Un gusano que despierta alertas Cuando alguien menciona la palabra parásito, el que la escucha puede experimentar una sensación de repudio y desagrado. Posiblemente por su desarrollo estrechamente relacionado con el contenido estomacal o con la materia fecal de una persona. Lo cierto es que además de transmitir estas sensaciones acordes a su condición de gusano, hace poco tiempo también se ganó la connotación de miedo e incertidumbre a partir de un caso en el cual se descubrió que este parásito H. nana fue el responsable de transmitir cáncer a un ser humano. Hymenolepis nana (H. nana) es su nombre científico, corresponde a la familia de los cestodos (agrupa unas 4.000 especies, todas ellas parásitas, como las tenias y otros gusanos acintados), mide de 2 a 4 cm de largo por 1mm de ancho, posee un escólex (cabeza) romboidal de 0.3 mm de diámetro con cuatro ventosas y 20 a 30 ganchos dispuestos en forma de anillo. Sus huevos son microscópicos (miden de 30 a 50 µm de diámetro) con una tonalidad transparente. Estos una vez que ingresan al organismo humano se sitúan en la porción superior del intestino delgado donde comienzan a desarrollarse los embriones y a medida que se desplazan hacia la parte inferior del intestino, van creciendo hasta convertirse en adulto. Este gusano tiene una particularidad que lo distingue de sus semejantes, no solo puede cumplir su ciclo a través de roedores y cucarachas como intermediarios, sino que puede gestarse y desarrollarse por el solo hecho de estar alojado en el humano. Parásito adulto H. nana visto bajo microscopio.
Ciclo Cuando los huevos de Hymenolepis nana son ingeridos, los embriones se liberan en el intestino delgado y penetran en las vellosidades del mismo, donde se desarrolla un estadio larval conocido como cisticercoide. Estas larvas salen de su cubierta y llegan a la luz del intestino donde se transforman en adultos y se adhieren a la pared del intestino. Debido a que este parásito posee ambos sexos (hermafrodita), alrededor de 2 a 3 semanas después de la infección, el adulto comienza a desovar los embriones gestados que posteriormente serán eliminados a través de la materia fecal. Durante este período en el cual el gusano adulto permanece adherido al intestino, la persona infectada se ve inmersa en un conjunto de síntomas como la diarrea y la pérdida de peso entre otros. Un dato importante a destacar es que una vez eliminados los huevos hacia el exterior, estos se vuelven inmediatamente infecciosos y son los responsables de producir una auto infección al tener contacto directo la persona con la materia fecal (por ejemplo los bebés) o de contagiar indirectamente mediante alimentos contaminados. Teniendo en cuenta las formas mediante las cuales podemos contagiarnos, personalmente podemos pensar pero cómo puedo llegar a contagiarme si mantengo un estilo de vida normal y jamás tengo contacto con material fecal humana? Para poder llegar a esa respuesta hay que profundizar un poco más sobre el viaje que puede realizar este parásito. Comenzando por una simple rata que, por andar merodeando entre la basura, come el contenido de algún pañal y contrae la infección. Luego, este roedor se pasea tanto por plantaciones de alimentos como por distintos ríos y lagos desechando a su paso excremento poblado de huevos del H. nana, quienes se instalarán en estas posibles materias de consumo las cuales si no se someten a un riguroso sistema de control y tratamiento, transportarán estos huevos hacia nuestro intestino.
Además de esta posible situación de contagio, se deberá tener en cuenta que las zonas tropicales y países subdesarrollados con condiciones de higiene deficientes son las más propensas a ser invadidas por este gusano, así como también la susceptibilidad del huésped. Por ende se pueden mencionar medidas para la prevención de esta parasitosis tales como: Educación sanitaria. Evacuación higiénica y sanitaria de las heces. Tratamiento de los individuos infectados y reevaluación pasadas 2 semanas de realizado el tratamiento. Higiene personal y de los alimentos, así como también la mejoría de las condiciones sanitarias ambientales. Países y regiones de mayor prevalencia del parásito. Países de Latinoamérica. Australia.
Sur de Estados Unidos. Países del Medio Oriente: Turquía, Siria, Irak, Irán, Arabia Saudita, Egipto y Sudán entre otros. La India. Países del mediterráneo: España, Francia, Italia, norte africano entre otros. Un inquietante descubrimiento Una vez familiarizados con el H. nana, el descubrimiento de un caso particular dado a conocer hace poco tiempo a través de la página oficial de la BBC, revela una etapa impactante sobre las afecciones que puede provocar este intruso. Tal es el caso de un hombre colombiano que contrajo la infección pero el desarrollo del episodio se vio revolucionado al descubrir que fue contagiado de cáncer por el gusano en cuestión. Es shockeante, expresa Matías Carpio, médico residente del Hospital de Clínicas. El paciente murió dos días después de que los médicos observaran distintas masas mediante el diagnóstico por imágenes suponiendo que se trataban de colonias del parásito. Pero una vez realizada la autopsia, se llevaron la sorpresa de que estas masas o tumores se trataban de células cancerígenas producidas por el H. nana ya que su tamaño era notablemente menor a las células cancerígenas humanas, pero genéticamente eran compatibles con cáncer. Por su parte, el profesor Mel Greaves, del Instituto de Investigación de Cáncer de Londres, aclaró que esto no quiere decir que cualquier persona que se contagie con el parásito va a
contraer cáncer, ya que, en esta situación, la afección del HIV al sistema inmunológico, sumado al incumplimiento del tratamiento correspondiente, favorecieron y potenciaron la instalación de cualquier tipo de riego en el organismo humano. Hasta el momento, este fue el único caso registrado en la historia y los especialistas continúan investigando este alarmante descubrimiento. NO TODO ES LO QUE PARECE A modo de comparación entre algunos parásitos que podemos encontrar en nuestro país se detalla un cuadro en el cual se puede observar que el H. nana podría no ser el más agresivo y justamente esta característica fue la que causo tanta inquietud al descubrir el daño letal que ocasionó en el caso del hombre colombiano. Parásito Órganos afectados Donde se los encuentra Signos y Síntomas Medio de contagio Hymenolepsis nana Tracto gastrointestinal Alimentos y agua contaminados con materia fecal. Diarrea y pérdida de peso Ingesta de alimentos contaminados. Echinococcus granulosus Hígado, pulmón, músculo, tracto gastrointestinal Carne de cerdo contaminada mal cocida Dolores musculares, alteración en función hepática y respiratoria Ingesta de carne de cerdo en mal estado Taenia solium Tracto gastrointestinal y sistema nervioso Carne de cerdo contaminada mal cocida Diarrea, deshidratación y desnutrición Ingesta de carne de cerdo mal cocida. Toxoplasma gondii Trypanosoma cruzi Embarazo y a veces sistema nervioso Corazón, esófago e intestino Gatos y tierra Vinchuca infectada que habita en casas de barro (zonas rurales) Generalmente no causa signos ni síntomas Fiebre, mal estar general, alteración eléctrica del corazón Rasguño o mordida del gato, contacto con tierra contaminada Picadura de vinchuca infectada