La auditoría en 2015: el dictamen fiscal optativo y su relación con la ética del Contador Público

Transcripción

1 La auditoría en 2015: el dictamen fiscal optativo y su relación con la ética del Contador Público Introducción Como sabemos, las funciones que puede desempeñar un Contador Público hoy en día son muy complejas, extensas y completas que requieren compromiso, actitud y, sobre todo, pasión por la profesión. Estas funciones van desde lo general a lo específico, el panorama laboral que tiene un contador es muy extenso, entre los cuales destacan áreas clave de desarrollo profesional como la auditoría, la consultoría, la gestión empresarial, así como los aspectos financieros y fiscales. Una auditoría define completamente la esencia del Contador Público, ya que el resultado de ésta, a través del conocimiento profesional, brinda apoyo y seguridad al cliente respecto a su situación financiera. Como se sabe la auditoría es un trabajo complejo que requiere de una extensa metodología para llevarse a cabo. Por otra parte, la ética del Contador es esencial para la toma de decisiones que ejecuta cotidianamente. Sabemos que con el paso del tiempo las autoridades han establecido mejores controles (contables, tributarios, legales, entre otros), los cuales han puesto muchas veces en riesgo la ética y sentido común de muchos profesionales, llevándolos a olvidar las buenas prácticas y hacer las cosas por la salida fácil. En octubre de 2013, de acuerdo con la reforma fiscal aprobada por el Congreso de la Unión, se determinó que la presentación del dictamen fiscal será opcional, lo que ha causado inquietudes dentro de nuestra comunidad, pues muchos se preguntan que pasará con la auditoría?, la profesión será menos interesante para las nuevas generaciones?, cuál será el impacto a nivel nacional e internacional de esta situación?

2 Desarrollo El dictamen fiscal ha sido un medio de comprobación y confiabilidad para las empresas. Éste se hace constar por la firma de un Contador Público certificado, a través de la emisión de una opinión con base en la situación actualizada contable y financiera de la empresa. Asimismo, la validez del dictamen ha sido reconocida por las autoridades competentes relacionadas con la materia, como un documento que proporciona certeza y confiabilidad sobre la situación del contribuyente. Se sabe que con el paso de tiempo el dictamen fiscal ha mostrado cambios significativos para efectos fiscales, este año no fue la excepción. La preparación de dicho dictamen involucra al contribuyente, al Contador Público y al Fisco (organismo público que se encargan de la recaudación de impuestos). En octubre del 2013, el Congreso de la Unión aprobó una reforma fiscal en la que se establece que el dictamen fiscal será opcional de conformidad con el artículo 32-A del Código Fiscal de la Federación (CFF): aquellas personas físicas con actividades empresariales y las personas morales, que en el ejercicio inmediato anterior hubieran obtenido ingresos acumulables superiores a cien millones de pesos, que el valor de su activo determinado por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT) sea mayor a setenta y nueve millones de pesos, o que por lo menos trescientos de sus trabajadores les hayan prestado servicios en cada uno de los meses del ejercicio inmediato anterior, podrán a partir del siguiente año optar por presentar el Dictamen Fiscal. Por el contrario, todas las entidades paraestatales de la Administración Pública Federal no podrán optar por lo mencionado en el presente ensayo. En comparación con lo que ese artículo señalaba el año pasado, ahora ya no existe obligación alguna para que el contribuyente deba dictaminarse. Como contadores esto debe ser un incentivo para buscar soluciones relacionadas a la fiscalización del contribuyente, o acaso las épocas de dictámenes fiscales quedarán en el olvido de los auditores?

3 Este artículo será aplicable hasta 2015, una vez que se presenten los últimos dictámenes fiscales obligatorios pertenecientes a este año (2014). Aristòteles Núñez Sánchez, Jefe del Servicio de Administración Tributaria (SAT), declaró a El Economista a finales de septiembre del año pasado que aproximadamente de 100 dictámenes fiscales presentados a las autoridades, 98 contenían irregularidades (presentación de información maquillada o incompleta), lo que generaba al contribuyente un costo adicional, por lo que las autoridades se dieron cuenta que no se estaba cumpliendo el propósito principal del dictamen. En la mayoría de las ocasiones los auditores están expuestos a la emisión de opiniones o entrega de trabajos con un bajo nivel de certeza, profesionalidad y confiabilidad, ya sea por cuestiones de tiempo, conflictos de intereses, problemas de familiaridad, o bien por algún otro tipo de amenaza que los involucre, algo que aunque parezca extraordinario, sucede comúnmente en el ámbito laboral. Actualmente, la comunidad de contadores se encuentra en una situación de preocupación, desconcierto y tristeza ante los cambios que se vivirán a partir del siguiente año, no me dejarán mentir todos aquellos que se han dedicado a esta área tan completa por años, así como los que vamos comenzando nuestra vida laboral. La auditoría es y ha sido un área que requiere mucha capacidad y entrega por parte de los profesionistas, la cual como contraprestación brinda un desarrollo íntegro personal y profesional, que se rige por normas, códigos y, sobre todo, por el sentido común. Las Normas Internacionales de Auditoria (NIA) nos delimitan muchas cuestiones que se deben aplicar a los proyectos realizados, tanto por auditores independientes como por las grandes Firmas. Estas Normas le proveen al contador el cómo y cuándo debe evaluar situaciones, hacer pruebas, emitir opiniones, elaborar informes, determinar sus objetivos, evaluar riesgos, evidenciar su trabajo y, lo más importante para nuestro caso, cómo dictaminar. Me sorprende que incluso teniendo presente estos importantes parámetros, las autoridades fiscales tomaran esta decisión, la cual hará que las labores de auditoría se reduzcan, lo que, incluso, dejará sin trabajo a muchos.

4 Por otro lado, las Entidades Paraestatales no podrán optar por el dictamen fiscal. Este tipo de organismos sólo necesitarán presentar una declaración informativa sobre su situación fiscal, conforme a lo establecido en el artículo 32-H del Código Fiscal de la Federación. Esto nos demuestra que optar por la presentación del dictamen fiscal está dejando al aire una forma clave de fiscalizar a los contribuyentes, y no sólo eso si no que también está perjudicando a nuestra profesión. Por ejemplo, en el mundo exterior muchos despachos pequeños están enfocados únicamente en la auditoría, específicamente la fiscal, los cuales se verán directamente afectados por esta reforma, especialmente a causa de los dictámenes fiscales. Por lo tanto, todos aquellos contribuyentes que decidan optar por dictaminarse a partir del 2015 tendrán por cumplidas las obligaciones de presentar su declaración informativa respecto sobre su situación fiscal. En lo personal, el dictamen muestra una fotografía clara de la situación financiera y fiscal de los grandes y pequeños contribuyentes, con las que el fisco pudo haber seguido haciendo revisiones, ya que en un dictamen es más fácil y claro encontrar incongruencias o bien determinar que está bien o mal presentado que en otros documentos de comprobación, como lo es un simple cotejo entre los anexos del dictamen. Las autoridades pudieron delimitar nuevos parámetros dentro del mismo SIPRED para darle mayor credibilidad y seguridad al dictamen presentado por parte de los contribuyentes. Por otra parte, específicamente para el caso de los pequeños contribuyentes, este tipo de documentos de fiscalización (dictámenes) no son más que un simple vaciado de su información, ya que no es necesario aplicar las pruebas selectivas y exhaustivas para comprobar su información. Finalmente, me gustaría abordar un tema que también tiene una importancia relevante, de manera conjunta, con el contribuyente, las autoridades fiscales y el Contador Público, de acuerdo con lo que establece el artículo 42 del CFF. Las autoridades fiscales tendrán facultades de comprobación con el fin de que se corrobore que los contribuyentes o bien los responsables solidarios estén cumpliendo con las disposiciones fiscales vigentes.

5 Las facultades más destacadas que podrán desempeñar las autoridades son: revisar aquellos errores numéricos, u omisiones en el dictamen; revisar el domicilio del contribuyente; realizar visitas domiciliarias, y, a mi parecer la más importante, la revisión del dictamen emitido por el Contador Público. Las facultades de las autoridades indican que, en primer lugar, se contactará al auditor por parte de las autoridades para realizarle una revisión; si llegara a darse el caso de que con este se encuentren errores, podrán ir directamente a revisar al contribuyente. De acuerdo con lo que me han comentado compañeros de trabajo con más experiencia y lo que he podido escuchar vagamente entre comentarios, esto presentaba muchas ventajas tanto para el contador como para el contribuyente, ya que al momento de que las autoridades llegaran a revisar al contador, este comienza a ganar tiempo para que sobre las incongruencias, errores u omisiones encontradas, el contribuyente pudiera comenzar a trabajar o realizar las modificaciones respectivas. Una vez que llegara el turno del contribuyente éste ya tendría trabajado el asunto en cuestión. Este tipo de casos suceden comúnmente en la práctica, haciendo que el contador olvide sus principios éticos y el sentido común. Conclusiones En la actualidad, el Contador Público juega un papel muy importante en la sociedad empresarial, pues, en una analogía muy acertada, un contador es el doctor de cualquier entidad, el cual diagnostica cuál es el problema, busca alternativas de solución y finalmente la ayuda a sanar. La eliminación (no obligación) de presentar el dictamen fiscal, que puede desacreditar la profesión poco a poco con el paso del tiempo, por lo que nos corresponde como contadores buscar alternativas y soluciones que ayuden a eficientar las cargas laborales, y, sobre todo, buscar brindarle al cliente la misma seguridad de su posición financiera y fiscal como se ha venido haciendo, a través de nuevos instrumentos o bien de instrumentos existentes con mejoras relevantes.

6 Como lo han comentado expertos en la materia (socios de grandes Firmas, docentes universitarios, etc.), el siguiente paso será retomar el aspecto financiero (dictamen financiero) por medio del cual le podamos mostrar al cliente una fotografía real de su situación financiera ejercicio tras ejercicio. Como principiantes en la profesión, en un futuro nos corresponde crear e innovar procesos que ayuden conjuntamente a las autoridades y al contribuyente para la fiscalización del mismo, ya sea o no a través del dictamen. Es decir, debemos crear nuevos métodos de comprobación, elaboración de documentos y presentación de información; por ejemplo, nuevos sistemas de control interno, papeles de trabajo en los que se puedan identificar partidas importantes y documentos más comprensibles, para que las autoridades competentes en materia tributaria puedan tener un fácil acceso e identificar con mayor rapidez aquellos rubros en los que se necesiten hacer confirmaciones, o bien que puedan encontrar contingencias que comúnmente se les pueden ir de las manos. Dentro del mundo laboral contable se aproxima una época difícil y critica, ya que muchos despachos que se dedican específicamente a realizar funciones de auditoría verán disminuido considerablemente el trabajo de la elaboración del dictamen fiscal, lo que representará un golpe muy fuerte tanto laboral como económico para muchos. Esto debido a que el contribuyente decidirá si es conveniente o no optar por dictaminarse, por lo que los procesos que se toman en cuenta en una auditoría para elaborar el dictamen fiscal podrían venirse abajo. La pérdida de clientes ya se está comenzando a percibir, ya que muchos no optarán por dictaminarse, así dejarán de pagar ese costo que les causaba la presentación del mismo. En este sentido, las repercusiones se notarán directa o indirectamente en ciertas ramas empresariales, no sólo las contables. Esta situación conllevará a los auditores contemporáneos a buscar una nueva rama de especialización en la cual será más competitivo el mercado laboral (más de lo que ya es), demandará mayor calidad, objetividad, dedicación y pasión por parte del profesionista. La reducción de nuestro campo de aplicación re-direccionará la demanda

7 de los contadores en los aspectos financieros, de gestión empresarial, consultoría fiscal, etc. En realidad, esta situación relacionada con el dictamen nos causa un daño o un beneficio a futuro como profesionistas? En efecto, la eliminación del dictamen representa ambos supuestos. Sin embargo, por qué no tomar esto como una oportunidad de crecimiento, la cual nos permita buscar alternativas para perfeccionar y rediseñar nuestras labores. Con esto no quiero decir que el trabajo de los auditores esté totalmente perdido, ya que como comenté anteriormente, éstos buscarán la forma de innovar sus rutinas laborales. Por otro lado, que las disposiciones legales vigentes (en relación al caso, mencionadas en el CFF) no obliguen al contribuyente a dictaminarse, tampoco implica que se dejen de dictaminar, ya que para para las empresas la auditoría seguirá siendo una forma de poseer la certeza sobre su posición financiera. Asimismo, desde un punto de vista personal, aquellos contribuyentes que sigan optando por el dictamen otorgarían la satisfacción y confianza de que están haciendo las cosas bien. Quisiera hacer una aportación más: debemos de tener en cuenta la responsabilidad y la ética profesional a diario. Como se comentaba en el desarrollo, respecto a las facultades de comprobación, a veces los contadores, por así decirlo, entretenían a las autoridades para que el contribuyente ganara tiempo con el fin de hacer cualquier modificación en su beneficio, dejando a un lado la responsabilidad y la ética profesional. Finalmente, como un estudiante de la carrera de contaduría y como trabajado, les propongo a todos aquellos futuros contadores que recientemente comenzaron sus estudios, y a aquellos que tienen años desempeñándose en esta profesión, sea en la rama que sea de la Contaduría pública, que estudiemos continuamente, le tengamos pasión a la carrera y a la profesión, que trabajemos con honestidad, responsabilidad y sobre todo con sentido común, siempre apegándonos al código de ética del Contador Público.

8 Fuentes de consulta Veritas, Octubre Veritas, Noviembre Instituto Mexicano de Contadores Públicos: Colegio de Contadores Públicos de México: Código Fiscal de la Federación Normas Internacionales de Auditoría. El Economista: