Contenidos Claves de Asignatura Nombre Asignatura: Ética Profesional Sigla: FET204 - FET212 Conexión con la clase anterior 1. Criterios para evaluar el desempeño laboral 1.1. Cómo podemos saber si una acción profesional está bien hecha? 1.2. Los criterios éticos de evaluación 2. Resumen de la clase 3. Preguntas de apoyo Conexión con la clase anterior El tema de la clase recién pasada fue la importancia de saber planificar el trabajo. Una buena planificación nos permite ordenar nuestras acciones para poder alcanzar los objetivos y dar cuenta de los resultados esperados. Para ello, previamente era necesario responder algunas preguntas, tales como: qué se va a planificar, para qué, qué medios o recursos se tienen y qué resultados se esperan. Luego de realizar la planificación se escribe un cronograma de trabajo, para concretizarla en el tiempo. 1. Criterios para evaluar el desempeño laboral 1.1. Cómo podemos saber si una acción profesional está bien hecha? Toda acción en el campo profesional debe ser evaluada permanentemente. Se debe determinar si esa acción está bien, está mal, es defectuosa o insuficiente. Por esto es conveniente determinar ciertos criterios para medir si una acción profesional está bien o mal hecha. Para comprenderlos mejor, vamos a construir un triángulo de evaluación. Diciembre 2010/ Programa de Ética/ Asignatura Ética Profesional 1
Eficacia En primer lugar, debemos considerar los fines para los cuales se realiza la acción. Por lo tanto, el primer lado de nuestro triangulo será la eficacia. Una actividad profesional será eficaz sólo si logra aquel fin para lo cual fue realizada. Los fines propuestos no siempre son absolutos, no siempre son un sí o un no. Se puede dar el caso que se logren los objetivos parcialmente, en cuyo caso esa actividad será eficaz sólo parcialmente. Para evaluar la eficacia, debemos preguntarnos. Tenemos claro los objetivos de la acción que realizaremos? Tenemos los medios necesarios para lograr el objetivo? Están claros los criterios de medición de los resultados esperados? Y una vez realizada la acción la pregunta es: Cumplimos con la o las metas? Si la respuesta es sí, la acción fue eficaz, si la respuesta es no, la pregunta que sigue es: Cumplimos al menos parcialmente las metas propuestas? Eficiencia Para que una acción profesional esté bien hecha, cumplir las metas propuestas es solo un aspecto. Por ejemplo, si queremos construir una casa, pero al hacerlo empleamos más cemento, más madera y más fierro del que necesitamos, y finalmente nos demoramos más tiempo que el programado, sin duda alguna estaremos frente a una acción profesional mal hecha. Por lo tanto aquí tenemos nuestro segundo lado del triángulo de evaluación: La eficiencia. Es el requisito para evitar derroches y errores. Por esto el profesional eficiente será siempre muy bien recibido en todas las empresas. Tradicionalmente hemos vinculado la eficiencia a los procesos de fabricación industrial, pero es indispensable ampliar esta visión, porque también se debe aplicar a otras áreas como la gestión de la calidad, la imagen externa, los contactos comerciales, etc.; sea cual sea el sector de actividad la eficiencia es importante. Al evaluar la eficiencia, debemos tener en cuenta que, sólo si somos eficaces, podemos apropiadamente hablar de eficiencia. Si un trabajo profesional no logra la meta asignada, de poco valdrá la correcta organización de los recursos disponibles. En general, no es aceptable afirmar que se puedan administrar en forma óptima los recursos y al mismo tiempo no se logre las metas propuestas (La excepción a esta regla solo se permite en el caso de que la razón para no ser eficaz provenga de situaciones externas, imposibles de prever). Otro aspecto significativo de este criterio de evaluación es que tiene una característica interesante: la eficiencia es dinámica. Qué quiere decir esto? La eficiencia va aumentando con la repetición de la acción profesional debido al aprendizaje que se produce. Por esto es importante para un profesional adquirir la experiencia y volcarla en los futuros trabajos para ser más eficiente en su acción. Este aprendizaje se llama aprendizaje operativo, estrechamente ligado al segundo bien que obtenemos al trabajar. También por esto, cuando se juzga la eficiencia de un trabajo, es común tener en cuenta la experiencia de la o las personas que lo realizan y así se será más indulgente con aquellos profesionales de menor experiencia que con aquellos con más años de trabajo. Para evaluar la eficiencia, debemos preguntarnos: Diciembre 2010/ Programa de Ética/ Asignatura Ética Profesional 2
Cuánto es el mínimo de recursos que necesito para realizar esta acción? Cómo puedo organizar de mejor forma los recursos que dispongo? Y una vez realizada la acción profesional debemos preguntarnos: Pude haber realizado esta acción con menos recursos? Si la acción consiguió el fin propuesto: podré volver a realizarla con menos recursos?, Puedo volver a realizar esta acción profesional utilizando los mismos recursos, pero obteniendo un fin mayor? Consistencia Basta con ser eficaz y eficiente para que una acción profesional esté bien hecha? Es lícito ocupar cualquier método para lograr el fin propuesto? Es lícito ocupar cualquier medio para ser eficiente? Es evidente que la respuesta a estas últimas dos preguntas es no. Porque es importante la manera en que se hacen las cosas. Por ejemplo, si a un equipo de trabajo de una agencia de publicidad se le encarga la realización de una campaña y su jefe, con el fin de lograr el objetivo en el menor tiempo posible y con una menor cantidad de recursos, presiona excesivamente a sus subordinados llevándolos hasta el estrés, no podemos decir que es un trabajo profesional bien hecho. O si, en el mismo ejemplo, se roba alguna idea de otras personas, aunque sea muy eficiente y logre hacer una gran campaña, esta será una acción profesional mala. A la manera de hacer las cosas la llamaremos: consistencia. Aquí aparece el tercer lado triángulo. Es improbable que el trabajo profesional tenga alguna actividad en la que no se interactúe con el medio interno ni con el medio externo. En este sentido, el aumento en la calidad de la actividad profesional pasa, no sólo por lo que cada uno hace en su puesto trabajo, sino también por la manera en que lo hace, en cómo influyen esas acciones en los demás y en la relación con las otras personas con las que se trabaja. La consistencia tiene intima relación con la confianza. El profesional que es consistente, o sea que hace su trabajo de buena manera, será un profesional de confianza. Es alguien que actúa a partir del ejercicio de virtudes y valores morales sólidos. La consistencia tiene relación con la eficiencia, ya que sin confianza y sin una manera correcta de hacer las cosas en un equipo de trabajo, difícilmente se logrará la eficiencia, sobre todo en su dimensión de largo plazo; no habrá aprendizaje operativo. Para evaluar la consistencia debemos preguntarnos. La manera en que se efectuó el trabajo profesional fue la correcta? Durante la ejecución del trabajo, mejoraron las confianzas dentro del equipo? Durante la ejecución del trabajo, ejecutamos alguna acción que debamos reprocharnos? Podremos afirmar con propiedad que una acción está bien hecha desde la perspectiva de una evaluación profesional, solo si cumple con los tres criterios: ser eficaz, ser eficiente y ser consistente. Diciembre 2010/ Programa de Ética/ Asignatura Ética Profesional 3
1.2. Los criterios éticos de evaluación Para que una acción profesional sea efectivamente buena debe cumplir también los criterios éticos. No basta ser eficaz y eficiente. La consistencia que nos hace profesionalmente confiables va necesariamente de la mano de una adecuada evaluación ética. Aristóteles menciona cuatro características del acto humano para que pueda ser calificado moralmente: 1. Debe realizarse a sabiendas, 2. Debe ser resultado de una elección deliberada, en algún nivel de análisis, 3. Debe ser un acto escogido por sí mismo y 4. Debe llevarse a cabo de modo seguro y sin vacilaciones. De ellas se desprende que un acto moral es libre, voluntario y por tanto, puede y debe ser éticamente evaluable. Los criterios éticos de evaluación ya conocidos en el curso de Ética son los siguientes: Objeto, Fin y Circunstancia Todos nuestros actos están siempre orientados al logro de fines. Ellos son los que nos mueven a actuar. El objeto es aquello que responde a la pregunta qué estoy haciendo? Es decir, el objeto es aquello que descubro cuando me pregunto cómo se llama esto que hago. Su nombre puede ser robo, fraude, mentira, soborno, etc. El objeto de la acción no es la simple realidad física (por ejemplo, en el robo, cambiar las cosas de lugar), sino su calificación: adueñarse con violencia de algo ajeno, por tanto, contra la voluntad de su dueño. El objeto del soborno no es el simple intercambio de dinero por algún servicio o permiso, sino entregarlo para lograr una acción injusta, por ejemplo, obtener un permiso de circulación falso. El objeto es una acción que adquiere una configuración determinada, una identidad, una especificación: sustraer a escondidas (hurto), quitar con violencia (robo), decir lo contrario de lo que se piensa o de lo que se hizo (mentira), atribuir al prójimo un mal que no ha cometido (calumnia). Que algo vaya en contra de la moral por su objeto sólo puede conocerse acudiendo a un criterio ético. Para saber si algo es malo por su objeto debemos atender a aquellos valores que son objetivos para el ser humano (aunque a veces no se los conozca). Para entender que el robo es malo, por ejemplo, debemos tener algún valor que nos muestre en nuestra conciencia que siempre debemos procurar el respeto de los bienes ajenos. Sin valores es imposible comprender por qué una acción es mala o buena por su objeto. Fin es lo que pretendemos lograr mediante la realización del objeto. Si el fin es malo, el acto también será malo, aunque el objeto sea aparentemente bueno. Si el fin es bueno, el acto puede ser bueno, siempre que el objeto sea bueno. Si el objeto es malo, un fin malo lo hace más grave aún. Circunstancias son todos aquellos elementos que rodean la acción y que influyen en su desarrollo, porque afectan el acto (tiempo y lugar), como su causa y su efecto, son maneras o modos de conseguir un fin.las circunstancias que participan del desarrollo de una acción se pueden sistematizar metodológicamente a partir de las siguientes preguntas: Quién?, Dónde?, Con qué medios?, A partir de qué o acerca de qué?, Por qué?, Cómo?, Cuándo?, Cuánto? En términos de José Ortega y Gasset los valores son cualidades de las personas o de las cosas que nos hacen sentir cómodos en el mundo; así, valoramos la honestidad, la fidelidad, el respeto, la responsabilidad de las personas, porque de esa manera podemos trabajar en equipo y confiar en el otro. Diciembre 2010/ Programa de Ética/ Asignatura Ética Profesional 4
Nos sentimos cómodos trabajando con una persona con valores y principios éticos. Por el contrario, cuando nos encontramos con alguien que roba, mata y engaña nos sentimos incómodos. Gracias a la estructura valórica de los seres humanos, alcanzamos un criterio objetivo frente a las acciones buenas o malas de las persona y de las empresas 2. Resumen de la clase Podremos afirmar con propiedad que una acción está bien hecha desde la perspectiva de una evaluación profesional, solo si cumple con los tres criterios: ser eficaz, ser eficiente y ser consistente. Objeto, fin y circunstancia son criterios para la evaluación ética de las acciones humanas Una acción profesional es buena sólo si desde la perspectiva profesional está bien hecha y desde la perspectiva ética es buena. El objeto responde a qué es lo que hacemos? El fin responde a para qué lo hacemos? Las circunstancias responden, entre otros aspectos, a por qué lo hacemos? 3. Preguntas de Apoyo El único criterio para evaluar profesionalmente como bueno un trabajo es el cumplimiento de las metas? Respuesta: La eficacia no es el único criterio, también es importante la correcta administración de los recursos y el modo como se ejecuta la acción profesional. Cuáles son las preguntas que debo formular para evaluar la eficiencia en una acción profesional? Respuesta: Pude haber realizado esta acción con menos recursos? Puedo volver a realizar esta acción profesional utilizando los mismos recursos, pero obteniendo un fin mayor? Cómo evaluamos si una acción profesional es buena? Respuesta: Desde dos perspectivas. La primera es que debe estar profesionalmente bien hecha, o sea ser eficaz, eficiente y consistente; la segunda, que debe ser una acción moralmente buena. Diciembre 2010/ Programa de Ética/ Asignatura Ética Profesional 5