Juan Manuel González Gavira DNI 79.192.923-J LOS PERIÓDICOS EN LOS INSTITUTOS DE EDUCACIÓN SECUNDARIA Entre las múltiples actividades que se pueden planificar en un centro de educación secundaria, una que merece especial atención por su carácter formativo y práctico es la creación de un Periódico Escolar. Con ello no se trata sólo de tener un medio de información en el que se pueda escribir, sino que también puede ser un medio que se puede aprovechar para propiciar, en primera instancia, el acercamiento entre el profesorado y el alumnados; el conocimiento y la relación entre la población donde pasa gran parte de su vida cotidiana; el intercambio de información con otras unidades académicas, y la sensibilización de la sociedad en general sobre las tareas que se llevan a cabo en ese centro. Es decir, el periódico escolar puede convertirse en un medio muy interesante para mantener activa e informada a la comunidad estudiantil y docente sobre eventos científicos, culturales y recreativos, que propicien su desarrollo personal y cívico. Pero también involucra al alumnado en la responsabilidad de la elaboración del periódico escolar, en la que tengan que crear el fondo y la forma del periódico, es decir, el contenido y el diseño. Todo esto propiciará, que se creen textos de forma constructiva, lo cual apoyará materias de lectura y redacción, al practicar la elaboración y comprensión de los escritos; es decir, el alumnado en sus construcciones irán desarrollando capacidades lingüísticas muy necesarias que les ayudarán en sus estudios del área de lengua castellana.
Igualmente, el alumnado que se encargue de la redacción del períodico tendrá que estar constantemente recabando gran cantidad de información sobre los eventos más cercanos que le rodean. También habrá de consultar bibliografía, para llegar a construir una rica base de datos. Sin embargo, lo más interesante en este proceso es que no la recibirá para reproducirla textualmente, sino para entenderla y analizarla, antes de redactar la nota informativa. Todo ello le supondrá un esfuerzo cognitivo muy productivo, tanto en su capacidad de comunicación como de construcción de contenidos, que serán ideales para complementar la formación del alumnado implicado. Otro aspecto que se incentiva a través de la creación de un periódico escolar es la colaboración y la incitación a la lectura. Está claro que para contribuir a la creación del contenido de la publicación, el alumnado se deberá informar, pero también deberá solicitar la participación de compañeros que colaboren. Todo ello da pié a la creación de una cultura de la lectura en el centro y por tanto a un incremento del número de lectores. Pero también será curioso observar que esto propiciará además, entre el alumnado, el intercambio de información intra y extra escolar, es decir, una red de información que rompe con el aislamiento entre las comunidades educativos de distintos niveles o del centro con el entorno inmediato. Por tanto el papel del periódico escolar dentro de la acción educativa se puede considerar: a) Como actividad diaria dentro del proceso enseñanza aprendizaje, el periódico escolar puede funcionar como el eslabón que pone en comunicación al estudiante con la realidad en la que se desenvuelve, bien desde la institucional, en la cual convive la
experiencia de una formación sistemática que le aporta los elementos fundamentales para su participación activa en el proceso productivo, como de la vivencial, de la que aprende a definir cuáles son los insumos esenciales para definir esa posible participación que le exige formas de producción necesarias para transformarla y transformarse. b) El periódico escolar puede ser el motor de una confrontación entre los contenidos informativos propuestos por los programas de estudio y la realidad en la que existen los alumnos/as. Confrontación que exige una verificación de esos contenidos por parte de una comunidad en la que tales alumnos/as, como personas que deben interpretar su entorno a partir de sus experiencias socioculturales, son protagonistas en el discurrir de la historia impulsora de lo que la escuela debe estudiar. Se convierte entonces, el estudiante, a través del periódico escolar, en vigilante activo de su realidad; en propulsor conciente de lo que debe ser enseñado; en ejecutor fundamental de las complejas políticas que definirán el transcurrir de su realidad escolar, que será el devenir de todos. c) La calidad lectora de nuestros estudiantes deja mucho que desear desde hace muchísimo tiempo y aquí estriba el problema fundamental de nuestra educación, de sus bajos niveles, de sus grandes desaciertos. Nuestros jóvenes aprenden a leer muy pronto y al salir del bachillerato, no consideran la lectura como una actividad esencial para la vida. Leer es algo circunstancial, solo sirve para descifrar las informaciones sobre la cotidianidad más inmediata: informarse sobre los sucesos diarios, aprovechar las ofertas del mes a la hora de hacer las compras, enterarse de los estrenos cinematográficos o quizás lo más trascendente, ayudar a cualquier niño de la familia a resolver las tareas
hogareñas. La lectura como formación, como placer, como ejercicio intelectual es algo nada atractivo, deseable, necesario y por lo tanto puede ser dejada de lado. Ahora bien, si la lectura es la mejor forma que el ser humano tiene para descifrar (leamos significar) los enigmas que va creándose en la medida que va escribiendo la vida a través de múltiples lenguajes (Iliana Morales, 2005), debemos decir que la actividad lectora permite por lo tanto descifrar - significar la vida. Además de todo lo anterior debemos reseñar que la creación de un periódico escolar favorece la tan solicitada interdisciplinariedad entre las materias de un centro: lengua, geografía, economía, historia, informática.. Respecto a la informática cabe destacar que siempre estará muy presente a la hora de editar y diseñar el periódico pero que cobrará especial atención si el periódico no es impreso sino que es digital, es decir que se publica en la web. En definitiva el periódico escolar se debe constituir tanto en un recurso para el docente que desea ver en sus alumnos a los protagonistas de esa escuela que busca enseñar para la vida; como en un aliado para el estudiante que, sediento de expresar la verdadera razón de condición escolar, lo utiliza para indagar, aprender, opinar, denunciar, exaltar, es decir, leer y reescribir lo que en la escuela le va significando y en el órgano de articulación del proceso enseñanza-aprendizaje en su acción de lectura y escritura.
BIBLIOGRAFÍA. SAVATER, FERNANDO. El valor de educar. Editorial Ariel. Bogotá. Colombia. 2000. MARTIN AGUADO. J.A. Tecnologías de la Información Impresa. España 2005. Editorial Fragua. BETTELHEIM, BRUNO. Aprender a leer. Editorial Crítica. Barcelona. España. 2004