Yo escribo peor que ellos, pero puntúo mejor Miguel Ángel de la Fuente González Bueno, aunque es amoral, mis héroes siempre tienen siempre un código al que atenerse más tarde o más temprano. Es lo que los redime, sino serían desalmados. Faltan comas? (J. O.: Las grandes palabras. La Razón, 20.10.16, p. 47). Tenemos que ser una sociedad enferma psicológica, emocional y espiritualmente hablando, porque, cómo, sino, se explica la existencia de niños capaces de linchar a otros, insultar y vejar a una niña, o matar a otro menor por celos? Y aquí? (R. F.: Fábrica de monstruos. La Razón, 14.10.16, p. 37).
SOLUCIÓN Y FUNDAMENTACIÓN. En realidad, el problema común a ambos textos no es la puntuación (correcta en el segundo), sino la confusión entre sino y si no. Estas son algunas de sus diferencias: si no valor condicional dos palabras atona (si) + tónica (no) se pronuncian [sinó] con acento en no sino valor adversativo una sola palabra palabra átona se pronuncia apoyándose en la primera palabra tónica que le siga
1) Cambiamos la primera coma por punto y coma y añadimos una coma: Es lo que los redime, sino serían desalmados. Es lo que los redime[;] si no[,] serían desalmados. Con respecto a si no, advierte la normativa que, pese a su escasa longitud, es preferible aislar por comas [ ], lo que resulta clarificador, cuando no imprescindible, para segmentar adecuadamente el enunciado. Por ejemplo: Si me invitan a cenar, voy; si no, me quedo en casa (Ortografía de la lengua española 2010: 337). Según la normativa, se escribe punto y coma para separar oraciones sintácticamente independientes [no unidas por conjunción, yuxtapuestas] entre las que existe una estrecha relación semántica. Con el punto y coma se da a entender que las oraciones forman parte del mismo enunciado y que, por tanto, ambas se complementan desde el punto de vista informativo (Ortografía 2010: 351-352).
Por tanto, tenemos dos oraciones separadas por punto y coma: Es lo que los redime[;] si no, serían desalmados. 2) En el segundo texto también se confunden sino y si no, aunque está correctamente puntuado (copiamos primero el texto original): porque, cómo, sino, se explica la existencia de niños capaces de linchar a otros, insultar y vejar a una niña, o matar a otro menor por celos? porque cómo, si no, se explica la existencia de niños capaces de linchar a otros, insultar y vejar a una niña, o matar a otro menor por celos?
Sin embargo, sí le sobra la coma posterior a porque: porque_ cómo, si no, se explica la existencia de niños capaces de linchar a otros? Según la normativa, solo se escribe coma tras pero u otra conjunción adversativa cuando inmediatamente después se abre un inciso o aparece cualquiera de las secuencias que se aíslan por comas del resto del enunciado. Además, en oraciones interrogativas o exclamativas, no debe escribirse coma tras la conjunción en ejemplos como estos: Pero querrá venir con nosotros a pesar de lo que pasó?; Pero qué alegría verte!; Perdone la pregunta, pero cuál es su edad? (Ortografía 2010: 328). Consideramos que lo que dice la normativa es extensible a cualquier otra conjunción, como porque, si no le sigue inciso.
Finalizamos con las versiones de los dos textos (la original primero): Es lo que los redime, sino serían desalmados. Es lo que los redime; si no, serían desalmados. Tenemos que ser una sociedad enferma psicológica, emocional y espiritualmente hablando, porque, cómo, sino, se explica la existencia de niños capaces de linchar a otros, insultar y vejar a una niña, o matar a otro menor por celos? Tenemos que ser una sociedad enferma psicológica, emocional y espiritualmente hablando, porque cómo, si no, se explica la existencia de niños capaces de linchar a otros, insultar y vejar a una niña, o matar a otro menor por celos?
MÁS EJEMPLOS. como si los temas que ha tratado en sus novelas fueran una puesta en práctica de una visión personalísima de la literatura, de un concepto de ficción que no es meramente teórico, si no fruto, ante todo, de su escritura, de un error, como afirma, continuo, obstinado y salvaje. (D. G.: Si tiene prisa, no lea. La Razón, 20.10.16, p. 53). como si los temas que ha tratado en sus novelas fueran una puesta en práctica de una visión personalísima de la literatura, de un concepto de ficción que no es meramente teórico, sino fruto, ante todo, de su escritura, de un error, como afirma, continuo, obstinado y salvaje.