mejor calidad que en el pasado y, en particular, porque durante los últimos años se observa una importante disminución de la pobreza y de la indigenci

Transcripción

1 Palabras inaugurales de José Luis Machinea Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Reunión subregional para Sudamérica preparatoria de la Décima Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe 28 y 29 de mayo de 2007, Santiago de Chile Señora Laura Albornoz, Ministra Directora del Servicio Nacional de la Mujer de Chile Señoras ministras y autoridades de los países de América del Sur, Representantes de organismos y organizaciones de las Naciones Unidas, Señoras y señores, En primer lugar quisiera darles la bienvenida a la CEPAL, y agradecer al Gobierno de Chile, como país anfitrión, por el apoyo otorgado a la organización de esta reunión subregional para Sudamérica, preparatoria de la décima Conferencia regional sobe la Mujer de América Latina y el Caribe, que tendrá lugar en Quito, Ecuador, del 6 al 9 de agosto de este año. La CEPAL viene acompañando los esfuerzos de la región en distintos ámbitos; entre otros, el crecimiento económico, las reformas sectoriales y la protección social y, en términos más generales, en la búsqueda del crecimiento con equidad, intra e intergeneracional. Ninguno de estos ámbitos es ajeno a la igualdad entre hombres y mujeres, tema central de la reunión que inauguramos. Durante los últimos años, América Latina y el Caribe ha crecido más y mejor que en las últimas dos décadas. Más, porque a fin de este año habremos acumulado un crecimiento del producto por habitante de alrededor del 16% en cinco años, lo que se compara con un aumento de sólo 4% entre 1980 y Mejor, porque la región es menos vulnerable a los shocks externos que en otras fases de crecimiento, porque disminuye el desempleo y se generan empleos de

2 mejor calidad que en el pasado y, en particular, porque durante los últimos años se observa una importante disminución de la pobreza y de la indigencia. Especialmente, vale la pena destacar que la indigencia habría disminuido más de un 20% en los últimos cuatro años. La evolución de los indicadores económicos y sociales es aún más favorable para los países de América del Sur, tal como lo ha señalado la CEPAL en varias oportunidades. Los avances de los últimos años no nos deben hacer olvidar la magnitud de los desafíos que tenemos por delante. En primer lugar, si bien crecemos más que en pasado lo hacemos a un ritmo menor que el resto del mundo en desarrollo; en segundo lugar, la pobreza alcanza a más del 38% de la población (205 millones de personas), siendo un 15% los indigentes (79 millones), lo que implica que hay más pobres e indigentes que en Además, no se observa una tendencia clara a la reducción de la inequidad, que sigue siendo un rasgo característico de la región, y que se manifiesta no sólo en la distribución de los ingresos sino también en las desigualdades de acceso a diferentes activos y que afecta más a los grupos marcados adscriptivamente, sea por distribución espacial, etnia, raza o género. Esto no solo violenta el derecho social a una vida digna, sino también el derecho cultural a la no discriminación. Mejorar la cohesión social requiere disminuir esas brechas y perfeccionar el funcionamiento de las instituciones de la democracia, permitiendo que la ampliación del ejercicio de la ciudadanía se refleje en la participación de los que no tiene voz en los procesos de adopción de decisiones en todos los niveles. Se trata de orientar el desarrollo conforme al marco normativo de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, de manera de lograr una ciudadanía plena.

3 Estos temas, que constituyen el contexto de esta reunión preparatoria, presentan especificidades en el caso de las mujeres, que están siendo protagonistas de cambios importantes en el mercado de trabajo, la familia y la sociedad en su conjunto. Los gobiernos aquí representados han dado pasos importantes para poner en marcha el desarrollo de políticas públicas a favor de la equidad de género y han logrado avances significativos en el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres. Quiero destacar los avances legislativos que se han dado en los países de América del Sur con el fin de eliminar todo vestigio de discriminación en leyes y procedimientos. En muchos casos, los gobiernos han avanzado de la mano del movimiento amplio de mujeres que ha luchado por hacer visibles las demandas, hacer posibles las soluciones y mantenerse vigilantes en esta construcción democrática que es la igualdad de género. Para la CEPAL es muy grato constatar los esfuerzos que están realizando los gobiernos representados en esta reunión por incluir a representantes de la sociedad civil en las delegaciones que asistirán a la décima Conferencia Regional en Quito. Esperamos también que en esa ocasión las delegaciones de los países den a conocer adelantos en los distintos ámbitos de la toma de decisiones y los gobiernos interactúen con dirigentes políticas, empresariales y sociales interesadas en contribuir activamente al cumplimiento de los acuerdos de la Plataforma de Beijing y el Programa de Acción Regional. Hoy y mañana las ministras y autoridades de los gobiernos aquí representados analizarán el documento que elaboró la Secretaría, titulado El aporte de las mujeres a la igualdad en América Latina y el Caribe. Estoy seguro que el debate dará buenos frutos, que se logrará identificar las necesidades

4 subregionales de las mujeres y que se formularán recomendaciones importantes en relación con los dos temas centrales: trabajo no remunerado y participación política de las mujeres. En este sentido durante las semanas previas se realizaron las reuniones subregionales para México y Centroamérica en Guatemala y para el Caribe en Antigua y Barbuda. En ambas, se hicieron aportes significativos al documento que se presentará en la décima Conferencia Regional y se lograron acuerdos particularmente relevantes. Entre ellos, quisiera destacar la decisión de hacer todos los esfuerzos necesarios por igualar los derechos de las mujeres que trabajan en el servicio doméstico con los derechos de los demás asalariados, hombres y mujeres, en lo que respecta a jornada laboral, contratación, seguridad social y fuero maternal, entre otros derechos. En América del Sur se han dado algunos avances importantes en lo que respecta a la participación política, sobre todo a través del sistema de cuotas, que es el mecanismo que han adoptado algunos países con resultados muy positivos. Tal es el caso de la Argentina, donde las mujeres superan el 35% en la Cámara baja. Y como ha ocurrido también en el poder ejecutivo de Chile, gracias al compromiso y la determinación de actuar a favor de la paridad mostrada por el actual gobierno, y los esfuerzos que están realizando Colombia, Ecuador y Perú en esa misma dirección. Sin embargo, la representación de las mujeres en la política sigue siendo baja y desigual en los distintos niveles de gobierno, de la misma manera que sigue sin extenderse satisfactoriamente a todos los grupos de la sociedad, en especial a las mujeres indígenas y a las jóvenes. En relación con el tema del trabajo, hay cinco hechos que caracterizan la situación laboral de las mujeres de la región en los últimos años: aumento de su tasa de participación en el mercado laboral (en torno al 58,1% en las zonas

5 urbanas en el 2005), una mayor tasa de desempleo (alrededor de un 10,5% en comparación con una tasa global de 8,5%), desigualdad salarial (el ingreso de las mujeres equivale al 70% del total de los ingresos de los hombres por concepto de trabajo), mayor precarización de su inserción en el mercado de trabajo remunerado y aumento de la carga de trabajo no remunerado, tanto en las familias como bajo la forma de trabajo voluntario. Para entender la posición de desventaja en que se encuentran las mujeres en el mercado laboral remunerado es necesario considerar la dinámica del trabajo no remunerado que realizan en la esfera privada: la división doméstica del trabajo debilita el acceso y la posición de las mujeres en el mercado laboral y las segrega, relegando muchas a segmentos precarios. A su vez, en un círculo vicioso, esta posición debilitada de las mujeres en el ámbito laboral, contribuye a reforzar la división del trabajo dentro de la familia. Hacer visible el aporte de las mujeres al trabajo no remunerado y promover medidas para lograr una estructura más equitativa de distribución del mismo, no solo son temas relacionados con los derechos humanos de las mujeres, sino además un asunto de interés estratégico para el desarrollo económico y social de la subregión. La lucha por la igualdad entre hombres y mujeres debe buscarse tanto en el ámbito del hogar, por medio del desarrollo de una responsabilidad compartida de tareas domésticas y de cuidado, como en el ámbito de las políticas públicas. De ahí la importancia de su incorporación en la agenda publica. Esperamos que esta reunión y la décima Conferencia Regional contribuyan a ello Para ello, es necesario que sigamos comprometidos en seguir impulsando la realización de investigaciones sobre los dos temas que hoy nos convocan: el trabajo no remunerado y la participación política. En este contexto, destaca la importancia de las encuestas sobre uso del tiempo como instrumento

6 fundamental para aproximarse al estudio del trabajo no remunerado y la conciliación entre la vida familiar y laboral. Por último, quisiera reiterar que así como es imprescindible que existan instituciones sólidas para profundizar las democracias, es necesario insistir en el fortalecimiento de los mecanismos de la mujer en la subregión, porque estos juegan un papel fundamental en la consolidación de la equidad de género. Es reconocido el liderazgo de estas instituciones tanto en la formulación de políticas como en el proceso de transversalización de un enfoque de género en el quehacer del Estado. Su consolidación es una tarea que nos compromete a todos. La Conferencia Regional sobre la Mujer, que es un órgano subsidiario de la CEPAL, ha logrado consolidarse como el principal foro intergubernamental regional para el análisis de políticas públicas desde una perspectiva de género. Al respecto, quisiera agradecerles a todas ustedes por el esfuerzo realizado y muy particularmente a la Unidad de la Mujer de la Cepal, que espero, que con la ayuda de sus gobiernos, sea una división a partir del próximo año. Tengan la seguridad de que la CEPAL continuará apoyando a través de la investigación y de propuestas, el desarrollo y la implementación de políticas eficaces que conduzcan a una mayor equidad entre hombres y mujeres. Les deseo mucho éxito en esta reunión.