CAPÍTULO 2. EL COMERCIO INTERNACIONAL



Documentos relacionados
MACROECONOMÍA. Tema 6 El comercio internacional. - MACROECONOMÍA -

Unidad 1. Generalidades

COMERCIO INTERNACIONAL ECONOMIA CLASICA: VENTAJAS ABSOLUTAS Y COMPARATIVAS

INTRODUCCIÓN. tema poco preocupante e incluso, para algunos, olvidado.

1.1 Planteamiento del problema

Fundamentos de la teoría clásica del comercio internacional

I.7. Funcionamiento del mercado

2.1 Introducción. 2.2 La Economía Corporativa

CONTENIDO UN ENFOQUE GLOBAL DE LA ECONOMÍA

TIPO DE CAMBIO, TIPOS DE INTERES Y MOVIMIENTOS DE CAPITAL

VII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

políticas repercuten no solo en el momento que son tomadas, por el contrario siguen

De qué clase de cuestiones trata la

de la empresa Al finalizar la unidad, el alumno:

Economía Resumen para el Primer Parcial Cátedra: Singerman 1 Cuat. de 2011 ClasesATodaHora.com.ar

Tarifas para acceso a Internet Octubre de 2000


Mediante la aplicación de la metodología a los datos disponibles para este estudio, esta

I.3. Teoría económica

POR QUÉ LA ECONOMÍA ESPAÑOLA NO SE RECUPERA. 11 de marzo de 2011

Por qué interesa suscribir un plan de pensiones?

LAS GRANDES EMPRESAS DEL IEF ABREN SUS REDES INTERNACIONALES AL RESTO DE COMPAÑÍAS FAMILIARES, PARA QUE SE LANCEN A EXPORTAR EN MEJORES CONDICIONES

CRITERIOS GENERALES PARA LA DETERMINACIÓN DE POSICIÓN DE DOMINIO


UBICACIÓN DE LA PLANTA

Para obtener esos medios el país espera contar con distintas fuentes:

Tema 5: Sistemas Monetarios Internacionales

SISTEMAS Y MANUALES DE LA CALIDAD

LA MEDICIÓN DEL VALOR DEL DINERO. Luis E. Rivero M. Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales Universidad de Los Andes

Como vemos, para garantizar la realización adecuada del intercambio

LA OFERTA, LA DEMANDA Y EL MERCADO: APLICACIONES CONTENIDO

LA IMPORTANCIA DE CONTROLAR LAS PÉRDIDAS DE ENERGÍA EN LAS EMPRESAS DISTRIBUIDORAS

Una de las operaciones cuyo tratamiento fiscal

SOLUCION EXAMEN PRIMERA PARTE (4 PUNTOS)

ECONOMÍA. Externalidades y Bienes Públicos

1. CUENTA DE PÉRDIDAS Y GANANCIAS ANALÍTICA

INTRODUCCIÓN: Una Visión Global del Proceso de Creación de Empresas

LÍNEA DE TIEMPO. TEORÍAS DEL COMERCIO INTERNACIONAL

Diciembre núm.96. El capital humano de los emprendedores en España

UNA REFLEXIÓN GLOBAL SOBRE EL MERCADO DE TRABAJO

El artículo 45 del Reglamento antes citado, desarrolla este precepto, precisando lo siguiente:

RESULTADOS CONSULTA CIUDADANA VIRTUAL. Consulta Laboral en Línea

La selección del mercado meta es esencialmente idéntica, sin importar si una firma vende un bien o servicio.

Los precios de los productos básicos y la dinámica del comercio

Factores. PARA Consolidar UNA Empresa. V. Conclusiones

Los estados financieros proporcionan a sus usuarios información útil para la toma de decisiones

LOGISTICA D E COMPRAS

NORMA INTERNACIONAL DE AUDITORÍA 706 PÁRRAFOS DE ÉNFASIS Y PÁRRAFOS DE OTROS ASUNTOS EN EL

El impacto de la crisis en las ONG

C3: Una innovación financiera para la Pyme. (Circuito de Crédito Comercial)

Tema 1:La empresa y el sistema económico

Las Relaciones Públicas en el Marketing social

Introducción. La falta de empleo en México representa un grave problema para el gobierno y

UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID EXAMEN DE POLÍTICA DE LA COMPETENCIA LICENCIATURA EN ECONOMÍA Y ESTUDIOS CONJUNTOS SOLUCIONES

UNA COMPARACIÓN DE LAS PROYECCIONES DE POBLACIÓN PARA ESPAÑA, LA ZONA DEL EURO Y ESTADOS UNIDOS

PMI. Pulso de la profesión Informe detallado. Gestión de carteras

EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD DE REHABILITACIÓN 2010

Electrificación en zonas rurales mediante sistemas híbridos

FACULTAD DE CONTADURIA Y CIENCIAS ADMINISTRATIVAS FINANZAS I NORMAS DE INFORMACION FINANCIERA

Teoría del Comercio Internacional 5. Economías de escala, competencia imperfecta y com. Intl.

4 Análisis de los principales factores AsociAdos A los resultados en ciencias

Que es del cual les presentamos un resumen (el original consta de 73 páginas) y al final presentamos nuestros comentarios. El estudio se publicó en:

Las ventajas competitivas de los países y su influencia en los mercados internacionales

Programas de Nivel Secundario

ISO9001:2015. Todos los certificados emitidos en este periodo tienen una fecha de caducidad de 15 de septiembre de 2018.

Unidad 2. Bases de la Auditoria Administrativa de la Empresa

Evolución de los Precios del Transporte en la Comunidad de Madrid. Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible

6. CIRCUITO Y FLUJO DE MATERIALES

DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, JOSÉ MARÍA AZNAR, DESPUÉS DE RECIBIR LA MEDALLA DE LA ASOCIACIÓN DE EMPRESARIOS DEL HENARES

PE06. RESPONSABILIDAD SOCIAL

Por lo tanto, algunos de los principales retos que enfrenta el sector agrícola en los países en desarrollo, como México son:

CONCEPTO DEL ÍNDICE ACCIONARIO

Los desequilibrios externos de la economía española

CAPÍTULO 1 INTRODUCCIÓN

EL FONDO DE MANIOBRA Y LAS NECESIDADES OPERATIVAS DE FONDOS

Destino Perú. En la búsqueda de nuevas oportunidades. Experiencias de Internacionalización

MÓDULO MERCADOS Y PRODUCTOS FINANCIEROS AVANZADOS

El Plan de Empresa tiene una doble función: Herramienta de Gestión. Herramienta de Planificación

ASIGNACIÓN GRATUITA DE DERECHOS E INGRESOS DE LOS GENERADORES POR QUÉ RECIBEN LOS GENERADORES DERECHOS DE EMISIÓN GRATUITOS?

TEMA 9. DEMANDA Y OFERTA AGREGADAS. EQUILIBRIO MACROECONÓMICO

CAPÍTULO 1 INTRODUCCIÓN

Adaptación del producto

La responsabilidad de la Universidad en el proyecto de construcción de una sociedad. Cristina de la Cruz Ayuso Perú Sasia Santos

ANÁLISIS LOS CRÉDITOS

Información Financiera en Economías Hiperinflacionarias

CASO Nº 1 *** CERÁMICAS SALAMANCA, S.A. La empresa Cerámicas Salamanca, S.A. se dedica a la distribución de materiales

1. Introducción 2. Elección individual e interacción 3. Modelos económicos

CLASIFICACIONES DE LA OMS SOBRE DISCAPACIDAD

ANEXO A de la. propuesta de REGLAMENTO UE Nº / DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO

RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS DEL TEMA 3

1. El comercio internacional: protección y librecambio. 2. La regulación del comercio internacional. 3. Los efectos microeconómicos de los aranceles

EL ANÁLISIS Y LA CONSTRUCCIÓN DE VIABILIDAD

e-commerce vs. e-business

CURSO BÁSICO DE MEDIO AMBIENTE

Franquicias: Amigos o Enemigos? Por I. Mérida Isla

La cuenta corriente es la parte de la. México, evolución reciente de la cuenta corriente. Comercio Exterior, Vol. 63, Núm. 2, Marzo y abril de 2013

EL MODELO DE RICARDO. Klaus Desmet y José Riera

Gabinete Jurídico. Informe 0290/2008

INFORME DE SÍNTESIS N 08- PROGRAMA BECA MINEDUC Y JUAN GOMEZ MILLAS DE EDUCACION SUPERIOR MINEDUC / DIVISION DE EDUCACION SUPERIOR.

Transcripción:

CAPÍTULO 2. EL COMERCIO INTERNACIONAL Gonzalo Escribano El objeto de este capítulo es doble: en primer término, efectuar un rápido recorrido crítico por el espectro de las teorías del comercio internacional; en segundo término, explicar el funcionamiento del régimen comercial internacional y sus efectos en las esferas política y social. Con ello se pretende proporcionar al lector las herramientas conceptuales precisas para una mejor comprensión de las implicaciones de la globalización en lo que atañe al comercio, de cómo ésta se manifiesta en el ámbito comercial a través de la creación de instituciones supranacionales y cuáles pueden ser sus implicaciones políticas. El capítulo consta de dos apartados. El primero de ellos se dedica a los aspectos teóricos, el segundo a aspectos institucionales y políticos. Dentro del primer apartado, dedicado a los contenidos teóricos, en primer lugar expondremos la postura mercantilista; en segundo lugar, trataremos la postura ortodoxa a través del estudio de Adam Smith, Ricardo, J. S. Mill y de la escuela neoclásica; en tercer lugar, se comentarán las tesis del estructuralismo, de la economía del desarrollo y de la teoría de la dependencia relacionadas con el comercio internacional; finalmente, nos ocuparemos de la nueva teoría del comercio. En lo que respecta a los aspectos institucionales y políticos, en primer término se explica el alcance de la globalización en el terreno comercial, aportando algunas cifras que ilustran la magnitud del proceso; en segundo término se expone la trayectoria histórica de los regímenes comerciales y el funcionamiento del régimen comercial internacional vigente, constituido en torno a la Organización Mundial del Comercio y las Rondas negociadoras; por último, se recogen algunas consideraciones acerca de los aspectos socio-políticos de la liberalización comercial. 21

22

I. LAS TEORÍAS DEL COMERCIO INTERNACIONAL I.1. El mercantilismo No es posible efectuar un estudio de las teorías del comercio internacional sin hacer referencia al mercantilismo, fuente del proteccionismo que aún ejerce un gran atractivo, basada en argumentos simplistas y erróneos, pero que fascina por su sencillez y por su enfoque eminentemente nacionalista. El mercantilismo es conocido como la doctrina que establece como conveniente una balanza comercial favorable, porque de algún modo ésta genera la prosperidad nacional. Schumpeter presenta tres formulaciones alternativas de dicho argumento, calificando los tres enunciados de indefendibles: (1) el superávit o déficit de la exportación mide los beneficios o los perjuicios que una nación obtiene o sufre de su comercio internacional; (2) el superávit o déficit de la exportación es precisamente aquello en que consiste el beneficio o el perjuicio dimanante del tráfico internacional; (3) el superávit o déficit de la exportación es la única fuente de ganancia o pérdida de la nación en su conjunto. Los enunciados (2) y (3) sugieren que una política comercial proteccionista impulsará la prosperidad nacional, en tanto sea capaz de mantener una balanza comercial favorable. El argumento se apoyaba en analogías con el comportamiento económico a nivel individual: si la ganancia de un individuo implicaba la pérdida de otro, algo semejante ocurriría entre naciones, dando lugar al denominado juego de suma cero. Evidentemente, esa ganancia derivada del comercio consistiría en la entrada de metales preciosos ocasionada por una balanza comercial (léase balanza por cuenta corriente) excedentaria. El nexo fundamental entre el comercio internacional y la riqueza nacional tenía dos vertientes. La primera era de orden pretendidamente económico (la entrada de oro aumentaba 23

la riqueza de la nación que obtuviese un superávit comercial merced a la equiparación entre dinero y riqueza) pero, desde Adam Smith, considerada manifiestamente falaz. La segunda era de orden político: en un continente europeo sacudido por las guerras, el debilitamiento económico del adversario suponía un factor de la máxima importancia de cara a preservar la seguridad y, en consecuencia, la prosperidad nacional; en esas circunstancias, incluso una pérdida de riqueza menor a la padecida por dicho adversario podía ser considerada como una ganancia (de hecho, en eso consiste el deplorable elemento racional de toda confrontación bélica). Es lo que se conoce como equilibrio de poder, ya explicada en el tema precedente. La posibilidad de mantener un superávit comercial será rechazada por la teoría del ajuste automático, según la cual el aumento de oferta monetaria subsiguiente a un excedente comercial supone la aparición de un proceso inflacionario, en virtud del cual la balanza comercial (corriente, en términos actuales) sería reconducida al equilibrio o, incluso, impulsada al déficit. Los argumentos proteccionistas, por su parte, se verían desbordados por las razones aducidas por Smith en favor del librecambio. Tras haber sido descalificados por los economistas clásicos ingleses, los mercantilistas fueron rehabilitados por algunos autores alemanes, primero, y por Keynes, después. Los primeros reivindicaron el mercantilismo como camino para alcanzar la autarquía y la construcción nacional, mientras que Keynes destacó que la entrada de metales preciosos perseguía bajar los tipos de interés, estimulando así la inversión y el empleo. En realidad, la batería de argumentos en favor de la protección que aportó el mercantilismo ha resurgido intermitentemente, si bien sus enunciados han sido dotados de mayor sofisticación por economistas posteriores. Por ello, aunque el análisis económico de la protección ha ganado en profundidad, pocos argumentos proteccionistas radicalmente originales han sido añadidos a los formulados por el mercantilismo. 24

I.2. La economía ortodoxa. Incluimos en este apartado el pensamiento de Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill y de la escuela neoclásica. Adam Smith, en La Riqueza de las Naciones, emprende un ataque frontal contra el proteccionismo de la época mercantil, originando así la teoría clásica del comercio internacional. En pocos autores como en Smith encontramos un nexo causal tan nítido entre comercio y crecimiento. La naturaleza de esa interacción se muestra desde los primeros capítulos de La Riqueza..., atribuyendo el progreso de la capacidad productiva a la división del trabajo. Ahora bien, Smith también nos aclara que la división del trabajo está limitada por la extensión del mercado. La naturaleza de los beneficios proporcionados por el comercio exterior se identifican explícitamente: Cualesquiera sean los sitios que entablan dicho comercio, todos ellos obtienen del mismo dos tipos de ventajas. El comercio exterior retira la parte excedente del producto de su tierra y su trabajo, para la que no existe demanda en el país, y trae de vuelta a cambio de ella otra cosa para la que sí hay demanda. (...). Así, la estrechez del mercado local no impide que la división del trabajo en ninguna rama de las artes o las manufacturas alcance el grado más alto de perfección. Al abrir un mercado más amplio para cualquier parte del producto de su trabajo que pueda exceder el consumo del país, lo estimula a mejorar sus capacidades productivas y a expandir su producto anual al máximo, y de esta manera a incrementar el ingreso y la riqueza reales de la sociedad. Este párrafo presenta dos ideas centrales: la primera, consiste en la teoría de la salida del excedente, según la cual el comercio internacional supera la estrechez del mercado doméstico y brinda la posibilidad de exportar la producción no absorbida por la demanda interna; la segunda idea da forma a la teoría de la productividad, la cual establece que el comercio internacional, al ampliar la extensión del mercado, permite mejorar la división del 25

trabajo, elevando el nivel de productividad del país. Por el momento nos interesa resaltar el argumento según el cual el comercio exterior, al ampliar la extensión del mercado, promueve el incremento de la productividad mediante la división del trabajo. En él tienen su origen o precedente muchos de los beneficios del comercio exterior actualmente admitidos, con la excepción de las ganancias estáticas derivadas de la asignación de recursos en función de las ventajas comparativas ricardianas. El nexo causal entre comercio exterior y crecimiento económico discurre como sigue: ya que para Smith la actividad económica sólo puede aumentar en proporción a su capital, el comercio exterior, al aumentar tanto la producción como la renta de la nación, eleva la proporción del ingreso destinado al ahorro y, por tanto, fomenta la acumulación de capital y la expansión de la actividad económica. Sin embargo, los beneficios del librecambio son también apreciados por Smith (1) desde la óptica de la libertad natural, si bien, como ha notado Schumpeter, esos beneficios son un residuo de las doctrinas del derecho natural sin ningún valor científico; (2) como medio de acceder a bienes inexistentes en el mercado doméstico, argumento inmediato e irrebatible; y (3) desde la perspectiva del consumo, conectada con el crecimiento económico por el aumento de la renta, en lo que desde entonces constituirá un argumento clásico en favor del librecambio: El consumo es el único fin y objetivo de toda producción, y el interés del productor merece ser atendido sólo en la medida en que sea necesario para promover el del consumidor. (...). Sin embargo, en el sistema mercantil el interés del consumidor es casi constantemente sacrificado frente al del productor, porque parece considerarse que la finalidad y propósito últimos de cualquier actividad y comercio es la producción y no el consumo. Smith explica también la pérdida del consumidor en el caso de los aranceles a la importación (el sobreprecio que éste debe soportar), en las subvenciones a la exportación (doble, en este caso: el impuesto para financiar el subsidio más el sobreprecio) y en los tratados comerciales preferenciales (anticipando el concepto de desviación de comercio, 26

como se verá en el tema dedicado al regionalismo). Este argumento, como hemos visto, forma parte del paso que liga comercio y crecimiento, pero resulta novedoso en tanto considera el interés general y se presenta revestido de consideraciones éticas; difícilmente podía ser de otra manera tratándose de un profesor de moral. Smith también anticipa otros lugares comunes del liberalismo de nuestros días, en una sucesión de argumentos en favor del librecambio que sigue impresionando al lector más de 200 años después de su formulación. Así, encontramos enunciados liberales tales como el carácter anti-monopólico del libre comercio, la desconfianza hacia los gobernantes ( nunca he visto muchas cosas buenas hechas por los que pretenden actuar en bien del pueblo ) y hacia los grupos de presión formados por industriales y comerciantes, el escepticismo frente a la tesis de la industria naciente y numerosas críticas al mercantilismo: al argumento proteccionista del empleo, a la política de empobrecer al vecino, al fraude motivado por las primas a la exportación y a la misma política de promover las exportaciones mediante subvenciones, a los tratados preferenciales, a los impuestos a la exportación y a lo que hoy conocemos como sesgo de incentivos en favor de una actividad económica determinada (refiriéndose al colbertismo). No obstante, también contempla la conveniencia de imponer cargas a la actividad extranjera en caso de que ésta afecte a la defensa del país (por ejemplo, las Leyes de Navegación, que buscaban proteger la supremacía naval británica) y considera discutible tal actuación en reciprocidad (él habla de venganza ) o cuando puede acarrear la pérdida de numerosos empleos, si bien en estos dos últimos casos las matizaciones son extremas y concluye recomendando una apertura gradual. Smith, después de haber criticado las analogías efectuadas por los mercantilistas entre la actuación individual o familiar y la de una nación, cae en la misma tentación en uno de los pasajes más conocidos de su libro: La máxima de cualquier prudente hombre de familia es nunca intentar hacer en casa lo que le costaría más hacer que comprar. (...). Lo que es prudente en la conducta de una familia nunca será una locura en la de un gran reino. Si un país 27

extranjero nos puede suministrar una mercancía a un precio menor que el que nos costaría fabricarla, será mejor comprársela con el producto de nuestro trabajo, dirigido en la forma que nos resulte más ventajosa. Aquí tenemos la expresión de la teoría de la ventaja absoluta: se importarán los bienes que sean más baratos en el extranjero que en el mercado local y se exportarán aquellos que sean más caros en el mercado internacional que en el doméstico. Ahora bien, Smith estudia también factores no estrictamente económicos como la geografía, la desconfianza, la historia y la política, entre otros. El elemento geográfico recibe mucha atención cuando trata del comercio entre el campo y la ciudad, pero también al explicar la condición de Inglaterra como centro del comercio exterior en base a la fertilidad de su suelo, a la gran extensión de su costa (...) y a los muchos ríos navegables ; destaca, además, las ventajas del transporte marítimo, ilustrándolas con el papel histórico del Mediterráneo en el nacimiento de la civilización. Otro factor subrayado por Smith es el obstáculo que supone para el comercio exterior la necesidad de confiar en individuos de diferentes culturas e idiomas, sometidos a leyes distintas y situados a distancias que en la época debieron parecer enormes al autor: es el antecesor del concepto actual de costes de transacción. Smith explica la aparición de las manufacturas bien cómo la criatura del comercio exterior, bien fruto del gradual refinamiento de la industria popular y primitiva, lo que desde luego no resulta demasiado esclarecedor; también dedica Smith varias páginas a glosar el papel del comercio exterior y las manufacturas en la desaparición del régimen feudal. Las recomendaciones efectuadas por Smith tienen un componente político muy importante. En la medida en que surgen del derecho a la libertad natural, el elemento normativo que sustenta todo el edificio smithiano, tales cimientos pueden ser rechazados y descartadas sus recomendaciones. No obstante, retenemos de Smith el concepto de agentes económicos atomizados que se interrelacionan en mercados competitivos que se ajustan y se regulan por sí solos; esa doctrina, derivada del propio interés, se extiende al ámbito de las naciones cuando Smith propone que cada nación vea las riquezas de las vecinas como una 28

causa y ocasión probable para acumular riquezas ella misma, lo que entraña una visión cosmopolita de la política exterior. En palabras del profesor Oyarzun: pese a la permanencia de una visión nacional, la teoría liberal representaba también un regreso de la visión internacionalista del mundo y de la economía. David Ricardo y John Stuart Mill son los dos grandes nombres de la economía clásica, cuyo análisis económico es tributario del iniciado por Smith, especialmente en lo que respecta al crecimiento económico, considerado por la escuela clásica como la interacción de la acumulación del capital, la división del trabajo, el cambio técnico y el incremento de la población, es decir, tal y como Smith lo había concebido. En el ámbito de la economía internacional, la escuela clásica aportó cuatro novedades al análisis: una teoría específica de los valores internacionales, el teorema de los costos comparativos, la teoría de la demanda recíproca y una teoría del mecanismo de ajuste de la balanza de pagos. Las dos primeras fueron popularizadas por Ricardo, mientras que la tercera fue establecida por J.S. Mill, quien también sintetizó las posturas clásicas respecto al ajuste de la balanza de pagos. David Ricardo fue el primer economista que estableció el estudio del comercio internacional como una disciplina separada del comercio interior. Ello se debe a los obstáculos que, según Ricardo, encuentran los factores de producción para desplazarse entre naciones. La principal aportación de Ricardo a la teoría del comercio internacional consiste en la teoría de la ventaja comparativa. Ricardo refutaba así la teoría de la ventaja absoluta smithiana recurriendo a la misma analogía que Smith: Supongamos que dos hombres fabrican sombreros y zapatos, y que uno de ellos es superior al otro en ambas manufacturas; pero al fabricar sombreros, sólo podrá superar a su competidor en una quinta parte (...) y haciendo zapatos podrá aventajarle por una tercera parte (...); no será, acaso, interesante para ambos que el mejor de los dos fabrique exclusivamente zapatos, y que el menos bueno haga los sombreros?. 29

Pese a que Ricardo construyó toda su obra sobre la teoría del valor-trabajo, el rechazo de ésta no conduce al rechazo de su teoría de la ventaja comparativa. En efecto, Haberler reformuló la teoría de los costes comparativos en términos de costes de oportunidad. Las implicaciones de esta teoría, sobre todo en lo que respecta a la especialización, han sido muy criticadas. Se ha interpretado que Ricardo, y con él la economía clásica, propugnaba una especialización completa (i.e.: los países en desarrollo se especializarían en productos primarios y los desarrollados en bienes manufacturados), y de ahí se ha pasado a rechazar incluso la especialización parcial. También se ha criticado el carácter estático que reviste la doctrina de la ventaja comparativa, así como su carácter ahistórico, pese a que Ricardo nunca negó la posibilidad de que las ventajas comparativas pudieran evolucionar. Ahora bien, la especialización ricardiana ocasionada por las diferencias en los costes relativos es un proceso reversible, mientras que la especialización smithiana derivada de la doctrina de la salida del excedente no lo es en la misma medida. Ello implica que un país especializado mediante un proceso de adaptación de su estructura productiva para satisfacer exclusivamente la demanda externa será muy vulnerable a fenómenos como el deterioro de la relación real de intercambio o cualquier otro tipo de perturbación exógena (i.e.: recesión en los países industriales o aparición de nuevos competidores). Cómo concebía Ricardo los beneficios del librecambio y su relación con el crecimiento económico? La respuesta es sencilla: como un medio de aumentar la acumulación de capital, la cual era para él, en última instancia, la responsable del crecimiento económico. Habiendo establecido previamente la tendencia al descenso en la tasa de beneficio y el consiguiente advenimiento de la sociedad estacionaria, el comercio exterior puede compensar el declive de la tasa de beneficio y retrasar este proceso. Tres puntos merecen aquí nuestra atención. En primer lugar, tenemos el argumento basado en el incremento del capital mediante los mayores ingresos que reporta a los comerciantes o por el descenso en el gasto de los consumidores; el comercio exterior favorece así el ahorro, el cual a su vez acelera la acumulación de capital. En segundo lugar viene el argumento del impulso a la acumulación de capital a través del aumento de la tasa de beneficio: si el comercio exterior permite el acceso por parte de los trabajadores a los productos por ellos consumidos a un precio menor, 30

entonces se elevaría la tasa de beneficio de las empresas y con ella, nuevamente, la acumulación de capital. En tercer lugar, tenemos el argumento del incremento en la oferta de bienes, tanto en número como en variedad; Ricardo deja claro que es el volumen de bienes y no el valor poseído por el país lo que aumenta con el comercio exterior. Ricardo asumió las críticas efectuadas por Smith al mercantilismo, el cual al forzar el capital por canales a través de los cuales no discurriría de otra manera, disminuyó la suma total de mercancías producidas. Pero además del análisis económico desarrollado por Ricardo para defender el papel positivo del librecambio en el crecimiento económico, este autor deja traslucir connotaciones políticas e incluso éticas, en su defensa del libre comercio, tal y como había hecho Smith y como habría de hacer J.S. Mill posteriormente. La transición de los argumentos económicos a los políticos, o mejor dicho, la interacción entre ambos, puede apreciarse en un párrafo tributario, en nuestra opinión, del más enérgico Adam Smith: En un sistema de comercio absolutamente libre, cada país invertirá naturalmente su capital y su trabajo en empleos tales que sean lo más beneficioso para ambos. Esta persecución del provecho individual está admirablemente relacionada con el bienestar universal. Distribuye el trabajo en la forma más efectiva y económica posible al estimular la industria, recompensar el ingenio y por el más eficaz empleo de las actitudes peculiares con que lo ha dotado la naturaleza; al incrementar la masa general de la producción, difunde el beneficio general y une a la sociedad universal de las naciones en todo el mundo civilizado con un mismo lazo de interés e intercambio común a todas ellas. Sin duda, términos como bienestar universal, beneficio general o sociedad universal pueden parecer máscaras que oculten el bienestar de la sociedad inglesa (en el siglo XIX) o de los países desarrollados (en el siglo XX). Pero la fuerza del razonamiento contenido en el párrafo citado sobre estas líneas mantiene su vigencia y, tras haber sido puesto en duda tras la II Guerra Mundial por numerosos economistas heterodoxos que propugnaron políticas proteccionistas, parece haberse impuesto en nuestros días. Sobre todo, 31

por la evidencia empírica que liga el comercio con el crecimiento, de un lado, y el proteccionismo con el estancamiento, de otro. John Stuart Mill es una de las figuras intelectuales más interesantes del siglo XIX. Sus obras abarcan infinidad de campos y cada una de las páginas escritas por él destila humanismo y compromiso ético. Este aspecto es muy importante, en tanto sus convicciones utilitaristas (la mejora de la humanidad) impregnan su concepción de la economía política, tal y como se desprende del propio título de su principal obra económica: Principios de economía política con algunas de sus aplicaciones a la filosofía social. Es por ello que no debemos perder de vista en Mill, incluso en mayor medida que en Smith o Ricardo, el componente ético de su liberalismo económico y político, que se extiende a su defensa del librecambio. J.S. Mill inicia sus Principios arremetiendo contra el mercantilismo. En ese contexto, rechaza la teoría de la salida del excedente smithiana, considerándola una reliquia de la teoría mercantil. Concede gran importancia a la geografía en la explicación del comercio internacional. Destaca asimismo que la causa de la riqueza de Inglaterra consiste en la elevada productividad de su mano de obra. También trata las economías de escala al modo smithiano, considerándolas limitadas por la extensión del mercado, con lo que para beneficiarse de aquellas se requiere o bien una comunidad populosa y floreciente, o bien la posibilidad de exportar en gran escala. En lo que hace a su aportación a la teoría del comercio internacional, la teoría de la demanda recíproca, ésta supone una ampliación de la ley general del valor, a la que hemos llamado ecuación de la oferta y la demanda. La ecuación de la demanda internacional completa el teorema de Ricardo, al establecer que la relación de intercambio en el comercio entre dos países depende de la demanda recíproca, es decir, de la demanda de cada país por los productos del otro. El nexo establecido por J.S. Mill entre comercio internacional, librecambio y crecimiento económico puede estructurarse en tres estratos: el primero estriba en las implicaciones de la teoría de la demanda recíproca para la distribución de las ventajas del 32

comercio; el segundo consiste en las ventajas proporcionadas por el comercio exterior, directas e indirectas, explicitadas por Mill; el tercero lo forman las consideraciones que Mill realiza sobre la política comercial. En primer lugar, qué paises obtienen mayores ventajas con el comercio? aquellos cuyas mercancías están más solicitadas por los países extranjeros, mientras su propia demanda de mercancías extranjeras es muy reducida. De ello deduce Mill que los que menos ganan son los países más ricos, pues la relación de intercambio se altera en su perjuicio, si bien reconoce que al efectuar estos países ricos un mayor volumen de negocio, sus ganancias totales son mayores que las de los países pobres. Pero, excepto en el caso extremo de que uno de los dos países se apropie de toda la ventaja procurada por el comercio, los dos países ganarán con él, si bien en distinta medida. En segundo lugar, cuáles son las ventajas del comercio exterior identificadas por Mill? Estas son clasificadas en directas e indirectas. Las directas las proporcionan las importaciones y consisten en obtener mercancías que (los países) no podrían producir y en el empleo más eficaz de las fuerzas productivas mundiales. Hasta aquí tenemos los argumentos ya aducidos por Smith y Ricardo, respectivamente. Pero Mill añade tres efectos indirectos, manifiestamente positivos, que él considera muy importantes. (1) la ampliación de los mercados contribuye mucho a perfeccionar los procedimientos de producción vía mayor división del trabajo, en la línea de lo argumentado por Smith; (2) al introducir nuevas necesidades y deseos en un país el comercio exterior (...) produce algunas veces una especie de revolución industrial en un país cuyos recursos estaban sin desarrollar por falta de energía y ambición en la gente ; (3) por último, tenemos los efectos del comercio en el plano moral e intelectual que, para Mill, son aún más importantes que las ventajas económicas, como no podía ser menos dada su perspectiva utilitarista, ya comentada anteriormente; éstos se subdividen a su vez en tres más, los dos primeros procedentes de sus Principios...y un tercero contenido en el ensayo Sobre la libertad: 33

(3a) los efectos referentes al progreso técnico, pero también moral, que implica la comunicación entre los pueblos impuesta por su comercio exterior 1, es decir, algo mucho más amplio que el argumento actual de la transferencia de tecnología y know-how; (3b) el hecho de que la extensión de los intereses comerciales inhiba las tensiones bélicas, argumento que ya vimos en Ricardo 2 ; (3c) en Sobre la libertad, Mill parece concebir el librecambio como un aspecto particular de la libertad individual, si bien reconoce que ambos se basan en fundamentos distintos 3. Esta nube de efectos indirectos inducidos por el comercio fue rescatada y ampliada posteriormente, hasta abarcar los efectos del comercio como vehículo para la movilidad internacional del capital y como la mejor política anti-monopolista posible. Así, junto al argumento estático ricardiano de la ventaja comparativa completado con la teoría de la demanda recíproca, Mill introduce un argumento más dinámico descuidado posteriormente por la literatura neoclásica. 1 En el atrasado estado actual del progreso humano es difícil exagerar la gran importancia que tiene el que los seres humanos se pongan en contacto con personas desemejantes a ellos, y con modos de pensar y de acción distintos a aquéllos con que están familiarizados. El comercio es ahora lo que antes era la guerra: la principal fuente de contacto. (...) Y el comercio es el objeto de la mayor parte de la comunicación entre las naciones civilizadas. Tal comunicación ha sido siempre, y lo es sobre todo en la época actual, una de las principales fuentes de progreso. 2 El comercio fué el que enseñó a las naciones a no mirar con recelo la riqueza y la prosperidad de las demás. (...) Y puede decirse sin exageración que la gran extensión y el rápido incremento del comercio internacional, siendo la principal garantía para la paz mundial, aseguran en forma permanente el progreso ininterrumpido de las ideas, las instituciones y el carácter de la raza humana. 3 Conviene repetirlo; el comercio es un acto social. Todo el que se dedique a vender al público mercancías de cualquier clase hace algo que afecta a los intereses de otras personas y de la sociedad en general; y, por consiguiente, su conducta cae dentro de la jurisdicción de la sociedad; de acuerdo con esto, se sostuvo en un tiempo que era deber de los gobiernos fijar los precios y regular los procesos de fabricación en todos los casos que se considerasen de importancia. Mas ahora se reconoce, no sin haber sostenido una larga lucha, que la baratura y buena calidad de los productos quedan más eficazmente asegurados dejando a productores y vendedores completamente libres, sin otra limitación que la de una igual libertad por parte de los compradores para proveerse donde les plazca. Esta es la doctrina llamada del librecambio, que se apoya en fundamentos distintos, aunque igualmente sólidos, que el principio de la libertad individual proclamado en este ensayo. Las restricciones al comercio o a la producción para fines comerciales constituyen verdaderas coacciones, y toda coacción, qua coacción, es un mal. 34

En tercer lugar, tenemos las consideraciones sobre política comercial. Esas consideraciones abarcan (1) los aranceles a la exportación y a la importación, (2) los aranceles como medio de proteger el empleo nacional y (3) las excepciones en que Mill juzga justificable la protección (por motivos de seguridad nacional, de abastecimiento alimenticio y de industrias nacientes). Dediquemos las líneas que siguen a estos aspectos del pensamiento de Mill. J.S. Mill dedica un amplio epígrafe a los derechos sobre las exportaciones y las importaciones: ambos introducen una perturbación en la ecuación de la demanda internacional que será beneficiosa o no para el país que los impone en función de las elasticidades-precio de las demandas del propio país y de las de sus socios comerciales. En el caso de los impuestos a las exportaciones, Mill reconoce que podemos, en determinadas circunstancias, producir una división de las ventajas del comercio que sea más favorable para nosotros, pero matiza que esas circunstancias son tan difíciles de establecer que es casi imposible decidir, aún después de establecido el impuesto, si salimos ganado o perdiendo ; las circunstancias a que se refiere para que el efecto sea beneficioso consisten en que la demanda de los bienes gravados sea muy inelástica (pone como ejemplo el caso del impuesto a la exportación de opio en China). En lo que respecta a la imposición de las importaciones, además de considerar los distintos resultados derivados de elasticidades de demanda diferentes en forma similar a la descrita en el párrafo anterior, Mill distingue entre aranceles protectores (aquellos suficientemente altos para incentivar la producción doméstica de los bienes gravados) y no protectores (aquellos que permiten el intercambio). Los primeros son perjudiciales tanto para el país que los establece como para aquellos con quien comercia, tal y como se desprende del teorema de los costes comparativos. Los segundos sí reconoce Mill que producirían en la mayor parte de los casos una ganancia al país que los estableciera, pero a continuación objeta que ese efecto sería fácil contrarrestarlo adoptando el otro país un procedimiento análogo, es decir, mediante represalias, única forma en que un país puede impedir las perdidas acarreadas por los aranceles que le imponen otras naciones. 35

Al igual que sus antecesores, Mill efectúa una crítica devastadora al proteccionismo mercantilista, rebatiendo el argumento, al parecer imperecedero, de que el proteccionismo proporciona empleo a los obreros del país en cuestión; para Mill, la alternativa no está entre emplear nuestros propios obreros o los extranjeros, sino entre emplear una u otra clase de los nuestros. Rebate, igualmente, las tesis proteccionistas edificadas sobre el ahorro en los gastos de transporte derivado de producir las mercancías cerca de donde se consumen. Mill admite tres razones que justificarían el proteccionismo: por razones de subsistencia, por motivos de defensa nacional y en virtud del argumento de la industria naciente. No obstante, introduce matices que desvirtúan gran parte de la fuerza que inicialmente parece reconocerles. Respecto a la justificación en base a la subsistencia, admite la posibilidad de gravar las exportaciones de alimentos, pero sólo desde una perspectiva nacional, pues aquí nos encontramos con la máxima utilitarista de la mayor felicidad para el mayor número: cuando se tienen en cuenta los intereses de todos los países es de desear la libre exportación. Acepta también la justificación por motivos de defensa, al igual que Adam Smith, en concreto respecto a las leyes de navegación, si bien parece otorgar a la marina británica la condición de industria naciente en tiempos de Smith, considerando injustificable su vigencia en el período en que escribía. El argumento de la industria naciente es el que Mill acepta de mejor grado: El único caso en el cual pueden defenderse los derechos protectores basándose en principios de la economía política, es cuando se imponen temporalmente (sobre todo en una nación joven y progresista) esperando poder naturalizar una industria extranjera que es de por sí adaptable a las circunstancias del país. No obstante, limita el alcance del argumento a los casos en que haya razones para suponer que dicha industria podrá prescindir de la protección después de algún tiempo y que la protección sea de duración limitada y gradualmente decreciente. Por tanto, la obra de J.S. Mill nos lega básicamente una teoría para estimar en qué medida cada país obtiene mayores o menores ventajas de su participación en el comercio internacional, una distinción muy fructífera entre los efectos directos e indirectos, económicos 36

y éticos, del comercio internacional y un análisis de las medidas más frecuentes de política comercial. De estos tres elementos, desarrollados en los párrafos anteriores, debemos destacar, a efectos de la relación entre comercio exterior, librecambio y crecimiento, la consideración de los efectos indirectos/semidinámicos, los cuales han recibido una gran atención en la segunda mitad del siglo XX por parte de numerosos autores al considerar que pueden sobrepasar a los efectos emanados de una mejor reasignación de recursos, resultando en esa medida sus análisis tributarios de las sugerencias efectuadas por J.S. Mill al respecto. La escuela neoclásica supone una ruptura tajante con su predecesora. Esta ruptura consiste, principalmente, en la sustitución de la teoría del valor-trabajo por una teoría del valor basada en la utilidad de los bienes y en el modelo del equilibrio económico general. En este sentido, la escuela neoclásica resulta menos rica en sus implicaciones para el crecimiento económico de lo que puede considerarse la escuela clásica. La principal aportación de la corriente neoclásica en el campo de la teoría del comercio internacional ha consistido, esencialmente, en la elaboración de un modelo de especialización internacional: el modelo de especialización en factores de producción, denominado modelo Heckscher-Ohlin-Samuelson. El teorema de Heckscher-Ohlin-Samuelson se ciñe al de la ventaja comparativa ricardiana, pero por distintas causas a las apuntadas por Ricardo. En breve, estipula que los países se especializarán en la producción de bienes que incorporen el factor de producción más abundante de cada país. Así, los países en desarrollo, con abundancia de mano de obra y recursos naturales, deben especializarse en la producción de bienes intensivos en trabajo y en recursos naturales. Si observamos la composición de los flujos comerciales, podemos observar que este teorema explica un fenómeno contrastado: los países en desarrollo exportan bienes intensivos en trabajo y recursos (textiles, calzado, productos agrícolas, productos energéticos y minerales), mientras que los países avanzados exportan bienes intensivos en capital físico, capital humano y contenido tecnológico (automóviles, aviones, ordenadores y electrónica de consumo, entre otros). Este fenómeno se aprecia también entre los propios países ricos: así España exporta a Alemania bienes relativamente más intensivos en trabajo y recursos (por ejemplo, productos agrícolas, vino, componentes de automóviles, automóviles 37

de gama baja y electrodomésticos), importando de ella productos con mayor contenido tecnológico y de capital físico y humano (maquinaria, automóviles de lujo, material de telecomunicaciones, etc.). Este enfoque destaca la importancia de una óptima asignación de recursos (es decir, que los recursos se utilicen allí donde son más productivos) según el criterio de la ventaja comparativa. El argumento apunta, en pocas palabras, que el librecambio produce esa óptima asignación de recursos y da lugar a la especialización, es decir, se centran en aspectos estáticos, dejando de lado los efectos indirectos/semidinámicos resaltados por J.S. Mill. Sin duda, la elaboración teórica de los modelos de especialización es mucho más acabada que la introducida por Ricardo, pero, en un primer momento, no aportan nada radicalmente nuevo al binomio librecambio-crecimiento. Las ganancias del librecambio para la escuela neoclásica consisten en un incremento del bienestar representado por el paso de una curva de indiferencia social dada, en la autarquía, a otra curva situada sobre la anterior en una situación de libre comercio. Es, en realidad, el argumento clásico de que el librecambio aumenta el nivel de consumo de la sociedad: cuando los países se dedican a producir bienes para cuya producción se requieren factores de producción abundantes dentro de cada país, se produce una especialización acorde con las ventajas comparativas respectivas, aumenta la productividad y, por tanto, la producción; una vez intercambiados mediante el comercio, ambos países consiguen un nivel de producción y consumo más elevado, además de precios al consumo más reducidos. El carácter beneficioso de la especialización justifica el comercio libre bajo ciertos supuestos y condiciones, que pueden resumirse como sigue: (1) los mercados son libres y competitivos, (2) el análisis general se basa en consideraciones a largo plazo, (3) existe pleno empleo, (4) se prescinde del efecto del libre comercio sobre la distribución de la renta o se supone que ésta será, bajo el librecambio, tan buena o mejor como con protección y (5) existe movilidad efectiva de empleo de los factores en respuesta a diferencias en su retribución real. 38

Por tanto, la economía neoclásica centra las ganancias teóricas del librecambio en los beneficios para el bienestar social que ocasiona la óptima asignación de recursos producida por la especialización, dejando de lado los aspectos dinámicos. Pese a este supuesto olvido teórico de los efectos dinámicos del comercio internacional, debemos reivindicar aquí la postura de Marshall al respecto. Para Marshall, las causas que determinan el progreso económico de las naciones pertenecen al estudio del comercio internacional. En palabras de Gomes: Desde un punto de vista de política práctica, por tanto, su defensa {la de Marshall} del libre comercio se apoya en última instancia no tanto en términos del modo convencional de razonamiento basado en la eficiencia estática de la asignación como en la necesidad de mantener a un país industrial al tanto del progreso en las artes y recursos de las manufacturas, i.e.: cambios en el state of the arts o avances tecnológicos foráneos Marshall, por tanto, incide en la conexión comercio exterior-tecnología-crecimiento económico, en tanto la competencia internacional (1) aumenta la eficacia de la industria doméstica, (2) crea oportunidades para la migración de capital y trabajo, (3) favorece la diligencia de los empleados y (4) ayuda al desarrollo de una industria a a gran escala. Todos estos argumentos en favor del librecambio son de carácter esencialmente dinámico y continuadores en gran medida del análisis de J.S. Mill. No obstante, esta línea de investigación en el campo del comercio internacional no será retomada a nivel teórico hasta después de la segunda guerra mundial, cuando arrecian las críticas heterodoxas al carácter estático y ahistórico de la economía neoclásica. I.3. La economía heterodoxa. La economía heterodoxa sobre el comercio internacional surge, esencialmente, para explicar y resolver la aparente incapacidad del comercio como medio de solventar los problemas del subdesarrollo. En consecuencia, entramos aquí de lleno en la relación teórica 39

entre comercio y desarrollo. El problema del desarrollo económico será abordado en mayor profundidad en el capítulo de este volumen a él consagrado. Trataremos en este apartado la obra de Schumpeter, el estructuralismo latinoamericano, algunos de los autores encuadrados en la economía del desarrollo y la teoría de la dependencia. Si, como expusimos anteriormente, el análisis de los efectos indirectos del comercio internacional queda postergado hasta después de la II Guerra Mundial, otros economistas habían destacado anteriormente la importancia de los elementos dinámicos presentes en el desarrollo económico, otorgándoles un papel central en detrimento del interés neoclásico por la asignación de recursos. No podemos pasar a ocuparnos de la amplia literatura dedicada después de la II Guerra Mundial al libre comercio sin referirnos, siquiera tangencialmente, al trabajo de Schumpeter de 1912 Teoría del Desenvolvimiento Económico. En esta obra, Schumpeter se vuelca sobre los aspectos dinámicos del crecimiento económico, proceso que él entiende como la puesta en práctica de nuevas combinaciones de medios productivos. Dentro del concepto de nuevas combinaciones Schumpeter incluye cinco casos: (1) la introducción de un nuevo bien (...), (2) la introducción de un nuevo método de producción (...), (3) la apertura de un nuevo mercado (...), (4) la conquista de una nueva fuente de aprovisionamiento (...) y (5) la creación de una nueva organización de cualquier industria. Nos limitaremos aquí a realizar dos observaciones respecto a la postura de Schumpeter frente a la relación comercio internacional-crecimiento económico. En primer término, los cinco casos contemplado por Schumpeter y contenidos en la cita anterior tienen mucho que ver con el comercio internacional: los puntos (3) y (4) no necesitan mayor comentario, mientras que los puntos (1), (2) y (5) pueden enmarcarse dentro del componente tecnológico del crecimiento económico, conectándolo con la relación difusión de la tecnologíacomercio internacional; nuevamente nos encontramos aquí con los efectos indirectos del 40