Ciclo Formativo de Grado Superior de Gráfica Publicitaria Escuela de Arte Talavera Historia de la Imagen Gráfica I

Transcripción

1 Ciclo Formativo de Grado Superior de Gráfica Publicitaria Escuela de Arte Talavera Historia de la Imagen Gráfica I Unidad Didáctica 2 Tema 4. Asociación escritura imagen: evolución de sus manifestaciones en las culturas antiguas Como hemos visto, aunque la capacidad humana para comunicarse es tan antigua como la especie, lo cierto es que el fenómeno de la comunicación gráfica, aunque aparentemente es un fenómeno reciente (en términos relativos) se puede rastrear también desde antiguo, si entendemos como tal las primeras manifestaciones pictóricas que se han datado en el periodo paleolítico. Del mismo modo se pueden rastrear los primeros intentos de escritura en los símbolos que acompañan dichos pictogramas. Sin embargo, la contrapartida gráfica de la palabra hablada, la escritura en sí, es un hecho bastante más reciente, datando las primeras manifestaciones que conservamos en el IIº milenio a.n.e. LA REPRESENTACIÓN DE LAS PRIMERAS IMÁGENES EN LA PREHISTORIA Aunque tenemos constancia (por el registro arqueológico) de que han existido varias especies de seres humanos además del Homo Sapiens (la nuestra), lo cierto es que sólo encontramos manifestaciones que podríamos catalogar como artísticas entre nuestros ancestros directos. De hecho, aunque Homo Sapiens se desarrolló como especie desde hace años, será sólo en los últimos años cuando encontremos expresiones pictóricas conservadas en el interior de cuevas en el ámbito europeo y caucásico. Es muy probable que las manifestaciones artísticas de los hombres y mujeres modernos se vinieran realizando desde mucho antes, pero no tenemos constancia de ellas. Es posible que fenómenos tan extendidos sobre el planeta como el tatuaje, la 1

2 escarificación y la pintura corporal formaran parte de dicho bagaje cultural. Al arte desarrollado en las sociedades ágrafas del pasado se le denomina arte prehistórico. Aunque podemos englobar en las manifestaciones artísticas de estos pueblos desde su lugar de habitación a los adornos, los tejidos o las herramientas que fabricaron, en nuestro módulo didáctico sólo nos interesaremos por aquellas que impliquen la plasmación de imágenes, esencialmente el grabado, la pintura y, a veces, la escultura (generalmente el bajorrelieve). Llamaremos arte mueble a aquel que se puede transportar, como pequeños objetos o herramientas, estatuillas, etc., mientras que llamaremos arte rupestre o parietal a aquellas expresiones pictóricas que se encuentran en las paredes rocosas de cuevas, paredes o salientes. Desde mediados del siglo XX, los investigadores sobre el arte prehistórico han establecido cronologías y clasificaciones que exceden el propósito de nuestro temario. Nos será suficiente, a este nivel, constatar que se produce una evolución en las expresiones pictóricas parietales que podemos clasificar en tres grandes ciclos, estilos o escuelas representativos que constatan una evolución: La escuela franco cantábrica Se trata de las pinturas rupestres que se realizaron desde hace años hasta unos , y se localizan en su mayor parte en cuevas del área cantábrica de la Península Ibérica y en el sur de Francia. Se trata de pinturas muy naturalistas, que suelen representar animales herbívoros como caballos, mamuts o bisontes en grandes paneles rupestres, como en las cuevas de Lascaux o Altamira. También se representan, en menor cantidad, depredadores (por lo general al fondo de las cuevas), signos de todo tipo y figuras antropomorfas. Entre las primeras expresiones encontramos manos humanas en positivo y en negativo, a veces presentando mutilaciones digitales. La técnica de estas pinturas es muy depurada. Se aprovechan las protuberancias rocosas para dar volumen a las figuras y se degradan los colores para dar sensación de verismo. Se usa el grabado para marcar los bordes de las figuras, que generalmente se repasan con carbón vegetal. Se usa la policromía, desde negros y rojos a amarillos y ocres obtenidos de óxidos 2

3 minerales o tintes vegetales. A veces la pintura se soplaba mediante un canuto o se usaba algún aglutinante de base grasa, para después aplicarlo mediante pincel de pluma, pelo o fibras vegetales, o, a veces, con los dedos. Desconocemos el por qué de estas pinturas. Se han aventurado muchas teorías sobre ellas, desde la explicación más básica (se hacían por simple placer) hasta otras más complejas como la de que servían como magia simpática para la caza (ya que a veces aparecen los animales asaeteados o alanceados), que se hacían en estado de trance (teoría chamánica) o para plasmar el mundo religioso. Es característica de esta pintura la perspectiva torcida (se muestran simultáneamente de frente y de perfil partes del animal representado), las figuras en solitario (sin formar escenas) y, en caso de aparecer figuras antropomorfas, éstas aparecen de perfil. Se percibe una importante evolución que va desde el periodo auriñaciense, con figuras sólo delineadas y menos complejas (como la impronta de manos), hasta el magdaleniense, donde se da un naturalismo extremo y es frecuente el uso de la policromía. La pintura rupestre en el Mesolítico y Neolítico. La pintura levantina y la del Tassili 3

4 Hacia el final de la última de las grandes glaciaciones se observa en los grupos humanos que mientras algunos de éstos siguen con una economía cazadora recolectora, otros se van sedentarizando y protagonizan un incipiente control de la producción de alimentos (inicio de la agricultura y la ganadería). En el caso de los primeros, hablamos del periodo Epipaleolítico, mientras que en los segundos se trataría del Mesolítico. Ambos desembocarán en el Neolítico, periodo caracterizado por el sedentarismo, la economía productora (agricultura y ganadería) y cierto nivel de complejidad social. En este periodo siguen apareciendo manifestaciones de pintura parietal, aunque ahora la tendencia será a realizarlas en abrigos rocosos y salientes pétreos, con frecuencia al aire libre y rara vez en las profundidades de las cuevas. Se tenderá a representar escenas de seres humanos realizando actividades cotidianas, cinegéticas o rituales. Se tiende a la simplicidad de formas y las figuras pierden la policromía, pintándose en tintas planas aplicadas con pincel o tamponado, con los mismos colores usados durante el Paleolítico, a los que se añade a veces el blanco. Aparecen representaciones de animales con las mismas características, y, como las figuras humanas, presentan gran dinamismo y fuerte tendencia al esquematismo. Aunque encontramos pinturas de este tipo por todo el planeta (desde Australia hasta Zimbabue), las más interesantes son el denominado Arte rupestre del arco mediterráneo en la Península Ibérica (cuyos principales ejemplos podemos encontrarlos en Cogüll y en Albarracín) y las pinturas y grabados de los montes Tassili (Sáhara argelino). Ambas presentan una importante evolución que va desde las primeras representaciones de figuras individualizadas y más naturalistas a las más esquemáticas y formando escenas de gran dinamismo. La pintura esquemática 4

5 El arte rupestre propio del Neolítico europeo y de la llamada Edad de los Metales (Edad del Cobre Eneolítico o Calcolítico y Edad del Bronce), entre y años a.n.e., es el denominado arte esquemático. Se trata, como su propio nombre indica, de imágenes muy esquemáticas, de manera que a veces su significado es muy difícil de comprender. Abundan signos de todo tipo, desde serpentiformes o esteliformes a figuras zoomorfas o antropomorfas, y es frecuente encontrar los mismos motivos grabados en la roca, teniendo entonces los denominados petroglifos. A veces se da una conjunción de pintura y grabado. Las técnicas son idénticas a las de periodos anteriores, con predominio de los signos monocromos en tinta plana. Las figuras se trazan con esquematismo lineal y geométrico, siendo corrientes los plumiformes y los ramiformes y objetos de todo tipo de formas y tamaños. Su significado es en algunas ocasiones muy evidente (representaciones de armas, carros, seres humanos, escenas de caza, etc.), pero en muchas otras (cruces, espirales, puntos, estrellas, halteriformes en forma de hormiga etc.) se nos escapa. Algunos ídolos encontrados en el levante hispano se representan con los mismos motivos, por lo que se ha especulado con la finalidad religiosa de dichas manifestaciones. Encontramos manifestaciones de arte esquemático por todo el planeta. Son particularmente abundantes en toda Europa occidental, como es el caso de la Península Ibérica. En Almería aparecieron una manifestaciones en grandes dimensiones que se llamaron por ello macro esquemáticas. Son también ejemplos a destacar los petroglifos gallegos y de todo el ámbito celta y escandinavo. EL INICIO DE LA CIVILIZACIÓN: EL ORIGEN DE LA ESCRITURA 5

6 Como hemos podido apreciar, la tendencia de la pintura durante toda la Prehistoria es un continuo movimiento hacia el esquematismo, de manera que cuando lo que prima es la transmisión de información sobre la descripción se tiende a la representación sólo de los elementos más significativos, dando lugar a los llamados pictogramas, que son, en esencia, la representación simbólica de objetos concretos. Cuando estas figuras se complican y vienen a representar ideas más complejas, abstracciones o acciones, tenemos los ideogramas. El desarrollo de la escritura, como todo lenguaje visual, tuvo su origen en estas pinturas simples, ya que hay una estrecha relación entre el dibujo de dichas pinturas y los trazos de escritura. Ambas son formas naturales de comunicación de ideas, y las primeras personas usaron dibujos como una manera elemental y natural de registrar y transmitir información. Los primeros pictogramas evolucionaron de forma paulatina en varias direcciones que confluyeron en la aparición de las primeras escrituras: 1. Los ideogramas empezaron a agruparse en forma de mensajes semasiográficos (aquellos en los que la transmisión de la información es independientemente de la lengua, como los dibujos de los niños que representan acciones). 2. Pictogramas e ideogramas se fueron esquematizando y simplificando hasta desaparecer prácticamente cualquier parecido primario con el objeto, concepto o acción representados originalmente. 3. Fueron tomando valores fonéticos, de manera que el signo resultante acabó representando no sólo al concepto de referencia sino al sonido asociado con éste o con sus primeros fonemas, dando lugar a fonogramas. 4. Con el tiempo, los distintos signos gráficos se fueron estandarizando, simplificando y regularizando hasta dar lugar a las escrituras silábicas y, por fin, las alfabéticas. Las primeras manifestaciones de la escritura Si entendemos como escritura a cualquier manifestación que pretende la transmisión del conocimiento mediante un soporte gráfico, apuntar su origen es difícil y controvertido. Hasta hace unas décadas, se asumía que su origen estuvo en la civilización sumeria, hacia el IV milenio a.n.e., aunque se han venido haciendo hallazgos arqueológicos que nos hacen pensar que el origen de la escritura es mucho más temprano y mucho menos puntual que lo que se creía, de manera que surgió en varios puntos del planeta en momentos diversos. Por ejemplo, existen manifestaciones en China de una protoescritura grabada en caparazones de tortuga con una antigüedad de, al menos, 7000 años (de las que derivarían los signos ideográficos llamados kanjis). 6

7 En Europa, por ejemplo, donde se creía que la escritura se había importado de oriente hacia el II milenio a.n.e., se han encontrado una serie de tablillas grabadas con signos pictográficos en Rumanía (las Tablillas de Tartaria), datadas hacia 4500 a.n.e. De igual modo encontramos signos que se asemejan a la escritura en diversas partes de Asia y África donde se desarrollaron culturas urbanas, desde el valle del Indo hasta Egipto. La escritura cuneiforme Lo que sí es cierto es que de la primera escritura de la que tenemos constancia que forma un cuerpo estructurado y completo para la transmisión de una lengua es la sumeria, hacia 3200 a.n.e. Los sumerios, que protagonizaron una floreciente civilización basada en ciudades estado al sur de Mesopotamia, en el delta de los ríos Tigris y Éufrates, además de realizar innovaciones y desarrollar tecnología tan importante para el futuro de la humanidad como la rueda, el carro, el arado, diversos sistemas constructivos, etc., también contribuyeron de una manera transcendental al progreso social e intelectual mediante el uso de la escritura cuneiforme a partir de una protoescritura pictográfica. En Mesopotamia, con la institución del templo como centro político, religioso y económico, la escritura podría haber aparecido de forma natural por la necesidad que tenían los sacerdotes, como administradores de los bienes del templo, de llevar un registro parta su contabilidad. Los pictogramas se hacían hundiendo y arrastrando la punta de un punzón afilado sobre la 7

8 arcilla, y, más tarde, se imprimen caracteres con forma de cuña, constituyendo una escritura de signos abstractos que recibe por ello el nombre de cuneiforme. Posteriormente los signos se convierten en ideogramas, que representaban ideas abstractas, llegándose a convertir la escritura en fonogramas o símbolos gráficos convencionales para representar sonidos (fonemas, sílabas o palabras completas). La explosión se conocimientos también permite la organización de la sociedad mediante el establecimiento de reglas o leyes como en las estelas, muy habituales entre los monarcas mesopotámicos, que aunaban el uso de la escritura con la imagen propagandística de la realeza. Las más conocidas son la estela del Código de Hammurabi, estela de basalto negro con escritura cuneiforme (siglo XVIII a.n.e.) o la de Naram Sin. Aunque la escritura cuneiforme se hacía, en origen, mediante incisiones de un cálamo sobre tablillas de arcilla tierna que se dejaba secar (y a veces se cocía), se usaron variados soportes una vez que la forma de los signos se hubo estandarizado, desde la piedra (para las inscripciones oficiales) al papiro, la madera, etc. Los soportes son tan variados como los diversos usos, encontrándose desde mojones de delimitación (kudurrus), estelas, cápsulas de arcilla a modo de sobres con tablillas en su interior, libros cilíndricos o prismáticos, etc. También en Mesopotamia se encuentra el origen de la glíptica, apareciendo sellos cilíndricos donde se mezclan imágenes y escritura. Servían para proporcionar un método para probar la procedencia y posesión de objetos, propiedades y documentos. La escritura en Egipto: los jeroglíficos Se tiene constancia de la existencia de una protoescritura en el área del Nilo en fechas tan tempranas como 3300 a.n.e., fecha anterior a la unificación de Egipto como reino bajo un único soberano. Esta protoescritura primigenia tiene un carácter pictográfico y semasiográfico, y evolucionará a la llamada escritura jeroglífica. Este tipo de escritura, al contrario que la cuneiforme, se mantuvo vigente, con variaciones, durante casi tres milenios y medio. 8

9 La escritura egipcia, como muchas otras como la china o los kanjis japoneses, es logográfica, es decir, que cada uno de los signos puede representar por sí solo una palabra, un lexema o un morfema. Sin embargo, también encontramos signos silábicos y otros que representan fonemas, e incluso algunos signos mudos (llamados determinantes), que nos indican a qué familia semántica pertenece cierto jeroglífico, por lo que se trataría de un sistema mixto. Pueden distinguirse varios tipos de escritura del Antiguo Egipto: Escritura jeroglífica: es la destinada a textos religiosos e inscripciones oficiales en piedra. La grabada en piedra está muy elaborada y es trazada de manera minuciosa, conservando en muchos casos una apariencia pictográfica. Los jeroglíficos pintados (llamados también lineales) en los sarcófagos u otros elementos sagrados o del mundo funerario (como los frescos de las tumbas, los libros de los muertos, etc.) presentan una evidente esquematización. Escritura hierática: aparece hacia 1500 a.n.e., y es mucho más esquemática y angular. Se llama así por ser la escritura usada por los sacerdotes ( hieros = sagrado ). Se utiliza para documentos administrativos y de la vida ordinaria por ser más sencilla y rápida en su ejecución. Escritura demótica: aparece en la época saíta, hacia 400 a.n.e., y es más abstracta y de trazos mucho más simplificados que la hierática. Se llama así por ser una escritura más veloz y fácil de trazar ( demos significa popular ). El significado de los jeroglíficos se mantuvo en la incógnita hasta que Champollion logró descifrarlos gracias al descubrimiento de la Piedra de Rosetta, una plancha de piedra donde aparece grabado el mismo texto en griego, y en dos variantes de escrituras egipcias: la jeroglífica lineal y la demótica). La escritura puede aparecer, como se ha dicho, sobre diversos soportes (papiro, piedra, madera, etc.) y suele cubrir por completo la superficie (horror vacui). Los signos se agrupan en bandas verticales u horizontales llamadas registros. Éstos vienen definidos, generalmente, por dos líneas, ya sean verticales u horizontales, que los enmarcan. 9

10 Además de aparecer alineados en los registros, los signos también pueden aparecer dentro de una forma ovalada enmarcada por una cuerda simple o doble, llamada cartucho. Estos cartuchos se destinaban a contener el nombre de los faraones, tanto el de nacimiento como el de su ascenso al trono. El egipcio fue el primer pueblo que elaboró manuscritos iluminados en los que se combinan palabras y dibujos para transmitir información. Entre los temas que encontramos en estos manuscritos escritos con jeroglíficos lineales o en caracteres hieráticos destacan los relacionados con la vida de Ultratumba. El documento más importante de este tipo es el Libro de los muertos. Estaba dividido en capítulos y decorado con viñetas coloreadas alusivas a los textos, constituyendo una auténtica guía para el viaje al Más Allá. En el libro, que se confeccionaba personalizado e individualizado de forma artesanal por los sacerdotes del templo de Amón, el fallecido encontraba el soporte litúrgico para superar las pruebas y cumplir las transformaciones que le habrían de permitir gozar del Campo Sagrado. De entre las muchas copias que se conservan del Libro de los muertos destaca el Papiro de Ani (1300 a.n.e.) por su excelente estado de conservación, que nos permite hacernos una idea de la magnificencia de estos manuscritos en el momento de su confección. Los escribas egipcios utilizaban una tinta basada en agua (a la que se podía añadir algún aglutinante gomoso o resinoso) y pigmentos naturales como el negro de humo, que aplicaban con un cálamo (caña de papiro con corte oblicuo) o un pincel hecho de junco con un extremo machacado. 10

11 La escritura en Asia Como hemos visto, se constata la existencia de manifestaciones identificables como escritura en Extremo Oriente desde prácticamente el Vº milenio a.n.e. Hacia el año 3000 a.n.e. se documenta una protoescritura en la India, sobre láminas de cobre grabadas. Siglos después, tras la invasión aria, aparecerán dos alfabetos que consignará tanto vocales como consonantes: el kharosti y el brahmi, del que derivará la escritura devanagari, empleada en el registro de la lengua sagrada hindú, el sánscrito. La escritura china es logográfica y muy parecida en cuanto a planteamiento a la escritura del antiguo Egipto en el sentido de que posee signos derivados de pictogramas, otros de ideogramas y un conjunto sensiblemente superior de fonogramas de diverso tipo que suelen representar sílabas. Por ejemplo, el primer par de símbolos de arriba representa los pictogramas de persona (rén) y árbol o madera (mù). El segundo par sugiere el perfil de una persona encerrado en un recuadro ideograma de prisionero (qiú) y de la repetición de un árbol ideograma de bosque (lin). El tercer par lo constituyen dos fonogramas construidos a partir de los ideogramas anteriores a los que se ha añadido un radical en forma de tres gotas, lo que significa que es una sílaba perteneciente a una palabra relacionada con el agua que se pronuncia igual que el ideograma que se escribe a su lado. Así, estos fonogramas se leen también qiú y lin, pero significan cosas muy distintas (nadar y empapar o mojar ). El Descubrimiento del Alfabeto: el Alfabeto fenicio Los primeros sistemas de escritura contienen una gran complejidad en su construcción, limitando el acceso a su conocimiento. La invención del alfabeto (donde los signos tienen una correspondencia fonética) fue un gran paso adelante en la comunicación gráfica, ya que la escritura se pondrá al alcance de un mayor número de personas. El alfabeto es un conjunto de símbolos visuales o caracteres que se usan para representar sonidos elementales del lenguaje hablado (fonemas). Aunque se ignora quienes o en qué momento concreto se inventó el alfabeto, se cree que su origen está en la zona del noroeste semítico, a orillas del Mediterráneo, donde habitaban cananeos, hebreos y fenicios. Los testimonios mas antiguos que se conservan pertenecen a los fenicios, de ahí que se les otorgue la primacía histórica en el uso del alfabeto. Durante el IIº milenio a.n.e., los fenicios desarrollaron una amplia red de contactos comerciales a lo largo del Mediterráneo de manera que de forma natural precisaron de un sistema simple y sencillo para transcribir las palabras de las distintas lenguas con las que mantenían contactos comerciales. 11

12 De éste modo, hacia 1500 a.n.e. y a partir, según se cree, del sistema de escritura egipcio, se fue desarrollando un alfabeto que tomaba como referencia el fonema inicial de ciertas palabras, que pasarían a representarse por el pictograma más o menos evolucionado de dicha palabra. Por ejemplo, la palabra alef designaría al toro y se representaría por la estilización de la cabeza de este animal, así que dicho signo pasaría a representar a su sonido inicial, correspondiente con la a del alfabeto latino. El sistema de escritura fenicio es totalmente abstracto y alfabético y consta de 22 caracteres totalmente convencionales entre los que no hay vocales. No es, por tanto, un alfabeto en sentido estricto, sino lo que se denomina un abyad. La escritura de la región semítica del norte es el inicio histórico de las escrituras alfabéticas. Estos primeros alfabetos se ramificaron en múltiples direcciones. En el caso del fenicio daría lugar al alfabeto griego y éste al romano, del cual desciende el nuestro. 12

13 El Alfabeto griego Aunque existen testimonios escritos en Creta (disco de Faistos o Festos, que es, además, una de las primeras manifestaciones impresas con tipos móviles) y en las excavaciones arqueológicas de varias ciudades micénicas, lo cierto es que aún no se ha descifrado dicha escritura y se tienen indicios de que se trata a lo sumo de una escritura silábica con influjos de la jeroglífica egipcia, algo no extraño entre pueblos que mantuvieron estrechos contactos comerciales. Hacia el 900 a.n.e., los griegos adaptaron el alfabeto fenicio a su propia lengua, de manera que sustituyeron cinco de las consonantes (que no tenían correspondencia fonética con el idioma griego) por vocales. El nuevo sistema compuesto de consonantes y vocales alcanza la forma completa de 24 caracteres cuyo nombre colectivo (alfabeto) lo recibe por sus dos primera letras, alfa (α) y beta (β). Los griegos, amantes de los conceptos de simetría y armonía, aplicaron la estructura geométrica y el orden a los torcidos y dinámicos caracteres fenicios y los convirtieron en armoniosas y elegantes formas artísticas geometrizadas de gran belleza. Las letras del alfabeto griego se construyen a base de un módulo de manera que la escritura posee sencillez, operatividad, equilibrio y ritmo. 13

14 Existieron muchas variantes del alfabeto griego (así como algunos signos gráficos o letras que dejaron de usarse), aunque acabaron por unificarse en el llamado griego clásico (que coincide grosso modo con la variante del Ática, la región de Atenas), que acabaría por imponerse a las demás. El alfabeto griego engendró al etrusco, al latino y, más adelante, al cirílico, convirtiéndose en el ancestro directo de la mayoría de los alfabetos en los que se escriben las lenguas de los países occidentales. También daría lugar al alfabeto copto (o egipcio), que es en esencia el griego con el añadido de ocho signos más, de procedencia demótica, para la transcripción de sonidos que no existen en griego. Tras la expansión de la cultura griega que supuso la implantación de los estados helenísticos tras la muerte de Alejandro Magno el alfabeto griego se convirtió en uno de los motores de la unificación de la cultura occidental por su fácil manejo y adaptación a la práctica totalidad de las lenguas existentes con escasos añadidos, ya que la transcripción de cada signo corresponde a uno o dos fonemas. El empujón final a los sistemas alfabéticos de escritura en Occidente lo dio el Imperio Romano, cuyo sistema de escritura, alfabético, procede directamente del griego. 14

15 El alfabeto latino El alfabeto latino evolucionó del alfabeto griego a través del etrusco, con las innovaciones de la g y la r. La y y la z se añadieron después de la conquista de Grecia por los romanos. La j, v y w se añadieron a lo largo de la Edad Media, las dos primeras por evolución fonética de la i y de la u al tomar atributos consonánticos. La principal innovación de la escritura romana no fue tanto el uso de un sistema alfabético (cuyas ventajas hemos visto más arriba), sino, sobre todo, el esfuerzo unificador en cuanto al trazado de las letras según el soporte utilizado. En este aspecto los romanos también se vieron influenciados de manera directa por los griegos, trasladando a sus diseños la sobriedad, claridad, elegancia y armonía de las letras griegas, de modo que las tipologías que se crearon entonces se consideran, hoy día, clásicas. En un principio, las letras romanas tenían una forma única (todas eran mayúsculas o capitalis) y el carácter lineal y geométrico de los signos concebidos para ser grabados con trazos rectilíneos, e incluso no se había estandarizado el sentido de la escritura ni la orientación de las letras, de manera que se usaban tanto la forma difundida en la actualidad como la especular. Incluso se constata que los primeros documentos en caracteres latinos (como el Lapis niger 1) constituyen los llamados bustrofedon: se iniciaba la escritura en un extremo y al llegar al opuesto la dirección cambiaba, de manera que la escritura, que alternativamente se escribía de derecha a izquierda y de izquierda a derecha,l se asemejaba a los dibujos que los bueyes (bous) trazan en la tierra con el arado. Durante el periodo republicano se estandarizaron las formas y ganaron en prestancia y elegancia, de modo que las diseñadas para inscripciones arquitectónicas grabadas en piedra (las llamadas capitalis monumentalis) se adaptaron a figuras geométricas básicas (como el cuadrado, el rectángulo, el triángulo y el círculo). Las líneas geométricas de la capitalis monumentalis (mayúsculas monumentales) se trazaban alternando trazos gruesos y delgados con gran elegancia y armonía. La escritura romana no usada en escritura monumental era más liviana y flexible, y se concebía para ser trazada con cálamo. De entre los varios estilos usados, el más importante, la capitalis quadrata (mayúsculas cuadradas), se desarrolló entre los siglos II y V d.n.e. (aproximadamente). Heredaba la geometría de la monumentalis, pero aunque había espacio entre letras, éste no existía entre palabras. 1 Antigua inscripción en latín arcaico sobre una losa de color negro, de ahí su nombre. 15

16 Uno de los tipos más usados en época imperial fue la capitalis rustica. Son letras muy condensadas y se usaban para escribir más rápido, de manera más dinámica, y para ahorrar espacio. Son paradigmáticas las inscripciones encontradas en Pompeya y Herculano en formas de grafitos y anuncios en las paredes usando tanto la capitalis quadrata como la rustica. El carácter geométrico de las letras romanas tenía dependencia directa de los materiales usados en sus orígenes, ya que al ser grabadas en piedra, madera, metal y trazadas sobre tablillas de madera impregnadas de cera, los trazos tenían que ser, por fuerza, lineales y sencillos. Cuando los materiales escriptóreos fueron ganando en diversidad (papiro y pergaminos) fueron apareciendo letras más redondeadas y fáciles de trazar, las cursivas, cuya evolución, junto con las letras unciales (que veremos en la próxima Unidad Didáctica), darían origen a la minúscula carolingia y el doble sistema occidental de minúsculas y mayúsculas. En el caso de los materiales flexibles se usó el libro en forma de rollo. Al inicio de la era cristiana, un formato revolucionario, el códice, sustituiría al rollo griego y romano. Los códices son pergaminos en forma de libros que están doblados y cosidos, siendo más fácil su manejo. Además, al poder escribir por las dos caras, se ahorraba material y sitio para su almacenaje. Otros abyads y alfabetos Aunque en nuestra materia no trataremos apenas otro ámbito geográfico que el occidental (entendido éste como el heredero del mundo cultural grecolatino), en este punto no debemos olvidar que otras grandes civilizaciones y otros grandes espacios geográficos desarrollaron también escritura y alfabetos desde épocas tempranas. Entre los más importantes encontramos al abyad arameo, evolución, hacia el siglo VII a.n.e., del fenicio, y que dio lugar a una pléyade abyads y alfabetos a lo largo de todo el ámbito asiático. 16

17 Dos de los derivados más importantes son el alfabeto árabe y el hebreo, que no pueden ser considerados, en puridad, alfabetos sino abyads incompletos (porque no registran todas las vocales pero sí algunas. Cuando el arameo se convirtió en la lengua franca del imperio persa se extendió por toda Asia y dio lugar también a algunos alfabetos en los que se registran las lenguas brahmánicas, que extendieron el alfabeto junto al budismo y el hinduismo. Entre los alfabetos más importantes descendientes del arameo están casi todas las lenguas de la India, como el guyaratí, el bengalí y, sobre todo, el alfabeto devanagari, con el que se escriben lenguas tan importantes como el hindi o el sánscrito. En este caso, presenta una serie de peculiaridades. Una de ellas es que las líneas que apoyan la lectura se encuentran en la parte alta del renglón, por lo que los caracteres parecen suspendidos de ella en cada palabra. La más importante característica es que se trata de sistemas alfasilabarios o abugidas. En los alfabetos abugidas2, aunque incluyen vocales y consonantes, cada una de las consonantes lleva una vocal asociada (generalmente la a). Para representar el sonido consonántico asociado a otra vocal se recurre a signos diacríticos, así que cada consonante cambia ligeramente en cada caso. 2 De este tipo es el sistema de escritura etíope. 17

18 Tema 5. El origen del libro: los soportes de la escritura en la Antigüedad Como hemos indicado, las personas han utilizado como soporte para la escritura los más diversos materiales, desde las telas hasta pastas vegetales (como el papel), piedras, conchas de animales, etc. A lo largo de los siglos los seres humanos fueron experimentando y en cada época y lugar se encontraron una serie de soluciones técnicas encaminadas a conservar lo escrito y, en segundo lugar, almacenarlo de una manera más o menos duradera, naciendo con ello los primeros archivos y bibliotecas. El papiro En la civilización egipcia, por ejemplo, se vino utilizando, desde el III milenio a.n.e., el papiro. El papiro, que ya hacia el año 2500 a.n.e. había alcanzado una calidad inmejorable, consistía en una materia plana elaborada con una urdimbre de láminas o tiras obtenidas del tallo de una planta del mismo nombre (papyrus) que crece a la orilla del Nilo. Estas láminas o tiras se disponían primero en una superficie plana unas junto a otras en sentido vertical, tras lo que se ponía encima otra fina capa de tiras en sentido horizontal. Una vez obtenida una superficie más o menos homogénea, se machacaba para que se trabara (a veces se le añadía cola) y, una vez seco, se pulía y, si era de óptima calidad, a veces se le añadía aceite de cedro. El papiro posee unas cualidades de flexibilidad, porosidad y liviandad que lo hacen idóneo para la escritura. Además, en un buen ambiente y una buena conservación, puede durar muchos siglos. Podía incluso unirse con otros papiros por el borde longitudinal de la plancha o lámina y formar una banda más o menos larga (del orden de metros) que se podía enrollar. Estos rollos de papiro constituyen los primeros libros, y fue la forma que adoptaría el libro no sólo en el mundo egipcio sino también en las grandes civilizaciones posteriores, desde la griega hasta la romana, pasando por la persa, la hebrea, etc. Los rollos se escribían por el anverso (la parte con las láminas horizontales) con una tinta elaborada a base de hollín o carbón vegetal disuelto en agua y goma (si era negra, ya que también había tinta roja a partir de óxidos), y se enrollaban de modo que el reverso o verso (la cara con las láminas en sentido vertical) era siempre la parte que estaba en contacto con los dedos. El volumen se desenrollaba, para leerlo, de derecha a 18

19 izquierda y la escritura se disponía en columnas que se iban pasando a modo de páginas. El rotulus, por el contrario, se desplegaba de arriba a abajo. Los rollos, que medían de 15 a 17 centímetros una vez recogidos, se reforzaban con bandas de papiro en la parte longitudinal, para contrarrestar el desgaste, y se guardaban en estuches de cuero o madera o en jarras de barro cocido. Para escribir se utilizaba un trozo de junco afilado por un extremo y, a partir del siglo III a.n.e., se vino utilizando el cálamo, hecho de caña, más rígido. Los papiros de buena calidad podían durar hasta doscientos años con un mínimo de cuidados (aunque conservamos fragmentos muchísimo más longevos), por lo que pronto demostró su idoneidad para configurar los archivos y bibliotecas de la Antigüedad. Las tablillas de barro En el área mesopotámica, por el contrario, se utilizó un material abundante y barato: el barro. Para escribir, se elaboraban unas planchas delgadas que no solían ser mayores que la palma de la mano, y se hacían incisiones con un estilo, un instrumento punzante generalmente de madera. Estas incisiones adoptaban la apariencia de clavos o cuñas, por lo que esta escritura vino a denominarse cuneiforme. Las planchas o tablillas de barro, una vez escritas, se secaban al sol, y si eran de una importancia apreciable se cocían y se almacenaban para su consulta posterior. Se podían almacenar apiladas o, normalmente, guardadas en estuches, también de barro cocido, o en grandes jarras, formando a veces inmensos depósitos o archivos, como el que fue descubierto en la ciudad de Nipur. A veces estos contenedores se sellaban con barro, haciendo rodar después un sello cilíndrico que dejaba una imagen impresa para asegurarse que el contenido quedaba precintado. Sin embargo, no sólo se utilizó el barro: de la misma manera que cualquier escritura puede ser grabada en la piedra, la escritura cuneiforme no es una excepción, y se conservan hermosas pruebas de ello, como la estela del Código de Hammurabi. Con este tipo de escritura y materia escriptoria se desarrollaron los grandes imperios y civilizaciones mesopotámicos durante más de 2000 años, desde los Sumerios hasta prácticamente el Imperio Persa Aqueménida. 19

20 En este apartado debemos mencionar los ostraka. El ostrakon era un simple trozo de vasija de barro rota que se usaba a veces para grabar signos. Su mayor utilidad la tuvo en la Antigua Grecia, ya que en las elecciones ciudadanas se usó a modo de papeleta electoral, de lo cual nos quedan muchísimas pruebas materiales, sobre todo en Atenas, considerada la cuna de la democracia. Las tablillas enceradas En la antigua Grecia y en Roma, e incluso hasta bien desarrollada la Edad Media, era también costumbre utilizar para escribir una placa de madera recubierta de cera, llamadas tabulae, sobre la que se trazaban signos con un estilo. Este método tenía inconvenientes y ventajas: por una parte, el sistema era barato y rápido, y además podía reutilizarse tantas veces se quisiera; sin embargo, lo escrito no duraba demasiado tiempo, ya que desaparecía rápidamente con el roce continuado o el calor. Por ello, sólo se usó para tomar apuntes rápidos y, sobre todo, en las instituciones educativas. Es frecuente, sin embargo, ver representaciones del uso de estos instrumentos en decoraciones de cerámica griega y romana, pintura medieval, etc. Los soportes de la escritura en Asia. La antigua China En toda el área del Indostán se conservan antiguos documentos gráficos en multitud de soportes, desde las láminas de bambú anudadas a modo de lamas de persiana hasta rollos, pliegos, papel plisado (en abanico), etc. En China se constata la existencia de escritura, e incluso de literatura consolidada, desde el III milenio a.n.e., e incluso ya hay cronistas oficiales desde el II milenio a.n.e. Las primeras manifestaciones de esta escritura usaron como soporte 20

21 tablillas de madera (quizás cubiertas de cera u otra sustancia), aunque se usó todo tipo de material, desde hueso, concha de tortuga, etc., hasta el bronce. En la historia china destaca el emperador Qin Shi Huang Di, que reinó en el siglo III a.n.e., no sólo por ser el primer emperador chino digno de tal nombre, ya que unificó grandes territorios bajo su yugo, sino también por haber ordenado la destrucción de todos los libros del reino que tuvieran que ver con el confucianismo. Aunque se produjeron graves pérdidas, como es natural, este hecho sin precedentes sirvió de revulsivo al mundo de la cultura china y se produjo una explosión en la elaboración y copia de libros a la muerte del emperador que convirtió a su época en un siglo de oro de la historia del libro chino. Los libros chinos de mejor calidad se escribieron sobre seda. Se utilizó tinta negra a base de laca (savia del árbol del barniz) o con mezcla de hollín de pino y cola (tinta china), y se aplicaba con una pluma de bambú o con un pincel de pelo de camello. La China también fue la civilización que inventó el papel, casi mil años antes de que se conociera en Europa. Se realizaba a base de una mezcla triturada de residuos vegetales y llegó a hacerse de excelente calidad ya en épocas tempranas. Los chinos también inventaron la impresión en relieve en madera, la xilografía, que utilizaría como uno de sus soportes predilectos el papel, aunque no fue el único (se utilizaría también la seda y otros materiales). Además, también llegaron a inventar la imprenta de tipos móviles siglos antes que Gutenberg, aunque en un sistema como el chino, con más de 5000 caracteres, no era viable su uso y fue más cómodo, rápido y barato el uso de planchas xilográficas. Sin embargo, en la vecina Corea sí que se inventó un sistema cómodo y rápido, precisamente porque la escritura coreana utiliza un sistema que permite escribir con un conjunto muy escueto de signos. 21

22 El documento impreso más antiguo que se conoce en todo el planeta es precisamente un libro xilográfico chino, el Sutra del Diamante, un texto religioso budista, también en forma de rollo. El pergamino La gran producción de papiro de la Antigüedad no bastó para hacer frente a la gran demanda de soporte para la escritura del Imperio Romano. Así, se crearon otros tipos de materiales para la escritura. Así nació el pergamino (debe su nombre a su supuesto origen en la ciudad de Pérgamo). El pergamino es parecido al papiro, aunque de mayor grosor y menor flexibilidad, aunque en él se pueden escribir ambas caras. Se elabora a partir de una piel de cabrito joven (cuanto más joven, más fino), y se debe tensar y bruñir para que sea de buena calidad. Pese a ser un material caro, compitió bien con el papiro y lo sustituyó totalmente cuando el Imperio Romano colapsó. Desde entonces, el pergamino o la vitela (de piel de ternero) se convirtió en la base de la escritura medieval. Como el pergamino no es demasiado flexible ni resiste la torsión continuada sin deteriorarse, se prefirió desde casi un primer momento coser las páginas unas a otras no en forma de rollo sino de cuaderno, lo que dio lugar a los códices. El códice, pues, es el origen del libro moderno tal y como lo conocemos, y su uso se extendió hasta prácticamente el siglo XVI sin competencia y unos siglos más compitiendo con el papel. Para proteger el pergamino, ya en forma de códice, se le añadieron unas tapas, originalmente de planchas de madera, pergaminos viejos, etc., forradas de cuero. Con ello, ya tenemos el libro en la forma en que lo conocemos hoy en día. 22