CertforChile y las Certificaciones Ambientales en la Industria Forestal Destacados CORMA, Julio 2004 Fuentes: Revista Lignum, julio 2003 - Revista Ecoamérica, diciembre 2003. En forma creciente, los consumidores de madera europeos y norteamericanos exigen que los productos forestales y madereros certifiquen que su procedencia se ajusta a ciertas normas de respeto al medio ambiente. Esta globalización de demandas ambientales afecta de manera importante el comercio de productos forestales en todo el mundo, presionando a las cadenas de distribución multinacionales por productos que provengan de bosques manejados en forma sustentable. La única respuesta posible ante esta situación, por parte de empresas forestales y madereras, ha sido sumarse a la tendencia mundial de certificar bosques y plantaciones para demostrar que sus productos derivan de un manejo forestal amigable con el medio ambiente. Los orígenes de la certificación forestal se remontan a fines de la década de los años '80, luego de que las maderas tropicales asiáticas se vieran afectadas por un boicot liderado por Holanda y Bélgica. Esto hizo que las exportaciones de productos forestales de Malasia disminuyeran en cerca de un 60%, y agudizó los problemas de manejo forestal ya que, al caer las exportaciones, los bosques perdieron su valor y fueron sustituidos por cultivos agrícolas y masas de ganado, que desde el punto de vista ambiental no constituían la mejor solución. Tampoco existían instrumentos claros y objetivos que satisfacieran las demandas ecológicas de los consumidores y garantizaran un buen manejo de los bosques. Así fue como surgió el interés por desarrollar estas herramientas de gestión, que favorecieran la actividad forestal sin perjudicar el medio ambiente, y fueran confiables para el usuario. Hoy, la certificación forestal se ha convertido en una condición para el quehacer de las empresas del sector que persigan aumentar su competitividad en los mercados internacionales, incrementar la sustentabilidad de la actividad forestal y asegurar el negocio en el largo plazo. Ante esta exigencia de operar bajo normas de desempeño y de gestión ambiental frente a los compradores, el mercado mundial ofrece diversos mecanismos y sellos de certificación que acreditan que los productos madereros provienen de bosques y plantaciones manejados con criterio sustentable. Principales Sellos A nivel mundial, los principales mecanismos de certificación de manejo forestal sustentable son el sello Paneuropeo o PFEC (Pan-European Forest Certification), FSC (Forest Stewardship Council), SFB (Sustainable Forest Boureau), CSA (Canadian Standard Association) y SFI (Sustainable Forest Initiative). Otros sistemas de certificación dedicados a incorporar la variable ambiental en la gestión de las empresas de cualquier rubro, y que la industria forestal también ha adoptado, son el Sistema de Ecogestión y Auditoría Europeo (EMAS) y la norma ISO 14.001.
En el caso de las normas ISO, se refieren a sistemas de gestión de cada país, mientras que los otros sellos miden el cumplimiento de estándares, estableciendo una norma de desempeño de las operaciones forestales que los clientes pueden reconocer como válida en cualquier parte del mundo. Por lo anterior, las ISO no permiten el uso de sellos en los productos de las empresas certificadas A partir de 1997, la industria forestal en Chile comenzó a certificar sus procesos productivos por la norma ISO 14.001, que garantiza que el sistema de gestión ambiental de una empresa se rige por la legislación vigente y por el compromiso de un mejoramiento continuo. Es así que un importante número de empresas chilenas ya cuenta con ella, lo que implica que actualmente el 60% de la superficie plantada en el país tenga esa certificación de gestión ambiental. Esta norma internacional avala el trabajo que realizan las compañías en este sentido, y busca demostrar a la sociedad la responsabilidad con que manejan los recursos naturales que poseen. Como esta certificación no sólo abarca los terrenos productivos, sino todo el patrimonio administrado por la empresa, la superficie total manejada en forma sustentable en Chile supera las 1.600.000 hectáreas, incluidas las áreas de producción (plantaciones), de protección (bosque nativo, terrenos frágiles y cuencas) y otras, como caminos y matorrales. Si bien la norma ISO 14.001 mejora la imagen externa de la empresa y facilita su inserción en los mercados internacionales, no certifica el producto final ni es certificación de la llamada cadena de custodia, proceso que considera el respeto ambiental en todas las etapas de elaboración de los productos forestales, desde la extracción de la madera hasta la venta de los mismos, que es precisamente lo que el consumidor demanda y lo que la industria forestal necesita para acceder a mayores mercados y ofrecer productos con valor agregado. Debido a esto, la industria forestal chilena debió abrirse a esta tendencia, y la Corporación Chilena de la Madera (CORMA), en representación del sector forestal privado, comenzó a promover que las empresas del rubro certifiquen prácticas forestales sustentables tanto por un tema de ética en los negocios, como por ser una práctica de autocontrol importante y para difundir la realidad de las prácticas del sector dentro del país. No menos importante es el hecho de que el país está entrando a mercados cada vez más sofisticados, donde la confianza del cliente radica en la garantía de que el país vendedor realiza prácticas forestales sustentables, respaldadas y garantizadas por empresas internacionales. Aún así, cabe destacar que algunos mercados no exigen certificación -Japón, en e l caso de la madera aserrada; el Medio Oriente, que compra madera verde procedente de Chile, y algunos destinos de las exportaciones de celulosa, que sólo exigen que la empresa se rija por la norma ISO 14.001-, y que el tema tiene aún mucho que ver con decisiones de los productores, dependiendo de los mercados hacia donde se dirigen, y de cuánto les interese aprovechar esta oportunidad para distinguirse de su competencia.
Ante el amplio abanico de sellos existentes en el mercado mundial, resulta esencial que las empresas puedan elegir el estándar que más les acomode. En dicho sentido, el Gobierno de Chile se ha comprometido con la promoción de la certificación forestal, pero sin darle exclusividad a ningún sistema en particular, sino que dejando que el mercado se autorregule. Hasta hace poco, el único estándar disponible en el país era el sello FSC (Consejo del Manejo Forestal, en español), mediante el cual 12 empresas nacionales han certificado sus operaciones. En este esfuerzo por evitar que un sello asuma un monopolio sin competencia, lo cual restaría eficiencia al sistema, CORMA y Fundación Chile han promovido y gestionado el desarrollo del sello de certificación nacional CertforChile, apoyados por el Instituto Forestal de Chile (INFOR) y el financiamiento del Fondo de Desarrollo e Innovación de CORFO. Su historia se remonta a mediados de la década pasada, cuando se identificó la certificación forestal como un elemento clave de la competitividad global del sector forestal, y a raiz de eso se iniciaron gestiones para el desarrollo de un estándar nacional. INFOR contó con financiamiento de la Comunidad Económica Europea para estos efectos, y el proyecto FDI que desarrolló Fundación Chile se basó en sus resultados para constituir una de las iniciativas público-privadas más exitosas de los últimos años. La Iniciativa Chilena CertforChile es la instancia que posee y administra el Estándar Nacional de Certificación Forestal Sustentable CERTFOR, que en el año 2003 fue reconocido internacionalmente por el sello Paneuropeo. Si bien existen alrededor de cien iniciativas nacionales de certificación de manejo forestal sustentable, ante el riesgo que implica la proliferación de sellos que puedan confundir a los consumidores finales, muchas de estas iniciativas buscan alianzas con sellos de mayor presencia global o regional, como PEFC (48 millones de hectáreas certificadas), SFI (42 millones de hectáreas certificadas) o FSC (38 millones de hectáreas certificadas). El estándar Certfor considera fundamental el reconocimiento internacional. Por ello, la iniciativa se aproximó al sello PEFC, que cambió su orientación europea inicial por una más global que incluye a países como Australia, Canadá, Estados Unidos y Chile, entre otros. PEFC es el sello más grande en superficie, y próximamente será el más grande en términos de metros cúbicos transados en el mercado internacional. CertforChile fue aceptado por unanimidad como parte del Consejo Superior de PEFC, lo que significa que el país tiene derecho a voto y participación activa en todas las instancias claves de promoción y desarrollo de esta iniciativa. Además, al ser homologado por PEFC, una empresa certificada con el sello CertforChile podrá usar el logo PEFC en los productos que exporta a los mercados internacionales
Cómo Opera CertforChile? Si bien el principio básico de CertforChile es el reconocimiento de que la iniciativa de certificación es voluntaria y privada por parte de las empresas, está subordinado a un marco regulatorio vigente. En ese sentido, el sistema de certificación de CERTFOR cuenta con un mecanismo previo a la emisión del certificado definitivo, denominado Sistema de Certificación de Transición, que permite a CERTFOR decidir la emisión de certificados de sustentabilidad y rige hasta que las empresas certificadoras que deseen efectuar inspecciones bajo dicho estándar hayan sido acreditadas por el Instituto Nacional de Normalización. De este modo, se resguarda la calidad de las certificaciones, a fin de que éstas sean autorizadas por el Consejo Superior de Certificación de CERTFOR Chile. Así también, ya que dichos certificados operan en el mercado internacional, se garantiza la calidad de los mismos y de sus reportes, incluyendo auditores internacionales y un panel revisor experto en el proceso. CertforChile es dirigido por un Consejo Superior formado por autoridades científicas, académicas y sociales de prestigio en el país, que avalan la transparencia y seriedad del estándar. Se cuenta con tres premios nacionales -Guillermo Geisse, Pablo Valenzuela y Andrés Weintraub- ligados a los sectores de tecnología, medioambiental y forestal, además de otros profesionales independientes. Asimismo, se ha contado con el apoyo de un Consejo Técnico liderado por consultores internacionales de primera línea, la mayor parte de los cuales desempeña diferentes roles en FSC. Todo esto indica que el estándar es probablemente el más completo, exigente y de alta calidad existente, muy similar, en términos prácticos, a FSC. El sistema de certificación de transición de CertforChile consta de cuatro etapas: postulación, auditoría de certificación, evaluación y decisión de certificación, y emisión del certificado. En la primera de ellas, la Secretaría Ejecutiva de CERTFOR autoriza a las empresas certificadoras a efectuar las auditorías de certificación de sustentabilidad y de cadena de custodia. Estas, a su vez, solicitan a la empresa certificadora, una auditoría principal. En la etapa de auditoría de certificación, a fin de asegurar que los certificados emitidos bajo el Sistema de Transición tengan validez internacional, se debe contemplar la presencia de un equipo auditor con experiencia en otros sistemas de certificación internacional. En la tercera fase se efectúa una evaluación de los reportes de certificación, a fin de decidir la conformidad del postulante con el estándar. A objeto de asegurar que todos los aspectos relevantes del manejo forestal sean incluidos en la decisión de otorgar el certificado, cada informe se revisa por pares, con el concurso de un experto internacional y dos expertos nacionales.
Por último, en la fase de decisión de certificación y emisión de los certificados, la Secretaría Ejecutiva envía el informe de Revisión por Pares y el Reporte de Certificación al Consejo Superior para decidir la emisión o rechazo del certificado. En caso de que la información sea insuficiente o surjan dudas, el documento de somete a la evaluación del Consejo Técnico. La buena acogida que el estándar nacional ha tenido en el mundo quedó demostrada en marzo de 2003, en una conferencia que realiza todos los años la Forest Certification Watch en Vancouver, Canadá. Allí, expertos mencionaron que, si bien actualmente existen muchas iniciativas de certificación en el mundo, se espera que los sellos que finalmente prevalecerán por sí mismos en el mercado serán PEFC, FSC, SFI y Certfor. Lo anterior refleja la efectiva promoción del sello a través de las redes de contacto internacionales, y la seriedad con que se ha realizado el trabajo. En el año 2003, el grupo Arauco obtuvo el certificado CERTFOR - de Manejo Sustentable, siendo la primera empresa en recibir dicho reconocimiento en Chile. Dentro del grupo, las empresas que se certificaron en forma independiente fueron Bosques Arauco, Forestal Cholguán, Forestal Celco y Forestal Valdivia. Así, todo el patrimonio forestal de Arauco - 920.000 hectáreas entre la sexta y décima regiones- quedó certificado bajo este estándar nacional.