Federica Burgio. Especialista Técnico Animales de Compañía Intervet Schering-Plough

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2 En este dossier se han reunido algunos de los muchos estudios desarrollados con Scalibor a lo largo de los años y en muchos países del mundo, endémicos para la Leishmaniosis. Desde el descubrimiento de su potente efecto repelente antialimentario en 1996, el collar Scalibor ha sido objeto de intensos estudios, cuyo objetivo era la prevención de la Leishmaniosis en la población canina.

3 Entre estudios de laboratorio y pruebas de campo, Scalibor ha sido estudiado bajo varias circunstancias, en distintas áreas del mundo, con diferentes especies de vector flebotomíneo, y siempre con resultados alentadores. En Brasil, por ejemplo, se ha demostrado la eficacia del efecto antialimentario incluso frente a vectores diferentes al Phlebotomus perniciosus, durante una estación completa. En la primera prueba de campo, desarrollada en Italia, se destacó que en caso de una fuerte presión infecciosa los collares reducían el riesgo de transmisión en perros hasta el 86%. Otra prueba desarrollada en Irán, donde el perro es un importante reservorio de la Leishmaniosis humana, revela que el uso masivo de los collares Scalibor puede contribuir a la disminución de la seroconversión incluso en personas. Otros estudios de laboratorios han demostrado que los collares impregnados de deltametrina además de su potente efecto antialimentario, poseen también efecto insecticida que contribuye a la reducción de la población del vector. Finalmente otra prueba de campo desarrollada en los últimos años en Brasil, evidenció que el tratamiento masivo de la población canina, importante reservorio de la Leishmaniosis humana, podía contribuir a preservar la salud humana de esta terrible enfermedad. Gracias al uso de collares impregnados con deltametrina (Scalibor ), se consiguió una reducción de la prevalencia de la leishmaniosis canina y de la incidencia en perros y personas. Todos estos hallazgos tienen especial relevancia si consideramos la importancia de la Leishmaniosis, y no sólo en medicina veterinaria. Es fundamental estar concienciados de la trascendencia de esta enfermedad a nivel global. La Leishmaniosis está considerada por la Organización Mundial de la Salud como una zoonosis emergente, con 350 millones de personas en riesgo y 2 millones de nuevos casos al año. (WHO Technical Report Series 949, Marzo 2010). Los veterinarios de las áreas endémicas son concientes de la necesidad de reducir las infecciones mediante métodos preventivos. Sin embargo, el aumento de los movimientos de personas y animales, el cambio de la temperatura estacional, el aumento de la población vectorial o su expansión, hacen que sea necesaria una especial atención por parte de toda la comunidad veterinaria. En algunos países donde la enfermedad es endémica, los programas dirigidos a la prevención de la infección humana están enfocados al control del vector y al sacrificio de los perros seropositivos, que representan el reservorio de la enfermedad. La eficacia del programa de sacrificio de perros está siendo cuestionada tanto desde el punto de vista práctico y logístico como desde un punto de vista teórico y moral y a menudo fracasa por diferentes motivos. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que un importante número de perros infectados e infecciosos, no se identifican, por la sensibilidad de los métodos diagnósticos utilizados, o porque los propietarios, que rechazan esta práctica, no acuden a los controles periódicos. Las medidas de control para la leishmaniosis, a través del control del único reservorio doméstico, el perro, deberían integrar tres aspectos: la vigilancia de la infección en el perro, el tratamiento y la protección de perros infectados y en riesgo de infección, y medidas antivectoriales con el doble propósito de ayudar a la prevención de la transmisión de Leishmania a los perros libres de la infección, y para el control de la transmisión del perro infectado a otros perros. Federica Burgio Especialista Técnico Animales de Compañía Intervet Schering-Plough

4 índice

5 1 La biología y el control de los flebotomos. 2 Control de la Leishmaniosis canina a través del uso de collares de deltametrina. 3 Observaciones de laboratorio sobre la protección de perros de las picaduras de Phlebotomus perniciosus con Scalibor Protector Bands: resultados preliminares. 4 Evidencia adicional de la protección de los perros domésticos de la picadura de flebotomos mediante el uso de collares impregnados con deltametrina. 5 Potente efecto anti-alimentación y efecto insecticida de collares impregnados de deltametrina frente a Luztomyia longipalpis y Luztomyia Mingonei, vectores de Leishmaniosis visceral zoonótica en Brasil. 6 Collares de deltametrina o sacrificio selectivo de perros como estrategia de control de la Leishmaniosis visceral canina en Brasil. 7 Impacto sobre la incidencia de leishmaniosis canina mediante el uso en masa de collares para perro impregnados con deltametrina en el sur de Italia. 8 Control vectorial de la leishmaniosis visceral. 9 Tratamientos insecticidas tópicos para la protección de perros frente a Luztomyia intermedia, uno de los vectores de leishmaniosis. 10 Uso de los collares impregnados de deltametrina para el control de la leishmaniosis visceral Americana. 11 Collares impregnados con deltametrina para el control de la leishmaniosis canina: evaluación del efecto protector e influencia sobre el resultado clínico de la infección por Leishmania de perros callejeros de perrera. 12 Eficacia del collar Scalibor en la prevención de la Leishmaniosis canina en Túnez.

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8 La biología y el control de los flebotomos Con pocas excepciones, la leishmaniosis se adquiere a través de la picadura de una mosca flebotomínea que se haya alimentado previamente en un mamífero infectado. Las excepciones, son transmisiones muy poco frecuentes de tipo venéreo, congénitas, infecciones debidas a transfusiones de sangre o transplantes de órganos, transmisiones entre drogadictos a través de las agujas. Los flebotomos se agrupan en el Suborden Nematocera de la Orden Diptera (moscas con dos alas). No existe un acuerdo universal referente a la clasificación en los escalones inferiores, pero generalmente se incluyen en la Familia Psychodidae, subfamilia Phlebotominae. Se reconocen seis géneros, de los cuales solo dos tienen importancia médica, concretamente el género Phlebotomus del Viejo Mundo, que se divide en 12 subgéneros, y el género Lutzomyia del Nuevo Mundo, que se divide en 25 subgéneros y grupos de especies. Todos los vectores comprobados de la leishmaniosis son especies de estos dos géneros. Distribución Aunque los flebotomos se encuentran principalmente en las partes cálidas del mundo, incluyendo el sur de Europa, Asia, África y América del Sur y Central, su distribución se extiende hacia el norte hasta justo por encima de la latitud de 50 N en el suroeste de Canadá y justo por debajo de esta latitud en el norte de Francia y en Mongolia. Su distribución máxima hacia el sur se sitúa alrededor de la latitud 40 S, pero no están presentes en Nueva Zelanda ni en las islas del Pacífico. Su distribución en altura abarca desde por debajo del nivel del mar (en el Mar Muerto) hasta metros por encima del nivel del mar en Afganistán (P. rupester). Aspecto y comportamiento Los flebotomos son insectos pequeños, con un cuerpo cuya longitud raras veces supera los 3 mm. Su color oscila entre casi blanco hasta casi negro. Presentan tres características que permiten reconocerlas fácilmente: cuando están en reposo, mantienen sus alas característicamente en ángulo por encima del abdomen (Fig 1); son peludas y, cuando vienen a alimentarse de sangre, saltan típicamente de un lugar a otro sobre el hospedador hasta iniciar el proceso de picadura. Al contrario que los mosquitos, su ataque es silencioso. El comportamiento de saltos ha hecho suponer que no se dispersan lejos de sus lugares de reproducción, sin embargo, se ha demostrado que una especie (P. ariasi) se desplaza más de 2

9 Alimentación y reproducción km aunque varios estudios muestran que la distancia varia dependiendo de la especie y el hábitat y que la máxima dispersión rara vez supera un kilómetro. Estudios preliminares efectuados en un túnel de viento sugieren que su máxima velocidad de vuelo es algo menos de 1 m/seg. La actividad de los flebotomos es crepuscular o nocturna, aunque algunas especies pueden picar durante el día. Los lugares de reposo diurno son comparativamente frescos y húmedos, e incluye casas, letrinas, bodegas, establos, cuevas, fisuras en las paredes, rocas o suelo, vegetación densa, agujeros en los árboles o en las grandes raíces aéreas; madrigueras de roedores y otros mamíferos, nidos de aves y termiteros. Las hembras de la mayoría de las especies son predominantemente exofágicas (pican en exterior) y exofílicas (descansan en el exterior durante la maduración de los huevos) y no se pueden controlar eficazmente mediante el fumigado de las casas con insecticidas. Por el contrario, las especies endofílicas (descansan en el interior durante la maduración de los huevos) pueden atacarse de este modo. Los flebotomos, tanto los machos como las hembras, se alimentan de fuentes naturales de azúcar como la savia de las plantas y la ligamaza de los pulgones. Sin embargo las hembras se alimentan también de sangre, lo que les ofrece la nutrición necesaria para la producción de los huevos. El tiempo que se tarda entre la ingesta de sangre y la puesta de huevos se llama ciclo gonodotrófico. Hay diferencias entre las especies en cuanto al número de ingestas de sangre que realizan durante un ciclo gonodotrófico: algunas realizan más de una ingesta de sangre en diferentes días, mientras que otras sólo se alimentan una vez para cada puesta de huevos. Las ingestas frecuentes de sangre aumentan el contacto entre los vectores y los vertebrados, y por tanto, la eficiencia de la transmisión de leishmaniosis. Los flebotomos infectados tienden a tantear varias veces cuando pican, y este es otro factor que puede aumentar la eficiencia de la transmisión. Figura 1. Hembra de mosca de la arena flebotomínea (Young DG, Perkins PV. Phlebotomine sand flies of North America (Diptera: psychodidae). Journal of the American Mosquito Control Association 1984;44: Ilustradora: Hilda Munoz).

10 Cuando una hembra pica, inyecta saliva en la piel, lo que no sólo produce una reacción alérgica en algunas personas, sino que también se cree que desempeña un papel en la colonización de Leishmania con éxito en el lugar de la picadura. El tiempo que transcurre entre la ingesta de sangre y la maduración de los huevos depende de la especie, la velocidad de digestión y la temperatura ambiente. En las colonias de laboratorio, el periodo está comprendido entre 4 a 8 días. Los insectos grávidos ponen los huevos en nichos ecológicos determinados por la evolución, que proporcionan condiciones óptimas para las fases pre-imago. Las fases pre-imago de los flebotomos son el huevo, cuatro fases larvarias y la pupa. Aunque los lugares naturales de reproducción de los flebotomos están mal caracterizados, se sabe que las larvas son terrestres y no acuáticas, y a partir de observaciones de flebotomos de colonias, parece que sus principales requisitos son la presencia de humedad, una temperatura relativamente fresca y materia orgánica como alimento. No se pueden fijar periodos precisos para el desarrollo de las fases, ya que se afectan por la temperatura ambiente, aumentando los tiempos con temperaturas bajas y acortándose con temperaturas altas. Los huevos eclosionan habitualmente a los 7 10 días. El desarrollo larvario es relativamente lento, siendo necesarias al menos 3 semanas hasta la fase de pupa. Los flebotomos adultos salen de las pupas después de 10 días, predominando al principio los machos. Los flebotomos como vectores de Leishmaniosis Por diferentes motivos, la mayor parte de las especies de flebotomos no desempeñan un papel en la transmisión de la leishmaniosis: puede que nunca piquen a los seres humanos, su distribución puede ser diferente a la de un hospedador reservorio, sus preferencias de alimentación puede que no incluyan un hospedador reservorio o puede que no sean capaces de sostener el desarrollo de los parásitos. En el caso de flebotomos no sensibles, a menudo las leishmanias crecen bien en el intestino de la hembra mientras se digiere la ingesta de sangre, pero se pierden cuando la mosca defeca. Para sobrevivir, los promastigotes del parásito deben adherirse a las superficies internas del intestino y se ha sugerido que la adherencia al intestino medio de la mosca está mediada por el lipofosfoglicano (LPG), el glucoconjugado de la superficie celular más importante de los promastigotes, y que varía en las diferentes especies de Leishmania. Se cree que para que una mosca sea capaz de sostener el crecimiento de un parásito, la hembra debe tener los ligandos apropiados en las células del intestino medio, a los cuales sean capaces de unirse los promastigotes. Tradicionalmente, las leishmanias se dividían en especies que producían enfermedad cutánea o visceral, pero, mediante la caracterización bioquímica de los parásitos, esta diferencia se ha difuminado y se han aislado a partir de lesiones dérmicas especies que normalmente eran viscerales.

11 Control de los flebotomos El control de las leishmaniosis se ve complicado por la diversidad de vectores, parásitos y hospedadores reservorio, y las intervenciones recomendadas varían dependiendo de la estructura de los focos. Un modo seguro de controlar los flebotomos es mediante la destrucción total o la modificación de su habitat, seguido por la explotación de la tierra para garantizar que no se vuelvan a producir las condiciones adecuadas para la mosca. Tabla 1: Vectores demostrados y probables de leishmaniosis del Viejo Mundo Formas clínicas Organismo Vector demostrado Lugares de transmisión por el vector listado de leishmaniosis* causal posible ó conocidos o sospechados VL, PKDL Y ONL L. donovani s.l. P.orientalis+ Etiopía, Arabia Saudita, Yemen, Sudan VL Y PKDL P.argentipest+ India, Bangladesh, Nepal VL P.martini+ Kenia, Etiopía P.celiae+ Kenia, Etiopía P.alexandri+ China VL y CL68 L.infantum P.ariasi+ Mediterráneo occidental P.kandelakii Transcáucaso, Irán, Afganistán P.langeroni+ Egipto P.longicuspis+ Norte de África P.neglectus+ Mediterráneo oriental P.perfiliewi+ Italia, Mediterráneo oriental, norte de África P.perniciosus+ Mediterráneo occidental y central P.smirnovi China, Kazajistan P.tobbi Mediterráneo oriental, Sicilia P.transcaucasicus Azerbaiyán P.chinensis China P.longiductus Asia central ACL y LR L.tropica P.sergenti+ Norte de África, Medio Oriente, Afganistán, Irán, Transcáucaso, Mediterráneo oriental a) ZCL L.tropica P.guggisbergi+ Kenia P.aculeatus+ Kenia a) ZCL Leishmania sp. cercano a P.rossi Namibia b) ZCL L.major P.duboscqi+ África occidental, Kenia, Etiopía c) ZCL y DCL L.major P.papatasi+ Norte de África, Sudan, Asia Central, Cercano y Medio Oriente, subcontinente indio P.salchi India noroccidental, Irán P.caucasicus Irán, Asia Central P.alexandri Turkmenistán P.ansarii Irán d) ZCL y DCL L.aethiopica P.longipest+ Etiopía P.pedifert+ Kenia, Etiopía * VL = leishmaniosis visceral; PKDL = leishmaniosis dérmica post kala-azar; ONL = leishmaniosis oronasal; CL = leishmaniosis cutánea; ACL = leishmaniosis cutánea antroponótica; LR = leishmaniosis recidivans; ZCL = leishmaniosis cutánea zoonótica; DCL = leishmaniosis cutánea diseminada. Las mayúsculas de menor tamaño indican que la forma de leishmaniosis no es típica. Vector comprobado. Véase Davidson para las diferencias entre esta mosca de la arena y P. rossi. Las estructuras de los focos de ZCL del Viejo Mundo pueden caracterizarse por sus hospedadores reservorio. a) los damanes son los posibles hospedadores reservorio; b) los roedores gerbilinos y múridos son los hospedadores reservorio; c) sólo son hospedares reservorio los roedores gerbilinos; d) los damanes son los hospedadores reservorio

12 Tabla 2: Vectores demostrados y probables de leishmaniosis del Nuevo Mundo Formas clínicas Organismo Vector demostrado Lugares de transmisión por el vector listado de leishmaniosis* causal posible ó conocidos o sospechados VL y CL69-70 L.i.chagasi Lu.longipalpis+ Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Guayana, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Surinam Lu.evansi Colombia, Costa Rica, Venezuela CL L.garnhami Lu.youngi Costa Rica, Venezuela CL L.peruviana Lu.peruensis Perú Lu.verrucarum Perú CL L.lainsoni Lu.ubiquitalis+ Brasil, Perú CL L.shawi Lu.whitmani+ Brasil CL L.naiffi Lu.squamiventris Brasil CL L.colombiensis Lu.hartmanni+ Colombia Lu.gomezi Panamá, Venezuela Lu.panamensis Panamá, Venezuela CL y MC L.guyanensis Lu.umbratilis+ Brasil, Guayana Francesa, Colombia Lu.anduzei+ Brasil, Guayana Francesa CL y MCL L.braziliensis s.l. Lu.wellcomei+ Brasil Lu.complexus+ Brasil Lu.intermedia Brasil Lu.pessoai Brasil Lu.migonei Brasil Lu.amazonensis Brasil Lu.paraensis Brasil Lu.whitmani+ Brasil Lu.panamensis Venezuela Lu.ovallesi+ Venezuela Lu.yucumensis Bolivia Lu.llanosmartinsi Bolivia Lu.c.carrerai+ Bolivia Lu.ayrozai Bolivia Lu.spinicrassa Colombia Lu.colombiana Colombia Lu.pia Colombia Lu.townsendi Colombia CL y MCL L.panamensis Lu.trapidoi+ Panamá, Colombia Lu.gomezi Panamá Lu.panamensis Panamá Lu.ylephiletor Panamá CL y DCL L.mexicana Lu.o.olmeca+ Belice, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México Lu.ayacuchensis+ Ecuador Lu.ylephiletor Guatemala CL, DCL y VL L.amazonensis Lu.flaviscutellata+ Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Paraguay, Venezuela Lu.olmeca nociva Brasil Lu.reducta Brasil, Venezuela CL y DCL L.venezuelensis Lu.olmeca bicolor Venezuela CL y DCL Leishmania sp. Lu.antophora+ Estados Unidos, México DCL Leishmania sp. Lu.christophei República Dominicana DCL L.pifanoi Lu.flaviscutellata Venezuela * VL = leishmaniosis visceral; CL = leishmaniosis cutánea; MCL = leishmaniosis mucocutánea (espundia); DCL = leishmaniosis cutánea diseminada. Las mayúsculas de menor tamaño indican que la forma de leishmaniosis no es típica. Vector comprobado..algunos investigadores actualmente no aceptan la identidad de esta especie.

13 Tras los intentos intensivos para erradicar la malaria en los años 50 y 60 mediante el fumigado de las casas con DDT, hubo una fuerte caída de la prevalencia de la leishmaniosis en varios focos, pero volvió a los niveles anteriores o incluso más altos, cuando se dejo de fumigar. Esta fue la primera prueba concluyente de que, en determinadas circunstancias, las moscas flebotomíneas pueden controlarse mediante el fumigado de las casas con insecticidas. Se ha propuesto una intervención de bajo coste para el control de los vectores de la leishmaniosis canina, que podría contribuir a la eliminación de la principal fuente de infección en focos de leishmaniosis visceral humana con un reservorio canino. En experimentos de laboratorio en los que se expusieron perros sedados a la picadura de P. perniciosus (un vector ampliamente distribuido en la cuenca mediterránea occidental), se demostró que el efecto anti-alimentación de collares para perros impregnados con deltametrina (Scalibor) protegió a los perros de un 94% de las picaduras durante 34 semanas desde el momento en que se colocaron los collares a los perros. Los collares actúan como un depósito, liberando gradualmente la deltametrina en los lípidos de la piel. Se han llevado a cabo numerosas pruebas de campo controladas para ver si esta intervención puede reducir la circulación del parásito en la naturaleza y, por tanto, reducir el riesgo de infección para la población humana. Se ha comunicado que bañar a los perros en deltametrina mata a más de la mitad de los flebotomos (P. chinensis) durante 70 días, pero no se registró efecto anti-alimentación. La diferencia existente entre estas observaciones podría explicarse debido a diferencias en las concentraciones del insecticida. Ref. The Biology and Control of Phlebotomine Sand Flies R. KILLICK-KENDRICK, PhD, DSc, FIBiol Clinics in Dermatology 1999;17:

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15 Control de la Leishmaniosis canina a través del uso de collares de deltametrina La leishmaniosis canina es un problema de gran trascendencia en medicina veterinaria y aún así eclipsado por la importancia che tiene el perro como reservorio de la Leishmaniosis visceral zoonótica humana. Los intentos de control de la enfermedad canina están generalmente unidos a la necesidad de reducir el riesgo de infección para el hombre. Las medidas de control centradas en el sacrificio de los animales seropositivos, han demostrado tener un éxito limitado, la desinfestación, peridoméstica y doméstica, también utilizada en áreas endémicas, tienen también sus limitaciones. El tratamiento de los perros enfermos con fármacos antileishmania, ha demostrado tener efecto en la reducción de la proporción de los flebotomos infectados. Esto sugiere que el diagnóstico precoz y el tratamiento de los perros positivos deberían considerarse como medidas de control de la infección. Sin embargo, este planteamiento tiene unas desventajas: los perros infectados y asíntomáticos pueden escapar al control diagnóstico y seguir siendo fuente de infección; el coste de un diagnóstico a gran escala y el coste del tratamiento individual, hacen inviable esta práctica en muchas áreas endémicas para la Leishmaniosis; además hay que considerar que el tratamiento masivo de perros positivos con fármacos que se utilizan también para la leishmaniosis en medicina humana conlleva el riesgo de crear resistencias. Existe entonces la necesidad de encontrar alternativas para el control de la Leishmaniosis, y esto ha llevado a investigar el uso de insecticidas para perros que actúen contra el vector de la enfermedad. Se investigó la eficacia protectora de collares para perros hechos con plástico PVC impregnado con el insecticida piretroide deltametrina a una concentración de 40 mg/g frente a vectores flebotomos. Se alojaron los perros con collar, por separado, en recintos al aire libre (dos perros de control sin tratar se alojaron juntos), cada uno de ellos en una jaula, en las Cévennes, en el sur de Francia. El objetivo del estudio era medir la mortalidad y los efectos antialimentación de los flebotomos debido a los collares impregnados con deltametrina, que los perros llevaron de modo continuo hasta durante 8 meses. Todos los perros se sedaron periódicamente y se expusieron durante 2 h a hembras de Phlebotomus perniciosus obtenidas en condiciones de laboratorio, (junto con unos 25 machos)

16 dentro de una jaula (1,2 m cuadrados, 1,8 m alto) cubierta por una mosquitera, y situada en el interior. Después de haber retirado los perros de las mosquiteras, haber dejado que se recuperasen y devolverlos a sus perreras, se recogían todos los flebotomos muertos en el interior de la mosquitera y luego se contaban. Los flebotomos supervivientes se mantuvieron durante la noche, para luego puntuarlos según estuviesen todavía vivos o muertos, y se hubiesen o no alimentado con sangre. Se recuperaron un total de 75 hembras de flebotomos repletas de sangre de los dos perros con collar en las pruebas efectuadas 2, 3, 4, 13, 20, 26 y 34 semanas después de que los perros hubiesen empezado a llevar los collares, en comparación con 1911 de los dos perros sin collar. Por tanto, por cada 100 flebotomos que se alimentaron sobre los perros sin collar, sólo 4 se alimentaron en los perros con collar, es decir, los collares protegieron a los perros de un 96% de las picaduras, manteniéndose esta actividad hasta durante 34 semanas. Durante el mismo periodo, el porcentaje de hembras de flebotomos que se volvieron a capturar y que se habían alimentado en los perros con collar fue del 0-12%, en comparación con un 55-95% en los perros sin collar % protección Semanas después de poner los collares en perros % recaptura de hembras alimentadas en perros con collar control control collar collar Semanas después de poner los collares en perros

17 % recaptura de hembras muertas control control collar collar Semanas después de poner los collares en perros Figura 3. Traduccir texto Inmediatamente después de que los perros se hubiesen retirado de las jaulas con mosquiteras, aparecieron muertos 21-60% de los flebotomos confinados con los perros con collar, en comparación con 0-12% en el caso de los controles. Se puede concluir que, al menos en la subregión del Mediterráneo, este collar insecticida sería capaz de proteger a un perro de la mayor parte de las picaduras de los flebotomos, y mantener un cierto efecto letal durante una estación de transmisión completa. Además, parece probable que el uso de collares en todos los perros en un foco de Leishmania infantum reduciría el contacto entre los flebotomos vectores y los hospedadores reservorio caninos, lo suficiente como para disminuir el riesgo de infección tanto para los humanos como para los perros. Ref. Protección de perros de las picaduras de moscas de la arena flebotomíneas mediante collares de deltametrina para el control de la leishmaniosis canina. Killick-Kendrick R; Killick-Kendrick M; Focheux C; Dereure J; Puech MP; Cadiergues MC Med Vet Entomol;11(2):105-11, Abril 1997

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20 Observaciones de laboratorio sobre la protección de perros de las picaduras de Phlebotomus perniciosus con Scalibor Protector Bands Resultados preliminares Javier Lucientes Facultad de Veterinaria, Universidad de Zaragoza, España Resumen Se investigaron los efectos anti-alimentación de collares para perros impregnados con deltametrina (Scalibor Protector Bands) contra moscas de la arena flebotomíneas mediante la exposición de perros sedados a las picaduras de Phlebotomus perniciosus de colonias experimentales, en jaulas de tela mosquitera en el laboratorio. Se compararon las tasas de las moscas que se alimentaron sobre perros con collar con las tasas que se alimentaron sobre perros con collares placebo. En las pruebas realizadas a lo largo de un periodo de seis meses, se comprobó que los perros con collar estaban protegidos frente a un 85-98% de las picaduras de los flebotomos en comparación con los perros de control. A lo largo de este mismo periodo, el efecto letal de los collares fue de alrededor de un 50 %. Estos resultados demuestran el importante efecto antialimentación de Scalibor durante un periodo correspondiente a una estación completa de flebotomos en el sur de Europa frente al vector de leishmaniosis canina de más amplia distribución en la cuenca del Mediterráneo, y confirma observaciones previas realizadas en Francia. Palabras clave: efecto anti-alimentación, leishmaniosis canina, control, deltametrina, perro, collares para perros, repelencia, Phlebotomus perniciosus, mosca de la arena (flebotomo), Scalibor, España El objetivo del presente estudio fue determinar los efectos anti-alimentación de collares para perros impregnados con un 4% de deltametrina (Scalibor Protector Bands) en condiciones de laboratorio frente a Phlebotomus perniciosus, el vector de la leishmaniosis canina de más amplia distribución en la subregión mediterránea. Para ello se compararon las tasas de las moscas que realizaron una ingesta de sangre o que murieron tras estar expuestas durante dos horas, dentro de telas mosquiteras, a perros sedados con collares impregnados con deltametrina o con collares placebo.

21 Materiales y métodos La prueba se llevó a cabo en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza utilizando los mismos métodos experimentales que Killick-Kendrick et al. (1997). Los perros eran Beagles criados en el laboratorio: cinco llevaban collares impregnados con deltametrina (grupo tratado) y cinco llevaban collares placebo que no contenían deltametrina (grupo de control). Las mosquiteras (1.8 m de altura, 1.2 m cuadrados) estaban hechas de malla fina, exceptuando la parte inferior, que estaba hecha de algodón (Fig 1). Se accedía a las mismas a través de aberturas en la base y a lo largo de un borde lateral. Cada una de las mosquiteras fue asignada a un perro. Las moscas de la arena procedían de una colonia cerrada de P. perniciosus Mantenida en nuestro laboratorio desde 1992 utilizando métodos estándar. Las larvas se criaron en recipientes de plástico revestidos con yeso blanco y se alimentaron con una mezcla compostada a partes iguales de heces de conejo y de pienso para conejos disponible comercialmente (Lawyer et al., 1991). Veinte a treinta minutos antes de una prueba, se soltaban en cada mosquitera moscas hembra y 30 moscas macho con edades comprendidas entre 7 y 20 días. Los perros se sedaron durante un periodo de 2 horas y se introdujeron en cada una de las mosquitera (Fig 2). Todos los experimentos se efectuaron en la oscuridad en una sala con temperaturas no superiores a 22 C y una humedad relativa de alrededor del 80%. Tras 2 horas de exposición de los perros a losflebotomos, se retiraron de las mosquiteras y se peinaron para recoger cualquier flebotomo muerto que se hubiera quedado atrapado entre el pelo. Los flebotomos muertos del fondo de la mosquitera se recogieron con un cepillo (Fig 3) y los vivos se capturaron mediante un aspirador (Figs 4 + 5). A continuación, se mantuvieron en jaulas de Barraud identificadas con el número del perro. Transcurridas dos y veinte horas después del inicio de los experimentos, se contaron los flebotomos y se clasificaron como hembras repletas de sangre vivas o muertas o machos y hembras que no estaban repletas de sangre. Resultados Los datos todavía no se han analizado completamente, pero los resultados preliminares se muestran en la Tabla. El efecto anti-alimentación se calculó comparando los resultados obtenidos con los perros tratados y los perros de control. El cálculo se efectuó dividiendo la diferencia entre el número medio de flebotomos que se alimentaron sobre los perros de control y el número medio que se alimentó sobre los controles.

22 Figura 1. Mosquitera en la que los perros se expusieron a las picaduras de Phlebotomus perniciosus. Figura 2. Perro sedado en el interior de una mosquitera. Fig 3. Recogida de flebotomos muertos dentro de una mosquitera. Fig 4. Recogida de flebotomos vivos con un aspirador: vista desde el interior de una mosquitera. Fig 5. Recogida de flebotomos vivos con un aspirador: vista desde el exterior de una mosquitera.

23 control control collar collar semanas después de la colocación de los collares Figura X. Efectos anti-alimentación de collares para perros impregnados con deltametrina calculados mediante la comparación de resultados obtenidos con perros tratados y de control. El efecto anti-alimentación fue notablemente elevado (<90 %) durante las primeras 20 semanas, siendo del 85% a los 6 meses. A lo largo de todo el periodo del estudio se calculó un efecto letal medio del 50%. Discusión En términos generales, los resultados confirman los obtenidos por Killick-Kendrick y col. (1997) que, con la misma especie de flebotomo y condiciones experimentales que en este trabajo, observaron que los collares impregnados con deltametrina protegieron a los perros de un 96 % de las picaduras a lo largo de un periodo de 7 meses y medio. Sin embargo, sus perros de control no tenían collares, mientras que en el presente estudio los perros llevaron collares placebo. Esto indica que el efecto anti-alimentación se debe a la deltametrina y no a otros productos utilizados en su fabricación. El alto grado de protección frente a las picaduras proporcionado por los collares persistió a lo largo del periodo de 6 meses de observación. Esto coincide con una estación completa de flebotomos en España y en otros países de la cuenca Mediterránea. Esta protección, junto con la alta mortalidad de los flebotomos hembra que entran en contacto con los perros que llevan collares impregnados con deltametrina, sugiere claramente que un amplio uso de Scalibor reduciría el riesgo de transmisión en países del sur de Europa donde la leishmaniosis canina es endémica. Bibliografía Canine Leishmaniasis: an update (Ed. R. Killick-Kendrick). Proceedings of the International Canine Leishmaniasis Forum, Barcelona (Sitges), Enero 1999, págs 92-94, Hoechst Roussel Vet Killick-Kendrick, R., Killick-Kendrick, M., Focheux, C., Dereure, J.,Puech, M. P. & Cadiergues, M. C. (1997). Protection of dogs from the bites of phlebotomine sand flies by deltamethrin collars for the control of canine leishmaniasis. Medical and Veterinary Entomology, 11: Lawyer, P. G., Rowton, E., Perkins, P., Johnson, R. N. & Young, D. G. (1991). Recent advances in laboratory mass rearing of phlebotomine sand flies. Parassitologia, 33 (Suppl.):

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25 Evidencia adicional de la protección de los perros domésticos de la picadura de flebotomos mediante el uso de collares impregnados con deltametrina En muchos focos de leishmaniosis visceral zoonótica (LVZ), los perros domésticos son importantes hospedadores reservorio de los parásitos causales del género Leishmania, que se transmiten por los flebotomos (Diptera:Psychodidae). En estas áreas, con tasas elevadas de transmisión de Leishmania infantum, se lleva a cabo a menudo el sacrificio selectivo de perros domésticos infectados para controlar la leishmaniosis visceral zoonótica (LVZ). Sin embargo, se ha cuestionado la eficacia de esta estrategia, tanto por motivos logísticos como teóricos. El objetivo de este estudio es evaluar el efecto protector de los collares para perro impregnados de deltametrina frente a Phlebotomus papatasi (Scopoli) en Irán, demostrando que, tal y como se había comunicado previamente frente a P.perniciosus en Francia, también son evidentes efectos repelentes de los collares para perros impregnados con deltametrina frente a P. papatasi, que igualmente se alimenta tanto de los perros como de los seres humanos. Los collares de deltametrina podrían proporcionar a los propietarios de los perros un modo de protección de sus animales frente a la infección por LCan, y, si se implantase a nivel de la comunidad. La menor frecuencia de ingesta de sangre de los flebotomos en los perros (los hospedadores reservorio) podría producir una reducción significativa la capacidad vectorial, reduciendo de este modo la incidencia de LVZ en el hombre. Teniendo en cuenta las conocidas respuestas variables a los piretroides de las diferentes especies de mosquitos, debe evaluarse la aplicabilidad a mayor escala de este nuevo dispositivo de control mediante estudios experimentales, para determinar si la capacidad repelente y/o los efectos letales de los collares de deltametrina tienen la misma potencia frente a toda la variedad de flebotomos vectores. También es necesario determinar la persistencia de la eficacia de los collares en las diversas condiciones climáticas de las diferentes zonas endémicas de LVZ. Lo más importante es que es necesario evaluar los potenciales efectos epidemiológicos de la implantación a nivel comunitario de los collares para perros mediante pruebas de intervención controladas. Se evaluó la eficacia de estos collares en perros del noroeste de Irán, una zona muy estudiada de LVZ endémica, donde hay programado un estudio de intervención. Los resultados demuestran

26 que los collares para perro impregnados con deltametrina son eficaces frente a una variedad de especies de flebotomos. El estudio se llevó a cabo durante Agosto de 1999 en el distrito de Azar Shahr de la provincia de Azerbaiyán Oriental en Irán. Cada noche en que se efectuó un ensayo experimental, se sedaron uno o dos perros con acepromacina y se introdujeron de modo individual en jaulas con mosquiteras en forma de tienda por separado. El fondo de la mosquitera se cubrió con cartón (por motivos de aislamiento y protección de la tela) y con lámina de plástico (para recoger la orina o las heces de los perros). Inicialmente, durante la primera semana del experimento, se efectuó una sola prueba sin collar con cada uno de los perros de un grupo de siete perros guardianes de gran tamaño. Se aplicó el collar Scalibor a todos los perros, y se repitió la evaluación entomológica después de que el perro hubiese llevado el collar durante 8 días. Cada perro se introdujo siempre en la misma jaula durante las pruebas sucesivas, permaneciendo el collar puesto en el perro durante todo el procedimiento de ensayo. Cada noche en que se llevó a cabo la parte entomológica del estudio, se recogieron adultos silvestres de flebotomos con un aspirador durante las primeras horas del anochecer en los lugares de reposo en las paredes dentro de las casas en el pueblo de Khanehga, donde la especie predominante de flebotomo es P. papatasi. Aproximadamente a las horas se introdujeron flebotomos (excluyendo los que presentaban en su abdomen cualquier signo de haber efectuado una ingesta de sangre previa) a través de mangas adaptadas a cada mosquitera conteniendo un perro sedado enjaulado. Siete horas después, a las 6:30 horas de la mañana siguiente, se retiraron de las tiendas todas los flebotomos que se podían recuperar mediante un aspirador, se separaron en insectos que habían o que no ingerido sangre (mediante examen con una lupa de mano) y se registró el número de vivos y muertos. Los supervivientes se introdujeron en tazas de plástico cubiertas con malla y conteniendo papel de filtro. Se colocaron torundas de algodón con solución de glucosa sobre la malla para proporcionar una fuente de alimentación y de humedad. Se volvió a determinar la tasa de mortalidad de los flebotomos a las 19:30 horas (es decir, 20 h después del inicio de la prueba), y a continuación se mataron con humo las que habían sobrevivido. Se contaron entonces todas los flebotomos, se aclararon con hidróxido potásico, se montaron en portas y se identificaron mediante examen microscópico. Solamente se tuvieron en cuenta para los resultados los insectos de la especie P. papatasi.

27 La presencia de los collares en los perros redujo significativamente el porcentaje de P. papatasi hembras que realizaron una ingesta de sangre de alrededor de 80%. Los perros que llevaban los collares fueron picados por alrededor de un 80% menos de flebotomos que antes de poner los collares. Las tasas de mortalidad de los flebotomos tras 20 h de exposición a los perros con collares (18%) o sin collares (17%) no presentaron diferencias significativas. El efecto de los collares se evaluó después 8 días tras la aplicación del collar. La reducción de la ingesta de sangre de P. papatasi observada en los perros cuando llevaban collares de deltametrina confirma el valor potencial de este sencillo dispositivo para la protección de los perros frente a la LCan. Ya que son necesarias dos picaduras en diferentes individuos hospedadores (con un intervalo de días) para mantener la transmisión de Leishmania, un 80% de reducción de la alimentación con éxito debería ser suficiente para reducir la incidencia de modo significativo. Un estudio previo efectuado en Francia frente a Phlebotomus perniciosus Newstead, utilizando perros de menor tamaño, demostró que no se alcanza el efecto máximo de los collares hasta haber estado puestos durante 2 semanas o más, manteniendo su eficacia durante al menos 8 meses y teniendo un efecto letal sobre una proporción significativa de de los flebotomos expuestos. Los presentes resultados con P. papatasi, que confirman que este sencillo dispositivo proporciona una protección eficaz frente a los flebotomos, se consideran lo suficientemente prometedores como para justificar una prueba de campo a nivel de comunidad con collares para perro impregnados con deltametrina frente a los flebotomos vectores de LVZ en Irán. Ref: Evidencia adicional de la protección de los perros domésticos de la picadura de moscas de la arena mediante collares impregnados con deltametrina P. HALBIG, M.H. HODJATI*, A.S. MAZLOUMI-GAVGANI*, H. MOHITE* y C.R. DAVIES Medical and Veterinary Entomology (2000) 14,

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30 Potente efecto anti-alimentación y efecto insecticida de collares impregnados de deltametrina frente a Luztomyia longipalpis y Luztomyia Mingonei, vectores de Leishmaniosis visceral zoonótica en Brasil La leishmaniosis visceral (LV) es una de las enfermedades del mundo transmitidas por vectores más importantes. La LV ocupa el segundo lugar entre las infecciones parasitarias, estando sólo por detrás de la malaria (Murray y Lopez 1996). Constituye un grave problema de salud en los estados del noreste de Brasil y en el estado de Minas Gerais, y hay bastantes evidencias de que el perro doméstico es un importante hospedador reservorio. La mosca flebotomínea Lutzomyia longipalpis es el vector del parásito Leishmania chagasi, que en esencia no se distingue de Le. infantum del Viejo Mundo. Se ha intentado controlar la LV mediante el sacrificio de perros seropositivos y mediante la fumigación con insecticidas en áreas peridomésticas. El coste de estas actividades de control entre 1984 y 1996 en Brasil superó los 96 millones de dólares. Sólo en 1995, el personal implicado en el programa de control era de un total de personas. A lo largo de siete años, se fumigaron con insecticida casi 1 millón de casas y se tomaron muestras de sangre de 6.5 millones de perros para serología, sacrificándose perros seropositivos (según datos publicados). A pesar de este esfuerzo, la morbilidad y mortalidad en la población humana sigue siendo inaceptablemente alta, y la posibilidad de reducir el riesgo de infección a niveles despreciables mediante los métodos utilizados en la actualidad es remota. Al contrario del sacrificio de los perros seropositivos, la colocación de collares sería más sencilla y aceptable para los dueños de los perros en situación de riesgo. En este trabajo se demostró que los collares para perros impregnados con deltametrina son eficaces para prevenir que los flebotomos neotropicales Lu. Longipalpis y Lu. migonei piquen a los perros durante al menos seis a ocho meses además de matar a la mayoría de estos vectores. Se sometieron a prueba collares para perro de PVC impregnados con deltametrina para comprobar su eficacia para proteger a los perros de la picadura de los flebotomos Lutzomyia longipalpis y Lu. migonei. Anteriormente se había demostrado un efecto protector contra la especie del Viejo Mundo Phlebotomus perniciosus.

31 Se mantuvieron cuatro perros con collares con deltametrina y tres perros con collares sin tratar (no impregnados con deltametrina) en perreras separadas durante más de ocho meses en un pueblo en las afueras de Fortaleza en Ceará, Brasil. Periódicamente se sedaba un perro de cada grupo, y se introducía durante 2 h en una jaula de tela mosquitera en la que se habían soltado min antes 150 hembras de mosca de la arena. Se utilizó Lu. longipalpis 4, 8, 12, 16, 22, 27, y 35 semanas después de la colocación de los collares y se utilizó Lu. migonei 3, 7, 11, 15, 22, 26,y 36 semanas después de la colocación. Durante 35 semanas sólo un 4.1% (81 de 2.022) Lu. longipalpis recuperados de las mosquiteras con los perros con collares con deltametrina estaban repletos de sangre, lo que representa un efecto anti-ingesta de sangre (anti-alimentación) del 96%. Inicialmente, la mortalidad se situó por encima del 90% y a las 35 semanas era del 35%, muriéndose la mitad de los flebotomos a lo largo de las 2 primeras h. Por el contrario, un 83% de los 2,094 Lu. longipalpis recuperados de las mosquiteras con los perros con collares no tratados estaban repletos de sangre y en una ocasión la mortalidad estuvo comprendida entre cero y 18.8%, muriéndose un 1.1% durante las primeras 2 h. Se obtuvieron hallazgos similares con Lu. migonei: de un total de 2,034 flebotomos recuperados a lo largo de este periodo, solamente 70 estaban llenas de sangre, con un efecto anti-ingesta de sangre del 96,5%, y una mortalidad comprendida entre un 91% inicial y un 46% a las 35 semanas. Por el contrario, el porcentaje de vectores repletos de sangre de los controles estaba comprendido entre un 91 y un 71%, y la mortalidad oscilaba entre un 3.5% y un 29.8%.. Estos estudios demuestran que los collares impregnados con deltametrina pueden proteger a los perros contra los flebotomos brasileños hasta durante ocho meses. El hallazgo efectuado en nuestro estudio de que sólo un 1% de los escasos flebotomos que se han alimentado permanecen vivos después de la primera picadura debería reducir significativamente la circulación del parásito Leishmania cuando el perro sea el hospedador reservorio principal. Esto es especialmente cierto ya que los flebotomos tienen que picar dos veces para transmitir el parásito Leishmania al hospedador reservorio, y los collares deberían reducir en gran medida los pases del parásito de perro a perro al igual que del perro al hombre. De hecho, según Killick Kendrick(1999), es probable que el riesgo de infección para el hombre en los lugares donde el perro sea el hospedador reservorio predominante se vería reducido significativamente o disminuiría hasta un valor cero. Estos collares de deltametrina no deberían tener el efecto indeseable de hacer que las flebotomos piquen a los seres humanos en vez de a los perros. Una vez que se hubieran dirigido a los perros, la

32 mayoría de las flebotomos morirían antes de realizar una ingesta de sangre, por lo que se infectarían muy pocos de las flebotomos restantes que aun quedasen vivos. Por tanto, hay que considerar su utilidad para un programa de control de la leishmaniosis visceral humana y canina Ref. Deltamethrin-impregnated Dog Collars Have a Potent Antifeeding and Insecticidal Effect on Lutzomyia longipalpis and Lutzomyia migonei John R David/+, Luisa M Stamm, Haroldo Sergio Bezerra*,Raimundo Nonato Souza*, Robert Killick-Kendrick**,José Wellington Oliveira Lima* Mem Inst Oswaldo Cruz, Rio de Janeiro, Vol. 96:

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35 Collares de deltametrina o sacrificio selectivo de perros como estrategia de control de la Leishmaniosis visceral canina en Brasil. Los perros domésticos (Canis familiaris) son hospedadores reservorio de la leishmaniosis visceral zoonótica (LVZ), una enfermedad infantil causada por Leishmania infantum y transmitida por moscas flebotomíneas o sandflies (dípteros flebotomos). Uno de los planteamientos para reducir la incidencia de la LVZ humana es el sacrificio selectivo de perros infectados. En Brasil, en particular, se efectúa anualmente un cribado de 850,000 perros, sacrificándose 20,000 animales al obtenerse un diagnóstico positivo. Se ha puesto en duda el impacto de este programa de sacrificio selectivo sobre la incidencia de la LVZ tanto por motivos teóricos como prácticos, y los resultados de los estudios de sacrificio selectivo controlados son equívocos. Los estudios experimentales han demostrado que los insecticidas tópicos, y en particular los collares para perro impregnados con deltametrina (CDM), pueden proteger a los perros de un 85% de las picaduras de los flebotomos hasta 6 meses. Las pruebas de campo en áreas endémicas de LVZ en Italia e Irán han demostrado adicionalmente que los perros que llevan CDM durante una estación de transmisión tienen un riesgo significativamente menor de infectarse por L. infantum; y la prueba efectuada en Irán proporcionó la primera evidencia de que el suministro de CDM a los perros de todo un pueblo puede producir una reducción significativa de la tasa de incidencia de L. infantum en los niños de estos pueblos. Probablemente este efecto epidemiológico no sólo está mediado por la disminución de la tasa de picadura de los perros por los flebotomos sino también por el aumento de la mortalidad de los vectores que intentan alimentarse de perros que llevan collar. Estos resultados ofrecen un fundamento firme para suponer que poner CDM a los perros puede constituir una alternativa eficaz al controvertido programa de sacrificio selectivo de perros en Brasil. En estudios recientes se han confirmado los efectos anti-picadura de los CDM frente a Lutzomyia longipalpis, el vector de LVZ en todo Brasil y en la mayor parte de Latinoamérica, reduciendo la tasa de picaduras a los perros entre un % durante hasta 35 semanas. En este trabajo se presentan los resultados de la primera de tres pruebas para el estudio de CDM en Brasil en condiciones de campo. El objetivo de este estudio fue evaluar si el CDM puede reducir la incidencia de leishmaniosis visceral canina (LCan) en una situación de campo en Brasil, y, en caso de hallazgo de evidencias positivas, desarrollar un modelo matemático para investigar la probabilidad de que el suministro a gran escala de CDM en Brasil logre un mayor control de la LVZ que el actual programa de sacrificio selectivo de perros.

36 Se pusieron durante 5 meses collares impregnados con deltametrina (CDM) a 136 perros en una zona endémica de leishmaniosis visceral zoonótica (LVZ) en Brasil, disminuyendo durante este periodo de modo significativo la probabilidad de aumento de sus títulos de anticuerpos anti-leishmania en un 50% (95% intervalo de confianza 29 87%, P = 0:01) en comparación con una población de 97 perros de la misma ciudad sin collares y con prevalencia pre-intervención. La modelización matemática sugiere que bajo las condiciones típicas de LVZ en Brasil, el impacto epidemiológico del uso de CDM en toda la comunidad debería ser mayor que la estrategia de sacrificio selectivo de perros utilizada actualmente ya que estas estrategias se ven especialmente obstaculizadas por el largo retraso entre la toma de muestras de los perros, el diagnóstico de LCan y el sacrificio. Hay evidencias de que este retraso puede ser de hasta 90 días, persistiendo los perros infectados como fuente de infección para los vectores flebotomos e impulsando la transmisión de LCan. Además, la prueba diagnóstica utilizada por el programa de control brasileño (IFAT sobre eluato en papel de filtro) para el cribado en masa de los perros puede que no presente una sensibilidad del 100% para los perros infecciosos: un estudio sugiere que hasta un 65% de los perros infectados no se detectan mediante el diagnóstico de LCan basado en IFAT. Además el efecto de los programas de sacrificio se ve adicionalmente menoscabado por la entrada de nuevos perros infectados en las zonas de sacrificio. Por tanto, es probable que se sacrifique en nuestro modelo un número de perros sustancialmente inferior al 50% ya que no se detectan o porque los propietarios se niegan a que sus animales sean sacrificados. Esto parece confirmarse en nuestro lugar de estudio, ya que a pesar del sacrificio de los perros por las autoridades sanitarias locales un mes antes de la prueba de intervención, la prevalencia media pre-intervención en los dos grupos de estudio fue del 16%. Actualmente hay cada vez más evidencias de que los CDM no sólo protegen a los perros de las picaduras de los flebotomos, sino también de la LCan. Ya que los perros son reservorios de la LVZ, los hallazgos sugieren que los CDM podrían ser también eficaces para controlar la enfermedad humana en Brasil. Nuestras simulaciones indican que para lograr un impacto epidemiológico significativo sobre la transmisión de LCan, son esenciales tasas altas de cobertura con collares para perro, esto no sólo requiere la rápida sustitución de los collares perdidos, sino también poner collares a los perros nuevos que ingresan en la población. Ref Constituyen los collares para perros impregnados con insecticida una alternativa viable al sacrificio selectivo de perros como estrategia para el control de la leishmaniosis visceral canina en Brasil? Richard Reithingera,b,*, Paul G. Colemana, Bruce Alexanderb, Edvar Paula Vieirac, Geraldo Assisc, Clive R. Daviesa

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38 Impacto sobre la incidencia de leishmaniosis canina mediante el uso en masa de collares para perro impregnados con deltametrina en el sur de Italia Los perros constituyen el reservorio doméstico de Leishmania infantum, el parásito que produce la leishmaniosis visceral humana (LV) tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo. Las formas clínicas de leishmaniosis canina (LCan), que se caracterizan por signos víscero-cutáneos de evolución crónica, aparecen en menos de un 50% de los perros seropositivos. Por otro lado, los animales seropositivos, tanto sintomáticos como asintomáticos, son infectantes para los flebotomos vectores. Se ha demostrado que la detección en masa, el sacrificio selectivo y/o el tratamiento farmacológico de perros infectados tienen un impacto sobre la reducción de la transmisión de la leishmaniosis en áreas endémicas tanto del Viejo como del Nuevo Mundo, aunque la eficacia y la rentabilidad de la eliminación de los perros seropositivos se ha cuestionado recientemente. En países del sur de Europa, donde la LCan está ampliamente distribuida y las tasas de seroprevalencia pueden alcanzar un 40% en algunos focos, el sacrificio de perros seropositivos no se considera aceptable, y por tanto se utiliza el tratamiento farmacológico como la estrategia principal para el control de la enfermedad. Las estrategias actuales en Italia pretenden en parte reducir la incidencia de LCan utilizando un tratamiento en masa justo al inicio de la estación del flebotomo. El control dirigido a reducir aún más la prevalencia de LCan es importante para el control de la LV en la población humana. Estudios recientes sobre la eficacia de la colocación de collares impregnados con deltametrina a los perros han demostrado que estos collares protectores reducen significativamente tanto las ingestas de sangre como las tasas de supervivencia de las hembras de Phlebotomus perniciosus y P. papatasi que se han confinado con los perros. Se ha indicado que cabe esperar que esta medida de control pueda proteger a los perros de la mayor parte de las picaduras por los flebotomos y mantener un efecto protector y letal durante una estación completa de transmisión. Se ha sugerido, en particular, teniendo en cuenta sus efectos a largo plazo (hasta durante 34 semanas) que el uso de collares en la mayor parte de los perros en un foco de L. infantum, podría reducir suficientemente el contacto entre los vectores y los hospedadores reservorios caninos como

39 para reducir el riesgo de infección tanto para los perros como para los seres humanos. El objetivo del estudio de Maroli et al. fue llevar a cabo una evaluación de la eficacia en condiciones de campo de los collares impregnados con deltametrina en un foco de LCan en el sur de Italia, mediante la estimación del impacto de esta medida sobre la incidencia de LCan en comparación con la existente en perros de una zona de control en la que no se pusieron collares. El estudio se llevó a cabo en cinco municipios del área del Monte Vesuvio, una zona densamente poblada de la región de Campania incluyendo alrededor de 20 pueblos más algunos distritos periféricos de la ciudad principal, Nápoles. Esta área es un foco antiguo y estable de LV zoonótica, actuando como vector el flebotomo Tras un recrudecimiento en , en 1996 se inició un proyecto de control de LCan de 3 años de duración. Este proyecto consistió en actividades de educación sanitaria, detección de casos de LCan mediante encuestas serológicas masivas y tratamiento farmacológico de perros seropositivos o eutanasia de los casos clínicos más graves de LCan. El número total de perros examinados hasta finales de 1997 fue de 2237, de los cuales 521 (23.3%) eran seropositivos. Aprovechando las actividades de control en curso, se seleccionó San Sebastiano al Vesuvio como área de intervención y se designaron otros cuatro pueblos (San Giorgio a Cremano, Santa Anastasia, Pollena-Trocchia y Massa di Somma) como lugares de control. Se pusieron durante dos estaciones sucesivas de transmisión (Junio Octubre) collares impregnados con deltametrina (Scalibor, Intervet Schering-Plough). En 1998 se pusieron collares a 350 perros (de los cuales 31 eran cachorros), lo que correspondía a aproximadamente un 70% de la población canina de San Sebastiano al Vesuvio. En 1999, se pusieron collares a 354 perros, utilizando collares de 48 cm o de 65 cm dependiendo de su tamaño. Doscientos setenta y ocho de ellos eran perros del año anterior y 76 eran perros nuevos, 20 de los cuales eran cachorros. El número de perros de control fue de 371 en 1998 y 264 en En los cuatro pueblos de control, continuaron las actividades de vigilancia descritas tal y como estaban planificadas. Antes de cada periodo de transmisión, se evaluó la seroprevalencia de LCan en los municipios de intervención y de control mediante un muestreo representativo. Después de cada estación de transmisión, se determinaron las tasas de incidencia de seroconversión en perros adultos seronegativos antes del inicio de la estación evaluada, y también en cachorros.

40 Después de la estación de 1998, un 2.7% de los perros del municipio de intervención presentaron seroconversión, en comparación con un 5.4% en las ciudades de control (50% de protección, P = 0.15). Tras la estación de 1999, presentaron seroconversión un 3.5% de los perros con collar en comparación con un 25,8% de los perros de control (86% de protección, P < 0.001). El aumento de las tasas de seroconversión registradas en los perros de control sugiere un aumento de presión de la infección por Leishmania en el reservorio canino durante la estación de flebotomos de 1999, hecho respaldado por el aumento concomitante de los casos humanos en los municipios de control. El efecto protector de los collares, que se pusieron a una elevada proporción de perros en San Sebastiano al Vesuvio, se debió de modo presumible tanto a un efecto anti-alimentación (protección individual) como a un efecto letal (protección en masa) frente al vector Phlebotomus perniciosus, tal y como se ha demostrado previamente en pruebas de laboratorio. Las cifras de casos registrados de LV humana en el área del estudio son demasiado bajas como para permitir un análisis significativo, sin embargo, es interesante señalar que, aunque no se produjeron casos durante ambos años de intervención en San Sebastiano al Vesuvio, se registraron casos de LV humana en alguno de los municipios de control después de la primera estación y dos o tres casos en todos ellos después de la segunda. Este estudio es la primera prueba de intervención dirigida a evaluar el impacto de los collares sobre la transmisión de Leishmania, evaluando la incidencia de la infección en un número elevado de perros a lo largo del tiempo en un foco mediterráneo estable de LCan. Las características epizootiológicas de la zona de estudio y las variaciones estacionales de prevalencia e incidencia son similares a las de otros focos de LCan en el Mediterráneo, y al inicio de la prueba se llegó a la conclusión de que debía continuar durante al menos 2 años. El diseño del estudio se facilitó por las actividades de control en curso frente a LCan, especialmente la educación sanitaria, y las encuestas serológicas masivas efectuadas en la zona antes de empezar. Los resultados finales del estudio sugieren que el impacto del uso en masa de collares para perros impregnados con deltametrina sobre la incidencia de LCan puede ser muy alto cuando la presencia de transmisión es elevada.

41 Tabla 2: Seroprevalencia acumulada de leishmaniosis canina registrada en en cinco municipios del área del Monte Vesuvio, provincia de Nápoles Municipio Nº de perros examinados Nº de perros positivos % San Sebastiano al Vesuvio San Giorgio a Cremano* Santa Anastasia Pollena-Trocchia Massa di Somma Total Tabla 4. Número de perros positivos x número total de perros sometidos a pruebas serológicas antes y después de cada estación de transmisión (Junio-Octubre), respectivamente Perros con collar Perros de control Periodo del estudio Antes de Junio Nov. Mayo* Antes de Junio Nov. Mayo* /350 6/224 54/371 16/ /354 4/114 25/264 24/93 * Perros seronegativos sometidos a prueba después de cada estación de transmisión, y cachorros nacidos después del periodo de transmisión anterior 30 Tasa de seroprevalencia Tasa de seroconversión (*)(**) control perros collares perros (*) (**) Año epidemiológico Después de la estación de transmisión Fig. 1. Tasas de seroprevalencia y seroconversión registradas en perros con collar y perros de control antes y después de cada estación de transmisión. * y ** indica una diferencia muy significativa (P < 0.001) mediante el test exacto de Fischer de una cola. Ref. Evidence for an impact on the incidence of canine leishmaniasis by the mass use of deltamethrin-impregnated dog collars in southern Italy M. M A R O L I, V. MI Z Z O N I *, C. S IRAGUSA*, A. D ORAZI * and L. G R A D O N I Medical and Veterinary Entomology (2001) 15, 358±363