Proceedings of the Southern European Veterinary Conference and Congreso Nacional AVEPA

Transcripción

1 Proceedings of the Southern European Veterinary Conference and Congreso Nacional AVEPA Oct , Barcelona, Spain Next Conference: Oct , Granada, Spain Reprinted in the IVIS website with the permission of the SEVC - AVEPA

2 QUÉ HAY DE NUEVO SOBRE LA PATOLOGÍA PROSTÁTICA EN PERROS? Alain Fontbonne CERCA (Centre d Etude en Reproduction des Carnivores) Alfort National Veterinary College, París, Francia afontbonne@vet-alfort.fr La patología prostática canina es un motivo de preocupación habitual en medicina veterinaria. Si bien la Hiperplasia Prostática Benigna (HPB) es el principal problema de los perros de edad avanzada, es probable que haya otros problemas infravalorados que a veces aparecen junto o con o de forma secundaria a la HPB, como la prostatitis y los abscesos/quistes prostáticos. Es importante realizar un buen diagnóstico diferencial para tratar estos problemas de la forma más eficaz posible. Uno de los principales problemas cuando un clínico sospecha que un perro sufre enfermedad prostática es la obtención de un diagnóstico preciso. De hecho, aunque la mayoría de los perros sufren HPB a medida que envejecen, el tratamiento de la HPB puede no ser suficiente si hay otros problemas prostáticos concomitantes (abscesos, prostatitis, neoplasia). La HPB puede causar un gran abanico de manifestaciones clínicas vinculadas directamente con la posición de la próstata en el abdomen caudal, llamadas de forma colectiva "síndrome prostático": Síntomas urinarios (hematuria intermiccional y cistitis), gastrointestinales (heces aplanadas, estreñimiento y tenesmo que puede favorecer la aparición de hernia perineal), ortopédicos (entumecimiento, cojera, paresia, o edema en las extremidades posteriores), o genitales (hematospermia e infertilidad combinadas con anomalías en el espermiograma). No obstante, la HPB no siempre es clínica, y el mismo grado de hipertrofia prostática puede ser asintomático en algunos perros y sintomático en otros. El diagnóstico provisional de HPB se basa en la historia, examen físico, examen del líquido prostático y diagnóstico por la imagen. Algunos índices clínicos pueden ser útiles para avaluar la necesidad de tratamiento. El diagnóstico de HPB requiere demostrar el agrandamiento de la próstata y excluir otros trastornos prostáticos asociados a prostatomegalia, como prostatitis y neoplasia. La próstata canina puede palparse por el recto a no ser que la prostatomegalia sea tan intensa que cause el desplazamiento craneal de la misma en el abdomen. La próstata suele ser simétrica y lisa, con un surco medial dorsal evidente. EL perro no siente dolor cuando se presiona una próstata normal o hipertrófica. Puede ser necesario un lavado prostático para obtener líquido prostático. Pueden recogerse células epiteliales prostáticas con la técnica del cepillo uretral, que ha demostrado diagnosticar HPB mediante citología en el 64% de los perros. Además de los métodos clásicos disponibles para estudiar la próstata, ha aparecido una nueva herramienta diagnóstica: una prueba ELISA para la detección de la Esterasa Específica de la Arginina de la próstata (Odelis CPSE) La ecografía no se correlaciona fácilmente con el diagnóstico provisional de HPB. Más que el tamaño del órgano, lo que hace sospechoso de HPB es la heterogenicidad de la ecogenicidad. Vigilar y no realizar este examen justo después de una

3 eyaculación, que puede modificar el aspecto del parénquima. La medición de la próstata puede ser interesante en la "teoría", pero en la práctico no es fácil de hacer. El diagnóstico definitivo de HPB puede conseguirse mediante citología, con aspiración con aguja fina (AAF) u obtención de la fracción prostática del eyaculado o mediante histología (biopsia de la glándula). La castración quirúrgica reduce el volumen en pocos días (-50% en 3 semanas y 75% en 9 semanas), con una desaparición de las pérdidas intermiccionales de sangre en menos de un mes (normalmente 1 semana). A nivel médico, la nueva generación de antiandrógenos no altera la calidad del semen (Nizanski et al.2014). Osaterona acetato (Ypozane ): 0,25 mg/kg/día durante 7 días PO: disminuye el volumen prostático en un 40% en 15 días y durante más de 6 meses. Un curso breve de Ypozane en comprimidos, administrados una vez al día durante 7 días, ha demostrado durar al menos 9 meses. Un año después de iniciar el tratamiento, el 61% de los perros siguen sin manifestar signos clínicos de HPB. Cuando los peros sufren problemas de fertilidad relacionados con mala calidad del semen, un estudio hecho en nuestra clínica demostró que la fertilidad se recuperaba en 11/18 perros (61,1%) después del tratamiento con osaterona acetato +/- antibióticos cuando eran necesarios: 5/5 sufrían prostatitis inicialmente, 1/1 sufría absceso prostático inicialmente, y 5/12 sufrían inicialmente HPB (Fontaine et al. 2011). Los fármacos antiandrógenos convencionales conllevan el riesgo de alteración de la espermatogénesis, por lo que pueden causar infertilidad temporal o permanente: Delmadinona acetato (Tardak :1-2 mg / kg SC, dos inyecciones separadas un mes), Ciproterona acetato (Androcur : 1,25-2,5 mg / kg / día PO durante 10 días). Se ha publicado un estudio comparativo de la osaterona y la delmadiona (Albouy et al.2008) que demuestra un efecto más rápido y ligeramente más potente de la osaterona sobre el volumen prostático y la desaparición de los signos clínicos. Inhibidores de la enzima 5α-reductasa: Finasteride (Chibroproscar ): 0,1-0,5 mg / kg / día PO un mínimo de dos meses, prefiriéndose 4 meses). Desventaja: la reducción del volumen prostático conseguida es menos importante que con progestágenos. Este tratamiento no altera la calidad del semen, pero es caro. - Los antagonistas de la GnRH tienen un efecto claro sobre la reducción del volumen de la próstata (Jurczak et al.2010). Sin embargo, debido a su efecto activador inicial, no deben usarse inicialmente en perros que manifiestan signos clínicos, sino solo en una segunda fase, entre 4 y 5 meses después del tratamiento clásico con osaterona, por ejemplo. Los perros también pueden sufrir prostatitis cuando hay una enfermedad infecciosa del tracto urinario, causando un incremento del número de bacterias en la uretra periprostática. Pero también puede que alguna debilidad prostática concomitante tenga cierto papel en la disminución de la inmunidad local o los mecanismos de defensa de la próstata, como la HPB, metaplasia escamosa o la neoplasia prostática. Por tanto, la prostatitis aparece como enfermedad secundaria, raramente primaria. En general, la infección aparece por la ascensión de la flora uretral normal, aunque pueda haber una propagación hematógena o extensión a partir de los testículos (orquitis), epidídimos (epididimitis) o cavidad peritoneal. Puede haber prostatitis tanto en machos enteros como castrados.

4 Hay dos formas de prostatitis en perros: aguda o crónica. De hecho, la evolución de un estado clínico al otro es bastante infrecuente (es decir, una prostatitis aguda tratada de forma insuficiente que se transforma en una prostatitis crónica o viceversa, cuando reaparece una infección bacteriana aguda después de una forma crónica). La palpación rectal de la próstata no es demasiado útil porque la próstata no suele doler, incluso habiendo prostatitis aguda. Una muestra de sangre puede revelar neutrofilia con desviación a la izquierda (células inmaduras) en caso de prostatitis aguda. El 35% de los perros con abscesos prostáticos muestra una elevación de las fosfatasas alcalinas séricas. Es importante realizar una ecografía de la próstata. En caso de enfermedad prostática, se observan anomalías en las imágenes de la próstata siempre (tamaño, forma, heterogenicidad, etc.). No hay signos ecográficos específicos de prostatitis o de infección prostática. No obstante, en caso de prostatitis, la próstata suele verse completa o parcialmente heterogénea en la ecografía. A veces, pueden apreciarse zonas hiperecógenas (fibrosis) o estructuras hipoecógenas (quistes, abscesos, zonas necrosadas o hemorrágicas). Los ganglios linfáticos locales (ganglios ilíacos, lumboaórticos) también deben estudiarse con la ecografía. Es importante estudiar la orina porque, en caso de cistitis, la bacterias que se hallan en la vejiga suelen ser las mismas que encontramos en la próstata. Cuando no existe cistitis, puede ser interesante realizar un masaje de próstata. Puede ayudar a diagnosticar una inflamación (numerosos polimorfonucleares y macrófagos). Además, cuando no hay bacterias en el líquido prostático, puede excluirse una infección de la próstata en el 89% de los casos. En caso de sospecha de prostatitis y cuando no se encuentra cistitis asociada, la biopsia de próstata parece ser muy fiable, ya sea para el estudiocitológico como bacteriológico. El tratamiento se realiza con antibióticos que difunden bien en el interior del parénquima prostático y han de administrarse durante 4-6 semanas (ocasionalmente 9 semanas) junto con una castración quirúrgica o un medicamento que disminuya el volumen de la próstata, con el objetivo de reducir la duración del tratamiento antibiótico y para reducir el riesgo de una recurrencia rápida de la enfermedad después de la interrupción del tratamiento. La duración del tratamiento debe ser más largo en los perros intactos. Los abscesos prostáticos son raros, pero deben ser considerados como una emergencia médica. De hecho, el choque séptico es una de las consecuencias del absceso prostático. La aspiración con aguja fina guiada por ecografía permite diferenciar un absceso de un quiste. Los tumores de próstata son poco frecuentes en perros y gatos. El adenocarcinoma con un alto grado de malignidad es el tumor principal. Pero los veterinarios también pueden encontrar una invasión de un carcinoma de células de transición del tracto urinario o metástasis de linfosarcoma, hemangiosarcoma, y carcinoma de células escamosas. Los perros esterilizados parecen estar más representados, pero no existe una correlación clara entre el adenocarcinoma y el estado sexual del perro. BIBLIOGRAFÍA: Lévy X, Niżański W, von Heimendahl A, Mimouni P. Diagnosis of common prostatic conditions in dogs: an update. Reprod Domest Anim Jun;49 Suppl 2:50-7.

5 Niżański W, Levy X, Ochota M, Pasikowska J. Pharmacological treatment for common prostatic conditions in dogs - benign prostatic hyperplasia and prostatitis: an update. Reprod Domest Anim Jun;49 Suppl 2:8-15. Fontaine E, Mir F, Levy X, Fontbonne A. A retrospective study of Canine prostatic diseases at Alfort Veterinary hospital: 481 presumptive diagnosis from 2002 to Proceed EVSSAR congress. Milan (Italy),11th March 2011.