Política Regional de Innovación y los Clusters en la Comunidad Autónoma del País Vasco.
1 PRINCIPIOS QUE SUSTENTAN EL MODELO VASCO DE COMPETITIVIDAD Con la llegada del autogobierno a comienzos de los 80, las autoridades vascas tienen, pues, ante sí el gran reto de establecer una estrategia de desarrollo que permita invertir la tendencia de crecimiento y asentar las bases para salir de forma definitiva de la aguda crisis que padecía el país a todos los niveles y, especialmente, en el plano económico donde se había agotado el modelo de desarrollo sobre el que descansaba hasta entonces. En aquel momento, el pensamiento político dominante era de corte neo-liberal, comandado por los gobiernos americano y británico y seguida por gran parte de las administraciones europeas. La mejor política industrial era aquella que no existía. La liberalización de mercados y la desregulación de la economía eran los parámetros sobre los que se sustentaba el modelo de crecimiento. El Estado de Bienestar estaba en crisis de identidad y su futuro empezaba a ser cuestionado en muchos entornos. A juicio de las autoridades vascas, esta máxima que daba rienda suelta a las fuerzas del mercado podía provocar una espiral perversa en el País Vasco y llegar a desmantelar el conjunto de instituciones sociales que a duras penas se mantenían todavía en pie. En todo este contexto inicial adverso, el País Vasco apuesta por hacer política a todos los niveles y el Gobierno asume una clara función de liderazgo social y comienza a tirar del País. Eludiendo las posturas más dogmáticas del pensamiento político dominante, se entiende, desde un principio, que el modelo de desarrollo que debía ser instaurado en el País debía concebirse como un proceso global (económico, social, cultural y político) que condujera a un mejoramiento constante del bienestar de toda la población y de todos los individuos sobre la base de su participación activa, libre y significativa en el propio proceso de desarrollo y en los beneficios que de él se fueran derivando 1. Es, por tanto, el modelo de desarrollo seguido en Euskadi un proceso global y multidimensional que requería una transformación a todas las escalas y en todos los sectores de la sociedad. Se trataba ( simplemente ) de transformar un modo de pensar por otro, un modo de producir por otro, un modo de construir comunidad por otro. El crecimiento económico a cualquier costa informado sólo de la lógica del mercado no fue, no debía ser, el objetivo de la política económica en nuestra País. Era necesario construir economía al servicio de la comunidad, garantizando un compromiso pleno con la equidad, la justicia distributiva y la solidaridad. Había que ir construyendo simultáneamente una democracia plena y continua que permitiera y promoviera la participación responsable de los ciudadanos y de las organizaciones sociales de forma que se garantizara una gestión pública justa y eficiente y una convivencia tolerante y solidaria. 1 Años más tarde, a este concepto de desarrollo, en línea con las dinámicas de pensamiento socioeconómico más avanzadas se incorpora la cualidad o el requisito de la sostenibilidad que alude a que ese proceso de cambio y transformación en la forma de entender el desarrollo debe tener en cuenta no sólo las necesidades presentes sino también las necesidades de las generaciones futuras. Se introduce de una forma rotunda la dimensión medioambiental y para Euskadi comienza a ser un nuevo referente la aplicación del modelo de desarrollo sostenible. 1
Euskadi debía ser capaz, por tanto, de diseñar herramientas de política eficaces, capaces de ir configurando un nuevo País. Un País rico desde el punto de vista económico, pero sobre todo un País justo, creativo, ecológico, compacto, policéntrico y diverso. Una ardua tarea con numerosos frentes que abordar que necesitaba de una estrategia clara, gran determinación y mucha paciencia porque se trataba de un proceso a largo plazo. Y es ya en este contexto donde se pueden ir apuntando algunas de las claves del proceso de transformación social y económica que se han ido impulsando en Euskadi a lo largo de estos años. En primer lugar, se entendió desde un principio que una de las grandes apuestas, uno de los elementos esenciales sobre los que pivotar la estrategia global debía ser el desarrollo tecnológico. Los mensajes de los líderes del pensamiento económico moderno y el análisis del fundamento y del comportamiento de las regiones y países más desarrollados de nuestro entorno empezaban a ser coincidentes. En ambos casos, la capacidad de innovación se iba configurando cada vez más como la síntesis de la competitividad de las empresas, de las organizaciones sociales y, en definitiva, del conjunto de la comunidad. Es decir, la capacidad de crear y saber adaptarse a las circunstancias cambiantes del entorno mediante la generación y asimilación efectiva de nuevo conocimiento fue considerado el fundamento de cualquier proceso de crecimiento económico y social que se quisiera establecer. Se consideró, por tanto, la política de ciencia y tecnología como uno de los grandes ejes del modelo y, desde un primer momento, se le otorgó una clara misión: reforzar la competitividad del tejido económico vasco. Este apoyo incondicional a la generación de nuevo conocimiento y el desarrollo tecnológico al servicio de la comunidad empresarial debía garantizar un equilibrio entre la competitividad de la industria básica y la apuesta por introducir nuevos actividades económicas en sectores de futuro. Pero es que, además, la investigación y el desarrollo tecnológico, por su propia concepción, debían servir al resto de componentes y dimensiones del desarrollo. A la económica pero también a la social, a la cultural, a la política y la medioambiental. Porque se entendía que la generación y la adquisición de conocimiento sería la llave del crecimiento económico y el principal motor de la competitividad de nuestras empresas, pero también del enriquecimiento intelectual y cultural de la comunidad. Así, la estrategia en el ámbito de la investigación y el desarrollo debía configurarse como una política nuclear, aglutinadora de múltiples intereses y generadora de importantes transformaciones en todos los ámbitos. No fue concebida, pues, como una política vertical e independiente del resto de las actuaciones estratégicas de la País sino contemplada como un cimiento horizontal sobre el que sostener el desarrollo multidimensional del conjunto de la sociedad. Era evidente, además, que, en el caso concreto de nuestro País, en una economía cada vez más abierta y competitiva, no podíamos competir en precios, ni disponíamos de las materias primas que nos permitieran extraer el suficiente rendimiento económico, ni queríamos perder los niveles salariales de que disfrutamos dentro del contexto europeo. Por ello, debíamos sentar las bases de un esquema de relaciones institucionales, de un entramado de infraestructuras de todo tipo y de unas pautas de comportamiento social que nos permitieran generar el valor añadido suficiente. 2
Porque, como suele decir Michael Porter innnovation is not just scientific discovery. Es decir, la innovación no sólo requiere de la existencia de infraestructuras científicotecnológicas (Universidades, centros de investigación ) que aseguren la generación de nuevo conocimiento sino que estas deben ser un elemento más de un marco micro-económico de calidad formado por un conjunto de activos, relaciones, normas, políticas e instituciones comprometidas de forma sinérgica con la competitividad. Y son estos elementos de la organización social y su mutua retroalimentación los que determinan en última instancia la capacidad de competir de las empresas y organizaciones individuales de una País. De nuevo Porter, en la aplicación para el País Vasco de su diamante de la competitividad, establecía cuatro elementos fundamentales para la configuración de un modelo de desarrollo económico basado en la generación de valor sobre los que debía pivotar el modelo vasco de competitividad en el nuevo contexto 2 : En primer lugar, hablaba de la necesidad de un contexto local dinámico, que fomente la inversión, la eficiencia y un incremento constante del valor añadido (upgrading) y que promueva una dinámica de trabajo entre competidores locales basada en el trinomio competir-cooperar-compartir. En segundo lugar, establecía la necesidad de contar con unas dotaciones e inputs especializados y de alta calidad. Recoge en este ámbito elementos tan importantes como 1) los recursos humanos, 2) las infraestructuras científicas y tecnológicas, 3) las instituciones de capital inversión, 4) las infraestructuras de comunicaciones y telecomunicaciones, o 5) los recursos naturales. Un tercer elemento son las estructuras de soporte, que concreta en la presencia de oferentes de servicios especializados y de industrias conexas, así como en la articulación del sector empresarial en torno a agrupaciones sectoriales e intersectoriales (denominadas clusters) vs micro-individualismo. Finalmente, Porter hablaba de unas determinadas condiciones de demanda necesarias para un funcionamiento fluido de las interrelaciones entre los demás elementos, que sirva, a su vez, de motor del dinamismo del sistema en su conjunto. Apuesta, en este sentido, por la presencia en la País de consumidores (empresas e individuos) que se configuren como sofisticados demandantes sean capaces de anticiparse a los consumidores de otros lugares. La consolidación del esquema de agentes y de relaciones propuesto por Porter suponía afrontar importantes retos para nuestra País pero el esfuerzo que representó tuvo sus compensaciones. 2 Michael Porter actuó de asesor de la política de competitividad del Gobierno Vasco a comienzos de la década de los noventa y fue uno de los grandes visionarios del actual modelo de desarrollo del País Vasco. 3
2 RESULTADOS HASTA HOY DE LA POLÍTICA DE CIENCIA, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN En los últimos años, se han ido sentando las bases para la configuración de una estructura similar en muchos aspectos a la que nos dibuja Michael Porter. Así, de tener una industria obsoleta y anclada en una dinámica de crecimiento perversa, se ha ido poco a poco configurándose un sector de actividad completamente renovado y capaz de generar valor. Se ha entendido en Euskadi la máxima de que no hay industrias no competitivas sino empresas no competitivas. A lo largo de los años, se ha ido generando progresivamente un contexto local dinámico del sector empresarial con una apuesta clara de las empresas por la inversión en I+D 3, la cooperación interempresarial 4, la calidad y la internacionalización. De forma complementaria, la demanda local ha experimentado un proceso creciente de cualificación haciéndose cada vez más sofisticada por la presencia de importantes empresas multinacionales con sede en el País Vasco y de empresas vascas en sectores de elevada intensidad tecnológica y orientadas a la exportación. Se ha ido generando simultáneamente un sector de servicios avanzados de soporte a la competitividad empresarial y consolidado un sector financiero dinámico que en la actualidad se configura como principal núcleo financiero del Arco Atlántico. Todo ello a través de una visión de I+D a largo plazo, y en evolución progresiva a través de diferentes planes y etapas. 3 El gasto en I+D del sector empresarial vasco supone en 2001 un 1,2% del PIB del País Vasco y se sitúa, por tanto, por encima de la media europea. 4 Una buena parte del sector empresarial del País Vasco se articula en torno a organizaciones - cluster interempresariales. En la actualidad co-existen diez asociaciones en los siguientes sectores empresariales: aeronáutica, automoción, conocimiento y servicios empresariales avanzados, electrodomésticos, energía, máquina-herramienta, papel, medio ambiente, puerto de Bilbao y telecomunicaciones. 4
1980-1990 REESTRUCTURACIÓN 1991-2000 FORTALECIMIENTO Y DIVERSIFICACIÓN 2001-2010 INNOVACIÓN EXCELENCIA 1º Plan de Política Industrial 911-95 Plan de Tecnología Industrial 93-96 Desarrollo de Creación de la la Unidad de Infraestructura Estrategia Tecnológica. Tecnológica Decreto de (UET) Tutela (CCTT) Inicio de la Apoyo a las Planificación Unidades de Estratégica I+D de las Tecnológica Empresas (PET) PROGRAMAS DE POLÍTICA CIENTÍFICA 2º Plan de Política Industrial 96-996 96 Plan de 9 99 Ciencia y Tecnología 1997-2000 7 0 Plan Interinsti. Promoción t E. 200-200 c 0 3 Plan de la Sociedad de la Información Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación 2001-2004 RIS RIS + BIOBASK 2010 PRAI 1982 1990 1993 1997 2000 2004 3 CONSIDERACIONES FINALES En este proyecto colectivo, pretendemos situar Euskadi para 2010 como un polo tecnológico de referencia en Europa, a la altura de las regiones más dinámicas, dotado con unas infraestucturas científico-tecnológicas competitivas en el mercado del conocimiento global y con un capital humano bien dimensionado. El esfuerzo durante los próximos años se centrará en aumentar la capacidad del sistema vasco a todos los niveles. Euskadi quiere sacar la cabeza respecto a la media europea en un ámbito como la investigación y el desarrollo tecnológico que es la mejor imagen de marca que una País puede tener en el contexto competitivo de principios de siglo XXI y la mejor herencia que se puede trasmitir a las generaciones futuras. Pero, finalmente, en la consolidación de Euskadi como nodo tecnológico no se quieren tener en cuenta exclusivamente los réditos que desde un punto de vista científicotecnológico se puedan extraer, sino que asumimos como propio el modelo de desarrollo sostenible que aboga por el derecho a un desarrollo pleno personal y profesional de todos y cada uno de los ciudadanos, por la construcción de una comunidad solidaria e integradora sobre las bases de una sociedad comprometida con el mundo y responsable con el legado medioambiental de que gozamos. 5