prevista. Un inconveniente de los tejidos sintéticos, sobre todo en verano, es cierta incomodidad en contacto directo con el cuerpo, impidiendo la transpiración a través de la espuma y dando la sensación de enganchar la piel a los cojines. Según su composición, hay sintéticos en casi todas las franjas de precio, llegando hasta los 80,- m/l en las gamas más elaboradas. Los tejidos sintéticos, tipo vinilo, skai o PVC, son comunes en barcos de tinte deportivo, donde la resistencia y facilidad de mantenimiento priman sobre el confort.

4 ESPUMAS: Buscando el mejor compromiso Las espumas de un barco tienen requerimientos distintos a los colchones de casa. El primero es que -por lo general- en un barco no hay somieres, que son los amortiguadores del colchón doméstico, absorbiendo hasta un tercio de los movimientos de su ocupante. En los barcos, las espumas reposan directamente sobre el contrachapado, por cuanto su grosor, dureza y densidad son los únicos responsables de que durmamos plácidamente y no nos levantemos con las articulaciones doloridas. Para garantizar el confort, las espumas deben reunir ciertas cualidades, algunas veces contradictorias entre sí. Por un lado han de ser lo suficientemente duras como para aislarnos de la tabla de contrachapado que hay debajo. Pero también deben ser lo suficientemente blandas como para ofrecer suficiente comodidad. Tercero y no menos importante, han de ser capaces de disipar la transpiración (hasta 500 cc. por noche) y el calor corporal al exterior del colchón. Normalmente, los colchones de un barco son de polieter o de poliuretano. Estas espumas se fabrican en grandes bloques que los mayoristas luego cortan al grosor y medidas solicitadas por cada tapicero. El tinte de color de la espuma solo sirve para identificar a simple vista su dureza. Una cifra de referencia en las espumas es su densidad. Una espuma de densidad 30 lleva 30 kg. de material por m3 y será generalmente más blanda y tendrá menor poder de recuperación a la deformación que una espuma de densidad 40 o 60. Decimos generalmente porque también existe el factor de dureza a la compresión, definido por otro índice. Así, en una misma densidad (poder de recuperación) hay espumas de distinta dureza (comodidad). Como puede adivinarse, el metro cúbico de espuma se encarece a medida que sube la densidad y baja la dureza. Un buen compromiso para las literas de un barco pueden ser espumas de 100/120 mm. de grosor, con una densidad entre 30 y 40 kg/m3 dependiendo de su dureza. Cuanto mayor sea la densidad, menor puede ser la dureza. Para conseguir una comodidad doméstica en las espumas se han de utilizar colchones de más de 15 cm. de grosor. En los bancos de los salones que alternen su uso como comedor y camarote se habrá de recurrir a espumas más densas para evitar la sensación de hundimiento al sentarse y es

5 posible que este necesario plus de dureza incomode la litera al dormir. Recordemos que una persona de 80 kilos sentada concentra tres cuartas partes de su peso en el asiento, por sólo 6 o 9 kilos en el respaldo (donde hay que usar espumas más blandas) y otros tantos en los pies. Durmiendo, el peso del cuerpo se reparte mucho más en toda su superficie. El látex: invertir en comodidad La espuma de látex se obtiene de un líquido extraído de un árbol tropical. Las cualidades de esta espuma son una enorme capacidad para amoldarse a la temperatura corporal Y el confort que procura gracia a su gran poder de adaptación y excelente elasticidad. Los colchones de látex son además antialérgicos y antiestáticos. En su contra están el peso (65 a 90 kg/m3) y el precio, de tres a cinco veces superior a la espuma de polieter, así como su alta sensibilidad a los rayos UV y sobre todo- a la humedad, que puede llegar a descomponerlo en los casos más persistentes. El látex tiene su mercado en barcos de cierta eslora, en largos programas de navegación y allí donde haya armadores dispuestos a invertir en comodidad, buscando el mismo confort a bordo que en su casa. Terminar diciendo que existen colchones combinando capas de polieter y látex. También hay compuestos que llevan una capa inferior de fibras naturales (especialmente coco) o entamados sintéticos para mejorar la ventilación y evacuación de humedad. Las ventajas e inconvenientes de todos estos sandwich van ligadas a las que aporten los materiales que intervienen en su composición. ALGUNOS CABOS SUELTOS * Sea cual sea el material escogido para las nuevas tapicerías, sus costuras deben realizarse con hilo acrílico (poliéster o similar). * Para los botones o elementos decorativos que se incluyan en la confección no usar metal. Mejor plástico, madera, nácar, etc. A medio plazo, incluso el acero inoxidable deja marcas de óxido en los tejidos. * Se ha de repasar el encaje de las antiguas espumas al usarlas como plantilla de las nuevas. Es normal que se hayan deformado con el tiempo. * Es recomendable llevar a bordo las muestras de tejido seleccionadas para contrastarlas con el resto de tonalidades del barco. * Las cremalleras plásticas o las cintas de Velcro son la opción más recomendable para el cierre de las fundas. Conviene lavar las cremalleras con

6 agua dulce al finalizar cada temporada, sobre todo si se sospecha que hayan podido estar en contacto con agua salada. * En el caso de que el armador -o algún pariente bondadoso- no sea especialmente hábil con la confección, es mejor dejar el tema de las tapicerías en manos de los profesionales del ramo. Partiendo de las premisas de tejidos, espumas y accesorios a emplear, no hace falta recurrir forzosamente a un tapicero de los llamados náuticos, cualquier profesional competente puede hacerse cargo del tema. * Los amateurs hábiles en confección pueden aventurarse en la renovación de sus tapicerías. Los demás es mejor que dejen el tema en manos profesionales. * La mejor manera de hacer circular el aire por las espumas, evitando condensaciones por la humedad o el sudor, son los orificios en las tapas de los cofres. Esta medida previene, de paso, los malos olores en los cofres. * Poner malla en las caras no visibles de los cojines abarata el presupuesto de tejido y mejora la ventilación de las espumas. * Dejar las colchonetas apoyadas por sus cantos en invierno es otra medida para evitar condensaciones y malos olores. * Ubicar las cremalleras o cierres a medio canto permite utilizar las piezas simétricas indistintamente por ambas caras. * Unos simples Velcros son suficientes mantener fijos cojines y respaldos. por: Enric Roselló Agradecimiento a Comercial Rupérez, empresa especialista en tapicerías náuticas, que nos facilitó mucha de la información técnica reflejada en este artículo.