Al otro lado de la montaña

Transcripción

1 Al otro lado de la montaña Cuenta una antigua leyenda, que en un mundo diferente al que hoy conocemos, existía una tribu ancestral, vivía en lo más adentrado de la selva más grande de ese mundo, esta importante tribu aprendió a vivir rodeado de un ambiente hostil, principalmente debido a dos razones, la primera, es que compartían su hábitat con animales gigantes, muchos de ellos tan peligrosos que con tan solo un bocado podían devorar media persona, la segunda causa la conformaban las demás tribus de la región, que durante muchas lunas habían intentado apoderarse de su territorio; este ambiente hostil había desarrollado en los habitantes de la tribu un gran número de habilidades, relacionadas con la caza y con la guerra, pero también generaba un temor constante, y un anhelo de que su situación cambiara. A pesar del anhelo de tener una vida diferente, esta tribu no estaba dispuesta a buscar otro territorio, porque consideraban que tenían todo lo necesario para vivir, la caza y la pesca eran buenas, y ante todo tenían a la diosa suru, una fuente interminable del agua más cristalina que se podía conocer, por esto, durante toda su historia nunca, ni uno solo de sus habitantes había emigrado hacia otra tierra, especialmente porque para salir de esa selva, había que atravesar la montaña del cielo, una montaña tan alta que ni los guerreros más valientes habían intentado enfrentar, probablemente por todas las

2 historias que sus padres les habían contado sobre los interminables precipicios y sobre las bestias gigantes que vivían en la montaña. Estas historias también contaban, que miles de lunas antes, un explorador extranjero de color oscuro, los había visitado, él a pesar de tener una lengua extraña, rápidamente aprendió la suya, les explicó que venía del otro lado de la montaña, y que al otro lado existía una tierra diferente, en donde el agua manaba de los arboles, en donde pocos animales eran peligrosos, una tierra caliente en donde una gran extensión de agua jugaba a besarse con la tierra por la eternidad, el viajero fue considerado loco, incluso algunos dijeron que eran un espíritu de la montaña, que intentaba que se acercaran para devorarlos, el viajero ante estas acusaciones se vio obligado a volver a su tierra sin que nadie creyera sus palabras. Esta tribu, continuamente lloraba por su situación, ya que no había una sola familia que no hubiera perdido alguno de sus integrantes, debido a la guerra, o por alguno de los animales que merodeaban sus hogares, ese era el precio que continuamente se pagaba para poder mantener su territorio. No todas las personas que integraban esta tribu estaban dispuestas a pagar este precio, pero aún así tampoco estaban dispuestas a enfrentar la mortal travesía. Sin embargo dentro de la tribu comenzó a rondar el rumor de que dos jóvenes lo intentarían, ese rumor pronto se convirtió en la noticia más importante del territorio,

3 ya que unos los consideraban como héroes, por tan solo creer que cambiar su realidad era posible, pero, por otro lado, una gran mayoría consideraba que esta era la idea más descabellada que existía, y que estos jóvenes deberían de arrepentirse o sin duda morirían en el intento. El rumor era cierto, una pareja enamorada profundamente decidió emprender la travesía con el sueño de tener un vida diferente al otro lado de la montaña, sin los temores y el dolor que su actual tierra representaba, claro está, esta pareja estaba consciente de los riesgos a los que se enfrentarían, pero estaban dispuestos incluso a morir juntos, antes de que los peligros de su tierra los separarán. El anhelo de estos jóvenes era tan fuerte, que podían incluso velar una luna entera soñando despiertos sobre esta nueva tierra, sobre cómo sería, y sobre todo lo que harían cuando llegaran. Antes de emprender su aventura, los sabios que los apoyaban, les recomendaron prepararse para la travesía, entrenar los oficios de la guerra y de la caza para defenderse ante posibles riesgos, pero ante todo les aconsejaron tener muy claro su sueño a lo largo del trayecto, ya que al final esto es lo que los mantendría vivos.

4 Una vez que finalizó su preparación, ambos jóvenes iniciaron su viaje, durante ese amanecer, no hubo persona que se resistiera a ver a la joven pareja partir, algunos con envidia por su valentía, otros augurando su fracaso, y unos pocos soñando también, que en algún lugar existiera una vida diferente. Estos jóvenes convencidos de su misión, caminaron diez lunas para llegar al pie de la montaña, y a pesar de la certeza de sus pasos, en lo profundo de su ser, ambos temían no lograr su propósito, sin embargo, tal y como se los habían aconsejado, en ningún momento dejaron que cualquier temor o obstáculo les impidiera continuar con su sueño. Al comenzar a subir la montaña, ambos jóvenes se percataron de dos elementos que alimentaron aún más sus ganas de seguir adelante, primero, que su preparación les permitía sortear de forma efectiva los obstáculos que esta aventura les deparaba, y segundo que, a pesar de las dificultades a las que luna a luna se enfrentaban eso solo los hacía más fuertes, ya que cada paso que daban, era un paso más hacia su gran sueño.

5 La pareja también se dio cuenta de que todas las historias que les habían contado sobre esta montaña eran mitos, que nadie en su tribu la conocía realmente, y que su meta, si bien es cierto era difícil, no constituía un imposible. Durante cientos de lunas sortearon los declives en el terreno, además extrañaban a la diosa suru, ya que en ocasiones tenían que recoger agua de las hojas para saciar su sed, además los animales cada vez eran más extraños para ellos, al punto que ya no sabían cual debían cazar para alimentarse, pero extrañamente en las plantas aparecían frutos diversos, que ellos no conocían, dulces al gusto, y que los llenaban cuando no encontraban que cazar. Sin duda lo más bello, era que al anochecer, cuando sus piernas se cansaban, dormían abrazados mientras soñaban que esta sería la última luna antes de lograr su cometido. A lo largo del camino hubieron muchos momentos en los que sintieron que ya no podían más, que no lograrían encontrar el camino hacia la nueva tierra, en donde los obstáculos eran tan altos o difíciles que los dejaban a punto de desistir, pero nuevamente mantenían clara su meta y eso les permitía seguir adelante. En una ocasión, cansados del largo viaje, decidieron descansar a la sombra de un árbol, este era diferente a cualquiera que habían conocido, tenía un tronco delgado y

6 alto, y en su punto más alto tenía unas hojas grandes que refrescaban lo caliente del sol. Al despertar, ambos jóvenes se sorprendieron, ya que se encontraban rodeados de un grupo de personas, pero estas eran diferentes a las que ellos conocían, eran de color oscuro, como las de la historia antigua que les habían contado, estas personas hablaban una lengua distinta a la suya, pero eran muy amables, incluso uno de ellos subió el árbol en el cual habían dormido, y trajo consigo piedras de color verde y amarillo de las que brotaba el agua más dulce que jamás habían probado. La pareja de enamorados, inmediatamente se olvido del cansancio que cargaban y de todos los obstáculos que habían atravesado, su sueño se había convertido en realidad. Adaptarse a esta nueva tierra no fue fácil, tuvieron que aprender la nueva lengua, para poder comunicarse, además debieron aprender a pescar ya que estas personas comían animales que nadaban en la inmensidad del agua salada, un agua amarga que no saciaba la sed, pero que en sus adentros tenía los más deliciosos manjares, pero sin duda todo esto valía la pena, su sueño era ahora una realidad. Con el paso del tiempo otras personas de la tribu, inspiradas por esta pareja, iniciaron la travesía, pocas lograron culminarla, algunas no soportaron el largo viaje, otras prefirieron quedarse en el camino e iniciar nuevas tribus, sin embargo las que lograron

7 alcanzar su objetivo estaban seguras que, aunque el destino no es perfecto, el viaje los enseñó a valorar cada obstáculo y cada dificultad, y no solo llegar a tener una tierra distinta, sino realmente vivir una vida diferente. Estimados graduandos y graduandas, espero que a lo largo del relato, ustedes se hayan logrado identificar con nuestros protagonistas, el día de hoy, muchos de ustedes culminan una etapa, también para muchos, un sueño; el día de hoy, después de cientos de lunas de esfuerzo y perseverancia, ustedes terminan de cruzar la montaña y se encuentran en una nueva tierra, a partir de hoy su vida, si ustedes lo desean, su vida será diferente, tendrán nuevas responsabilidades y retribuciones, y se enfrentarán a nuevos obstáculos, deben de tener una mente abierta para poder aprender como tener éxito en esta nueva tierra, pero sin duda tienen las herramientas y la experiencia para lograrlo. No está de por demás decir, que tienen toda nuestra admiración, y que contamos con ustedes para que sigan encontrando nuevos territorios en su vida, tanto académicos, como profesionales y personales, ustedes marcaron el camino que muchos seguirán y se convirtieron en un ejemplo para una sociedad acostumbrada a no luchar por sus sueños, ustedes hoy los convierten en realidad. Felicidades