Ante la crisis alimentaria, La reserva estratégica de granos

Transcripción

1 Ante la crisis alimentaria, La reserva estratégica de granos Diputado José Narro Céspedes Grupo Parlamentario del PRD La seguridad alimentaria es un tema vigente, que atañe tanto a países industrializados como en vías de desarrollo, puesto que desde hace unos años ha afectado al 14 por ciento de la población mundial, donde el 98 por ciento se localiza en los países en desarrollo y de ellos, el 60 por ciento que padecen hambre, son mujeres. (World Food Programme, 2010). Desde el 2007, el problema de la inseguridad alimentaria apareció de nuevo como una crisis ante los desajustes en el mercado mundial de granos y oleaginosas que repercutieron en importantes alzas en los precios de los alimentos. De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) el índice de precios de los alimentos aumentó en 2007 el 24 por ciento; y desde 2009 se han incrementado hasta un 40 por ciento. Así, los precios de los alimentos han experimentado una alza de 87 por ciento entre 2005 y Los cereales encabezan los aumentos de precios, registrando un crecimiento de 165 por ciento. Le siguen los aceites y grasas, con un alza de 150 por ciento, y los lácteos con 92 por ciento de aumento. Desde la década de los años setenta, el mundo no enfrentaba una crisis alimentaria de esta naturaleza. Sin embargo, 1

2 en convergieron una serie de factores que provocaron la espiral de precios, entre los que destacan: a) el rápido crecimiento de algunos países en desarrollo que elevaron y diversificaron su demanda por alimentos; b) La explosión de los precios de la energía; c) el uso de cereales para la producción de etanol; d) la especulación en los mercados; así como e) los fenómenos meteorológicos que han provocado una escasez imprevista en la reserva de alimentos. Este desajuste en los mercados agrícolas, ha provocado una crisis alimentaria y una inestabilidad política, social y económica en diferentes países, y se espera que estos niveles de precios continúen así en los próximos años. A principios del año se presentó el octavo incremento consecutivo de los precios de los alimentos en sus niveles más altos desde hace dos décadas. Esta situación afectará más a los países en desarrollo que importan más del 50 por ciento de sus alimentos, como es el caso de México, y afectará principalmente a los compradores directos de alimentos, como dan cuenta los resultados del estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que destaca el incremento de la pobreza en los últimos dos años, donde el número de pobres aumentó en las zonas urbanas del país. No por ello, deja de afectar a los pequeños y medianos productores que no producen lo suficiente para satisfacer sus necesidades y ante emergencias, se ven obligados a vender sus cosechas y tienen que comprar a un precio más elevado en otro periodo del año. 2

3 Debido a la creciente dependencia alimentaria, es necesario garantizar el abasto de productos básicos y por ende la alimentación a la población, la cual debe ser de calidad, con valor nutricional a precios accesibles, de forma eficiente y oportuna; así como ayudar a la incorporación de servicios que mejoren el abasto a través del apoyo comercial a productores del sector social. De acuerdo con datos del INEGI, entre el periodo los ingresos de los hogares mexicanos cayeron 12.3 por ciento, donde la mayor parte de sus ingresos la siguen invirtiendo en alimentos. Además del alza y la crisis internacional de alimentos, se debe añadir la crisis financiera que inició en Dentro de la escalada de los precios podemos observar como en tan solo un año, el precio de la tonelada de maíz casi se duplicó, mientras en julio de 2010 costaba 3 mil 800 pesos este año se elevó a 6 mil pesos, lo que revela el aumento de algunos alimentos derivados del grano, como el caso de la tortilla que se llega a vender hasta en 15 pesos el kilo. Alrededor de 22 millones de mexicanos no cuentan con los ingresos suficientes para cubrir sus necesidades alimenticias básicas, es decir, uno de cada cinco habitantes no cuentan con ingresos que les permita comer, puesto que no cuentan con 978 pesos en las zonas urbanas para comprar alimentos de la canasta básica, ni 684 pesos que costaría en las zonas rurales. Si a ello, agregamos la posibilidad de acceso a la alimentación, esta cifra se eleva a 28 millones de mexicanos. Datos del Centro de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados señalan que el índice de precios de los alimentos 3

4 continúa creciendo a un ritmo mayor que el índice nacional de precios al consumidor y esta situación podrá mantenerse mientras continúe la reducida oferta por menores cosechas ante los fenómenos extremosos como las heladas que ocurrieron a principios de año, así como las peores sequías de los últimos 70 años ocurridas en el ciclo agrícola primavera-verano de Ante esta serie de factores adversos, la FAO ha sugerido desde hace unos años, que los países con déficit en la producción de alimentos tomen una serie de medidas para reducir el impacto de los consumidores. Por lo que consideramos necesario la creación de una reserva estratégica de alimentos en México, cuyo objetivo sea contrarrestar la especulación nacional e internacional, favoreciendo la venta de la cosecha nacional y el abasto a precios accesibles a los centros de consumo rural y urbano. Para lo cual es necesario elevar la productividad agrícola, al menos en los alimentos básicos para la población, proteger a los productores nacionales y ofrecer alimento a la población ante la escasez en los mercados, para no seguir dependiendo de las importaciones, puesto que la alimentación es un aspecto clave de la seguridad y soberanía alimentaria. En cumplimiento con lo establecido en la Constitución sobre el derecho a la alimentación, así como el artículo 178 de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable donde señala que: El Estado establecerá las medidas para procurar el abasto de alimentos y productos básicos y estratégicos a la población, promoviendo su acceso a los grupos sociales menos favorecidos y dando prioridad a la producción nacional. 4

5 Para lograr dicho abasto de alimentos, la conformación de una reserva estratégica, se debe invertir en infraestructura para contar con centros de acopio, almacenamiento y conservación para la producción agropecuaria, puesto que existe una importante deficiencia al respecto. Las bodegas de mayor capacidad se encuentran en poder de trasnacionales y el resto, están concesionadas a empresas privadas. Existe una férrea oposición de un sector de la población para establecer estas reservas de alimentos, argumentando que el mantenimiento es elevado, sin embargo, si mantenemos la política de seguir importando alimentos, cada vez tendremos que gastar más dólares reduciendo así la reserva financiera del país. Con la imposición de las políticas neoliberales, se eliminó Conasupo 1998, lo que generó un desorden en el mercado de los granos que el gobierno no ha logrado resolver, puesto que además de las compras que hacía a los productores, desempeñaba un papel importante en la distribución del producto para su consumo final. En su lugar, se creó la instancia gubernamental Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca) para impulsar y enfrentar la apertura externa y la liberación de los mercados. Sin embargo, Aserca no ha favorecido a la mayoría de productores, actualmente la distribución y comercialización de los alimentos básicos de la población se encuentra en manos de empresas trasnacionales que condicionan el abasto y la comercialización con el fin de obtener estos subsidios estatales. Dentro de los parámetros del modelo empresarial, la producción de 5

6 las unidades de producción campesina resultan ineficientes, por lo que se les condena a un esquema de subsistencia y administración de la pobreza. La reserva estratégica de granos básicos, se define como el inventario físico que el país consumirá durante un periodo de dos años, el que se irá consumiendo mientras crece el nuevo cultivo y la cantidad de granos que se consumirá en el siguiente ciclo, en caso de que no se logre la producción establecida. Si se requiere alrededor de 25 millones de toneladas de maíz al año -para consumo humano, pecuario e industrial-, se deberá tomar en cuenta el potencial productivo de cada región para cubrir la demanda nacional y un excedente para ir conformando la reserva estratégica. (Barrales, S, 2009) Los productores que participen en la reserva estratégica se les debe garantizar la venta de sus cosechas, así como incorporarlos en los programas de apoyo al campo, con el propósito de estimular la producción. Se requiere una planeación seria y comprometida de todos los niveles de gobierno y producción para establecer la reserva estratégica; donde la asesoría técnica será fundamental. Afortunadamente contamos con un cuerpo de expertos en el INIFAP que pueden elaborar la propuesta técnica. Dentro de las políticas alimentarias se debe considerar reorientar el financiamiento para favorecer la producción agrícola de los pequeños y medianos productores y la creación de una reserva estratégica de granos; con el fin de fortalecer el mercado interno, regular el intermediarismo que afecta tanto a los productores que venden a precios bajos, como a los consumidores que tienen que 6

7 invertir alrededor del 50 por ciento de sus ingresos en la compra de alimentos caros. Ante el constante aumento de los precios internacionales de los granos, el gobierno federal debe invertir en la infraestructura necesaria para contar con centros de acopio y almacenamiento de granos para crear reservas estratégicas de alimentos, con el fin de concentrar la producción regional y evitar gastos de traslado de cosecha a puntos de consumo. Ante la eminencia de una recesión económica de los Estados Unidos, de la permanencia en el alza de los precios de los alimentos, de la afectación agropecuaria por el cambio climático, y con los recientes datos del Coneval que dan cuenta de la errática política agropecuaria llevada a cabo durante los últimos 25 años, donde a medida que aumenta el gasto presupuestal, aumenta también el número de pobres en el país. Se debe actuar con responsabilidad en el uso del gasto público, anteponiendo el derecho de todos los mexicanos a la alimentación, como uno de los derechos inalienable. Es por ello, que reconocemos y felicitamos a los investigadores del CEDRSSA el haber convocado a este foro tan importante, donde se presentarán propuestas de suma importancia, donde los legisladores debemos asumir el compromiso de retomarlas para tratar de incorporarlas en el próximo paquete presupuestario como parte de un plan para proteger la seguridad alimentaria de los mexicanos. Es cuanto 7