ANA MARÍA GÓMEZ BASCO LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN EN TOLEDO ( Tesis Doctoral dirigida por el Dr. Isidro Sánchez Sánchez,

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1 ABRIR VOLUMEN II

2 ANA MARÍA GÓMEZ BASCO LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN EN TOLEDO ( VOLUMEN III Tesis Doctoral dirigida por el Dr. Isidro Sánchez Sánchez, profesor titular de Historia Contemporánea. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID Facultad de Geografla e Historia Departamento de Historia Contemporánea Afio 1993

3 3.6. La canflictividad. El proceso huelguístico en las relaciones del mun-et1 w do del trabajo Planteamiento general Gran parte del movimiento social acaecido en nuestros años de estudio arrancó del problema económico. La mala política económica llevó a provocar un malestar social social que desembocó en conflictividades: con flictividades derivadas del problema de las subsistencias en su amplio sentido, conflictividades derivadas de la tributación, conflictividades de las crisis de trabajo; pero es que además no sólo provocó alteraciones o corwlic tos sino que muchas veces el malestar se tradujo en huelgas propiamente dichas, donde el obrero industrial, el obrero agrícola, el funcionario etc. se enfrentó a la problemática económica o a otro tipo de problemática de orden interno, o bien relativa a leyes sociales, ordenes gubernamentales etc. tra tando de buscar soluciones. Este movimiento huelguístico se debió en gran parte a la creciente or ganización del movimiento obrero que empezó a genernr fuertes conmociones o casionando importantes huelgas de las clases trabajadoras que incluso iban más allá del propio enfrentamiento ideológico. La masa proletaria se unió formando importantes sociedades que mediante unas bases legales eran respal dadas en derechos, y que poco a poco iban siendo cada vez más importantes en número. En Toledo, como ya hemos visto, hubo gran número de ellas, tenien do un claro papel de enfrentamiento al patrono cuando surgían demandas, promoviendo importantes huelgas que eran más fácilmente ganadas ante la fuerza de la unión que cuando esas sociedades no existían, aunque, por supuesto, no todas las respaldadas por sociedades fueron ganadas. Ese movimiento social hizo en alguna ocasión idear algún sistema de hermandad en Toledo entre esas clases confrontadas, como la Sociedad Coepe 798

4 rativa de Confraternidad Social, cuyo objetivo era armonizar todas las clases sociales para que prestándose un mutuo apoyo mejorasen en situación los más necesitados, y sumándose las tres fuerzas potentes representadas por la inteligencia, el capital y el trbajo, se consiguiese no sólo la mejo ra y bienestar de las clases obreras sino también el aumento y prosperidad del trabajo y de la producción local y nacional. Para su constituoi6n tuvo lugar el 15 de mayo de 1919 una importante reunión en el Palacio de la Dipu tación a la que asistieron las fuerzas vivas de Toledo y un gran número de obreros de diferentes oficios; Antonio Reus, autor del proyecto, leyó una me mona explicando la marcha y evolución de la cuestión social en Europa, demostrando las ventajas obtenidas por los obreros de las diferentes naciones debido a este tipo de sociedades, y presentó unos estatutos que fueron apro bados (1263). No tengo datos de su evolución, pero es posible que no llegase a tener vigencia dado el desarrollo del movimiento obrero y su trayectoria huelguística en tiempo consecutivo. La trayectoria del movimiento huelguístico ocasionado en Toledo duran te este periodo de 1917 a 1923, fue similar a la marcada en toda la Nación. La desmoralización experimentada por el movimiento obrero organizado a raíz del fracaso de la huelga general de 1917, será una crisis moral que se verá compensada pocos meses después al tener conocimiento de la victorio sa revolución de los soviets de la Rusia zarista; de hecho el enfrentamiento del patrono hacia el obrero, en este momento, fue mucho más crudo que en a Lbs posteriores, ya no sólo debido a ese trasfondo internacional sino a la creciente organización obrera que hacía no reconocer las sociedades creadas, motivo por el cual, sobre todo este alio de 1917, se producirían algunas de las huelgas. En gena-al, en la práctica del movimiento obrero de aquel periodo se 799

5 veían claramente dos fases, una de ascenso y otra de declive, situando en 1921 el punto de inflexión de la curva, momento en el que se consolida la recuperación económica en Europa y se acentua la recesión en Espafia; no obs tanto, aunque 1921 se caracterizó por ese declive de lucha social después del gran movimiento social de , en no significa que no se planteasen conflictos, ya que estos continuaron aunque sin llegar a alcanzar las elevadas cifras anteriores. En lineas generales, de 1917 a 1920 las huelgas agrícolas fueron muy numerosas, centrándose sobre todo en demandas de tipo salarial que a veces fueron a la par con demandas de reparto equitativo de consumos, rebaja de comestibles, mejora de alimentación o alimento a cargo de patronos, rebaja del precio de las subsistencias o en particular del pan... algo muy en re ladón con el periodo estudiado, ya que la problemática de la carestía de la vida hizo al obrero agrícola levantarse para este tipo de peliciones. Jun to a estas también hubo otras como la disminución de la jornada de trabajo, que desde 1929 pasó a la demanda de respeto de la jornada dc 8 horas, así como supresión del destajo -~a veces con petición de ser pagado por horas y otras bases y reglamentos de trabajo; y en 1920, mejoras en las horas de jornada y ajuste de horarios. Eso sí, todas esas peticiones en menor propor ción que las de aumento de salario. La agitación agrícola de estos afios de 1917 a 1919, continuada en 1920, entra en un periodo de mayor calma en 1921 porque la intensidad decre ce un alto porcentaje y acaso sea 1922 el alio de todo el periodo en que con menor cifra contribuyen las huelgas agrícolas, aumentando de nuevo en 1923 pero no en la proporción de los primeros. Aunque también en el área rural se llevaron a cabo huelgas no agrícolas, fueron las menos. Por lo que se referís a las huelgas en la ciudad, aparte de las agrí 800

6 colas que fueron pocas, se llevaron a cabo por la mayor parte de los oficte panaderos, ebanistas, carpinteros, barberos, peluqueros, sastres, carnice ros, confiteros, electricistas, lecheros, zapateros, tejeros... demandando también mejoras salariales sobre todo, aunque también otro tipo de deman das se enfocaron por atentados contra reglamentos, jornada de trabajo, descanso dominical, reconocimiento de la sociedad obrera, nombramiento de comí sión patronal, imposición de plantillas, por desavenencias concretas contra algún obrero o por faltas de este, pero también dentro del ámbito general al mostrar solidaridad con los huelguistas del mismo ramo de la Nación, lo que ocurrió en huelgas como las de carteros, telégrafos y teléfonos, obretts de construcción, sastres, funcionarios de Hacienda o ferroviarios. En el resultado de las huelgas, hubo algunas que se ganaron, otras sé lo parcialmente y otras ocasionaron transacción. Aunque no este determinado el resultado de todas, de los datos que se tienen el mayor porcentaje se centró en las ganadas, seguidas de las de transacción y después de las gana das parcialmente y perdidas, interviniendo en muchas las autoridades locales, provinciales, como el gobernador y autoridades militares, o nacionales, como el Comité de la UGT, la Juventud Socialista de Madrid o el Gobierno en algu nas de las rurales, y en la ciudad sobre todo la J.L.R.S. constituida; pero también hubo otras dentro de estos procesos de solución sin intervención de las referidas, con gestión directa de obreros y patronos o con gestión ertre asociaciones patronales y obreras. Junto a la problemática huelguística, según dijimos al principio, tam bién hubo una problemática de conflictos que no llegaron a huelga, pero en los que se percibió parte del malestar social imperante que en su mayoría a rrancó del problema económico, me estoy refiriendo a la conflictividad den vada del problema de las subsistencias y a la conflictividad derivada del 801

7 aumento tributario que alguna vez derivó en huelga, así como a la conflic tividad derivada de las crisis de trabajo. Comenzaremos viendo las conflictividades producidas por el problema de las subsistencias y las producidas por el problema tributario, no así las originadas por las crisis de trabajo puesto que se vieron en su punto correspondiente, y tras ello nos adentraremos en el mundo del movimiento huelguísticoconflictivo laboral. 802

8 La conflictividad derivada del problema de las subsistencias a) El alio 1917 Durante este alio de 1917, destacó en la provincia algunas alteraciones o disgustos sociales por motivo de la situación de las subsistencias, como ocurrió en Puebla de Montalbán, Talavera, Pueblanueva o Portí lío, en las que la salida de ciertos productos o artículos ocasionaron el referido disgusto en la población, habiendo también otras causas en algunas. En Puebla de Montalbán, en agosto circuló el rumor de que se habla al terado el orden con motivo de que se quería impedir se cargaran carros con trigo para fuera de la población <1264). Igualmente en Talavera ese verano, al demandarse pan para Madrid, fue clausurada la Gasa del Pueblo porque se intentaba hacer coacción para oponerse en dicho envío, por lo que se reconcentraba la Guardia Civil en previsión de que se alterase el orden Yúb,~I4gg> También en Pueblanueva, en septiembre, parece ser hubo conflictos por subsistencias, ya que el telegrama recibido de Talavera de la Reina por el gobernador civil en aquel mes, decia~ Jefe linea Guardia Civil Navalnnrales concentrado en Pueblanueva. Ha transcurrí do día sin novedad. Pcblación tranquila. Practico gesticres con prcpietarios para a se~rar consuw trigo pcblación, rebaja precio aceite, evitar subida pan, caro pretenden panadervs para solucionar confliclre (1266). En Portillo, en el mes de diciembre, el alcalde Cándido Ballesteros, el teniente alcalde Martín Amesto y Aniceto Martín salieron para Madrid for mando una Comisión digna, con el objeto de visitar al ministro de Fomento y seliores gobernantes para exponer el disgusto reinante en el pueblo de Porti lío por lo que se refiere a la salida de trigos de aquella población. En di cho pueblo la mayoría de sus habitantes se dedicaban a la producción de vi 803

9 nos y otras cosas, y era escasa la cosecha de trigo que anualmente se recogía, y,por lo tanto, este grano era apenas lo suficiente para el consumo del mismo entre aquellos habitantes; pero se daba el caso y se temía de que algunos acaudalados propietarios de aquel pueblo dueños de esas cantidades de trigo, al exportarlo a grandes precios dejarían este pan a los vecinos de aquella laboriosa población. Y para evitar esto, previniendo grandes males, acudieron en sóplica de que todo esto se prohibiese; también al gober nador de la provincia se le había hecho igual petición con idénticas manifestaciones, prometiendo aquel encargarse del asunto para que todo se cumpliera con legalidad (1267). También hubo otras localidades donde hubo problemas parecidos> pero sin duda, de entre todas las alteraciones sociales de este año debidas al problema de las subsistencias, destacó el movimiento general social de agos to del que Toledo tendrá parte. Veámoslo. Antes de la huelga general de agosto de 1917, hubo una huelga ensayo en En noviembre de este albo, la UGT y la CNT firmaron un pacto de a lianza que puso a prueba su eficacia en la huelga general de 24 horas desarrollada el 18 de diciembre de dicho año (1268). El Boletín Oficial de Reformas Sociales comentaba referente a esa huel ga: El 18 de diciatre de 1916 se realizó el paro general en toda la Nación, siendo de notar que en el Manifiesto publicado por lee organizadores, fundaban su protesta en que el Gebierrio no había dado satisfacción a las dsmndas repetidas que la clase trabajadora Labia venido haciendo para abaratar los elanentos inés necesarios para la vida, ateniar la crisis de trsbajo, y, suadiendo a estos elementns de carácter - econ mico el político, ma wrplia amiistía para lee cendenados por delitos politice y sociales (1269). En efecto, el 18 de diciembre de 1916 se produjo un paro general en EspaLba debido fundamentalmente al problema de las subsistencias y del traba 804

10 jo. Antes de esta fecha, los elementos obreros habían emprendido una campa fia, pero su gestión por reclamar leyes remuneradoras para el grave conflicto del pan y el trabajo, no tuvo repercusión en los poderes públicos: acudieron a los ministerios, a la prensa, a la tribuna, pero sin llegar a ningún resultado; por todo ello, la UGT y la CNT iniciaron un movimiento legal colectivopopular para ejercer más presión sobre el Poder público en demanda de pan y de trabajo para el pueblo, y el 18 de diciembre del 1916 fue puesto en práctica (1270>. Toledo también se aunó al paro, del que el propio gobernador tuvolrd.les tras de elogio y del que el propio presidente del Consejo de Ministros habí a acudido a uno de los principales rotativos madrileños para reconocer la importancia y la legalidad del movimiento. Pero a pesar de esta legalidad, en Toledo empezaron a correr rumores de que en la Fábrica de Armas de la ciudad se cometían represalias con los obreros que secundaron el paro; el hecho fue que en la Academia Militar, habla sido despedido todo el personal civil que no había tra1~jado el día del paro (1271). Ello era una coacción ante el derecho de huelga que la Ley vigente concedía a todos los ciudadanos que estaban bajo la jurisdicción civil. IDe esta forma, la Casa del Pueblo celebró una Asamblea de directivas para dar cuenta de las represalias que se habían efectuado en varios centros del Estado con motivo del paro del día 18, que acordé celebrar un mitin de protes ta en el teatro Rojas, al que serían invitados Castrovido director del El País, Besteiro, Ovejero catedrático de la universidad Central, Marcelino Domingo, Oscar Pérez Solís y otros; y que una Comisión compuesta de todos los presidentes de las sociedades congregadas en ese domilicio social, fuesen a Madrid con objeto de presentar su protesta ante el presidente del Con sejo de Ministros y ante la prensa liberal (1272). 805

11 En la Junta general celebrada por la Sociedad de Arte de Imprimir para dar cuenta de las represalias cometidas, se acordó dar 100 pesetas a cada compañero para que pudiese ir en busca de trabajo, y se acordó que tres individuos de los talleres en que hablan prestado sus servicios los compa fieros despedidos, fuesen considerados para su día como traidores por los trabajos hechos en contra de los compañeros y contra las organizaciones a demás, estos individuos no podrían trabajar en compañía de ningún obrero a sociado fuese del oficio que fuese, y se comunicarla a todas las sociedades de Toledo, Madrid, demás provincias, y, en su día se facilitarían nombres a toda la prensa obrera nacional para que por donde fuesen, fuesen conocidos por todos los obreros conscientes (1273). En er~rn de 1917, a las 11 comenzó la reunión en la que formaron parte Eladio Moreno, de Bargas, Pedro Ortega, Félix Fernández Villar rubia y Domin go Alonso de Toledo y García Cortés de Madrid, ya que los señores Castrovi do y Ovejero no pudieron acudir. Se recibieron adhesiones de Las Herencias, Villaluenga, Talavera, Belvís, Lagartera, Valdeverdeja y Villasec4uilla entre otros, y tuvieron representación personal Polán, Bargas, Mocejón, Villa seca, Magán, Turleque y Villamiel, estando representados además, el Partido Republicano y la Junta Republicana Radical <1274). En febrero de 1917, salía para Madrid una Comisión compuesta de la ma yonía de los presidentes de las sociedades domiciliadas en la Casa del Pueblo, con el objeto de protestar en persona ante Romanones de las represalias cometidas con compañeros que secundaron el paro del día 18, y de los atrope líos de Puente del Arzobispo (1275) La Comisión en la que iban representadas todas las sociedades de la Casa del Pueblo, en unión del compañero García Cortés, visitaron al ministro de Gobernación ante la imposibilidad de hablar con Romanones, prometiendo 806

12 el señor Ruiz Jiménez preocuparse de estos asuntos con su compañero el mi nistro de Guerra (1276). La contestación fue la siguiente Comunicación con fecha 9 de marzo de 1917 por el general jefe, P.A. José E. Ceballos, que escribía desde Nadrid al presidente de la Casa del Pueblo de Toledo: Recibido en este Ministerio el escrito con fecha E de febrero próxinn pasado di rigieron a la Presidencia del Consejo de MinisÚce... manifiesto a V de orden del señor ministro que por lo que respeota a la actiind observada con los cirerce da la F~rica Nacional de Toledo, lejos de tener carácter de corrección y castigo que en el ya citado escrito exponen, se les carpensó el día de trabajo que perdieron por el referido para, dandosele en el de la Reina, considerado caro festivo, quedando pues a salvo todos sus derechzs, sin el meror asaro por parte de la dirección del referido Centro, de castigo ni corrección alguna por el acto de solidaridad por ellos efectuado (1277). Heraldo Obrero, órgano de la Casa del Pueblo de Toledo, comentaba su disconformidad sobre este Comunicado, de la siguiente forma: El carrentario a este escrito respecto a la verdad de su contenido la dejamos al buen juicio de lee obreros de aquella Fébrica, y sobre todo a lee que aún están sufriendo las consecuencias del paro. Pero para nada se menciona a la Academia de Infantería; esto es tanto caro decir que tienen razón los obreros y por consiguiente, prccedía exigir responsabilidades a las que hitiesen intervenido en la Canisión del delito, pues nosotros crearos que no es bastante a satisfacer lee deseos del pueblo el guardar silencio absoluto de - lo que no es siquiera disculpable, cuando el ministro no trata de disculparlo en su precedente carunicación, pues no alude ni directa ni indirec~ente a lo denunciado casi preferentnnente (1278). A pesar de que la huelga del 18 de diciembre se realizó de una manera legal y pacífica, 1el movimiento iniciado por la Confederación General del Trabajo comentaba el Boletín del Instituto de Reformas Sociales, seguido por los representantes de la Unión General de Trabajadores, era francamente revolucionario. Las subsistencias seguían en progresión ascendente. La Ley de subsistencias, y la Comisión creada para sus efectos, se encontraba huér fana de todo apoyo gubernamental, y en estas condiciones, los representartes de los dos organismos obreros nacionales publicaron el Manifiesto de 27 de 807

13 F marzo de 1917, verdadero clarín de combate <1279). Con esta huelga ensayo de 1916 comentaba C. Seco Serrano, el o brerismo midió su fuerza la que podía darle el acuerdo táctico entre las dos grandes centrales sindicales (1280). En marzo, como he dicho, publicaron ese mutuo Manifiesto en que se traslucía ya una amenaza, después de las ineficaces medidas ante el Gobier no, imponiendo como medida en el proletariado español la huelga general sin limitación de tiempo. En el Manifiesto comentaba el Boletín del Instituto de Reformas Sociales se protestaba de que ni los Gobiernos ni el Parlanien to hubiesen satisfecho las peticiones obreras, y que, con el fin de obligar a las clases dominantes a aquellos cambios fundamentales de sistema que garanticen al pueblo el mínimo de las condiciones decorosas de vida y desarro lío de sus actividades emancipadoras, iruponíase que el proletariado español utilizase la huelga general, sin plazo limitado, como arma más poderosa que posee para reivindicar sus derechos (1281). Pero no todo el mundo veía bien entonces una huelga general, dada las circunstancias por las que atravesaba la Nación. El Eco Toledano comentaba en un artículo de 30 de marzo de 1917 este hecho, y veía la huelga como me dro personal de los agitadores : La enérgica actitud del Gobierno y las prudentes medidas (.4 parecen haber hecho abortar el proyectado paro general... Justo es que así suceda, pues tras de esta protesta del proletariado contra la escasez y carestía de las subsistencias un espíritu medianamente observador atisba- ba ir fin revolucionario, algo así caro un Intento de provocar conflictos ~rave5 a la Nación, que en los críticos instantes porqe afravesaflus, harto tiene con res is L tir las repercusiones del conflicto europeo, que tan rudamente azota a todos los - pueblos, (...) acm Anteael aquellos peli~oque de una nts alejados huelga general se hallan ilimitada, de la contienda cuyo resultado (...) seria la L paralización de toda la vida nacional y la consiguiente lógica subida de precio de todos los artículos (...) de los escmdalos de la exportación que ha ido esquibnan do a nuestra Patria, dejándola falta de aquellas materias que aquí se prcducen y que nos son de absoluta necesidad para la subsistencia; exportación que el Gobienfl no sólo consentía con su pasividad, sino que la arípareba casi cale cosa legal y be- L 808

14 neficiosa. Por esta caisa, la opinión toda sinpatiza con cuanto suponga protesta contra aquella conducta de nuestros gcterrantes, que, ya que no totablente, pues - la causa principal del conflicto está en la ccnfla~ración europea, es en g an parte culpable de que España sufre el enorme encareciniento de las subsistencias que sir-. ve de fundamento, o de pretexto, a los seipitertios agitadores de la masa obrera para llevar a cabo la huelga, caro protesta, seg~in ellos, caíc escabel para sus medros personales, según repetidamente ha dairefrado la realidad (1282). No obstante, ante la amenaza, el Gobierno suspendió las garantías constitucionales, detuvo a los firmantes del Manifiesto y se clausuraron to dos los centros obreros (1283>. La prensa lógicamente volvió a la censura <1284). Pero la idea de un proyecto de huelga general no llegó a abortar. Las izquierdas se aunaban: el 17 de junio de 1917 celebraron una reunión contra yendo un acuerdo las fuerzas de los señores Lerroux, Álvarez e Iglesias (1285). La fuerza de este bloque acrecentaba más las dificultades que para gobernar venían encontrando los partidos monárquicos, que no llegaban a la esperada transformación necesaria y urgente a la vida del país. He aquí la declaración de los reunidos en la Junta de las izquierdas: los Cmlttns s acontecimientos ocurridos en nustro país, reveladores por cierto de una gaye crisis nacional en la que han sucutido, entre otras cosas, la esperanza por algunos soplada de hacer ca patible la dennoraoia con el actual régimen, evidencia ira vez rita la necesidad y la urgencia de que todas las izquierdas de la polití ca española, sin perder su sigaificación respectiva, mantengan ecu toda finneza la unión que hoy se establece, inspirándose al efecto, en el anhelo patriótico de salvar a España y de conseguir al propio tierno el triunfo de la soberanía popular * sin la cual nc se concibe la vida en los Estados ínnderncs Sólo, pues, rindiendo acatamientx) a la voluntad soberana del pueblo y erigiendo esta nona reguladora y fundamental de -todas las instituciones cabe restablecer a- gui el in-perio de la iroralidad y de la justicia, por la que claman inútilmente to das las clases sociales. No cabe, pues, abrigar esperanza alguia de que cori el actual régimen se corrijan les males, cada vez més hondos que padece el pais. Por tal nitivo, lee que subscriben, fieles a su prcpósitn de servir con entusias nio al interés y al prc~eso de su patria, adquieren el carpraniso de utilizar la re presentación que ostentan y su influencia en les partidos a que pertenecen, para ha cer que prevalezcan por encina de toda clase de poderes la voluntad soberana de la Nación española. Pablo Iglesias.- Melquiadez Alvarez. Alejandro Len oux (siguen las finas) (1286). 809

15 El 12 de agosto de 1917, el Comité Nacional de la UGT firmado por Francisco Largo Caballero, como vicepresidente y por Daniel Anguiano, como vicesecretario; y el Comité Nacional del Partido Socialista firmado por Julián Besteiro como vicepresidente, y Andrés Saborit como vicesecretario, conjuntamente presentaron un Manifiesto dirigido a los obreros y a la opinión pública de la Nación, en el que decían había llegado el momento de po ner en práctica sin vacilación alguna, los propósitos anunciados por los re presentantes de la UGT y la CNT en el Manifiesto subscrito por estos orgmis mos en el mes de marzo último. Además exponían como ese cambio fundamental de régimen político que demandaban, había sido corroborado por importantes organismos nacionales como la Junta de Defensa del Arma de Infantería, la A samblea de Parlamentarios y la adhesión a esta de numerosos Ayuntamientos etc., y después de exponer el lamentable estado de la vida nacional y la necesidad de cambio, y de hablar de la huelga ferroviaria que ve provocada por el Gobierno etc., pedía dicho Manifiesto la constitución de un Gobierno provisional que asuma decía los poderes ejecutivo y moderador, la cele bración de elecciones sinceras de unas Cortes Constituyentes que aborden, en plena libertad, los problemas fundamentales de la constitución política del país, y agregaba: Mientras no se haya conseguido este objetivo, la or ganización obrera se halla absolutamente decidida a mantenerse en su actibid de huelga ; finalizando con estas frases: No somos instrumentos de desonien, como en su impundicia nos llaman con frecuencia los gobernantes que padecemos. Aceptamos una misis6n de sacrificio por el bien de todos, por la salva ción del pueblo español y solicitamos vuestro concurso. Viva Espafla!<1287). Al día siguiente, el día 13, los mismos firmantes del Manifiesto firmaron una Proclama que desencadené el paro. Decía: Cbrercs nndrileños,habeis visto que la huelga general de plazo indefinido ha si 810

16 do declarada hoy en toda España. Las órdenes estén perfectamente caninicadas y tene rite la seguridad de que, a estas horas, Indos los cannradas de la UGT y del P.S. se han lanzado al novimiento - Igualmente tenains la seguridad de que vosotros cuupli réis con vuestro deber - A la huelga camaradas. Al amezar esta gloriosa jornada os saludamos frateniabnente y os ofrecairs la seguridad de que, por nuestra parte, no hatos de escatimar ni nuestro esfuerzo ra - nuestro sacrificio. Adelante, con absoluta confianza en el triunfo (1288) - Ante esto, el Gobierno reacciona deteniendo a los firmantes del Manifiesto considerados como responsables de la huelga. Fueron detenidos el 14 de agosto en la calle del Desengaño de Madrid, en casa de un obrero tipógra fo, pero no se pudo detener a Lerroux contra quien también fue dada orden de detención, porque escapó a tiempo (1289>. Junto a la orden de detención de los firmantes del Manifiesto, el Gobierno también dió orden de suspensión de las garantías constitucionales y de la clausura de todos los centros obreros, como ocurri6 tras la amenaza del Manifiesto de marzo; vino la extrema censura y el estado de guerra en la Nación. Pero cómo participa Toledo en todo esto?. Cómo participa en la huel ga general?. A principios del mes de agosto la situación estaba candente, y tras de ser firmado el Manifiesto el Gobierno trataba de atenuar todos los ruino res. El mismo día 13 de agosto del Ministerio de la Gobernación recibía el gobernador de Toledo el siguiente telegrama:?~drid, 13 (11,15> m. Ministerio de la Gcbexnación a Gobernador Para evitar que se dif\rdan amores o noticias falsas, ecunnico a V.S. que en - v~drid se hace la vida absolutanente nonral, estando abiertos todos los canernica, estáilecinientce y talleres, finicienando les tranvías y carruajes, sin que haya o- currido el menor incidente, quedando todo reducido a la huelga de albañiles, que - pennenecen en la actualidad carpletanente pacíficos (3290). Pero en la opinión general de la población, se veía vislumbrar los mo mentes críticos que se avecinaban. La inseguridad y los rumores divulgados 811

17 en Toledo mantenían la población un poco tensa. Ese mismo día 13 de agosto, aparecieron en las esquinas, letreros hechos con pintura en los que se lela: LA la huelga, hoy día 13!, y que fueron mandados borrar inmediatamente por las autoridades; además se aseguraba que órdenes gubernamentales ordenarían la clausure de la Casa del Pueblo, y se notificaba la prohibición absoluta de venta de armas de todas clases, incluso se habían recogido todas las armas de fuego y blancas, de todas las prenderías y casas en que se vendían; también otros rumores hablaban de que en diferentes pueblos de la provincia, los obreros agrícolas habían ido al paro de sus labores, ese mismo día, secundando órdenes dadas por las sociedades a que pertenecían; se hablaba tam bién a nivel nacional que entre los empleados de la Compañía de ferroviarios de M.Z. y A., se comentaba y discutía el paro del servicio en dicha Compaflí a (1291), que parecía arrastrar tras sí el paro de los demás obreros, secun dando las aspiraciones de los ferroviarios huelguistas. Pronto se decretó el estado de guerra en toda España. A pesar de que en Toledo no se había producido ningún incidente, tenía que acomodarse a la nueva orden la autoridad militar encargada del mando de Toledo y su provincia, fijando en las esquinas un Bando, el 13 de a gosto, ordenando la conducta que había de seguir el vecindario y previniendo las penalidades a los que pretendieron ser sus contraventores 4. Parece ser que fueron muchos los obreros de diferentes oficios, además de los alba no fules los que acudieron al trabajo (1292). En un telegrama cambiado entre el capitán general de la 1! Región y el ministro de la Guerra, se ordenaba se dispusiera htla urgente incorporación a las filas del Ejército, de los individuos de los cuerpos y unidades pertenecientes al cupo de los tres primeros años referentes a los de Infantería, Ingenieros e Intendencia, que se hallan disfrutando licencie tempanl 812

18 ilimitada. De esta forma, los que en esta situación y disfrutando dicha 11 cencia se hallaban en Toledo, empezaron a presentarse inmediatamente en las oficinas del Gobierno Militar, para recibir las órdenes oportunas para in corporarse a los cuerpos de que piucedian (1293) El mando del entonces gobernador civil de la provincia, Vicente Sebas tián, pasaba a la primera autoridad militar de Toledo, al general gobernador Martín Sedeño. El gobernador civil recibía el mismo día 13, numerosos telegramas de casi todos los pueblos de la provincia, en los que se notificaba haber cumplimentado sus órdenes, enviando algunos alcaldes de dichos pueblos, propfr para notificar la orden dada por el gobernador civil y haciendo saber que - había sido entregado el mando a la autoridad militar; también recibió el di a 13 un oficio de los obreros ferroviarios que prestaban servicios desde Al cázar de San Juan a Aranjuez, notificándole el planteamiento de la huelga para el día 20 de ese mismo mes, lo que hizo al gobernador devolver el afilo - cio a los ferroviarios, basándose en que no veia en forma admisible, por incumplimiento del artículo 29 de la Ley de huelgas <1294). Pero pronto fue recibido en el Gobierno Militar de Toledo, por Martín Sedeño, un oficio que comunicaba que los ferroviarios de la Compafiía ~ M.Z. y A.M.C, y P. y Villa del Prado, que afectaban a la provincia de Toledo, se retiraban de la huelga, lo que hizo retirar también las fuerzas de la Guardia Civil que estaban dispuestas en las líneas, para la protección en caso de gravedad (1295). Con motivo de toda esta nueva normativa, se empezaron a producir a rrestos aislados en diferentes sitios de la provincia: En Talavera de la Reina fue detenido un individuo llamado Mariano Llorente, que se dedicaba a hacer propaganda revolucionaria (1296). 813

19 En Navalcán con motivo de infringir la orden militar de incorpora ción a filas del Ejército, el presidente de la Gasa del Pueblo de aquel lu gar, Robustiano Gontán, ingresaba en la cárcel de Toledo el 22 de agosto, a disposición de la autoridad, por tratar de impedir que los mozos del pueblo salieran del mismo para incorporarse a filas (1297). También se produjeron diferentes arrestos en otras partes de la prcvin cia como consecuencia de las trágicas circunstancias del mes de agosto: En Consuegra se arrestaron a 9 compañeros de la Directiva de la Socie dad Obrera de aquel lugar, y al compañero Victoriano Tío que se encontraba con ellos. Tío se hallaba en Consuegra pasando una temporada de reposo cuan do estalló la huelga general, y como era socialista, fue encarcelado, y a llí estuvo hasta que el juez militar decretó su excarcelación por no hallar contra él cargo alguno <1298>. También fueron detenidos diferentes individuos de Aldeanueva de Barba y de Navalcán por motivo de los sucesos de agosto <1299). En ~neral en toda la Nación se llevaron a cabo numerosos arrestos a raíz de la huelga general, pero también desde los primeros momentos se empe zaron a libertar a muchísimos individuos que parecían no haber estado com plicados en los graves sucesos ; se libertaría a la Directiva de la Sociedad Obrera de Consuegra y a Victoriano Tío, y además de a numerosos indiví duos de diferentes sitios de la Nación; se excarceló por entonces, de Ma&id, a María Bravo, Francisco Baguña, Araquistain y al célebre Corpus Barga ; de Zaragoza, al concejal republicano Ager, al republicano José Maufré, al ferroviario José Gascón su esposa e hijos y a otros muchos; de Valladolid fueron excarcelados varios ferroviarios y el concejal radical José Garrote; así como una larga lista que se iba configurando desde un sitio a otro del país (1300>. 814

20 Pero de la provincia de Toledo, si los detenidos de Consuegra fueron soltados relativamente pronto> no ocurrió lo mismo con los de Aldeanueva de Barbarroya y de flavalcán. Mientras, por lo que respecta al Comité de Huelga, en septiembre fue levantada la incomunicación a los señores Besteiro, Largo Caballero, Anguia no y demás individuos detenidos como presuntos directores de los últimos su cesos en la casa del tipógrafo Ortega <1301); y el 29 del mismo mes en el cuartel de San Francisco, se celebró públicamente el Consejo de Guerra ordi nario contra los compañeros que configuraban dicho Comité Largo Caballero, Anguiano, Saborit, Torrent, Ortega y otros varios (1302). Estos tres prime ros y Besteiro, fueron condenados a cadena perpetua trasladándoles al penal de Cartagena en octubre, y al mes siguiente responderían de otro proceso en Madrid (1303).La absolución que se esperaba para los procesados, no alcanzó más que a Virginia González y a Juana Sanabria (1304) Por lo que respecta a la ordenativa general, en octubre el Consejo de Ministros acordaba el levantamiento del estado de guerra en la Nación, en cargándose del mando todos los gobernadores civiles el 7 de octubre (1305); además el Instituto de Reformas Sociales se dirigió al presidente del Cense jo de Ministros pidiéndole la libertad de los detenidos no sujetos a proce dimiento y la apertura de los Centros * Círculos obreros y Casas del Pueblo; de otra parte se hablaba de la conveniencia de la suspensión de las garantí as constitucionales (l306t Cuando el Decreto del restablecimiento de las garantías constituciona les llegó, y también e]. de la apertura de todos los centros sociales de la Nación, Toledo que no había participado directamente en los sucesos de agos to, de pronto se volcó con numerosas muestras de adhesión hacia los presos políticos. 815